Jump to content

Hessenordwood Crouch

Magos Expertos
  • Mensajes

    3.350
  • Ingresó

  • Última visita

  • Días ganados

    18

Todo lo publicado por Hessenordwood Crouch

  1. Necesitará más tarde que temprano recurrir nuevamente a la aplicación en su teléfono móvil para ayudarse a recordar toda esta información que, queriendo o no, Darla es capaz de ofrecerle en su intento de explicar lo que está pasando allá afuera. No guarda todo esto como importante con un propósito principal, inicialmente solo había sido un hábito profesional esto de acumular información sobre las personas como si se tratase de una colección; agendando y catalogando propiamente. Ahora es algo que hace casi involuntariamente. En esta ocasión, es el modo explocion en el que Dala le explica que se encuentra su familiar lo que activa la máquina de notas en su cabeza. A la nota ha de añadir al final comentarios en corchetes con signos de interrogación o quizá un emoji confundido. Hess asintió tras la explicación de Darla y los posibles escenarios que pudieran estarse llevando allá afuera, ha recuperado algo de esa característica sonrisa coqueta en el rostro, es más algo natural que voluntario después de todo. -Como usted me lo ordene-, casi murmuraba esta vez cuando ella decide retomar su asunto en lugar de atender lo que parece que se ha convertido solo en una riña familiar. —Nada de eso Darla, le aseguro que no hay nada de qué preocuparse-, comienza nuevamente con un parloteo confiado. Y echa hacia adelante los hombros desplazando nuevamente el documento a firmar sobre la mesa para que ella pueda alcanzarlo y leerlo mejor. Igualmente es sutil cuando se afina la garganta, dispuesto a explicarle de que trata él mismo si es necesario. —Si puede ver esta parte de aquí, es una descripción del objeto que se le está entregando, condiciones y características físicas más que nada. Aquí habla sobre como los servicios de nosotros con el receptor (usted) concluyen una vez haya aceptado recibirlo. Ah, y esto es muy importante, dice que bajo ninguna circunstancia puede reclamar a la empresa por daños que el contenido de la entrega pueda causar una vez terminado este proceso. Aún inclinado casi sobre la mesa donde ha estado señalando cada párrafo en el papel que explica el punto del que habla, levantó la mirada en busca de Darla, solo para estar seguro de que ella lo sigue hasta ahora. —¿Puede verlo entonces?-, regresó a su postura recta para estar nuevamente cara a cara con ella. —No hay nada que ocultar. Nada de letras pequeñas-, esta vez arrugó apenas el puente de la nariz con la sonrisa para ella. —Esas son para el empleador original del servicio-, le guiñó finalmente. Por supuesto que lo ha dicho como una broma, pero resultaba todo lo contrario, al menos la parte de las letras pequeñas. —En pocas palabras solo es un acta de recibo. Evidentemente necesitamos una prueba de que hemos cumplido con este trabajo-, concluyó. Impecable, esperó entonces a que Darla tomara una decisión. Con algo de suerte ella abriría de una buena vez el paquete y quizá puedan entre los dos descifrar el misterio que oculta. Si bien ya había inspeccionado el paquete, la entrega tenía también ciertas limitaciones que no lo han dejado curiosearlo algo más. Y no era que a Hessen le gustase meterse en problemas, pero tampoco podía evitar sentir un gran interés por algo que podría haber sido tan viejo como el demonio mismo. @ Darla Potter Black
  2. La aparición fue completamente limpia a pesar del método que ha usado esta vez para ejecutarla. Igualmente, aunque no siente dolor alguno o que algo le haga falta, se tantea de pies a cabeza el cuerpo, la vestimenta y los demás artículos que carga casi siempre solo para asegurarse de que, como debe de ser, todo esté donde deba estar. Siempre tan aparentemente preocupado por su apariencia, aunque se justifique que _ la buena presentación es parte del servicio _. La pulcra figura de Hessenordwood en los patios descuidados de los Granger sobresale relucientemente no solo por su gran tamaño, sino por lo mucho que contrasta con el evidente abandono que puede ver desde el primer instante ahí. Antes de avanzar y abrirse paso hasta la residencia de la familia, el mago ojeó cuidadosamente su alrededor. Aún es de día, pero como es costumbre está nublado, no son nubes de tormenta tampoco, pero el cielo está lagañoso y aunque vuelve todo solo un poco más frío de lo que ya es el matiz de la luz le ayuda al demonio a ver mejor. Ha descubierto, en el poco tiempo que lleva en esta aventura, que el Ottery está repleto de particularidades, tanto en las personas que la habitan como en las edificaciones que la conforman, por donde se le viera, siempre había algo misterioso, turbio y engañoso por ser descubierto. No hay algo como esto en California, aunque ciertamente él había optado por habitar en conjuntos urbanos de vivienda nomaj en lugar del popular pueblo de Salem, donde acostumbraban las familias mágicas a echar raíces, tal como lo habían hecho esta rama de los Crouch de la que él proviene, tras la caída del señor tenebroso a manos de Harry Potter, el padre de Hess había ido en busca de un nuevo comienzo en América para su familia. Así que, a pesar de lo muy acostumbrado que pudiera sentirse con las costumbres mágicas, esto que hay en Londres es bastante...singular. Los terrenos de los Granger podrían pasar desapercibidos para el interés del demonio, sin embargo, ahora que está ahí (y las razones que lo arrastraron a este lugar) podría comenzar a querer cambiar de opinión. —Tendré algo de buena suerte si no me atiende una persona charada esta vez-, se dice cuando se va acercando al umbral que parece, más que solo abandonado, deteriorado, como si hubiera aguantado alguna batalla de la cual no se le dio posterior mantenimiento. Comprar casas en estados similares a esta para venderlas recuperadas había sido el éxito de su carrera antes de mudarse de vuelta a Londres. —Me pregunto si los Granger estarán interesados en conseguir algo mejor, digo, esto tiene arreglo pero...-, ya frente a la puerta golpea sobre ella para anunciarse sin la verdadera esperanza de sacar algo bueno para hoy. @ Valeskya Granger holi 😄
  3. Gracias por tanto y perdón por tan poco x'D

    1. Mostrar comentarios anteriores  2 más
    2. Hannity Ollivander Evans

      Hannity Ollivander Evans

      Sabes que me encantan sus roles tan chulz, aunque a veces contigo deba estar en lista de espera de 6 meses(?) 😂  *lo apapacha* 💜

