☀ ｡.:* Castillo Lestrange *.:｡☀ (MM B: 97133)

[That is not my name]

Anya Dupont, fantasma de la familia Tonks.

 

En mi recorrido por aquel pueblo mágico, logré llegar al castillo donde vivían los Lestrange Lupin, amigos al parecer de Ishaya Tonks, nombre que ahora usaba mi hermano en ésta comunidad.

 

Atravesé los jardines de aquella residencia y me dirigí de inmediato a la entrada para dejar unos panfletos, encargo de mi hermano, para mantener informada a la familia sobre los últimos sucesos que los involucraban. O eso era lo que me decía. Tal vez algún elfo doméstico o un miembro de la familia me recibiría, no lo sabría con precisión, era la primera vez que salía de Pitonisa Peralta y de la Hacienda Tonks, tal vez los magos y brujas no les gustaría hablar con un fantasma.

 

 

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[Sol Lestrange Black]

La primavera había finalmente llegado pintando todo a su paso, los colores parecían querer ganarle la batalla a la persistente y cada vez mas fina capa de nieve que aun sobrevivía del invierno. Las copas de los arboles comenzaban a pintarse de todos los tonos de verde existente, y la suave brisa cada vez era mas cálida. Por la puerta abierta de la terraza el viento entraba y salia a su antojo de mi habitación. Levante la vista de mi libro muggle y me removí en aquel cómodo sillón en busca de una mejor posición.

 

Disfrutaba tanto de aquel lugar acompañada de aquel silencio y esa cálida taza de chocolate, unas pastas de mantequilla y mi tarde iría perfecta. no necesitaba salir de casa para pasarla bien. había aprendido que la soledad es buena compañía. Suspire mientras volvía a mi lectura. Una clásica historia de amor, donde el apuesto protagonista luchaba por el amor de la afligida damicela, el peligro los acechaba y ambos debían luchar por su vida, pero mas que nada por u amor.

 

Aquello me parecía cada vez mas utópico, sin dejar de ser entretenido. El amor siempre había sido un tema "delicado" en mi vida, podía culpar a la suerte o al destino de no haber encontrado a la persona correcta, a aquella trillada " alma gemela" que el mundo rosa se empeñaba en vender. Pero era mas simple que eso, comenzaba a creer que no todos estábamos hechos para compartir la vida con aquella "persona especial" o que simplemente no existía algo así para todos. De momento estaba tranquila y tal vez ya resignada a estar así por los próximos años.

 

Tomé un sorbo de chocolate y un pequeño mordisco de la galleta que dulcemente se deshizo apenas tocarla con mi lengua, me deleite con su sabor mientras volvía a mi lectura ¿Que mas podía desear ahora?

[Fokker]

No tenia pensado estar de visita en el castillo de su madre, era obvio que había muchas cosas que lo hacían sin querer un lugar evitable, como terminar con Helen a pesar que ella le prometió que no rompería aquel lazo que los unía. Pero necesitaba hablar con su Sol, hace mucho no sabia de ella y ya que estaba enterado que estaba de vuelta en casa fue a visitarla.

 

Descendió de la moto recién adquirida, e ingreso al castillo, pregunto por su madre y uno de los elfos le informó que se encontraba en su habitación, así que se dirigió a la misma. Como siempre, vestía formal, su cabello algo crecido, la cicatriz que cruzaba su rostro y los ojos rojos resaltaban en él. Por lo demás era el mismo de siempre.

 

Toco la puerta —¿puedo pasar madre?— dijo para que ella solo reconociera su voz y supiera de quien se tratara, tenían mucho que contarse, aunque para ahorrar el tiempo llevaba puesta la argolla de oro, señal de su matrimonio con la Evans.

 

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Editado 18 de Abril del 2015 por Fokker

[Sol Lestrange Black]

El sonido hueco de un golpeteo en la puerta me saco de mis pensamientos y de mi intento de lectura. Seguramente era Haydie insistiendo en traerme algo de comer, fruncí el cejo mientras dejaba el libro de lado, cuando de la nada una pregunta llego a mis oídos, aquella inconfundible voz no podía ser de nadie mas, sonreí abiertamente mientras me ponía de pie y caminaba hacia la puerta para abrirla y darle paso.

