Las reliquias del Sr Gold (MM B: 116170)

[Kahlan Blackthorn]

 

Se encontraba perdido en sus pensamientos, recordando el partido de Quidditch, donde conoció a Alexander. Aquel choque de miradas se semejaba a un cruce de cables, aquellos que no contaban con una protección que evitará que al menor roce saltarán chispas entre ellos. El viento jugaba con su castaño cabello, sintiendo la presión de sus piernas sobre el mango de su escoba y sus ojos fijos en la snitch, aquella escurridiza pelota que al final fue pillada por el Holandés. Sintiendo una sensación por momentos catártica, agradecía estar con los pies bien plantados sobre el suelo, porque en caso de no estarlo flotaría más allá de lo permitido dentro del mundo mágico.

— Extinguiría ese interés de la persona que deseé hurtarme, porque no pienso caer en garras de cualquiera—sonrió al escuchar la ternura con la que se refería a su persona. El ser encantador era una de las cualidades que más le gustaba explotar, aunque en la mayoría de los casos solía jugarle en contra y crear confusión en las personas que le rodeaban. Jamás demostraba un interés amoroso real a menos que la persona en cuestión, realmente fuera un objetivo para ser conquistado por el Macnair. El roce de los labios de Alex con su mano, le revivió el momento que pasaron dentro de la Gala de Inauguración. Un beso atrapaba su boca con una sensación placentera y cargada de romance, no le extraño sentirse de ese modo y le agradaba compartir ese sentimiento con el hombre que estaba a su lado.

Reconocía que los temores aquejaban a Alex, pero debía confiar en que Kyle estaba ahí para andar con el ese camino tomados de la mano hasta el fin— Me gusta que seas tan dulce y dedicado, nunca conocí a una persona tan especial como tú—le expresó tomando con ambas manos el rostro de su acompañante— Este momento será por demás especial, no existe nadie más con quien deseé compartirlo—uniendo su frente a la del ojiverde tomaba un profundo respiro— Te quiero—uniendo sus labios en un beso tierno, esperaba llenarlo de seguridad y confianza. Alejando de su mente cualquier duda o temor, porque lo que estaba comenzando entre ellos, pintaba para ser algo duradero y real. 

— Te ves muy guapo, creo que combinamos a la perfección nuestros atuendos. Sin tener que ser un par de merengues que lucieran ridículos o fuera de contexto—le dedicaba una sonrisa pícara. Ponerse en modo coqueto era algo extraño en su persona, pero al compartir una festividad como esa con su futura pareja, no daba pie a quedarse con eso guardado dentro de un baúl. El quererlo era algo nuevo para el Macnair, pero estaba convencido de que ese sentimiento ya estaba cambiando por uno mucho más fuerte y especial— ¿Es mi imaginación o te traes algo entre manos?—le preguntaba sin soltar el rostro del hombre. Deseaba que lo sintiera tan cerca que fueran un mismo ser, una misma piel en pocas palabras un solo corazón latiendo al mismo ritmo. Sin prestarle atención al resto de los presentes, para el solo estaban el Luxure y el dentro de ese mundo que les pertenecía nada más a ellos. 

@ Malum Luxure

[David Augustus Lestrange]

Soltó una carcajada ante su invitación. Sin saber qué decir ante sus palabras. La idea de comprobar con sus propios ojos si aquello de lo que presumía era cierto le parecía buena, interesante. Quiso continuar con aquel juego de dobles sentidos que la mujer había comenzando.

—Conmigo en la misma habitación te costaría dormir. —comentó con una sonrisa traviesa, pero sin añadir nada más. En su imaginación quedaba pensar el motivo. ¿Sería debido a que haría ruido? ¿A causa de que sería incómodo para ella tener dos ojos azules observándola? ¿O había más posibilidades? Posiblemente, siempre había más opciones.

