Douce Tentation & Straripante Passione (MM B: 90090)

[Pik Macnair]

Posó la vista en Alessandro y lo ignoró, ya se encargaría de él sin montar un show en el complejo hotelero de su abuela. Escuchó las palabras que pronunciaba y este asintió y no pudo dejar escapar una fina sonrisa en su rostro, Juve se había encargado de colocar en Douce Tentation & Straripante Passione alguno de los mas complejos sortilegios y aquello no le sorprendió, se trataba de una de las Angeles Caído de la marca y su poder mágico podia superar los sueños que algunos magos tenían.

 

- Espero que sea la primera y la ultima, no toleraré mas retrasos - sentenció Pik, finalizando co el tema - Vaya, pero si creas una guerra nadie se dará cuenta acá - sentenció el Malfoy mirando a su abuela - ademas, dudo que alguien inteligente intente atacarte. - recordó, pensando en la poderosa fuerza de la rubia.

 

Pik escuchó las palabras de Alessandro y el ofrecimiento de Juve, bufó con un deje de molestia, quería aceptar aquello pero ya el tiempo escaseaba y tenía que volver a la fortaleza oscura a terminar todo el papel que tenía pendiente, era una lastima pero, era su responsabilidad luego de que el Malfoy empezara a ganar mas confianza e ir subiendo puestos dentro del bando al que pertenecía, aquello era una de las pocas cosas que hacia sentir a Pik con vida.

 

- Juv, me encantaría agarrar tu oferta, pero tengo que rechazarla por esta ez - comentó apenado- pero te recompensaré esto, saldremos otro día a divertirnos ya que hoy no se podra - sentenció, mirando a los presentes sabiendo que no rechazarían aquello.

[Derek Lúcien]

El lugar era acogedor, la primera vez que había llegado allí se prometió que algún día pasaría por aquel complejo hotelero para poder descansar, pero hasta ese momento no tuvo ocasión para ir. Y por como estaban las cosas en aquel momento dudaba tener aquella extrema posibilidad, tendría que regresar en otra ocasión pero no en calidad de guardián.

 

- Aquí el jefe manda -murmuró dirigiéndose a Pik, sabia que la invitación seria rechazada por su parte pero no le gustó que se tuviera que adelantar a las opiniones de las damas presentes-. Así que una vez el fuero yo también debería de estarlo -finalizó, el castaño debía de cumplir las ordenes que se le daban al pie de la letra.

 

Miró con una sonrisa divertido a Juve, seguramente la miraría en poco tiempo nuevamente. Giró algunos instante su cabeza mirando al exterior del lugar donde la gente pasaba a gran velocidad en el corto campo de visión que tenia del callejón, pronto se encontraría como toda esa gente caminando de un lado a otra, con la diferencia que su andar era mas grácil que la mayoría de aquellos magos.

 

- Entonces, ¿nos retiramos? -preguntó a su guardián caminando lentamente a un lado, debía de esperar a lo que el Macnair diga para el llevarlo a cabo. No le molestaba que le indicaran que hacer, pero era la manera en que lo decían lo que podía cambiar la actitud del D'Angelo-. Cuando me indiques, Pik -finalizó mientras levantaba una ceja y esperaba la respuesta.

[Spectum Crouchs]

Aparecí en las afueras del majestuoso lugar para dar mi ronda de guardias para la marca tenebrosa. El lugar era una cogedor lugar de esos a los cuales siempre estaba huyendo, el colorido que tenía este era algo que me hacía odiarlo solo con mi llegada, era un paraiso para aquellas personas que le encantaba la luz, felicidad y las buenas energias.

 

- Un lugar de relajamientos Federico, justo lo que necesitamos -Dejando escapar una gran carcajada hablando con mi demonio invisible. En realidad esto no eran los lugares que acostumbraba a visitar, ya que no era de las personas que me encantaba socializar con nadie y mucho menos en un paraíso como este.

 

Al llegar al lobby la iluminación de este hizo descubrir mi presencia. Metro noventa de altura mezclado con ochenta y ochos kilos de pura masa muscular bien distribuida por todo mi cuerpo, ataviado de negro de pies a cabeza, con una elegancia jamás vista anteriormente. Paso seguro y posando mi orbes lila que tenían exactamente el mismo color en mi cabello, me acerqué a la recepción.

 

- Buenas tardes, vengo de ya usted sabe que, para información sobre ya sabe cual - Le dije en un tono seco y tajante al recepcionista y esperaba que me atendieran de inmediato ya que tenía otros compromisos y no podía perder mi tiempo en un lugar como este.

[Mathías Lear]

.::Guardianes::.

 

Mathías apareció en el sitio y al acto, quedó maravillado ante la estructura del edificio que tenía frente a sus ojos; visualmente, había captado la atención del joven pues era realmente hermoso y por otro lado, los servicios que se ofrecían allí eran dignos para escaparse unos cuantos días de sus obligaciones como Mortífago y arrastrar a su novia hasta el lugar.

