Jump to content

El mago originario


Melrose Moody
 Compartir

Publicaciones recomendadas

"Perhaps, he simply assumed: a bitterness of habit,

of boy after boy trained for music and medicine, and unleashed for murder"

 

O, en una posible traducción:

 

"Tal vez, simplemente supuso: una amargura por el hábito,

de niño tras niño entrenados para la música y la medicina,  al final siendo desatados para el asesinato".

__________________________________________________________________________________________________________________________________________________

 

El agente Candiotti viró la cabeza para asegurarse de que nadie lo seguía. El muchacho ciego tenía dificultades para caminar, así que en un último esfuerzo, el mago herido decidió tomarlo en brazos. Casi no pesaba nada, estaba en los huesos y sus ojos nublados hablaban de malas épocas. A pesar de ser consciente del peligro, su expresión era lúcida. Era la primera vez que el agente veía una expresión así en unos ojos velados.

—Agente, debe contactar a esa persona a la que observa a través del espejo.

El agente por poco se cayó de cara de la impresión a causa de esa pequeña frase. Lo que acababa de decir, tenía implicancias que el muchacho no tenía forma de saber. Como por ejemplo, que el había estado espiando para la Orden del Fénix en Italia por más de seis meses. El chiquillo pareció entender el efecto de sus palabras, porque enseguida agregó.

—Lo vi a usted, hablar por un espejo antes de que me sacara de la Isla de los Diallo. Debe hacerlo cuanto antes, si no quiere morir.

Videncia. El mago no estaba muy familiarizado con ella, a pesar de que la habilidad empezaba a hacerse cada vez más y más corriente debido a que el gran vidente Sajag compartía sus secretos con los neófitos. Se suponía que no servía para cambiar el destino, si no para seguirlo. Las palabras del chiquillo eran confusas, porque parecía intentar decir que podrían escapar de la muerte si Candiotti se apuraba. El mago masculló una maldición mientras corría a toda velocidad con dirección a la moto. Los hechizos antiaparición en la isla de esa familia de magos mafiosos le impedirían salir de allí a través de la desaparición.

—Esperemos que viva lo suficiente como para que puedas escapar.

Todavía con un serio dolor de cabeza y la visión algo borrosa (sea cual fuere la maldición que le habían echado no podía ser nada bueno), el mago encontró el lugar en donde había ocultado su moto bajo un par de capas de invisibilidad hechas con pelo de demiguise. Colocó al niño en el sidecar, lo cubrió con las capas y se subió. Dio un suspiro antes de darle una patada al pedal y alzar vuelo. Apenas estuviera en el aire, sería blanco de peores cosas que la maldición que había recibido. 

Sin siquiera fijarse alrededor, notando que los rayos empezaban a volar en su dirección y se gritaban aquí y allá órdenes en italiano para buscar las escobas y sacar los dragones, el mago extrajo del bolsillo de su chaqueta el espejo comunicador, mientras maniobraba con peligrosidad intentando evadirlos y alcanzar el límite de la prohibición de desaparición a toda costa. Notó que ya habían escobas detrás de él, cuando un dormido pelirrojo apareció del otro lado del espejo a causa de sus gritos. El nuevo Ministro de Magia y ex-líder de la Orden del Fénix, despertó con una sarta de lo mejor de las groserías que Sicilia tenía para ofrecer.

—¡Necesito refuerzos, nos persiguen los malditos Diallo!

Al mago pelirrojo le costó procesar la información. Otra retahíla de palabras que vanagloriaban los atributos de su madre lo hizo despertar del todo. 

—¡Que me saquen de aquí maldita sea, nos van a matar!

__________________________________________________________________________________________________________________________________________________

+Ver más sobre los Clanes de la Orden del Fénix
+Ver más sobre las Misiones de Clanes

Participantes de la misión

CONOCIMIENTO DE BANDO I

Sacerdotes - Sanación y Purificación

Ashley Emily Black Lestrange M. 

CONOCIMIENTO DE BANDO II

Oscuros • Control de Energía Psíquica

noe_snape

CONOCIMIENTO DE BANDO III

Paladines • Magia Sagrada

Melrose Moody

__________________________________________________________________________________________________________________________________________________

DURACIÓN: 04 FEB - 03 MAR (28 días)

UBICARNOS EN LA TRAMA: La Orden del Fénix es convocada en medio de la noche por Rory Despard para ayudar en el rescate de un mago muy valioso. Ellos no saben por qué pero el espía de la Orden asegura que deben rescatarlo antes de que una familia de mafiosos italiana aprese al chico y mate a su compañero. Ambos sobrevuelan la isla donde vive la familia, asegurada con potentes hechizos antiaparición mientras intenta huir de sus garras en una moto voladora.

