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Hessenordwood Crouch

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Todo lo publicado por Hessenordwood Crouch

  1. —Por supuesto Despard, Rory-, había quedado casi medio segundo en blanco, sin nada que decir. Aun sin su sombrero Hess no lo habría reconocido, su cabello ahora estaba tan aplastado cómo el de Evans, y bajo la luz del pasillo (de hecho) ambos lucen igual para él. Aunque si era algo más alto que Hannity, debió imaginar que no podía tratarse de ella. Dudó, pero finalmente estrechó su mano. El tacto sin duda era mejor que su vista, lo reconoció mejor así. —¿Qué fue lo que yo dije?-, debía alejar cualquier sospecha de su defecto con encanto. Hess se quedó el mayor tiempo que pudo ahí, sujetándose de Rory hasta que el pelirrojo rompió el agarre. E inconsciente le sonrió cómo solo a él. Tras cada encuentro ha pasado de incomodar a ser un calor agradable la corriente que Despard le pasa bajo su tacto. ...Garry no debería ver a nadie a solas... —Si, sobre eso...-, pero los reclamos no terminan ahí, y por protocolo de la empresa, Hess se queda callado hasta que ella termine con todo lo que tenga que decir. Considerablemente, puede llegar a sentir empatía por ella, entiende su molestia hacia con él y lo que sea que provoca su protesta. Él entiende que, en primera, Bel Evans no ha estado tan al corriente como para reconocer muy bien sus funciones y sus límites ahí, en segundo, bueno, que Grelliam podría llegar a ser alguien por quien estar preocupado todo el tiempo, con toda esa naturaleza autodestructiva que despertaba su curiosidad...o su aburrimiento. Pero aun con toda esa información, él no hace lo que ella le dice. —Señora Evans…-, Otro rayo reventó cerca de la casa con un fuerte estallido, la luz que desplegó iluminó todo el pasillo por la ventana que se encuentra en el extremo opuesto. Por un segundo su corazón se detuvo, imaginando que el sonido pudo haber venido desde el interior del estudio. Hess exhaló temblorosamente, la tormenta afuera empeoraba, algo había cambiado también dentro de la casa, lo ha visto, lo ha escuchado. Y está seguro, de que eso no puede ser algo bueno. ...ENTRA DE UNA MALDITA VEZ Y MANTENLO A SALVO... Sus ojos se encontraron rápidamente con los de ella, pero no se movió, se mantuvo tranquilo. Los oídos aún le zumbaban por el estallido y la voz de ella hacía eco incesante en su cabeza. Retrocedió. Hessenordwood debe cumplir ahí con todas las instrucciones que Ollivander le ha indicado, él debe cuidar de todo ahí, incluyendo a Garry, mas no protegerlo, facilitarle las cosas es su trabajo, siempre es decisión de Garry si lo toma o no. A las finales, el demonio hará lo que Grelliam quiera, cuando Grelliam quiera. Pero nunca arriesgando su vida en el proceso. Ollivander ha sido claro en eso y no cumplirlo costaría su unión. Sopesó sus opciones, ¿realmente todas eran malas? No obstante, Evans parecía haber decidido por él antes. Pero por Satán, ¿qué estaban tramando esos dos cuchicheando de esa forma un plan? -- -- -- -- -- Asintió con un solo movimiento, desviando finalmente la mirada hacia algún punto muerto en el suelo donde el humo de la madera comienza a dibujar siluetas desiguales. En gran medida está de acuerdo con lo que el muchacho dice sobre las personas que desaprovechan lo que poseen, pero aun así sus palabras le revuelven el estómago tras el espasmo que la tensión de pensar en eso le provoca. Quizás solo no debió comer todo ese pescado. El mago intruso vuelve a hablar, pero esta vez lo que dice no tiene del todo una relación con su objetivo, la vara oliva, en cambio, se refiere a él como si estuviera interesado en algo que Garry ha pasado desapercibido, porque lo que dice lo deja pensando demasiado tiempo en cosas que lo alejan del muchacho frente a él; de quien puede ser y de lo que es capaz de alcanzar con el arma que aún sostiene en su mano. Garry no respondió de inmediato, tampoco le devolvió la mirada. Aun en su estado entumecido, pudo sentirlo ahí, husmeando los restos de juicio que quedan en él. No hizo nada al respecto y lo deja entrar sin protestas solo porque en realidad, aunque lo intentase, no podría resistirse y en segunda, era más fácil que hablar, que dar explicaciones largas que posiblemente él no ha terminado de armar coherentemente. Sobre el silencio que ocasionó, lo que fuera que estuviera ahí afuera, debía estar más cerca de lo que se escuchaba, los ruidos del pasillo se colaron a la habitación aun con las protecciones que tiene para amortiguar el escándalo exterior. A su padre nunca le gustó el ruido, y por lo que sabe, al padre de su padre tampoco. —¿Qué pasa conmigo?-, continúa hablando como si no se hubiese quedado en silencio todo este tiempo. Suspiró con cansancio, y estiró sus brazos y sus piernas quedando nuevamente demasiado grande sobre la butaca. —Digamos que...soy del otro tipo de personas-, su mirada paseó por la habitación. —De los que ya han abusado de aprovechar de más lo que tienen-, le contó. Y se movió finalmente, lo hacía como si se estuviera arrastrando, como un reptil adolorido, parecía tener toda la intención de levantarse de ahí, pero en cuanto sus pies descalzos tocaron el piso helado se detuvo inclinado sobre sí mismo, nuevamente anclándose a esa mirada de infinita oscuridad. ¿Cuál era su límite? ¿qué tan profundo era si él se acercaba? Mantenerse así mientras se quedaba prendido a ellos era como nadar hacia lo más hondo de un estanque helado. Estaba maldito. Y la marca del beleño, que creía acabada, palpitó en su mano una sola vez, como si volviera de la muerte. Rascó la herida en la palma de su mano, pero la cicatriz no se marchó. —No busco ayuda-, casi siseó, el tono de su voz se mantuvo neutro y perezoso, pero a diferencia de que esta vez parecía tener mucho más interés en mantener la conversación. —Pero si la quisiera, ¿qué es lo que podrías hacer por mi? Eres… ¿la persona correcta en la que pueda confiar? -- -- -- -- -- —Está bien, si, será... como usted ordene, señora-, levantó las manos en rendición. No entiende que es lo que acaban de hacer esos dos, pero lo que fuera, tenía que considerar la advertencia de Despard, aunque no fuera inicialmente para él si no para ella. —Pero al menos necesito que lleve usted algún tipo de protección, aun si se queda en el pasillo-, lentamente, del bolsillo de su pantalón consiguió su varita, aunque no le apuntó con ella. —¿Podría al menos eso, señor Despard?-, y entonces giraba de nuevo hacia la puerta. Hessenord pensó para sí un salvaguarda mágica, con eso al menos estaría protegido el tiempo suficiente para lanzar a Garry alguna otra protección con su varita. Inhaló con profundidad y abrió ambas puertas de par en par. —¡Buenas noches! lamento mucho, mucho, interrumpir su conversación caballeros, pero si me dejan, yo solo voy a…-, lejos de apuntar al intruso, que es al primero de ellos al que puede identificar, el demonio apuntó la varita en dirección a Garry y conjuró un obsistens que formó una celda de material poco luminoso alrededor del hombre que, tras su entrada, se desplomó nuevamente sin ganas sobre el sillón. Hess exhaló arrojando todo el posible mal humor acumulado hasta ahora. —Muy bien, está mejor así, ¿verdad?-, sintió la pérdida de energía que el escudo que protegía al brujo requería, pero bueno, Despard le cuidaba la espalda, ¿no?, —Si, entonces, ¿a quién más tenemos de invitado esta noche?-, la varita de Hess vibró pero se mantuvo apuntando al suelo, después de todo, y de algún modo, Garry parecía tener la situación bajo control. @ Rory Despard @ Mael Blackfyre
  2. —El inquisidor-, repitió en un aliento cansado. La luz que ahora ilumina el espacio es mucho más agradable, parece adecuarse mejor a las necesidades del brujo Ollivander, al menos se siente mejor de ese modo, ahora que el intruso ha apagado también el encantamiento de su varita. Y solo de ese modo es que obtuvo una mejor imagen de la persona que se ha colado a la casa. Garry solo le echa un vistazo antes de dejar caer su cabeza hacia atrás, acostándose con pereza sobre el acolchado respaldo, cerrando sus ojos a la vez, mientras se queda con esa última imagen del intruso, tratando de guardarla en su mente. Parece alguien joven, estropeado, aunque culpa a la lluvia por eso, quizá tiene mejor apariencia cuando sus ropas no escurren agua de lluvia y estropean aún más el viejo piso de la casa. A estas alturas de su intento, no puede recordar haber visto color en su mirada, tal vez no había puesto la atención suficiente, y le provoca algo de angustia no poder descifrarlo. No tiene más información de él luego de eso, nada más que el sonido de su voz, que es feroz y demandante, pero no le provoca a Garry un verdadero interés. Al menos hasta que escucha lo que quiere. -La varita de Oliva-, Sus ojos se abren de golpe e involuntariamente un escalofrío erizó con dolor su piel mullida, con el tiempo Grell ha perdido habilidad para poder gesticular cualquier emoción o pensamiento que pudiera estar sintiendo, y es solo por eso que sabe disimular el malestar que la sola mención del objeto mágico le provoca. —¿Pero qué dices? ¿La vara de Oliva?-, se incorporó lo suficiente para volver a encontrarse con el muchacho, ahora le parece algo diferente a lo que habían visto sus ojos, la angustia que llegó a experimentar por él hace un instante se amortigua al apreciar finalmente una profunda oscuridad en lugar de su mirada, tan atrayente, pero que no necesita de explicaciones para saberse peligrosa. —Ah, no había escuchado de ella desde hace años-, eso sí puede recordarlo, la última persona que había venido aquí en busca de ella, pero de eso ya habían pasado un par de décadas. Se había quedado tan demasiado quieto mientras pensaba en ello que parecía petrificado. O quizá permanecía embelesado en lo oscuro de sus ojos. Pero luego, la varita del intruso chispeó y el brujo apenas podía estremecerse más por el ruido del estallido que por las chispas que se prendieron en el suelo. —¿Sabes? en realidad no creo mucho en las promesas-, no está en su naturaleza perder la calma, aunque tampoco era signo de indiferencia. —Supondré que no causarás demasiados problemas hasta que encuentres lo que buscas-, bostezó, despertando un poco de su eterna ensoñación. Luego los pálidos ojos del brujo se fijaron nuevamente en el intruso, esta vez en el arma que sujeta con firmeza en su mano. —Pero dime, ¿para qué quiere alguien como tú la vara de oliva?-, pareció realmente curioso por conocer su respuesta. —¿O es que acaso alguien te ha enviado? @ Mael Blackfyre -- -- -- -- -- —El estudio está ocupado por ahora-, la voz del demonio se escuchó con neutralidad desde el extremo opuesto del pasillo. Adentro por supuesto que no llueve, y aunque nunca olvida salir de casa sin cargar algún hechizo impermeable encima (con el tiempo londinense nunca se sabía), está empapado de pies a cabeza. Ya perdió también la parte de arriba de su traje y la elegante corbata, tiene arremangadas las mangas de la camisa ahora pegada al cuerpo como lo están sus pantalones y también el cabello oscuro en su frente. Al menos podía decir que había conseguido deshacerse de las aberturas en el ático, de la inundación del tercer piso y de la hermanastra de Ollivander (enviándola a descansar en la torre del palacio). Por lo que un poco de agua ahora era, hasta entonces, el menor de sus problemas. Se esforzó por ajustar los parámetros de su visión, Hess no tenía buena vista en lugares tan encerrados y claros como los pasillos de la heredad, así que apenas puede reconocer al par de personas que están por interrumpir en la biblioteca. —¡Ah! pero si es usted, señora Evans-, su rostro, algo amoratado por el frío, recuperó la cordial sonrisa de siempre, parecía haberla olvidado luego de liar una batalla con Yanna Smith. —No la esperábamos hasta dentro de un par de meses-, pensó que si Guillam se enteraba de esto estaría decepcionado de no poder presumir el jardín que habían estado preparando para la visita de ella que estrictamente Hess había programado. —Pero no es esta la mejor de las bienvenidas, ¿verdad?-, se aseguró de peinar su cabello hacia atrás antes de acercarse para estrechar su mano. —Y la acompaña la señorita Ollivander, es estupendo-, le sonrió también. En realidad piensa que no podría sentirse tan desafortunado desde hace mucho tiempo. Tantas cosas saliendo mal simultáneamente no era algo bueno. —Como dije, el señor Ollivander está atendiendo ahora a alguien ahí adentro-, para ser honestos tiene las mismas ganas de entrar y asegurarse de que en realidad todo está bajo control. Lo había visto entrar al estudio, se acercó lo suficiente para entender lo que sucedía, pero Hessen tampoco era guardaespaldas de Garry, él no había pagado por ese servicio. De igual manera había permanecido al pendiente de la habitación hasta que encontró la entrada principal de la casa abierta. ¿Cuántos intrusos estaban invitándose a pasar la noche en la casa? —Si deja que yo me haga cargo, puedo buscar sus habitaciones y después…-, el estallido fue tan ruidoso que atravesó la distancia hasta el pasillo. Maldita sea, ¿no le había pedido no meterse en problemas?. —Un minuto-, se acercó cuidadosamente a la entrada, apoyando por delante la oreja para querer escuchar algo más de lo que sucedía en el interior. Pero solo las chispas tronando se escucharon sobre las voces. Garry nunca había sido demasiado ruidoso de todas formas. Su mano rozó el pomo de la puerta, pero solo por algo (llamémoslo instinto) dedicó una última mirada a la bruja Evans. @ Rory Despard
  3. Vamono a dormir ya, guape 🐢