 

Negó con la cabeza rápidamente borrando cualquier idea fuera del trabajo, en ese momento estaba allí por cosas laborales y no debía detenerse a pensar en nada más aunque estaba seguro, que en cuanto tuviera un tiempo libre estaría poniéndoselo a la Malfoy, no había duda alguna de la blonda le encantaría aquella brillante idea.

 

Sonrió de medio lado y se dispuso a andar, todo por los alrededores parecía estar en orden. Se sacó la capa negra y la hizo desaparecer con un movimiento de su varita, quedando únicamente con una camisa gris clara y un pantalón beige. Sin detenerse demasiado en observar nada más, decidió entrar hasta la recepción donde amablemente lo atendió una joven a cargo.

 

- Deseo hablar con alguno de los propietarios de este lugar -

 

Las palabras del castaño fueron pocas pero directas. Haciendo caso a lo que dijo la joven, el Tempestad tomó asiento en el loby que se hallaba dentro del primer edificio mientras que la chica se ponía en contacto con alguno de los dueños para proceder con la inspección y posteriormente, marcharse.

[Kahlan Blackthorn]

El silencio reinaba en la oficina privada de la Ángel Caido, estaba sumida en sus pensamientos y profundas cavilaciones. Intentando armar el rompecabezas que estaba haciéndola dudar sobre sus decisiones, poniéndola a prueba de una forma bastante cruda.

 

-Ha sido lo mejor, no voy a dar marcha atrás-sentenció altiva lanzando lejos aquel trozo de pergamino. No entendía como el destino se empeñaba en cantarle su reciente decisión, al grado de hacerla parecer una persona más mala de lo que ya era-Nadie puede cuestionarme, nadie tiene derecho a meterse en mi vida y mucho menos opinar sobre lo que está bien o mal-rodeando los ojos escucho a lo lejos los pasos de uno de sus empleados. Parecía que una nueva tanda de trabajo se avecinaba, algo que la dejaba con un grato sabor de boca.

 

-Señorita Malfoy-susurró con sigilo el joven, dado que sabía que el humor de la Ángel Caido no era el mejor. Jamás le había gustado ser molestada o interrumpida en situaciones como la que estaba viviendo en esos momentos.

 

-¿Qué sucede?-inquirió interrogante invitándole a pasar-¿Ocurre algo?-agregó tras permitirle la entrada a su despacho.

 

-La busca un joven, parece que viene de parte de los guardianes de la marca-explicó tras dedicarle una pronunciada reverencia.

 

-Enseguida le atenderé, no deseo hacerle esperar más de la cuenta-espetó divertida. Ya se imaginaria la cara de su hermanito al tenerle delante de ella, posiblemente tendría que fingir que le sorprendía su visita. Sentía un cariño muy grande por el Lear, dado que lo consideraba una persona muy especial y un amigo muy querido.

 

Abandonando la comodidad de su oficina, enfiló con elegancia sus pasos hacia el Lobby del imponente hotel. Terciando una media sonrisa en sus labios, no pudo evitar saludar de forma cordial a su hermano y camarada de bando.

 

-Mathi, no sabes el gusto que me da verte-profirió con elegancia-¿Deseas tomar algo?-agregó tras ofrecerle un aperitivo al castaño. Parecía que comenzaría a tomarle gusto a las visitas de los guardianes, sobre todo si chicos tan lindos como su hermano eran enviados a sus locales.

[Mathías Lear]

-Mathi, no sabes el gusto que me da verte, ¿Deseas tomar algo?-

 

Fue sorpresivo escuchar su nombre de aquella manera ya que muy pocas personas tenían la confianza con el muchacho, para llamarle de aquella manera sin embargo, sonrió al ver de quien se trataba y sin esperar a nada, se levantó de su asiento y se dirigió rumbo a donde se encontraba su hermana sin perder la leve sonrisa que se marcaba en sus finos labios.

 

- ¡Juv! Que grata sorpresa verte por aquí, admito que no me lo esperaba y ha sido mucho mejor de lo que internamente creía.-

 

Admitió sonriendo pues con aquella mujer, el castaño sentía que podía ser el sin miedos, sin reservas y por supuesto, sin máscaras. Sonrió un poco más tras aquella idea que había surcado su mente "sin máscaras" era elocuente. Sus orbes bicolores se clavaron en las de su hermana y acercándose a la misma, le dio un suave beso en la mejilla.

 

- Estoy bien pero gracias... ya sabrás que no me gusta beber en horas laborales -

 

Le guiñó un ojo divertido y luego agregó.

 

- Pero luego de finalizar mi guardia si lo deseas podemos tomarnos algo, estoy seguro que tenemos muchas cosas de las que hablar por cierto, estás preciosa ¿tal vez alguien especial?-

 

Una leve risa salió de los labios del Slytherin y miró divertido a la rubia ante él.

