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Rompiendo la ley


Melrose Moody
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Viendo la forma como han terminado saliendo las cosas, Rory se reprende su falta de fe en sí mismo. No es la primera ni la última vez que vaya a hacerlo, pero también no puede dejar de pensar, mientras choca su vaso con el de Hess y ambos beben (él mucho más que su acompañante) que ha tenido mucha suerte ese día, para que esa negociación finalice de forma tan auspiciosa.

Excepto por el hecho de que culminado el motivo de la reunión, no parece haber nada que pueda retener al elegante Crouch unos minutos más. 

— ¡Oh, señor, pero claro que no, solo pedí este espacio para encontrarme con usted!- ha negado con tanta efusividad a la suposición del mago, que está casi segura que obtendrá por respuesta alguno de esos gestos burlones de Hessen por su reacción tan transparente, pero de inmediato se sobrepone para agregar con voz firme- tengo entendido que estos cuartos eran utilizados en un antiguo negocio de la familia de la señora Evans. La verdad es que no pregunté a la señora qué tipo de rubro era ¿una posada para viajeros quizá? De todos modos, son sumamente...ehm...acogedores ¿no le parece? 

No está seguro si Hess  tan siquiera ha escuchado su explicación, pues la atención del mago ha ido a parar a un curioso artefacto muggle que busca apagar por todos los medios. Hasta donde el pelirrojo entiende, la alarma es un recordatorio para el administrador de la heredad de ir por el patriarca Ollivander, y es recién que Rory recuerda de repente de la accidentada llegada del mago, y que probablemente a esas alturas, el encuentro entre él y la señora Evans se haya dado.

Aunque nunca se ha quedado en una fiesta con esa familia, las historias de P-ko sobre los excesos de su ama cuando está bebida, son un motivo suficiente para que Rory encuentre válidas las preocupaciones de Hess por cuál podría ser la reacción de Bel cuando lo vea. Un tema que incluso podría terminar salpicándolo a él, ya que movido por el inefable secretismo con que maneja sus encuentros con Crouch, ha omitido contarle a ella con quien es que iba a reunirse.

Supongo que, ambos tendremos que correr el riesgo, mi señor- termina por admitir sinceramente hacia Hessen, incorporándose de la butaca, haciéndole el gesto para que salgan juntos de la habitación- las sagradas escrituras nos dicen además que debemos estar siempre dispuestos a las buenas obras. De mi parte, le aseguro que esta noche, estará en mis pensamientos y oraciones ante el altísimo, pues pediré mucho por usted y porque su noble misión de cuidar del señor Grelliam, no le traiga problemas con mi benefactora.

Cuando ambos están ya en el pasadizo, Rory se ha convencido de descender al primer piso también,  para quizá compartir unos minutos de la celebración de los Evans, pero entonces el repentino sonido de pasos en las escaleras hacen que salten sus alarmas, y sin saber que más hacer, atina a tirar del brazo de Crouch y lo empuja hacia la pared en la parte menos iluminada del pasadizo, con la esperanza de que puedan pasar desapercibidos.

Conteniendo el aliento, es capaz de sentir su propio corazón más acelerado de la cuenta, y ello combinado con el involuntario roce de su cuerpo con el del mago, hace que la adrenalina se dispare en su interior. Aun así, se mantiene de espaldas a él y con la vista fija en el pasadizo, a la espera de reconocer quien es la persona que se asoma.

Para su fortuna, la pareja que termina por aparecer solo tienen ojos para sí mismos, y parecen bastante bebidos, aun cuando el bochorno de presenciar como se besan frenéticamente hace que Rory se ruborice mucho más de lo que ya lo ha hecho en toda esa noche, especialmente cuando ve como tanto el mago como la bruja (que para su asombro, reconoce que es Madeleine Moody) entran en la misma habitación que hasta hace solo minutos ha compartido con Hessenord, para utilizarla de un modo, sospecha, completamente diferente.

— ¡Virgen santísima, esa fiesta si que es una auténtica perdición!- es lo primero que dice, cuando nuevamente está a solas con Hess, ya con una prudente distancia entre ambos, y convencido de que definitivamente, tiene que salir de ese lugar cuanto antes.