Asintió demostrando que prestaba atención cuando mencionaba el puesto que ocuparía en el Ministerio de Magia Francés. Le sorprendió gratamente que conociera las intenciones de su hermana para con él. Estaba en lo cierto. 

—¿Sabes? Creo que haríamos un gran dúo. Seguro que en algún momento nos tocará trabajar juntos y creo que los resultados serán muy buenos. —estaba hablando como si hubiera aceptado la oferta laboral. Todavía no, pero era más que evidente que lo haría. Le gustaba la posibilidad de trabajar en el gobierno que representaba a los magos y brujas de su país natal. —Y si no... ¡Pues te despido! —bromeó. Era evidente que eso no lo haría. Incluso si aquellas buenas sensaciones que tenía con ella cambiaban. Sabía diferenciar entre lo laboral y lo personal.

Negó con la cabeza sonriendo ante la posibilidad de que pudiese recibir una venganza en forma de broma por su parte. Era verdad, tenía que tener cuidado con ella. Era muy buena para esas cosas. Tendría que apuntar en algún lado que era mejor no hacerle bromas, mejor colaborar juntos.

—Prefiero bromear contigo que contra ti. —y le encantaba esa posibilidad. No era sencillo encontrar a personas interesantes con las que poder gastar bromas. Sin embargo, su acompañante lo era. Y es que cuanto más la conocía, más convencido estaba de que invitarla había sido posiblemente la mejor decisión que había tomado en los últimos tiempos.

No le dio mucha importancia al tema de la rosa. Era un simple detalle tonto. Cuando estaba cómodo con alguien le gustaba hacer esas cosas. Lo mejor de habérsela creado fue que justo después pudo observar durante unos segundos sus ojos directamente, los tenía bonitos. Era atractiva.

—Me encantan tus reflexiones —estaba muy de acuerdo con sus palabras. Podría quedarse minutos y minutos parado escuchándola hablar, las cosas que decían eran coherentes, tenían mucho sentido y hacía que el mago se plantease las cosas. Estaba de acuerdo con ella. No había duda de que le seguiría haciendo preguntas porque tenía puntos de vista que merecía la pena escuchar. Demostraba que además de ser bromista y atractiva, también era inteligente. 

Estuvo distraído pensando en sus palabras durante un rato. No volvió a la realidad hasta que volvió a escuchar su voz. La miró de nuevo. 

—Mis planes más cercanos posiblemente estén en mi futuro trabajo dentro del Ministerio de Magia. Es algo que económicamente no necesito porque actualmente me encuentro en una buena situación, pero me apetece porque creo que puedo hacer cosas interesantes. —hizo una breve pausa. No era broma, en esos momentos tenía tanto dinero en su bóveda que no sabía qué hacer con él. —Por supuesto, también quiero seguir formándome, haciéndome más poderoso y conociendo más hechizos, pero digamos que estoy en unas mini vacaciones de ese objetivo. —de ahí que ahora mismo no supiese qué hacer con su dinero. —También, encontrar esa persona adecuada que mencionas con la que poder tener un final feliz cuando envejezca. —le había gustado tanto su reflexión que usaba su argumento. 

¿Y qué más? Pues...

—Encontrar momentos mágicos. —eran magos, estaban rodeados de magia en todo momento, pero encontrar momentos mágicos no era sencillo. Momentos en los que parecía que todo a su alrededor se parase, como si el tiempo se detuviese.  —¿Sabes a lo que me refiero?

Había acaparado la conversación durante los últimos segundos. Esperaba no haberla aburrido demasiado.

—Te toca hablar a ti. —quería saber los planes de ella. Sus objetivos, metas, sueños... Lo que quisiera contar.

 

 

@ Idylla Macnair T.

[Idylla Macnair T.]

Así que seguían los juegos, eso era repentino y muy acertado a la vez, le encantaba poder conocer a alguien con quien pudiera ser así de juguetona y que no le pareciera extraño. Siguieron caminando mientras ella respondía con una sonrisa algo más picarona.