 

- ¿Todo en orden por aquí? Es un bonito lugar el que tienes -

[Aleera Lux Evanik Malfoy]

Al entrara en el Diagon observó a ambos lados. Su respiración estaba agitada, ella lo sabía, debía realjarse y encontrar algun sitio seguro. apretó el paso a medida que avanzaba por las angostas callejuelas, mirando alrededor, en busca de un destino improvisado. No quiso perder tiempo y continuó una rápida mirada a cada lado, alzando su mirada, asegurándose que la capa la cubra casi por completo. Finalmente se detuvo frente a un hotel.

 

había pasado en otras oportunidades por allí, solo una o dos veces, sin embargo le bastaba saber que el sitio pertenecía a su madre para tener la paz que buscaba. Se metió de lleno, casi trabándose contra la puerta cuando el conserje quiso cederle paso.

 

-Disculpe... -dijo en un susurro aún desesperado al mago calvo que la observaba preguntándose qué clase de mal tendría a la joven en ese estado.

 

-Douce Tentation & Straripante Passione ¿En que podemos ayudarla? - Una recepcionista de delicada voz pero mirada sin vida se dirigió a ella fingiendo un confort que aún no percibia.

 

-Busco a mi... la Señorita Juve Malfoy ¿se encuentra? -no estaba segura si al gente sabía del parentezco, aunque al verlas juntas sería evidente, no quería exponer nada de la privacidad de su madre

[Mentita]

— No me gusta —

 

Se había detenido en la larga caminata por el Callejón Diagon, frente a la entrada del "Douce Tentation & Straripante Passione". Resultó que se trataba de otro hotel, y a la bruja no se le ocurrió mejor idea que pensar que serían cosas del destino en ir a parar siempre a un lugar como aquellos.

 

Ya había pasado antes por el Atrium Stratus y entonces decidió que no estaría nada mal visitar el spa; aunque, de caprichosa que era, seguía repitiéndose que no le gustaba el local. Con gesto enfurruñado se hizo paso hasta llegar a la parte de recepción, allí esperaría a que alguien la atendiese; ella no buscaría a nadie, no señor.

 

— Vendetta —susurró.

 

También esperaría a los que debían llegar con ella para acompañarla. No sabía a ciencia cierta de quiénes se trataban, pero sabía que debían estar allí en menos de lo que canta un gallo.

[Franck Lovegood R.]

Caminando de un lado a otro, yendo y viniendo, no lograba encontrar el lugar el cual debía visitar, seguramente se atrasaría por aquel problema de orientación. La verdad es que no le agradaba mucho el callejón diagón, el Lovegood prefería hacer las guardias en las mansiones y castillos de Ottery, pero tenía que hacer estas guardias de todas formas. Pero al notar que no encontraba el negocio en el centro del callejón decidió buscar en los alrededores de éste.

 

-¡Al fin!- exclamó con un tono de satisfacción al encontrar el negocio.

 

La verdad era que aquel lugar era inmenso, por lo lujoso que se veía debía de ser de cinco estrellas. Era todo un lujo hospedarse allí, y por ende para poder acceder a los servicios que brindaban seguramente uno debería de pagar una gran cantidad de galeones. Caminó lentamente hasta la entrada observando todo el lugar, no podía creer que ese negocio existiera en el callejón, pero claro que con un poco de magia todo se puede. Llegó hasta la recepción y allí se encontró con una de las aspirantes.

 

-Perdóname Candela, pero es que nunca antes había estado aquí, y creo que me perdí un poco- dijo disculpándose, la verdad es que se sentía mal consigo mismo por haberla hecho esperar, esto no volvería a pasar nunca más, además no tenía mucha experiencia sobre las guardias todavía -, bueno esperamos cinco minutos más y si no nos atiende nadie comenzamos a recorrer el lugar como se acostumbran en las guardias.

[Isabelle.]

Se acercaba el atardecer y la joven Ryddleturn no tenia idea de a donde dirigirse, unos días atrás había dejado el matriarcado de su ya abandonada familia, mientras que en el Castillo Ryddleturn no se dignaba a aparecer hasta sentirse cómoda con la presencia de Ángel Caído.

 

De pronto recordó, en una de las conversaciones con su madre el hotel del cual su hermana mayor era propietaria, no había recibido mas que buenos comentarios del mismo por lo que recordando su locación se concentro en la misma para desaparecer de inmediato.

 

Apareció y lo primero que la recibió fue el resplandor que reflejaba el edificio que tenia en frente, la tenue luz del Sol estaba a punto de esconderse por completo, por lo que la escena era digna de admirar.

 

Tardo unos instantes en retomar su camino, adentrándose al lugar. De inmediato sintió que era el lugar perfecto para escapar un momento de la realidad. El recibidor era inmenso pero no lo suficiente como para perderse por lo que la ojiazul espero en el mismo a ser atendida, con suerte se encontraría a su hermana Juve pero por ahora deseaba una habitación donde descansar.