Editado por Rory Despard
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Sus mejillas sonrosas y sus ojos brillantes, son una inequívoca señal de que el vino se le ha subido ya a la cabeza. Sonríe con cierta timidez cuando escucha a Hannity referirse a ella como "profesora Moody", pero asiente levemente al escuchar su afirmación, aunque ella la había convertido en un comentario más agudo de lo que había pensado. No piensa añadir una palabra más pues no quiere interferir en la dinámica familiar que parecen tener, pero Bel aprovecha de lanzar una puya hacia los Moody que le arranca una risa. Ciertamente, no puede negar que ellos también son un poco estrambóticos. Honestamente —y no está tan borracha como para decirlo en voz alta—, para ella es un alivio que Richard desaparezca. Acerca de Catherine, no puede decir mucho pues apenas conoce a la madre de Madeleine. Y tampoco estuvo presente para ver el pequeño drama que hubo entre las dos, quizás por eso no le da mucha importancia al tema.

—Estoy segura de que todo está bien —comenta Ellie, luego de darle otro sorbo a su copa—. Por fortuna, los Moody más extraños se fueron y sólo quedamos los nor... —pero su voz se ahoga, cuando la música que comienza a sonar es una que le causa escalofríos, pues la ha escuchado a altas horas de la noche en casa. Al mirar hacia el lugar de dónde vienen las carcajadas, observa que Melrose está muy emocionada haciendo una rutina de baile. Ellie apartada la mirada rápidamente y se bebe el resto de su vino en silencio, esperando que sus palabras hayan pasado desapercibidas. A veces, es duro ser la persona más sensata de su casa.

Para su sorpresa Bel vuelve a unirse a ellos, aunque no se había percatado de que se había separado temporalmente del grupo. Del paquete de comida envuelto en un pañuelo, percibe un aroma a queso, masa y mantequilla. Escuchó varias veces el nombre del platillo, pero para ella era algo desconocido que no podía imaginar, ni siquiera registrar el nombre mentalmente. Quizás, debería pasar por la mesa de comida y prestar un poco más de atención a lo que los Evans ofrecían a sus invitados.

Los siguientes momentos son bastante confusos para ella, pues no entiende por qué suceden. La extrañeza de los Ollivander, sumado a su estado ligeramente alcoholizad, son una mezcla peligrosa para su mente. Por lo que alcanza a entender, Garry siente que no puede llevarse la comida que Bel le ha entregado y que debe ganársela... ¿haciendo karaoke? Pero no es él quién cantará, sino Hessenordwood, que es ¿una especie de acompañante de Garry? ¿Y en qué momento había aparecido? ¿Eran familiares o algo por el estilo? Ellie parpadea, confundida, sin entender de dónde ha salido ese mago macabro ni tampoco cuál es el curso de razonamiento de la mente de Garry, y está demasiado asustada como para intentar averiguarlo por su cuenta. Si tuviera que describir aquella situación, un término adecuado sería "sueño febril". Quizás, aquella es la señal del universo para frenarle un poco al vino y beber un gran vaso de agua.

—N-no te preocupes, Grelliam —se apresura a decir Ellie, luego de decidir que aquello es demasiado extraño para ella. La necesidad que tiene Garry de "pagar" por aquel obsequio, la presencia de Hessenordwood, el baile de Melrose... definitivamente, necesitan un momento de paz—. Es un obsequio el que te acaban de dar, no es necesario hacer algún tipo de negocio —explica, sin darse cuenta de que tiene levantadas las manos mostrando las palmas, como si estuviese frente a un criminal que la está intentando asaltar con un arma de fuego—. Además, parece que los chicos se han emocionado con este bailecito que está de moda, no creo que quieran ceder el puesto —añade, con una risa nerviosa. 

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sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

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Bel Evans Ollivander

Observar a Hannity, presentándose ante Melrose y Lils, quienes no han parado de reír por lo que han hecho (y siguen haciendo) con el cuerpo insconsciente de Jank, y riendo ella también, me reconfortó. Junto a mí, no parecía que Garry fuese consciente de eso, pues tenía la vista puesta en arrancar hasta la última semillita de sus fresas antes de comerlas. 

