Château de Rune (MM B: 115221)

[Mael Blackfyre]

 

Sentí su mano en mi hombro, luego de que le respondió a Death sobre la diversión. No llegaba a entender aquel concepto de divertirse, porque me lo tomaba realmente serio. Era una guerra que se trasladaba muchísimos años atrás y si los mortífagos se lo tomaban como un juego, claramente que jamás iban a lograr ganar la guerra. Pero aquella mano se sintió rara, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Hacía años que no tenía un contacto de ése estilo. Mi madre Shelle podía decir que no era para nada demostrativa.

 

— Tengan cuidado… —“no sean idi0tas” tal vez me habría gustado decirles pero tenía que mostrar mi lado más profesional. Respiré aire y me encaminé directamente hacia la entrada. Aquel único sendero parecía una pasarela dedicada especialmente para mi, donde todos observaban. Pero no había nadie en la Rune, tal vez todos dormían o se habían ido a trabajar. Mientras la marca tenebrosa explotó desde los cielos, la luz verdosa iluminaba aquellos terrenos. Aún de día brillaba más que el sol—. Incendio. Incendio. Incendio.

 

Iba murmurando mientras avanzaba por el camino. Algunos árboles habían comenzado a arden. Las llamaradas salían despedidas como flechas e iban impactando en los sitios que iba señalando con mi varita. Todo el camino parecía como si hubiera sufrido la llamarada de un dragón, desde la entrada hasta casi el borde del lago. Las llamas se iban extendiendo hacia afuera y me detuve frente al puente. No quería entrar a la edificación. Al menos no ahora.

 

— ¡Confringo! —exclamé y el puente recibió aquel rayo justo en el medio. La madera estalló en miles de pedazos que volaron en diferentes direcciones, cayendo al agua. El fuego comenzaba a lamer algunos tablones. Miré al fondo. El portón, la piedra caliza. Las ventanas.

 

¿Había sido egoísta al atacar el sitio donde vivía Mica Gryffindor? Tal vez si. Pero ella se había metido en mi camino en la Evans Mcgonagall.

[taison logan greyback]

Al oir aquellas instrucciones, una escalofriante sonrisa se dibujo debajo de su máscara, miro a sus acompañantes por unos segundo para luego empezar a correr a toda velocidad hacia los establos. 

Sin perder mucha velocidad empezó a asesinar a los animales que habían dentro usando su daga, la sangre volaba por doquier, al salir apuntó su varita a la edificación - soy yo o aquí hace frío??? -dijo riéndo - incendio!!! - la visión de aquella enorme hoguera que había hecho lo extasiaba . 

 

Luego volteandose lentamente miro la cabaña, para luego dirigirse lentamente hacia ella. 

-hoy inovare en la construcción de casas- pensó mientras dirigía su varita a la cabaña- bombarda !! - la cabaña exploto por los aires sin importarle que el cuidador estaba dentro. 

Raudamente volvió hacia el mismo lugar de donde había partido riendo. 

@ Aaron Black Yaxley

Editado 20 de Mayo del 2021 por taison logan greyback

[Aaron Black Yaxley]

Quizás qué clase de magia habría en el lugar, pero el deja vú fue instantáneo. Luego de haber cruzado el puente y dirigirme al ala norte, no me había percatado que caía preso de una inmensa ansiedad, ¡ganas de atacar! ¡destruir! ¡hacer algo distinto con el poder de libertad que se nos otorgaba por el mero hecho de ser lo que éramos...magos! -magoditos xD- Entonces, como si todo fuese una mala película muggle u otro viejo chiste, blandí la varita bajo la verdosa luz del morsmordre. 

-¡Fortificum!...

Una gruesa pared de concreto, tan ancho como mi estatura y de unos diez metros de largo por unos cuatro de alto, se elevó frente a mí arrasando con parte de la estructura mientras me posicionaba frente a la torre del ala norte. Podría haber entrado a punta de hechizos, pero me gustaba hacer las cosas con estilo. Di vueltas la varita entre los dedos de mi mano como si tratase de una baqueta y la frené en seco, tocando la punta del arma mágica contra el concreto de la pared que había invocado para susurrar un vitae que le dio una imponente forma de vida. La orden sería simple; se daría contra el sólido del castillo hasta destruir todo a su paso o en su defecto, hasta que alguien que no fuese yo, lo detuviese.

[Mael Blackfyre]

Aquellos golpes secos y enormes hicieron que girara mi cabeza hacia el ala donde provenían. ¡un golem! Abrí la boca al ver cómo lo teatral también se trasladaba a las acciones del líder de la marca tenebrosa. Giré en redondo al escuchar una explosión y más fuego. Death también habían estado haciendo de las suyas y asentí con la cabeza al verlo que regresaba al punto de dónde habíamos partido. Respiré tranquilo. Estabamos dejando un mensaje claro. Lo único que faltaba era firmarlo.