    3. Hessenordwood Crouch

      Hessenordwood Crouch

      Ya estoy tratando de dejar la lista de 6 a 4 meses ;D

    4. Hannity Ollivander Evans

      Hannity Ollivander Evans

      Tendré esperanza de que en 4 meses me respondas en NP(?)  🤣

  4. Quintel Guillam A tantos metros sobre el suelo firme la perspectiva del vuelo libre cambiaba significativamente, el vértigo abundó en su cuerpo tan rápido como el impulso de su escoba lo mantenía al ritmo de Gryffindor y los demás en la clase, pero lejos de atormentarlo lo inyectan de adrenalina y emoción jovial. Esto no se asemejaba ni tantito a lo que recordaba que era volar en escoba, era diez mil veces mejor. Y rió sólo porque puede imaginarse la expresión desaprobatoria en el rostro de Whisper por tan solo describir la experiencia de esta clase con esa forma tan infantil. Seguir el paso de Gryffindor, su trayectoria sobre las nubes y la verde planicie, no fue tan complicado como tratar de alcanzar a la otra bruja. Ella era tan veloz y voraz en el vuelo que se imagina que, inexplicablemente, de intentar imitarla terminaría esto convirtiéndose en una batalla. Así que hace lo que puede, si no imita totalmente el vuelo de ella si que lo hace a su manera, continúa la trayectoria del grupo, pero prefiere asegurar su vuelo en maniobras que no se había imaginado antes poder conseguir, tal como ese surfeo kamikaze de Juv donde él prefirió seguir al grupo colgado de cabeza de su escoba. Era evidente su falta de creatividad en el vuelo, pero Juv ha hecho ante ellos una demostración tan asombrosa que quiza despues de aqui Quintel pueda convencer a Ben de acompañarlo a partidos de Quidditch, lo que fuera para aprender más de todas esas atajadas de vuelo. Inspirado por la demostración de Juv es que finalmente se anima a tomar la delantera cuando ella se pone a la par. El vuelo de Quintel es veloz, sin mucha maniobra al principio, hasta que comienza a descender, sumergiéndose en la selva lo suficiente para que el campo debajo de ellos se convierta en una serie de obstáculos de los cuales tengan que hacerse de maniobras ágiles para esquivar. Y así lo hace, consigue curvas holgadas que retoman repentinamente rectas filosas para evitar estrellarse con el terreno y todo lo que lo conforma. Ya para casi terminar su corta demostración consigue con una limpia pirueta en espiral abrirse paso por un estrecho ramaje. Satisfecho de tan solo haberse llevado un par de arañazos, retoma el vuelo hacia el cielo para recuperar la altura que Gryffindor ha marcado desde el principio, y disminuye la velocidad para quedar nuevamente en fila al grupo.
  5. Hess —Vaya, con que es hija de su sobrina…-, murmura al filo de la copa, sus cejas se han alzado en sutil sorpresa tras escuchar esto de Darla, y es que ¿Qué no existía también un parentesco entre ella y la actual ministro de magia británica? ¿A qué se refería Darla con que eran un grupo? Hess mordió la orilla del vaso antes de darse cuenta de que quizá está pareciendo que le da mucha importancia a esto. Aunque sí ha despertado algo de intriga que dejará para meditar a solas. —Esta comunidad se está volviendo algo pequeña-, Hessen sonrió nuevamente, esta vez con una sonrisa maliciosa. —¿No será que hay una mala administración dentro del ministerio?-, volvió a inclinar cerca de Darla, una de esas preguntas que no necesariamente quieren una respuesta. —Que descuido-, casi ronronea esta vez antes de abandonar el tema como si no fuera realmente de su interés. Así que mejor enfoca su atención en los acompañantes de Potter Black, solo para mantener la fachada. Había acertado entonces con Luna Gryffindor, lo que es nuevo es que ella y Darla son compañeras de trabajo, según han explicado, lo que coloca más información en el perfil de la vampiro como partícipe en el cuartel auror. En cuanto a Danny Luxure, bueno, extrañamente no hay registro alguno. —Por supuesto que se quien es usted, Luna Gryffindor-, de nuevo repite el ademán de saludo, esta vez acompañado de su copa, como si brindara por ella. —Mi principal pudiera ser un señor aparentemente desatento, pero parece ser muy aficionado a su buen labor, señora-, correspondió la sonrisa amable. Es en parte verdad lo que dice de Luna, sin embargo, Garry no es lo suficientemente lúcido con él como para contarle de dónde es que la conoce cuando pregunta por ella. No obstante, es genuino el interés del patriarca de Ollivander cuando el nombre de la auror se lee en el periódico. —Y yo no creo que nos hubiéramos visto antes, no cara a cara por lo menos, porque hubiera hecho lo necesario para evitar que se olvidase de mi-, le ofreció esta vez una sonrisa dentada, más que galante, para asegurar el juego. —Así que, mi señora Gryffindor, es satisfactorio finalmente conocerla en persona. —Y era Danny Luxure ¿cierto? Tal coincidencia...-, si no suelta una risa es solo para evitar las malas interpretaciones. —Entonces era cuestión de tiempo para conocernos-, pero no puede hablar ahí de esto de todas formas. Ya habría tiempo para cada cosa. —Es un gusto, señor. El estruendo que hace uno de los artistas que dan un espectáculo al centro de la reunión interrumpe brevemente el intercambio de saludos y presentaciones. Es finalmente Luna quien retoma la conversación, esta vez charlando cosas que a Hessen le parecen aleatorias, quizá está nerviosa o quizá solo abrumada por todo lo que presenta este evento. Lo que fuese le recuerda un poco a él mismo y lo difícil que es a veces quedarse callado por tanto tiempo. Así que escucha de buena gana todo lo que ella dice aunque imagina que finalmente no terminará decidiendo qué hacer. —¿Cómo dice?-, su atención regresó de todas esas cosas atractivas de las que Luna habla a Darla que esta noche luce solo algo más reservada, a diferencia de aquella reunión en la biblioteca de los Potter Black. —Por supuesto, Darla, me tiene-, hizo la finta de que tentará su brazo, pero no hubo contacto. —Recuperar los galeones de Ollivander sobre la mesa de poker con usted siempre ha sido mi plan toda esta noche-, bromeó alejándose un poco más para quedar a lado de Luna esta vez. Pero cualquier respuesta que pudo haber recibido por parte de ella queda ahogado por el repentino ensordecimiento de varios de sus sentidos. Es como si se hubiese sumergido de pronto en un estanque y el agua a su alrededor, se congela rápidamente. Algo no está bien en este lugar. Volvió a tomar un trago de la copa, discretamente ha de buscar a Garry con su fea máscara entre los invitados, evitando la mueca por el mal sabor del licor. No era una mala cosecha en realidad, solo no era de su agrado. Cuando vuelve a lo que sucede ahí, se da cuenta que Luna y Darla charlan sobre las pinturas en exhibición y la fuente de chocolate. Asintió distraídamente simulando que había estado escuchando todo este tiempo. —Entonces vamos, hay que ir a buscar algo que ver o hacer o lo que sea que me mantenga lejos de las mesas con postres-, la breve mueca fue de fingido sufrimiento. Alguien con cierta debilidad por los panecillos no tendría tampoco porque preocuparse tanto por las calorías que un ponqué de frutas pueda contener. —Me había dicho que podía acompañarlos, ¿no era así?-, hizo una seña a Luna para que guiara una dirección. —Después de usted. @ Luna Gryffindor Delacour @ Darla Potter Black --- -- - -- --- Grell —¿Ambigüedad?-, Hubiera podido sonreír ante esto. En cambio se pierde entre el sonido de la voz de ella dando vueltas y vueltas buscando en cada puerta sellada y cada muro derrumbado de su mente, convirtiéndose rápidamente en algo encantador para los sentidos adormecidos del brujo. Se sintió como si cayera descuidadamente en una trampa. De pronto cree que no es capaz de recordar con certeza como es que llegó hasta este lugar, a esta fiesta tan glamurosa que no tiene nada que ver con sus intereses, a esta galería de la cual ya se siente aburrido, ni siquiera de como es que ella llegó a su lado o quién de los dos acompaña a quien. Al mismo tiempo, piensa que pueden ser como esa pintura frente a ellos; solo están ahí y cada uno puede tener sus circunstancias, no importaba si eran compatibles entre ellos para hacer una armoniosa compañía o solo arruinarse la noche mutuamente. Asintió finalmente, no porque esté totalmente de acuerdo con ella, pero de algún modo entiende cómo es que ella ha llegado a esa conclusión. No, no he tenido un buen día. Algo en todo el conjunto de palabras que suelta después de eso tensa cada uno de sus nervios a la velocidad lenta y suave con la que ella las dice. Acalambra su cuerpo entero. Sus expresiones están cargadas de un matiz de melancolía, confusión y abatimiento que por alguna razón no puede solo evadirlas esta vez, por más que lo intentase. Y es que algo en todo ella, sus palabras, su voz, su sola presencia, encaja perfectamente en algo que para ser sinceros, ha estado evitando. No lo quiere, pero no puede tampoco hacer nada al respecto. —Cuando me dices cosas cómo esas…-, su voz aun es perezosa, sin ganas, pero hay una intención clara de continuar con esto. —Te escuchas como tú madre-, nada ha cambiado a su alrededor, salvo por el hecho de que ahora parece que Garry hubiera estado ahí consciente todo el tiempo. —Mi querida Hannity...-, los cascabeles de su máscara sonaron cuando gira la cabeza para encontrarse nuevamente con el rostro de ella. Lo que fuera que Hann haya hecho o dicho, lo saca al fin del ensimismamiento en el que se ha sumergido para sobrellevar la velada. En un atrevimiento estiró el brazo hacia ella, el mismo dedo que trazó la pintura frente a ellos ahora intenta dibujar los pliegues de su vestido, sin atreverse a rozar su piel. Hannity ahora es tan traslúcida que ha sido difícil encontrarla nuevamente entre todas estas realidades en las que se mueve su mente. —Se ha hecho tan de noche en este mundo Hann...-, pero antes de poder terminar lo que quiere decirle, Hannity desaparece del campo visual que le permite la máscara del viejo sapo de alquitrán embarnecido. Los engranajes chillán estrepitosamente, es lo que hacen cuando se desborda el contenido que cuidadoso se ha puesto en un recipiente de cristal, lo que sea que esos delgados muros sostienen, se esparce y se filtra entre las piezas que hacen funcionar al brujo. Y en un solo parpadeo, tras la sensación que deja haber perdido de vista a Hannity nuevamente, aparecen un puñado de personas de pie a su alrededor, todos sin máscaras a diferencia de los invitados de la fiesta y con una apariencia desagradable. Ellos no lo observan a él, si no que sus miradas sin vida observan algo más allá que Garry simplemente no puede ver; sólo a Bel y a Hannity abrazadas. Todas esas personas que aparecen son las que le describen a su manera, en susurros a su oído, lo que sucede ahí afuera, con Hann y Bel encontrándose de nuevo después de tanto tiempo. Cada uno de ellos se encarga de colocar de nuevo una idea, un contenido, en el recipiente de cristal que se había derramado. Si él quisiera podría reconocer cada uno de los rostros; sus nombres, sus edades, sus fechas, y su causa de muerte. —¿Quién es Cillian Ryddleturn?-, dice Charlotte, su última. —Un amigo-, responde, o tal vez no lo hace, los chirridos están ahí de nuevo y no es capaz de escucharse a sí mismo. —¿De verdad?-, ella arrugó la nariz, pero su podrida piel del rostro no tiene el mismo efecto de culpa en él que antes. Está apenas temblando cuando todo termina. —Parece que el tiempo no ha pasado sobre ti-, arrastra las palabras en dirección a Cillian. En algún momento comenzó a desplazarse hasta quedar cerca de Bel, los cascabeles de la máscara sonaron nuevamente cuando baja la mirada pálida de su rostro que busca la mano de ella. Engancha su puño en el índice y medio de Bel, y aprieta sin muchas fuerzas antes de soltarla. —Que...particular-, ahora sus ojos detrás de la máscara se prenden al rostro del rubio, tan intacto que casi dan ganas de estropearlo. @ Hannity Ollivander Evans @ Rory Despard @ Cillian