—Bueno creo que somos dos los que pasaríamos en vela entonces— comentó la chica con otra sonrisa, claro que podríamos platicar toda la noche, beber un rato, jugar algún juego de mesa o algunas otras cosas que no podrían decirse en voz alta —claro tendríamos que comprobarlo, sería muy buena idea eso—

—Si estoy segura también de que llevaríamos algo muy bueno y si me despides, no creo que te puedas deshacer tan fácil de mi, soy como la varicela. Fácil de contraer, difícil de lidiar con la comezon, pero al último aprendes a vivir con ella, aunque yo no me iré tan facil— si ahí estaba el vómito verbal, siempre tenía que decir lo que pensaba. Sacudió la cabeza intentando no volver a dar vueltas con lo que dijo y para que no pensara mucho en eso sólo siguió la conversación —Si, las bromas son buenas con compañia, muy buena compañía eh de decir— olio un momento su Rosa y miro directamente a sus ojos por primera vez, eran de un azul muy hermoso, y su cara le resultaba tan atractiva, su mirada era tan encantadora que por un momento no pudo tragar fácilmente, le gustaba mucho como se la estaba pasando y creía que de alguna manera era muy buena idea haber aceptado volver a salir con el chico.

—Si momentos mágicos, la vida está llena de ellos, sólo basta con que los reconozcamos— una sonrisa estuvo en su cara por un buen rato, ese era un momento mágico, mientras hablaban y caminaban, las demás personas desaparecieron alrededor de ellos, ese momento se detenía sólo para ellos y no quería que acabará, en realidad le gustaba por un momento no sentir las presiones del mundo real y sentir todo lo mágico que había en el ambiente y entre ellos.

Tosio un poco mientras la saliva pasaba por su garganta, tomó un trago de su bebida y lo miro —pues no se que quieras saber sobre mi, ya dije en que trabajo que quisiera hacer. Mi sueño también es querer encontrar a alguien a quien amar y tener a la vez una linda amistad con esa persona, y compartir momentos de por vida. Claro que eso no me sucede a mi, es muy raro las veces que eh tenido la oportunidad de salir con alguien— comentó un poco y se dio cuenta que hablaba de más, quizá a el no le importaba que ella no saliera o mucho menos, era mejor cambiar el tema y sólo seguir dejando que fluya todo aquello que estaba sucediendo —pero en realidad me encanta salir y disfrutar de la magia sin complicaciones, disfrutar esos pequeños momentos que la vida nos dedica— claro que tan bien estaban sus deseos oscuros, esos que jamás le diría a nadie, pero por algo seguía los pasos de toda su familia, creía en sus ideales, pero sus pensamientos rara vez eran racionales y a veces salía su lado cursi y fantasioso. Como aquella noche.

 

@ James Fleamont Potter

[David Augustus Lestrange]

—Las noches cada vez son más largas... —y así sería hasta el solsticio donde tendría lugar la noche más larga del año. —No me importaría juntarnos desde el atardecer hasta el amanecer. —a pesar de que había comenzado con una broma, lo decía completamente en serio. Podría ser divertido. La cantidad de cosas que podrían hacer era más larga de lo que parecía a simple vista y aquella velada podría empezar viendo juntos cómo el Sol se oculta tras el horizonte, lo cual siempre es bonito de apreciar. Por su parte estaba más que convencido de querer comprobarlo. 

Después, no pudo evitar reírse con ganas. Se esperaba todo menos la comparación que había hecho. Tardó unos cuantos segundos en dejar de reír, le agradaba demasiado su sentido del humor. Se llevó un momento la mano a su estómago, algo le decía que a su lado no sería complicado que le doliese tarde o temprano de tanto reír.