    1. Rory Despard

      Rory Despard

      Pero me haces espacio  dentro de ti que estará calientito 🐢

    2. Hessenordwood Crouch

      Hessenordwood Crouch

      Metete todo lo que quieras 😌 na' mas no me vayas a lastimar (?) :guiñoguiño:

    3. Rory Despard

      Rory Despard

      Jamás me metería a donde no me lo permitas 😘 :guiñoguiño:

  4. Quintel desapareció tras haber cruzado el portal, aún lucía demasiado angustiado por la lluvia afuera, había comenzado a pensar que no era una tormenta normal, de otra forma ¿por qué inquietaba tanto al Ollivander?, pensaba que mejor debía quedarse con Hess para encontrar, si es que lo había, lo que fuera que la provocaba o al menos asegurarse de que simplemente era solo lluvia. Si no insistió en quedarse fue solo porque podría volver a su seco y cálido piso en el palacio, buscar a Benjamín y preguntarle al respecto, después de todo, él podría saber mejor sobre el mal tiempo en estos lugares. —Y tu,-, el demonio giró para encontrarse de nuevo con el fantasma de Odette aún observando a través de la ventana. —Fuera de aquí, haces que las cortinas se vean horribles-, decía distraídamente mientras se acercaba al licántropo. El espectro desde luego lo ignoró, pero igualmente se desvaneció cuando un relámpago iluminó la habitación. Y tras eso, el salón de nuevo se llenó de calma. —¿Estas bien?-, Garry asintió una sola vez, sus ojos, que aún son de distintos colores, lo observaron detenidamente, como si quisiera convencerlo de eso. —De acuerdo, será mejor que arregle ese tercer piso antes de que tu hermana lo convierta en un pantano-, Garry no respondió a eso, en cambio, se arrastró, o mejor dicho, rodó sobre el alfombrado del suelo hasta quedar oculto debajo de la mesa. —¿Quieres ir a la chimenea?-, —No ahora. —Bien, si, entonces, llama si necesitas algo-, el mago dudó, para ser honestos, Grell parecía inusualmente inquieto, dentro de lo que se podría considerarse tratándose de él. —No vayas a meterte en problemas, ¿quieres? No lo había prometido de todas formas, ¿o si? No, y no habían pasado ni dos minutos desde que Hessenorwood lo dejó solo para que saliera de su -escondite- improvisado y decidiera considerar la advertencia del fantasma. No era que Odette fuera algo de confianza, pero al menos tendría algo que hacer por un par de horas para dejar de escuchar la lluvia amontonándose sobre ellos. El primer piso casi nunca cambia, Garry se encaminó en dirección a la gran sala, ahí hay una gran vista hacia los bosques que florecen durante cualquier estación del año, él piensa que si algo o alguien se esconde en sus tierras ese sería el mejor de los lugares, claro que, si no mal recuerda, tendrían que lidiar también con las mascotas de su amada Hannity, y eso hacía que permanecer ahí por mucho tiempo no fuera una cosa tan simple. A medio pasillo se detiene con los ruidos que provienen de los pisos de arriba, Hessenorwood es sin duda un repelente de hermanastras, Garry está satisfecho con él por ese trabajo, por lo tanto, se imagina que el tercer piso, mas que un pantano, justo ahora es un campo de batalla, siente algo de pena por la pobre elfina que debe estar lidiando con ellos dos ahora mismo, pero Garry no tiene la energía para intervenir en esto. Ni para subir tantos escalones. Cuando vuelve su atención al camino, se da cuenta que algo ha cambiado, el pasillo ahora tiene una hendidura, como una escuadra que reconoce bien de otras veces. Esa desviación del camino, acompañada del ligero desnivel que hay para acceder a él, lo lleva al distinguido estudio. Él no ha estado ahí en mucho tiempo, y hasta ahora la gran puerta de ventanales coloridos no se le había presentado tampoco. Suspiró. ¿Y si se encontraba con ella ahí adentro nuevamente? No se siente preparado para enfrentarse aún a la alucinación de Evans. Pero eso no era algo que pudiera escoger a su antojo, ¿verdad? Se condujo hasta la desviación y apuró lo más que pudo a cerrar silenciosamente la puerta tras él cuando los pasos escaleras abajo retumban por las paredes. Ahí dentro hay una sola luz que golpea su rostro, lo encandila y hasta cierto punto lo ciega, no puede ver con exactitud de donde proviene o qué es lo que la provoca, pero para ser honestos, Garry ni siquiera está seguro de que sea real. —Tu debes ser el intruso-, dice arrastradamente antes de comenzar a andar por el espacio que conoce de memoria, no necesita de toda esa luz, pero ayuda a encontrar lo que busca. —¿Qué estás haciendo aquí?-, se sentó en una butaca, de buenas a primeras parece apenas caber en ella, pero se acurruca igualmente con los pies sobre el cojín para encajar mejor. —No eres bienvenido-, dice firmemente, pero tampoco parece dispuesto a hacer algo al respecto. —No lo eres ahora. @ Mael Blackfyre (?) 👀
  5. —Decir que serán horas parece realmente mucho-, dice alegremente mientras sigue el camino indicado por ella hacia los sillones. Hay una cosa buena que rescata Hess de las grandes mansiones, los espaciosos y cómodos mobiliarios que se usan para decorar los salones, en su mayoría, son ideales para alguien grande como él, así que se acomoda fácilmente en un lugar donde no pueda perder de vista a esa bruja escarlata. —Verá que para cuando terminemos con esto, no habrá notado siquiera que el tiempo ha pasado-, la maleta que había estado cargando todo este tiempo bajo el brazo, terminó ocupando un sitio junto a sus pies. Se estaba arriesgando mucho al decir eso último realmente, porque a lo largo de su (quizá corta) carrera de asistencia había descubierto que, a menudo, las herencias, por más impresionantes que fueran, no siempre eran bien recibidas por los beneficiarios. Los motivos siempre eran distintos; algunos sentimentales, otros morales y habría quienes simplemente resultaban reacios. Hessen en su mayoría tampoco pudo entender completamente sus porqués. Aún así les sonrió a cada uno con encanto y cumplió sus antojos sin una protesta. Las personas eran, bajo esos endemoniados y cristalinos ojos azules, simplemente maravillosas. Antes de poder continuar con la visita uno de los elfos había vuelto a la habitación con una taza de café y una peculiar botella, la cual apenas inspeccionó mientras fingía dar un trago al café y Darla daba las últimas indicaciones a la criatura. Hess pareció brevemente interesado en la orden que la bruja había dado al elfo, es decir, era normal que no quisiera que alguien les interrumpiera, él tampoco lo hubiera deseado, prefería mantener todo esto solo entre Darla y él hasta que ella cambiara de opinión, sin embargo, el elfo no podía decir siquiera que era ella quien ocupaba el salón, como si ella estuviese evitando a los suyos desde antes de la visita del demonio. No lo parece, pero Hessenord hace una nota sobre esto. En cuestión de un abrir y cerrar de ojos Darla estaba de nuevo ahí con él y una radiante sonrisa que no habría esperado. La gente por aquí no parece acostumbrar a hacer eso. —Por supuesto-, aprovecha para devolver la taza a la mesa, no es aficionado a comer o beber algo preparado por un elfo doméstico. —Déjeme explicarle primero que nada en qué consiste mi trabajo-, algo de publicidad disimulada no estaría mal, eran tiempos difíciles y la compañía tenía que sobrevivir a toda costa, no tendría cara para volver a América si esto simplemente no funcionaba. —La nuestra es una empresa de servicios auxiliares; ofrecemos a los usuarios que nos contratan prestaciones o servicios que les son ajenas a sus operaciones cotidianas. No ahondare en detalles, pero le aseguro que se trata de todo tipo de servicios. Lo que sea para cubrir las necesidades del cliente-, le sonreía nuevamente, esta vez divertido, casi le guiñaba, ¿qué había dicho Renzo sobre coquetear con las clientes bonitas? Lo que fuera, en su defensa, Darla Potter no era (aún) cliente de ellos, no oficialmente. Hizo una pausa, esta vez con un ademán de espera un minuto antes de continuar y se movió sobre su asiento para alcanzar el maletín que había estado cargando consigo. Le da también algo de tiempo para que ella pueda hacer sus propias ideas de en que consiste la empresa, quizá con suerte la imagen de contratar sus servicios de algún modo se cuele en su cabeza. —Ahora, considerando esto, le hablaré sobre la verdadera razón que me trajo hasta aquí-, el tono de su voz se mantuvo, pero al mismo tiempo pareció añadir discreción, a pesar de que están solo ellos dos en la habitación. —Sin embargo, antes de continuar, me gustaría saber…-, el maletín era cuadrado de una forma cúbica, como un pequeño baúl, pero en manos de Crouch no parecía un objeto pesado tampoco. —Quisiera saber si el nombre de Ursula Southeil le es algo familiar, si sabe o a oído algo sobre ella, lo que sea-, antes de abrir la maleta, devolvió a Darla una mirada algo más astuta. @ Scarlet Akane
