† Mansion Ragnaventus † (MM B: 88988)

[Kris Gryffindor]

Dimitri

 

Ya sus compañeros habrían estado recaudando información al igual que él de los hechos que se encontraban en las inmediaciones de la familia Ragnaventus. Al parecer tendrían que volver al siguiente día para saber el por qué de los restos humanos cubiertos. Además con investigaciones podrían saber de qué se trataba aquél líquido que habría extraído de uno de los calderos, él para serviría. De un momento a otro el Gryffindor se sintió realmente débil y es que al parecer la poción multijugos comenzaba a terminar su efecto.

 

Se tomó apenas como pudo de un árbol, mientras la mujer que se hacía pasar por Mei les daba órdenes de salir, estaban ya marcadas las diversas irregularidades por lo que no hacía falta más investigación. Kris por su parte solo vislumbró que la mayoría de ellos partieran, debido a que Mei se encargaría de ser la última en partir, sus compañeros poco a poco fueron saliendo y él como era de esperarse necesitaría un poco de sangre vital, para poder volver estar al cien por ciento.

 

— Muchas gracias chicos, espero que después nos volvamos a juntar para saber cuál será el final de la situación.

 

Sentención el vampiro quién ya casi habría vuelto a la normalidad. Casi sin esperar mucho una espesa capa de neblina dorada comenzó a rodearlo por completo, haciendo que su figura de un momento a otro se desvaneciera. En cuestión de segundos la figura de Kris desapareció.

[Gomita Haughton Westrong]

Helena Dankworth

 

 

Aquella misión había sido todo un éxito, se habían encontrado algunas pruebas extrañas de que en esa casa se practicaba magia oscura o por lo menos aquella que los muggles consideraban como tal. Obviamente era para realizar una investigación más exhaustiva, por lo que después de que Dimitri llevara muestras y yo me hiciese cargo de las fotografías, se decidió que en realidad sí era momento de retirarnos de ahí.

 

― Y todo esto ¿A dónde lo vamos a llevar?

 

Pregunté refiriéndome a las pruebas, las cuales no tenía ni la más mínima idea de dónde se analizarían. En mi antigua ciudad muggle, en aquella en la cual viviese durante algún tiempo había un lugar para analizar este tipo de evidencias, pero mágicamente no tenía la más mínima idea. Luego de seguir mi camino mientras continuaba abrazándome a mí misma, miré de nuevo a los chicos.

 

― Entonces... ¿Nos vamos? Oye Dimitri, esto fue muy divertido. Gracias a todos chicos.

 

Me dirigí al chico con un toque de buen humor. A pesar de que aquél clima era terrible para realizar una actividad así, los deseos del muchacho se habían cumplido. No estaba de más decir que yo también cruzaba los dedos por encontrar algo interesante y la suerte nos dio por nuestro lado. Ahora solamente hacía falta reunirnos todos para retirarnos y así lo hicimos. Después de llegar a la entrada, pronto no quedó ni el menor rastro de mí en ese lugar.

[Jank Dayne]

Nicolas Montegomery

 

Se llevó una mano a la barbilla pensativo, mientras observaba el cadáver con determinación. Era lógico que algo extraño ocurría en la Ragnaventus, y el deber de su grupo era descubrir exactamente qué acontecía y resolverlo si se hallaba posible. No podían llevarse al cadáver, ya que si llegaban hacerlo, podían meter en riesgo el secreto de la misión. Por lo qué, las pruebas sencillas y enriquecidas, eran el factor clave de la cuestión.

 

Tomó aire por la boca, al momento que se volvía a agachar con la rodilla. Con ayuda de uno de sus dedos de la mano izquierda, arrancó unos dos cabellos que aún permanecían en el sucio cuerpo del difunto. Aquello serviría de ayuda, para un futuro. Guardó en una pequeña bolsa transparente lo que serían las muestras de un posible homicidio.

 

Encaminó su adulta figura hasta encontrarse con los demás. Casi todos habían emprendido su marcha. Sin mas, Nicolas partió de allí perdiéndose entre las múltiples mansiones, rumbo a un lugar que cuya ubicación sólo sabía él, sus compañeros y varios privilegiados.

[Mei Black Delacour]

Belén White

 

–Es hora de irnos, – les dijo para cuando todos por fin se alejaron de aquellas cosas horrendas y asquerosas y estuvieron con la White – llevemos estas pruebas al local, ahí alguien se encargará de inspeccionarlo… Supongo.

 

Sonrió de forma nerviosa mientras veía las pruebas que habían tomado y sin más, les hizo señas para que comenzaran a caminar. Belén caminaba de última, detrás de todos sus compañeros, mirando de un lado a otro para verificar que todo estaba en orden. En cuanto llegaron a la salida del terrero, salieron y cerraron las rejas tras de sí y al instante, la pelirroja caminó presurosamente por las calles de Ottery para perderse entre las grandes construcciones antes de que el efecto de la poción multijugo cesara.

