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León Crowley

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Todo lo publicado por León Crowley

  1. Y ahí estaba de nuevo. De pie y solo frente a la imponente estructura del Castillo Crowley, solemne, melancólico. Era tarde ya, los últimos rayos del astro rey bañaban con de naranja oscuro las puntas de las torres, como un fino glaseado de naranja en una torta de chocolate. Las estrellas se asomaban tímidas en una bóveda que tornaba del celeste inmaculado de la tarde al azul oscuro impenetrable de la noche. El viento del norte mecía uniformes las copas de los abedules y nogales que rodeaban el castillo. Toda la escena, en conjunto, lograron conmover a León, que dibujó una sonrisa en sus labios. Avanzó sin mucha prisa, pasando las manos por la estatus de sus ancestros, como acariciándola, palpándola, reconociéndola. Parecía que se hubiera tomado treinta minutos en cruzar el jardín, porque cuando llegó a la puerta, ya el destello del sol se había perdido por completo y la luz del castillo era lo único que iluminaba. El enorme portón de Cedro negro, impenetrable e imponente se alzaba ante él, obstaculizando su paso. Para cualquier otra persona, incluso ante los propios de la familia, se hubieran visto en la necesidad de esperar a que un elfo para que abriera la puerta, pero para el mismo patriarca que abrió la puerta por primera vez, no era problema. —"Sic Itur Ad Astra" —susurró colocando una mano sobre la coyuntura de las dos puertas, de la cual emergió un inusual brillo escarlata y se abrió, con suavidad, como si obviara que cada puerta pesaba casi tonelada y media. Atravesó el portal sin mucha prisa, había sido un viaje largo y si bien no estaba cansado, puesto que había pasado la noche en la mansión Riddle, si se encontraba un tanto débil como para aparecerse inmediatamente en su alcoba. Ya suficiente trabajo le había costado volver desde Hungría sin aparición haciendo alarde de su animagia y del diestro uso de la escoba. Adentro del castillo, la brisa había desaparecido y el hostil frío de la noche se veía opacado por las enorme chimenea, ubicada al fondo de la sala de estar justo al lado derecho de la recepción, que brindaba el suficiente calor como para dar una agradable bienvenida. Avanzó en su camino hacia la habitación, rebasando la sala y el acceso al sótano para ser sorprendido por la piel morena de las piernas de su hermana Goshi. Aún dormida, la mujer se perdía en lo alto de la escalera en dirección seguro a su habitación que se encontraba justo al lado de la del patriarca. León la siguió con los ojos hasta cuando pudo, para volver hacia el punto de origen. Estaba tan concentrado en llegar a descansar que se olvidó por completo que no había comido nada desde que salió de la Riddle. Modificó su rumbo hacia la cocina cuando una voz, tierna y mínima, lo sacó de sus pensamientos. — ...extraño cuando cazábamos juntos en las montañas... La voz, suave y delicada como un susurro, pero firme como una orden, provenía de una de las salas principales, de hecho, de una de las cuatro salas que rendían tributo a cada linaje de Mathias Crowley y en la que reposaba un cuadro de cada uno de los representantes de ese linaje. Si hubiera provenido de otra sala, tal vez no se hubiera interesado tanto, algún hijo perdido de Andres o de Ruyk, el fantasma de la familia, o incluso, una sobrina de Claudia. Pero las palabras venían de la sala de los ancestros de León. Se acercó un poco más para encontrar la silueta perfecta de una señorita cubierta por un vestido celeste. Cabellos oscuros ondeaban, hasta la parte media de su espalda. —...cuando me mostraste como usar esta varita con seguridad... Las palabras emanaban de los labios de la mujer tan fluidamente que fue imposible el siquiera pensar interrumpirla. León no se había fijado aún a quien le recitaba tales palabras, a cual de sus antepasados le extrañaba y le guardaba con fidelidad y recelo casi envidiable. Él nunca había hecho nada para que alguno de sus hijos le