—Estaría encantado de contagiarme. —añadió volviendo a reír unos segundos. La comparación fue tan genial como inesperada. Parecía ser la clase de persona que no tenía problemas en decir lo que pensaba y eso era realmente maravilloso. Le parecía que la gente así era mucho más auténtica. Su acompañante era natural, espontánea, aburrirse con su compañía parecía misión imposible. Se sentía como si la conociese de hace mucho tiempo, se sentía cómodo y en confianza. Por el momento, todo estaba superando con creces las expectativas que había depositado en el encuentro.

¿Aquello que estaban viviendo podría considerarse un momento mágico? Posiblemente. La conexión que sentía con ella desde un primer momento parecía ser mágica. Cuando se está viviendo algo es difícil darse cuenta de la magnitud del mismo, pero no le extrañaría si en unas horas —o al día siguiente— estuviese pensando que aquella había sido, sin lugar a dudas, una de las mejores veladas que recordaba junto a una mujer. Si todo seguía por el mismo camino no se demoraría en volver a invitarla para algo.

—¿Por qué? —cuestionó casi de inmediato, sorprendido. Nada más hacer la pregunta dio un sorbo a su bebida, terminando de una vez el contenido de la copa. Se relamió los labios, cuanto más bebía más le gustaba el líquido. Posiblemente seguiría bebiendo, esperando ser capaz de mantener el control y la responsabilidad como para no acabar bebiendo de más. Respecto a su pregunta se refería a los motivos que había para que ella no hubiese tenido muchas oportunidad para salir con otros. ¿Sería una mujer extremadamente ocupada?

Durante todo el tiempo habían seguido avanzando lentamente, pero hasta ese momento no se percató de que se habían alejado tanto del resto. Era como si el tiempo se hubiera detenido mientras conversaba con ella.

—¿Sabes? Tengo la sensación de que cuando salga del negocio no voy a ser capaz de decir ni una décima parte de las cosas que hay aquí. —y estaba exagerando hacía arriba. Seguramente no fuese capaz ni de acercarse a una décima parte, pero tenía varios motivos. El primero, el negocio tenía muchas cosas interesantes que ver. ¿El segundo? Ella. —Está siendo como si todo a mi alrededor fuese invisible y sólo existieras tú. —admitió como si reconocer eso fuese lo más normal del mundo, pero no le avergonzaba. Se paró de nuevo. Siempre había sido valiente para expresar lo que sentía, no le gustaba guardarse nada. Sólo esperaba que aquello no la incomodase.

Solamente estaba siendo completamente sincero. Sin más. Era un mago adulto y en un mundo mágico siempre complicado y en contaste tensión, expresar sentimientos debería ser lo más normal y lo más fácil. Y volviendo a lo anterior...

—¿Está siendo este encuentro uno de esos pequeños momentos que la vida nos dedica y que te agradan? —quiso saber, con la intención de descubrir si sus sensaciones positivas lo eran también para ella o su punto de vista era diferente. —Me va a costar llamarte señorita y tratarte de usted cuando nos veamos por el Ministerio de Magia en horario laboral después de lo de hoy. —bromeó.

 

 

@ Idylla Macnair T.

[Idylla Macnair T.]

-Siempre se puede alargar nuestra velada lo mas que se pueda, saliendo de aquí podríamos seguir a otro lugar- le guiño un ojo mientras tomaba otro trago de su bebida, estaba completamente entusiasmada con la idea de seguir con esta cita y que en realidad nunca acabara, como lo decía antes parecía como si ese fuera uno de los momentos mágicos que tanto estaba pensando en la conversación. No pensó que su broma con la varicela le causara tanta gracia, eso le hizo darse cuenta que seria muy fácil hablar con el de cualquier tema y que no la juzgara por las cosas que salían repentinamente de su boca, mucha gente la veía a veces demasiado seria, pero vaya que tenia su muy buen sentido del humor.

