Ollivander's (MM B: 94928)

[Joaquín Granger]

Imaginaba los motivos por los cuales los proveedores de Ari no eran sociables, una tétrica escena de un calabozo con humanos a medio camino entre el mundo de los vivos y el de los muertos; y obvio, los que ya lo habían atravesado y dejaban un cuerpo tan pálido como el mío. Adoraba aquello que la vida de uno fuera tan solo un alimento para mí. No comprendía aquellos vampiros que se suicidaban porque no podían con su conciencia, al fin y al cabo eramos más duraderos, mucho más capaces y una fuente invaluable de conocimiento ancestral.

 

-Pues que sepan que su sangre sirve para mucho -Sonreí y la bebí de un trago.

 

Escuché con atención lo que Ariane me contaba, lo ocurrido el día anterior y más detalles sobre lo que había pasado en mis vacaciones. En parte la entendía, solo en parte. Inclusive en aquella sociedad mágica y extraña, el hombre quien debía tomar la iniciativa; si bien eso iba cambiando poco a poco en aquellos últimos tiempos, lo común, lo tradicional, era que los caballeros ganaran el corazón de las damas e invitaran a salir; una tarea por demás detestable en la que se tiende a pensar lo peor justo antes de hablar, los nervios traicionan siempre, y uno se vuelve mucho más torpe que de costumbre.

 

La tarea de las damas, como la que había tenido Ariane, era aceptar con modestia o rechazar eligiendo las palabras adecuadas para no generar más tensión innecesaria; no todas las damas lo hacían así, las groseras nunca faltaban, pero no era el caso de mi socia. Sin dudas yo preferiría una y mil veces rechazar invitaciones con tacto, que juntar valor para invitar a alguien a salir. Ya me había tocado muchas veces, no solía tener rechazos, pero bastaban solo los pocos segundos entre la pregunta y la respuesta para que sintiera que mi inerte corazón colapsaría.

 

-Deja eso Ari, enamorarse es un terreno peligroso, no siempre es agradable, pero por lo general siempre hay más ganancias que pérdidas y se disfruta desde los momentos antes de declarase hasta que ya es correspondido. Una vampiresa como tú no puede pasarse la eternidad sola porque tenga miedo. Además el tiempo todo lo cura, tiempo es lo que nos sobra. Hiciste bien en salir y conocer gente. -Killian apareció para rellenarnos las copas y luego de haberlo hecho, desapareció con el mismo "crack" con el que había llegado- Sobre Arcanus, él debe saber la mecánica de esto, y estoy segura que fuiste muy sincera y con tacto, como es propio de una dama.

[Ada Camille Dumbledore]

Con toda la tranquilidad del caso Joaquin me habia indicado lo que sentía, yo le temia a sentir, en el pasaso habia salido muy mal herida y aunque ya habian pasado tres años después de mi última relación, no estaba muy animada a feriar de nuevo mis sentimientos.

 

Aunque increíblemente habia sido muy espontaneo lo que sucedia entre pilu y yo, no dejaba de sorprederme como habia cambiado el entorno para mi desde que estabamos juntos.

 

-Esperemos haber que pasa, por el momento voy a disfrutar del instante, de la compañía y por supuesto de mi familia.

 

Tome la botella y llene ambas copas, era una deliciosa combinación.

 

-Seishiro no lo he visto mucho, crees que el estar bien si sabee de su madre?Aun no sabe que paso con ella,¿ verdad?

 

No quería ser imprudente, pero quería prepararlo por que sabia que en alguna ocasión deberia decirle al pequeño lo que sea que hubiera pasado. Además era su origen y seguramente pediría una explicación.

 

Le tome la mano tratando de darle mi apoyo

 

-Se que ambos se aman y tu eres su todo, pero alguna vez preguntará su origen y pedirá explicaciones.

 

Habia vivido algo muy parecido, llena de amor y cariño, pero ese vacio q se tia se lleno el día que conocí la verdad de mi nacimiento

 

@Joaquín Granger

[Joaquín Granger]

-Esas son las palabras que quería escuchar, a nuestra edad no estamos para miedos y cosas raras, si hasta al sol vencimos.