[Gomita Haughton Westrong]

Era momento de entregar la última invitación de la tarde a la mansión que venía indicada en ésta. El pequeño jarvey blanco que me ayudaba en esa tarea, caminaba a un lado de mí jugueteando y adelantándose en ocasiones mientras que yo tarareaba en voz baja una canción que había escuchado en el pueblo muggle del que acababa de regresar el día anterior. Cuando ya estuvimos frente a ésta, le entregué al jarvey la invitación.

 

― ¡Muy bien pequeño!

 

Mencioné cuando Edyan corrió rápidamente hacia el interior de los terrenos de la propiedad Ragnaventus. En cuestión de segundos el jarvey miniatura se colocó frente a la puerta de la mansión y hábilmente introdujo el sobre por debajo de ésta, para dar media vuelta y regresar sobre sus pasos a toda velocidad. Yo esperaba afuera y pronto lo tuve conmigo. Él ya había entregado la invitación.

 

 

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Click en la imagen

 

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A los patriarcas de la familia Ragnaventus:

 

Me complace invitaros a vosotros y a toda vuestra familia a la cena que ofreceremos en el castillo de la familia Haughton con motivo de la construcción del mismo. En el sobre adjunto a esta carta se encuentran las tarjetas con los datos necesarios de la celebración. Me sentiría complacida con vuestra asistencia.

 

Se despide, con un cordial saludo

 

 

Atentamente: Mónica Malfoy Haughton.

 

 

Un minuto más tarde, continué mi camino hasta perderme de vista de las calles de Ottery.

[Neos Triviani Malfoy]

La imponente mansión Marshbone fue quedando atrás con cada paso que daba el castaño, era otra la residencia que tenía que visitar, motivo de las guardias para la marca tenebrosa. Nunca había pisado aquel lugar, pero conocía al patriarca y esperaba que este lo recibiera. No veía al aspirante que debía acompañarlo, pero esperaba que no tardara en hacerse presente. No disponía de todo el tiempo del mundo, y había un par de negocios dentro del callejón que debían visitar también.

 

La mansión Ragnaventus no tardó en aparecer frente a él, iluminada apenas por la débil luna que a esa hora caía sobre Ottery. Miro a su alrededor, pero ni Jack ni fokker se veían cerca. Tendría que informar a los líderes de los guardianes si alguno no se presentaba, pues aunque debían ofrecerles su ayuda, no podían perseguirlos para enseñarles todo lo relacionado con el bando.

 

No gustaba mucho de todo ese aspecto social, él era más de salir a matar y descuartizar polluelos. Pero entendía que era un mal necesario, algo que debía hacer si quería ascender dentro de la marca, como eran sus planes. Solo esperaba que no se hiciera una espera larga, como ya le había tocado en misiones para el desaparecido Business. El ser patriarca de una familia nueva era mucho trabajo, y necesitaba mandar un par de misivas por el trabajo antes de terminar el día.

 

- Bueno, comencemos - se dijo.

 

Se acercó a la puerta y golpeó con fuerza, ya era la hora estipulada con los aspirantes, así que debían de aparecer en cualquier momento. Esperó con calma a que alguien respondiera a la llamada del guardián, algún patriarca o miembro de la familia debía de recibirlo, así dictaban las reglas dadas por sus líderes.

 

- Dense prisa, o tendré que beberme todo el whisky solo - meditaba, pensando en los pequeños aspirantes y en el brebaje que esperaba le ofrecieran, una vez dentro de la mansión.

[Fokker]

Fokker Cygnus

Llego justo cuando su compañero asignado, o mejor dicho se podría hablar de maestro designado para esta oportunidad tocaba la puerta. La misión para las guardias le permitía conocer a varios miembros de la marca. Esta vez tenia la oportunidad de conocer a Neos, no sabia nada de El, aunque realmente no conocía a muchos magos hasta ahora.

 

Apresuro el paso para acercarse a su nuevo mentor y saludo rápidamente, indicando su nombre y exclamando una disculpa por su retraso. No sabia como reaccionaria por su demora, pero esperaba que esta fuera lo mejor llevadera posible. Hasta ahora había tenido la mala suerte de tocar pero no hablar con ningún patriarca de alguna mansión visitada. Esperaba que en esta ocasión se pudiera llevar a cabo tal reunión.

 

Mientras esperaba, se dedico a observar la luna, y noto algo interesante hasta ahora todas sus guardias se habían llevado en la noche, se estaba preguntando si había algún motivo en especial para usar tal horario. Pero decidió no llevar acabo ninguna pregunta, hasta que se abrieran las puertas de la gran mansión. Igual no era un personaje muy comunicativo.

