^ High Flights ^ (MM B: 87651)

[Mackenzie Malfoy]

- Así es Sagitas, abuela. ¿Nunca te lo dijo? Claro, tampoco me extraña, teniendo en cuenta que su hija me dejó sin madre en el árbol familiar. Aunque eso tampoco fue culpa de ella. ¿O sí, abuelita?

 

Una sonrisa más divertida que cínica se dibujó en el rostro de Mackenzie. Su abuela siempre había tenido muchas capas y guardaba más secretos que Voldemort en sus buenos tiempos. Claro que era injusto comparar a su abuela con Voldemort, ella siempre había sido pura luz. Sólo que a veces la luz producía sombras. La joven Malfoy rió para sus adentros.

 

- ¿Y cómo estás abuelita? - Le preguntó aceptando el abrazo que su abuela le brindaba-. No te creas, seguimos siendo sentimentales. Seguro que mi madre se alegra de verte -rió-. Mi padre también, claro. ¡Qué raro no verlo por aquí! ¿Lo has dejado al margen de esta invitación?

 

A pesar de todo, Mackenzie no podía negar que volver a tener a su abuela cerca era reconfortante o, al menos, divertido. Su instinto de rebeldía siempre le hizo considerarla en su vida mucho más abiertamente de lo que habían hecho otros Malfoy. Pero lo que no se podía negar era que la presencia de su abuela siempre significaba alguna aventura nueva que vivir. Probablemente, un drama.

 

- No juzgo nada, abuela. Es sólo que tengo unos recuerdos incordiosos haciendo que me pique la nariz -rio-. Pero tu sabes que te quiero y que me alegra tenerte de nuevo entre nosotros. La vida será más divertida, me aburría últimamente.

 

Miró a Sagitas, como no recordaba mucho del Mundial no podría pensar que aquello era sarcasmo. Realmente, su vida nunca era aburrida. A veces deseaba un poco más de aburrimiento. Y desde luego, la presencia de su abuela le hacía pensar que alguna crisis familiar estaría a punto de estallar de forma inminente. Aunque a veces las personas cambian.

 

- ¿Te han hecho cambiar los muertos, Antara? ¿Tú la ves distinta, Sagitas? -Mackenzie observó la figura de su abuela, su mirada, su rostro. Sí, después de todo, fue capaz de percibir algún cambio, aunque no supo definir exactamente qué era.

[Antara Black]

La actitud y la forma de la Malfoy la reconfortaban y alegraban de divertida manera, escuchar sus palabras la hacían pensar en ella misma, esa chica se parecía más a Antara de lo que podría pensar.

El toque rebelde en su retadora mirada hacía que la ojiverde recordara a esa chiquilla que todavía se asomaba en la fortaleza de aquella mujer altiva.

 

Así es hija...

 

Le confirmó a Sagitas, que mostraba duda en el rostro ante las palabras de Mackenzie.

 

La señorita Malfoy es tu sobrina, hija de tu hermana Leisby y su esposo Radek, mismos que por supuesto han sido convocados nieta, estará en ellos responder o no al llamado.

 

Leisby... su pequeña y rebelde hija, la primogénita y compañera de aventuras por tantos años, había partido hacía ya tiempo de la mansión Potter Black. Habían sido inseparables a través de un sin fin de situaciones, desafíos y alegrías. Se dio cuenta de que la extrañaba mucho más de lo que creía.

La Semidiosa tenía un pasado lleno de secretos, de decisiones ocultas a los ojos del mundo y pocas personas conocían esa sombra detrás de la luz que irradiaba ante la sociedad mágica. Y una de ellas era leisby.

 

Antara movió la cabeza para salir de la ensoñación a la que el recuerdo la había llevado.

 

Y Si Mackenzie... los muertos me han enseñado mucho, quizá más que los vivos, pero recuerda que en este mundo todo es relativo, nadie muere definitivamente, ni vive de manera plena si no ha conocido la muerte.

 

Las palabras salieron de la boca de la ojiverde sin siquiera pensarlas, el efecto trance le llamaba Antara, cuando se perdía en sus pensamientos y regresaba a la realidad, a veces salían de su boca palabras que no había conceptualizado antes en su pensar.