Editado por Melrose Moody

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—¿Agente Candiotti? —repite Madeleine, con el ceño fruncido, luego de que el buey con la voz de Rory Despard termine de dar el mensaje clasificado como un asunto urgente. Volvió la mirada hacia Ellie, esperando que ella tuviera más detalles al respecto, pero la bruja se limitó a encoger los hombros sin alzar la vista de su libro. «Es cierto», piensa Madeleine con frustración, había cedido sus responsabilidades en la Orden del Fénix. Eso no significaba que había dejado de apoyar al bando, pero no estaba al tanto de las misiones más restringidas ni de los movimientos de la organización dentro y fuera del país. En pocas palabras, Ellie sabe lo mismo del asunto, que Madeleine, lo cual es únicamente lo que Rory informó: que tienen que rescatar a un mago muy valioso y que deben trasladarse a unas coordenadas específicas lo más pronto posible.

El tono de urgencia es demasiado repentino y, en lugar de sentirse ansiosa, simplemente está confundida. Durante el último tiempo no han habido muchas situaciones en las cuales la Orden del Fénix haya tenido que intervenir. Dejando de lado un par de ataques pequeños y fácilmente controlables, y algunas situaciones extrañas pero resueltas, todo había estado tranquilo. Es por eso que, al caer la noche, Madeleine había tomado la costumbre de ponerse el pijama y se había acostado en la sala a ver algún reality show en la televisión, en lugar de mantenerse a la espera de un llamado de emergencia.

Mientras se incorpora en el sofá, siente el cansancio de la jornada laboral y el entrenamiento de la tarde, pero lamentablemente el mensaje llegó antes de que conciliara el sueño. No puede ignorarlo. Sabe que debe haber información de la misión que ignora, pero ese no es un motivo para ignorar su responsabilidad con la Orden del Fénix. «No, no es una responsabilidad —piensa, mientras sube las escaleras a su habitación—. Simplemente quiero hacerlo». No cree que Despard se haya guardado información para sí mismos por cuestiones de secretismo con sus propios compañeros; seguramente, sea algo que es más seguro compartir una vez se reúnan. ¿Cuántas personas se unirían a la misión? ¿El llamado había sido abierto o había sido para unas personas en específico, con atributos especiales para la misión? ¿No se le haría muy tarde mientras ata las trenzas de sus botas de combate?

Madeleine es cuidadosa de abrir un portal en las coordenadas seguras indicadas por Despard, recordando su advertencia de que toda la isla donde vive la familia de mafiosos está protegida. Supone que irá a parar en una isla cercana, o en algún archipiélago; los detalles son algo que no le preocupan, pues tiene confianza en las órdenes dadas por su compañero.

Al atravesar el portal, la brisa marina le golpea la cara, empujando la capucha de su capa de viaje, y el estruendo de las olas invade sus oídos. La Luna está en un punto más alto allí, que en Luss, pues Italia está una hora por delante de Escocia (y de Inglaterra). La idea de que el jetlag no será una molestia es un pequeño alivio. A primera vista no observa a nadie, pero confía en que no deben estar tardando en llegar...

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La voz de Rory la sobresalta lo suficiente como para manchar de tinta la carta que pensaba mandarle al mismo pelirrojo que la esta llamando, tarda mucho en moverse y parpadea confundida, ¿acaso su amigo sabía adivinación? niega con la cabeza sacándose esa idea y piensa en que debe moverse rápido, no le asombra que la convocaran más si esta indecisa sobre como ir hasta allí, sabe que puede tomar un trasladador o algo por el estilo, pero ella quiere hacerlo de forma muggle de nuevo, como lo hizo la vez que fue a ayudar a su amigo Ludwig con los virus que asolaban en Italia, así que se dirige al Aeropuerto Internacional de Heathrow deseosa de volver a usar el método convencional para llegar hasta allí, se apresura porque sabe que el tiempo corre y que llegar tarde sería imperdonable para la auror en esos momentos. 

 

Su cabellera pelirroja esta suelta esta vez  solo con un moño negro que no dice mucho y para no llamar la atención, lleva un pantalón negro de vestir, una camisa blanca y un simple pañuelo blanco con lunares negros, más sus botas negras con taco, se guarda muy bien la varita en el bolsillo, esperando que nadie la mire extraño vestida así y por suerte, nadie la nota mientras le dan su pasaje y se sube al avión, deseosa de llegar allí cuanto antes mejor y preocupada por lo que esta ocurriendo y del como puede salvar al chico de los mafiosos italianos, traga saliva fuerte, porque si son tan malos como dicen los libros de historia, estarán todos metidos en un muy buen aprieto por salvar al desconocido, que se nota que es demasiado valioso como para dejarlo a su suerte o eso piensa, mientras se abrocha el cinturón de seguridad en su asiento, escucha a las azafatas hablar sobre las indicaciones y espera a volar al fin, rezando al Dios de Rory por el despegué de una vez por todas.  