  6. El fantasma de Odette St. Marin, que habitualmente merodea el área este de la casa de los Ollivander, está acostumbrada a los espacios solitarios que conforman la mansión, caprichosos ellos como lo son sus propietarios, que cambian de posición cada vez que se les plazca. Algunos, los que vienen de fuera, suponen que estos se rotan a gusto y deseo de sus habitantes, pero la verdad es que Odette había visto tantas veces a la (ex)señora Ollivander terminar durmiendo en la gran sala de estar solo por no poder encontrar su habitación en toda la noche. Aparecerse solo ahí no es tan simple. No cree sin embargo, que las habitaciones cambiantes de la casona sean el motivo de tan solitario edificio, la razón de por que ellas ya casi no están en casa. El espectro se desplazó por uno de los más largos pasillos y atraviesa los muros hacia el interior de esa sala que es más pequeña que la principal. El muchacho de lisa piel tostada continúa al pie de un gran ventanal, mirando la lluvia afuera como si esperara que al final de toda esa tormenta algo más horrible cayera del cielo. -¿Estarán los dioses castigándonos?-, lo ha escuchado decir, más para sí mismo que para el otro que parece desmayado sobre una butaca. Ese es joven de apariencia, y de espíritu también lo es, pero hay algo, como un aura a su alrededor, de algo antiguo, guardado en un recipiente bien cuidado. A Odette, en cambio, le gusta mucho más esta versión de Grelliam, es mucho más silencioso que antes, no solo en palabras, sino en sus gestos y acciones. Él apenas se mueve de un espacio a otro, no ojea más sus mapas en el estudio, ni hace artefactos extraños. Físicamente es similar, hay un par de cicatrices nuevas en su cuerpo, diría ella que ahora tiene la forma de un hombre casi o mayor a los treinta, la mente también enajenada, que parece no estar en sintonía con toda la realidad. El otro de ellos (que no está aún) es él que le gusta menos, él aparece y desaparece de la casa a su antojo. Entra y sale dando órdenes a todo mundo, les dice qué pueden o no hacer, quien o quienes pueden estar y qué o quienes no, indica horarios, tiene reglas absurdas (que no entiende como es que consigue que todo mundo ahí las cumpla), trae la despensa y medicamentos a casa, remodela y mantiene ordenados cuartos, salas y jardines, se asegura de que Garry no se seque bajo el sol cuando flota sobre el estanque para ejercitarse y, sobre todo, administra los activos monetarios de la familia. —¿Qué está pasando?-, la voz de él, de Hessenordwood, aparece apenas ha terminado de cerrar el portal tras de él. Los sorprendió. A ella no, obviamente. Es un hombre alto y robusto, estrictamente vestido, con cada accesorio, prenda y cabello puesto con una regla en el lugar exacto. Ridículo. —Está lloviendo-, casi chilló el muchachito de acento extraño. Parecía frustrado, y también que en cualquier momento soltaba el llanto. —Así desde hace seis días-, oh vaya, al parecer el Ollivander no dormía esta vez. —Come esto, te hace falta-, Hess no pareció importarle las explicaciones, debajo del brazo sacó una maleta de donde extrajo un paquete envuelto en papel café, olía terriblemente, pero se lo servía a Garry sobre la mesa de centro que le quedaba a la altura. Conforme, Ollivander comió el pescado a medio cocer con bastante ánimo. —Es evidente que está lloviendo, lo sé, traté de aparecer en el patio hace un momento-, mostró sus zapatos con algo de fango sólo en las puntas. —Mi pregunta es, ¿por qué no has hecho nada al respecto?-, cuestionó al menor. —Lo hicimos-, intervino Garry, con tanto pescado en la boca que apenas pudo entender lo que decía. —Pero la lluvia empeoró-, —Por supuesto que sí. Mastica eso, cariño-, con el ademán de su varita encendió el aparato que funciona a algo parecido a un calentador muggle. —Bien, entonces puedes irte a casa hoy, ahí está tu pago-, el niño aceptó el sobre con genuina sorpresa. —Me parece que habrá algo extra si este chubasco termina por estropear los jardines que eran para Evans-, suspiró resignado, ¿cuánto habían invertido en eso ya?. —¿Sabes? comienzo a pensar que lo has hecho a propósito. Quintel sonrió. Aunque no le caerían nada mal un puñado de galeones extra, lo cierto es que tampoco hubiera hecho nada para echar a perder así los patios que tanto trabajo le ha costado poner en buena forma. Hessenordwood sabe eso también. La fantasma, como siempre, los miró con desprecio y el sentimiento más profundo de repulsión antes de volver su mirada a la explanada medio inundada del círculo, exactamente a sus límites, donde el espectro de su amado Geraint resguarda los bosques y los macro, micro ecosistemas que ahí crecen. —Tan tontos-, el fantasma masculló de mala gana capturando la atención de los tres hombres en la habitación. —Tan necios, tan descuidados, ¿es que no se han dado cuenta? —¿Cuenta de que? señora-, preguntó el demonio con falsa paciencia. —Los intrusos que se esconden debajo de nuestras narices-, Hessen buscó con la mirada al muchachito que había estado vigilando toda la tarde los patios, pero él solo negó y se encogió de hombros, sin poder dar una explicación. Definitivamente, Hess detestaba a todas esas criaturas, seres o lo que fueran. —¿De qué está hablando?-, caminó hasta la ventana. Ahí afuera no había nada más que lluvia y esa naturaleza endemoniada creciendo a sus alrededores que parecía tener vida propia y que encerraba a sus habitantes como una especie de prisión. Demasiado aterrador. Por supuesto que era solo pura propaganda. —Pues yo no veo nada-, desdeñoso volvió a su tarea de atender los signos vitales de un somnoliento Garry. —¿Y si se cuela alguien?-, replicó el menor. —No sería la primera vez-, ni Hess ni Garry parecían preocupados. —Hace un par de meses atrás encontré en el comedor una muchachita de traje ridículo buscando comida en la alacena-, terminó lo que hacía y se ocupó de conjurar un portal más que llevaría al niño fuera de los terrenos. —Y la vez que entró el predicador malhumorado-, añadió. —Este señor de aquí, dice que…-, ¿cómo explicarlo sin hacer quedar a Grell como un chalado?. —Dice que este lugar no es para eso-, —¿Para el que? —No lo sé-, Hess lució, como pocas veces deja verse, algo agotado. Quizá un día consiga comunicarse con esa versión lúcida del patriarca de Ollivander, tal vez así pueda hacerlo entrar en razón.
  7. Quintel Guillam PV: 100 PP: 7 Pensar en una curación fue lo único que le devolvió la consciencia al campo de batalla. Podría haber dicho que la vara de cristal equipada por la bruja oponente había conseguido que su hechizo fuera, además de eficientemente rápido, mucho mas poderoso. El encantamiento de Gryffindor le impactó antes de que siquiera pudiera entender lo que sucedía, y él habría sufrido con anterioridad los efectos de un sectusempra, pero esta vez fue aun mas doloroso. El factor sorpresa influyendo tal vez. Igual de rápido sus heridas sanaron en su mayoría con la curación, sin embargo, el de ella habría sido un ataque contundente. Bajo sus pies aun podía sentir como el piso oscilaba, era extraño, aunque ideal, aquel sitio al que los condujo el guerrero. Quintel imaginó en algún momento del camino que Gahíji ni siquiera era del todo consciente de que ellos lo habían estado siguiendo por aquellos caminos fracturados todo este tiempo, o si lo era al menos no parecía importarle. Llegó a pensar inclusive que quizá el guerrero se habría rendido con ellos tras caer por las cascadas y había decidido solo volver a casa. Él también quería volver a casa ahora, aunque no con las manos vacías. —Vara de cristal-,conjura, la varita de ahuehuete volvió a tomar una forma mas alargada, frágil y peligrosa finalmente cuando siente que puede respirar de nuevo, sectusempra no era un hechizo envenenador, pero sentía que con cada movimiento de exhalación las heridas de su cuerpo sangraban aun mas. —Sectusempra -, devolvió el hechizo con firmeza a su oponente, una vez que ha recuperado el equilibrio. Aun se siente débil, pero el ataque funciona como un efecto e impactaría de igual manera sobre la bruja, llenando su cuerpo de sangrantes lesiones. Y con algo de fortuna, eso la mantendría lo suficientemente ocupada como él, por lo que piensa en un episkey esta vez, ganando algo de tiempo, apuntando su varita hacia él. Mientras termina de sanar, el brillo de la daga de su oponente sobresale entre sus manos. Tendría que ser mas que eficiente, no puede volver a casa todo magullado y explicarle a Benjamín que a pesar de sus esfuerzos no ha conseguido este vinculo. PV: 80/100 PP: 6