hablara con tal amor, con tal ternura. No por que no lo quisieran ellos, sino porque él no había hecho lo suficiente para ello. Siempre se preocupaba por su familia, si, pero era duro, estricto y derecho y era eso lo que quería para su descendencia. Cuando al fin levantó la mirada, se vio a si mismo, serio e impenetrable como siempre lo había sido. —...extraño charlar contigo. El golpe fue tan certero que tuvo que tomarse algunos minutos más para asimilarlo; era a él mismo a quien le estaban dedicando esas palabras, esos sentimientos, a León Crowley. No la reconocía, no sabía quien era esa persona que tenía tales recuerdos. Nunca había enseñado a ninguno de sus hijos a usar una varita, mucho menos a una de sus hijas, eran porcelanas para él. No lograba su percibir del todo su esencia, sentía una innegable linea familiar, pero no era suya. Un miedo se apoderó de León. Un miedo que no podía describir ni explicar. ¿Había perdido algo más que años en su viaje? ¿Acaso Balphomet, el demonio que habitaba en él, le había robado recuerdos? ¿Quien era esa chica y porqué no lograba recordar todo lo que ella recordaba? Ya extrañaba charlar con ella y no recordaba nunca haberlo hecho. Lleno de calma su propio ser, acercó la mano al hombro de la chica y por primera vez en muchos años, décadas incluso, no supo que decir. —Hola pequeña. Son unas hermosas palabras esas. ¿Estás segura que son para mi? @
  2. Había recibido el comunicado del ministerio de magia la semana anterior, de que el negocio que tenía con Taurogirl debía cerrar por la poca actividad que tenía. Ninguno de los dos tenía el tiempo para pasar regularmente por el lugar y al parecer, los supuestos encargados del local habían abandonado el negocio. Ya había perdido un negocio por la misma causa y no quería perder este también, razón por la cual, esa mañana había madrugado un poco más para poner al día el negocio. El local, ubicado en el extremo norte del callejón, se veía descuidado y castigado por el incesante paso del tiempo que había cubierto ya de maleza la entrada principal. Casi todo el día le tomó a León volver a dejar el Juan Valdéz Café lo suficientemente decente como para recibir a alguien; ya le cobraría a la Crouchs por no haberse presentado a colaborar. No había ni meseros, ni administrador, por lo que tendría que hacer él mismo de todo. No sería la primera ni la última vez que lo hacía, pero tenía mucho que hacer, tanto en el castillo Crowley, como en el bando como para dedicarle tanto tiempo al lugar. Pero era consiente de que si no quería perder el negocio, debía dedicarle tiempo. Para cuando la tarde había caído, el local ya estaba de nuevo en su punto para abrir, lo cual hizo sin mucha prisa, descansando su cuerpo detrás de la barra aunque no por mucho tiempo. El rechinar de la puerta le indicó que alguien había notado el cambio y había optado por tomar un café. Para su sorpresa, en uno de los sillones cálidos y cómodos que rodeaban la chimenea, una mujer de cabello castaño descansaba en silencio, casi durmiendo sobre el sofá. Su rostro se le hacía familiar, pero no recordaba del todo en donde la había visto antes. No sabía bien si despertarla para tomar su pedido o cubrirla con una cobija para que continuara durmiendo. Supuso que de querer dormir, hubiera ido a algún hotel de la zona, por lo que carraspeó llamando su atención. —Hola, buenas tardes —Saludó estirando la mano y colocando la carta de bebidas en la mesa—, en este momento no tenemos no tenemos meseros, así que yo mismo te atenderé. Con un ademan se sentó en la silla contigua a la de la mujer, cayendo en cuenta porqué estaba ella tan a gusto. La mayor parte de los muebles, tanto sillas como mesas, habían sido hechas exclusivamente para el lugar y pensadas para la comodidad de los clientes. Eso, junto con el calor que brindaba la chimenea, daban un ambiente propicio para perder la batalla contra el sueño de Morpheo. —Ohh, había olvidado lo cómodas que eran —sonrió hundiendo aún más el cuerpo en la silla—. Por cierto, mi nombre es León.