No pensaba responder a algo tan personal como esa pregunta, el lo había captado pero de alguna manera antes siquiera  de pensarlo ya estaba hablando sobre el tema -pues aquí en el mundo mágico es complicado salir con alguien, muchos ya son personas de interés figuras publicas, es difícil querer relacionarse o que alguien invite a salir a una a alguna parte. Y si una los invita no falta el que se lo toma a mal, y como siempre ando de viaje es complicado tener algo serio con alguien de todos modos- comento la chica con un suspiro -pero en los próximos meses no tengo planeado salir o alejarme de Londres, así que podría intentar cualquier cosa-

Se detuvieron un momento mientras ella consideraba sus palabras -¿Sabes que? creo que yo tampoco sabría decir todo lo que hay aquí, unos ojos azules me distrajeron en todo el camino hasta aquí- comento después de ruborizarse al escuchar que solamente existía ella, era raro escuchar tantos cumplidos en alguien que prácticamente no la conocía mucho, pero el sentimiento era mutuo, le encantaba estar ahí con el y compartir tantas cosas que difícilmente compartiría con alguien mas.

-SI, es uno de esos momentos mágicos que tanto me agradan, creo que es probable que sea una de las mejores noches de mi vida. Y espero que los dos planeemos que siga siendo increíble- se acerco un poco mas a el, rozando sus brazos y hombros, talvez jugueteando demás -Pues siempre es bueno ignorar ciertas etiquetas en momentos privados mientras trabajemos, aunque talvez para mi sea mas difícil quitarte la mirada de encima cuando trabajemos juntos- sonrió mientras terminaba su bebida y se paraba de repente, hasta aquel momento habían avanzado mucho y se habían adentrado a una de las salas que se encontraba totalmente vacía en aquellos momentos. Se veían cuadros de escenas de cuentos, y algunos que otros que ella desconocía -creo que nos hemos quedado completamente solos, talvez podríamos hacer algo para divertirnos aun mas, ¿se te ocurre que?-

 

@ James Fleamont Potter

[Datura]

Me encontraba en mis aposentos del castillo Dumbledore realizando una de mis actividades favoritas (la alquimia), estaba transmutando una sustancia viscosa en oro, los matraces y humo adornaban por completo la habitación, el sonido de agua hirviendo me relajaba permitiéndome una concentración casi perfecta.

 

De pronto el aleteo de lo que parecía ser un vampiro fue percibido en el ambiente, se trataba de el mensajero particular de la familia, el destello verde se hizo presente mientras mágicamente aparecía una invitación a una inauguración del negocio familiar, sin lugar a dudas era algo que no podía perderme, aparte de que seguramente me encontraba como un invitado de honor.

 

Alce mi mano derecha haciendo que un destello dorado inundara por completo el recinto, al instante el tiempo pareció congelarse permitiéndome pausar la investigación para acudir a la cita, mi cuerpo se desvaneció en un remolino de sombras logrando una desaparición exitosa…

 

Instantes mas tarde el remolino de sombras se hiso visible frente a un callejón, las sombras recorrieron este antes de que mi aparición fuera completada.

 

Sin pensarlo me dirigí a la dirección indicada en la invitación, ubicándome frente a un edificio de tres pisos, donde claramente podía observar el aglomeramiento de los magos, el museo restaurante parecía ser bastante popular…

 

Al llegar a la entrada principal de inmediato fui recibido de forma especial, pues lo que parecía ser el cadenero me indico pasara sin contratiempo alguno, de inmediato fui guiado al salón principal donde se podía percibir claramente música, el sirviente realizo una reverencia y se retiró.

 

Comencé a caminar con dirección a lo que parecía ser una subasta, una vez dentro de inmediato apareció una copa en mi mano con un líquido rojo intenso, bebi un sorbo disfrutando del excelente vino (sangre pura cosecha especial), observé a mi alrededor tratando de reconocer a alguno de los presentes.

 

Aguarde unos instantes pues no quería interrumpir la ceremonia, logre reconocer un par de caras familiares sin embargo mantuve la distancia hasta que fuera el momento oportuno.