¿Por qué estaba insistiendo en no aceptar de buen grado la comida que lo había hecho asistir a la fiesta de todas formas? Porsupuesto era esta una conducta engreída que le había visto en otras ocasiones, pero en alguna parte dolía que aunque me viese directamente, en sus ojos se dibujase la confusión y no el reconocimiento. 

De repente, la mención del nombre de Hess hizo que de inmediato diera media vuelta para ver hacia las escaleras. Efectivamente, el corpulento mago estaba allí, y acercándose hasta donde me encontraba junto con Ellie, no tardó en presentarse y ofrecer disculpas por los posibles problemas que Garry hubiese causado, como si ya estuviese acostumbrado a hacerlo como parte de un protocolo. 

Incluso en el tono e indicaciones que daba, había una condescendencia que de inmediato me sublevó. ¿Qué se creía ese mago para tratar de esa manera con él? Era verdad que lo cuidaba y veía sus asuntos en la Heredad, pero bajo mis parámetros aquel trato excedía al de un mero empleado.

El verdadero problema, no obstante, era que funcionaba. Garry respondía, prestando atención a lo que Crouch le decía y expresaba a él sus propios pensamientos y deseos de una manera  que no hacía con nadie más, especialmente conmigo. Casi como si en ese espacio el mago fuera lo únicamente real o confiable a lo cual asirse.

Y si le hacía bien ¿Por qué tenía que importarme a mí? ¿Porque dolía aceptar que fuese Hess y no yo en quien Garry se apoyase? ¿Por qué me lastimaba que se permitiera con él un intercambio desigual que no se permitía conmigo, queriendo retribuirme hasta por la comida que voluntariamente yo había ido a buscarle?

Quizá porque en el fondo de todo, nada me dolía más como la idea de que Garry me tomase como una extraña. Así que debía calmarme, pues de eso dependía, que la situación no se saliese de control y emperoase como lo había hecho en otras ocasiones. 

Es cierto que Crouch no fue invitado- aclaré de inmediato- Pero no habría spanakopita en esta fiesta si no hubiese pensado que así fuera remotamente, encontrarías la forma de venir querido. Así que dejen de decir ambos, que están estorbando.

Dejando la posición que había tenido hasta entonces, acuclillada frente a Garry para dejar esa comida en sus manos, me puse de pie y volví la vista a Hess. No, aún necesitaba encontrar respuestas a la naturaleza tan fuerte de la conexión que ambos parecían compartir, incluso a pesar de aquella punzada incómoda que me generaba la presencia del mago, si le hacía bien a mi querido Ollivander... estaba dispuesta a tolerarle, por tratar de averiguar algo más.

Aparte, si Hess terminaba alcoholizado, constituía una oportunidad única para devolver lo vivido aquella noche en su piso del Palacio Rosa, dónde la celebración había terminado para mí con ciertas lagunas mentales entreveradas a fragmentos incomprensibles de recuerdos. ¿Que mejor devolución que hacerle experimentar en carne propia eso mismo?

La intervención de Ellie en ese momento resultó un aliciente útil a mi propósito; aún cuando el alcohol parecía haber provocado en ella una cierta paranoia y temor, llevándola a asumir una posición corporal un tanto defensiva, sus palabras dirigidas a Garry bien podían ayudar a que él reaccionase. 

Me concentré en Hess entonces, que tan apurado parecía por querer sacar al patriarca de allí. 

Créame señor Hessenordwood, que sería un desaire mayor a la familia solo irse de aquí. Tal cual menciona Ellie, no hemos pedido nada a cambio de esa comida, pero nos halagaría que se uniese a la actividad de karaoke que empezará en breve- volví la vista a la menuda Moody y sonreí con cierta malicia-  vi que Mel ya les anotó para una canción a dúo, precavida muchacha vaya, así que si arranca con ustedes, eso permitirá al señor ganar minutos para decidir su tema.  