  3. Gracias Ainé por tu colaboración. Entiendo perfectamente el tema. Pero dado el caso en que yo quisiera normalizar mi situación, es decir, mantener los conocimientos que realmente conciernen a mi nivel, y no tener que esperar hasta el nivel 19 para cursar otros, sino hacer la equivalencia correspondiente de las medallas, puedo hacerlo, ¿No? Es decir, entiendo que mi actuales conocimientos me los respetan por haber sido cursados por cambio y todo el asunto, pero si yo quisiera legalizar mi situación, ¿puedo hacerlo? Y de poder hacerlo ¿Puedo cambiar los dos obtenidos por graduación (gratuitos) por dos de los cambiados cursados? Gracias y disculpa las molestias.
  4. —Parece que olvidas en donde estás y lo que acabas de hacer, Arya —espetó León, agresivo, mirando fijamente sus dilatados ojos azules. En otra ocasión, en otro momento, en otro lugar, la respuesta directa a su blasfema lengua habría sido tan sencilla que sus parientes hubiera podido buscarla por semanas antes de encontrar la primera parte de su cuerpo. Podría hacerlo, sin embargo, en ese lugar y absolutamente nadie se enteraría, aún si debía llevarse al mesero por delante y presentar como ofrenda alguna botella de fino vodka a la propietaria. En ese momento, en ese lugar, simplemente no quería hacerlo. Volvió a sentarse en la silla que estaba en frente cuando ella lo soltó y la miró, con una sonrisa irónica y despectiva. ¿Tan acostumbrada estaba a que alguien casi desconocido hiciera algo por ella? Seguro si, y tal vez su naturaleza era desconfiar de todas las personas a su alrededor y tal vez hasta de si misma. ¿O era que él la había abordado de forma brusca? Se tomó un par de segundos para pensarlo y repisar la cadena de sucesos que habían desembocado en ese instante y para cuando lo hizo, la revelación lo conmovió un poco. —Te estás volviendo experta en actuar sin pensar en las consecuencias ¿no?—susurró para ella al ver que se puso de pie. Sirvió otro trago y lo vació por su garganta, sirviendo otro trago para ella—. Dices no cometer el mismo error pero sigues llamando la atención. Las pupilas aún dilatadas, las manos temblorosas, los labios vibrantes, palabras soeces y nerviosas. No tendría que decir nada para revelar que o bien guardaba un secreto, o bien se sentía incomoda en donde estaba. Por cualquiera de las dos, no era sano que alguien más la viera así. Tomó el trago que l había servido y se lo colocó en la mano derecha, colocando la pequeña bolsa de tela y cordón dorado en la otra. —No estás siendo muy perceptiva si crees que te estoy amenazando o si crees que con matar al camarero vas a salir de tu predicamento. Por el contrario —tomó el cordón dorado y tiró de él, revelando un pequeño cepillo de cerdas negras y una frasco diminuto con un legible titulo de Poción Evanescente—, anda a limpiar tu blusa y vaqueros —hizo un ademan en dirección al baño—, y de paso, tranquilízate un poco.
  5. Buenas buenas, vengo con una consulta, suponiendo que se puedan dejar hasta y pido disculpas si la respondieron ya en otro lado (No en este topic porque ya lo leí xD) Así que... ahí va. Yo en este momento tengo 8 conocimientos (2 gratuitos - 6 Cursados) - Transformaciones (Conocimiento Gratuito) - Leyes Mágicas (Conocimiento Gratuito) - Pociones (Conocimiento Adquirido) - Cuidado de Criaturas Mágicas (Conocimiento Adquirido) - Defensa Contra la Artes Oscuras (Cambio Conocimiento) - Artes Oscuras (Cambio conocimiento) - Primeros Auxilios (Cambio Conocimiento) - Maestría en escobas (Cambio conocimiento) Según la tabla de Conocimientos, por mi nivel (8) tengo derecho a cinco conocimientos (2 Gratuitos y 3 de los adquiridos) Los conocimientos gratuitos con los que me quedo, tienen que ser los mismo conocimientos gratuitos que tengo ahorita? Es decir, tengo que obligatoriamente quedarme con Transformaciones y Leyes Mágicas por ser mis actuales gratuitos??? O de los 8 conocimientos, puedo escoger libremente los cinco con los que me quedo? Gracias a quien corresponda.