Editado 26 de Octubre del 2021 por Datura

[Ada Camille Dumbledore]

La invitación había llegado a mis manos como una orden de asistencia, sabía que mi hermana mayor no me permitiría dejar de asistir y más que ella y Ernest eran los dueños del local, poco asistía a las reuniones que ellos hacían, pero como era un museo debía ir. Me interesaba el arte y la pintura era algo que apreciaba, además que la vestimenta renacentista me recordaba una buena epoca de la pintura y era un honor poder lucir un vestido como una de mis épocas favoritas de la pintura.  El vestido escogido era muy sobrio y había dejado mi cabello suelto en bucles para verme más apropiada. 

Llegué al callejon con calma, caminando por las calles de Londres como cualquier mortal y busque el local entre las muchas tiendas de allí, el. Museo era muy singular y apegado a la época, así que debía haber sido diseñado por Ernest  porque el gusto de Ada era diferente y prefería lo que había escogido mi hermano, par por las salas de exposicion observando los detalles y los muros pintados con las leyendas.  

Llegué al salón y vi a mis hermanos, invitados y demás de partiendo. Me acerque a @ Ernest Dumbledore  y lo salude.

 

-Hola hermano, te felicito por tu nuevo local 

Le dije con calma al Dumbledore 

Editado 26 de Octubre del 2021 por Ada Camille Dumbledore

[David Augustus Lestrange]

—Me parece una idea fantástica. —comentó con una sonrisa. La velada había comenzado muy bien, hasta ese momento no veía ningún motivo para querer terminarla. De hecho, en esos momentos su pensamiento era que cuanto más durase aquello, mejor sería. Seguro que iba a poder conocer mucho mejor a su acompañante. —Antes, tendremos que ver que tendrán preparado para nosotros. ¿Se te ocurre que podrían regalar? —preguntó por si ella tenía alguna idea o intuición sobre aquellas palabras que su hermano había mencionado cuando llegaron al negocio. 

Era un hombre sin demasiadas experiencias románticas, su corazón no se abría con facilidad. Nunca se había propuesto encontrar el amor en Inglaterra, por lo que no tenía mucho conocimiento de lo complicado que podía llegar a ser. Aún así, sentía que ella hubiese tenido esa mala suerte y lo encontrase tan difícil.

—¿Cómo que no? ¿No vas a ir a Francia ni una sola vez? —cuestionó con tono alarmado ante su afirmación de que no tenía pensado alejarse de Londres. Sólo estaba actuando, en realidad aquellas cuestiones eran responsabilidad de su hermana. Si Camille consideraba que no hacía falta que fuese a París para la realización de su trabajo porque la prefería tener en la capital inglesa, no tenía nada que objetar. Sólo acatar. Pero a todo el mundo le recomendaría visitar su país de vez en cuando, era un lugar genial.

Sonrió ante su halago. Se sentía bien. Normalmente estaba acostumbrado a soltar palabras bonitas, agradables, al menos en esos contextos. Saliese bien o saliese mal, siempre deseaba que la persona con la que hubiese compartido un evento así se fuese con una buena impresión. Puede que en otras situaciones fuese un caballero molesto, pero cuando invitaba a alguien a alguna cosa hacía lo suficiente para que no se arrepintiera de haber acudido. Por el momento, parecía que ella se estaba sintiendo muy cómoda y con eso estaba más que contento.

—Posiblemente pronto estés equivocada. —hizo una breve pausa mirándola, sintiendo como se acercaba más. Eso no le molestaba, para nada. Se había acostumbrado a tenerla agarrada del brazo y la falta de distancia entre ambos le gustaba. —Porque como sigamos encontrándonos en más ocasiones verás que conmigo todas las noches e incluso los días, son mágicos. Todos pueden ser uno de los mejores días. —dijo con una sonrisa de autosuficiencia, rozando con su dedo la mejilla de la chica de forma cariñosa. Una breve caricia. Toda la velada había estado humilde, no pasaba nada porque dejase escapar ese lado más egocéntrico que podía llegar a tener.