 

No sabe en que momento se durmió, solo sabe que la despertaron para la comida, la carne asada sabia deliciosa y también sabe que alguien esta mirando la bella y la bestia demasiado fuerte y sin auriculares, haciéndola sonreír por lo bajo, a otra persona quizás le moleste, pero ella agradece la compañía silenciosa de un cuento infantil muggle, recordando cuanto tomo en Hogwarts la clase de estudios muggles y preguntándose que otras cosas más se estará perdiendo de ese mundo, mientras piensa en preguntarle a sus amigos muggles sobre ese asunto de las películas de Disney y no sabe que cosa más, suspira aliviada cuando ve al fin su querida Italia y traga saliva nerviosa cuando el avión va en descenso, rezándole al Dios de Rory, porque la proteja hasta que aterrice al fin la maquina infernal.  

 

El aplauso de los pasajeros hace que ella sonría y se una a los muggles, que ajenos a que ella es una bruja, solo le sonríen a su paso, su compañero de asiento apenas si le hablo un poco, en un francés complicado, contándole que iba allí por negocios y que esperaba que hiciera buen tiempo o al menos, no tan frio como el clima Londinense, solo le sonreía y asentí estando de acuerdo con él y diciéndole que trabajaba atrapando maleantes y que era policía, aunque ahora estaba de civil, algo que si bien es una mentira más grande que una casa, es una mentira blanca, ya que en realidad los Aurores son como los policías de los muggles o eso piensa, mientras baja y reza por tener su bolso bien sujeto en su mano y no caerse por las escaleras, tan solo deseando llegar sana y salva para ayudar a sus familiares con el problema que se les presentaba en esos momentos.  
 

El Aeropuerto le trae recuerdos de una masacre de mortifagos con algunos muggles involucrados, pero no es el mismo lugar y si lo fuera, sabe que ellos no estarían ahí, aun así sujeta su varita en su pantalón, sin importarle que la vean extraño, recordando los "alerta permanente" que le dice su mente y sigue caminando rápido, deseosa de salir de ahí cuanto antes mejor y esperando llegar pronto a destino, preguntándose si no estará demasiado paranoica esta vuelta y eso que aún no había llegado al punto en donde se suponía que estaría el mago en cuestión. 

 

Camina por lo que le parece mucho tiempo, se percata apenas del viento cuando la golpea en la cara y sonreí al escuchar el mar y las olas que rompen fuerte en la costa, tarda bastante en darse cuenta que alguien más esta allí y sonreí esperanzada cuando divisa a su querida Madeleine por ahí, corre a su encuentro y se detiene delante suyo, para luego darle un abrazo sorpresa y separándose de ella poniéndose a su lado, le dice con su repique de campanas más alto de lo habitual y la energía de quien estuvo mucho tiempo esperando este momento, de modo que sus palabras salen a raudales y sin ninguna contemplación por su pobre amiga, a quien espera no asustar al hablarle tan rápido, es que es tanta la emoción que no puede evitar sentirse en casa una vez más y decirse que ayudara en lo que pueda o al menos, lo intentara lo mejor posible. 

 

- Made de mi, no puedo creer que estés aquí, ¿cuando llegaste? no se si mi querido Rory lo sepa, pero la mafia Italiana es difícil de burlar, es bueno que pueda estar aquí, tengo algunos conocimientos al respecto, aunque no estoy segura muy bien como lo haremos, ¿tienes algún plan? ¿cuantos más vendrán por aquí? lo siento no quería hablar tanto, solo estoy aquí para ayudar en lo que pueda ¿qué información tenemos de ese señor? - Digo hablando rápidamente y con más energía de la necesaria, feliz de estar en acción de nuevo - 

 

Mientras espera que su amiga le responda, se pregunta donde estará su amigo, no es de extrañar que esperé encontrarse con Rory cuanto antes mejor, tanto porque sabe que el patronus del Buey es de él, como porque intuye que tendrá algún plan en su haber y espera estar a la altura de las circunstancias, tan solo desea poder ayudar con los conocimientos que tiene y espera que en eso, tanto estudiar cosas de la Orden, le sirva para poder salvarlos a todos, aún pensando en como ayudar bien, saca su varita y se pone alerta, teniéndola en su mano derecha y pensando en cuanto tardaran en restaurar la paz en aquel lugar también, al menos, ahora no habrá nadie encantado o algo así, se dice que tienen que poder hacerlo y solo espera poder ayudar de alguna forma o al menos, intentarlo lo mejor posible.  