 

Sonreí y por inercia miré hacia el Callejón, donde nuestro enemigo mortal brillaba por todo lo alto; desvié, al instante, la mirada hacia mi adoradísima socia, no se veía muy convencida de sus palabras, pero el tiempo me daría la razón, siempre y cuando se soltara y disfrutara de su incipiente relación con verdaderas expectativas a algo serio. No conocía al sujeto, pero si captó la atención de Ariane seguro era un caballero con todas las letras. Quizás era por que no prestaba demasiada atención, no me desagradaban las elecciones que hacía, aunque luego no terminara bien... Al fin y al cabo a todos nos pasaba.

 

Luego de que llenara la copa nuevamente, y mientras mojaba los labios en aquella bebida prohibida para los mortales, la Dumbledore soltó una pregunta que no esperaba, que sin dudas no quería enfrentar. Quedé helado unos momentos, no sabía si cambiar de tema, si tenía que salir de allí con los papeles que con segundas intenciones había ido a buscar. Clavé los ojos en la rubia, y decidí que huir era de cobardes, y que contarle a ella no era un problema. Al fin y al cabo ella me había ayudado mucho con el pequeño.

 

-Seishiro asiste a clases, supuse que era bueno que socializara más que yo, para variar. Le gusta, no he recibido quejas -sonreí con la vista perdida pensando en eso.- Sobre lo otro... sabes que cuando se fue, la muy cobarde solo dejó una nota exigiendo que no le contara nada sobre sus verdaderos padres. Nunca pensé en desobedecerla, por mucho que me pese, pero sé que en un momento voy a tener que contarle algo, y que me muera antes de que sea la pura verdad, es muy pequeño...

 

Al pequeño nunca lo había podido registrar como mío, temía que falsificar la información me llevara hacia Azkaban y temía aún más que si lo registraba con la verdad su padre, es decir su padre biológico, si desconocía la existencia del pequeño, la conociera cinco años después y decidiera interesarse por el niño; al fin y al cabo Él le había dado su nombre. Ni podía olvidar que ese sujeto era muy apreciado en aquella comunidad, con muchas influencias, inclusive era mayor que yo, por lo qué era más poderoso inclusive físicamente. En resumen, contra él no tendría oportunidad.

 

-Cuando pregunta por su madre le digo que se marchó porque no tuvo más opción, se la describo vagamente, y le invento que sus ojos los heredó de alguno de sus abuelos, es fácil decir eso porque no conozco a ninguno. Siempre le digo que no tengo fotos de ella, y es cierto, en el Castillo no hay. Por supuesto, sus aposentos están terminantemente cerrados -Di un sorbo, distraído; ya ni sentía el sabor- sé que está mal, que repito lo que pasó conmigo, de cierta forma, y que su madre tenía muchas opciones, pero no resistiría explicarle todo. Además... no creo que ella haya tenido el valor de quitarse la vida, ni con el corazón roto, en el fondo siento que volverá. Pero ella no es la mitad de fuerte que yo, y no le daré a Seishiro. Ahora es mío. -Apreté la mandíbula irritado.

[Andromedario]

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Revisaba minusciosamente los papeles que llevaba en la mano mientras comía una deliciosa dona. Su trabajo demandaba despertarse bastante temprano en las mañanas y su estómago no despertaba hasta bien entrada la misma, por lo que era usual que cuando llegaba la hora de activar u ofrecer servicios fuera comiendo o tomando algo. A llegar a la puerta del negocio, supo que era el correcto pues hacía un par de días atrás había estado allí dejando la solicitud de servicios.

 

Abrió la puerta con su codo al tener ocupadas ambas manos, y tragó con fuerza el bocado que se había llevado a la boca. Cómo la útlima vez se acercó hacia el mostrados y dejó allí los papeles y los últimos pedazos de aquel desayuno rápido.

 

- ¿Buenos días? - preguntó dudosa. Como le solía suceder, no veía a nadie por allí y tenía que hablar alto por si los dueños o empleados se encontraran en otra parte. -¡Servicios Ministeriales! - exclamó.

 

Se quedó expectante. Había enviado una lechuz ahacía poco a la dueña avisando que se pasaría por allí de un momento a otro. Esperaba no llegar en mal momento.

