Ollivander's (MM B: 94928)

[Seba Granger]

Al llegar al cuarto trasero el olor a encierro era aun peor, de inmediato me acerque a unas ventanas que estaban en la parte trasera del local, las abri de par en par para que el aire fresco o mas bien un poco frio cuando entraba de repente empezara a circular por el cuarto y se llevara aquel olor.

Lo mas seguro es que mi madre estaría triste al ver así su local, respire profundo un par de veces para luego buscar los paños que estaban en un estante de limpieza, habían otros artículos que me podrían servir, unas botellas de limpia vidrios que servirían para las vitrinas y las ventanas que también estaban un poco sucias.

Esperaba que con Darla pudieramos hacer todo sino lo mas seguro es que tendriamos que llamar a un par de elfos, sino nos llevaria toda la tarde y noche en ordenar.

La campanilla de la puerta llamaba mi atencion, alguien habia ingresado al local, y era raro pues el cartel de abierto no estaba puesto, lo mas seguro es que fue mi prometida, sali a su encuentro en escuche que su voz me llamaba.

-Hola mi amor, ¿Como estas?- dije mientras me acercaba a ella no sin antes dejar los utensilios que traía en el mostrador.

Bese sus labios con suavidad mientras la abrazaba con suavidad.

[Darla G Dumbledore]

Mientras la Potter Black se adentraba en el local dobló la capa y la apoyó sobre el mostrador, tras apuntarle con su varita susurrando un fregotego. De verdad que tendrían que hacer un buen trabajo, esperaba que las listas de varitas estuvieran a mano y que pronto pudieran poner aquel lugar como siempre había estado, brillante y atrayente, lleno de magia para compartir con los jóvenes que deseaban tener su primer varita y venía a que ésta los encontrara al fin.

 

La voz de Seba se dejó oír llegando desde el fondo del local y la pelirroja se acercó a él con una sonrisa de oreja a oreja, correspondiendo a su abrazo tras que él dejara dejando las cosas que llevaba en la mano en una de las estanterías del costado. Tras besarlo no solo una sino dos o tres veces más la vampiresa le acaricio la nuca y lo vio con mucho amor mientras respondía a sus preguntas.

 

--Hola mi amor, todo bien, ha sido un día largo, pero estoy lista para trabajar en algo divertido como es poner a punto Olivanders para poderlo reabrir ¿y tú mi vida? ¿cómo fue tu día? --sus dedos jugueteaban con los cabellos del Granger, mientras volvía a darle pequeños besitos en sus labios.

[Seba Granger]

Sonreí con la seguidilla de besos que mi amada dejaba en mis labios a la vez que la piel y bellos de mi nuca se erizaban cada que ella jugaba con sus dedos en esa zona, la verdad cada que ella tocaba cada centímetro de mi provocaba muchas sensaciones, pero en aquel instantes no estábamos para ponernos juguetones, o tal vez si pero luego que limpiáramos un poco o al menos que sacáramos ese aroma a encierro que emanaba a cada instante.

-Me encanta que vengas con todas las ganas de trabajar mi amor- dije sonriendo mientras robaba un besito mas a sus labios, -Por lo que puedes notar hay muchísimo que hacer, creo que hasta necesita una mano de pintura la fachada, pero eso se lo dejaremos a los elfos- señale riendo.

-Mi día estuvo tranquilo, había adelantado en los días anteriores mi amor, así que pude salir antes del banco- levante una cejita por un momento, -Vi sobre uno de los escritorios de compañeros algunos papeles a tu nombre, ¿alguna compra que yo no sepa?- añadí riendo un poco.

[Darla G Dumbledore]

La Potter Black sonrío con ternura y asintió, sí, la pintura no había sido nunca su fuerte, pero estaba segura que Dash y Lualú estarían felices de ayudar con eso. Se arremangó y buscó una gamuza entre las cosas que había traído su novio, era cuestión de echar un hechizo sobre cada cosa para limpiar ¿o no?