Luna-Gryffindor-Delacour.png.2b76e3b40e3

LGDdef.gifLEdef.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Noeline Malfoy McFarlan

 

A altas horas de la noche se encuentra de pie en medio de una isla desconocida en algún punto de Italia. La larga silueta contempla indecisa el alrededor, sólo se reconoce el ondear de la capa y sobre ella los cabellos de rojo intenso. No era así como pensaba pasar la noche, en su dormitorio la cama la estaba esperando y eso le hacía más ilusión que cualquier otra cosa. Además no tenía muy claro con quien se suponía que tenía encontrarse ahí.

Esa misma tarde sentada en el piso de uno de los ingresos a la mansión, no se hubiera imaginado como terminaría el día. Había estado soltándose las trenzas y sacudiéndose los largos cabellos, tanto ellos como su ropa estaban humedecidos, no quería usar magia para secarse pero tampoco podía dejar todo su trayecto hasta el dormitorio anegado. A su lado habían reposado un bate, una escoba y una caja que lucían en peores condiciones que ella misma. Toda la tarde la había estado en los jardines entrenando y una suave lluvia la había acompañado desde el inicio, cosa que no la detuvo y la dejó cubierta también de barro. Luego de eso tenía pocas ganas de moverse de donde estaba, los músculos de brazos y piernas le pedían a gritos un momento de descanso, pero le había parecido mejor complacerlos con la tibieza del agua de la tina.

Cuando estuvo en la habitación dispuesta a no hacer nada más por lo que restaba del día y se había introducido en la tina del baño, es cuando sus planes se vinieron abajo. El receso había sido breve la figura de un patronus tomo forma delante de ella, una bestia grande que no sabía de quien procedía y la voz que salía de aquel aunque le daba la impresión de haberla escuchado antes, tampoco le resultaba fácilmente reconocible, luego de terminar de escuchar el mensaje sus sospechas se habían dirigido hacia el Ministro, poco lo había tratado pero por la voz y las formas se había logrado sugerir que era de él el mensaje.

Ahora, ya en Italia no tenía muy claro a donde encaminarse. No le quedaba otra opción que recorrer el lugar hasta que pudiera dar con alguna pista. Llevaba varios minutos caminando cuando se encontró con un par de brujas, había estado a punto de pasar de largo: una de ellas no le resultaba para nada familiar, y la otra sin tanto color violeta encima le había costado reconocerla, poco o nada habían hablado con anterioridad aunque le había parecido un poco cercana a su padre.

–Buenas noches.– se acercó saludando y sin tener nada más que añadir, esperó a que ellas comentaran algo.

Draco&Draco
VuEXihS.gif 🔥  gfPUyue.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El mago puede percibir como el confringo que le lanzaran a la moto ha desestabilizado por completo los hechizos protectores. Es un milagro que la maquinaria no explotara escaldándolos con gasolina encendida. 

—Vira hacia la izquierda. 

El mago empieza a explicar que hay un abrigo rocoso cercano, donde podrán dejar la moto y luego intentar huir con aparición pero el muchacho ciego le dice que no, que deben continuar. Luciano está muy tentado de ignorarlo... es solo que el recuerdo de sus ojos velados y su predicción todavía cuelga de su cuello como una guillotina. Decide virar con fuerza la moto, que lanza un horroroso chirrido. 

—Es imposible perderlos con este ruido. Nos encontrará un grupo de personas que podría ayudarnos a huir. 

El mago no hace preguntas y presiona el acelerador. El tubo de escape lanza el quejido de una animal moribundo y la moto empieza a zarandearse. El niño no muestra signos de desánimo o desespero, si bien Candiotti no puede verlo debido a que todavía esta cubierto con las capas de demiguise. Esperanzado de ver tierra a la distancia, se da cuenta de que pierden altura y velocidad a pesar de sus esfuerzos. Las voces de sus perseguidores se encuentran cerca. Desesperado, intenta pensar en algo que pueda salvarlos, cuando nota que hay personas en la playa hacia la que se aproximan ¿serán muggles? Si lo son podía ser peligroso manifestar su presencia, podrían morir. Sin embargo, si son magos, Luciano podría pedir auxilio. 

La respuesta le llega desde el sidecar.

—Manifiéstate.

