.: Castillo Triviani :. (MM B: 78361)

[Cissy Macnair]

Me habían asignado unas nuevas guardias y nuevos acompañantes guardianes también. Las últimas no habían salido mal y esperaba que estas tampoco lo hicieran, pero nunca se sabía. Salí de la mansión Macnair y me aparecí en la Triviani, más allá de sus terrenos, para poder acortar la distancia que me separaban de la puerta de una corrida.

 

No sabía si encontraría allí a la guardiana, porque en realidad no parecía haber nadie, pero de todos modos toqué a la puerta cuando me acerqué, esperando a que alguno de los elfos me atendiera. Miré la enorme estructura un tanto asustada, más que nada porque alguna vez había vivido allí al mudarme a Ottery y también porque ese era el hogar de Latil. Todo me traía recuerdos de mi hermana.

 

Uno de los elfos abrió la puerta y me miró con desconfianza.

 

-Uhm... ¿Hola? Vengo... a hacer las guardias- dije, casi en un susurro.

 

El elfo me hizo pasar al recibidor, donde una chica estaba parada, probablemente esperando a que alguien la atendiera.

 

-Ahm... hola... Soy Cissy, ¿tú eres Sophie?- pregunté, con amabilidad, adelantando la mano derecha para estrechar la de la guardiana que haría mi acompañamiento.

[Alyssa Black Triviani]

Tanto Lisa como Lyra habían aceptado su invitación de pasar la tarde en el castillo, aquello sin duda era una ocasión que alegraba a la Triviani ya que lamentablemente no solía recibir visitas, ya sea porque usualmente no tenía tiempo o porque su familia ya se había hecho demasiada mala fama con sus arrebatos de locura. Con un chasquido de sus dedos llamó a uno de los elfos de la familia, éste apareció al instante junto a la matriarca esperando a sus nuevas órdenes.

 

- Prepara la sala para que tomemos el té… -le espetó sin aminorar el paso- Chicas, acompáñenme por favor, sería una tremenda falta de respeto retenerlas aquí en el vestíbulo.- agregó la mortífaga dirigiéndose a sus invitadas.

 

Una vez que se aseguró de que ambas la seguían se encaminó hacia el salón. En el camino no pudo evitar el pasear su mirada por los alrededores, las altas paredes de piedra junto a las robustas puertas de roble alimentaban aquel entorno sombrío y ciertamente siniestro, que a su pesar combinaban demás bien con la soledad que reinaba en aquel castillo. Cuando al fin llegaron al salón los elfos ya les habían preparado una mesa de té con una variedad increíble de delicateses, tres tazas las esperaban en la pequeña mesa dispuesta junto a uno de los ventanales.

 

- Siéntense por favor, no me gustaría seguir haciéndolas esperar de pie - les indicó a ambas. En aquel momento uno de sus elfos se acercó a comunicarle que alguien más había llegado al castillo buscándole.- Hazla pasar, la recibiré aquí.

 

Con un ligero movimiento de su varita la Black hizo aparecer un lugar más para ofrecerle a la recién llegada, mientras tanto la mortífaga ocupó el suyo junto a Lisa y Lyra que ya la aguardaban. Uno de los elfos que permanecía a un costado listo para responder a las necesidades de las allí presentes, se acercó a la mesa y les sirvió un poco de té. Justo en aquel momento entró al salón una de joven que solía ver en la Marca, para su sorpresa venía acompañada de alguien más a quien no reconoció.

 

- ¡Sophie! Pasa por favor ¿quien te acompaña y a que debo el placer de su visita? - le saludó poniéndose de pie una vez más- ¿Gustarían unirse a nosotras en esta pequeña reunión?

Editado 6 de Noviembre del 2012 por Alyssa Black Triviani

[Sophie Elizabeth Granger]

No tuvo que esperar demasiado en la entrada cuando escucho una voz femenina a su espalda. Por fin uno de sus aprendices si se presentaba a la guardia. Se volteo hacia donde provenía la voz y encontró su propia mano con la de Cissy.

 

-Asi es, esa soy yo, bienvenida-dijo la rubia y enseguida volteo hacia la bruja que la llamaba por su nombre

 

-¡Alyssa!, hola, ella es mi aprendiz, Cissy y somos sus guardianas-le contesto presentando a su acompañante.-Desde luego, aceptaremos tu invitación, pero no podemos quedarnos mucho, ya sabes, mas mansiones que cuidar

 

Se encamino hacia donde estaba la Black y entonces la vio ahi, Lyra, su vieja amiga de correrias y de repente le entraron unas ganas enormes de corretear a cierta minina. Si no fuera porque estaba de guardia cambiaria en ese momento a su forma animaga y comenzaria a correr por todo el lugar

[Lyra Katara Selwyn]

Acompañe a Alyssa al salón junto con Lisa, estaba precioso el mismo muy bien decorado, lo que me hizo sentir mas a gusto.

