☀ ｡.:* Castillo Lestrange *.:｡☀ (MM B: 97133)

[Helen Evans]

¿Cuántas veces había pasado ya por eso? No podía recordarlo, querer personas, amar personas y luego simplemente perderlas.... ¿Había algún sentimiento más doloroso que ese? Si existía esperaba con todo el corazón no experimentarlo nunca, aquello me destrozaba, no iba a hacer un gran drama, mucho menos suplicar. Eso nunca.

 

— Instinto natural.... matarme, como si fuera mi vida lo que me interesara más en este momento, tú... tú no me conoces, tú ya no sabes nada de mí. Veo que entre lo esencial no estoy yo, lo aceptaré no te preocupes, no rogaré por quedarme en tu mente, en realidad nunca lo hice, nunca rogué entrar en tu vida, ¿Porqué rogaría por quedarme?

 

¿Qué era lo que le pasaba a ella ahora? Tal vez simplemente la reacción natural ante su peor miedo, tal vez simplemente era que nunca había esperado que pasara: la soledad, no le quedaba nada, no le quedaba nadie, ¿Qué importaba ya si vivía o moría? Solamente tenía algo muy claro, lo que le quedara de vida lo dedicaría a un solo ideal, a una sola causa, los sentimientos que podría haber tenido, esos no importaba más.

 

— ¿Conmigo? Sí, solo una hija — ¿Qué era todo eso? Sabía que tenía otras hijas adoptivas, pero yo apenas y las conocía — ¿Salvarlas? ¿A quién? Si hubieras estado en el lugar que tenías que haber estado, nada de esto hubiera pasado...si te hubieras atrevido...

 

¿Había alguna palabra peor que esa? ¿Peor que el hubieras? Que más daba, no estuvo, no se atrevió, no me quedé, no dije nada, ya nada de eso se podía cambiar, no había remedio, ¿Para qué pensarlo? Las lágrimas comenzaban a resbalar por mi mejilla contra mi voluntad, no quería verme débil, no quería verme quebrada, ¿Pero es que había alguna forma de evitarlo? <<Eres una Evans>> me recordé <<Una Sacerdotisa de Avalón>> Aquellos habían sido los legados de mis padres, una familia con una gran tradición de la que no me sentía digna y unos poderes que apenas podía controlar, ¿Es qué aquello era yo en verdad?

 

— Un demonio..... bueno, supongo que en algún punto lo intuiste, supongo que lo supiste antes que yo, pero yo soy una sacerdotisa, ¿Cómo puede darse esa unión de alguna forma? Oscuridad y Luz..... hay algo más Fokker, hay algo más que eres y que no me dices, ¡Dilo! ¡Demuéstralo! Solo necesito esas dos palabras, esa confirmación y me voy de tu vida y para siempre.

 

Ajustaba tanto el anillo de bodas contra mis dedos que empezaba a lastimarme, ahora la boda parecía una idea demasiado ridícula, ¿Porqué casarnos así? ¿Porque dejarnos llevar? Como siempre...

[Fokker]

Si le decía que no estuvo en el lugar que debía estar cuando no la protegió de Dominiv porque ella no se lo permitió al irse sin dejar rastro alguno, lo único que confirmaría es que ya recordaba todo, y no deseaba hacérselo saber, era mejor que creyera que él no la recordaba, tal vez lo haría más fácil.

—No estuve, porque no era mi momento de despertar, pero tu no hiciste mucho por protegerlas

Dijo con las palabras mas duras que pudo, a pesar de recuperar todo lo vivido hasta ese momento, aun era un demonio. Pero Fokker estaba ahora seguro que fueron dos niñas las que tuvo con Helen, no quedaba duda alguna, pero no era momento para pensar en eso.

Lo que no resistía fue verla llorar en silencio, tuvo que utilizar todo la frialdad que poseía para ocultar sus sentimientos, hundirlos en lo mas profundo de su ser.

