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Hessenordwood Crouch

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Todo lo publicado por Hessenordwood Crouch

  1. Hito 3. Sala de las profecías. No se había esperado el último de los ataques de Rory que impactó contra una figura redentis que estaba dispuesta a hacerla caer del cangrejo de fuego, ella, que casi se ha colgado del pescuezo del animal mientras lanza hechizos a diestra y siniestra contra estos seres, se vio de pronto arrastrada por el peso de uno de ellos colgado a la espesa capa de viaje que cubre todo el pequeño cuerpo de la bruja. Tonta criatura, de no ser por Despard hubiera caído por debajo y el cangrejo seguramente la hubiera aplastado. Se siente apenas a salvo, pero igualmente tiene que pegar un brinco grande, fuera del cangrejo tras la vibración de aquel ataque o de otro modo terminaría perdiendo el equilibrio y el destino final sería el mismo. Así que tras una acrobacia que no es del todo limpia, si no que se tropieza haciéndola caer al final y con la falda de la capa en llamas es que se separa de Rory. —Estoy por aquí Despard, continúa en esa dirección, sigue al último grupo, yo me encargo del cangrejo-, le llama desde el otro lado, pero con la enorme criatura en medio de ellos, haciendo quejidos dolorosos y expulsando llamaradas de fuego descontroladas en todas direcciones es difícil asegurar que él puede escucharla. Primero que nada intenta lanzar un hechizo para atontar a la bestia, sin embargo el brillo que los cristales sobre el caparazón obtiene de pronto le advierte de una detonación que, por las quemaduras que ya tiene en sus manos, está segura de que su cuerpo no lo podrá soportar, por lo que sale de ahí tan rápido como puede, esperando que Rory hubiera sido tan listo y ágil para haber conseguido escapar igualmente. La detonación del enorme cangrejo de fuego hace vibrar las paredes, ella es arrojada de último momento por la fuerza de la explosión, en su último intento por escapar de las llamaradas, se escabulle entre los escombros hasta alcanzar una cámara casi escondida tras una gigantesca puerta. Una vez adentro, las llamas aún la siguen cómo si quisieran alcanzarla, Eitʃ hace un intento de cerrar la puerta del otro lado, pero es inútil, el fuego es contundente y quema la superficie. Retrocediendo un poco es que acude a la magia, pero por más que lo intenta nada funciona. Entre dientes murmura una blasfemia, lo que parece conseguir que la puerta cierre de golpe separándola del fuego, pero también dejándola encerrada en esa habitación. No es importante, por lo menos le da el tiempo de respirar un poco antes de intentar salir en busca de Rory. No obstante, una sensación horrible recorre su cuerpo, los huesos y la piel le duele cómo si se estuvieran estirando, lo que solo podía significar una cosa. Una punzada de terror la invade, le da la adrenalina suficiente para volver a intentar atacar la puerta, esta vez para abrirla, pero los nuevos intentos no funcionan. El cuerpo le duele aún más tras cada segundo que continúa en esa habitación, un tanto ya frustrada arroja su varita contra la puerta e intenta golpearla con sus manos, pero no sucede nada. Resignada a que parece que no hay otra salida, cede, deja caer su cuerpo sobre sus rodillas, ahogando un aullido de dolor mientras que los efectos de la magia demoníaca, que le habían otorgado esa bonita forma femenina, están terminado. Después de un par de minutos, las quejas cesaron, el cuerpo un poco adolorido quedó oculto debajo de aquella capa que ahora no es tan grande, pero que cubre bastante bien. Da gracias al infierno de que su ropa está preparada para un cambio repentino. Lentamente se levantó, acomodando la ropa que es incómoda por lo ajustado que le queda, su cuerpo es casi tres veces más grande ahora y aunque es tela flexible tenía que tener un punto máximo de elasticidad. —Lo siento, Barbatos. Entre en pánico, supongo-, dice mientras recoge la varita del suelo. —Veamos, pero ¿qué es este lugar? Hay que salir rápido-, nuevamente intenta hacer magia para invocar un lumos, pero es inútil. Aun así avanza un par de pasos descalzos (se ha tenido que deshacer de ellos, fue la única prenda que no se pudo ajustar) en la oscuridad. —Hola, creo que quedé atrapado en medio de todo esto cuando comenzó el ataque del inquisidor, ¿hay alguien más aquí?-, llamó, aunque aún no puede ver a su alrededor se escuchan pasos, cómo si alguien corriese por pasillos aledaños. Quizá alguien más había quedado en este lugar, pero ¿era amigo o enemigo? —Maldición-, a pesar de lo tranquilo que parece lo cierto es que la idea de no tener magia, sobre todo en este momento, lo tiene demasiado preocupado, necesita volver a cambiar antes de encontrarse con Rory nuevamente.