 

--Sí mi amor, lo de afuera está bien para los elfos --respondió para luego escuchar el comentario de las compras, Darla lanzó una risita y luego se rascó la cabeza, antes de agregar con voz tímida --¿no te había avisado que compraría parejas para la última tanda de criaturas amor? Es que el Occamy se veía aburrido y el Ave de Trueno andaba algo relampagueante éstos días, una compañera seguro lo calmará, al que no creo que calme mucho es a Eros, pero Leto y Tommy dijeron que ayudarían con todo.

 

Mientras hablaba había sacado la varita y empezó a apuntar a los objetos de limpieza, en ese momento le vino a la mente una película muggle, donde unas escobas llevaban unos baldes para baldear todo el piso. Quizás pudiera lograr realizar el mismo hechizo, si a los muggles se le había ocurrido y les había funcionado, a ellos que tenían magia de verdad ¿por qué no?

 

--¿Empezamos? --preguntó cuando la gamuza comenzó a repasar solita y por su cuenta los estantes más altos del local.

[Seba Granger]

Rei con las respuestas que salian de los labios de mi novia sobre las parejas que le habia comprado a los otros animales que ya teniamos, saque algunas cuentas mentales de cuantos criaturas ya teniamos y lo mas seguro es que pronto podriamos tener un zoologico en nuestra misma casa.

-No recuerdo que me hayas comentado amor, aunque si es buena idea que todos tengan su pareja, si hasta Dash y Lualu ya son una- añadí riendo aun mas, aunque tenia razón Eros seria el menos feliz con todo lo que estaba pasando, tal vez pronto tendríamos que pensar en ampliar mas nuestros terrenos, ya veríamos como arreglábamos eso.

Observe como ella ya se ponía a trabajar con su varita, creo que a eso aun no me acostumbraba o no sabia si lo haría alguna vez siempre olvidaba lo fácil que se podía hacer todo, pero aun siempre quería ocupar mis manos si así era posible.

-Empecemos mi amor- tome un paño para limpiar los objetos mas delicados que tenia mi madre en su tienda, mientras con la varita intentaba imitar lo que hacia mi amada, y apuntaba hacia las ventanas para que un paño húmedo limpiara la suciedad de estas.

 

[Darla G Dumbledore]

La Potter Black río al escuchar a su novio, era verdad, Lualú y Dash se la pasaban tanto tiempo juntos que no cabía duda que en cuanto se descuidaran tendrían el primer matrimonio entre elfos en el Callejón. Darla frotó su frente, estar en todas partes a la vez hacía que a veces uno olvidara esos detalles, al menos a Seba le había gustado la idea de que sus mascotas estuvieran en pareja.

 

Mientras pensaba en ello tomó una gamuza y controló la labor que estaban haciendo los repasadores hechizados en la parte superior, cuando estuvo segura que no necesitaban control de momento se puso junto a su novio a limpiar a mano los objetos delicados.

 

--Mi amor, ¿crees que debamos hacer un inventario o sabes dónde tiene el suyo su madre? --preguntó la pelirroja mientras con cuidado limpiaba unas réplicas de cristal de unos magos y brujas practicando hechizos, hasta unos segundos antes se movían, moviendo sus varitas como en un duelo, esperaba que el hechizo no se echara a perder con el tiempo, sería bueno poder mantenerlo activo una vez que el local reabriera.

[Seba Granger]

Ya eran casi 3 meses fuera de Londres, fuera de lo que era el callejón Diagon y sus distintos personajes y negocios, era hora de regresar y reencontrarme con todo lo que había quedado atrás. Traspase el muro de ladrillos luego que la puerta mágica se dibujara, tras de mi como siempre iba mi fiel Dash.

 

-Vamos al negocio de mi madre- dije al elfo que iba moviendo sus orejas.

 

-¿Cree que podamos ver... ?- y el nombre se quedo en su garganta sin salir.

 

-Eso espero pequeño- tras unos minutos de recorridos llegue a Ollivanders aun tenia las lleves que algún día me había dado mi madre, y por lo que veía, ella no había vuelto por que al menos la entrada seguía igual como la había dejado.

 

El olor a encierro me dio un golpe en la nariz cuando la puerta estaba abierta, como esperando escapar de su encierro de meses.