  6. Muchísimas gracias, Ainé. Ya paso porel topic a pedir el respectivo cambio. Por ahora, dejo entonces el nuevo formato de la ficha Ahora bien, supongo que debo pedir, campo a campo, los cambios que necesito. Así que.... ahí vamos. Debe ser: ------------------------------------------------------------------------------------------------------ Necesito, por favor, actualización del campo: Perfil de Personaje Dice Así Debe decir: --------------------------------------------------------------------------------------------- Necesito, por favor, actualizacion del campo: Otros Datos Dice Así Debe decir ---------------------------------------------------------------------------------------------------------- Creo que no es más. Cualquier novedad o algo que haya hecho mal.... gracias por informarme.
  7. Muy buenas noches. Después de muchos meses vengo a solicitar una actualización de mi ficha. Los cambios en sí son muy sencillos. La foto, alguna información personal y cronología de cargos. Ahora bien, tengo entendido que en el nivel que estoy (8) tengo solo permitidos 5 conocimientos (2 gratis y 3 cursados). Dado que tengo 8 conocimientos, los organicé para separar cuales deseo dejar y cuales reemplazar por medallas, de acuerdo a la normativa. A saber: - Conocimientos Especiales: - Transformaciones QUEDA - Leyes Mágicas QUEDA - Cuidado de Criaturas Mágicas (Conocimiento Adquirido) QUEDA - Maestría en escobas (Cambio conocimiento) QUEDA - Primeros Auxilios (Cambio Conocimiento) QUEDA - Defensa Contra la Artes Oscuras (Cambio Conocimiento) CAMBIA - Artes Oscuras (Cambio conocimiento) CAMBIA - Pociones (Conocimiento Adquirido) CAMBIA Si incurrí en algún error o algo que no pueda modificar, solicito me hagan saber para corregirlo. Gracias.
  8. Las manos sudorosas y nerviosas, la voz débil y temblorosa, los ojos perdidos en lo profundo de su conciencia ahora manchada de escarlata y negro. Podría aquella mujer redactar con cada parte de su cuerpo un decálogo de como reaccionar ante la muerte. No una muerte ajena a su voluntad, o una muerte accidental de algún ser querido. No. Una muerte causada por la misma mano que tiembla, la misma que antes de volverse un manojo de nervios, había tajado cual mantequilla, la garganta de su agresor. Selección natural. —Qué tanto vi es lo que menos te debe preocupar —espetó el holandés llenando la copa templada con el preciado liquido transparente hasta el borde, para luego llevarla a sus labios y dejar que se deslizara por su garganta. La mirada, oscura y penetrante, fija en los orbes zafiros de Arya—. Tu verdadera preocupación es ¿Qué tanto hiciste tú? ¿Hiciste lo suficiente? La sonrisa que se dibujó en los labios del mortífago no tenía, en ningún momento, la intención de manifestar algún ápice de placer en la desesperación inherente de la pelirroja. Todo lo contrario. No iba a estar a su lado la próxima vez que lo hiciera, no siempre iba la suerte a confabular para cubrir su espalda y si bien podría ser su primera experiencia, no sería la última. El tembloroso brazo de la mujer se acercó a la copa y al hacerlo, reveló en el puño blanco de su blusa, el escandaloso tono carmesí. Bajó la copa de inmediato y haló del abrigo de la mujer, ocultando su manga a la vista del mesero que no terminaba de saciar su curiosidad. —Repasemos lo hechos. Una mujer hermosa, sola, al fondo del callejón, sin ninguna protección aparente. Vamos, debes aceptar un porcentaje de culpabilidad por ofrecerte de tal forma —dio una calada a su puro y continuó, acercándose un poco a ella y bajando la voz—. Un hombre, enfermo sexual tal vez y con alta probabilidad de ser mortífago dada su ubicación, ve la oportunidad y te aborda, creyendo que eres presa fácil. Sacas esa hermosa daga que guardas en tu antebrazo izquierdo después que él te ha abrazado -lo que seguramente habrá dejado alguno de tus finos cabellos rojos en su ropa o en sus manos- para luego degollarlo y huir del lugar sin comprobar que esté muerto —hizo una nueva pausa mientras servía un poco de whisky en la copa de la mujer—. Ingresas a un local de dudosa reputación, nerviosa, disparada directamente al baño, del cual sales temblorosa, con una túnica que cubre todo tu cuerpo y llama la atención de un curioso tabernero. Supongo que eres consciente del poco trabajo que le darías al investigador del ministerio que decidiera tomar el caso. Cada palabra parecía causar un efecto distinto en ella, cada argumento, cada razón. León se puso de pie, se dirigió a su gabán y sacó una pequeña bolsa de tela negra, atada por un cordón dorado, la cual puso sobre la mesa, justo frente a ella. Dio una última calada al puro que se consumió en ceniza y lo apagó contra el fondo del cenicero. Acto seguido tomó la copa la llenó y la volvió a vaciar por su garganta. —Ahora dime, ¿Hiciste tú lo suficiente?