—Que quieres confirmar que me ocultaste que perteneces a la orden del fénix por mucho tiempo, que tu madre me hizo esto— señalo la cicatriz que tenia en su rostro

—Gracias a ella desperté, debería mandarle flores en señal de agradecimiento

La Evans movía el anillo que ya no pasaba para nada desapercibido, la señal inequívoca de la ultima locura que ambos hicieron aquella tarde en que Fokker le propuso matrimonio y ella acepto encantada, solo que la locura termino en el altar ese mismo día, parecía tan irreal ahora.

No podía hacerle mas dolor, tenia que alejarla de él, sentía que cada minuto que estuvieran juntos le causaría más y más daño, todo lo vivido como humano se le vino encima, ya había olvidado que entro a la marca para vengarse de aquel mundo mágico que destruyó la poca felicidad que tuvo como muggle, y la poca felicidad que tuvo en el colegio, cuando la Evans lo dejó. La fachada de nunca mostrar lo que realmente sentía terminó por derrumbarse, todo era su culpa, por creerse su propia mentira de que nada pasaba realmente.

Miro a Helen directo a los ojos, porque sabia que con lo que diría la terminaría de perder, pero ya no mas mentiras respecto a él, si en verdad era amor lo que aprendió a sentir junto a ella, por amor tenia que dejarla ir, así el terminara destrozado.

—La oscuridad y la luz, si lo ves bien se complementan, ninguna puede subsistir sin la otra. Pero si, no podemos estar juntos porque pertenezco a la oscuridad, la marca es el camino que elegí...

Editado 9 de Diciembre del 2014 por Fokker

[Helen Evans]

¿Fuegos Malditos? ¿Sectusempra? ¿Crucio? Ninguno en realidad me había dolido tanto como las palabras que pronunció, limpié las lágrimas que aún caían por mi rostro y dije:

 

— Es cierto, no la protegí, dejé que me arrebataran a Nats, era una pobre est****a jugando a ser madre, una completa inútil que no pudo hacer nada por su propia hija

 

No me sorprendió que supiera de mi pertenencia al bando que había elegido y miré calmadamente la cicatriz de su rostro, tiré de las mangas de la túnica y estas revelaron mis brazos, llenos de quemaduras, de cortes y cicatrices.

 

— ¿Por qué te diría que pertenezco a la Orden del Fénix? De entre todas las personas del mundo, ¿Por qué a ti? Mi madre esta muerta — dije fríamente — Catherine, si ella te hizo eso me importa poco, ¿Esperas que le reclame algo? Tú que me dijiste alguna vez que me protegerías.... esa gente con la que convives, con la que comes, es responsable de esto — dije mostrándole ambos brazos — pero no te confundas, no es una queja, no me importan las cicatrices, si puedo defender mis ideales.

 

Era el fin y lo sabía, ya ninguna lágrima corría por mi rostro, ¿Qué era peor? ¿Llorar o ya no sentir nada? sentía un gran hoyo frío, completamente vacío, donde hasta hace unas horas estaba completamente segura que tenía un corazón que latía, un corazón que sentía. Pero eso se había acabado, allí había terminado todo.

— No, no se complementan, una es el fin de la otra, y tú y yo nunca estuvimos destinados a ser — nuevas lágrimas corrían por mis mejillas, ¿En qué momento las había derramado? — Lealtad, unión, sacrificio, esa es la Orden del Fénix y hoy traicionaré uno de esos principios, ellos.... por mí no sabrán quien eres, no respondo por mi familia, pero por mí no lo sabrán.

 

Me acerqué a él a tan solo unos centímetros de su rostro, aquella vez era la última vez que lo vería sin atacarlo, él y yo sabíamos que si nos volvíamos a cruzar, sería únicamente en un duelo, pero así, nunca más. Saqué de mi bolsillo 10 galeones y una snitch, las cosas que nos unieron en primer lugar y dije:

 

— ¿Recuerdas lo que te dije aquella vez? Hazme un último favor, nunca en tu vida vuelvas a hablarme,tú y yo nunca nos conocimos, te devuelvo esto — dije colocando ambas cosas en sus manos — no me interesa si lo recuerdas o no, pero eso que nos unía no existe más— me alejé de él lo más que pude, pero antes de irme añadí quitándome el anillo con el que había estado jugando — este me lo quedo, porque aún si no lo recuerdas, aún si a ti y a mí ya no nos une nada, aún si nunca nos conocimos, yo sigo siendo tu esposa. Adiós.. para siempre