 

- Pero mira nada mas a quien tenemos aquí...- dije tratando de mostrar mi alegría al verlo, pero sonando un poco mas a reproche- Claro que puedes pasar mi vida...- sin darle mucho tiempo a reaccionar lo abrace fuerte, de inmediato sentí como su cuerpo se tensaba, para ser yo una persona sumamente cariñosa con los que amaba, mis hijos eran un poco mas que rocas al respecto.- Pensaba ir a buscarte, aunque para serte sincera no sabia muy bien por donde empezar- continué sin darle mucha oportunidad de hablar

 

- Estas guapísimo, aunque eso no es una novedad, tienes buenos genes...- dije antes de besar su mejilla- Ahora dime¿por que estas aquí?¿Que me perdí en mi ausencia? ¿Esta todo bien cariño?- pregunté tomando su mano y llevándole a la terraza donde una mesa redonda parecía ser el lugar perfecto para nuestra charla.

Editado 21 de Abril del 2015 por Sol Lestrange Black R

[Fokker]

Aunque muchas veces aparentaba ser una persona fria, esta vez no fue la ocasión abrazo a su madre con mucha calidez, y pues si hacia memoria era ya mucho el tiempo que pasó desde la ultima vez que estuvieron juntos. La mirada acompañada de una sonrisa de parte del joven indicaban que se sentía cómodo junto a ella.

 

—No es muy difícil dar con mi paradero— y es que en ese instante o estaba en el Castillo Crowley o en la mansión Rambaldi, lugares muy conocidos por ella.

 

Se dejo arrastrar a la terraza, y luego de tomar asiento, Fokker se tomó algunos minutos para decir algo. Francamente no sabia como empezar a contar las cosas y si es que era necesario contarlas. Y no es que desconfiara de los elfos del castillo, pero con todo el jaleo que armaron Helen y él en el lugar, deberían estar mas que enterados, así que quizás le contaran algo de lo sucedido a Sol.

 

—Es cierto, los genes te los debo a ti, aunque mi padre colaboró en algo jajaja— la miro de reojo por si la molestaba el breve comentario, quería desviar un poco la conversación, y que no se tratara sobre él.

 

—Creo que si esta todo bien, no hay mucho que contar sobre mi, ando por ahi velando por los negocios de la familia, el trabajo en el Concilio del que seguro me echaran por mis continuas faltas, y pues eso.—esperaba que no lo regañara por eso —¿Como has estado madre?

[Sol Lestrange Black]

No pude evitar sonreír ante sus comentarios,aquel joven mago parecía siempre tener el comentario atinado para aligerar aun los momentos mas tensos. Me tome algunos instantes para responder a su pregunta, evaluando si debía responder con la verdad o alguna "alegre" mentira piadosa, lo mire a los ojos evaluando su propia respuesta sabiendo que había algo mas allá tras aquellos ojos , quizás no había convivido mucho con el pero era mi hijo y aquello me daba un sexto sentido para reconocer cuando algo no estaba del todo bien.

 

- He estado mejor sin duda...- dije alzándome de hombros- Pero estoy feliz de haber vuelto y sobre todo de tenerte en casa, si bien se donde encontrarte, no se si sea muy bien recibida en alguno de aquellos lugares- admití soltando una suave risa , sabiendo que entendería de inmediato mi comentario.- Pero que mas da, creo que te he llamado con el pensamiento y estoy feliz de verte - corroboré mientras recargaba mi cabeza en su hombro- Espero que de verdad este todo bien cariño, se que no he sido e ejemplo de madre a seguir, que he faltado muchas veces cuando me han necesitado, que mis divagues y problemas me han superado infinidad de veces... pero los amo, y puedes contarme cualquier cosa ...¿ Lo sabes verdad?

 

No me atreví a levantar la cabeza y mirarle a los ojos, debía admitir que tenia miedo de lo que en ellos pudiera encontrar.

[Fokker]

—Pues la verdad, no se mucho de eso— le respondió al comentario del problema de ir a visitarla —pero eso no importa, porque para eso tienes tu Castillo y en todo caso debería ser yo quien siempre te visitara.

 

Pasó un mano por el cabello de su madre cuando se apoyo en su hombro, era quizás el momento de contarle...