  6. G. Finalmente consiguió cruzar la senda que lo separa de todo aquel bullicioso espacio hasta la galería donde se exhiben las obras de arte, allá donde aún se escuchan los brindis tras anunciar la primera donación (que casualmente está hecha bajo el nombre de la familia) y la música y el festejo se avivan. Por supuesto que no tiene ni idea de dónde es que Hessen ha sacado tal cantidad de galeones para esto, si bien la administración de la heredad y los negocios (al menos los que a él le pertenecían) estaban mejorando, un descuento de esa magnitud en la bóveda familiar era significante. Está casi seguro que a Evans no le hubiera hecho tan feliz que el dinero de la familia se invirtiera en otra persona que no fuera Hannity y, ciertamente, a él tampoco le importa mucho el valor monetario de la donación pero, de haber gastado cien mil galeones, bien hubiera preferido invertir en esa reliquia que encontraron en el aparador de un engañoso local en Diagon en lugar de las consecuencias de esta guerra. ¿O para qué han dicho que era este evento? La galería de arte es un lugar mucho más tranquilo, se imagina que puede pasar el resto de la noche rondando por ahí, no piensa que algo mejor pueda pasar en estos lugares además. —Me gustan estas cosas…-, ella, la mujer que lo ha acompañado hasta ese lugar, apenas lo alcanza cuando se detiene frente a una obra que fue, según la ficha de información, elaborada por un autor desconocido hace aproximadamente treinta años. —…Porque cada una, en su mayoría, tienen significado propio. No son predeterminadas y tampoco tienen una razón específica-, ha hecho el intento de seguir con uno de sus dedos mullidos uno de los trazos de la pintura. —El autor las pinta desde lo más profundo de su mente, de su corazón o pensamientos, las plasma, las crea, no desde cero, si no de algo que ya existe, aun si es algo horrible-, esta idea es ambigua, cree que puede explorar más en ella, pero no lo hace solo porque pensar en eso, ahondarse, es demasiado esfuerzo ahora. —Y eso igualmente está bien y es casi seguro también que, no importa cuánta similitud exista, nunca habrá dos interpretaciones iguales. La pausa es obligatoria, se ha cansado casi de esta charla. —Este lugar, este evento, es algo como esto, ¿no crees?-, tras la máscara consigue hacer un feo gesto, no es de disgusto, es solo el intento de disimular que la máscara se le resbala. —La obra de los Moody-, parpadeó detenidamente, se da cuenta que lo que dice no tiene mucho sentido tal vez, pero no sabe como hacerlo mejor. —¿Qué nombre tendría una cosa así? Desvió su atención un momento cuando otro estruendo musical los alcanzó hasta donde están. Suspiró con abatimiento, hace mucho tiempo que no escucha de una buena música. Luego volvió, pero se detuvo esta vez en la bruja que ahora tiene a su lado. Es como si ella hubiera estado ahí siempre, pero aunque lo siente así, no lo cree posible. —Entonces, ¿cómo estás?-, retoma la conversación como si no hubiera estado hablando con ella todo este tiempo. —Es lo que quieren saber las personas, ¿no? Son las cosas que dicen; ¿cómo estás? ¿has tenido un buen día hasta ahora?-, es su mejor intento antes de volver su mirada insípida a la pintura, aunque no parece más atento en ella, si no en la niña a su lado. —Te diré que…si me dices que no has tenido un buen día…-, vaciló. —…Tampoco puedo hacer nada para mejorarlo-, de eso estaba seguro. @ Hannity Ollivander Evans --- -- - -- --- H. Levantó la copa ante el saludo del maestro de ceremonias, y agradeció los aplausos que lo rodearon con el mismo gesto. Pero detrás del antifaz se las ingenio para mantener una sonrisa elocuente e intentaba a toda costa no escupir el licor que había ingerido momentos antes tras escuchar tan exorbitante cantidad de galeones. Si no estuviera tan bien entrenado para saber controlar cada una de sus reacciones, no hubiera conseguido toda esa gracia a la que recurre para recibir el vitoreo. Por supuesto que tenía una razón más para evitar a su Ollivander por el resto de la noche. Para su suerte, el momento pasa pronto y no hay rastro de Grell cerca. Y la atención de los demás invitados ha vuelto con normalidad a sus charlas. No cree que le sea tan importante a Garry de todas formas y ahora en mente solo puede pensar en conseguir encontrar a los anfitriones para -agradecerles personalmente- tal reconocimiento. —Darla Potter-, su voz melosa se escuchó apenas por encima de la música y el murmullo de las conversaciones a su alrededor. —Claro que es usted, podría reconocerla aun si cubriera todo su rostro-, esto si que era una mentira, pero se inclina a que solo ha tenido suerte en saber reconocer a Darla por la esencia sobrehumana de ella. —Hessenordwood Crouch, ¿me recuerda?-, se había acercado hasta su grupo casi sin darse cuenta, pero es agradable finalmente encontrarse con alguien conocido, aunque casi es algo solo de vista. —¿Qué tal esto? Diría que me sorprende encontrarla aquí, pero después de ver a la ministro de Francia abriendo la gala con el primer baile de la noche pues… supongo que podría esperarse lo que sea de este evento, ¿verdad? No acostumbra tanta formalidad como si estuviera trabajando, o más bien era que en América no eran tan comunes, aun en fiestas tan sofisticadas, las pronunciadas reverencias ni los besos en el dorso de las manos. Aun así, usa el mayor encanto para saludar de modo más formal y educado a su manera, a las personas que estaban con Darla, no era un gran grupo tampoco. A Luna Gryffindor le conocía de vista, de algún periódico amarillista local difamando en escandalosos títulos la reputación del cuartel auror en estas épocas bélicas. Del otro muchacho no sabe nada, pero fuera quien fuera, para su gusto, no se ve nada bien a lado de Darla. De igual manera saludó a ambos con un firme asentimiento y una generosa sonrisa. —No piensan quedarse aquí toda la noche, ¿o si?-, la sonrisa de Hess iluminó su rostro de manera divertida aún llevando el antifaz negro y gris. —Por su puesto que no. Vea en esa dirección, Darla, la mesa de póker es atractivisima, y además...-, se acercó más a ella para casi murmurar a su oído. —Dicen que los más silenciosos son perfectos para engañar a los más distraídos-, le guiñó al muchacho de Darla y después le sonreía a ella con cierta complicidad, el niño no tenía la pinta de ser muy conversador de todas formas. —Y ahí está también, pues, ah, todo lo demás-, señalaba distraídamente hacia cualquier dirección mientras volvía a intentar probar la bebida en la copa. @ Darla Potter Black @ Luna Gryffindor Delacour @ Danny Lestrange
  7. ¿Qué clase de sentimientos tiene la casa por él? Ha caminado en silencio todo este tiempo, tan aparentemente más concentrado en la tarea de buscar el estudio y dar con sus ropas, asentía comprensivo pero iba interesado en escuchar el sonido de la voz de Rory sobre la lluvia que el verdadero contenido de sus palabras. Pero a su alrededor, a lo largo del pasillo, las habitaciones de la casa aparecen y desaparecen con más frecuencia a la que está acostumbrado, sobre todo en aquel primer piso, es sin duda un comportamiento inusual del edificio y aunque Hess se mantiene tranquilo no puede evitar extrañarse por esto. ¿Tendría algo que ver todas estas preocupaciones de las que Rory le habla? Podría ser que sí, y es que, para ser honestos, él no ha pensado antes en qué clase de sentimientos o reacciones (si es que ese fuera el caso) pudiera haber desarrollado este lugar por algo como lo que en realidad era Hess; tan compuesto de algo más oscuro y siniestro, más descompuesto, de lo que pudiera estar habitando aquí. En su lógica, no era posible corromper algo que estaba inicialmente fabricado por corrupción. Su historia con la casa de los Ollivander es distinta a la que Rory le cuenta, es muy probable que también sea diferente a la de Bel Evans o la del mismo Garry. Él fue aludido por toda esa oscuridad ilícita concentrándose ahí , fue convocado por lo inmoral a aquello que se resguarda en su interior, fue naturalmente invitado por los demonios de esta y otras vidas a esta casa para terminar de saldar cuentas con cada uno de los que le habitan, aun si todas se las cobraba a la única persona que queda en ella. Es de ese modo a cada lugar al que va, a lo largo de su vida, durante cada una de ellas. Por lo tanto Hess no se siente un extraño dentro de esta casa, más bien considera que, sobre todas las cosas que puedan decirse de él, es requerido aquí. —Yo no creo que este lugar tenga sentimientos, señor Despard-, respondió casi de una manera automática, es de poca buena gana, como si fuera una respuesta predeterminada para evadir a los curiosos que desean meterse con la propiedad de Ollivander. Las últimas palabras con las que Rory describe el sentimiento que le produce este lugar no lo hacen sentir mejor tampoco, no ayudan en absoluto a toda esa clase de pensamientos