Gala de Beneficiencia - Consulado Italiano

[David Augustus Lestrange]

—Esta mujer... —se lamentó moviendo negativamente la cabeza. 

Se estaba refiriendo a su hermana, que era una pésima influencia. Había acudido a la velada con la única intención de sacarla pronto de allí. En otras palabras, iba para ser la excusa perfecta con la que poder irse cuando le diese la gana. El problema es que fue escuchar que había subasta y querer quedarse. Suponía que su hermana tenía alguna clase de problema. Le encantaba organizar en eventos y fiestas, así como participar en ellos. ¿Por qué era eso un problema? Pues porque lo decía él, que era su hermano mayor y por lo tanto quien en la teoría tendría que mandar de los dos.

Repetimos, en la teoría. Porque en la realidad su hermana no le hacía caso nunca. Era como hablar con una pared. Bien era cierto que tampoco era la clase de familiar pesado e insistente que la molestaba todo el rato, más bien al contrario, le dejaba mucho espacio. En su interior le gustaba que lo pasase bien siempre que quisiese. A fin de cuentas era adulta y sabía lo que tenía que hacer. Y, en principio, nunca había dejado desatendido su alto cargo en el Ministerio a causa de una celebración. Pero, por otro lado, la misión de todo hermano mayor era molestar. En todo momento, sin importar el motivo.

Durante el tiempo que la subasta se estaba celebrando se mantuvo bien al margen, sin querer interrumpir, sin querer hacer o decir nada. Sin ser afectado por nada, ocultándose cuando la situación se tornó peligrosa. Atento a todo, pero al margen. En segunda línea. Parecía que aquello se había relajado, así que podía volver a mantener una conversación con su familiar antes de que hubiese algo nuevo que los interrumpiese. Se acercó, pues estos últimos minutos se había alejado para quedar en ese segundo planto tan deseado. No recordaba la última vez que había participado en una subasta, pero ya no gastaba los galeones con tanta locura como lo hacía en el pasado. 

Ahora su hermana no estaba sola, pero estaba con una persona que también era de su confianza. ¡Su madre adoptiva!

—Por el dinero que has ofrecido por un paseo turístico por el coliseo romano, yo te hubiese dado un paseo turístico alrededor del mundo. —exageró. Claro que exageraría, pero eso era lo divertido. Estaba quejándose. —¿Quieres arte? ¡Yo te hago gratis un dibujo!

[Mica Gryffindor]

Notó a Illidan pensativo unos instantes, tal vez pasaban por su cabeza tantas cosas como por la propia, pero sintió inoportuno preguntarle. Sin embargo, sus palabras no tardaron en llegar, explicando en parte sus preocupaciones. 

-¿Falencia? Yo creo que has podido resolver todo de buena manera... Nadie puede prever ese tipo de incidentes, simplemente pasan. Lo que importa es enfrentarlos y que la gente esté segura pese a ellos. -Intentaba despojarlo de esas ideas. Comprendía que todo eso era más complejo para él que una simple cita con malos recuerdos y se sintió bastante egoísta por sus propias inquietudes previas. 

Notó que él la miraba y sonreía, su forma de hablar cambió entonces al referirse hacia ella. Se dejó llevar por sus brazos hasta caer en su regazo. Ella también sonreía, él lograba eso en forma automática. Sus mejillas se encendieron al encontrar su mirada, y oír aquella pregunta. -¿Qué tienes tú, que me has atrapado en esta trampa de la que difícilmente salga? - susurró.

Estaba muy cerca de sus labios, podría perderse en ellos y quedarse allí el tiempo que fuese. Otra vez sucedía: nada más existía alrededor, solo el hombre que la rodeaba con sus brazos y ella, perdidos y olvidando todo lo demás.

-Aunque... no quiero salir -agregó antes de rozar con mucha delicadeza sus labios, apenas permitiendo el contacto antes de volver a separarse unos milímietros. -¿Qué me has hecho? -sentía en su corazón latía tan fuerte en su pecho que casi podría escucharse. 

@ Illidan Black Lestrange

[Alyssa Black Triviani]

Había aterrizado encima del Malfoy, el costado de su vestido rasgado por el que podía verse el perfil de su pierna derecha, entrelazada con las del fenexiano mientras que sus manos permanecían sobre el pecho del mago. Sus rostros a escasos centímetros el uno del otro, y mientras sus risas se extinguían Cubias depositó un suave beso sobre la comisura de sus labios. Alyssa esbozó una amplia sonrisa mientras que sus ojos se encontraban con los del mago, atrapados en un intenso intercambio de miradas que parecía dejar todos sus sentimientos y emociones expuestos. El silencio se prolongo mientras que la pareja se veía incapaz de romper el contacto visual, en su interior la Triviani podía sentir su corazón latiendo como loco y su estómago dar vueltas con una intensa sensación de vértigo. 