 

Y desaparecí de aquel castillo que probablemente jamás volvería a pisar

Editado 9 de Diciembre del 2014 por Helen Evans

[Fokker]

—Pensé que me lo dirías por... olvídalo, ya no importa— vio sus cicatrices, tratando de ocultar esa preocupación que tuvo por saber todos los peligros que ella enfrentaba, pero no era el momento de caer —Debiste dudar de las palabras de un demonio...

 

Cada palabra era dicha con todo lo que aun le quedaba de mil años de odio a los humano, aquella existencia que empezaba a ser minada por los 35 años de vida humana, no seria mas el mismo, pronto todo terminaría y para mal, llegó el momento de pagar por toda su arrogancia hacia los humanos, al fin le demostraron lo que tantas veces escuchó en el inframundo <<Quizás parezcan débiles, pero tienen algo que los hace muy fuertes>> Lo estaba comprobando y de que forma.

 

Ella se le acerco tan de pronto, que lo tomo por completo desprevenido , el viento agito la cabellera y el vestido de ella, el cuerpo de Fokker se tenso tan de pronto, hubiera dado todo por darle la explicación correcta, por retroceder en el tiempo y tomar las decisiones que en ese momento le parecieran correctas, y una era nunca haber deseado vivir en este mundo.

 

Sus palabras le hicieron volver al pasado, cuando su relación casi termino sin haber comenzado, tal vez fue el destino que hizo que olvidara esa primera cita, un aviso una forma de decirle que no debía acercarse a ella, pero el destino no considero con que él no era de las personas que se rendían fácilmente, debió haberse alejado en es momento. Tomo la snitch, la primera que atrapó en ese juego, y los diez galeones. Como aquella vez quiso detenerla quiso tomarla del brazo, decirle que recordaba todo, que nunca rompería su promesa, las palabras que le dijo antes de proponerle matrimonio <<Te amo, siempre lo haré>> claro que si, siempre.

 

Flaqueo por unos segundos su mirada cambio, pero mantuvo su firmeza, <<es por el bien de ella>> se repetía, así no tendria nada que la detuviera en defender sus ideales. Él por su parte no lucharía contra ella, no! y dejo que se alejara. Sus ultimas palabras le dolieron mucho,

 

—Cuídate...

 

<< mi vida >> Fue lo único que pudo decirle, antes de verla desaparecer, y se quedo solo como cuando llego a ese castillo la primera vez, y se quedo mirando la gran entrada antes de ir a Hogwarts, cuando conoció la magia que tanto dolor le causo, el viento agito su cabellera y soltó la snitch que empezó a volar libremente. Nyota lo observaba, la criatura fue la única testigo de lo sucedido.

 

Estuvo así por varios minutos, pensando en muchas cosas, cada segundo de lo acababa de vivir, cada segundo de su vida, replanteando muchas cosas, se sentó junto al árbol donde estuvo cuando Helen volvió a su vida, y dejo fluir todo lo que sentía, en silencio como mejor lo sabia hacer. Dejo que el sol se ocultara y al fin se puso de pie, camino en dirección a la moto estacionada en la entrada del castillo, ya tenia tomada una decisión.

 

Saco la varita de Dimitriv la que no era suya y la hizo desaparecer, de inmediato otra varita ardiendo apareció frente a sus ojos, era la varita que había reducido a cenizas hace unas horas, volvía a renacer al servicio de su dueño, una varita muy especial, porque nunca la uso para hacer daño, y era lo que haría ahora, era el momento de desaparecer de Londres pero antes tenia una cuenta pendiente que arreglar con Dominiv.

 

—¡Vamonos Nyota! este ya no es nuestro lugar, solo regresare aquí de la mano de mi esposa.

 

Porque desde el momento que ella desapareció, se hizo la promesa de volverla a recuperar. Si el destino quería separarlos, él lucharía hasta contra los mismos dioses por estar junto a la Evans.