  9. —<<Para todo hay una primera vez>> —Pensó el mortífago mientras fijaba los ojos en lo que acababa de hacer la mujer de cabellos rojos, en el oscuro callejón. La figura de su forma animaga reposaba inmune en lo alto de la lampara de aceite apagada que reposaba a la entrada del negocio. La noche lo cubría ya todo con su impenetrable manto oscuro y lo único que iluminaba esa tétrica y fría parte del Callejón Diagón era la de la luna. Intencionalmente el perpetrador había apagado el brillo cetrino de las lamparas y la luz del local no era la suficiente para que el distraído transeúnte advirtiera el peligro que le esperaba. La actitud del criminal por otra parte, era la menos discreta posible, pero su actuación, que no era digna de un reconocimiento, al menos había podido convencer a la pelirroja. Si no hubiera hecho algo la mujer, seguramente él lo hubiera hecho; un ruido, una aparición, una imperdonable de rayo verde surgida de la nada. Pero no había sido necesario. El corto y refulgente brillo de una daga atravesó el vació oscuro tan rápido que casi no pudo verla. Una, dos veces alcanzó a entrar en el cuerpo del hombre antes de deslizarse con sutileza por su garganta, acabando su miserable existencia y dejando su cuerpo caer sobre el pavimento frío. El charco escarlata no se hizo esperar y para sorpresa de León, la mujer tampoco espero para desaparecer del lugar. —Novata —susurró al materializar su cuerpo natural a pocos metros del cuerpo. No era difícil saberlo: manos temblorosas, ojos nerviosos. Dejar el cuerpo en el sitio sin importar que en sus uñas y en su ropa existieran una y mil evidencias que la ataran al crimen. Un solo cabello que se hallara en el abrigo del hombre y una rápida investigación por los locales del sector, habría descubierto la identidad de la mujer, que por un momento creyó reconocer. Tal vez en la fortaleza, tal vez en la academia. En cualquiera de los dos casos, si estaba en lo correcto, debía tratar de hablar con ella y procurar, en la medida de lo posible, ayudarla. Una mujer, de sangre fría al asesinar, entrando a un local de reconocida influencia mortífaga, de seguro era una novata. Sin mucho protocolo, León sacó a Marié de su cinto y arrebató la vida del hombre que continuaba luchando por mantener la sangre en el cauce de su garganta y no escurriéndose por su abrigo. Es destelló verde cesó el sufrimiento del hombre y el fragante brillo naranja escarlata del fuego maldito consumió el cuerpo y toda evidencia en él, dejándolo todo reducido a cenizas que lentamente el viento a dispersar por el callejón. Irónico era en verdad; en la mañana, todos pasarían encima del pobre diablo. Estaba hecho ya. No tenía muy claro el porqué lo había hecho, pero aquella mujer ya no tendría porqué preocuparse más que del rostro de su atacante, acechándola en sus sueños, como a todos los que arrebatan una vida. Y no era que la estuviera juzgando, ni mucho menos: era ella y era él y él se confió. Es ley del más apto. Nada más. La puerta se abrió lentamente, como si intencionalmente quisiera darle más dramatismo del necesario al hecho, la luz tibia del bar le recibió con más agrado que la brisa del norte que bañaba el callejón de arriba a abajo. Adentro, el abrigo granate era inútil, razón por lo que lo dejó colgado sobre el guardarropa. Avanzó sin prisa hacia la barra, pero su camino se vio interrumpido al ver salir a la mujer del baño en dirección a una mesa, nerviosa y aterrada de lo que acababa de pasar. Y no era para menos. —La señorita necesita con urgencia un Whisky de fuego doble —reveló al mesero sentándose en la silla contraria a la mujer, haciendo especial énfasis en la palabra "necesita"—, y una botella de Vodka Valhalla para mi. Ahora sabía, que podía haber sido su primer vez. La reconoció casi al instante que el aroma de su perfume llegó a su dotado sentido del olfato -una sutil mezcla de vainilla y azafrán-, y que las características pecas canelas de su rostro se revelaron. Los orbes negros de León apenas necesitaron posarse dos segundos en los azules y llorosos de Arya para advertir que se encontraba en un choque emocional bastante fuerte y que su nivel de estrés era alto. Las manos temblorosas apenas se retiraron de la mesa, seguro hacia su varita, pero bien sabía que no la necesitaba. No ahora. —Los curioso del asunto Arya, es que la última vez que te vi, estabas por traer al mundo una vida —apuntó sacando del bolsillo de su pantalón una tabaquera de la cual sacó y encendió un puro—, y ahora te encuentro en el callejón quitando otra. Y tan solo me fui 6 meses.