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Vuelve a palmear sobre los hombros de Garry, con un apretón apenas sobre ellos tras los comentarios adicionales de Evans y Moody para que el Ollivander termine de convencerse de que no es necesario un pago, de cualquier tipo, por la comida que le han ofrecido. No obstante le preocupa el hecho de que Grell ha comenzado a temblar nuevamente aun con su abrigo sobre él luego de que Bel saliera de su campo de visión, supone que es solo uno de esos reflejos tardíos del aletargado hombre, lento hasta para estas cosas, pero por si las dudas es mejor mantenerlo apartado de Bel Evans y Hannity el mayor tiempo posible. 

Razones para traerlo aquí desde un principio a Hessen no le faltaban después de todo, de hecho, había sido el mismo licántropo el que se ha colado en su chimenea por cuenta propia luego de una tarde insistente de cuestionamientos por parte del patriarca de la familia que finalizaron en un interés poco usual en las actividades nocturnas del demonio. Finalmente a Hess lo había conmovido la melancolía de un Garry abatido en la soledad de su biblioteca, además de que había prometido tratar de matar el tiempo en la cocina, lo que a la larga nunca termina saliendo bien.

Pero mucho trabajo le había costado desocuparse y agendarse esta noche para Rory y, si la cosa continuaba así de mal, terminaría desperdiciando lo que le resta de tiempo en una velada de karaoke con un montón de personas que ni siquiera les agrada. Ni en su época de adolescencia había mal invertido su tiempo de esta forma. Cavilando mejor, salvo por el tipo de actividades, esto no era más diferente a estar en una de esas fiestas aristócratas o de calidad importante, a las que suele, o solía, asistir por mero compromiso.

Estoy seguro de que hay otras formas en las que puedo compensar su desaire, señora-, puede sentir el peso en la mirada de Bel como un bloque duro sobre sí mismo, no se necesita ser demasiado perceptivo tampoco para esto, ha tratado con gente difícil antes y el hecho de encontrarse en una fiesta de Evans no lo hace nada mejor. No puede encontrar al menos el modo de sacarle provecho a corto plazo a esto si se queda.

Echó un vistazo a su alrededor, tratando de rápidamente poner un nombre a los rostros que no conoce sobre los que ya tiene memorizados, solo ve a un par de ellos más conocidos que otros y no necesariamente son algo bueno de encontrar, o no lo son por lo menos en estas circunstancias. Mucho menos tiene por ahora un interés en estas personas, pero no pasa desapercibido que, haciendo aun lado el festejo, éste es un evento que desafía las leyes actuales impuestas por la ministro de magia. Comprende entonces que, lejos de lo que superficialmente pudiera aparentar, esta reunión tiene un propósito más importante o sobresaliente que solo perder la razón ahogados en alcohol de mal gusto.

Ahh-, pero que ganas de volver a la habitación de arriba con Rory, aun si el pelirrojo se la pasaba canturreando versículos por el resto de la noche por todas las cosas malas que puede la gente llegar a pensar si se pasaban el resto de la noche encerrados en esa maldita habitación.

Pensándolo mejor, eso quizá tampoco era buena idea.

Hess-, el muchacho lo llamó de nuevo, hay apuro esta vez, y lo hace apartar la mirada rápidamente que sin conciencia mantenía sobre las escaleras. No es que hubiera esperado que un milagro venga de ahí arriba tampoco.

Si, bueno…-, la pausa es larga porque a pesar de que piensa rápido no puede encontrar cómo salir de aquí. —Mi hermana Sally siempre decía que nací con un buen tono de voz-, es bastante natural de todas formas; la sonrisa bonachona y el asentimiento de que está convencido por esto, hasta cierto punto, una parte de él ha comenzado a creer que lo está, de otra forma no podrá convencerlos de lo contrario. —Aunque no la he visto desde que cumplí los quince, pero mi voz no debe haber cambiado mucho desde entonces ¿cierto?
 

Editado por Hessenordwood Crouch
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Bel Evans Ollivander

De repente un fuerte pitido hizo que desviarse mi atención hacia donde los demás Evans. Alguien había tropezado con el cable que alimentaba el estéreo y la alegre música del baile de El Tucanazo había dejado de oírse, dando paso a la quejas de los bailantes que levantaban los brazos alegremente.