Luciano alza su varita hacia el cielo y de ella, surge un patronus que carga en dirección a sus atacantes. Con ello, Luciano no solo ha perdido su fachada si no que ha revelado su ubicación a varios atacantes muchos metros a la redonda, por lo que espera que la recomendación del muchahito haya valido la pena. Se siente algo tonto de estar siguiendo su consejo de pronto ¿y qué si es un charlatán o simplemente se equivoca?

Ya se encuentran a menos de veinte metros de la costa si bien todavía a una altura aceptable, con las figuras cada vez más notorias de un trío de muchachas -entre ellas una pelirroja- cuando el motor del cacharro volador se detiene por completo. 

@ Ellie Moody  @ Luna Gryffindor Delacour  @ noe_snape

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Agnes Lynn

En algún lugar de Rusia, Scavenger está a la mitad de un ataque de risa y no tiene idea de por qué.

» Con un demonio. « Maldice en voz baja después de la segunda vez que tropieza con algo que espera sea una roca. El mensaje de Rory fue claro: esta es una misión de rescate donde la rapidez y discreción son vitales. Lamentablemente para Agnes, en esos momentos está fallando en las dos cosas.

El patronus del Despard la encontró despierta, aunque a punto de irse a la cama. La urgencia en la voz del pelirrojo fue suficiente para disparar en ella la adrenalina necesaria para salir corriendo, botas en mano, abrigo medio puesto y el morral en el que carga todas sus cosas colgando de un hombro. No fue hasta que apareció en las coordenadas indicadas -tan cegada por el instinto que ni siquiera se dignó a mirar un mapa- que se dio cuenta de que había olvidado algo vital.

Entrecerrando los ojos, le parece distinguir las siluetas de un grupo de tres personas al norte de donde se encuentra, aunque el ruido de las olas rompiendo contra las rocas de la isla no le permiten escuchar demasiado para obtener más información. Con cuidado, da un par de pasos hasta que se encuentra con una roca lo suficientemente grande como para cubrirla. Sin sus lentes no puede saber si las tres figuras son enemigos, pero en el mensaje Rory indicó que la isla está protegida por mucha gente, así que más le vale actuar con cuidado.

Es suerte que llegue a la roca cuando lo hace, porque un segundo después una luz estalla detrás de ella. No puede distinguir la forma que tiene, pero el pálido color plateado que inunda el cielo le es lo suficientemente familiar como para saber qué significa. Espera todavía un par de segundos hasta que el patronus se aleja y la oscuridad vuelve a cubrirla, aprovechando las sombras, se concentra e invoca un par de criaturas de las sombras.

— No dejen que nadie se acerque, — indica, señalando el lugar del origen del patronus. Confía en que si hay algún miembro de la orden presente, sabrán cómo deshacerse de sus criaturas.

Una vez que las criaturas se han alejado de ella, empieza su andar hacia la fuente de la luz lo más rápido que puede -que no es mucho, entre su visión borrosa y la oscuridad que la rodea. Tropieza dos veces más antes de que sus oídos capten dos voces. Una está llena de preocupación y urgencia; la otra, aunque cansada, transmite un aire de calma que destruye un poco la tensión del ambiente. Agnes relaja los hombros un poco.

Sabe que hay que rescatar a un miembro de la orden y a otra persona. Pero no tiene más detalles de la misión. Como siempre, le gustaría entender qué está pasando en la isla, pero está consciente de que no pueden hacer nada hasta que tanto Candiotti como su cargo estén a salvo.

Las voces se vuelven más y más cercanas hasta que Agnes no tiene de otra más que mirar al cielo, justo a tiempo para ver lo que parece ser una moto voladora cayendo justo en su dirección. Su suerte, en serio.

Sin pensarlo se tira hacia un lado, las rocas le raspan las manos y rodillas pero son preferibles a ser aplastada por una moto que ni siquiera es de ella. Cuenta hasta tres y justo cuando la moto está a punto de hacer impacto contra la roca, suelta, — Mobilicorpus. — No es la manera más eficiente de detener una caída, pero a estas alturas tomará lo que tenga disponible. El impacto es fuerte, aunque no mortal. Rocas y polvo se levantan a su alrededor, señalando su ubicación a todos los presentes. Al menos sus criaturas le servirán de protección.

Después de levantarse del piso y sacudirse las rocas y el polvo, se acerca hasta la moto, donde dos personas están bajando con dificultad.