  10. FlashBack - Tres Semanas atras. El sueño de Odín. Así lo llamaban las antiguas tribu nórdicas y escandinavas. El tiempo donde el espacio se perdía y la consciencia se fundía con el vacío oscuro y siniestro del propio ser, donde se renueva lo que muchos llaman alma y otros Ether. El profundo lapso en el que el padre de todo recuperaba su fuerza para regir con firmeza su vasto imperio asgardiano, el reino que a pulso, había ganado. A León le hubiera gustado creer que era eso. Que su espíritu se fortalecía para continuar otros 350 años y que cada que despertaba de su largo sueño era más fuerte y su energía era renovada. Le hubiera gustado creer que estaba mejorando en vez de empeorar y que seguiría defendiendo su reino. Pero no era así. No despertaba más fuerte o más sabio y mucho menos más joven. Despertaba débil, sin fuerza. Él no era Odín. Su cuerpo, por el contrario, cada vez tardaba más en despertar; su fuerza cedía ante el agotamiento que le producía el caer en ese letargo, lo cual podía adjudicar únicamente a una persona, o mejor, a un demonio: Balphomet. El ente demoníaco que habitaba en él y que había tomado su cuerpo y su vida como totem, parecía estar carcomiéndolo desde adentro, consumiéndolo cada día, un poco más. —Maestro, ¿Está bien? —la primera voz, como lo había sido desde hacía mucho tiempo, era la de su fiel elfo, Arthur que se acercaba ya, con un vaso enorme de poción herbovitalizante, verde y espesa como siempre lo había sido. —¿Cuanto tiempo esta vez? —la voz del patriarca salía débil y sus palabras torpes parecían tropezarse unas con otras a la salida de sus labios. Su cuerpo permanecía recostado sobre el diván de su habitación. —Quince días amo. Dos más que la última vez. —Alguien... —No mi señor, nadie lo notó... esta vez. No tenía que ver el rostro del elfo para saber que tenía sus enormes ojos vidriosos fijos en él y en las heridas que se abrían una y otra vez y por todo su cuerpo siempre que tenia el mismo episodio. Heridas de viejas batallas que traían al presente el dolor y el horror de tiempos lejanos. Hizo un esfuerzo para incorporarse pero de inmediato cesó ante el dolor en sus costillas. Los ojos lentamente se abrían, adaptándose a la cetrina luz proveniente de unas pocas velas consumidas casi por completos, sobre la mesa de estar. Estiró el brazo hacia la bandeja que sostenía el elfo y tomó la desagradable bebida. —Se hace más difícil cada vez, Arthur. No sé cuanto tiempo más pueda aguantar —lanzó el primer sorbo y tragó, sin saborear. De inmediato su cuerpo tomó un poco más de energía, la suficiente para inclinarse un poco y recostar la espalda sobre el brazo del diván—. Tendré que volver a Hungría, al menos por unos días. El silencio del elfo era lo suficientemente claro como para reconocer que, pese a que era demasiado arriesgado, debía hacerlo y cuanto antes. Ir a Hungría implicaba un peligro, no solo para León como persona sino para toda la familia.