Dados los llamados insistentes, me excusé con ambos magos y con Ellie para averiguar que había ocurrido y comencé a caminar siguiendo aquellos cables hasta el punto donde se suponía habían sido conectados. Usar electricidad era solo otra medida más para que la concentración de magia no levantara las sospechas de la molesta gente de la ministra. Y todo indicaba, que había dado resultado. 

No tenía idea de a quien me encontraría allí. ¿Algún Evans buscando por la vía equivocada un baño para ocupar ante una urgencia? ¿Alguna parejita que podía haberse escapado a nuestra vista? (Si me detenía a pensarlo ¿A dónde es que había ido Madeleine?) Pero la sorpresa fue absoluta cuando encontré allí a nada más y nada menos que mi elfina P-ko. Incluso sin la media docena de botellas de cerveza de mantequilla que tenía a su alrededor, resaltaba en sus mejillas y nariz enrojecidas,  los signos de un alarmante y avanzado estado de embriaguez. 

No tardaron en llegar otros elfos al lugar. Me parecía que quien dirigía el grupo era Pallas, pero ya segura por las palabras de ellos que P-ko estaría bien, volví al centro del evento. Todos ellos habían insistido en que plancharian sus orejas si un asunto asi cancelaba la hora de karaoke, así que, con la música volviendo a sonar anuncié para todos el inicio de la actividad, entre vivas y estridentes sonidos de vuvuzelas. 

En el mismo rincón donde los había dejado seguían las mismas tres figuras, componiendo un extraño cuadro entre la altura de Hess, el compacto cuerpo de Ellie y el bulto que casi parecía Garry arropado en ese abrigo ¿Acaso se estaba quedando dormido o era otro de sus dramáticos engreimientos? Resultaba extraño que en aquella breve interrupción sufrida, mientras todos alegremente examinaban la lista de canciones,  Hess hubiese vuelto a ver hacia las escaleras hasta dos veces.

Sus gestos perfectamente ensayados impedían saber qué clase de emociones llevaba por dentro, pero percatarme del asunto hizo que de inmediato retomara mi plática con él, en lo que extendía para ellos la lista de canciones disponibles.  

 — ¿Se le extravió algo arriba Crouch? Veo que ya son dos veces que voltea a ver hacia allí. Puedo asegurarle que no va encontrar algo que pueda servirle, a menos claro que desee acostar a Garry en una de las habitaciones. Igual y no se lo recomendaría ¿Sabe? Porque este local servía para que las parejas de recién casados consumaran sus uniones nupciales, entonces, ya imaginará la clase de decoración y detalles con que cuentan.

Sonreí y con una risita escribí en un trozo de pergamino el título de la canción que cantaría. Mientras tanto, no tenía idea de lo que ambos hombres podían haber dicho en mi ausencia, pero Hessen se mostraba no solo dispuesto a participar del karaoke sino que hasta hacía bromas respecto a su voz, con ese tonillo que a veces me sonaba tan impostado en su amabilidad, que terminaba provocándome irritación.

Usted lo sabrá mejor que nadie señor Crouch, pero si gusta, allí en la tercera sección hay un amplio repertorio de canciones teen que podrían encajarle perfecto en caso haya mantenido su juvenil voz. De todos modos, su vanidad es idéntica a la de esos idols adolescentes.

Eran apenas la una de la mañana. Y me preguntaba, si entre la amplia red de información que el mago poseía, alguien le habría advertido que las fiestas Evans solían ser hasta el amanecer.

¿Sería que él resistiría?

Editado por Rory Despard
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La respuesta de Mel no la satisfacía del todo, sin embargo eligió creerle, sonriendo de forma maliciosa a la mención de Richard, pues no sabía que tan bien intencionado había sido al enseñarle ese tipo de hechizos, aún así prefirió callar cualquier comentario.

Apartándose un mechón de rizado pelo de la cara prestó atención a su alrededor, notando el cambio de ambiente especialmente en el grupo formado por su tía Bel y otros dos magos más, no obstante, prefirió quedarse dónde estaba, sorprendiéndose ante el efecto y disculpa de Mel ante el hechizo poro efectivo de limpieza.

- No te preocupes - restó importancia antes de tomar su larga cabellera negra para comenzar a trenzarla - Más tarde iré a tomar un baño - explicó.