— ¿Candiotti? — pregunta. No conoce al agente, y la explicación de Rory no incluía descripciones físicas, pero sí mencionaba una moto voladora. Y su instinto le dice que las personas frente a ella no son peligrosas. — Mi nombre es Agnes. ¿Pueden caminar? Tenemos que salir de aquí a pie.

something amazing: a boy, falling out of the sky
hWh65Jw.png

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La noche estaba totalmente estrellada en la mansión Malfoy, la mayoría de sus habitantes dormía plácidamente pues pasaba de medianoche. Desde la última misión de bando las cosas estaban bastante tranquilas, habían salvado a todo un pueblo de la destrucción y finalmente habían acabado con Mordred o al menos eso pensaba el rubio quien evidentemente tenía insomnio. Sentado en su mesa de noche observaba las nubes que ocultaban a la luna llena y llegó a preguntarse por el estado de salud de su amigo Thanatos quien tenía bastante tiempo sin poder verlo.

Fue de esa manera que sorpresivamente un patronus llegó solicitando su apoyo, desconocía la figura del mismo aunque la voz era totalmente inconfundible, era el ministro de magia quien requería el apoyo de los miembros de la orden del fénix para realizar un rescate de emergencia. Ludwig quien ni siquiera tenía sueño agarró su maletín y comenzó a empacar. Tenía mucho tiempo que no visitaba Italia y esperaba que la gestión de su hermano Cubias hubiera finalmente tenido frutos. Muchos meses habían pasado causando que se distanciaran un poco pero no obstante el cariño y respeto existían.

Llegó con la velocidad que tuvo al punto de encuentro donde claramente habían llegado varias de sus colegas, entre ellas estaban su hija Noe y Luna así como Agnes pero la persona que más le llamó la atención Ellie a quien también no había visto en mucho tiempo. Saludó a todas con alegría para finalmente prestar atención en el joven que se encuentra frente a ellas y en su motocicleta descompuesta – pero ¿Qué es lo que tenemos aquí? – dijo sacando su varita el rubio no sabía si se trataba de un amigo o enemigo y por supuesto no quería arriesgarse – lentamente baje su varita e identifíquese - Sin embargo la manera en que Agnes mantuvo la situación hizo que el rubio también bajara la varita y esperar la respuesta del mago.

El agente Candiotti se mostraba más preocupado por los que lo seguían que por la presencia de los miembros de la orden del fénix, si bien el rubio tenía muy claro era que la mafia italiana era tan peligrosa como los mortífagos y si los perseguidores pertenecían a dicha organización una gran batalla se llevaría a cabo.

 

@ Melrose Moody  @ Rory Despard  @ noe_snape  @ Luna Gryffindor Delacour  @ Ellie Moody  @ Scavenger Weatherwax

Editado por Ludwig Malfoy Haughton

UU62gOD.png

bfqucW5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Agente Luciano Candiotti 

—Oh, demonios.

El mago se da cuenta de que la velocidad del impacto no fue concordante con la que llevaban en el aire. Deben haberlo ayudado pero no tiene tiempo para agradecer a su benefactora, antes de buscar al muchachito en el sidecar roto. Tantea con las manos y encuentra el muchacho cubierto, retira las capas de demiguise y descubre que éste se ha hecho una fea herida en la pierna. Suspira y se vuelve hacia sus nuevos acompañantes. No le cabe dudas ahora de que son miembros de la orden del fénix, de otro modo no estarían tan tranquilos con lo que acaban de presenciar y si no todos lo fueran algunos estarían haciendo preguntas. Había conseguido aterrizar en parte gracias a unas criaturas de sombras pero ahora no conseguía verlas.

—¿Te encuentras bien? 

El muchacho asiente con gesto ausente. Parece como si la caída le hubiese causado un shock. Candiotti vuelve a tomarlo en brazos (el niño casi no pesa nada) y se vuelve a sus acompañantes:

—¿Alguno aquí sabe convocar portales? Estarán sobre nosotros en menos de un minuto. 

El mago observa a las personas que acudieron y suspira con alivio. No importa el lugar, siempre que puedan sacarlo de allí. Además, tiene que informarles sobre lo que sabe, en caso... bueno, en caso lo alcance algo. Algún hechizo incapacitante o algo peor.

—Los Diallo han estado guardando a este niño vidente porque creen que es el mago originario —informa, luego de convocar los hechizos de rigor para que no puedan ser escuchados, de casualidad o por fisgones—. Necesito informarles todavía mucho más acerca de ello. 

El muchacho no dijo nada, como si supiera que cualquier intervención suya desataría una demora. El mago se mantiene a la expectativa, antes de añadir.

—Por cierto, soy Luciano —sus manos estaban ocupadas con el niño, así que señaló su cuerpo delgado con la cabeza—. Este es Francesco Diallo.