  8. Ha estado en lugares como éstos otras veces, muchas veces antes, sitios similares; de grandes dimensiones, con espacios únicos entre ellos, que tienen una gota de sofisticado eclecticismo, algunos bañados de magia más que otros, inimitables en su mayoría y, aunque extraordinarios, en su magnificencia, todo eso se ha vuelto costumbre, ordinario, bajo los pálidos ojos de Hessenordwood. La misma casa de sus padres tiene algo de todo esto también. Lo espectacular no es una novedad, pero aun con eso en mente se ve obligado a sentirse atraído por ello, como si fuera parte de su programación, de un sistema del que cree que no podría desapropiarse jamás, como si él hubiera sido inventado, o mejor dicho, reinventado, para soportar todo esto con encanto. Si es que le gusta o no, eso lo decidirá alguien mas por él. La mansión que los Potter Black usaban como hogar no tenía nada que envidiar a ningún otro de los castillos, palacios o demás edificios que se desplantaban al rededor de todo Ottery St. Catchpole. Y, de algún modo, eso es casi deprimente. Considera que tampoco eso sea culpa de los Potter Black, después de todo en Ottery era difícil encontrar verdaderamente un buen lugar para estar cómodo. En gran medida se las ingenia para lucir realmente encantado con todo esto, inclusive parece más que satisfecho cuando sigue al mismo elfo doméstico hasta el interior de la biblioteca donde se entiende que debe esperar a que Darla venga y lo atienda personalmente. Y no era que Hessen esté en contra de usar a estas criaturillas horribles como servicio, tampoco es que desprecie a los elfos domésticos más que a cualquier otra criatura o animal mágico o no mágico, pero a pesar de la frecuencia que tienen los magos ingleses por tenerlos de servidumbre en sus casas, el hecho de encontrarlos repetidamente sirviendo a magos y brujas le sigue pareciendo una costumbre desagradable. Por supuesto, no hay como las personas, son aún más engañosas, desleales y despiadadas de lo que una criatura como un elfo doméstico pudiera ser, pero eso lo convertía todo en una dinámica más interesante de jugar. Al menos para él. Aun con todo eso en mente, Hess es suavemente agradable cuando agradece a la criatura, Harpo, luego de guiarlo hasta la biblioteca e inclusive fue cortés, agradecido al aceptar algo bebible -que contenga solo un poco de cafeína si es que era posible- a los elfos que entraron detrás de él, dispuestos a servirle amablemente. Fue bueno para omitir también la mueca de aversión luego de que los vio desaparecer de la habitación, aun si lo habían dejado solo, ni un solo gesto desagradable arruinó el rostro del mago tan cuidado como sus ropas. Pero eso también es normal, a menudo aquellos pensamientos, sentimientos, que pasan por su mente, habitualmente, no corresponden a los gestos y las palabras que salen de su boca entrenados para conseguir ser -lo que sea antojo de los demás-. Hasta donde puedan y sean capaces de pagar por ello, desde luego. Y casi fue sorprendido divagando en sus pensamientos por Darla, el sonido de la puerta tras de él le da el tiempo justo para remontar esa fachada firme y precisa que ha aprendido a manipular con los años, podría haberse tratado de otro elfo pero ni siquiera ante un animal como aquel puede bajar el perfil. Al girarse finalmente se encuentra con ella. Darla no es, por ahora ni tanto, lo que hubiera esperado encontrar, aunque siendo sinceros, en este oficio, rara vez las personas eran predecibles. Otra cosa interesante de su trabajo. —Usted debe ser la señora Darla Potter Black-, se acercó, tiene buenos modales porque así ha sido educado, pero las reverencias son, para alguien criado parte en NY parte en California, algo demasiado pretencioso, así que se acerca a ella estirando su brazo para estrechar cordialmente sus manos. —Me da gusto que pudiera atenderme, he estado mandando cartas previas a esta visita para anunciarme con tiempo y no llegar de sorpresa, justo como ahora. Pero me parece que no he terminado de entender del todo como es que funciona el sistema de correspondencia por lechuza, así que supongo que no recibió ninguna de mis cartas-, la verdad era que Hess simplemente no parecía poderse llevar bien con ningún animal que existiera en la tierra. —El elfo doméstico no debe tardar en traer algo para acompañar la conversación, me tomé la libertad de pedir algo mas para usted-, apenas negó con la cabeza. —Pero no crea que he escogido yo. Algo que ella acostumbre, eso fue lo que pedí-, tiene la práctica de llevar la conversación como si se trataran de dos personas que solamente no se han visto en mucho tiempo en lugar de apenas conocerse. Recurrió a una pausa contemplativa, quizá solo para apreciar mas el físico de ella, o quizá solo para ver una reacción (buena o mala) en su rostro de piel pálida. Darla es una mujer de relativa alta estatura, al menos así lo considera él, su tez es tan pálida como muchos en este lugar, incluso la de él mismo, pero la de ella sobresale por colores que no puede ver, que no puede el demonio distinguir por esa característica que desmejora su visión, que lo hace solo ver colores blancos y tonos suaves de grises. Y lo único mas intrigante que encuentra de aquel joven rostro es la mirada de ella que a buenas a primeras no es capaz de definir como algo sobrenatural, pero tampoco algo ordinario como lo encontraría en otras personas humanas. No debe pensar tanto en eso, explorarla no es lo que viene a hacer tampoco. —Bueno, continuando con lo mio, sería mentira si le dijera que no voy a ocupar algo de su tiempo en esta conversación, señora Potter-, Hess tenía la pinta de alguien que es optimista incluso en el peor de los escenarios, eso no podría ser mas una mentira, sin embargo, si era de los que buscaría sacarle provecho a las circunstancias, aun si estas fueran malas. —Dígame si es que tiene un par de horas para escuchar lo que traje aquí para usted-, le sonrió esta vez como si estuviera apunto de hacer una osadía. Lo que fuera para atrapar la atención de la bruja. —Para ser breves, se trata de una especie de usufructo que ha heredado, Darla. Así que puede solo firmar los tramites y le haré entrega de todo o, también claro, puedo explicarle los detalles de esto. Eso es también, parte del servicio, ya esta cubierto, no se preocupe. @ Scarlet Akane
  9. —La puntualidad es una cualidad importante en las personas-, la voz de su padre se escucha en su cabeza con la claridad con la que es capaz de escuchar a las molestas y ruidosas (muy ruidosas) aves que vuelan a su alrededor. —Pero créeme, cariño mio, no puedes confiar para nada en alguien que llega siempre tan demasiado a tiempo. Maldición. Sin duda, se estaba convirtiendo en su padre, o en una versión retorcida de él, mas bien. Era molesto recordar cosas así cuando no las necesitaba, no es que pensar en sus viejos padres fuera un amargo recuerdo, pero no requería ahora ser acosado por ellos hasta en la voz de los memorándum del día a día. Y de un solo movimiento Hessen consiguió serrar la protección de la agenda electrónica que marcaba en toda la pantalla la hora exacta (a dos minutos para el medio día), recordando a su vez y de mala gana que estos preciados aparatos electrónicos no funcionaban muy bien en estos lugares tan desbordantes de magia. Levantó la cristalina mirada para observar con dificultad a su alrededor, todo ahí parece demasiado grande para lo solo que se veía y demasiado solo para la hora del día que era, por supuesto que no espera un gran recibimiento, después de todo ninguno de los correos (o cartas, como se acostumbra en estos lugares) fue resuelta antes de hoy, por lo que Hess imagina que, si algo o alguien se digna a atenderlo en la puerta de los Potter Black el día de hoy, solo podría ser de una de dos formas; con genuina e inesperada sorpresa o de mala gana. Pero ¿no eran estas las cosas del oficio que, secretamente, mas disfrutaba? De algún modo lo era, aun cuando en voz alta siempre dice a su colega que su orgullo se siente ofendido cuando estrellan su cara con un portazo. —No, no. Es Hessenorwood Crouch, como Jess, no Eggs-, repitió dos (o tres veces mas) el nombre cuando lo atienden finalmente en la entrada, a los límites del predio. A eso añadió solamente la tarjeta blanca con el nombre de la empresa (Harmony Co.) y el titulo de “asistencia” después de su nombre. —No, ella no me está esperando, eso creo, pero ya le digo, es importante que hable con ella hoy mismo-, insiste con ganas, aunque tampoco parecía impaciente, no es bien visto hacer esas cosas, por lo tanto él no las hace tampoco. —Mire, si está en casa puede anunciarme y si ella no quiere recibirme lo entenderé, pero necesito que haga el intento, ¿si?-, empujó con solo algo mas de encanto. Con algo de suerte encontrará a Darla Potter Black en su casa el día de hoy, podrá convencerla de sus razones y para antes de la comida estará devuelta en su piso, preparándose para la cita de esta noche con la hija nomaj del señor Ronald Adam. @ Scarlet Akane