 

-Deberías decirnos quien es tu decorador, Aly, esta muy bonito el salón.- Comente alegremente, admirando cada detalle del lugar, mientras me sentaba en uno de los sillones.

 

En ese momento unas visitas llegaron. Salude a Sophie y a Cissy, con un movimiento de cabeza. Tuve que resistirme a no convertirme en minina y provocar a Sophie, para que me persiguiera como dalmata, situación que no le gustaría a Alyssa, además de que nos descontarian todo lo que rompieramos.

 

Si Alyssa se ennojaba hasta podría pedir que nos sacaran del escuadrón de guardianes y no podíamos permitir eso.

 

-Hola, Sophie y Cissy. Que bueno que coinidamos en la visita, ¿no creen?- Las salude una vez que Alyssa les dio la bienvenida a las dos, resistiendome a hacer travesuras.

 

Tenía mucho que no nos perseguiamos, quizas un día tendría que ir a su departamento en el Ministerio o a la Granger, para poder hacer una corretiza. Nunca lograbamos terminarlas, lo cual era una lástima.

 

Mientras los demás miraban para otro lado, le saque la lengua a Sophie , para provocarla, sabiendo que le costaría resistirse. ¿Cuánto tiempo más podría la dalmata resistirse a convertise?

[Vane Black Sullivan]

La joven miró el cronograma de guardias que le habían dado para ese mes con algo de extrañeza. No conocía a ninguna de sus acompañantes ni tampoco había estado en ninguna de las mansiones y castillos escritos en el pergamino, aún así se aventuró a ir al Castillo Triviani, tal vez tendría la oportunidad de encontrarse con Blackminse.

 

Está ocupada últimamente, pensó la Black con resignación recordando que anteriormente tampoco pudo atenderla. Es increíble que deba hacer una cita antes de encontrarme con ella. Aún así, la prefiero a ella como madre antes que a Bianka. Pensó la vampira colocándose una chaqueta negra antes de salir de su habitación.

 

—Jaslary —llamó la Black al mismo tiempo que se dirigía a la entrada del Castillo Black para salir. Casi al instante, una pequeña criatura apareció delante de ella esperando ansiosamente sus órdenes —. Vuelve a buscar a Blackminse, si está desocupada ve a avisarme a la Triviani, ¿vale?

 

—¿Por qué va a ir a la Triviani, ama? —preguntó la elfina corriendo al lado de la pelinegra para poder seguir su apurado caminar.

 

—Guardias, Jaslary —respondió secamente. Con esto la elfina bajó la mirada entendiendo que no debía hacer más preguntas. Se despidió de la Black con una reverencia y la vio desaparecer en las calles de Ottery.

 

Debo presentarme al examen de aparición, pensó la inglesa después de haber caminado por más de una hora antes de llegar a la entrada del Castillo Triviani. Después de recorrer la distancia que la separaba de la gran entrada al castillo, un elfo apareció delante de ella impidiendo que pueda continuar.

 

—Vengo a hacer guardia —siseó la pelinegra pasando de largo al elfo.

[Cissy Macnair]

Sophie, la guardiana que me acompañaría en las guardias y haría de mentora brevemente, me saludó estrechando mi mano. Me sentí aliviada, en cierta manera. Sabía que había personas menos amenas y dadas a las charlas dentro de la Marca, así que era una suerte que me hubiera tocado alguien como ella.

 

No tuvimos que esperar mucho para ser recibidas. Un elfo nos atendió en la puerta y nos hizo pasar al interior de la mansión lo más pronto posible. Nos llevó hacia una estancia en la cual se encontraban tres mujeres hablando animadamente y grande fue mi sorpresa al saber quienes eran.

 

-Ahm... Hola, es un honor estar en el honorable Castillo Triviani- murmuré, haciendo una respetuosa reverencia e incorporándome de nuevo.

 

Alyssa, una de las matriarcas de la familia, era la persona a la que Sophie había saludado en primer lugar y alguien muy respetable dentro de la comunidad mágica. La primera persona que me había acogido al llegar a Ottery, de hecho. También estaba Lyra y Lisa, con quienes había realizado y realizaba guardias actualmente. Era sorprendente que la enorme cantidad de Mortífagos que había en el mundo mágico y, sobre todo, en Ottery. Matriarcas, esposas, madres, mujeres respetables de la sociedad. Realmente increíble.

 

-Oh, sí, es genial haber coincidido- respondí a Lyra, mostrando una sonrisa.

 

Y me parecía genial de verdad. Ya me sentía parte de ellos, de esa "familia" tenebrosa que habían formado para ocultar su más oscuro secreto.

[Sophie Elizabeth Granger]

-Si, claro, genial haber coincido, concuerdo con eso-dijo apretando los puños para que los demás no se dieran cuenta de que su mano estaba ligeramente rara. La minina la estaba provocando a sabiendas de que sus instintos le jugarían una mala pasada. Si la minina quería guerra, eso le daría.