 

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Editado 15 de Febrero del 2017 por Andromeda Amelin Lenteric

[Ada Camille Dumbledore]

Solía ser demasiado sincera con las personas que quería, pero sentía que había herido en lo mas profundo a mi amigo y me dolía haber puesto en la conversación aquel tema. sabia que sufría el saber que por alguna razón pudieran separar a Seishiro de él, pero yo estaba seguro que nada podría separarlos nunca.

 

Busque en mi mente las palabras exactas para consolarlo y poder decirle de alguna forma que yo no permitiría tampoco que eso sucediera, pero no salia nada, me sentía tan frustrada e impotente en ese momento, que apenas podía quedarme allí de piedra con al copa en la mano.

 

- Perdóname...mira yo no debí ponerte justo en esta situación, yo...

 

La campanilla de la puerta sonó y detrás de eso escuche claramente "servicios ministeriales", deje la copa sobre la mesita y le tome de la mano acariciándola, le bese las mejillas y acaricie luego su cabeza.

 

- No vamos a permitir que nadie los separe... ahora vamos, debo ir a atender a la joven del Ministerio, no debemos hacerla esperar...

 

Camine pronto hasta la puerta y mire hacia atrás, me sentía culpable. Deprisa baje por las escaleras y vi a la Joven Andromeda y le sonreí amablemente

 

- Buen día Señorita Lenteric, verdad ... dígame, ¿ en que puedo ayudarla?

 

Solté mientras esperaba que mi socio llegara a acompañarnos.

 

@Joaquín Granger @

[Joaquín Granger]

No quería aparentar que me había afectado más de lo que realmente era, sabía que si había alguien sensible a las emociones ajenas, esa era Ariane; la misma persona a la que no podía ocultarle lo angustioso que era aquel tema. A su vez me molestaba el hecho de que al ser un tema que me desbordaba, causara malestar en ella, quien, en parte por ese tema también había sufrido hacía años. Aún así, sabía que la única forma que tenía para que ese tema dejara de ser tan fuerte, era hablámdolo más seguido, no negaba que me sentía mejor luego de haberlo comentado, aunque mi rostro no lo demostrara.

 

-Tranquila corazón, hablar las cosas hace bien, y eres la única persona que tengo aquí. Que no lo haya hablado antes no quiere decir que todo sea menos real.

 

Bebí la sangre de un trago, luego de darun beso en la mejilla de Ariane, a modo de agradecimiento; los mimos casi maternales que ella tenía conmigo me resultaban lejanos en la historia, luego de que ya fui vampiro, de manos de mi creadora, mi otra madre. La campanilla sonó abajo una exclamación me puso alerta. Los del Ministerio. No era común que los atendiera, eso se lo dejaba a mi querida socia, igual que cualquier atención al público, a decir verdad.

 

Vamos, entonces -Dije poniéndome de pie, justo luego de que lo hiciera la rubia.

 

Antes de salir de la oficina eché un ojo a los papeles que tendría que estar firmando en la propia; la montaña no tenía nada que ver con la del día anterior, pero fue lo suficiente como para arrancarme una mueca de resignación. Di un vistazo rápido hacia la sala de juegos donde Helena jugaba con sus juguetes y la elfina de Ariane. Ignoraba el mundo y la pesadez que cargaba en sus hombros su padre, también la realidad sobre su hermano. Me agradaba aquello, su inocencia. Bajé las escaleras y me planté junto a mi socia.

 

-Buen día, señorita -la había saludado con un asentimiento, luego de que saludara mi socia y se pusiera a su disposición, dando a entender que mis intenciones eran las mismas.

 

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[Andromedario]

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Inmediatamente dos personas aparecieron segundos después de su llegada. Sonrió un poco tímida pensando que quizás acaba de interrumpir algo, más debía realizar su labor.

 

-Buenos días. Lamento la interrupción señorita Dumbledore. Tengo entendido que usted ha ido a solicitar conexión a la red flú para este negocio. Si no es molestia, podría hacerlo ahora mismo.

 

Revisó un poco entre sus papeles y encontró el que estaba buscando: el formulario que había aprobado ella con las condiciones del servicio.

 

-Digame si es correcto. ¿Usted ha solicitado la conexión de Ollivanders al castillo Dumbledore? - todo parecía correcto así que asintiendo ante la respuesta de la clienta volvió a guardar todo en su sitio.