Melrose Moody

En aquel instante, un portal se abre apenas a escasos metros de ellos. Luciano teme lo peor pero en lugar de sus atacantes, surge de él la figura de una muchacha de melena ondulada, desordenada y de ojos enormes y curiosos. Se queda turbada ante la imagen de sus compañeros todos agrupados alrededor de ese muchacho y el niño, a pesar de que no debería sorprenderla. Después de todo, está allí porque recibió el aviso de Despard que denotaba urgencia ¿y a todo eso, dónde anda el predicador?

—Melrose Moody, un gusto... —esta diciendo apenas, alzando la mano derecha para estrechar la del mago cuando el éste ya se encuentra dirigiéndose hacia ella a toda velocidad y pasando a un lago suyo para salir de allí., sin importarle de dónde vino ella, es decir, hacia dónde terminará dirigiéndose.

Melrose se queda estupefacta, sin saber qué decir o hacer. 

@ Luna Gryffindor Delacour  @ noe_snape  @ Ellie Moody  @ Scavenger Weatherwax  @ Ludwig Malfoy Haughton  @ Ashley Emily Black Lestrange M.

Editado por Melrose Moody

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

No había otro culpable más que él, por el descuido de justo después de haber mandado el patronus, no haber tomado todas las precauciones que una misión como esa demandaba, aun cuando Candiotti no se lo había puesto nada sencillo con la sarta de vulgaridades utilizadas para que despertase del todo, que habían terminado provocándole una ira plenamente justificada.

Sin importar la urgencia, no era Rory el tipo que de forma tan campante aceptaría aquellas tropelías al nombre de su madre.

Es solo cuando ha conjurado el portal uzza para aparecer en esa isla sin ser notado, que comprueba que la zona donde ha aparecido es la más inconveniente. En el cielo, unos puntos de luz perdiéndose en el firmamento son toda la prueba que tiene de la persecución que alcanzó a vislumbrar desde el espejo, pero no da más de cinco pasos cuando de pronto un potente hechizo aturdidor le impacta haciéndole perder la conciencia.

Al despertar, le cuesta acostumbrar la vista en el oscuro rincón a donde ha sido confinado. El sonido de olas golpeando cerca le advierte que al menos continúa en la isla de los Diallo, y al estirar los brazos, uno de ellos termina chocando con lo que parece la pierna de alguien más. Sobresaltado, Rory se pone de pie entonces. Varios metros por delante, nota que en la entrada de la cueva donde ha ido a parar, media docena de guardias los vigilan. Extrañado de que a pesar de todo, no le hubiesen quitado su varita, la sostiene con la idea de librarse de la molesta cadena que lo tiene atado del tobillo a un pesado poste de hierro, pero ningún hechizo resulta.

—La magia de varita no funciona en este lugar- se apresura a señalarle el único otro hombre capturado como él, pero a juzgar por su desmejorado aspecto lleva muchos más días allí- será mejor que te rindas, y esperes a que regresen con el mago originario. ¿También te llegó su llamado?

El mago originario, repite Rory prácticamente en balbuceos, sin comprender de quién puede estar hablando el sujeto, ni a qué clase de llamado se está refiriendo. Quizá sea que todavía tiene los estragos encima del hechizo aturdidor, o quizá sin que lo sepa, le han administrado alguna poción que aletarga sus sentidos, pero le cuesta ordenar sus ideas, y mucho más preocupado todavía en escapar de allí, no se esfuerza en seguir la enigmática plática del hombre.

No tiene idea de cuánto tiempo ha transcurrido, pero está seguro que sus compañeros han debido acudir ya a la misión y probablemente más de uno esté preguntándose por su paradero, y eso solo torna más urgente su necesidad de escapar, ya que no puede dejar de pensar en que lejos de convertirse en ayuda, solo está constituyendo un motivo de preocupación.

Se queda quieto entonces, hasta el momento en que un tumulto, probablemente otra escaramuza afuera, disminuye el número de guardias y entonces, elevando una plegaria a Dios, cierra los ojos para utilizar el Sacrifixio Extremus, en el par de guardias que tiene delante, absorviendo su energía vital hasta casi dejarlos moribundos. Tal despliegue de magia asombra de inmediato a su acompañante, quien de inmediato recuperando las esperanzas que el encierro parecía haber sepultado, se apresura a indicarle que conoce la manera de llegar a los límites donde la aparición funciona, para que puedan salir de ahí.

¿Pero cómo librarse de la cadena? 

No conoce al hombre, y no está seguro realmente de qué tan seguro es mostrar la magia de la naturaleza ante sus ojos, pero no teniendo otra, una vez más cierra los ojos, para que su mente se concentre en las filudas garras de un hipogrifo y entonces recita de memoria.