 

—Es bueno estar de vuelta de nuevo— sonrió ante el desconcierto de la elfina, pero le contaría luego. La figura del Crowley se desvaneció luego de un ligero crack.

Editado 9 de Diciembre del 2014 por Fokker

[Alba Ryddleturn]

http://i.imgur.com/GF5snaK.png

 

- ♪ Vagando por las calles, mirando la gente pasar (la gente pasar)...♪ – cantaba mientras iba volando en mi escoba - ♪ … el extraño de pelo largo, sin preocupaciones va ♪-. Ya iba casi a la mitad de la lista de las mansiones de Ottery. Aunque había varias en las cuales no hubo respuesta, sería que todos estaban de vacaciones o trabajando, vaya a saber uno.

 

Tarareaba mientras iba descendiendo a la entrada del jardín del castillo. Ya con los pies en tierra, la escoba bajo mi brazo, saqué de mi bolso el pergamino con la lista de las familias. – Bien, es lo que falta. Empecemos – guardando de nuevo el papel, y tomando la escoba, caminé decidida a la puerta. Golpeé con fuerza las grandes puertas, para poder ser escuchada por quien fuese, pero sin duda esperaba a algún patriarca. Mientras esperaba, me apoyaba en la muralla continúa al marco.

[Fokker]

Amin, elfo familiar atendiendo a Alba

 

El elfo andaba aburrido de no hacer mucho por el castillo de su ama, hasta hace unos momentos el castillo parecía cobrar vida, pero de un momento a otro todo quedo en silencio, era una de las contrariedades del lugar, pero ya que los habitantes del lugar parecían haber decidido tomarse un descanso el elfo aprovecho para hacer lo mismo, claro que alguien no pensaba lo mismo.

 

Las puertas del castillo resonaron de tal forma que todo rastro de tranquilidad quedo borrada. El elfo maldijo por la interrupcion a su merecido descanso, pero ya que parecía que nadie atendería la puerta y no queriendo escuchar otro gran golpe, decidió atender al extraño visitante.

 

Abrió las amplias puertas del castillo y se encontró con una joven que parecía venir en misión oficial.

 

—Buenas, ¿qué es lo que la trae al magnifico castillo Lestrange ?— inquirió de buena gana a la Ryddleturn

[Alba Ryddleturn]

http://i.imgur.com/GF5snaK.png

 

Tomaba grandes bocanadas de aire mientras seguía apoyada en la muralla. Pasaban los segundos, y aun no aparecía nadie en la puerta. – Esto es lo que odio, esperar – me hablaba dando un poco de entretención a mi espera. Movía mi cuerpo de la estructura, para disponerme a golpear nuevamente, y por última vez. Estaba a punto de tocar la madera, cuando esta se abrió, y un pequeño orejón estaba tras ella.

 

Me quedé mirando por unos segundos con cierta sorpresa. Parecía bien amable la criatura. – Ah sí – saliendo de mi ensimismamiento – Necesito hablar unos asuntos con alguna de tus amos, más bien uno de los patriarcas – miraba hacía dentro a ver si encontraba a alguien caminando por ahí. – Mmmm, ¿me dejarás pasar? – y sin más, di un paso hacia dentro, quedando junto al elfo. – Me quedaré aquí esperando, mientras vas por alguien – acomodé la escoba a la muralla, y mi cuerpo también.

Editado 13 de Diciembre del 2014 por Alba Ryddleturn

[Sol Lestrange Black]

Por mas intentos que hacia mis ojos se negaban a abrirse, me removí suavemente en la cama dejando que las sabanas de suave seda resbalaran libres sobre mi cuerpo. Un sutil calor me indicaba que los rayos del astro rey estaban ya presentes dentro de la habitación, dando señales de lo avanzado de la mañana. ¿Pero acaso había alguna prisa? No tenia planes para el día, y quizás para ninguno del resto de mi vida, por lo cual no había el menor apuro o intención de ponerme en pie.

