Douce Tentation & Straripante Passione (MM B: 90090)

[Pik Macnair]

Un sonido en seco azotó en uno de los callejones mas oscuros del Callejon Diagón, la figura del Tempestad se hizo presente a unas cuantas cuadras de su destino. El Macnair salió del callejón y empezó a caminar con soltura y agilidad entre la calles y el aboroto de magos presentes; sus orbes grisáceos recorrían los locales con agilidad, se encontraba buscando un carte en particular, al observarlo, sonrió.

 

Su rostro se encontraba figurando en diversos afiches, todos con la orden de capturarlo por sospechas que lo vinculaban a la marca tenebrosa, el Tempestad los ignoró y siguió caminando. Podía sentir las miradas en su espalda y en sus hombros al reconocerlo, sabia que ningún mago con bastante cordura se atrevería a atacar al Malfoy a plena luz del día y más cuando los mortífagos acudían al llamado con rapidez y cumplían su objetivo con una agilidad desgarradora, casi monstruosa.

 

Caminó con rapidez hasta llegar a una de las zonas mas lujosas del callejón, en esta se alzaba en el completo hotelero Douce Tentation & Stratipante Passione; el Macnair se sorprendió al notar la enorme edificación, de una arquitectura lujosa y llamativa, bastante minimalista y futurista; le agradaba. Cruzó los pocos metros que lo separaban de la entrada y entró directamente a a la recepción. Dentro de esta la temperatura era más fresca y lo agradeció, el calor veraniego azotaba a Ottery con fuerza.

 

- Buen día ¿Qué se le puede ofrecer? - preguntó una maga que se encontraba en la recepción, bastante bonita con una cabellera negra y espesa.

 

- Necesito hablar con alguno de los dueños del local, informe que es de parte de Pik Malfoy Macnair - informó a la recepcionista. Al escuchar su nombre, asintió y se marcho.

 

El demonio se quedó de pie esperando, pronto vendrían a recibirlo adecuadamente y esperaba que el aprendiz que le tocaba en esa oportunidad, se presentara y conociera un poco más sobre uno de los oficios de los mortífagos. Dio media vuelta y se sentó en uno de las cómodas sillas blancas que se encontraban en la recepción.

[Kahlan Blackthorn]

La asistente personal de la Ángel Caído, golpeo la puerta dos veces. Esperando alguna respuesta de la ojiazul oscuro, tenía varios pendientes que finiquitar y ponerse al día, recibiendo a miles de personas y teniendo reuniones interminables. Su agenda, casi siempre estaba saturada, sin embargo esta vez, si se le había pasado la mano.

 

-Pasa Angell…-respondió la Malfoy, tras percibir la presencia de la morocha. Desviando su vista hacia ella, espero el mensaje que tenía, ansiando que no fuera una reunión más.

 

-Tiene una visita, creo que está relacionada con algo de los guardianes…-explicó con una media sonrisa en sus labios. Abandonando la lujosa oficina de la Lóriryen, conocía a la perfección sus reacciones, al grado de dejarla sola, para poder meditar un momento.

 

-Gracias, ahora mismo iré a recibirle-siseó entre dientes, poniéndose de pie. Alargó la mano, para acomodar su capa de viaje, deseaba lucir elegante y radiante como siempre, dado que destacaba mucho en su personalidad el buen vestir. Enfilando con decisión sus pasos, avanzó con elegancia por ese amplio pasillo, admirando la decoración que engalanaba este. Percatándose de la presencia de su nieto Pik, sintiendo un dejo de extrañeza en su ser, aunque posiblemente podía darse una idea de su visita.

 

-Pik, ¿A que debo el honor de tu visita?-esbozó una media sonrisa en sus labios, agradeciendo que fuera el, quien estuviera asignado para cuidar su local.