que la conversación del pelirrojo ha desatado en su cabeza. Pero debe recordar que solo es Rory quien camina a su lado y está, de algún inexplicable modo, convencido de que, entre todas las posibilidades que existen, hacerlo sentir mal por ser un ente conformado de oscuridad, como lo que cree que es la residencia de los Ollivander, no sería una práctica propia del predicador, ¿cierto? Es más, ¿qué importaba lo que pensara Despard de él de todas formas? No era más que un encantador -no, no, encantador no- religioso ahogado en su propia moral, atrapado en esta comunidad de magos y brujas tan encaminados todos ellos a las tentaciones. Rory Despard no era una excepción para sucumbir ante ello. —Lo que quiero decir es que... a mi me parece que este sitio solamente devuelve un poco de lo que es capaz de recibir-, apenas se voltea para dedicarle una nueva sonrisa a Rory, por si no ha tenido suficiente de eso. —Es como un recipiente que, en cualquier momento, proyecta algo en respuesta a quien le habita-, sus pasos no se detienen y se asegura de, con toda intención, desviar a Rory de la puerta marrón de apariencia podrida que aparece casi delante de ellos. Ese camino ya lo conoce. —Al final, no es lo que este edificio siente por ti, si no lo que sientes tú cuando estás aquí-, que ganas de ver ahora más que nunca el rostro de Rory. —Sin embargo, es que se han guardado tantas cosas aquí adentro, en estas habitaciones, tantas partes buenas y malas de todos ellos, que termina por contaminar todo lo que llega después, en lugar de hacerlo parte de ella o de regresarlo intacto-, negó apenas para sí mismo, no estaba bien sentir compasión, eso lo tiene atrapado ahí ahora. Sus pálidos ojos fueron recuperando color, un bonito azul rey se reflejó en su rostro cuando un muro se cerró ante ellos y un portón blanco se manifestó impecable. Hess le contempló detenidamente, sin devolverle esta vez la mirada a Rory. No está seguro de a que habitación llevan estas puertas y aunque podría decir con toda certeza que hasta el día de hoy no había imaginado sentir estos temores de los que Rory le habla, ahora no está tan convencido de querer abrir este camino. —Se necesita de mucha convicción para poder mantenerse de pie dentro de esta casa, señor mío-, le responde mientras se adelanta un par de pasos, a pesar de que en algún momento se esforzó por mantener a Rory a su lado. —No siento esos temores de los que habla-, sonreía confianzudamente, existe también algo oscuro en esa sonrisa. —En todo caso, casi siento pena por los que vienen aquí y se extravían dentro de ellos mismos-, observó por última vez de reojo a su compañero. —A los que vienen y temen a lo que piensan y sienten y se lo dejan a este lugar, estancándolo más en la miseria-, esta vez es casi un susurro para que pueda escuchar el sonido del picaporte al abrir, también parece algo que ha dicho involuntariamente. El par de puertas se abrió de golpe y delante de él, lo que ante su sospecha había sido un salón embrujado por un antepasado de Geraint, se transformó en el pequeño estudio que Hessen ocupa en la casa para hacer la contaduría. No será él quien llevará a Rory a esta locura, no por voluntad propia. Aunque eso no dependerá siempre de él.
  8. Grelliam Ollivander —No-, respondió sin ganas. —A nadie-, y repitió sus palabras. Los ojos del brujo se apagaron aún más tras de la máscara con el reflejo de ella, apaciguaron cualquier sentimiento que pudiera haber sido capaz de proyectar antes, y del par de colores pálidos solo quedaba una sombra, tan descolorida como el hombre. La figura delante de él era irreconocible, aun si no tuviera el antifaz cubriendo su rostro Garry no cree que pueda saber quien es y, ciertamente, está convencido de que ella tampoco sabe quién es la persona que se encuentra detrás de la máscara del viejo sapo que cubre su rostro. Está seguro porque, de saberlo, quizá no quisiera estar ahí ahora, no con él. Aún así, se queda quieto ante su presencia. No le ha mentido, no espera a nadie, a nadie desde hace mucho tiempo y, sin embargo, ahora podría aparentar que sí. Pero con todos esos ruidos y luces a su alrededor, con todas esas personas que vienen y van de un lado a otro admirando el festín, con toda esa droga recorriendo rápidamente sus sistema inmunológico, no es del todo capaz de sentir realmente a la persona que está frente a él. Y debe disimular, debe nuevamente aparentar que no está hablando con otra alucinación. Garry asintió apenas a la joven mujer, como una especie de despedida discreta, en un movimiento que solo se percibe por el sonido de los pequeños cascabeles que cuelgan de las orejas a la máscara del viejo sapo (¿había estado eso ahí siempre? supone que es cortesía de Hess) y sin más comenzó a redireccionar sus pasos hasta la galería de arte. Aunque hubiera preferido ir al lago. —Tal vez podrías venir-, ahí, a estar con él, quiere decir, pero lo suelta como si se lo dijera a cualquier persona que hubiera sido capaz de escucharlo, aunque con tanto ruido a su alrededor lo encuentra difícil. —Digo, solo en lo que aparece alguien con quien puedas estar-, no la esperó tampoco y sus pasos lo llevaron por un camino diferente al que lo lleva encontrarse con ella. Esa mujer que apareció de pronto no le ha dicho algo verdaderamente significativo, pero aún así, escuchar el sonido de su voz remueve algo que no es bueno, ni sano y no está seguro de quererlo ahora. —Tu estás…-, se escucha complicado al hablar de nuevo cuando encuentra bloqueado el camino hacia la galería por un muchacho de cabello rubio. —...estorbando el paso-, arrastró con solo algo de torpeza, se oía suave, casi gentil, pero apuntaba con insistencia el camino ocupado entre personas, elfos y él. —Si vas a hacer algo, deberías comenzar pronto-, inicialmente insinuaba que se moviera de ahí. Y apartó la mirada lo suficiente al piso para no tener que encontrarse con el rostro de la otra persona, ni el de él, ni el de ella, por mucho tiempo. @ Hannity Ollivander Evans @ Mael Blackfyre ... Hessenord Crouch El encuentro entre los Ollivander fue casi bueno, quiere creer, aunque sí agradable de presenciar, aún si no es parte de eso o si no resultó tan emocional. Casi es (muy casi) como la primera vez que les conoció, justo a ellos dos, juntos, sin mencionar toda esa oscuridad, sangre y cuerpos sin vida a su alrededor, no, esta era una mejor perspectiva de lo que en realidad pudieran haber sido de no ser corrompidos. Y está más o menos conmovido por eso. Además, Hess sabe reconocer que si alguien pudiera entender mejor el comportamiento de Garry esa era Hannity, a quien reconoció detrás del antifaz solo por los rastros de la maldición que sin quererlo realmente pareció adoptar de esta versión de su padre. Sin embargo, a estas alturas de la noche no sabe si el muchacho en el que ha estado trabajando pueda mantener su memoria completamente funcional. Así que apuntará al modo en como se queda quieto -inofensivamente- a que todo estará bien mientras Hannity no remueva mucho en la mente del brujo. Confía también, en que la niña podrá tratarlo bien aun si se vuelve...extraño. Podía relajarse un poco entonces y llegar a tomar algo de este lugar. Haciendo bien las cuentas, realmente no hay tantas personas como hubiera pensado en primer lugar cuando Evans le habló del evento, -No lo sé señora, ¿y si desconoce y muerde a alguien?-, se refirió al Ollivander, aunque Bel no pareció encontrar divertida su broma. Y por supuesto que había sido también una buena oportunidad para él, y no lo dice esta vez por el negocio, si no que relacionar a Grell con todas estas personas era un buen intento para encontrar un rastro, una guía, la más mínima, que pudiera haber de aquella alma que había terminado no solo de contaminar el cuerpo del brujo, si no también gran parte de sus tierras. En un lugar como lo era Ottery esa oscuridad podría haberse escondido donde fuera, con ayuda de Despard había hecho un avance de ese trabajo, pero todo eso podría pasar fácilmente desapercibido dentro de este lugar, incluso tras cualquier rostro elegante de buenos modales con el que ni el nervioso predicador ni él hubieran podido dar hasta ahora, y la sensibilidad que el licántropo había desarrollado por ella resultaba útil, aunque difícil de interpretar algunas veces. Es por primera vez entonces que baja las alarmas y le echa un buen ojo al lugar, no hay mucho que ver ciertamente, o al menos nada que pueda llamar sorprendente, a pesar de los lujos y la impecable programación. Aun así es agradable estar ahí, como volver a casa, aunque casa era hasta ahora un lugar tan desconocido como este, lleno de personas irreconocibles, donde debe comportarse como no quiere ser. De algún lugar toma alguna bebida a la que no le pone mucha atención, tampoco tiene muchas ganas de beber ahora, y se envalentona finalmente, con algo de suerte puede pasar el resto de la velada como un invitado y no como un servicio de compañía. @ Rory Despard
  9. Quintel Guillam El grupo, en su mayoría, está conformado por personas conocidas, aunque sea de vista, lo sabe cuando las ve finalmente descender de sus escobas, ha compartido otras clases con algunos de ellos, por lo que se siente solo menos desconfiado, aunque ciertamente Guillam no era tampoco alguien tímido. Al igual que todos, luego de dejar su escoba sobre el terreno, se unió a la conversación sentándose junto al grupo sobre el césped, al niño le había parecido bastante fresco este método menos informal al que estaba ya casi acostumbrado por Whisper de llevar una clase. Comienzan entonces con un ejercicio que deja pensando distraídamente al joven brujo, primero en cómo esto puede ayudarlos a obtener esta maestría en escoba, después se enfoca en prestar atención, a Gryfindor porque de ese modo explica mejor qué es lo que le interesa saber y, al otro brujo, porque lo que ellos cuentan sin duda parece tener más contenido y experiencia de lo que él podría hablar. La historia de él es aún más simple que eso. Supone. —También tomé clases de vuelo en el colegio, en el Ilvermorny-, comenzó cuando su turno llegó. —Solo volaba durante las prácticas de la clase, no había oportunidad de hacerlo en otros horarios o fuera del colegio-, habitaba un conjunto urbano nomaj, eso lo hacía guardar su escoba todo el verano durante las vacaciones. —Tampoco participé mucho en los equipos, torneos o competiciones que se hacían en relación a volar escobas-, no es que no le gustara, solo habría tenido otro tipo de intereses entonces. Malamente. —P-pero me castigaban a menudo-, se apuró a decir. —Y parte de eso implicaba ensuciarse las manos un poco dándole servicio y preparando las escobas para las clases de vuelo de primero, segundo y tercer año, ¡ah sí!, y para los equipos de deportes-, sonrió satisfecho, casi con orgullo. —Así que se puede decir que aprendí más de las escobas limpiándolas que volando en una-, concluyó. Resopló una risa, recordar todo eso, que no había sido hace tanto tiempo, había provocado que sintiera, ahora más que antes, las ganas de volver a subir a su escoba. Su mirada se paseó por el campo, casi pudiendo imaginarse una trayectoria de vuelo libre por ese cielo ahora despejado de nubes. Al final guardó silencio cómo los demás esperando por la respuesta que faltaba de @ Juv Macnair Hasani .