  11. Holo Pues... creo que aún no hay profesor de maestría en escobas y supongo que es por que no muchos tienen el conocmiento así que.... CHAN! Creo que eso es todo. Adeu.
  12. http://i.imgur.com/BugJmzD.png La Dirección de la Academia de Magia y Hechicería certifica que, -Anna M. Johnsson- ha aprobado satisfactoriamente la clase de la profesora -Adryaine-, adquiriendo así el conocimiento especial de -Defensa Contra las Artes Oscuras-. Atte. León Crowley y Elodia Riddle Directores de la Academia de Magia y Hechicería
  13. http://i.imgur.com/BugJmzD.png La Dirección de la Academia de Magia y Hechicería certifica que, Alba Ryddleturn ha aprobado satisfactoriamente la clase del profesor Keaton Ravenclaw, adquiriendo así el conocimiento especial de Primeros Auxilios. Atte. León Crowley y Elodia Riddle Directores de la Academia de Magia y Hechicería
  14. http://i.imgur.com/BugJmzD.png La Dirección de la Academia de Magia y Hechicería certifica que, Groter Shulton Granpié ha aprobado satisfactoriamente la clase del profesor Keaton Ravenclaw, adquiriendo así el conocimiento especial de Primeros Auxilios. Atte. León Crowley y Elodia Riddle Directores de la Academia de Magia y Hechicería -Cambio por Estudios Muggles
  15. Buenas tardes. De parte de la dirección de la academia de magia y hechicería manifiesto expresas disculpas a la usuaria Katherine Rosier por el error humano cometido al momento de certificar el conocimiento. A continuación dejo la certificación del conocimiento como debe ser, en aras de corregir la situación y mitigar su indignación. http://i.imgur.com/BugJmzD.png La Dirección de la Academia de Magia y Hechicería certifica que, Katherine Rossier ha aprobado satisfactoriamente la clase de la profesora Taurogirl Crouchs, adquiriendo así el conocimiento especial de Pociones. Atte. León Crowley y Elodia Riddle Directores de la Academia de Magia y Hechicería Muchas Gracias.
  16. http://i.imgur.com/BugJmzD.png La Dirección de la Academia de Magia y Hechicería certifica que, Cirse Atkins ha aprobado satisfactoriamente la clase de la profesora Heliké Rambaldi Vladimir, adquiriendo así el conocimiento especial de Artes Oscuras. Atte. León Crowley y Elodia Riddle Directores de la Academia de Magia y Hechicería
  17. http://i.imgur.com/BugJmzD.png La Dirección de la Academia de Magia y Hechicería certifica que, Arya T. Macnair ha aprobado satisfactoriamente la clase de la profesora Giovanna Atkins, adquiriendo así el conocimiento especial de Maldiciones. Atte. León Crowley y Elodia Riddle Directores de la Academia de Magia y Hechicería -Cambio por Encantamientos
  18. http://i.imgur.com/BugJmzD.png La Dirección de la Academia de Magia y Hechicería certifica que, romina12345 ha aprobado satisfactoriamente la clase de la profesora Adryanie, adquiriendo así el conocimiento especial de Defensa Contra las Artes Oscuras. Atte. León Crowley y Elodia Riddle Directores de la Academia de Magia y Hechicería
  19. http://i.imgur.com/BugJmzD.png La Dirección de la Academia de Magia y Hechicería certifica que, Hayame Vladimir Potter Black ha aprobado satisfactoriamente la clase de la profesora Giovanna Atkins, adquiriendo así el conocimiento especial de Maldiciones. Atte. León Crowley y Elodia Riddle Directores de la Academia de Magia y Hechicería
  20. http://i.imgur.com/BugJmzD.png La Dirección de la Academia de Magia y Hechicería certifica que, Keaton Ravenclaw ha aprobado satisfactoriamente la clase de la profesora Kirara Ruak, adquiriendo así el conocimiento especial de Cuidado de Criaturas Mágicas. Atte. León Crowley y Elodia Riddle Directores de la Academia de Magia y Hechicería -Cambio por Astronomía
  21. http://i.imgur.com/BugJmzD.png La Dirección de la Academia de Magia y Hechicería certifica que, Alessandra G. Delacour ha aprobado satisfactoriamente la clase del profesor Liam Hawthorne, adquiriendo así el conocimiento especial de Encantamientos. Atte. León Crowley y Elodia Riddle Directores de la Academia de Magia y Hechicería
  22. http://i.imgur.com/BugJmzD.png La Dirección de la Academia de Magia y Hechicería certifica que, Katherine Rossier ha aprobado satisfactoriamente la clase de la profesora Taurogirl Crouchs, adquiriendo así el conocimiento especial de Pociones. Atte. León Crowley y Elodia Riddle Directores de la Academia de Magia y Hechicería -Cambio por Astronomía.