 

La otra aprendiz acababa de llegar al castillo y eso le dio la distracción que necesitaba para desaparecer la transformación de sus manos. Decidió jugarle una travesura así que se fue a acomodar entre otra de las chicas y Lyra. Sabia la debilidad que tenian los gatos por las bolas de estambre así que cambio un adorno en una, de manera discreta y se lo puso en la mano.

 

-Alysa, ¿tienes gatos? es que me encontré esto tirado cuando veníamos para acá-dijo aventando una y otra vez como jugando con la pequeña bola de estambre. Volteando disimuladamente para ver las reacciones de su querida amiga Lyra. No había gato que se resistiese a semejante juguetito.

[Lyra Katara Selwyn]

Sophie de repente tenía en sus manos una bola de estambre, de colores bastantes hermosos, misma que subia y bajaba cada vez que la dalmata malvada la arrojaba en el aire. Era casi imposible resistirse a la misma.

 

-Accio bola de estambre.- Dije finalmente, señalando al hermoso juguete.-Deberías tener mas cuidado con eso, Sophie, puedes romper algo.

 

No le hice caso a la dalmata, mientras agarraba la bola de estambre como si fuera un tesoro, mirándolo con curiosidad.

 

-Es mejor que guarde esto, no quiero que rompas algo por error.- Puse el juguete en la mesa de centro, pero era una terrible sensación, sintiendo que me llamaba y decía... -Vamos a jugar.

 

La Granger pagaría esa tortura. Pase algo de saliba mientras me ponía de pie.

 

-Alyssa, lo siento, pero debo continuar mis guardias. Fue un placer verlas.- Dije haciendo una reverencia, segura que la anfitriona comprendería.-Luego vengo a verte por otra taza de te, estuvo delicioso.

 

Ali después de decir eso, mientras intentaba no refunfuñar.

 

-Esa dalmata, me las pagara. Casi me hace caer en la tentación, pero no en una de mis guardias.- Refunfuñe.

 

Había llegado a los limites del castillo, desapareciendo del sitio. Tenía que buscar la forma de vengarme. Ni siquiera había podido quedarme con la bola de estambre.

Editado 11 de Noviembre del 2012 por Lyra Katara Ryddleturn

[Alyssa Black Triviani]

Sophie presentó a quien le acompañaba como Cissy, a la Black su rostro se le hizo vagamente familiar pero por mucho que se esforzara en reconocerla no conseguía tener éxito. Finalmente lo dejó pasar y le invitó a unírseles en la mesa también, pronto ya se encontraron charlando animadamente hasta que la Granger le realizó a la matriarca una extraña pregunta.

 

- ¿Gatos? - repitió- No, aquí solo tenemos a Apocalipsis, el conejo rosa gigante de Aland, Pyro, que es el dragón de la familia que protege el castillo, y finalmente a Shae, mi loba.

 

En cuanto pronunció su nombre fue como si la hubiera invocado, aunque para la Triviani no fue extraño ya que bien sabía que su mascota le seguía de cerca a todos lados. La loba de sedoso pelaje negro se deslizó cual sombra entre las sillas hasta sentarse junto a su ama, aunque por alguna razón no quitaba sus penetrantes ojos azules de Sophie.

 

- Pues veo que ahora ya la conocen… -agregó Alyssa.

 

En ese momento Katara se puso de pie y se excusó antes de tener que marcharse, la mortífaga la despidió allí en el salón pidiéndole que regresara a visitarla pronto. Ella había sido amiga suya desde hace ya mucho tiempo, Alyssa la respetaba muchísimo pero además la tenía en muy alta estima, después de todo en su momento ella había sido una de sus mentoras, como una madre para la Triviani.

[Sophie Elizabeth Granger]

La bola de estambre desapareció de sus manos y fue a parar a manos de la minina. La rubia le gruño por lo bajo pero puso cara de indiferencia para el resto de los invitados. La matriarca Ryddleturn se paro enseguida y comenzó a despedirse con lo que supo que había ganado esa batalla por ahora.

 

-Hasta luego Lyra-le dijo despidiéndose con la mano y enseguida se volteo hacia el nuevo visitante. Un hermoso lobo que la veía con desconfianza. Seguro tener un vampiro extraño en casa no le causaba gracia o detectaba su forma animaga que había estado a punto de salir hacia un rato.

 

Tomo una taza de te y le dio un par de sorbos antes de entablar de nuevo la conversación. Recogió la bola de estambre con cuidado de no exaltar a la loba. Se la mandaría de regalo a Lyra en una cajita llena de moños rosas.

 

-supongo que esto se le habrá perdido a alguien mas-dijo refiriéndose a la bola antes de guardarla en su gabardina-Que tal las cosas por acá, ¿no han tenido problemas avicolas?

 

A la rubia le parecía sospechoso no haberse topado con los fenixianos en ninguna de sus guardias. ¿Seria acaso que finalmente habían entendido que ellos eran superiores en todos los aspectos? ¿O eran demasiado cobardes para atacar a una simple tempestad? Lo que fuera era mejor así, no tendría que ensuciarse las manos.