[Pik Macnair]

El pelinegro esperó sentando en la recepción de Douce Tentation & Straripante Passione, últimamente el Malfoy se estaba impacientando más de lo común, odiaba esperar y que hicieran perder de su tiempo. Suspiró e intento llevar todo con calma, no ganaría nada con molestarse con tonterías, pero su tiempo lo valía. Su mirada plateada recorrió la gran estancia, observando toda la decoración que cargaba dentro, el local era bastante grande y con lujos que una persona de la alta sociedad mágica se podía dar.

 

Se levantó del asiento dispuesto a irse, no sabia quienes eran los dueños del local para que no llegar con rapidez a recibirlo y el aprendiz que lo tenía que acompañar, no había llegado todavía. Giró el rostro al escuchar unos pasos acercarse a él y se sorprendió con quien se topó, sus ojos se clavaron como una daga en el rostro de la rubia, Juv caminaba con elegancia y dejando notar su alto y definido porte; supuso que fue una sorpresa para ella toparse con su nieto en su negocio que él en toparse con ella.

 

- Juve - dijo, lleno de gracia al pronunciar su nombre - soy el guardián que toca proteger tu local, me agrada que fuera tuyo - respondió con total calma, reflejando en su rostro tranquilidad completa. Una pequeña sonrisa se escapó al observar a la Ángel Caído, la cual había llevado al Tempestad a incontable duelos - ¿Todo bien por acá? Dudo que alguien con mucha conciencia se pase a perturbar tu paz, estaría declarando un suicidio - soltó jocoso, haciendo referencia a los seres de la luz.

[Lyra Katara Selwyn]

Le di un abrazo a Juve, que pronto me había recibido.

 

- Estoy bastante bien, ¿y tu? - Le pregunté a la Ángel Caído, mientras la miraba con atención, intentando descrifrar como estaba. Sin embargo, era díficil por no decir impostible, hacer cualquier tipo de análisis.

 

No pudimos platicar mucho, porque llego alguien más. Juve decidió ir a atenderlo olvidandose un poco de mi, pero no estaba dispuesta a dejar que escapara. Tenía muchas cosas que hablar con ella, pero fui a dejar mis cosas a una habitación, regresando pronto al lugar donde pensaba que estaría.

 

 

Vi al guardian, un compañero de la Marca que se encargaba de muchas cosas de los aspirantes, pero no me lo habían presentado bien, a pesar de haber coincidido en algunos asaltos.

 

- Ya creo que sería un suicidio venir a molestar a Juve.- Dije metiendome en la conversación.- Mucho gusto, soy Lyra Katara Ryddleturn.

 

Esperaba que la ratita no me matara por esa insistencia, pero debía entender que no la dejaría sola.

 

- Perdona si interrumpo, Juve linda. Si lo prefieres me voy a dar una vuelta.- Comente, mientras jugaba un poco con mi cabello castaño.

[Kahlan Blackthorn]

Antes de la Redada en la Slytherin

 

La Ángel Caído, no pudo evitar esbozar una amplia sonrisa, debido a que estaba agradecida por tener a dos de sus compañeros en su local. Alargando la mano, para tomar la de su madre, dejo en claro que deseaba que se quedara ahí con ella y Pik, no le gustaba echar a las personas que quería de su lado.

 

-Madre, sabes que puedes quedarte-espetó mirando fijamente a la Ryddleturn-Pik, creo que no sabías que Katara era mi madre, ¿verdad?-agregó sin despejar los ojos de la castaña. Realmente le resultaba un poco extraño, tener que encontrarse en una situación como esa, aunque agradecía que su abuelo moviera las cartas a favor de ambas demonios. –Puedes visitar este local cuando quieras, considéralo tu casa Pik-expresó con firmeza la demonio.

 

-Creo que los Odefos, no pisan este lugar, porque saben lo que podría pasarles. Yo agradezco que tú seas el guardián, así como tu agradeces que yo sea la dueña de este emporio hotelero-profirió divertida, dado que le causaba una extraña emoción, tenerlo ahí delante de ella. Era el hijo de su hija Aleera, el nieto que siempre había deseado tener, dado que compartía las mismas ambiciones que el resto de los miembros de la estirpe Malfoy.