 

—Pues no se como lo tomaras, pero al fin alguien me atrapó, aunque eso suena raro, mejor diré que me case con la persona mas bella de este mundo, Helen. Y no me vayas a decir porque no te invite, porque la verdad fue algo que salio sin querer, bueno con querer pero de improviso, sin tiempo de avisar a nadie, fue tan... tu me entiendes, creo jajaja.

 

Si lo pensaba bien, darle la noticia no fue para nada complicado, así eran mejor las cosas rápidas y de golpe, así no sentirían el knockout de inmediato (? y podría escapar, o cambiar de tema.

 

—Madre, siento que tu también andas mal, ¿qué te preocupa?, si es que se puede saber, Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.

[Sol Lestrange Black]

El sol brillaba por lo alto de la copa de los árboles, una suave brisa mecía sus hojas mientras caminaba por aquel sendero de baldosas rojas, las flores llenaban de color aquellos setos que bordeaban el camino, el césped verde impecable cubría todo como una mullida alfombra, mis pasos lentos y acompasados parecían sincronizados. Sonreía mientras me acercaba a la escalinata que daba entrada a aquel majestuoso castillo de piedra oscura.

 

La puerta se abrió ante mí reconociendo mi sangre, aquella magia siempre había sido de mis favoritas, el vestíbulo como siempre era perfecto, lleno de flores, girasoles, mis favoritas, adornaban cada mesa y jarrón que pudiera estar visible. Me gustaba aquella sensación, estar en casa siempre era estar en mi zona de confort.

 

Continúe mi camino, hacia las escaleras topándome a mi paso con mi fiel elfina, Haydie, hizo una pronunciada reverencia, sonreí ante sus arraigadas costumbres, ella era parte de la familia aunque se negara a aceptarlo.

 

- Buenos días…- le saludé alegremente mientras acariciaba su cabeza cariñosamente.

 

- Ama Sol, Haydie está feliz de verla de buen humor…- dijo con sus brillantes ojos puestos en mí.

 

- Lo se querida, realmente era hora de volver a ver las cosas buenas ¿no crees?- admití mientras le guiñaba un ojo de manera cómplice.

 

- El desayuno está listo, por si el ama desea…- continuó invitándome a la cocina.

 

- Vamos Haydie, muero de hambre… -reconocí encaminándome hacia aquel delicioso aroma que despertaba mi apetito.

 

Siempre había disfrutado de aquel lugar, aquel aroma a chocolate y pan recién horneado, el murmullo de los elfos trabajando, el aroma a madera, y el calor que siempre le caracterizaban. Sonreí mientras me sentaba en la mesa, donde un frutero lleno de manzanas se disponía. Tomé una de ellas, la más grande y brillante, llenando mi mente de recuerdos, algunos llenos de melancolía, pero felices.

 

Recuerdos de cuando esa casa estaba llena de gente, cuando los niños corrían, y las risas se dejaban escuchar, las peleas por esas mismas manzanas, los magos con poca ropa, las bromas y tantas cosas que cubrían de recuerdos cada espacio. Sonreí llenándome de aquella linda energía que nada ni nadie podría borrar, aquellos eran mis tesoros, mis recuerdos, ya no pensaba sufrirlos, era momento de disfrutarlos y ser feliz como ellos lo habrían querido…

[Samy Lestrange]

La llama chisporroteó frente a sus ojos, con un alegre bailoteo que le resultó difícil de entender. La pelirroja observó fijamente esa fuente de luz tan pequeña y voluble... con tanto potencial, pero tan fácil de extinguir... con sólo un soplido podía acabar con su existencia, y luego... ¿quién recordaría esa pequeña llama? Sólo ella sabría de su fugaz paso por el mundo... y quizás un día la olvidara.

 

 

 

- Y entonces será sólo otro recuerdo, tan volátil como ahora... - Sam acercó los dedos al fuego, sintiendo el calor que bañaba su piel. Observaba la vela tan atentamente que parecía esperar una señal o una respuesta, algo que jamás llegaría.

 

 

 

Por supuesto que nadie más la recordaría. ¿Quién más la vería? En esa habitación sólo se encontraban la vela, el polvo y su respiración que agitaba suavemente la llama. Quizás debería regañar a los elfos por el asunto del polvo pero, ¿para qué? El polvo no le importaba, si ellos descuidaban sus labores no era su trabajo castigarlos, otro lo haría.