Le asustaba la intensidad de sus emociones. Estaba acostumbrada a estar siempre en control, pero ahora sentía que este huracán de impulsos y sentimientos que ni sabía que tenía, acabarían tomando control de ella. Esbozando una pequeña sonrisa, se acercó lentamente hasta que sus labios se encontraron con los del Malfoy en un suave pero intenso beso que parecía transmitir mucho más que solo pasión. Al separarse se quedó suspendida sobre sus labios, narices rozándose y frentes tocándose, permanecieron así por unos segundos hasta que la Triviani se apoyó en sus manos extendiendo los brazos, poniendo cierta distancia entre ellos. 

- Deberíamos volver – anunció la viceministra, aunque esbozando una picara sonrisa - Tal vez podrías ofrecerme un baile antes de que termine la noche, como anfitriones deberíamos estar presentes para despedir a los invitados.

No podía borrar la sonrisa de su rostro, al final aquella velada había resultado mucho más divertida de lo esperado, pero ya era hora de que regresaran al salón y atender a sus responsabilidades. Después de todo eran el Ministro y la Viceministra, su ausencia no pasaría desapercibida y de seguro esto ya daría mucho de qué hablar, pero Alyssa no quería darles cabida a que exagerasen aquellos rumores. 

Con dificultad, unos cuantos gruñidos y risas, finalmente se puso de pie y ayudó a Cubias en la ardua tarea de salir de aquellos arbustos. Su varita se materializó en su mano derecha, blandiéndola con soltura reparó los daños en su vestido, curó los pequeños cortes y limpió su imagen hasta no dejar rastro alguno del pasional encuentro con el Malfoy. Excepto por su corazón que aún latía con furia, el obstinado rubor que pintaba las mejillas, el brillo en sus ojos que iba a juego con aquella sonrisita que no parecía abandonar sus labios. 
 

 

@ Lord Cubias

[Malum Luxure]

El revuelo fue una clara advertencia de que los Mortifagos podían estar a la vuelta de la esquina, eso ni hizo soltar una risita, cuando llegue a mi bella y la cubrí ella me abrazó regalandome un beso en la mejilla más un te quiero, es de las pocas personas que no me transmite dolor cuando hace contacto conmigo, aquello seguro significaba que la francesa es un ser muy querido para Lady tanto como para mí.

Todo había sido un floreo de presencia y simplemente amé ver el susto en los rostros, pero también presté especial atención al cambio negativo de otros...es posible que sean fénixianos? Sentía tanta tentación de probar mi teoría pues el asunto de parejitas tan melosas me tenía con algo de hartazgo, en ese momento mi dulce @ Ada Camille Dumbledore  me llevo al centro de la escena, disimulado bastante bien la situación, pues todo fue un simple susto y aquella gala volvía a su curso normal, ella ofertó por los premios de su interés y por lo visto ese fue el fin de la subasta.

Cuando me iba a girar a ver al secretario @ Sean -Ojo Loco- Linmer  pude notar que hablaba con @ Ericen  ya no sabía si acercarme o no era seguro, en aquel momento otra voz nos hizo el encuentro, era nada más que mi pequeño adoptivo @James Fleamont Potter al parecer estaba hablándole a mi bella.

-Supongo que me saludarás...tú niño mal aprendido...o yo no te enseñé modales?- Le dije en tono bromista, muy pocas veces yo hablaba así ya que por lo general mi semblante era uno muy serio y estético.

Las voces llenaron nuevamente el salón y entré ellas anunciaron los ganadores, me sentí complacida al oír que mi hermanita había ganado los premios por los que había ofertado, para mí sorpresa yo también salí llevando algo...nada más y nada menos que la clase de pociones con @Ludwig Malfoy pero más me sorprendió fue que el hechizo de familiaridad funcionará, ya que él me había llamado su sobrina, podría ser que los italianos investigaran el árbol de Triviani? Y donde debía figurar el nombre de Lady...por medio de la magia figuraba el mío? Eso sería tan interesante de comprobar.