 

“Traidores a la magia. Corregir su camino o se arrepentirán. Goldor”

 

Bajé la varita al marcar aquellas líneas sobre la madera del gran portón. Tal vez la idea era más llamativa de explotarlo en miles de pedazos, entrar al hogar y secuestrar a alguien, para provocar el terror en los Rune y que no se metieran donde no debían. Pero había sido bondadoso y tenía que dejar un mensaje claro. Estaba seguro que ella sabría quién era Goldor. No había puesto el nombre de los otros dos ¿Importaba? Los tres eramos mortífagos.

 

 

Dibuje una marca tenebrosa cerquita de aquellas palabras marcadas en la madera, como si hubiera agarrado un fierro y hubiera arañado el portón. Luego regresé sobre mis pasos. El fuego se había extendido demasiado y la marca tenebrosa de líder brillaba en el cielo. Era hora de irnos quizás. Me detuve en seco. Libertad.

[Aaron Black Yaxley]

 

Invocando unas necrohand que concentré tras aplaudir una sola vez en un seco sonido en off producto del derrumbe que habría paso a un salón principal, ambas manos me cubrieron ofuscándose para prevenir alguna eventualidad que no fuese de mi agrado. Me protegerían desde cualquier flanco como también podría utilizarlas para golpear de ser necesario. Los muebles parecían haberse congelado en el tiempo, todo era muy hermoso allí dentro. 

Goldor, Goldor... ¿qué es lo que deseabas hacer aquí?. Era algo que me repetía una y otra vez. Al menos Nemétona había soltado un obscurus para sembrar el caos ante la comunidad muggle, pero qué querría el joven Gryffindor de un lugar como aquél. Me encaminé dentro de los salones hasta llegar a una biblioteca donde de seguro encontraría algo que me fuese útil, después de todo, los libros tenían más tesoros que la misma isla del tesoro. 

-Prácticas de Quidditch, ¿Cómo cocinar Grajeas?, Las Crónicas de Enaria...- éste último se veía divertido. Quizás si lo tomaba podría dárselo a mi ahijado para que se entretuviese. Al menos no parecía contener información que desvirtuara las enseñanzas de la pureza mágica. Lo guardé entre los pliegues de la túnica y solté un Cyclone Máximus que verbalicé para darle algo de trabajo a los elfos, si es que los tenían. Los efectos de tal conjuro eran propios de su nombre... el viento se arremolinó en la estancia y todo comenzó a volar y desgarrarse incluidos los preciosos muebles que había visto. 

>>¡¿HAY ALGUIEN EN CASA?!

La voz viajó por cada rincón del hogar de los Rune.

[Mael Blackfyre]

 

La figura del Lider de la Marca Tenebrosa se atrevió un poco más a lo que realmente deseaba. Tenía que admitir que mi objetivo principal era dejar el nombre por el que me conocían dentro de las filas tenebrosas para que la gente me conociera, para que aunque sea tomara un poco de respeto y temor cuando se cruzaran con Goldor. Quería eso, ser reconocido. Pero luego no podía responsabilizarme de lo que los otros mortífagos hicieran. Sonreí detrás de la máscara. El golem había hecho de las suyas.

 

Le hice una seña a Death, para que se acercara.

 

Caelum se había adentrado a la sala. Tenía que transformar mi postura ante los Rune. Ya había hecho mi trabajo, ahora tenía que representar a mi bando y realizar mi trabajo, que era proteger a mi líder. Conocía sobre las jerarquías y mi relación con Caelum quedaba a un costado cuando se trataba de profesionalismo. Con un paso apresurado, la túnica rosándome los talones y la varita  aun costado, seguí sus pasos.

 

— No creo que encuentres nada aquí.

 

Era un solo comentario, tras ver que el viento se había arremolinado lo suficiente para levantar sillas, mesas y todo tipo de muebles. Algunos cuadros se habían caído de la pared. ¿no había nadie? Con los elfos claramente no me metería porque conocía sobre su naturaleza y la inocencia que éstos poseían. Murmuré un "Morphos" para transformar aquel lujurioso sillon en un perro golden, que le ordené que merodeara cerca de Caelum. 

[Aaron Black Yaxley]

-Bien, creo que no hay nadie...

Sostuve al llegar junto al nieto del legendario auror caído. Su presencia penaba mis recuerdos tras ver al joven mago dejar un mensaje, uno que él, su abuelo, había grabado en mí antes de acabar con su vida; el olvido era una magia poderosa pero mayor aún lo eran los recuerdos que sostenían los hechos como demonios que podrían atormentar la mente de cualquiera. Acomodé un poco más el libro que había robado y apunté hacia el vacío para idear un haz de la noche que nos o me sacaría de allí. 