 

Entre abrí los ojos en un acto de extrema fuerza de voluntad, era complicado, y la idea de pasarme la eternidad metida en la cama no me parecía tan descabellada. Mi vida era cada vez mas aburrida , no había razones ni motivos, y los pocos que quedaban poco también pasaban por casa. Incluso la misma Haydie había comenzado a cansarse de mi mal humor y poco interés.

 

Pero ¿Que mas daba? Una pequeña lucecita de esperanza aun me mantenía aquí, y me decía que quizás en algún momento las cosas podrían cambiar…¿Por qué no?. Mientras tanto mi cama seguía siendo el lugar perfecto...

[Samy Lestrange]

Oscuridad... oscuridad... ¿desde cuándo su habitación estaba tan oscura? Forzó la vista intentando ver algo, pero sólo logró que le dolieran los ojos. Estiró su mano buscando algo que la ayudara a orientarse, pero lo único que pudo sentir fue una superficie dura a unos centímetros por encima de su cuerpo.

 

¿Su habitación se había encogido? ¿O había llegado sin darse cuenta a una caja? intentó recordar lo último que había hecho antes de despertar allí, pero sólo veía una nebulosa oscura en su mente. Respiró hondo y profundamente, pero sólo consiguió que su boca se llenara del desagradable sabor a polvo.

 

Un repentino ataque de hipo la sacudió y la desagradable sacudida la hizo recordar el por qué estaba allí, encajonada y empolvada, debajo de la cama de su madre. Había pensado darle una sorpresa a la bruja escondiéndose allí y sorprendiéndola en cuanto apareciera, esperando que ese día Sol no decidiera meter a alguien en su cama cuando ella se encontraba debajo, pero se había quedado dormida antes de lograr llevar a cabo su misión.

 

Otra sacudida de hipo resonó en su interior y se cubrió la boca con enfado. ¿Su madre estaría ya en su habitación? ¿La habría oído? ¿Qué hora sería? ¿Por qué no se habría llevado un sandwich a su paseo bajicamil?

 

Intentando ser silenciosa, levantó un trozo de la manta que caía por el borde de la cama para poder espiar los alrededores y confirmar si había moros en la cosa. Su pésimo intento de silencio acabó en la nada cuando un estornudo se mezcló con el hipo en una horrible combinación. ¡Felicidades, Lestrange, sí que eres una experta en esto! Ya podía tachar "espía" de la lista de cosas en las que jamás podría desempeñarse como Merlín mandaba.

[Sol Lestrange Black]

Estaba sumida en un profundo sueño remembrando las experiencias vividas en los últimos días, disfrutando de cada recuerdo e intentando mantenerlo vivo, para así creer que se repetiría y no volvería a ser simplemente un sueño, si no una realidad. Me removí un poco en la cama y alargué la mano en busca de mi ultima compañía cuando de pronto recordé que había vuelto a casa y dormía sola en mi habitación. Suspire suavemente rodando por a cama dibujando una sonrisa en mis labios. Todo era perfecto cuando de pronto escuche una mezcla de ruidos que me hicieron dar un bote y sentarme de golpe llevándome las manos a los labios ahogando un grito.

 

-¿¿ Quien anda ahí?? - dije sobresaltada mientras tomaba mi varita de la mesa de noche encendiendo la lamparilla, dando un poco de luz a la habitación. Una suave risa me hizo levantar la ceja , me puse de pie y caminé hasta el origen del ruido, me puse de rodillas junto a la cama levantando la colcha para encontrarme con una dulce sorpresa.- Pero niña por Merlín ¿Pretendes matarme de un susto?

 

Intenté parecer enfadada pero poco me duro la actuación cuando aquellos ojitos se posaron en los míos llenándome de ternura. Reí mientras aquella brujita salía de su escondite cubierta de una suave capa de polvo, haciéndome negar suavemente con la cabeza

 

- ¿ Se puede saber que haces ahí en lugar de darme un abrazo?- reproché haciendo pucheros para atraparla en un fuerte abrazo- - Te extrañe tanto luz de mi vida- dije intentando contener el llanto por el gusto de verle de nuevo.