  10. —Ya veo-, casi murmuró, aunque pareció más bien detenerse a cavilar en la respuesta de Potter Black. —Es una pena que no haya un parentesco como tal. Pero, igualmente, si, esto le pertenece-, por alguna razón, el desconocimiento de la bruja acerca de la vidente pareció desencajar en algo. Hess tiene algo de mala experiencia con los brujos videntes, pero no había perdido por eso el interés en ellos, por lo que pensar que no habría realmente quizá alguna estrecha relación entre Darla y madame Southeil era solo algo desalentador. Sin embargo, si es que pudo haberse desanimado con su respuesta, el demonio lo disimuló bien, y se mantuvo impecable, después de todo Darla se había presentado como un personaje de carácter sobresaliente. Quizá algo mejor que una descendiente de vidente. Hasta este momento habría dicho que aun era muy pronto para asegurarlo también, sin embargo, el efecto que la mención de los edictos provoca en Darla es inesperado, aunque igualmente bien recibida, y por ende llama sin querer su atención dejando al mago mucho en que pensar, sobre todo en el parentesco tan directo que sabe que existe ahora entre esta persona, Darla, y la ministro de magia actual. Habría que guardar esta idea también en un block de notas para descomponerla después. Por ahora, lo mejor para él y el rumbo por el cual su negocio se estaba inclinando era el mantenerse firmes, pero al margen de los asuntos que embarraba a todos en estos conflictos políticos que tenían al Ottery sumergido en una neblina espesa de malas decisiones; cualquier movimiento, cualquier mal paso podría resultar gravemente significante. Y él no quiere ensuciarse las manos innecesariamente. En todo caso, prefería mantenerse abajo, observando, solo por si, de todo ese desastre, caía algo que valiera la pena ser atrapado. Darla en cambio se mostraba con esta personalidad enigmática escondida entre bonitos gestos y movimientos suaves de los que Renzo a menudo le advierte, de los que a menudo él mismo acude para saquear algunos bolsillos torpes, y la convertía rápidamente en alguien con quien, lo recomendable, era moverse cuidadosamente. De cualquier forma, tampoco se sentía en peligro. —Por supuesto que puede intentar obligarme a decírselo, Darla, si eso es lo que quiere-, sus ojos, que se habían detenido un momento donde sus manos se juntan volvieron al rostro de ella, a sus ojos de astuta mirada que sin ser legeremante puede interpretar como sugerente, que podría llevarlos a algo más que la razón que los había traído ahí originalmente. Eso era bueno, porque podría de algún modo llegar a establecer un vínculo con la Potter Black menos externo. Era conveniente. Lo malo era, que no está seguro de que Darla entienda como es que realmente funcionaba esto. —Pero le aseguro, mi señora...-, él palmeó, con la mano libre, sobre el dorso de ella y le dedicó esta vez una sonrisa más cómplice. —Le aseguro que soy extraordinariamente difícil de persuadir-, no era del todo una mentira, pero solo habría sido necesario encontrar la persuasión correcta. Lo que pudo haber dicho después de eso quedó a medias con el estruendo que sacudió los vidrios de la habitación. Hess se mantuvo en su sitio, aunque si tuvo que soltar la mano de Darla para poder asegurar que el maletín no volcara y botara sus cosas por todas partes de la biblioteca. Aunque desconcertado por lo que sucedía el demonio le dedicó a la bruja una mirada casi divertida, pero igualmente sorprendida. El anillo contra oídos indiscretos que Darla había activado hacía tan solo unos minutos los protegía a ellos de que alguien más fuera capaz de detectar su conversación ahí adentro, no obstante, la magia Uzza no pudo hacer mucho para detener los gritos provenientes de afuera. ¿Qué sucedía con King Cross? bueno si, Hessen había leído las noticias de esa noche, al día siguiente tampoco se dejó de hablar de eso por todas partes, ni al siguiente, incluso él había dado su propia versión de los hechos al patriarca de los Ollivander, por ocupaciones del trabajo no se había ni detenido cerca del lugar para ver en qué estado había quedado reducida, para asegurarse de que las noticias no habían dramatizado el escenario, pero ¿qué estaba pasando entonces con la recuperación de la estación? Quien quiera que fuera la autor de la situación de allá afuera, no parecía estar, ni tantito, satisfecha con esa idea. —¿Esta todo bien?-, preguntó a Darla finalmente, solo para asegurarse de que no había sido afectada por los gritos de afuera. Ni por el ruido, ni por el contenido de las palabras. Él no podría saber tampoco si era alguien que ella reconocería o no. Era difícil con estas familias tan grandes que vivían en el Ottery. —Puedo entender si necesita ir...a revisar-, se mantuvo tranquilo a pesar de lo muy poco conforme que se siente hasta ahora. Por otro lado, firmado o no el documento, ha cumplido con entregar el encargo de Southeil. @ Darla Potter Black
  11. Jarrito y Jess —Solo dale las llaves del auto-, —L-lo que estoy tratando de decir es que…-, Hess se movió lentamente alrededor del elfo, como si estuviera acechando, o solo inspeccionando detenidamente. —¿No es muy pequeño para conducir? Es decir, ni siquiera parece tener la estatura de un elfo promedio... —Hess-, siseó. —Podría moverlo yo si me indicara donde estacionarlo-, insistió. Pero entonces el Ollivander comenzó a caminar nuevamente hacia la arcada, y él ha dicho que se quedarían juntos ¿no? bueno, no era una promesa tampoco. —Escucha mi pequeño amigo, qué te parece si lo hacemos de este modo…-. tratar de convencer al elfo de dejarlo hacer la tarea de aparcar el vehículo en el lugar correcto parecía lo más importante ahora, y no es que fuera un auto lujoso, o que despreciara a la criatura que solo busca hacer su trabajo como es debido, pero a éste coche, en particular, Hessen le tiene bastante aprecio. Y, de todas formas, este elfo era demasiado bajo de estatura. El otro brujo, en cambio, no se quedó a ver la discución y, a pesar de que sus pasos son arrastrados y detenidos, accedió sin problemas a través de la recepción con el apellido familiar del otro, encaminándose (en lugar de solo evitarlo) hasta donde los invitados comienzan a amontonarse rápidamente en grupos de cantidades casi alarmantes. —Son...tantos-, masculla débilmente detrás de la máscara, no es capaz de reconocer totalmente a ninguno de ellos, en primera porque, casi como él, sus rostros están cubiertos por antifaces. En segunda, porque realmente no quiere reconocer a nadie ahí, aun cuando podría asegurar que hay personas moviendose a su alrededor que se sienten como una paramnesia. Los anfitriones de la fiesta aparecen tan pronto como los invitados comienzan a acumularse en la recepción y al igual que todo ahí son impecables con sus entradas. El muchacho que se detiene a recibirlos en un saludo, y se mantiene demasiado cordial en todo momento, debe ser Richard Moody, a éste sí que pudiera reconocer, aunque no recuerda si alguna vez se han visto las caras en persona, está al menos seguro de que, en más de una ocasión, a Bel Evans se le ha de haber escapado hablar de él. Aunque justo ahora no tiene la apariencia que Garry hubiera imaginado con todas esas ideas de Bel. La música que acompaña el recibimiento del brujo Moody apareciendo tan inesperadamente (para él) lo desorienta y, aun si es suave y gentil al oído, no lo deja pensar nada concreto sobre la otra persona que sale casi detrás del anfitrión. Catherine. En cambio, su mente se pausó por segundos que se sintieron pesados minutos con todas esas charlas haciendo murmullos a su alrededor, con esas brillantes luces de todo tipo de intenciones, con el vaivén de los invitados y elfos que corren tras ellos para atenderlos. —Si no viniera contigo diría que eres parte de la decoración de este lugar-, la voz de Hess, que es más familiar, funciona bien como un ancla. —Mírate, todo quieto ahí como una estatua. Una muy terrorifica estatua. Bueno, en todas las fiestas hay algo que nunca sale bien de todas formas-, Hess palmea nuevamente su espalda para terminarlo de despertar. Por lo pronto que han vuelto a reunirse Garry asume que, a pesar de lo persuasivo que pudiera el Crouch ser algunas veces, simplemente no ha conseguido esta vez convencer al elfo de la entrada. —¿Cómo dices que llegamos aquí? —Bel Evans, —Ah, si, —Bueno, señor mío, esto es una fiesta, por si no recordabas como eran-, el demonio, que no es mas alto que él, pero que en esos trajes de gala lo hacen parecer que si, observó con satisfacción su alrededor. —O por si nunca has estado en una de ellas-, se burló. —Así que...no te quedes aquí, ve a… curiosear un poco por ahí-, hizo el ademán de ahuyentarlo. —Y recuerda; debes hablar en voz alta si quieres que las personas te respondan-, este último quizá no fue el mejor de sus consejos. Desde luego, Garry no dice nada, pero pudo sentir como su cuerpo vibró y escuchó el desagradable ruido de su naris aspirando con fuerza antes de desplazarse por entre los invitados como si hubiera querido llegar a intervenir en alguna conversación ajena o desviarse por los pasadizos hasta la galería de arte. Hess imagina, cuando Grelliam pasa de largo a otro grupo de elfos que buscan darle algo de buen servicio, que el lago es su objetivo principal. —¿Esperas a alguien?-, lo escuchó decir antes de que pudiera perderlo de vista. Su voz se escucha diferente debajo de esa máscara. Hessen solo asintió en respuesta, con una buena sonrisa en su rostro. @ Hannity Ollivander Evans
  12. Good God, let me give you my life (8)