 

-Si desean, podemos pasar al comedor o ir al centro de entretenimiento-señaló dos pasillos extensos y decorados de una forma bastante ostentosa, parecía que no escatimaba en gastos. –Es un placer, poder tenerlos en mis dominios-finalizó esperando alguna respuesta de los dos mortifagos.

[Pik Macnair]

El Macnair alzó el mentón y clavó su mirada en una mujer que acaba de incorporarse tras Juve, por lo vista esta ya se encontraba desde antes en el local. Se presentó como Lyra Katara Ryddletum y la reconoció por el nombre tras haber hecho todo un papeleo sobre un nuevo trabajo que había ganado entre los mortífagos. Mostró una modesta sonrisa tras la forma en que se añadió a la conversación, nadie cometería la locura de atacar a la rubia.

 

- Mucho gusto, Katara - promulgó el pelinegro, tomando la mano de la chica y plantando un beso en esta de forma cordial - Pik Malfoy Macnair, un gusto conocerte - se presentó, dejando notar su gran porte. Alzó una ceja de la impresión al escuchar las palabras de su abuela - Vaya, eso si que me ha sorprendido, no sabia que era tu madre - espetó, cambiando la mirada de Juve a Katara.

 

Hizo un escaneo de arriba a abajo hacia Katara, un movimiento fugaz con sus ojos difícil de detectar. Era difícil de comprender todos los lazos sanguíneos en el mundo mágico, era n tema complicado el cual el Macnair deshizo rápidamente de su mente, no se pondría a hacer un árbol familiar en su mente, terminaría peor de lo que estaba. Aceptó que la mujer frente a él tenía un lazo familiar con Pik aunque apenas la conocía, a simple vista se veía buena persona y era una aspirante a los mortífagos, para él era suficiente.

 

- Me agrada tanto como a ti que sea el guardián de este local, fue una buena elección - decidió, luego de haber pensando minutos antes que había gastado su tiempo en aquel lugar - Me parece perfecto para mi - respondió tras el ofrecimiento de ir al centro de entretenimiento - aunque no tenga mucho tiempo, me gustaría dar una vuelta - finalizó, esperando respuesta de su ahora bisabuela.

[Derek Lúcien]

El D'Angelo apretó los labios mientras miraba algunos escandalosos en el Callejón Diagón, odiaba que la gente de esa clase de espectáculos públicos. Siguió caminando pasando lentamente por los diversos negocios que se alzaban a diestra y siniestra, algunos algo pequeños y otros con locales mas grandes, pero sin lugar a dudas ninguno de aquellos era su objetivo.

 

Siguió su camino algunos minutos mas hasta llegar al fin al negocio que buscaba, ya había estado en una oportunidad anterior allí, y había regresado nuevamente en la misma función, en calidad de guardián. El local era mucho mas grande que la gran mayoría y tenia una estructura mas trabajada y futurista, era bastante agradable regresar allí.

 

Entró al lugar abriendo rapidamente la puerta y luego la cerró detras de él, un cartelito de Bienvenido lo recibió y pasando por el sin prestarle atención llegó hasta la Recepción. En el lugar se encontraban tres personas, las conocia de encuentros anteriores a los tres pero habia bastante tiempo que no los miraba. Adelantó unos pasos hasta llegar al grupo, y luego saludarlos.

 

- Buenos dias -murmuró en dirección a los tres-. Juve, un gusto verte nuevamente -le dijo a la dueña del lugar-, Katara igualmente -para luego dirigirse al mortifago-. Pik, hubo un cambio de planes, me acaban de indicar que debia de venir contigo -finalizó sabiendo que todos entenderian a que se refería.

 

Su cabello castaño estaba ligeramente revuelto, no solo por la rebeldía de aquellos a quedar derechos, sino debido al ligero viento que se lo había revuelto mas de lo normal mientras el D'Angelo llegaba hasta el negocio. Llevaba unos pantalones formales y una camisa blanca desabotonada de la parte superior, donde se dejaba notar la cadena de plata que llevaba.