“Invocando un ser más allá de lo racional, presto mi cuerpo en sagrado ritual, invoco la fuerza sobrenatural, de un hipogrifo real”.

La tensión sobre su brazo se hace insoportable a medida que va transformándose en la del animal que ha invocado. Rory contiene el grito en la garganta, ante el dolor que genera el proceso, pero cuando finalmente lo consigue la garra destroza con facilidad la cadena, liberando a ambos magos.  

A pesar de las reticencias del pelirrojo, lo cierto es que el hombre no mentía: Bastante pronto y por una ruta que le es por completo desconocida, ambos consiguen ponerse a recaudo y Rory suspira aliviado cuando de pronto, detecta el aura conocida de varios de sus compañeros de bando, y un poco más allá, un portal por donde presumiblemente huirán, y que Candiotti acaba de cruzar.

— ¡El niño divino!- comenta el mago del que aun desconoce su identidad, dividido entre la fascinación y el espanto- ¿realmente, piensan enfrentarse a los Diallo por él? Es una locura, yo en su lugar, no cometería tal estupidez. ¡Me lo acaba de mostrar, él acaba de mostrármelo!

¿Mostrar el qué? Rory se encuentra ya demasiado agotado por el temprano desgaste de poder, así que advertencia o no, parece ya muy tarde para echarse atrás, y se encamina a cruzar el portal conjurado por Melrose. Pero su acompañante no lo hace, y en su lugar, con una sonrisa demente, lanza un puñado de luces rojas hacia el cielo.

Todos estamos condenados...- alcanza a musitar, antes que una serie de sirenas confirmen que los Diallo han dado con el grupo. Rory coge de la mano a Agnes sin pensar, y con las últimas fuerzas que quedan avanza al portal, esquivando por milímetros una maldición asesina.

Del otro lado, un suspiro escapa a sus labios al comprobar que todos alcanzaron a cruzar ¿pero dónde es que han ido a parar exactamente?

@ Melrose Moody  @ Ludwig Malfoy Haughton  @ Ellie Moody  @ Luna Gryffindor Delacour  @ noe_snape

cpoR6Mo.gif

GGxF5Wk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...

El lugar de donde ella había venido era casi por pura coincidencia la residencia de los Potter, por lo que el portal los devolvió a las afueras de la casa. Melrose entendía que estaban escapando de unos mafiosos pero así que se guardó sus preguntas hasta que estuvieron dentro de la vivienda y el muchacho ciego estuvo acomodado en un cómodo sillón contra el fuego, luego de que hubiesen secado su ropa y hubieran todos recibido un trago en las manos para calentarse un poco y sacarse el susto de encima.

El agente Candiotti parecía estar esperando poder informar sus hallazgos; no presionaba a nadie pero cada tanto giraba la cabeza como si esperara ver algún Diallo asomado por la ventana de la salita. Había ocurrido alguna clase de incidente antes de que todos terminaran de cruzar el portal: Melrose había escuchado una exclamación y también el sonido de varios hechizos surcando el espacio hacia ellos antes de cruzar ella misma. Sin embargo, Despard nada decía y Melrose no había alcanzado a oír nada  de importancia debido a que había cruzado el portal primero. 

Primero, Luciano empezó a caminar hacia un lado y luego al otro con expresión ausente. Al final, como decidiéndose, se aclaró la garganta y dijo:

—Hemos escapado a los Diallo por un pelo —sus ojos denotaban advertencia. Ya se había acabado la bebida y todavía no se animaba a servirse una segunda—. Volverán. 

Era una afirmación que no buscaba respuesta alguna.

—Ahora, quisiera que Rory me informe si conoce del motivo por el cual buscan a este muchacho —prosiguió Candiotti, como si no acabaran de escapar de un ataque a gran escala—. Creo entender que todos aquí fueron llamados por él y supongo que si él no está enterado, nadie lo estará. 

El agente extrajo un ajado pañuelo de su bolsillo ¿de dónde había salido el mago pelirrojo de último momento y por qué había tardado tanto? Era algo que tampoco había aclarado. 

—Por lo pronto, necesitamos reforzar las defensas de este lugar —aclaró y su voz descendió varias octavas antes de agregar—. Tengo entendido que todos aquí son conocedores de la magia... secreta, de las tres fuentes de energía de La Orden del Fénix —no dio mayores explicaciones a sabiendas de que no las necesitaban y que no era algo que tenían que tocar ahora—. Necesitamos la conjunción del poder paladín, el de los sacerdotes y el de los magos de la Orden Oscura para poder conseguir una protección que pueda hacer frente a las herramientas de los Diallo. 

Editado por Melrose Moody

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.