  10. Holas, Vengo a consultar sobre el par de habilidades que deje por ahí a medio camino, Era Hablante de parsel y Oclumancia, esta ultima apenas iba comenzando, pero en realidad no se si se pueda comenzar de nuevo con ambas, asi como desde cero o tengo que inscribirme de nuevo o se hará una evaluación del progreso de hablante de parsel, que fue donde solo avance un poquito mas. Voy a dejar linkesitos por aqui a ver si ayuda: Ultimo rols en Parsel> https://www.harrylatino.org/forums/topic/107103-hablantes-de-parsel/?do=findComment&comment=5346221 Ultimo rols en Oclumancia> https://www.harrylatino.org/forums/topic/107102-oclumancia/?do=findComment&comment=5394014 Gracias de antemano,
  11. —Este lugar me gusta-, en medio de toda esa oscuridad, sus pasos sonaron a lo largo y ancho de una abandonada avenida, estaba seguro de que no habría nada ni nadie que notase su presencia a varios metros a la redonda, en primera, por que equipaba de la magia guerrera la joyería adecuada para pasar desapercibidos, en segunda, porque literalmente aquel sitio parece haber quedado olvidado por los dueños de estos negocios. Incluyéndose el de su obstinado cliente. —De verdad, creo que es el mejor sitio al que me ha traído hasta ahora-, habla tranquilamente, pero se le puede escuchar un tono alegre, como si se burlara amablemente de su compañía. —Y no crea que me estoy quejando, pero un lugar con una terraza no estaría mal para la próxima cita-, finalmente le sonrió, con esa sonrisa que, en estos tiempos, genera desconfianza de tan genuina que parece ser. Nadie podría sonreír así ahora, no en este lugar. Su edificio es el mas alto entre los locales en la avenida, él no recordaba que fuera de esa manera, tampoco que la fachada estuviera echa pedazos, tan vandalizada, aunque siendo justos, a lo largo del callejón Baker todo tiene la apariencia de haber sido afectado por una batalla violenta. No se sorprendería realmente si lo fuera, tampoco si encontrara el piso del 221B en terribles condiciones o saqueado. Así que es al menos un alivio cuando la puerta principal aun requiere de llave (y un par de hechizos mágicos) para poder acceder al primer piso del consultorio del detective. Debe ser una secuela, pero sus pálidos ojos, de colores diferentes cada uno, y que observan detenidamente su alrededor, ven todo justo como la última vez que estuvo ahí, pero por el gesto descuidado y breve de Crouch, atina a pensar que tal vez, en realidad, debe estar atrapado en una alucinación, de esas que su mente le juega mas a menudo a pesar de su rehabilitación. No obstante, esta es, si es que puede recordarlo bien, la primera vez en semanas que sale de casa, y no esta dispuesto a dejar que el demonio se lo quite. —Está algo descuidado-, sintió una extraña punzada de terror cuando Hess se giró rápidamente para verle, casi con incredulidad. Quizá "algo descuidado" no era suficiente para describir la realidad. Hasta que nuevamente Hess le sonreía. Tomaría eso como una señal y con un gesto Garry le indicó al mas grande que lo siguiera escaleras arriba. Por un instante el mago dudó, pudo notar, incluso en alguien tan cuidadoso como lo es Hessenord con sus gestos, pero aun así encontró ideas contradecirse en su mente. Finalmente accedió, y las escaleras rechinaron bajo el peso del hombre grande que camina como un espectro detrás de el desde los últimos meses. El consultorio está, y es reconfortante a pesar de los destrozos y el desorden que hay de orilla a orilla, los libros están saqueados de los estantes en los muros y desperdigados por todo el piso, los escritorios parecen haber sufrido quemaduras, la chimenea esta polvorienta y llena de telarañas y el piso…si no se tiene cuidado la caída sería larga y peligrosa hasta el piso de abajo. Hessen lo notó, pues detrás de él se movió con demasiado cuidado, despejandole el camino hasta la chimenea, donde intactas (de entre todas las cosas) aun permanecen las dos butacas. Sin decirlo, Garry agradeció tremendamente el gesto de Hess de limpiar y preparar (con magia) la chimenea y encender rápidamente un fuego que comenzó a calentar la habitación. Fue casi reconfortante. —Creí que no querías llamar la atención-, habló pausadamente luego de que consigue acomodarse en su viejo sillón. —Parece que no se dio cuenta, señor, pero allá afuera no hay nada…ni nadie que pueda si quiera imaginar que estamos aquí-, exageró sus gestos para enfatizar lo alarmante de la situación. —Con algo de suerte, pensarán que ha comenzado alguna otra batalla por aquí, y se alejarán-, continuó merodeando por el lugar, como si esperara encontrar algo mas interesante que solo escombros de viejos pergaminos. Garry en cambio permaneció en silencio por un largo rato, al otro no le importa mucho, de entre todas sus características, la calma que desborda el Ollivander bajo casi cualquier circunstancia, es una de sus favoritas. Aunque eso no terminaba de explicar la tremenda fidelidad que Hess pareció despertar por él. Pero era de saberse que existían cosas extrañas entre la demasiado reciente relación que había en ellos dos. —¿Esta usted…-, hizo una pausa esperando una reacción de parte del delgado hombre recostado en la butaca. Por supuesto no la obtuvo. —¿Esta seguro de esto, Grelliam?-, finalmente preguntó, no acostumbra a cuestionar las decisiones de Grelliam, no delante de el por supuesto, pero esto era diferente a todo lo que había hecho por él hasta ahora, de algún modo era mucho mas personal. Al menos así parecía ser cuando se lo pidió. —Si no quieres hacerlo… —No dije eso, es solo que es tan…-, observó a su alrededor nuevamente, no ha estado en ese lugar antes, pero la magia se acumula ahí tanto casi o mas como en algunos rincones de la casa, esto era algo especial. —…Vulgar-, bromeó, al final siente que no puede decir lo que realmente piensa. Lo bueno es que al menos el gesto que suelta junto a sus palabras parecen divertir a Garry, aunque sea un poco. —Muy bien entonces, comencemos con esto.
  12. Así que, según la aclaración de Gahíji todo este tiempo habían estado regresando los ataques recibidos con la ayuda de kansho, que ideal, se habría perdido de eso solo por el hecho de que los rayos en contra de ellos venían de todas direcciones unos tras otros que, hasta cierto punto, era difícil diferenciarlos. Afortunadamente (por que no puede decir que fue solo cosa de habilidad, aunque tampoco que no hubiera algo de eso), habían repelido los ataques con el mayor éxito. O al menos lo suficiente para llegar a la siguiente parte de la práctica. Asintió al guerrero con entendimiento, el había hecho la misma analogía del Espejo, sin embargo, pensó que tal vez, la magia de Kansho, en otras circunstancias podría haber sido mas compleja. No ha pasado mucho tiempo realmente desde que los ataques terminaron (seguramente por que se han acercado a la caída de agua) para recibir nuevas instrucciones. Algo mas bien cautivado con la acción del guerrero de arrojarse de su canoa, el brujo apenas pudo prepararse para saltar igualmente. La caída no era tan larga aunque si tormentosa, y desde luego no menos peligrosa, Quintel se aferró a sus armas mágicas, pensándose que podría apoyarse nuevamente en la ayuda de algún otro amuleto mágico para librarse de esto, considerando las advertencias del longevo hombre sobre la peligrosidad de estas aguas y lo que pensaba antes sobre usar otras técnicas. El salto fue algo mas torpe que el del guerrero, pero consigue con éxito un clavado casi limpio salvo por su intención de rebuscar finalmente el amuleto volador que colgaba de su cuello. Aterrizó cuidadosamente sobre el agua, pero igual se hundió con pesadez. Ahí abajo, los rayos del sol se cuelan entre espacios cristalinos del agua y hacen resaltar a kansho que aun sostiene con fuerza en su mano. Era aun mas precioso que antes. El arma desapareció de su mano de pronto y como si el tiempo recobrara su marcha nuevamente Quintel comenzó a nadar hacia afuera del agua con velocidad, tratando de evitar a las criaturas peligrosas, protegido con su varita mágica. Afuera el aire es mucho mas húmedo que antes, seguramente por toda esa cantidad de agua que ahora escurren sus ropas. Pero no hay en realidad mucho tiempo para pensar en ello, Gahíji ha continuado con las explicaciones, esta vez