 

-De acuerdo, qué tal si me lleva hasta la chimenea. Sólo llevará un par de minutos y estará listo. Pero seguramente volverá a verme en estos días para instalar el servicio en los lugares restantes pero tranquila le notificaré mí llegada para no molestarla.

[Ada Camille Dumbledore]

La señorita que dias atras habia arribado al local estaba de vuelta y solicitaba que revisara y le confirmará si habia sido yo quien habia pedido los permisos de activacion de la red flu entre el negocio y el Castillo.

 

-Efectivamente, yo personalmente fui quien pidio los Servicios señorita.

 

Entregueblos documentos y ella muy amablemente me pidio le guiara hasta la chimenea, esta quedaba en la parte de atras de la cocina, levante la mano haciendo un ademan que me siguiera.

 

- por favor sigame señorita

 

Al llegar hasta allí le mostre la vieja chimenea del Local.

 

-Es aqui

 

Afirme

 

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[Andromedario]

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-No tomará más de unos minutos, lo prometo. - sonrió mientras iban hasta la chimenea del local. Como tantas otras veces, sacó su varita de su caoa t arremangándose se arrodilló para observar un poco las dimensiones y profundidad. -Muy bien, apenas termine aquí saldré con rapidez a instalar en el último lugar que me queda de sus solicitudes así verificamos que todo quedó en orden.

 

Una vez dicho aquello, apuntó con su varita al suelo de la chimenea en el cual se veían un par de cenizas. Pequeños hilos de diferentes colores chocaron contra la misma y se fueron multiplicando y espaciéndose a lo largo de la construcción para agrandar su tamaño y que el viaje sea efectivo. Luego de unos minutos los hilos dejaron de ser visible y supo que ya estaba todo listo.

 

-Perfecto señorita Dumbledore. Todo está listo por aquí. Si tiene alguna duda o consulta hagamelo saber, por favor. Y recuerde, a partir del día de la fecha es vigente el servicio. De aquí a un año el mismo caducará y deverá solicitarlo otra vez.

 

Sin más luego de eso, se dirigió una vez más a la puerta del local luego de un par de saludos a modo de despedida. Ya en las calles de Diagón, giró sobre si misma y desapareció, viajando con la usual opresión y dejando atrás los segundos que recorría y diferentes espacios.

 

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Editado 22 de Febrero del 2017 por Andromeda Amelin Lenteric

[Joaquín Granger]

Un nuevo día en el que debía ir a cumplir mi rol de trabajador, en aquella sociedada mágica. Si bien lo hacía sin ningún tipo de necesidad, porque siendo claros, la vida allí era casi gratuita, y tenía mis ahorros, tranajar en la tienda de varitas quizás más famosa de toda ingletarrea, o de todo el mundo, tenía sus momentos gratos, y siempre resultaba un honor.

 

Aunque no por eso, era habitual que yo llegara a la hora de apertura, mucho menos que llegara más temprano, como aquel día, y por eso era un día especial. Yo solía desayunar con Seishiro, luego llevarlo a sus clases, y de ahí mismo dirigirme directo y sin escalas a mi oficina en aquella tienda tan especial. Aquel día había roto esquemas, toda, absolutamente toda mi rutina.

 

Se debía a que ahora que volvía a curasar mis estudios, y mi tiempo volvía a reducirse notoriamente. Una vocesilla en mi interior me recordaba incesantemente que si lo hubiera hecho cuando había llegado, ahora no tendría que sacrificar nada de mi tiempo, ni desquisiarme encontrando el equilibro entre todos los roles que desarrollaba en la sociedad.

 

Yo me limitaba a estar satisfecho por como ligaba con aquello, aunque no era anormal que me asaltara la nostalgia cuando algún recuerdo de mis épocas de libertad absoluta aparecían en mi mente. Pero al final siempre acababa recordando que si no fuera por cada cosa que decidí relegar, no sería el orgulloso padre de dos pequeños que era hoy en día.

 

Continué firmando los permisos, los recibos, y órdenes de compra que tenía prolijamente apiladas en mi escritorio. La tienda estaba cerrada, abajo solo estaban los elfos que ultimaban detalles para que cuando llegara Ariane Dumbledore, nuestra maestra artesana, cara y cabeza de aquel exitoso negocio, todo estuviera listo para recibir a los clientes.