    1. Hannity Ollivander Evans
    2. Hessenordwood Crouch

      Hessenordwood Crouch

      ¡¡La hijaza!! –le daba mucho apapacho- muuak 😘

  13. Garrito & Hess Está extraordinariamente cansado, así como cualquier otra noche, se siente adormilado por el ronroneo del sonido que hace el auto al volar por los cielos nocturnos de Ottery, cada uno de los sentidos adoloridos, con la mente entumecida bajo los efectos de un medicamento que se supone, irónicamente, lo ayudan para no quedarse dormido en cualquier momento, pero que lo vuelve de pronto incapaz de saber con certeza si todas esas estrellas que puede ver a través de esos cristales nublados son parte de un extraño sueño o de su realidad. Esa droga tampoco le está ayudando a terminar de entender porque está asistiendo a un evento de caridad, aun si los anfitriones eran algunos estimados Moody. Todo esto le está llevando demasiado esfuerzo y disposición de su parte y, para ser sinceros, no quiere hacerlo. Hace mucho tiempo que no sale de noche, no fuera de las tierras que lo cuidan en casa, ni cuando no hay luna llena sobre el cielo, se limita raras veces a contemplar sin ganas la oscuridad y el misticismo de la misma a través de alguna ventana embrujada de la sala o la cocina. Pero hoy ha hecho una excepción, y no es necesariamente por los damnificados de esta guerra mágica que, por mucho, no le interesan ahora. Puede sentir en el cuerpo cuando finalmente el auto comienza a descender suavemente, -Es ahí abajo- escucha la voz a lo lejos, pero es la persona que conduce, la misma que le invita a echar un vistazo por la ventanilla del coche para contemplar desde las alturas todo el espectáculo que se ha montado donde debería estar el hogar de los Moody. El auto aterrizó luego de unos minutos de sobrevolar los terrenos de la familia, quedan aparcados a los alrededores del lugar donde se lleva a cabo el evento, pero lo suficientemente cerca del acceso principal para que no le de tiempo de retractarse. Aunque es inevitable luego de casi hora y media de vuelo. —¿Cuál es la posibilidad de que me regreses a casa si me siento arrepentido de esto?-, solo pensar en la pregunta es agotador. —Ah, pues…-, realmente pareció que se lo estaba pensando. Pero ambos saben que no lo está haciendo. —Ninguna, ya bájate del auto-, Hessenord fue contundente con su respuesta, como lo es siempre, y aun así Garry se deja caer perezosamente sobre el espacioso respaldo del asiento trasero del coche, cerrando los ojos con tanta fuerza, con toda la intención de quedar inconsciente por tan solo el esfuerzo de querer estarlo. —Anda, toma esto, te gustará-, el frío de la noche lo alcanza de golpe cuando la puerta del coche se abre con toda la fuerza que es Hessen, y hace que la sonrisa del demonio sea casi irritante, pero de todas formas curiosea el artefacto que le entrega. Es una máscara en lugar de un antifaz, está fabricada con algún material rugoso y espeso y tiene la apariencia de un sonriente rostro antropomorfo de alguna especie de sapo anciano, ella cubre todo su rostro cuando se la coloca encima, a excepción de sus ojos. —Tienes algo bonito ahí, hay que sacarle provecho, ¿no crees?-, dice el demonio mientras busca en el asiento de enfrente los abrigos que luego cuelga en su antebrazo. —Y...¿cómo me veo?-, Grell lleva puesto un traje de colores pálidos y grises como lo es el mismo brujo, no hay nada en todo el conjunto que resalte o que le de un aspecto llamativo, ni siquiera en la fea máscara con la que cubre su rostro. Hessen casi se siente arrepentido del obsequio, pero al menos así luce solo algo más animado de lo que puede con la cara desabrida que carga siempre. —Espectacularmente con vida, mi amigo-, por alguna razón Garry le creyó. —Ten esto también, nah ah-, le advirtió con una mirada transparente. —Es solo si lo necesitas-, y finalmente, casi de mala gana le entregó también la petaca que Garry ocultó en un bolsillo de su peculiar abrigo de gala. —Creo que la necesito ahora-, pudo escuchar la risa de Hessen, pero no pudo ver su rostro. Mejor no probar suerte todavía. —Vamos, yo estaré aquí, contigo-, le empujó apenas con media palmada en la espalda. —Y con algo de suerte, no llamas la atención de nadie con esa horrenda máscara-, Hess en cambio se embrujaba el rostro para colocar un antifaz que le cubría lo claro de sus ojos azules y le indicaba el camino hacia los mostradores en el recibidor.
  14. No le preocupa la lluvia, ni si es provocada por algo, alguien, o si es solo un efecto natural del clima. No le interesa si cae incluso un maldito diluvio y los ahoga a todos o solo estropea los jardines de la casa. No, es solo que la lluvia lo hace pensar, o mejor dicho, recordar cosas que, definitivamente, no debería, mucho menos en un lugar tan horrible como lo era el hogar de los Ollivander. Y es que la lluvia le recuerda a la muerte. No a la muerte en general, si no a la suya. Y estando ahí, acorralados por ella, es tan difícil solo ignorarla, aun cuando todo este tiempo ha redoblado esfuerzos para que esto no le ocurra a él. No ahora. Pero esa es una cosa que hacen los humanos algunas veces, recordar a través de olores y sonidos. El demonio agradece que su vista sea tan mala para no dejarse llevar por todo lo que una simple lluvia provoca en el hombre. La mirada pálida del mago vuelve a Rory cuando este comienza a hablar de nuevo, con ese modo (indescriptible hasta ahora) que no ha visto en ninguna otra persona, solo Rory y que, por supuesto, lo que dice, más que el contenido, es el cómo lo hace lo que mantiene abiertamente la sonrisa. Es una diferente a las que acostumbra a dar a cualquiera, esta es de verdad, de legítima diversión, sin preocuparse de mostrar la cuidada dentadura. Y, bueno, pensar en Garry intentando hacer las cosas de las que Rory está hablando también es divertido porque es difícil no imaginar al patriarca de Ollivander tratando de treparse a una cama y no quedarse dormido en el proceso. Si él estuviera haciendo -eso- con Grell, no quisiera estar en el lugar de la señora Evans en ese momento. Aunque siendo sinceros ella no parecía tampoco tener disposición a nada. —No me importa la lluvia-, dice tranquilamente, con un gesto tan suave en su rostro para que Rory le crea. Está totalmente conmovido, algo de lo que hace Rory en ese modo de conjurar Santos para el bien de los demás tiene a Hessen encantado, quizá, desde la primera vez que lo ha escuchado hacerlo, aunque no fuera para él. Pero esta vez sí lo era. —La verdad es que...me preocupa un poco más esa perversa mente suya-, Hess finge alarmarse por el comentario anterior sobre los señores Ollivander y el que podrían estar haciendo ahí arriba. —Pero es cierto, ellos posiblemente ya están dormidos. Y nosotros aquí...solo esperando. A todo esto ¿qué eran todos esos asuntos pendientes que tienen el ex matrimonio de los que Rory habla? ¿él sabe de eso también? Después de conocer un poco mejor a Garry, no puede evitar sentir aunque sea algo de curiosidad por saber qué clase de asuntos pendientes puede tener alguien como él con la señora Evans. La otra parte de Hess asegura que no quiere saberlo tampoco. Se ha puesto nuevamente de pie dejando el té sobre la mesa de centro, se ha rendido con ese intento, es en vano, él simplemente no puede generar calor y la infusión se ha enfriado en sus manos. Las ropas mojadas que rory también menciona no ayudan tampoco, y recuerda que, a propósito, sigue con esos trapos húmedos puestos. —De acuerdo, si-, dice y desabrocha un par de botones de su camisa. —Aunque no espere a que use algo como...pues todo eso-, levantó el mentón para señalar las ropas de Garry que Rory llevaba puestas. —Ahh no, Despard, no me mal entienda, usted hace que eso se vea genial-, le dio la espalda al hombre. —Yo simplemente no creo poder entrar ahí-, rió entre dientes. —Pero debo tener algo de ropa en la maleta que dejé en el despacho. Es deportiva, pero servirá-, explicó. —Venga Despard, con algo de suerte la casa nos muestra algo interesante-, aún si Rory no lo seguía, el muchacho comenzó a avanzar fuera de la habitación. @ Rory Despard
  15. Quintel Guillam Tiene mucho tiempo que no sube a una escoba, exactamente desde que dejó Ilvermoorny para mudarse a Londres y rentar un piso con Benjamín, ahí en Europa, con ayuda del britanico, terminaría el resto de sus estudios mágicos y se haría de un inicio diferente, aunque tampoco era como que dejará muchas cosas atras despues de la muerte de su padre nomaj. De todo eso ya casi han pasado un par de años y medio, la transición de perder a George e irse a vivir de una tierra a otra lo había despegado demasiado de lo que era su vida en California; ahora se había dedicado a los estudios más que nada y a trabajar para poder autoabastecerse sin necesitar la ayuda de Whisper o alguien más. No era tan simple, pero era mejor, sin embargo, apenas le quedaba tiempo libre para dedicarse a algo extracurricular o no laboral. La excusa de tomar esta clase había sido lo único que pareció convencer a Ben sobre devolverle su vieja escoba. No es un artefacto sofisticado ni mucho menos de nueva generación, su padre se la debió haber regalado hace casi diez años, cuando apenas le enseñaban clases de vuelo en el colegio, y él se las había ingeniado para mantenerla en buen estado durante todo este tiempo, aun cuando conforme pasaban los años las prácticas de vuelo se volvieron algo extremas. Había decidido llevarla consigo para ese curso de maestría en escobas, y rezaría a los Dioses por mantenerla en una sola pieza, le haría falta algo de ayuda extra para recuperar la práctica en el vuelo. No está realmente atrasado en tiempo como para tomar cualquier otro transporte que lo lleve hasta el colegio de Castelobruxo, sin embargo, justamente tiempo de sobra es lo que menos tiene el niño si quiere completar los galeones para el fin de mes que le hacen falta para pagar la mitad del alquiler del piso que ocupa con Ben, es de ese modo que prefiere mejor esperar hasta casi la hora para abrir un portal y aparecerse rápidamente desde los jardines del palacio hasta las explanadas del Castelobruxo. Era bueno volver a América y sus climas cálidos y soleados (aún cuando la cita para la clase es muy temprana y no hace mucho que ha dejado de llover ahí), era bueno volver y poder subirse a una escoba de nuevo. —Buen dias-, siseó, alzando la mano y saludando alegremente al par de hechiceras que ya sobrevolaban por los terrenos. Las ha visto a la distancia que luego tiene que recorrer desde donde se ha aparecido a través del portal. —¿Será que podemos subir ya a las escobas?-, casi lo gritó para hacerse escuchar. Aun con los pies sobre tierra firme, el brujo inspeccionó las escobas que estaban dispuestas sobre la cancha, quizá no sería mala idea dejar su propio viejo equipo y tomar uno prestado, solo para evitar catástrofes tempranas.