Tenía curiosidad por ver cómo podían a llegar a congeniar en el ámbito laboral, pero realmente no era un buen momento para pensar demasiado en esa clase de cuestiones. Había que dejar todo lo relacionado con el trabajo en un segundo plano y centrarse en disfrutar.

Se dio cuenta de que sus palabras eran ciertas, se habían alejado bastante. Por mucho que mirase a un lado u otro, por ahí no se veía a nadie. Aún así, sabía que si volvían a hacer alguna clase de discurso lo escucharían sin ningún tipo de problema. La potencia de un buen hechizo Sonorus se escuchaba a buena distancia.

—¿No tienes miedo? Halloween se acerca, estás en lugar que no conoces con un mago que apenas conoces... Puedo ser el malo del cuento... —soltó por su boca con tono bajo, para darle misterio a la situación. Quería ver su reacción. Puede que quizá la peligrosa fuese ella y quien debería tener miedo él, nunca se sabe. Dejó pasar unos cuantos segundos antes de volver a hablar. —Tengo una idea, puede decirse que una parte está relacionada con que te guste la capa de invisibilidad. Ya entenderás... ¿la hacemos? —preguntó. Sin explicarle nada más, así de paso podría ver su valor por las ideas desconocidas. Misterio.

 

 

@ Idylla Macnair T.

 

[Darla G Dumbledore]

Había ingresado y simplemente se disponía a disfrutar de un momento de la fiesta, de pronto se le ocurrió que era bueno que aunque la ropa tuviera que ser estilo renacentista no utilizaran máscaras de carnaval. Aunque claro, todos usamos una máscara en esta vida, se dijo a sí misma, cuando en ese momento su bella cuñada se le acercó, abrazándola.

—Muchas gracias Ada, les felicito a ambos por el local, luce magnífico… —la pelirroja hizo una pausa y miró con curiosidad a su cuñada —¿de verdad crees que él esté feliz de verme? —preguntó genuinamente sorprendida, si bien el último encuentro con Ernest  había sido emotivo, había sido más bien como una tregua entre ambos, es verdad que en los últimos meses, desde San Valentín no se habían enfrentado, pero de ahí a decir que estuviera feliz, le sonaba extraño.

—Hola Ernest —dijo ante la presentación de Ada, invitándole a verla, la emoción de su cuñada era genuina, la de su cuñado no tenía ni idea de cómo reaccionaría. Había algo en el aire que no lograba identificar.

—Sí, claro, ve tranquila —dijo con una sonrisa viendo alejarse a Ada, desconocía al caballero al cual se dirigía ahora, se volvió hacia Ernest, quien parecía por demás de ensimismado en los últimos preparativos del local.

—Te puedo dejar trabajar tranquilo, o si quieres te puedo ayudar —dijo en forma un poco automática, casi sin pensarlo, observando a Ernest con su jubón y su aspecto elegante, hacía tiempo que no le veía de ese modo ahora que lo pensaba.

El mago no había terminado de responder cuando una jovencita se acercó y lo felicitó, otra de las hijas de Ariane, no dejaba de sorprenderla eso, y estaba segura que a Seba le hubiera pasado igual.

—Hola Luna —saludó a la jovencita con una sonrisa —creo que mejor les dejo a ti y a tu hermano charlar tranquilos —agregó en un intento de escapar de las convenciones y buscar un rincón tranquilo para observar el lugar.

 

@ Ada Camille Dumbledore  @ Ernest Dumbledore

[Malum Luxure]

No podía dejar de mirarle embelesado, su voz es siempre una hermosa melodía, su mínimo toque hace mi corazón latir como un loco desbocado, Kyle me despertaba las sensaciones más ardientes y cálidas que jamás había sentido, se había transformado en la razón de mi tiempo, en mis ganas de quedarme, no me importaba quebrar las reglas por estar siempre a su lado, me brinda la seguridad de ser correspondido, su apoyo y sabiduría en cualquier duda que pudiera asaltarme en este momento tan importante.