 

-Tenemos mucho trabajo- señale a Dash dejando un poco abierta la puerta para que se venteara el local.

[Darla G Dumbledore]

La pelirroja se sentía frustrada, trabajar en el banco había logrado hacer que ella estuviera un poco más relajada, extrañaba mucho a Seba y a sus elfos, sí, incluso a Nana. Leto estaba insoportable, quería todo el tiempo ir al Ministerio y adentrarse en el Departamento de Misterios y ni hablar de Lualú que en cuanto la pescaba andaba lloriqueando por los rincones. El único que parecía relajado era Tommy e igual, andaba tras ella, como cuídandola y ella simulaba que no lo notaba y aprovechaba las largas duchas para juntar el agua salada con la dulce de la regadera.

 

Esa mañana había decidido hacer el camino largo, el más largo hacia el trabajo. Se calzó las botas negras y una chaqueta bien abrigada de lana azul, no porque tuviera frío, sino porque quería verse normal. Iba despacio, con las manos en los bolsillos, disfrutando del frío invernala. Esa mañana parecía querer lloviznar, como casi todos los días en Londres.

 

De pronto se detuvo, algo había cambiado, muchas otras veces había hecho ese recorrido pero hoy había algo especial, lo pudo notar al instante, no importaba si para los demás no había nada, ella sí lo vió. Se acercó despacio, la puerta estaba cerrada, pero se notaba que alguien había llegado al local ¿sería su sobrina o...? Respiró profundo y el aroma que llegó a ella la hizo temblar de emoción, miró su reloj, no importaba si llegaba tarde, luego lo iba a explicar. Dudo... ¿entraba directo o llamaba? Optó por lo segundo y con delicadeza dió unos golpecillos en la puerta con la mano enguantada.

[Seba Granger]

No podía entender como se podía juntar tanto polvo en un local si siempre estaba cerrado, ademas que las calles del callejón eran con adoquines así que mucho polvo o tierra no se levantaba, ademas en este tiempo pasaba todo húmedo o de plano todo lleno de agua. De hecho al cruzar la acera hacia el local había pisado una posa de agua y la huella húmeda había quedado marcada en la cerámica del lugar.

 

Seria mejor buscar un trapero en los cuartos traseros para limpiar eso, y muchas cosas mas, si mi madre viera el lugar hacia le daría algo. Me quite el abrigo y lo puse con cuidado sobre un sofá que estaba en la salita de adentro donde salia invitar a tomar te la Dumbledore.

 

Un golpe sonaba en la puerta de entrada, me pareció un poco extraño no había puesto el cartel de abierto, Dash llego corriendo casi sin aire.

 

-Es ella amo Seba, es ella- pronuncio casi sin respirar, mordí un par de veces mi labio caminando hacia la puerta.

 

-¿Busca a alguien?- pronuncie un poco serio, aunque ella me conocía.

 

-El local aun no esta abierta- añadí mientras mordía mi labio una vez mas nervioso.

[Darla G Dumbledore]

Sintió los pasos que se acercaban y notó cuando una figura pequeña espiaba tras la puerta, sonrió, podía sentir la esencia de Dash y luego los pasos se alejaron a la carrera. No pudo evitar sonreír, si el pequeño estaba allí no cabía dudas, él estaba también. Escuchó un nuevo par de pasos más adultos acercarse hacia el lugar y segundos después la puerta se abría, su corazón palpitaba como nunca.

 

Sus palabras la hicieron ponerse un poco seria, sin embargo sabía qué había más tras ellas de lo que mostraban, notó su gesto nervioso y pensó en besar esos labios que adoraba, pero se contuvo, no quería que el momento se arruinara. Respiró profundo antes de responder, conteniendo su gesto de abrazarlo con pasión.

 

--Buscaba a un caballero, me han dicho que el más guapo está en este local --lanzó un suspiro y lo vió volver a morderse, esta vez no pudo evitar tender su mano, que ya había desenguantado mientras esperaba y acarició con delicadeza el labio de él --¿no me abres las puertas de tu corazón?