  23. —Es hora —susurró para si mismo y soltó el pesado tronco muerto con el solía hacer ejercicio en el amplio y oscuro bosque, que colindaba con los terrenos del castillo Crowley. Sucios pies descalzos, sudoroso torso desnudo y pantalón rasgado de color negro. Parecía ser una fotografía la que todas las noches se tomaba en el mismo sitio el patriarca de la familia Crowley. En su pecho, la imborrable cicatriz le recordaba las consecuencias de descuidar su cuerpo y dejarlo a los placer mundanos del licor y la lujuria. No había pasado mucho tiempo desde aquella noche, algunos cuantos meses a lo mucho, y su cuerpo había recuperado casi la condición física que cuando fue atacado. Aún le costaba trabajo el ejercicio, imposible que no luego de haber cortejado tan peligrosamente la muerte, pero procuraba ejercitarse al máximo y aunque normalmente lo hacía de noche, cuando las sombras le protegían, ese día había preferido hacer aún con los rayos del sol sobre su espalda. No lo hubiera hecho de tal forma, si la noche no la hubiera destinado para otra actividad, por fortuna para él, un poco más acompañado. Para cuando el sol se había ocultado, y la luna lo bañaba todo con su blanquecina luz, el Mago Oscuro terminaba, con detallada perfección, los últimos arreglos de su impecable presencia. Gabán granate oscuro que partí del cuello y terminaba abajo de las rodillas con fina elegancia, camisa blanca casi pegada al cuerpo que si bien dejaba ver su estado físico, no rayaba en la vanidad y un pantalón oscuro que hacía juego con los zapatos de igual color. No había vestido tan elegante, seguramente desde alguna graduación de la academia o de algún evento social al cual se viera obligado a asistir, una gala, una boda, o incluso al celebración de un divorcio, aunque estos últimos no disfrutaran de tanta publicidad como los primeros. Levantó un poco la vista hacia al espejo y encontró, aparte de su reflejo, el de Arthur, su servicial elfo. —Observo con agrado que el amo planea salir esta noche —apuntó el elfo con inmejorable cortesía, mezclada con temor y respeto—, ¿Piensa volver acompañado? Esa sin duda era un muy buena pregunta y por primera vez en mucho años, León Crowley se vio escaso de palabras y sin una respuesta para el elfo. Bien podría hacer uso de la autoridad que le competía, pero sabía bien que, más que involucrarse en las relaciones del patriarca, Arthur solo indagaba para hacer los ajustes pertinentes a la ocasión. —No lo sé Arthur. Nunca había tenido el placer de salir con ella. Eso era suficiente para que el elfo, por si o por no, hiciera los ajustes necesarios. Con un ademan de respeto desapareció del lugar, rumbo a las cocinas seguramente. León se quedó de pie, solo en la habitación, meditando la naturaleza de la pregunta. Segundos después, desapareció rumbo a cierto castillo de Ottery.
  24. http://i.imgur.com/JVpyteF.png La Dirección de la Academia de Magia y Hechicería certifica que Morrighan McKenna ha aprobado todas sus clases, adquiriendo el status de Graduado y el rango de Unicornio de Bronce. Atte. León Crowley y Elodia Riddle Directores de la Academia de Magia y Hechicería
  25. http://i.imgur.com/JVpyteF.png La Dirección de la Academia de Magia y Hechicería certifica que Cirse Atkins Malfoy ha aprobado todas sus clases, adquiriendo el status de Graduado y el rango de Unicornio de Bronce. Atte. León Crowley y Elodia Riddle Directores de la Academia de Magia y Hechicería

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