refiriéndose a la popular entre los Guerreros, vara de cristal. Finalmente había llegado a esto, ¿sería capaz? El brujo apenas aflojó el agarre de su varita, le contempló en mano sin aun haber invocado el equipo, recordando el momento justo en su larga vida cuando la adquirió. Era un objeto sencillo pero airosa, Quintel piensa incluso que contrasta físicamente con él, ella (su varita) es de clara madera de ahuehuete, con elegantes y suaves bordes por la empuñadura, es robusta del mango y se adelgaza sin torceduras hasta la punta, es extremadamente rígida y con un núcleo de escama de micrurus. Si se lo piensa, su arma mágica parece mas bien de alguien como Benjamín. Eso por supuesto, no es para nada malo. —Vara de cristal-, conjura entonces, con una media sonrisa confianzuda en su rostro una vez que puede y sabe reconocer su varita entre un millón, ¿cómo podría ser mas única ahora? Pero sucedió. La magia solo tardó un poco mas que sus palabras en actuar, pero el brillo osciló a lo largo del objeto, de un color plateado como sus ojos por el centro y un profundo negro en las orillas, como una especie de aura no buena. Se tranquilizó cuando finalmente termina de equiparse con ella, y el resultado era aun mas asombroso que esa transformación. Ahora es cristalina, parece frágil, pero la forma en la que ha crecido la hace parecer mas peligrosa que antes, no puede imaginarse el como, pero lo sabe, sabe que lo es. En la tranquilidad que habían conseguido luego de aquella práctica con kansho, se dedicó a meditar solo un poco sobre esta magia, y lo tremendamente fuerte que es.
  13. —No debe tardar en llegar-, su voz es amortiguada por el sonido de la tormenta que ha comenzado a llenar de charcos los patios del círculo. —Y lo arreglará, arreglará todo esto-, el estanque que tanto le gusta al dueño de la casa ha comenzado a desbordarse también y comienza a hacer un desastre de los matorrales y las flores que han crecido ahí naturalmente y de otras que han sido plantados a propósito, lo único bueno de todo esto podría ser que los ríos de agua corren hacia el interior de los bosques aledaños y no necesariamente a la casa, lo que los mantiene secos, aunque extremadamente húmedos por esa cualidad estructural que tiene la mansión de los Ollivander por conservar la humedad en su interior por mas tiempo del que se recomendaría sano, considerando claro que las maderas viejas que la componen solo han recibido el debido tratamiento desde que Bel y Garry comenzaron a habitarla. —¿Siguen ahí?-, preguntó y el muchacho, que lleva viendo caer la lluvia de hace tres días sin cansancio desde el pie del portón de una de las salas de estar que da al patio trasero, pareció mas sorprendido de poder escuchar el monótono sonido de la voz de Garry que por el rayo que cayó violentamente de entre las espesas nubes de tormenta y se estrelló muy cerca de la casa. —Solo sobre el edificio-, explicó sin apartarse de la entrada, asomándose solo lo necesario para observar, por encima, el principio y el final de la tormenta. —Pero me parece que cada vez es mas fuerte-, un rayo mas hizo vibrar las ventanas del hogar. —La temperatura ha bajado también, si sigue así podría incluso comenzar a granizar pronto-, se giró nuevamente en busca del licántropo, que pasó de estar sentado hojeando un gran libro sobre la mesa de centro a recostarse perezosamente sobre un sofá a sus espaldas. —Eso no es bueno-, Quintel sonrió, definitivamente hay una mejoría en Grell, a pesar de no haberlo conocido de otra forma, se imagina que algo así debía ser estar con él en sus mejores tiempos. —Al menos dejó de ventear, ¿quieres que lo intente de nuevo?-, se acercó cuidadosamente. Hay una serie de meticulosas reglas para los “empleados” de la casa (él y la elfina doméstica que volvió de quien sabe donde y se ha entercado a quedarse a cuidar del amo) que Hessenorwood ha dejado estrictamente claras, y tratar a Garry con brusquedad, bajo cualquier circunstancia, es motivo de despido. No hay muchas de estas reglas realmente, pero esta es tonta solo porque el mismo Grelliam Ollivander no parece si quiera notar cuando hay mas personas (personas reales) merodeando cerca de él. —No, déjalo, me parece que conseguiste hacer que los truenos y relámpagos comenzaran a caer-, pareció esforzarse mucho en tratar de recordar eso último, el último intento de Quintel por aplacar la tormenta sobre ellos, pero de eso apenas habían pasado unos diez minutos tal vez. Hay cosas en las que simplemente no ha mejorado. —Aunque fue… fue asombroso, el como... como hiciste eso-, felicitó. Quintel sonrió divertido, y no se atrevió a agradecer el inusual cumplido solo porque el silencio entre ellos se espesó tan rápidamente que fue como una palmada cálida en su hombro. A Garry de verdad debe gustarle eso. Por supuesto que aquí, dentro de esta casa que también parece maldita, lo bueno no puede durar mucho. Antes de que pueda hacer algo al respecto la puerta de la sala se abre con un estallido que, afortunadamente, no alarma al dueño. —¿Y bien?-, la áspera voz de Yanna causa un escalofrió en la columna vertebral del muchachito, hasta ahora Quintel ni siquiera se ha esforzado por arremedar un sonido como ese gruñido filoso que tiene ella. —¿Qué demonios estas haciendo? Quin dio un paso hacia Adelante, dispuesto a responder cuando esta casi convencido de que Garry se ha quedado dormido en el respaldo del sillón. —Al menos ahora solo llueve sobre el círculo, Yaanna-, sin embargo, es el licántropo quien responde con sílabas largas, arrastradas y un leve siseo. —¿Y?-, Yanna no parecía realmente molesta, mas bien su furia inicial pareció aplacarse con la respuesta de Ollivander. —Que solo llueve sobre la casa, no sobre el ciprés-, repite. —Yo no te pedí que dejara de llover. —¿No? —No, te dije que las goteras han inundado el ático y el agua comienza a filtrarse al tercer piso. Garry se enderezó de un solo movimiento, Quintel no lo había visto hacer algo así antes. —Bueno, yo… tenía este libro de meteorología y…-, Yanna frunció el entrecejo de manera horrenda, el niño pensó incluso que le dolería la forma en que lo hacía. —Que brillante…-, ella avanzó tan rápido sobre Garry que Quintel no pudo intervenir, y cuando se da cuenta Yanna aplastaba la cabeza de Garry contra una pesada bota de lluvia. Sin embargo, no parecía lastimarlo realmente. Grelliam no se quejó tampoco. En cambio, levantó las manos en forma de rendición y dejó que ella se fuera después de empujarlo devuelta al sillón llevándose su libro sin recibir protesta alguna. La puerta se azotó una vez mas detrás de ella, el muchacho pudo escuchar como es que la morena buscaba a la elfo doméstico para que le ayudara a usar el libro para detener la lluvia y casi blasfemaba una advertencia sobre no dejar solo al menor de los Ollivander con un libro como aquel nuevamente. Después de eso, el silencio era solamente interrumpido por el sonido de la tormenta allá afuera. Aun sobre el piso, recostado extraña pero cómodamente sobre el sillón Garry hace de nuevo esa cosa de rascarse el brazo lentamente, pero con profundidad, como si lo que fuera que causa su molestia estuviera mas abajo de su piel, por debajo de sus músculos. Quintel sabe que debe detenerlo, porque Hessen le ha dicho que no puede acercarse a él a menos de que haga cosas raras como esta, pero él lo ha visto antes también, por accidente, lo que hay ahí, debajo de esa ropa demasiado grande, demasiado pesada para alguien tan enfermo como Grelliam, y por un instante Quintel no tiene corazón para detenerlo si eso lo hace sentir mejor. La nueva cicatriz es larga y ancha, existe desde la palma de su mano y corre por su muñeca, el antebrazo, el codo, se astilla un poco al llegar al humero, se arremolina sobre su hombro y termina uniéndose a las viejas cicatrices a la altura de su pecho. Es fea como las que surcan su cara, y aunque sabe que son de tiempos diferentes, todas ellas lucen tan vivas y frescas, palpitantes sobre su piel enferma como él. —¿Te duele?-, Garry negó apenas después de un rato mas de silencio, pero no sabe si es una mentira. —Solo...-, deja de hacerlo, de rascar como si quisiera arrancarse esa parte de la piel, porque el niño realmente pareció preocupado. —Solo quiero que deje de llover-, algo en lo que dice, aun con ese tono demasiado neutral de siempre, estruja algo en el pecho de Quintel.
  14. Vengo por el oro, Perdón ;( FORMULARIO: Nick del usuario: Hessenordwood Crocuch Id: 118247 Link a la bóveda del usuario: https://www.harrylatino.org/forums/topic/103154-bóveda-de-hessenordwood-crouch/ Galeones a depositar: 83.991G Graacia, que buenitos que son
  15. -le mordía una pompis- 💋