-Felicidades mi preciosa flor haz vuelto a ganar.- Felicite a la mandataria Francesa y una nueva voz hizo lo propio era @ Ashley Emily Black Lestrange M.  a quién no conocía pero me pareció amable regalarle una sonrisa.

El acuse normal de los acontecimientos seguía a su tiempo, deberíamos reclamar nuestros premios y pagar lo ofrecido para estar en paz con el asunto de la mentada caridad.

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[Sagitas E. Potter Blue]

SAGITAS:

Alrededor de los invitados (yo lo era, en este momento), se empezó a crear una guardia de personas que intentaban repeler el ataque mortífago (es decir, el que yo acababa de abandonar momentos antes). Lógicamente, tras mi disfraz de ciudadana asustada sorprendida por un suceso (des)agradable, me fijé bien en la cara de los que intentaban reaccionar de forma tardía a nuestra presencia. Era bueno conocer el rostro de los (presumiblemente) miembros de la Orden del Fénix que habían tardado en responder, tanto que nos había dado tiempo de salir con nuestras máscaras y (a algunos) volver como invitados a la subasta.

@ Sean -Ojo Loco- Linmer  parecía ido cuando le pregunté sobre lo sucedido. ¿Iba bebido? 

-- ¿Gastar dinero en tontadas? ¡Ay, hombre de poca cultura! Pocos son dados a contemplar el arte por el arte. Tú eres de los que prefieres robarlo, si no recuerdo mal. -- Aunque quería mostrarme algo enfadada, me resultaba imposible. Estaba demasiado divertida con lo ocurrido instantes antes. Además, ni sabía qué estaban subastando y para qué; yo , allá, estaba sólo de chafarderío.

Alguien saludó a Sean y noté que era Ada, quien pujaba por algo que no llegaba  a ver en aquel momento.

-- Ay, Sean, no me digas que ahora vuelas alto. ¿La ministra francesa? Te recuerdo que es familiar mía y que... --No, aquello de su padre no hacía falta decirlo en público, nadie debía saber que había intervenido en su muerte. -- Y que yo protejo a los míos de forma muy salvaje. Aún te debo una por lo de mi hija así que no tenses más el arco, por si acaso. Y tampoco te hagas el encontradizo con Lady ( @malum) porque es mi bisnieta.

Hacían más anuncios de galas y premios. Me dio la sensación de que aquello estaba acabando, pero me daba vergüenza preguntarlo pues yo, al fin y al cabo, sólo llevaba allá... ¿unos minutos?

Editado 18 de Octubre del 2021 por Ericen

[Ada Camille Dumbledore]

La realidad era que me gustaba el azar, era interesante ver como hacías o no un movimiento por probar tu suerte y la misma te sonreía, era algo que solo usaba en mi vida personal y la verdad me divertía. Hacía ya un tiempo en una subasta me había hecho a una reliquia muy particular que era uno de los tesoros que más quería y que más quería y que sinceramente era muy especial para mi: La tiara de Sissy. Desde aquel entonces mi curiosidad por él azar había subido y en esta ocasión había contado con suerte, tres de tres era algo que no podía pasar desapercibido. La joven @ Ashley Emily Black Lestrange M.  , quien era toda una dulzura de niña, me había felicitado y con cariño le sonreí con alegría.

-    Gracias mademoiselle, ha sido muy grato esto y con gusto saldré feliz de esta gala

 

La verdad estaba emocionada, @ Malum Luxure  a mi lado parecía tan feliz como yo, ella siempre era una dulzura de joven, teníamos la misma edad y nos entendíamos a la perfección. Un rubio que había estado observando todo vino hasta mí, adoraba a mí hermano @ James Fleamont Potter pero era inevitable que él saliera con alguna crítica con respecto a mi comportamiento, voltee a verlo conteniendo la risa para no burlarme de su opinión no pedida.

-  Cariño no pague por el paseo, sino por la compañía, esa dama es hermosa y será mi guía por el coliseo en una visita privada…

Le guiñe el ojo y le bese la mejilla, lo acerque a nosotras tomándolo de gancho y lo hice poner en medio de Malum y de mí.

 

-si me dibujas algo lindo puedo pagar por eso... No se como puedes estar de aguafiestas aquí si estas con dos mujeres hermosas que te quieren, solo muéstrame un mago más afortunado que tu en este lugar.

Vi un elfo con una charola y me apresure a tomar varias copas y a dárselas a cada uno, ya los tres con bebida levante mi copa.