Él siempre me hablaba sincero, eso era una de las cosas que más me gustaban, pues esa un acuerdo mudo de no decirnos mentiras, que todo lo que tenemos dentro irá saliendo con el paso del tiempo, que podemos mirarnos a los ojos y simplemente leernos mutuamente, adoraba esa conexión.

-Yo también te quiero...espero poder hacer de esta una noche mágica para ambos, no deseo nada más que seas feliz.- Le susurré al oído en un gesto sincero, mi cuerpo está burbujeando de ansiedad por qué estoy decidido. -Tampoco hay lugar que no sea este, ni persona que no seas tú...aunque a decir verdad, eres quien lo hace todo solo con una mirada. -Al hermoso hombre frente a mí me daban ganas de decirle todo lo bello que cruzará por la mente.

Tome su mano con delicadeza pues era un príncipe y para mí debería ser tratado como tal, se que quizá no está acostumbrado a tales maneras por ser un hombre, pero no por ello merece menos, sonreí con ternura, quemandome en el fuego interno de mis emociones, por primera vez estaba siendo libre, amaba a alguien por que así lo deseaba, podía regalarle una flor o una caricia sin temor a una represalia.

-Casi me descubres mi dulce azulejo.- No pude evitar soltar una risita ante el apodo que acababa de salir de mis labios. -Lo que traigo entrenamos o más bien dicho en el bolsillo es algo muy importante...primero entremos a la fiesta "merengue" saludemos a mi tía, luego de un par de formalidades cuando estemos nuevamente solos lo sabrás.- No deseaba dejarlo mucho con la intriga por que era eso lo que también me carcomia por dentro, pero somos caballeros ante todo.

Aquel apodo había salido natural de mis labios "el ave azul", tenía varios significados, el hombre a mi lado era un ave que parecía enjaulada, de mi mano estaba la posibilidad de que sea libre, el azul de sus ojos simplemente se volvió mi color favorito, en la metáfora de los sueños significaba todo eso que ocultamos o no dejamos salir por miedo, por desconocimiento o por que no queremos enfrentar las consecuencias del después...es justo lo que somos ahora, pero también hace referencia a su lugar como buscador en el quidditch, mas perfecto no podía ser.

-Prometo que te gustará tanto como me gustas tú...será una pequeña muestra de todo eso que muchas veces no me sale en palabras.- Con las manos entrelazadas entramos a la fiesta de mi tía Ada para ir en su busca...cumplir con ellos y luego con nosotros mismos.

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Al llegar a la fiesta una persona se me acercó rápidamente, era la primera vez que le veía pero por la memoria residual de Lady sabia de quien se trataba, su elegancia se acentuaba muy bien con los invitados, la sonrisa no se hizo esperar en mi rostro, nosotros los Luxure siempre seríamos sinónimos de elegancia.

-Es muy amable y por supuesto que agradecería tu compañía, a veces hay fiestas con tanta gente y aún así terminas sintiéndote sola.-Me tome delicadamente de su brazo esperando que no se molestara y con ello me guiara. -Un trago suena como una maravillosa idea...vayamos por favor.- Caminando despacio por el salón luciendo nuestras propias presencias ante los demás invitados.

Hasta ahora no había visto ni a mi bella o a su hermano Ernest así que no había podido saludarlos, ni mucho menos felicitarlos por este maravilloso lugar, estaba segura que su esfuerzo les habrá costado, no esperaba menos de mí hermanita adorada, en cada rincón estaba reflejada la belleza de su buen gusto, en ese momento un caballero arribó a la fiesta, mis ojos ébano lo escanearon severamente, se veía encantador, esperaba que me viera y se acercará, mientras disfrutaba mucho de el diálogo que mantenía con Uriel.

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@ Juv Macnair Hasani   @ Azrael Lycan  @ Datura  @ Ada Camille Dumbledore

Editado 29 de Octubre del 2021 por Malum Luxure