 

 

 

Tal vez era hora de comenzar con la decoración navideña, ya que este año se había perdido Halloween. Tampoco es que la divirtiera mucho, ella podía disfrazarse y pedir dulces a todos cuando quisiera, pero la navidad era importante. Aparte de recibir muchos regalos y de comer galletas, también se trataba de la familia, que aunque desapareciera en el plano astral, seguía siendo lo más importante.

 

 

 

Con un plan trazándose en su mente, olvidó su vela y sus reflexiones y salió disparada a buscar las cosas que necesitaría. Aunque esta vez no incluía cortinas ni adornos, esta vez sería diferente.

 

 

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Pasaron un par de horas hasta que pudo reunir todo lo necesario en el jardín, para la hoguera inaugural. Era justo lo que necesitaba para reunir a todos en un solo lugar: podía destrozar la casa sin que nadie parpadease siquiera, pero ningún Lestrange permitía que nadie tocara sus tesoros.

 

 

 

Era justo lo que tenía allí: libros, vestidos, algunos colgantes y cartas viejas, cosas que los demás guardaban celosamente y con las que jamás la dejaban jugar. No importaba, si no se equivocaba, las lechuzas ya habían sido entregadas y en poco tiempo tendría unos furiosos Lestrange alrededor de su hoguera. La encendió con expectación mientras se sentaba a revisar tranquilamente todo su botín secuestrado. Si decidan ignorar su lechuza... bueno, para algo estaba el fuego.

[Sol Lestrange Black]

Había sido un largo viaje, después de tanto tiempo volver a Ottery siempre era llenarme de nostalgia y a la vez de gratos recuerdos, apenas mis pies tocaron los terrenos del castillo, fue como si un aura de calor me envolviera haciéndome estremecer, tanto ir y venir, se había convertido en una constante en mi vida. El tiempo lejos siempre me hacia añorar aquellos años en que había logrado conseguir todo lo que deseaba, y a la vez se volvía doloroso al saber que volver a casa no significaba recuperar todo lo perdido.

 

Un suave suspiro escapo de mis labios mientras una suave brisa removía mis rizados cabellos obligándome a re acomodar mi bufanda, apresuré el paso, en busca de refugio dentro de aquel solitario castillo, la tarde caía ya en el pueblo y algo llamo mi atención, en un punto cerca de la entrada del castillo, un fuego repiqueteaba, no tuve mucho tiempo para cuestionarme su origen, sin tener mucho éxito, aunque de pronto la respuesta llego volando entre los arboles.

 

Una lechuza aterrizo campantemente en mi hombro, cualquier persona normal quizás se hubiera alterado, pero tomando en cuenta mi origen para magos y brujas aquello era cosa de todos los días. Acaricie sus suaves plumas antes de desatar la nota que portaba en una de sus patas. Mis ojos de miel se abrieron sorprendidos, tome una bocanada de aire, ante de echarme a reír provocando que la molesta lechuza emprendiera el vuelo perdiéndose entre las copas de los arboles.

 

Apresure el paso intentando llegar cuanto antes al punto de luz, cuando estuve lo suficiente mente cerca una melena roja se movía ritmicamente de espaldas a donde yo llegaba, por lo que me di el lujo de aprovechar aquello para afirmar mi entrada triunfal. Avance despacio intentando que el ruido de mis pasos se apocara por el crepitar de las llamas y cuando estuve a unos cuantos pasos ...

 

- ¿Así que mi pequeña princesa piromana esta en casa?- pregunté con voz firme haciendo que la joven Lestrange girara plantando sus enormes y brillantes ojos en mi. Apena tuve oportunidad de mantenerme en pie cuando aquel grácil y espigado cuerpo se lanzo sobre mi. - Luz de mi vida- dije estrechándola con el mismo entusiasmo- ¿ Que pretendes hacer con todo eso? - interrogué al ver una pequeña fortuna de nuestras posesiones apilada muy, pero muy cerca de aquella improvisada hoguera- ¿Tenemos algún hereje? ¿A quien quemaremos hoy? - continué cuestionando mientras aquellos ojitos, repiqueteaban de forma mas viva que el fuego cercano.

 

Estaba en casa, definitivamente, aquello era lo mejor...