La parte oculta de aquello era que tomaría represalias por eso, aunque los medios aún no estaban del todo claros. Y mientras calibraba aquello, tomó la botella que la Moody le ofrecía, bebiéndola de golpe antes de darse cuenta de que solo era agua.

- Muy lista - siseo antes de dejar la botella de plástico vacía en una mesilla cercana, acercándose con paso decidido hacía la mesa principal para volver frente a Mel con dos caballitos de tequila y unas galletas de mantequilla entre los brazos. 

- Toma - ofreció extendiendo la siniestra, antes de tomarse el otro vasito de golpe, carraspeando en el acto. - ¿A que es reconfortante? - musitó a nadie en particular asintiendo a la pregunta que Mel hacía. 

Pero antes de poner su atención por completo en la búsqueda de una nueva canción, llamó su atención la aparición de la joven que había pasado parte de la velada al lado de Bel. 

- ¿De verdad lo crees? - inquirió entornado sus orbes zafiro con curiosidad - ¿Tú mamá? - ... debía admitir que el alcohol estaba haciendo mella en su memoria de una manera por demás agresiva porque juraría que no sabía a quién se refería en cuánto a parentezco, aunque su aura le daba un parecido a ... 

Y abrió los ojos de forma casi cómica cuando un click profundo se llevó a cabo entre sus neuronas. 

- ¡Mucho gusto! - exclamó extendiendo la mano y por ende el brazo, que segundos antes estaba lleno de galletitas, cayendo todas al suelo. 

<¡Bravo, Lillian! Te mereces el nobel de inteligencia> pensó mientras un ligero rubor rosado cubría sus mejillas. Ni siquiera sabía como siendo tan torpe había sido capaz de hacer de madre de Max. 

- Lo lamento... creo - se disculpó antes de continuar como si nada - Soy Lillian, hija de Pad y sobrina favorita de Bel, mucho gusto - explicó descaradamente. Quizás algunos oídos habrían encontrado aquello por demás innecesario u ofensivo, pero poco le importaba ya que después de tanto tiempo autoexiliada lo que los demás pensarán de sus palabras o acciones era por demás irrelevante. 

- ¿Te nos unes? - invitó dejando un espacio entre ella y Mel, acordándose justo a tiempo del tiradero a sus pies por lo que antes de comenzar sacó a Evenstar disimuladamente, agitándola suavemente para hacer desaparecer las migajas de galleta. - ¿Alguna sugerencia de canción? - inquirió a la Ollivander, pues no se creía que Mel no hubiera escogido la canción anterior. 
 

 

 

@ Melrose Moody  @ Hannity Ollivander Evans

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  • 2 semanas más tarde...

Melrose no sabe si sentirse segura o amenazada al lado de Lillian, así que decide actuar con algo de cautela, si bien la actitud de la muchacha la divierte. No porque se burle de ella o se sienta superior: al contrario, la muchacha luce encantadora, como si intentase deshacerse de un pensamiento malo a medida que bebe. Melrose asiente ante su ofrecimiento y se toma la bebida de un tirón. Quema en la garganta pero es un escozor agradable, tal cual ella dijera. 

A la par, la bruja percibe el sonido del saludo y la felicitación de la nueva acompañante que se aproxima, por lo que le devuelve la sonrisa. Hannity, que así se llamaba, se había dirigido a Lillian, no a Melrose, pero ella agita la mano de todos modos y dice su nombre, para que ella lo sepa. Las brujas parecen comunicarse bien a pesar de que las palabras de Lillian suenen un poco aisladas, como si pensara mucho en ciertas cosas luego de concluir sus frases.

A causa del incidente con las galletas, Melrose se sienta en el suelo para comerse las que ella dejara caer (de alguna forma, en su cabeza tiene la impresión de que eso restaría importancia al hecho, que parecía haber originado cierta incomodidad en el rostro de Lillian) pero la bruja ya se había apresurado a desaparecer los restos. Melrose queda devastada pero no quiere admitirlo, así que en lugar de eso, decide traerse una canastilla con galletas nuevas de la mesa del buffet. 