-Espero hayas conseguido algo bueno...- comenté con cierta indiferencia- ... o que el mensaje les quede claro. Ya podremos venir por ellos otro día...

El portal mágico se mantuvo ante nosotros y antes de cruzarlo busqué con la mirada al chico nuevo que había llegado al llamado de Mael. Alterné la mirada entre una estancia vacía y el golpeteo del vitae contra el resto de la estructura para volverme al mortífago. 

-Esto se vendrá abajo, vámonos...¡Fuego Maldito!- un toro ardiente se formó con las dos llamaradas del oscuro hechizo proveniente de mi varita que embistió los salones aledaños. Entonces sin más que hacer, crucé para irme de allí- ¿vienes?...- pregunté pasando el segundo pie como si le hablase desde otra dimensión. 

Desaparecí...

[taison logan greyback]

Al ver la señal que me habían hecho mis acompañantes desde lejos a toda velocidad me acerque a ellos riendo a carcajadas, mientras pasa al lado del establo aún ardiendo me deleitaba con el aroma a carne quemada. 

 

-Al menos pude matar  -dijo divertido a sus compañeros una vez que los hubo alcanzado -ahora recordarán el nombre de Death - vio como uno de ellos se había marchado, pensando que la aventura llegaba a su ardiente final se acercó al portal. 

-Bueno hasta la siguiente fiesta compañero- dijo desapareciendo tras el portal agitando un poco su túnica, la alegría lo invadía extasiandolo por lo que había hecho. 

@ Aaron Black Yaxley

Editado 20 de Mayo del 2021 por taison logan greyback

[Mael Blackfyre]

 

Pude ver la decepción también, a través de las rendijas de la máscara de Caelum. En aquellos tiempos de guerra, no todos hacían lo que queríamos. Estaba seguro que ése destrozo y caos que habíamos provocado Caelum, Death y yo, seguramente se solucionaría con un chasquido de los dedos de los elfos. Con Nemétona como primera ministra, tendríamos la vía libre de Azkaban. Sin contar la caída del estatuto y la pelea eterna que habíamos tenido con el Inquisidor.

 

— Estoy seguro que les va a quedar claro —comenté ésas palabras en el momento que el líder, cansado, despedía de su varita un poco de fuego demoníaco. Ése actuaba diferente al que había invocado en los jardines, ya que tenía vida propia y al parecer, por cada centímetro que iba devorando, se volvía cada vez más grande y más hambiento. Miré a Death—. Vete, ya haz hecho demasiado.

 

Caelum se retiró del sitio junto a Death, ambos seguramente rumbo a la fortaleza oscura. Miré a través del agujero de la pared y pude ver el camino de fuego que ya se había consumido, pero que había dejado un rastro calcinado. El golem se derrumbaba y se transformaba a lo que era, desparramado en el suelo al irse su invocador. Lo único que brillaba fuera era la marca tenebrosa en el cielo. Dentro, lo hacía el fuego maldito. Aproveché que no estaba Caelum y tuve un poco de piedad. Moví la varita y aquellas llamaradas dejaron de extenderse y se apagaron.

 

Me tomé del borde del agujero, miré alrededor una vez más y moví mi varita de arriba abajo, como un tajo vertical en el aire. El Haz de la noche se abrió ante mi. Lo crucé y se cerró, dejando tranquilamente a la Runa, mientras el canino se convertía nuevamente en el sillón que había sido.

[Riuu]

Camine siguiendo los pasos de aquel hombre hacia las pesebreras, Frederick me seguía refunfuñando entre dientes, aquella alegría por tener razón sobre el riesgo de la búsqueda de las cuevas susurrantes, se fue volando al percatarse que yo tenía mucha curiosidad de conocer a la familia Rune y a sus habitantes. Con el deseo de satisfacer mi curiosidad, hago oídos sordos a cuanto Frederick me dice, cosa que le molesta mucho, pero sin embargo, continúa a mi lado, temblando como una hoja, pero fiel compañero por sobre todas las cosas.

Comencé a comer ansias...por lo que iba haciendo muchas preguntas tanto al empleado de Helene como a ella, algo inesperado provocó que ellos no me respondieran y que mi ser se llenará de un enorme miedo. Se escucharon estruendos, señales inequívocas de un incendió, amenazas y ataques con hechizos, me paralice, mi corazón golpeaba con gran fuerza, Frederick creció ante el aumento de mi temor y cuando me pedía que corriera para alejarnos del lugar y no lo hice, él se colocó a mi espalda, luego me cubrió con sus alas, me pareció que transcurrió una eternidad, no ver lo que ocurrió, me da una sensación de seguridad, ya no sentía que mi pecho me doliera, pero igual estoy preocupado, tal parece que la vida es muy peligrosa...