-  Por la fortuna que me han traído ustedes, por tenerlos a ambos a mi lado. 

Sonreí mirándolos a ambos

[Ludwig Malfoy]

Finalmente la subasta había concluido y el rubio tuvo que retirarse por unas horas para poder iniciar todos los trámites administrativos y entregarles a los ganadores sus certificados de compra, por su parte sabía que tenía que preparar una clase de pociones para su sobrina así que decidió acercarse a ella antes de que se pudiera retirar. Se alejó un momento de su prometido dándole un beso en la mejilla y se acercó hacia Malum quien estaba en una de las mesas contiguas.

-Hola Malum, tiene tiempo que no nos vemos – comentó el rubio hacia la chica – primero que nada deseo felicitarte por haberme comprado y agradecerte por la donación que has realizado, todo lo que aportaste será reconocido y ayudará a encontrar una cura más rápido para el virus.

Acto seguido se cercioró de que ninguna de las sillas adyacentes estuviera ocupada y tomó asiento mientras uno de los elfos le servía una copa, sacó un sobre y se lo entregó en las manos, era un certificado de compra el cual validaba la puja que su sobrina había dado y ahora solo quedaban ajustar los detalles convenientes.

-Bueno, como bien sabes tendrás conmigo una clase privada así que me gustaría saber donde y cuando es más conveniente para ti así como que temas te gustaría abarcar – esperó con calma la respuesta de la chica mientras tomaba un sorbo más de su bebida.

@ Cillian Haughton  @ Malum Luxure

[David Augustus Lestrange]

—Creo que está bastante claro que no, pero no te sientas culpable por no haberme dado buenos modales. —respondió a su madre (@ Malum Luxure ) dejando escapar una pequeña risa. —Siempre que me dicen que estoy haciendo algo mal, respondo: ¡Ah! Díselo a mi madre que fue la que no me atendió lo suficiente. —siguió con broma. En realidad, tanto sus padres, como sus abuelos, como sus bisabuelos y como todos sus antepasados, tenían que estar muy orgullosos. El 'pequeño' Fleamont no podría haberles salido mejor. Sin defectos. Su único pecado era ser demasiado humilde en ocasiones. —Espero en Navidad un gran regalo por tu parte para poder perdonarte, ¿ya lo tienes pensado? Puedo darte una lista —sonrió como un niño pequeño. Quedaba mucho aún para Navidad, pero ya estaba pensando en ella.

Por mucho que quisiese, no podría quejarse nunca de las cosas que hiciese su madre adoptiva. Si hubiera querido comprase todo, era su problema. Sin embargo, sí que podía quejarse de lo que hacía su hermana. Entre hermanos existían otra clase de códigos.

—¿Querías una compañía hermosa por el Coliseo Romano? Vete con un espejo, son más baratos.—dijo a su hermana Camille. (@ Ada Camille Dumbledore ) Esperó pacientemente unos segundos, pero la impaciencia le pudo y antes de darle tiempo para que abriera la boca siguió hablando. —¿No vas a darme las gracias? Acabo de insinuar que tú eres hermosa. Por eso lo del espejo, ¿entiendes? —seguro que lo había entendido, pero quería molestarla un rato. En fin, ¿alabar a su hermana era una forma de piropearse a sí mismo? Podría ser, a fin de cuentas algún parecido tenían que tener.

Comenzó a mirar a su alrededor después de haber quedado entre ambas. Acababa de aceptar el reto que le había puesto.

—¿Sólo uno? Uff. Va a ser difícil. Veo muchos magos más afortunados que yo en este lugar. —bromeó. Prefirió no hacer ninguna referencia a lo del dibujo, siendo sinceros no era uno de sus talentos. Por mucho que pudiese ofrecerse a hacer un dibujo, este sería horrible. Pero dicen por ahí que lo importante es la intención. Aún así, si de verdad tuviese que hacer un dibujo, se lo mandaría a su elfo doméstico y él se pondría a hacer algo mucho más divertido. —Quizá mi dibujo no sea el más lindo, pero... ¿acaso encontrarías a un dibujante más lindo? 

La respuesta más sincera posiblemente fue un 'sí' pero el francés estaba convencido de que no, de que no lo encontraría. Agarró la copa.

—Mi queridísima Camille, ¿tú nunca bebes agua?