  16. Echó una última mirada a Despard de pies a cabeza, no se molesta esta vez en disimular su interés, aunque también es evidente que lo que está juzgando es su ropa. Rory se ve muy cómodo vestido así, Hess incluso puede decir que es una mezcla de las dos personas que más le gustan hasta ahora (desde que llegó al Londres mágico) y es, para su mala vista, agradable de ver. Parece divertido cuando se encuentra nuevamente con el rostro del pelirrojo, a esa distancia, con la ligereza de la luz de la sala puede tener una mejor visión de él y sus gestos, ¿cómo es que pudo confundirlo antes con Hannity Ollivander? Hess levantó un pulgar hacia el otro hombre, en señal de aprobación. Afuera no ha dejado de llover, pero sin duda el traqueteo de las gotas golpeando vidrios y madera ha disminuido. Hessen se pregunta si la tormenta se ha calmado en relación a que el intruso ha dejado finalmente las tierras de Ollivanders o es que el encuentro de Evans y Garry está resultando mejor. Sonríe sarcásticamente para sí mismo, no está seguro de que es lo que está pasando en esa habitación, con esos dos, pero Hess apostaría la pequeña fortuna que ha conseguido, asegurando de que, al menos Garry, no está haciendo bien las cosas ahí arriba. Supone, pero eso ya lo sabrá más tarde. —¿La señora Evans dijo eso?-, preguntó distraídamente, esta noche ha aprendido dos cosas importantes con relación a Bel Evans; una es que es un fuerte neutralizador de Garry y la segunda es que es tanto o más problemática que el mismo Ollivander, hasta ahora ella no ha hecho más que meterlo en problemas. Y no le extraña que alguna vez fuera su esposa, porque, por lo poco que lo conoce, el imán que Garry tiene para atraer el desastre es impresionante. —No lo se, Despard, posiblemente si lo hay-, miente, él ha visto esa habitación solo una vez, aunque nunca ha entrado ahí, y a pesar de que le ha tomado el truco a la casa, no cree que pueda dar con ese cuarto ahora. Tampoco tiene muchas ganas de moverse de ahí. Con Rory de única compañía cree que puede darse el lujo. —Ollivander parece ser algo reacio con el tema de las varitas-, hizo un bonito gesto arrugando su nariz. —No es que yo haya insistido alguna vez con esto, pero ya sabes, es...un Ollivander y las personas esperan que él…-, la taza en su boca no dejó que terminara su oración, supone que Rory entenderá el resto. —Quizá sea mejor esperar a que él regrese. Al fin puede quitarle los ojos de encima, no es que se haya quedado sin qué decir, pero Despard le da la confianza para bajar la guardia solo un poco antes de volver a su habitual postura de servicio que debe mantener en todo momento. El par de iris que ahora son de un azul suave como el cielo de un día soleado, está puesto en la única ventana con las cortinas corridas. Pensar en la historia de la varita de Rory, aunque demasiado breve y tan diferente a la suya, es lo que le ayuda a mantener la suave sonrisa en su rostro. @ Rory Despard
  17. —Tome esto, señor Despard, le hará bien-, Hess le ofreció una de las dos tazas humeantes que ha traído desde la cocina hasta la sala donde Rory, supone, espera hasta asegurarse de que Evans estará bien antes de intentar abandonar este lugar. —Aquí le traje también algo de ropa seca, por si quiere quitarse todo eso que trae antes de que se resfrie-, debajo del brazo sacó un cambio de ropa que pertenece a Ollivander, el patriarca es bastante alto y apesar de lo delgado que podía aparentar ser, Hess está seguro de que sus prendas de casa le quedarán grandes a Rory. Él también sigue con las ropas humedecidas por el agua, aunque mucho menos de lo que Rory y Bel que han estado bajo la lluvia, pero no parece preocupado por hacer algo al respecto pronto. Así que se acomoda en una butaca frente a Rory y se lleva la taza que queda a la boca. Detrás de la taza esconde una sonrisa divertida, no es que esté esperando a que Rory acepte cambiarse la ropa delante de él como en un espectáculo, pero igualmente le divierte la reacción del predicador. Hessenord no volvió al estudio de Ollivander después de dejar a Bel en su habitación, hizo lo propio claro, cambió las ropas mojadas de ella y la envolvió en edredones para que la mujer recuperará rápido el calor que había perdido. Para cuando estaba terminando de encender el aparato que ayuda a mantener caliente las habitaciones, Garry yacía de pie sobre el marco de la puerta, con un aspecto que casi lo habría preocupado de no ser porque se lo sabe casi de memoria. Sin una instrucción concreta por parte de licántropo luego de eso, Hess mejor bajó a buscar a Despard al primer piso porque se imagina que el hombrecillo, aunque ileso hasta ahora, seguramente tampoco lo habría estado pasando mejor. —Lamento lo que le pasó a su varita-, dijo con un tono de voz más suave y gentil. Empático. Hess se siente bastante unido a su arma mágica, a pesar de lo mucho que parece haberse acostumbrado más a la vida muggle, no puede imaginarse lo mal que debe sentirse perder su varita de ese modo. —¿Cree usted que se pueda reparar?-, preguntó con genuino interés. El sorbo que da a la taza esta vez lo reconforta solo un poco más a pesar de ser una infusión en lugar de su acostumbrada cafeína. Esta es una mezcla rara, magra y espesa que Garry en uno de sus mejores días ha preparado y aunque tiene un aroma extraño, provoca un calor agradable en todo el cuerpo después de ingerirla. Es bueno porque entre sus características más destacables Hessenord no parece poder generar su propio calor. Aunque por ahora puede culpar al mal tiempo de eso. @ Rory Despard
  18. Hay algo en Darla Potter que Hessen comienza a encontrar encantador. No es su naturaleza vampírica, de eso está seguro, el señor Ollivander se ha encargado de cambiar su postura sobre los seres nocturnos. Sin embargo, aun su encuentro era demasiado corto para definir con palabras lo que ella tiene que consigue rápidamente una respuesta positiva del demonio. Aun cuando esto no necesariamente tiene que ser así. —Así es, Ursula Southeil mejor conocida como Shipton-, él asintió a la respuesta de la bruja vampiro, en realidad no estaba tan perdida como hubiera imaginado, para ser justos no era el deber de ella saber esta información tampoco, con estos brujos videntes nunca se sabía, el tiene algo de experiencia con eso, además, se tenían muy pocos registros de la bruja en cuestión, él mismo había estado investigando sobre ella antes de su encuentro con Darla, pero de la vidente solo obtuvo resultados inciertos, poco verídicos. —Siendo sinceros, yo esperaba que usted tuviera más información al respecto sobre Shipton, no me mal entienda señora, es solo que, cuando nos llegan cosas como estas, bueno, siempre existe algún tipo de relación, lazo o comunicación entre ambas partes-, dice como si fuera lo más evidente, y para restarle importancia al tema correspondió a la sonrisa de Darla. El gesto era más simple cuando era menos formal. —Ahora, permítame mostrarle, quizá esto ayude mas; Finalmente el mago comenzó a buscar en el interior de la valija, por el modo en el que su brazo, con tremendo tamaño, se hundía en el interior de la maleta, evidenciaba un hechizo expansor en su interior. Rebuscó por unos segundos y primeramente extrajo un sobre color mostaza sellado con lo que parecía un escudo familiar que lucía tan antiguo como el material con el que estaba hecho el sobre, Hess le volvió a sonreír antes de volver su mano al interior de la maleta. Independientemente de que estaba ahí por mera razón laboral, había algo de emoción extra por finalmente descubrir el contenido de este maletín, había llegado a su despacho tan solo un par de días luego de que Renzo y él comenzaran con el negocio, exactamente un mes después de su regreso a Londres. Todo ahí había sido muy discreto y rápido. Renzo había dicho en primer lugar que era demasiado extraño, que no debían tomar con tanta confianza algo tan aparentemente delicado como esto, Hess entonces tenía demasiado poco tiempo en el Londres mágico para entender mejor a qué se refería. Del maletín también extrajo una pequeña caja de madera, está atada con un cordón y un fuerte nudo, en él, con letra muy antigua, hay solo una etiqueta que prende desde un extremo; Darla Potter Black dice la cinta y con letra más pequeña el año presente, aunque no hay un mes ni un numero de dia. Hess le contempló como si fuera la primera vez que lo hacía, lo cierto es que ya había curioseado la caja, después de todo, no estaba bien anunciarse ante los Potter Black y llegar a su casa con algún objeto letal entre manos. Eso no hablaría bien de la empresa, así que él había dedicado varios días a investigar también sobre el contenido de la caja, solo para asegurarse de que tampoco fuera fuente de hechicería oscura. —Esto…le pertenece a usted-, con más cuidado el demonio colocó con ambas manos la cajita sobre la mesa. —La persona que nos manda para hacer esta entrega ha resguardado esto por mucho tiempo, es algo así como un “encargo familiar”, ha estado en su familia por generaciones, bueno, hasta ahora, y aseguran que proviene de la mano de la antigua vidente-, explicó mientras deja que Darla inspeccione el objeto. Hess aprovecha su distracción entonces para poder él inspeccionarla a ella. —Lamentablemente, el cliente ha pedido que no se anuncie su nombre. Entenderá que, todo esto de los edictos anunciados últimamente por la ministro de magia, los tiene…algo nerviosos-, Hess se escuchó comprensivo, aunque es más bien un intento de persuadir a Darla para que no insista con el tema. Antes de dejar que ella abra la caja, hace un ruido con la garganta para volver a llamar su atención. —Debo advertirle, Darla, que hemos revisado que el material que le estoy entregando no contenga ningún tipo de magia agresiva o que cause efectos negativos, sin embargo...-, hizo un bonito gesto pensativo que rejuveneció su rostro. —...Este es un objeto muy antiguo, mejor tenga cuidado con él-, pareció genuinamente preocupado por ella hasta que sobre la mesa extendió un documento donde especifica que, de ella aceptar el objeto, la empresa no se hacía responsable de futuras calamidades. —Por supuesto, no puede tomarlo aún, tiene que firmar antes de responsabilidad y recibo, mi señora-, esta vez su sonrisa era mucho más maliciosa. El interior de la caja era simple; contenía un solo objeto, una pequeña esfera de cristal, tan vieja como el sobre y la caja, pero que se mantenía en buen estado, salvo por unos pequeños golpes que apretaban un poco los bordes y, en su interior, tenía el aspecto de llevar una profecía que contenía el nombre de ella. Hess esperó con eterna paciencia a que ella tomara una decisión. @ Scarlet Akane
  19. @ Nate Weasley que sea Maestría Con Escobas, por favor
  20. La puerta principal necesitaba algo más de un truco simple de magia para ceder esta vez, Hess la empujó apenas con la suficiente fuerza para que aflojara y les diera acceso finalmente al local que, en demasiado poco tiempo, ha adquirido una apariencia abandonada y lamentable. —Bien dicen que las cosas se parecen a su dueño, ¿no es así?-, echó un vistazo hacia atrás, Garry aun sigue de pie en la acera de enfrente, con la pálida mirada puesta en el interior, pero ningún gesto atraviesa su rostro, ni con el fastidio de su asistente. —Venga ya, entra o te ensolaras, pescaras un resfriado, te envenenaras o alguna de esas cosas que haces sin previo aviso-, Hess negó, no era una queja como tal, pero era casi increíble lo rápido que Garry se conseguía meter en problemas. El licántropo entró detrás de él después de un rato, tan silencioso como siempre, Hessen casi choca con él al retroceder de las raíces que han crecido de más por los caminos y casi provocan que se ensucie los zapatos. El lugar está revuelto por donde se le viese, no hay ni un rincón intacto, hay plantas creciendo desordenadamente por todas partes, han tomado cada forma extraña e incluso se han mezclado entre ellas. Es un poco aterrador, algo así como un Frankenstein de vegetales, pero (no para sorpresa de Hess) Garry parece bastante contento con lo que ven sus ojos. Fuera de eso, todo es normal, a pesar del abandono, no todo se ha echado a perder. —Parece que al Natural Poison no le está yendo nada bien-, menciona mientras revisa el puñado de correspondencia que se les ha acumulado a los pies de la entrada principal. —¿No estarás pensando en venderlo? Podrías cambiar el giro del negocio a algo…más comercial. —¿Qué pasó con Bel?