 

Suspiró era momento de empezar de ceros y dejar atrás todos esos recuerdos, las decisiones y las consecuencias de ellos. La mujer era otra, aunque todavía nadie pudiera notarlo.

 

Llegaría alguien más al llamado de Antara?

[Teza Marie de Lioncourt]

Teza sintió un escalofrió que le recorrió la espalda, seguido de un calor, esa sensación de bienestar que solo viene de una madre

 

¿será, acaso?- fuera o no debía de averiguarlo, había pasado tanto tiempo lejos en el mundo muggle, había olvidado ya tantas cosas, de forma voluntaria,pero siempre, siempre estaría ella, la única persona que no podía fallarle, ni abandonarle nunca; sin dudarlo mas postergo la lectura de aquél libro, tenia que averiguarlo.

 

cerró los ojos y se perdió en sus pensamientos; al abrirlos de nuevo percibió un aroma, aroma que evocaba a su niñez, aquél lugar, tan vagamente conocido pero a la vez tan consientemente desconocido para ella misma, era un bosque, un bosque hermoso, lleno de vida, de colores...

 

y ahí estaba ella, aquella silueta divina de mujer, madre, amiga.

 

se acomodo el cabello dejando cada punta salir y se aliso el vestido, su madre la vería de nuevo y quería que la viera linda como la ultima vez; despues de eso se acerco hacia ella para darle un abrazo.

 

Madre, cuanto te eh extrañado.- habia pasado tanto tiempo y de nuevo solo ella podria hacer sentir a Teza segura, en casa; al tiempo que le abrazo una lagrima rodo sobre su mejilla.

[Antara Black]

No había terminado de preguntarse si alguien más se presentaría a su llamado, cuando otra conocida silueta aparecía en el horizonte, poco a poco la figura se acercaba definiendo las facciones de una de las más pequeñas hijas de Antara: Teza.

 

El corazón se le aceleró a la ojiverde, ver a sus hijos la llenaba de alegría, un reconfortante estallido de calor inundó su pecho al sentir la presencia de su pequeña y su cariñoso abrazo.

 

También te he echado de menos hija mía

 

Muchos gratos momentos ha vivido Antara en cada etapa de sus vidas, pero había algo especial que unía toda su existencia, su familia. Todos y cada uno de ellos eran seres especiales para ella. Recuerdos, rostros que le pasan por la mente, uno tras otro acompañado de escenas que engloban el concepto de rostro. Algunos son tan lejanos que le cuesta trabajo ubicarlos en el tiempo y el espacio, algunos le hacen sentir alegría al recordarlos, otros sin duda le dan un pequeño pinchazo en el pecho, dolor? quizá. Hay un rostro que le ilumina la existencia... Galadriel.

 

Un suspiro acompaña ese recuerdo mágico, ese rostro que lo era todo para ella...

[Teza Marie de Lioncourt]

Se soltó de aquel enternecedor abrazo y se seco la lagrima, porque después de todo, estaba feliz, mas feliz que hacia mucho tiempo

 

Esperemos que vengan los demás, suele ser algo divertido- esbozo una enorme sonrisa, volteo a ver a su hermana Sagitas y a Mackenzie, había escuchado a lo lejos que hablaban sobre los muertos, vaya si era algo que conocía después de haber muerto casi 3 veces,siendo en esas ocasiones traída de nuevo al plano físico gracias a su madre, al recordar esto la sonrisa se le borro y ahora estaba mas bien cabizbaja

 

Escuche que hablaban de los muertos, creo que en esta familia, todos lo hemos estado alguna vez, yo por lo menos 3 veces, de forma física claro- dijo sonriente de nuevo

[Aine Malfoy]

«Invoco cuius esse sequitur illa a facie mea»

 

Las palabras retumbaron en su cabeza, fuertes y claras. Los fajos de pergaminos que llevaba sobre sus brazos cayeron, desperdigándose por el amplio suelo de la oficina del teatro. No recordaba si había probado bocado, ni cuánto tiempo había perdido intentando arreglar las finanzas del negocio. Recogió y apiñó los rollos en lateral de la superficie de madera. ¿Acaso las horas invertidas en la contabilidad le habían provocado esa ilusión? La voz era familiar, pero no podía ser posible. No, en aquellos tiempos.