[Pik Macnair]

El Macnair mientras mantenía una conversación con sus familiares en el local que la pertenecía a su abuela, pudo sentir una nueva presencia llegar al lugar. Sus orbes grisáceos se clavaron como un par de dagas en Alessandro D'Angelo, ignoró las palabras de él, ya que el Tempestad era el que daba todas aquellas ordenes, no eran mas que simples excusas por no llegar a tiempo. Pik Malfoy chasqueó con la lengua en forma molesta, odiaba la gente impuntual.

 

- Tarde - sentenció el Malfoy, con un deje de molestia en su voz sin dejar de mirar al D'Angelo - no seguiré aceptando tardanzas de tu parte, que sea la ultima vez - amenazó el mortífago, apartando la mirada del chico.

 

El Tempestad supo que pronto seria la hora de marcharse, pero aprovecharía quedarse algunos minutos más junto a sus familiares y Alessandro, esperaba que este ultimo se comportara a la altura de las dos mujeres. Giró rápido la mirada para observar esa parte del gran local Douce Tentation & Straripante Passione, era un digno lugar para un Malfoy, solo un familiar con la clase de Juve podía abrir semejante complejo hotel.

 

- ¿Tienes algunos hechizos protectores en el lugar? - preguntó curioso, observando a la rubia cerca de él.

[Kahlan Blackthorn]

La demonio, no pudo evitar responder ante la pregunta de Pik, recordando los sistemas de seguridad con los que contaba su local. Repasando todos y cada uno de ellos a detalle, clasificándolos del más infalible hasta el menos peligroso de todos.

 

-Sí, contamos con un sistema de seguridad, indetectable a los ojos de los Odefos-terció una maquiavélica sonrisa en sus labios-Algunos de ellos están en el techo, otros más en las paredes y hasta en el suelo que estamos pisando en estos momentos-entornó sus ojos hacia el mármol que soportaba las plantas de todos los presentes-En pocas palabras, estamos dentro de una fortaleza, nada puede entrar sin ser detectado antes-explicó con soltura en la voz.

 

Percibiendo la presencia de un joven dentro de su hotel, esbozando una media sonrisa en sus labio, inclino ligeramente su cabeza, para mostrarle su agrado por su visita.

 

-Un placer Alessandro, bienvenido seas a mi emporio hotelero-siseó con suavidad, mirando fijamente los ojos del mini-mortifago –Bueno creo que todos podemos pasar al salón a menos que tengan otros planes-desvió sus ojos hacia la sala de juegos, estaba comenzando a llenarse poco a poco-Aunque, creo que podemos hacer algo mucho más divertido-mordió su labio inferior, buscando la aprobación de sus invitados.

[Derek Lúcien]

Sus ojos se clavaron algunos segundos en el mortáfago presente, estaba seguro que no había escuchado ni una sola palabra de las que había dicho. Entornó los ojos hacia el techo y movió ligeramente su cabeza en signo de negación para luego mirar a la dueña del local, se la habían presentado hacia un tiempo Addison, con la cual había realizado la misma labor en el mismo local.

 

- Será la ultima te lo aseguro -murmuró regresando su vista a los ojos grises del chico-. siempre y cuando se me informe a tiempo y no a ultima hora -finalizó con un tono algo molesto. En esta ocasión no había sido la culpa del castaño la tardanza, y no dejaría que duden de su puntualidad en aquella ocasión.

 

Desvió la mirada del chico y los pasó a Juve que en esos momentos se encontraba indicando las diversas protecciones que tenia el lugar para evitar las molestosas visitas de algunos individuos. No se sorprendió en lo absoluto de todas las cosas con las que contaba el lugar para impedir su ingreso, esa usual que en esos negocios donde se apoyaba al bando que aspiraba se trabaje de esa manera.

 

- Por mi parte no tengo nada mas planeado para estas horas -respondió. La única actividad que tenia planeada era hacer esa guardia, pero seguramente terminaría pasándose por algún otro negocio, pero ya en calidad de un cliente-. Lo que ustedes quieran -murmuró dirigiendo se a ambas damas.