    1. Rory Despard

      Rory Despard

      A eso le llamo una buena bienvenida 🤭 * ofrece la otra pompis * xD

  16. Quintel Guillam No sabe donde es que han aparecido con exactitud tras cruzar el portal, pero a pesar de que el clima era menos sereno ahí se sintió cómodo desplazándose en aquellos lugares húmedos y lleno de vegetación. Se deslizó con familiaridad entre la maleza tratando de no perderle la pista al grupo, de algún modo, aunque no sabe donde están, se siente como volver a casa. Lo que no necesariamente era algo bueno, o no algo que el quería. El viaje en canoa en el rió también fue bien recibido por el brujo y, aunque el clima era tormentoso para sugerir un viaje tranquilo, tampoco es que fuera del todo una tarea difícil, así que luego de subirse a la canoa decidió que, en todo caso, lo mas difícil habría sido seguir de cerca la barcaza del guerrero con aquella corriente feroz y errática en la que se había convertido el rió. Sobre los sonidos de las aguas, y de aquello que los rodea escabulléndose por entre las sombras de la ribera del rió, se podían escuchar las instrucciones (o advertencias) del guerrero Uzza. Instintivamente, hizo lo propio y conjuró, fue suficiente con tan solo pensarlo -kansho- para que el arma se materializara en su mano. Kansho pesa mucho mas de lo que hubiera esperado, también es mucho mas grande (cree) pero aun así se aferra a la empuñadura de plata con firmeza contrastando el color tostado de la piel de sus manos con la brillante plata, y al igual que el entorno natural, siente que lo tiene dominado (al menos el agarre). En un desliz, se dice a si mismo que esto estaba convirtiéndose en una de esas cacerías entre tribu que sus pueblos practicaban hace años, cuando no eran los únicos escondidos entre las selvas. Aunque él nunca habría sido del tipo guerrero en esos tiempos. Y no le alcanza el tiempo para contemplar los demás detalles de orfebrería en el objeto mágico antes de que la primera ráfaga de rayos busque impactar contra ellos tras la explicación del guerrero. Es casi suerte, diría, pero se conoce bien desarrollado en reflejos como para saber moverse justo a tiempo, aunque siendo honestos la mayor parte del trabajo lo esta haciendo Kansho absorbiendo hechizos casi con voluntad propia. Era impresionante, pero incluso ahora, mientras se salva de no caer de la canoa tras absorber un potente sectusempra de último momento, no se da el tiempo justo de admirar para comprender del poder del arma sino en mantenerse de pie para impedir otro ataque que esquiva con un salvaguarda mágica y que se estrella en la corriente del río salpicándolo en el proceso. —Supongo que obsistens hubiera resultado mejor-, se dice. Sintió un inusual calor naciendo desde la empuñadura del objeto mágico que le hormigueaba hasta el brazo. Cuando los ataques comienzan a cesar, se da cuenta de que no ha terminado de entender del todo el completo funcionamiento del kansho. —Señor Gahíji, maestro-, llama al guerrero cuando un rayo mas pasa por encima de su cabeza. Quizá no era el mejor momento para tener dudas, pero las tenía. —Señor, ha mencionado antes que Kansho absorbe la magia y retiene los hechizos para ser usados en el futuro, el texto en el libro dice que es capaz de absorber un ataque mágico y devolverlo inmediatamente; ¿eso quiere decir que ese futuro es inmediato? ¿o es posible que Kansho pueda retener hechizos por mas de una acción o turno durante una batalla? De poder hacerlo ¿como es que se devuelve el hechizo? ¿basta con tan solo pensarlo y arrojarlo?
  17. Quintel Guillam Se sintió inusualmente enfermo, así como no lo hacía desde un largo tiempo; el camino que la pista lo lleva hacia donde se supone que puede encontrar al guerrero Gahíji no ha sido desafiante ciertamente, nada que hubiera retrasado a cualquiera tal vez, pero no se enferma por eso, ni tampoco por las posibles pruebas que este nuevo conocimiento les hará hacer frente, no lo hace por ahora, esto era, mas bien, un sentimiento de culpa, lo que más agobia al aprendiz y se refleja en una pequeña arruga en la frente de su joven rostro. Por supuesto que esto no es como si estuviera escapando de casa sin el permiso de sus padres para pasar la noche en un pub con alguna identificación falsa en su bolsillo, tampoco está planeando un delito, un mitin social o alguna de esas actividades que Benjamín Whisper pueda encontrar como delictivas o de mal gusto, sin embargo, durante años ha sido adoctrinado bajo los matices de una antigua civilización ahora extinta, ¿podría esto considerarse desleal a sus orígenes si había hecho aun lado (tan solo un poco diría él) parte de ese viejo mundo para hacerse de todo ese nuevo poder? Ahora, a casi la mitad de su preparación dentro de la magia guerrera, no está seguro de como es que los Dioses puedan interpretar sus acciones en esta era y, tal desprendimiento espiritual, lo agobia. En su espalda, el peso del libro de las Auras y los objetos mágicos que carga el zurrón parece aumentar cada vez más conforme avanza en la oscuridad de la noche, pero aun así, él no se detiene. A pesar de ello, se siente mucho más preparado que la última vez que se atrevía a encarar a un guerrero para conseguir un vínculo de magia guerrera. Era consciente de que tal vez se estaba preocupando por algo que ahora no era tan importante como lo era el encuentro con el guerrero. Aún las estrellas brillan apasionadamente en el cielo cuando finalmente los ve y los alcanza; hay algunos cuerpos más en compañía del Uzza, así que se acerca hasta ahí, con el mismo cuidado con el que ella se ha detenido a contemplar la nube celeste sobre sus cabezas como alguien que es cautivada por el conocimiento y el misticismo y, con la misma paciencia con la que el guerrero termina su cena, Quintel aguarda junto a ella con su pálida mirada paseando a lo largo del cuerpo de un dragón. Era estimulante. El viaje hacia el conocimiento de los ancestros habría de comenzar, y Quintel (o más bien Ehécatl) se pregunta si habría algo de todo esto que pudiera aportar aunque fuera un poco, de alguna manera, a su propia antigua civilización, o si es que tal vez podría hacer algo por ellos con todo esto. —¿Qué es lo que sucederá ahora?-, pregunta con una voz que parece la de una criatura, y no lo hace directamente al guerrero, o a la bruja junto a él, aunque si alguno responde él igualmente estará agradecido por ello.
  18. ID: 118247 Libro de Hechizos: Libro de los Ancestros Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): Aquí Link a la Bóveda: Dineros Link a la Ficha: Aquí
  19. Planilla de compra: ID: 118247 Nick: Hessenordwood Crouch Link a la Bóveda Trastero: Aquí Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Aquí Link a Tópic de la clase o a la prueba: Prueba del libro del Caos Nivel Mágico: 27 Fecha: 2021-04-29 Nombre del producto: Libro de los ancestros Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Nivel (del libro): 25 Precio: 25,000g Precio total: 25,000g
  20. Planilla de compra: ID: 118247 Nick: Hessenordwood Crouch Link a la Bóveda Trastero: Aquí Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Aquí Link a Tópic de la clase o a la prueba: Prueba del libro del Caos Nivel Mágico: 27 Fecha: 2021-Abril-29 Nombre del producto: Libro de los ancestros Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Nivel (del libro): 25 Precio: 25,000g Precio total: 25,000g
  21. La mirada del demonio se está paseando por el salón una vez más cuando la pequeña Leslie comienza a hablar de nuevo, esta vez, sobre evadir los temas británicos lo más posible. Lo que era interesante, de algún modo, preguntar por lo que ella piensa al respecto, si tuviera más tiempo para hacer esto claro, pero el muchacho Crouch justo ahora lo que más le importa es recordar toda esa historia que, sin quererlo realmente, ha pasado por alto todos estos años viviendo fuera de su natal Europa, toda esa historia que sin más ni menos ha ignorado por años y que, aunque tampoco parece ser aficionado a ella, siente que necesita más que nunca, porque como ya ha explicado antes, a pesar de sus fuerte raíces familiares, Hessenorwood realmente no se sentía atado o siquiera unido de alguna forma a algo de todo esto. Muy posiblemente tampoco lo hacía a ningún lado o a algunos en particular, si se ponía a profundizar, la sensación de pertenencia era algo a lo que no estaba acostumbrado. —¿Ah? ¿Qué hay de malo sobre saber sobre los ingleses?