 

«Invoco cuius esse sequitur illa a facie mea»

 

Y allí estaba de nuevo. Parecía no darle tregua alguna. Si quería avanzar, tendría que acallarla. Y para lograrlo, debía dar con el origen del llamado. Garabateó una nota para Jocker, dejándola a la vista. Si el Black Lestrange se preguntaba por ella, sabría dónde encontrarla. Tomó su varita y la guardó entre los pliegues de la túnica negra que cubría sus formas. Al salir por la puerta, se encontró con el reflejo de una de las paredes de espejos que estaban esparcidas por el local. Lucía ojerosa y con el cabello desaliñado, pero seguía siendo ella. Y por ello, no podía hacerse oídos sordos ante lo que sucedía. Tiró del pomo, cuidando de no dejar a merced la oficina y desapareció sin decir nada.

 

En un abrir y cerrar de ojos, su cuerpo se materializó en una isla. Mientras su vista se adecuaba al pasiaje que se levantaba ante ella, escuchó atenta las voces. Aguardó, precavida y luego divertida. Aunque no fueran cercanas, podía identificar ese tono en cualquier lado. «Le pasará a todas las madres. No se me puede olvidad que soy una», se reprendió.

 

Ya no quedaban dudas, por ello Mack había atendido el llamado. Quien les había convocado no era otra que Antara Black. ¿Había dejado todas las comodidades para regresar?. Seguramente había algo de fondo. La conocía, más que cualquier otra persona, pero no por ello, su madre dejaba de darle sorpresas como esta. Ya había escuchado suficiente y la paciencia, no era una de sus virtudes.

 

- La señorita Malfoy no recuerda que los lazos familiares van más allá de un simple papel. Yo lo recuerdo y por eso acepto que porte ese apellido. No me hace menos importante en su vida, ¿cierto?. Aunque tengo que recordarte, madre, que Elaryan y yo ya no somos pareja. No he sabido de él, en mucho tiempo.- Su voz sonó segura y cualquier sentimiento que aflorara con sus últimas palabras no se dejaron ver en su rostro. Ni un atisbo de duda.

 

Acortó la distancia entre la semidiosa y ella, pero respetando el momento de Teza, su hermana. En definitiva, la matriarca Potter Black no había cambiado nada. Podía verlo en su rostro, pero lo que Leis veía, nadie más podía hacerlo. Ese nexo sólo se tiene con alguien al que se ha revivido. Y ella lo vivió con su progenitora.

 

- Luces muy bien. Tuve que responder a tu llamado. Sino, no me dejarías trabajar. Creo que tengo jaqueca.- posó su mano en la frente, con ademán inocente.- Dime, madre, ¿conoces el motivo de mi dolencia?

 

Teza hizo un comentario sobre el tema principal, dejando la pregunta de Leis, al aire.

 

- Eso lo heredaste de nuestra madre, querida. Estoy segura de ello.- le dijo en forma de saludo. Teza había asistido con ella a alguna de las resurrecciones en la pirámide sacerdotal.

[Jock]

No era normal que Leisby citara a Jocker a conversar sobre un tema tan importante y que luego, antes de que él llegase, desapareciera dejándole sólo una escueta nota y la incertidumbre de sus motivos. Algo importante tenía que estar pasando y su curiosidad había sido alimentada descuidadamente.

 

El patriarca de los Black Lestrange releyó por última vez el mensaje escrito por la mujer que había llegado a su vida como una invitada más, pero que se había transformado en algo un poco más complejo que eso, para tratar de hacerse una idea, aunque sea vaga, de lo que acontecía, y no llegar con las manos vacías.

 

«¿Qué se traerá entre manos?» pensó al tiempo en que miraba hacia todas direcciones en la oficina, tratando de encontrar alguna otra pista «¿Será que me tiene una sorpresa?»

 

La idea pareció gustarle en demasía al ojimiel que sonrío y desapareció rumbo al negocio de su medio-hermana para encontrarse con Leis, a la que reconoció desde lejos una vez apareció en la isla.