[La Niña de las Tinieblas]

C'Nedra Malfoy- Guardiana

 

Fruncí el ceño ligeramente al observar la pálida silueta que se escondía en el morboso espejo. No importaba que la esbelta figura alzara su rostro con orgullo, o que el acero de sus orbes brillara con fuerza, yo sabía que ella estaba dañada. Era una muñeca rota, allí donde nadie podía percibirlo. Y era imposible remendar aquellos jirones de sucia tela que adornaban el frio cuerpo: lo había intentado, y había fracasado.

 

Apoyé con fuerza las palmas de mis manos contra mis ojos, borrando el reflejo que mis pupilas habían devorado. Lentamente descubrí mi rostro hasta que mis inseguros dedos se deslizaron por mis oscuros cabellos, recogiéndolos en un desordenado moño. Por unos instantes me quedé inmóvil frente al espejo, intentando recuperar el control de aquellas sensaciones que ardían bajo mi piel. Una vez segura de haber enterrado hasta la mas ínfima de las emociones, comencé a vestirme.

 

Una holgada musculosa color bronce ocultaba mi torso mientras unos pantalones negros se adherían a mis piernas. Busqué entre el acomodado desorden de mi habitación mis zapatos y aseguré la oscura varita contra mi cadera. Ocultar tras una apariencia cuidada y seductora, al ser pecaminoso y quebradizo, se había convertido en un rito sagrado. Es como si el carmín de mis labios pudiese ahuyentar a las pesadillas que la noche trae con ella.

 

Arrastré mi silueta por las calles de Ottery, disfrutando del ansiado silencio y la calma que se respiraba ante la escasez de almas vagabundas. Distinguí la mansión que aquel día me tocaba vigilar y apure el paso hasta llegar a su ostentosa entrada. En otro momento me hubiese detenido unos segundos a admirar las majestuosas gárgolas y esculturas que se imponían en el jardín, pero aquella tarde no había tiempo para ello. Sabía que mis compañeros no tardarían en aparecer, así que llamé a la puerta de la mansión, esperando ser recibida.

[Oliver Granger]

Oliver Granger - Guardian

 

La lechuza había llegado, las primeras misiones eran envidadas. Ahora debía de cuidar de unas cuantas mansiones y uno que otro negocio. Un mortífago lo esperaría y orientaría en su labor dentro de los diferentes sitios. Quería demostrarles a sus superiores todo lo que tenía para ofrecer, así que sin más tiempo que perder, arregló sus vestimentas antes de salir de su casa.

 

Estando en las afueras, vestía una chaqueta de cuero negro, una camiseta blanca, unos pantalones blue-jeans a la medida y unas zapatillas negras. Debía de parecer casual para no levantar sospechas entre el vecindario. Su cabello caía por su frente en forma de flequillo y la parte de atrás estaba enmarañado. Miró a todos lados y al no haber moros en la costa, desapareció.

 

Estaba enfrente de una de las mansiones que le había tocado visitar: Mansion Ragnaventus . Su guardián asignado, ya se encontraba dentro de los terrenos de la casa. Entró por las rejas, atravesando los jardines, pero algo que sin duda llamó la atención del Granger fueron aquellas estatuas que representaban a varias criaturas mitológicas, siempre había amado a la mitología. No las observó detenidamente ya que debía cumplir con su trabajo y no quería demorarse en llegar.

 

–Hola, soy Oliver –se presentó respetuosamente ante C'Nedra, su responsable, era manía del joven ocultar su apellido, no le gustaba mucho que se diga –estoy listo para las ordenes, ¿esperamos a alguien más? –musitó observando a la Black.

[Tais Sara Black E.]

Tantas cosas me habían pasado que todo esto de la marca lo había dejado en segundo plano, desde el nacimiento de Noel así como mi ingreso a San Mugo habían hecho que mi vida fuera un caos, afortunadamente no estaba tan fuera de todo. Durante mi descanso en las mazmorras me habían llegado nuevas instrucciones, en pocas palabras tener que cumplir de nuevo con las rondas que deje pendiente por mi embarazo.

 

-Descuida, Noel esta con su madrina-le decía a mi compañero al escuchar su aleteo cerca de mi-anda vete tú dueño te debe de estar esperando-le indique mientras caminaba más aprisa escuchando el ruido de mis tacones

 

El viento golpeaba cada vez más fuerte contra mi rostro a medida que iba caminando hacia la mansión en la que me fue indicada en la nota, para aliviar un poco el frio que sentía oculte un poco más mis manos en los bolsillos de mi abrigo negro sintiendo como mis ondas castañas jugaban con el viento “imagino que ese es el lugar” fruncí un poco el ceño admirando la mansión y sus alrededores. Por lo que pude admirar una mujer y un chico se encontraban frente a las puertas. Entre por las rejas, atravesando los territorios de la mansión sin prestar mucha atención a mí alrededor. Al estar frente a ellos los observe con detenimiento dedicándoles una leve sonrisa

 

-Lamento la demora, soy Tais Sara Black-hable levemente sin sacar las manos de mis bolsillos-¿Qué es lo que tenemos que hacer?