-, se auto advirtió por eso, no debe olvidar (jamás) que también él es un inglés, criado en otro continente, pero inglés a final de cuentas, ya su padre se habría encargado de que no se olvidase de ello. —Que mejor que aprender de su historia para saber como es que se mueven, que los motiva a tomar decisiones o que es lo que piensan sobre todo lo que (hace o no) gira a su alrededor en el ahora -, dice con tranquilidad mientras busca acomodarse en otro extremo para tener una mejor visión de Linmer también, no es como que vaya a iniciar un debate con la niña ahora, pero comienza a serle curioso el caso de esa joven bruja. Quizá era tiempo de conocerse mejor. Pero Gaunt tiene en mente otra idea para moverlos por la clase, y termina por tomar una de las ideas de la joven Linmer. Hasta ahora el brujo entiende (de alguna manera) a lo que ella se refiere cuando le explica el por qué tal vez no pueden ver el tema que él hubiera preferido, pero no puede evitar sentirse solo un poco abatido al respecto. —Bien, bien, Irlanda será-, dice suavemente, evitando encogerse de hombros sólo porque encuentra el gesto desagradable y poco adecuado, fuera cual fuera la situación. Aunque lo intenta, no consigue el tono suficiente para escucharse a sí mismo convencido, aunque supone que a estas alturas, nada de lo que diga o haga hará la diferencia, lo mejor era poner de su parte y cruzar ese portal de una buena vez. Las últimas explicaciones de Gaunt parecen más bien advertencias, de esas que no solo los limitan a lo que sea que vayan a hacer aquí en lo que dure este curso impartido por ella, sino más bien de esas que deben quedar bien grabadas, que están escritas firmemente sobre algún material tan inflexibles como ellas mismas y que, a pesar del encanto que la bruja tiene para explicarlo, a Hess casi le parece una amenaza, no por parte de ella, desde luego. Pero jugar con el tiempo tampoco es (por ahora) algo atractivo para el demonio, sobre todo si hay un enorme letrero de "no tocar" encima de la línea histórica. Está por cruzar el portal por cuenta propia cuando se da cuenta que Leslie parece haber acertado al cambiar sus ropas por algo más acorde a la época. Por supuesto que él hubiese pensado en hacer lo mismo que la niña, tal vez, si supiera exactamente a qué tiempo es que estaban viajando. Así que solamente una pesada capa de viaje (gastada por el uso) apareció sobre sus hombros, cubriendo cualquier rastro de sus ropas. El aire fresco (por lo menos más que ese antiguo salón de clases) golpeó su pálido rostro con la mezcla de aromas que ahí se reunían como personas. Hay demasiada luz para que él pueda ver más allá de unos cuantos metros, pero es suficiente para encontrarse con el resto de la clase. Hess se acerca y lo primero que puede escuchar es a la menor preguntando sobre la comida. ¿Cuál era el secreto de Leslie Linmer? No puede imaginárselo, pero se dice a sí mismo que, quizá, puede haber algo bueno con ella. Por Satán que si. —¿Cómo es que se celebra este… Buidhe Bealtainese? ¿lo pronuncié bien?-, habla en cambio, interrumpiendo sin quererlo realmente, distraído con el bullicio de los montones de personas agrupándose, que llaman la atención del brujo e inconscientemente lo hacen solo un poco más interesado en lo que ahí está pasando. —Quiero decir, a diferencia de hoy, de nuestro ahora, ¿cómo es?-, su mirada pareció sorprendida por el espectáculo cuando una llamarada vibrante sobresalía de entre multitudes de personas alentadas.
  22. Quintel Guillam Dado PV: 100 PP: 6 Se sobresaltó al encontrarse ante él la presencia del guerrero en el lugar de David, los expresivos ojos del muchacho se dejaron impresionar por el escudo que Khufu invoca delante de él para absorber el primer ataque que había lanzado en contra de (según él) el australiano, y retrocede entonces (solo un paso ha echado hacia atrás) desconcertado solamente lo suficiente por no saber con certeza lo que estaba pasando ahí, ¿a donde es que había ido David? ¿qué había pasado con él? o ¿qué es lo que Khufu había hecho con él? Con desconfianza el muchacho (nuevamente) correspondió la venia del guerrero sin apartarle la mirada. Las advertencias del longevo guerrero le dejan de pronto un mal sabor de boca, Guillam comienza a pensar que el Uzza no puede llegar a comprender sus ambiciones hacia con la magia guerrera aun si se diera el tiempo de explicarlas mejor, no era su trabajo tampoco y mucho menos cree que Khufu pueda estar interesado en ello, sin embargo, tampoco puede evitar sentirse preocupado de que quizá el guerrero pueda estar mal entendiéndolo todo este tiempo, porque él cree que incluso eso puede influir en su aprendizaje, en como Khufu puede guiarlo mejor en esta enseñanza. Quintel pidió la fuerza de su querida madre para armarse de paciencia y reflexionar sobre sus acciones, podría haber estado equivocado desde siempre si Khufu había tenido que mencionarlo para comenzar. Así que pareció dudar antes de animarse a volver a empuñar su varita con fuerza y reforzar su guardia. —”Estoy aquí para ganarme ese conocimiento”-, quiere gesticular a señas cuando siente que su voz gastada no le va a rendir lo suficiente para todo el combate, pero está perdiendo tiempo y el guerrero parece bravamente impacientado cuando equipa la vara de cristal, por lo que se limita a asentir con firmeza antes de provocar su siguiente invocación. No era la mejor de las ideas apostar ahora a su suerte, pero tal como se lo ha pedido Khufu, tenía que demostrar ser capaz de dominar la magia guerrera del Caos si espera vincularse con ella, así que ahora comprende un poco mejor (quizá no) la irritación del guerrero sobre su primer movimiento que (él habría querido que si) fuese solo una prueba de los alcances de la magia guerrera en un escenario diferente. —Invoco a las Fuerzas del Caos para disponer del Tiempo-, masculla, esperando tener mejor suerte con los dados que durante la clase. Ahí había sido más fácil, porque no habría más hechizos que amortiguar si fracasaba, sin embargo, esta vez tenía no solo que redoblar escudos si la suerte jugaba en su contra. Pero apenas puede ver el valor obtenido en su sorteo cuando siente el ardor en su cara como un golpe ardiente, como aquella vez que cayó de su escoba y aterrizó en su rostro. A la par de eso, su visión se nubló debido a los efectos de un embrujo punzante, por lo que la lista de hechizos disponibles para contraatacar se limitaba, a no ser que hiciera antes algo al respecto. —Cinaede-, conjuró en cambio, dejando aun su rostro mal formado víctima del embrujo punzante de Khufu, y esperó a que el veneno hiciera lo suyo; que se escabullera por las vías respiratorias del guerrero hasta cortarlas, provocando sangrado y la parálisis de sus sistema nervioso eventual hasta la muerte, por supuesto que no piensa que todo termine ahí, pero espera causar el daño suficiente para mantener al guerrero entretenido mientras él lía con los últimos efectos del hechizo. Mientras ponía a prueba, una vez más, su habilidad (o su suerte) con la magia del Caos. PV: 90 PP: 5
  23. Quintel Guillam PV: 100 PP: 7 Puede sentir como un escalofrío recorre su columna cuando el guerrero lo llama de pronto con el apellido de uno de sus padres, mientras apunta con la varita, es solo algo aterrador como el de una amenaza que no se espera, sin embargo, para el brujo, también es sumamente emocionante, tanto como el de un desafío donde está dispuesto a competir para ganar. El muchacho sonrió divertido a quien sería su oponente y después, con algo más de serenidad en sus gestos, se despidió del guerrero para cruzar primero, con su característica energía, al otro lado del portal. David no tardaría en llegar, está casi seguro de esto, por lo que Quintel debe aprovechar sus pasos valentonados para aprender del contexto físico que los rodea antes que nada. Ahí donde han aparecido, la explanada es extensa y pura y cálida, hay vegetación por todas partes a pesar de lo árido que se siente el clima, y hasta por debajo de sus pies, tan altas las ramas que llegan incluso a rozar de sus rodillas, hay rocas grandes puestas holgazanamente y sin orden a su alrededor, no parecen haber sido puestas ahí a propósito, pero tampoco abundaban o, si lo hacían, estaban casi todas cubiertas por hierba o musgo. Puede escuchar y sentir más que solo mirar el cuerpo de agua cerca de ellos, lo sabe porque el viento áspero que corre por ahí refresca solo un poco más, lo sabe porque puede escuchar el sonido de alguna criatura desplazándose hacia adentro, o quizá hacia afuera de él. Hay matorrales bajos y secos también, Quintel se imagina que, aun con toda esa calma que aparenta haber, están menos solos que antes, y quizás ahora podía entender un poco mejor de qué iba la última de las advertencias del guerrero antes de que cruzaran el portal. Hace solo un poco menos de calor que del lugar donde estaban antes, y es, para él, demasiado más húmedo, por lo que la ropa de jardinería que aún lleva puesta, a pesar de la arena que se ha colado del oasis, se adapta un poco mejor que cualquier otro conjunto que pudo haber escogido con las prisas. No se da el lujo tampoco de aprovechar la brecha que David le ofrece con su retraso, y no cambia nada de su atuendo más allá de sus zapatos, que ahora son una especie de botas de goma para la lluvia marrones cuando puede escuchar que alguien mas atraviesa el portal a sus espaldas. Quintel se gira entonces para encontrarse con él. —Estoy encantado de enfrentarme a ti, caballero Australiano-, no conoce su nombre, solo escuchó al guerrero llamarlo así, por ende, él solo repite, con los buenos modales con los que Ben se ha estado esforzando por adoctrinarlo. —Espero que esta prueba sea beneficiosa para los dos-, floreó su varita para presentarla junto a una venia formal, pero breve. —Aunque si solo uno ha de obtener el vinculo, amigo, te aseguro que lucharé por él hasta morir si es necesario-, se mantiene energético, animado, no era una amenaza cómo tal, más bien era una invitación, porque fácil es lo último que espera que sea esta última prueba para sellar los vínculos con la magia del caos. E inmediatamente, apuntando con firmeza de su varita los filamentos de fuego fueron disparados uno tras otro en dirección a David al pensar un flechas de fuego en contra del mago, estos impactarían duramente contra él no solo causando heridas sangrantes graves, sino que también incendiaran su piel provocando lesiones graves que podrían incluso provocarle la muerte si no se tomaban las medidas de prevención y/o curación correctamente.

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