 

— Esta si que es sorpresa— susurró antes de animarse a caminar en dirección al cuarteto de mujeres que conversaba animadamente.

 

Una de las mujeres presentes llamó mucho la atención del ojimiel, en especial. Y es que lo último que había oído de ella era que había desaparecido de la faz del mundo mágico con intensiones de no regresar.

 

— Buen día— saludó— La verdad es que no sé qué estoy haciendo aquí y si soy bienvenido o no, pero cuatro mujeres tan bellas no pueden estar solas sin ningún tipo de resguardo. Los ataques mortífagos se hacen día a día más frecuentes.

[Sagitas E. Potter Blue]

El aire se había enrarecido ante la situación creada por Mackenzie con sus palabras. Me había sorprendido con la confesión de que mi madre era su Abuela. Este parentesco, que debía yo conocer al ser la Matriarca de la Familia Potter Black, me había pasado desapercibido, a pesar de haber leído varias veces el libro que contenía el árbol genealógico de la familia.

 

Antara lo confirmó, siempre sin abandonar su sonrisa. Era tan agradable estar a su lado, tan placentero saber que estaba de vuelta... Sin embargo, me puse nerviosa al oír las reprimendas que la Viceprimerministra, mi sobrina como me acababa de enterar, le dirigía. Aún así, me pareció entender algo en el tono, algo sarcástico pero a la vez algo complacido, que se alegraba de verla.

 

-- Yo no la veo distinta -- me atreví a intervenir en el diálogo entre ambas; ya que me mencionaban, me atreví a moverme un poco, inquieta, bajo aquel roble, al lado de mi madre. -- Como mucho, la veo más guapa, más alta, más elegante, más... Antara.

 

Y ese dato era irreflexivo, debido más seguramente al deseo de tenerla de nuevo a mi lado. Aunque algo era cierto, la muerte la había tratado bien, por lo menos en la presencia que había regresado al mundo de los vivos.

 

No podía dejar de sonreír. Y volví a meterme en medio.

 

-- En eso he de darte la razón, madre. -- Me pareció que no era necesario mencionarlo; no soportaba recordar aquellos días en los que yo me había tirado por una escalera y mi madre, una Gran Sacerdotisa de Avalón, la Dama del Lago poseedora de la Espada de Arturo, una madre adoradora de su hija muerta, había iniciado la ceremonia que me había devuelto a la vida. -- Sólo cuando has muerto, valoras la vida en toda su medida.

 

Toda observación quedó perdida con la llegada de una chica que había visto... dos o tres veces en su vida. Pero la reconoció enseguida. Era Teza, su hermana, que también había acudido al llamado de su madres.

 

Correspondió con un saludo y una sonrisa a su encuentro. A veces, cuando la compañía es agradable, no hace falta decir nada más. La ojos lo dicen todo; la mirada es bastante.

 

-- Veo que vas a conseguir reunir a la familia, madre -- musité.

 

Y miré más allá del árbol, suspirando, respirando el aire de aquel día que amanecía. Hoy, pasara lo que pasara, iba a ser un día especial.

Editado 3 de Octubre del 2011 por Sagitas Potter Blue

[Antara Black]

Resurrecciones, vida, muerte, todo era relativo para una sacerdotisa de ávalon...

eso pretendo hija... una reunión familiar.

Sonrió divertida, Sagitas parecía disfrutar de sobremanera el lugar, y eso divertía a Antara, la alegría en su hija era una de las cosas que más podría disfrutar la semidiosa.

 

Al parecer la profecía apenas lanzada por Sagitas surtía efecto...

 

 

Ese sonido... esa voz...

Era ella, su hija y confidente... El tono altivo, profundo, fuerte y con dejos de soberbia... ahora entendía de donde lo había sacado Mack... esa linea era demasiado directa. Herencia de la misma semidiosa. Sonrió al darse cuenta, al parecer los problemas familiares de la Potter Black se heredaban.