 

 

[Ada Camille Dumbledore]

El brindis lo había ofrecido por los tres, la verdad a las dos personas que estaban conmigo las amaba profundamente, tanto @ Malum Luxure quien era como mi hermana y Fleamont que era mi hermano eran dos seres tan importantes para mí que me hacían sentir muy bien estando a mi lado. Eso mismo era lo que me hacia sentir tan afortunada al estar en esa gala con dos de mis personas favoritas en el mundo.

Los halagos de mi hermano @ James Fleamont Potter

me hacían sentir bien, ambos habíamos hecho un lazo muy fuerte y eso nos daba para que nuestro afecto fuera muy especial, además de gastar nos bromas, nos cuidábamos uno al otro siempre y teníamos confidencias que con nadie más podíamos tener.

-Por supuesto que te doy las gracias, es más lo haré como es costumbre en Francia – Me acerque y le bese las mejillas – Merci beaucoup cher frère yo también tengo algo para ti…

Le deje mi copa en su mano y busque en mi bolso de piel de moke, sacando un estuche mediano entregándoselo en su mano al rubio. Siguió escuchando las locuras que decía, sus bromas siempre estaban cargadas de cierta lógica, me hice la ofendida de escuchar que habían algunos más afortunados que él y mire por el salón observando haber si veía a cierto mago. Devolví mis ojos a mi hermano y blanquee los ojos, se quejaba por todo lo que decía, pero cuando llego a lo del agua tuve que refutar le.

- Jamás bebo agua, la única forma de hacerlo es volviéndola café, té o vino… disfruto más esas bebidas juntas con el agua que su base… además como dice la canción española, el agua es para bañarse y para los patos que nadan bien. Hay una gran sabiduría en esas palabras.

Solté una carcajada de burlarme de su queja, me mordí el labio disimulando la risa y le despeine el cabello y alejándome hasta el lado de Malum para protegerme de represalias

 

 

[David Augustus Lestrange]

Estiró su brazo ilusionado para agarrar el regalo de su hermana. Lo abrió, lo miró y sonrió con amplitud. ¿Qué motivos la habían llevado a hacerle un obsequio? Quedaba mucho para Navidad, mucho más para su cumpleaños. 

—¡Vaya! —exclamó. Desde el primer momento había sonreído al ver el regalo. Era... no sabía cómo describirlo.

En su imaginación, dos personas idénticas al francés —pero en miniatura— aparecieron sobre sus hombros. Un ángel y un diablo. El ángel le decía que tenía que poner su mejor sonrisa, que su hermana seguramente había pensado muy bien el regalo y que lo estaba haciendo con la mejor de sus intenciones. El diablo, al contrario, le decía que para qué narices iba a querer eso, que lo lanzase lo más lejos posible y que probase en ella, por primera vez, lo que se conocía como 'Maldiciones Imperdonables'. 

Durante unos segundos, el joven quedó como ausente. Con la mirada perdida en el presente que había recibido.

—Qué bien. Justo lo que quería. —dijo con tono neutro.

Lo miró unos segundos más, lo cerró y lo apartó hacía un lado. No iba a quedarse sujetándolo todo el tiempo. Puso una mueca que parecía una sonrisa... ¿o era una sonrisa que parecía una mueca? No importaba.

—Lo voy a apoyar aquí al lado. Espero que no se me olvide o que no me lo roben, seguro que hay aquí un gran número de magos que no perderían la oportunidad de llevarse una pluma y tinta sin que nadie los descubriese. —era imposible que su tono resultase más sarcástico. 

Había más cosas en aquel regalo que una pluma y tinta, pero esas dos cosas eran las que más habían llamado su atención.

—Gracias por el regalo, Camille. Espero que la pluma sea de alguna criatura en peligro de extinción que venga de algún remoto lugar de la Tierra, porque de lo contrario... ¿En qué cabeza cabe que me iba a gustar eso? —estuvo a punto de alterarse más de la cuenta, pero supo mantener la compostura. ¿Estaba pareciendo muy desagradecido? Posiblemente.

Que su hermana unos segundos más tarde le revolviese el pelo no ayudaba para calmar sus ánimos. Pero había sido rápida en alejarse y ponerse al lado de la madre adoptiva del chico.

—Vas a necesitar el agua para bañarte. Cuando estemos en el Castillo voy a formar la bola de barro más gigante que has visto en tu vida y te la voy a lanzar. —era un hombre adulto, pero cuando se juntaba con su hermana no podía evitar parecer un adolescente o incluso un niño por momentos. —O a lo mejor espero al día que te hayas puesto tu vestido preferido...

 

@ Ada Camille Dumbledore