-, la cabeza de Garry se asoma desde el otro lado del salón donde tiene a un grupo de gnomos rodeándolo dispuestos a no dejarlo que el mago se entrometa en su nuevo hogar. A este tipo de problemas son a los que se refiere Hess, ¿de donde demonios habían salido esas cosas? Él ni siquiera había imaginado antes que podían aparecer estas criaturas en lugares como estos. —No parecía muy interesada luego del…-, ¿cómo llamarlo? —La cosa que estaba...en el muro de abajo-, no necesitó de más explicaciones, Garry pareció entenderlo, y arrepentirse de eso también. —Ya veo-, finalmente una de esas criaturas había conseguido trepar por el cuerpo del brujo y comenzó a tirar de su cabello. —Y ¿n-no hay nada que puedas hacer tu aquí?-, Hess lo observó detenidamente, no parecía encontrar las palabras correctas, pero si no encontraban como hacerse cargo de los negocios de la familia, en poco tiempo tendrían problemas para mantenerlos en pie. El despacho en Baker era el primero en la lista de Crouch, por el bienestar de todos, claro. —Podríamos traer al jardinero de la heredad-, respondió en cambio, casi sorprendido de lo mucho que está arriesgando su propio trabajo con esa opción. —Él podría atender los viveros, solo haría falta alguien que se hiciera cargo de la fabricación de pócimas, aunque prescindir de eso, por ahora, es una posibilidad... —Me referia a que te hagas cargo tu- —No me gustan mucho las plantas- —Eres bueno con ellas-, al fin pudo sacarse la criatura de la cabeza. Hess no dijo nada al respecto. Fue como una victoria para Ollivander. —Debo terminar la contaduría, ¿dónde dijiste que está el... ah si, ya lo vi, gracias-, el demonio redireccionó los pasos hacia el mezzanine. —Trata de no...-, ¿meterse en problemas? Esto no le había funcionado hasta ahora. Finalmente comienza a resignarse. —Trata de no ensuciarte demasiado, no te pienso subir al auto si lo llenas de tierra-, aun así, sentía que le estaba pidiendo demasiado. Garry en cambio se encaminó hasta el taller de elaboración de pociones con el gnomo malhumorado acomodado bajo el brazo. Ahora, aquel espacio que antes había relucido, se mostraba algo deplorable, pero encantador con todas esas enredaderas envueltas entre los taburetes y mecheros. Una mezcla extraña entre metales, mangueras, frascos, calderos y demás herramientas enterradas debajo de toda esa vegetación que había crecido salvajemente, resulta bastante cómoda, como algo más familiar. Y luego, un recuerdo ensombreció su mente. Metió la mano a uno de los bolsillos del abrigo y consiguió un pequeño frasco de un cristal tan delgado que contenía una porción exacta de cinco gotas de la sangre de aquel mago extraño que se había metido a su casa en busca de… ¿qué era lo que buscaba? Lo que sucedió con Bel ahí también había sido inesperado, era más bien como si todo eso hubiera sido un sueño, o un recuerdo ajeno. Y tal vez así habría sido. Un feo sentimiento lo acorraló, depronto no puede pensar mucho más en esa noche, o en ese muchacho, o en lo que puede pensar Bel de él ahora que ha vuelto a verlo después de tanto tiempo y, en realidad, él no parece haber cambiado en absoluto. El gnomo lo mordió en la mano, pero Garry solo ajustó el agarre bajo el brazo. Utilizó el colgante del frasco para colocarlo en el cuello, ahora colgaba como un dije junto algunos otros talismanes, algunos de orígenes muggles. Luego se apartó de allí hasta llegar a la sección de libros.
  21. —Y que bueno que no ha tomado ninguna oportunidad. No lo había visto tan conversador desde que una manada de tejones se metió a la casa, debe tenerlo de buen humor que esté usted aquí. Le había costado al menos tres segundos terminar de entender lo que ahí estaba pasando. Había tratado de ser rápido lanzando el escudo contra Garry para protegerlo de su intromisión y cuidadoso de no provocar al intruso por la misma, después de todo no es como si aquel extraño estuviera reteniendo en el estudio al licántropo contra su voluntad, lo que convertía todo el escenario en algo más difícil de comprender. No respondió más que con un breve gesto de incredulidad fingida tras el insulto del mago, y aunque tiene la pinta de ser solo un chaval iracundo con malas mañas, en su naturaleza sobrehumana, el demonio reconoció el peligro con su mirada. No tanto para él, claro, Hessenord sigue siendo un mortal después de todo, si, pero su contrato con Grell no establecía métodos de seguridad personal. Así que podría simplemente desaparecer de ahí y dejar que los Ollivander se hicieran cargo de las alimañas que entran a su casa. Podría, a lo mucho, intentar convencer a Rory de que escape con él, fuera de esa trampa de personas que fue alguna vez hogar de los fabricantes de varitas. Eso, a no ser que Garry decidiera cambiar de último momento los términos de su propio acuerdo con él. No puede hacerse una idea de que es lo que pasará ahora, con la verdadera Bel Evans en casa, todo se vuelve aún más impredecible. Pero al extraño no parece importarle de todas formas, ni si es que Hess tiene que decirle algo respecto a su nada solicitada visita o si son tres contra uno solo, y antes de que cualquiera pueda volver a interrumpirles, el muchacho continúa con su atención puesta sobre el patriarca de la casa. Dime que me vaya y lo haré... ¿Se iría realmente así de fácil? Le ofrece un trato después de eso, y Hess se congela en el instante. ¿De qué exactamente han estado hablando estos dos todo este tiempo? Garry no se lo ha pedido en ningún momento a pesar de que, incluso, parece incómodo atrapado tras su protección, hasta ahora ni siquiera le ha dirigido la mirada y aun así, como un reflejo algo más involuntario, Hess termina por cuenta propia con la invocación. El escudo entre ellos desaparece y deja espacio suficiente entre Garry y el desconocido para que pueda terminar con esto, para que puedan cerrar el trato, si es eso lo que quiere. Pudo escuchar la tentación en la voz de aquel hechicero, acechando en cada sílaba. Él ha visto esto tantas veces, en tantas formas, en otras vidas. Y no hace nada al respecto, porque en realidad él sobrevive de estas cosas, de los restos de las personas que sucumben a las tentaciones. Era eso mismo lo que lo había traído de regreso a Europa, a este lugar, a lado de este hombre. O lo que quedaba de él. Hess también esperó por la respuesta de Garry, con sus ojos palideciendo tras cada segundo de pesado silencio. Hasta que se rompe. —Hessenordwood-, cuando escucha a Garry nuevamente no es para darle una respuesta a su muchacho, si no para llamarlo a él, trayéndolo de vuelta a donde sea que su mente se había ido. Parpadea y lo que ve de pronto no tiene coherencia. —Heesseen-, siseó Garry, con algo de más apuro, casi urgente diría él. No hizo falta más, el mago se adelantó un par de pasos hacia donde la criatura (que no estaba seguro de dónde es que había salido, pero que luego pudo reconocer como la forma animaga de Bel) se lanzaba contra el rostro del forastero, zarandeando su varita de uno al otro, pero sin atreverse a conjurar nada todavía. —Podría darle a cualquiera de los dos-, le respondió. Había pensado que el destello que apareció y golpeó a ambos por él en cambio había venido de afuera, de la tormenta que no había hecho más que aumentar como la tensión en esa habitación, pero era demasiado paranoico para él comenzar a imaginar que ahora el clima sobre ellos también tenía voluntad propia, como lo parecía tener la casa y todo lo que crecía en aquellas tierras. Después entendió que lo que fuera eso que detuvo el ataque había provenido de Despard. El licántropo se levantó, espectacularmente para él, de un salto y se arrastró hasta quedar junto a la figura humana de la mujer inconsciente, lucía más curioso por saber qué o quién era que otra cosa. Hasta que le reconoció. Si es que era posible Garry palideció aún más, lució más enfermo de pronto e incluso, en su gesto desabrido, podría notarse estupor. Hess maldijo en silencio. —Es Bel…-, dice sin aliento. No se supone que ella tiene que estar ahí ahora, él no habría querido que… —Es ella…-, la de verdad quiere decir, no el espectro de ella que su mente alucina cuando siente el terrible dolor de estar atrapado solo, como consecuencia de haber hecho las cosas equivocadas. Garry se inclina sobre el pecho de ella para escuchar su corazón real latir en su pecho. Hessenorwood está por darle una explicación, pero entonces Garry le hace otra seña, vaga y poco consistente en dirección al mago malherido, quiere que vaya a atenderle también. Él casi se había olvidado de ese muchacho. Pero cuando intenta acercarse a él, los puños como golpes en el suelo lo detienen. El hechicero les maldice, o solo a ella tal vez, él está ensangrentado del rostro y furioso, y en realidad Hessen no quiere ayudarlo. Para cuando todo termina, la maldición estaba hecha, y el intruso se había marchado, llevándose parte de la tormenta con él. —¿Quién era él?-, parece ensimismado cuando se entromete, con la punta de los zapatos tantea el rastro de sangre que el intruso había dejado en el suelo hasta el portal que ha invocado para marcharse, nadie ahí en realidad se opuso a su escape. —No lo sé. —¿Qué es lo que quería? Garry no respondió. El demonio lo buscó, que conveniente era ser tan callado todo el tiempo. —¿Lo volverás a ver?-, pero siguió sin una respuesta. —Bueno, fue...bueno... tener visitas finalmente-, quizá no era el momento para decirlo, pero al menos se siente un poco más el mismo nuevamente. —Lleva a Bel a su habitación, ya sabes como llegar. Estaré ahí también-, por medio segundo dudó, pero luego de intercambiar una mirada con el predicador, obedeció. Eso último ayudó al menos a que Garry notara la presencia del pelirrojo hombre en la habitación. Hess levantó el cuerpo de Evans entre sus brazos sin problema, de algún modo puede cubrirla con su propio torso, aun sus ropas siguen mojadas, pero no cree que a ella le importe algo como eso ahora. La última de las miradas que Hess puede dedicarle a Rory no es tan radiante como otras veces, parece una advertencia más bien, o quizá un consuelo. Tras otro estallido de tormenta, desaparece de la habitación. —¿Tienes un frasco?-, Garry llamó al hombre que se quedó con él. —¿Puedes recolectar algo de esto por mí?-, señaló, bajo sus pies descalzos hay una mancha de sangre, lo único que le queda de aquel hechicero ahora. Afuera la lluvia se ha calmado, pero tampoco deja de caer sobre ellos.
  22. Nick: Hessenordwood Crouch ID: 118247 Conocimiento: Astronomía y Maestría con escobas Link a la Bóveda: 103154 Link a la Ficha: 103059
  23. Quintel Guillam PV: 80 PP:6 Había estado esperando sentir el alivio de una última curación de sus heridas sanando, pero nunca sucedió, en cambio, ahora había perdido la varita en un parpadeo. No lo pensó dos veces para ir tras ella cuando apenas cae al suelo a un par de metros lejos de él. Es inesperado y en realidad no tiene alternativa. Es completamente difícil porque el sitio donde Gahíji los ha llevado es quebrado y complica mantenerse sobre una superficie estable, ha sido así desde que llegaron ahí. Lo es más ahora que debe recuperar su varita y cuidarse de un próximo ataque. De soslayo puede ver como las heridas que había causado a su oponente comienzan a sanarse (inconvenientemente) lo que le reduce las opciones de salir librado de ahí. Aun así, llega a creer que, quizá, con un último gran salto puede alcanzar su varita de vuelta. Piensa en kansho finalmente luego de perseguir la varita, en el último instante, el elegante arma se materializa en su mano destellante, y siente que puede continuar respirando. Por un rato más, al menos. Si la práctica hecha durante el trayecto había funcionado; kansho lo protegería de los próximos ataques de la bruja absorbiéndolos y devolviéndolos inmediatamente a ella. No era lo que se considera eficiente, considerando las circunstancias, pero se habría quedado sin opciones alarmantemente rápido. PV:80 PP:6
  24. ¡¡ Esta vive !! 0;

    1. Melrose Moody

      Melrose Moody

      JAJAJA ptmre, necesito gente que me arree a hacer cosas 😢 aiudaaa jajaja

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.