 

La sangre del linaje Black, tenía profundas repercusiones en la personalidad, sobre todo de las mujeres, era una suerte haberla mezclado con la Potter De Alexandre, por el bien de los hombres de esa familia. Pero estos seres eran tan puros en esa linea, personalidades fuertes, rebeldes, descaradas y soberbias. Se sabían poseedoras de un ancestral poder que se hereda a las mujeres del linaje. Descendientes de muchas sumas sacerdotisas y amas de avalon, Brujas de gran poder y excepcional manejo de la naturaleza.

 

Su mirada se cruzó con la de Leis... Tan bien se conocían que las palabras sobraron, compartían la energía en un nivel más allá de lo racional, eso pasa cuando se dan la vida una a la otra. Antara parió a Leis y ella a su vez regresó a su madre a la vida en un ritual de resurrección usando su propia energía para traerla de regreso.

Pero ambas mujeres compartían algo más, un secreto de sangre que pocos conocían, un rasgo de existencia que Leis solía ocultar. Ambas eran hijas de dioses. Lo que las dotaba de características específicas propias de su raza.

Se leían con solo pensar en la otra, se comunicaban con la mirada. Se conocían de esencia no de personalidad.

Ella, ella sabía que Antara no había cambiado, simplemente que ahora aceptaba las cosas de manera distinta.

 

En el mismo tono altivo... respondió a Leis:

 

- El dolor de cabeza seguramente se debe al nivel extremo de testarudez, exceso de trabajo, soberbia y posiblemente haya ayudado cierta voz profunda repicando en tu interior... pero solo un poco.

 

Sonrió mientras abrazaba a su hija

 

Era sumamente reconfortante tener ahí presentes a personas tan importantes para ella.

 

Vaya sorpresa la presencia de otro ser, un caballero que Antara recordaba de su época como maestra en la academia.

Se sentía el poder interno, aquel joven había crecido, no solo en el exterior, ahora era un mago mucho más poderoso.

con beneplácito Antara le saludó.

Aunque extrañada ante su presencia no puedo evita preguntar:

 

Bienvenido eres Jocker, es un placer volver a verte, aunque me siento algo extrañada de que recibieras el llamado. ¿Qué es lo que te hizo venir? que algo me dice que no he sido yo...

 

sonrió divertida al sentir cierto nerviosismo en Leis...

 

Empatía... Gran don...

 

Esto es una fiesta familiar por lo visto... ¿alguien más llegará?

Por lo pronto deberíamos ponernos un poco más cómodos...

 

La semidiosa hizo aparecer una carpa con algunas sillas, comida y bebida

 

Anden tomen lo que gusten que al final... lo mio es suyo... mis queridas descendientes, y señor invitado.

Alégrense de poder convivir en familia, aunque se... por hoy

 

tomó una copa de champaña de una de las mesas, su bebida favorita y no fue sino hasta tener la copa entre sus dedos que se dio cuenta que tenía mucho tiempo sin probar una copa del dorado y espumoso líquido.

sonrió complacida y levantó la copa antes de beber de ella

 

Por la familia, los muertos, los regresos, la vida y la magia.

- Salud!

[Teza Marie de Lioncourt]

Eso y mas cosas herede de mamá pero no entremos en detalles hasta que no estemos lo suficientemente llenos de alcohol en las venas- una gran sonrisa se dibujo en su rostro, aun siendo muy nombrada lo que había convivido con su hermana Leis, había sido mas bien poco, pero aun asi lo valoraba mucho, aun luciendo tan joven y siendo de las mas pequeñas hijas de Antara, Teza estaba llena de recuerdos, recuerdos en los que siempre aparecía la familia.

 

Sagitas! Hermana si la familia se reúne yo al igual que nuestra madre estaré complacida, ya que nunca la eh conocido a toda, pero eso si a la que conozco da un gusto verla - tomo entre sus manos una copa y la alzo para el brindis

 

Recuerdan el karaoke de la ultima vez?, es de las cosas que yo mas recuerdo, aunque había muchas personas a las que no termine de conocer y me gustaría hacerlo- fijo su vista en la copa pensativa, algo dispersa, pero feliz muy feliz

Editado 3 de Octubre del 2011 por Teza Marie de Lioncourt