Cuando regresa, ambas están hablando del karaoke, así que toma una y también otro shot de esos que Lillian le invitara y se lo toma luego de comerse una galletita ¿qué canción irá a solicitar Hannity? Por un momento, la música se había detenido y Mel había alcanzado a captar que al otro lado de la sala también estaban hablando del karaoke pero es un momento tan corto que le resta importancia. Después, sus oídos ya están embotados por el volumen lo suficiente como para neutralizar sus poderes de licántropo, de forma que está tan inutilizada como cualquier humano para enterarse de la conversación que se desarrolla entre Ellie, Hessenodwood y Bel.

@ Hannity Ollivander Evans  @ Lillian Potter Evans  @ Rory Despard

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Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

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Las reacciones de Melrose no pasaron desapercibidas para la Evans sin embargo, optó por dejarlas pasar, ocupando su mente en maquinar la dulce venganza pero sin dejar de prestar atención a lo demás.

El ambiente en un lado de la gran habitación parecía algo caldeado, aunque aquella conclusión se le antojaba algo precipitada puesto que conocía de sobra a Bel. 

Y por si fuera poco, Hannity parecía haberse quedado pensativa, lo cual hacía que todo aquello resultase cómico al punto de lo sarcástico, aún así Lily prefirió tomar las riendas de la situación sacando de un bolsillo oculto en su vestido un artefacto muggle por excelencia: un celular. 

- ¿Cuál será conveniente? - murmuró mientras observaba atenta la aplicación de música mundialmente conocida -hablando mugglmente- spotify. Sus listas de reproducción variaban tanto que la indecisión se reflejo en su rostro, sobre todo por qué después de la canción de Mel, lo que ella escuchaba por más ecléctica que fuera le parecía fuera de contexto.   

Aunque también sentía prisa en encontrar algo puesto que sentía que las personas que se encontraban junto a su tía Evans les quitarían la valiosa oportunidad de adueñarse por el resto de la noche de aquel karaoke. 

 

 

 

@ Melrose Moody @ Hannity Ollivander Evans @ Rory Despard @ Jank Dayne

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Precisamente esto es por lo que no salen muy seguido. Las luces y la gente son para Agnes una distracción más, y en lo que para ella es un abrir y cerrar de ojos, un gran rato ha pasado. Más gente ha llegado y en un punto Scavenger tuvo que aceptar que ni siquiera ella conocía a todos los presentes. Echando un vistazo a su alrededor, puede ver que las personas están regadas por toda la habitación en pequeños grupos, juzgando por los gestos y expresiones, parece que algunos están manteniendo conversaciones muy intensas.

Nadie parece alerta o preocupado, así que asume que estas conversaciones son naturales entre familias tan largas, ella con su apartamento vacío no tiene contexto para lo que es tener una casa llena de gente. A su lado, Scavenger observa a las personas con una mirada triste.

— Okay. Suficiente. Es tiempo de socializar. — Suelta, mientras toma a su amiga del brazo y la guía al grupo de gente más cercano (que no parece estar a la mitad de una pelea, al menos).

— No estoy--

— Sin excusas, — interrumpe a la morena. — Estás a punto de dejar este lugar por quién sabe cuánto tiempo y no te vas a pasar tu última tarde mirando a tu familia desde una pared.

En el grupo más cercano, una mujer de cabello oscuro sostiene un celular en la mano. Scavenger la había señalado como Lilian, a su lado otras dos mujeres cuyos nombres, según su amiga, son Melrose y Hannity. Por las miradas que Lilian lanza hacia el karaoke, parece que está eligiendo una canción.

Jalando a Scav del brazo, saluda a las mujeres, con una sonrisa.

— Hola, — dice Scav después de ella, sus mejillas un poco sonrojadas, aunque no puede adivinar si es por pena o por el vino. — ¿Van a usar el karaoke? — pregunta.

Antes de que puedan responderle, Agnes aprieta su brazo levemente, y Scav se apresura a añadir.

— Esta es Agnes, por cierto. Viene conmigo.

Agnes sonríe para las presentes, esperando que no hayan interrumpido alguna plática importante.

something amazing: a boy, falling out of the sky
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