  2. Hito 2 Misión suicida era la de querer derribar la barrera de la entrada al ministerio montados sobre un cangrejo de fuego gigante sin salir con más daño que el de quemar las faldas de sus capuchas. Era evidente que aún les quedaba mucho que recorrer por delante, el cangrejo de fuego abriéndoles paso era de gran ayuda, sin embargo, el estridente ruido de las llamaradas que salen de su parte trasera, sin mencionar lo alarmante que puede ser ver entrar al ministerio una criatura enorme con esas características, además de proteger la retaguardia de Rory y ella también llamaba demasiado la atención, esto era cómo entrar montados a toda velocidad sobre una ambulancia con las sirenas encendidas y chocando con cuanta cosa se atravesara en su camino. Pero, bueno, al menos esta ambulancia incluye un lanzallamas. Solemne, sobre la parte más alta del caparazón y aferrado a los cristales, Rory finalmente proclamó su siguiente objetivo: Tenían que llegar al departamento de misterios y terminar con todo esto de una vez por todas. Eitʃ contempló a Despard una última vez y sintiéndose casi ridícula por lo contagiosa que podía ser la determinación del mago, se movió entre los cristales del caparazón y trepó a la criatura hasta alcanzar el punto más alto sobre su cabeza, en busca de algún rastro o el camino correcto que los lleve de nuevo a la cámara del departamento de misterios. Había señales de batalla por todas partes, no eran los únicos ahí tratando de llegar al inquisidor, no obstante, la destrucción que había en todas las direcciones del interior del edificio del ministerio de magia hacía que la tarea de seguir un rastro se complicara. La bruja se preguntó entonces por el grupo de personas que anteriormente iban por delante de ellos, si es que corrieron con mejor suerte, si lograron llegar al inquisidor o, de una vez por todas, acabar con él. Supone que no, pues el destello de un hechizo que casi le rozó y la hizo volver a esconderse detrás de la cabeza del animal, reveló también la presencia de los redentis. —El ataque vino de aquella dirección-, dijo alzando la voz para alertar a Rory. —Las demás personas debieron tomar ese camino. El inquisidor tiene que estar ahí-, preparó su varita mientras ella continúa escondida entre dos trozos de cristales grandes, esos seres no se lo pensaron dos veces en rodearlos, no estaba segura de que podrían continuar sobre el cangrejo de fuego por más tiempo. Definitivamente iba a necesitar cobrar un extra por esta misión.
  3. Hito 1 - Rory Despard, Hessenordwood Crouch Eitʃ & Rory Despard Debieron haber caído en una trampa, ¿un trance? no había otra explicación a lo que sus grandes y azules ojos miraron. Al menos Rory permanecía a su lado, no es del todo un consuelo ahora que se encuentran frente a todas estas Abominaciones que refuerzan de nuevo la entrada del ministerio de magia cómo un muro aparentemente impenetrable, pero era mejor que tener que enfrentarlo sola, porque muy probablemente, aprovechando que están afuera, hubiese botado esta misión sin dar explicaciones. —Furnunculus-, escupe con un gruñido frustrado al verse nuevamente afuera del ministerio con esa barrera impidiendoles el paso, y es que la entrada al departamento de misterios había estado tan cerca. Al menos ver cómo el rayo impacta sobre el rostro de la primera de una de esas Abominaciones y como se llena de forúnculos y ampollas dolorosas que van en aumento, impidiendole visión y movilidad, le ayuda a calmar sus nervios. En paralelo puede sentir las vibraciones de un rayo proveniente de la varita de Rory con habilidad, lo que impacta y lastima golpea fuertemente a dos de esas cosas consiguiendo quitarlas de su camino, es en ese momento en el que se da cuenta de que aquella barrera de Abominaciones es mucho más espesa de lo estimado. Frunció el ceño tratando de idear un plan que requiera de menos esfuerzo, pero cuando baja la nube de polvo que el último hechizo de Rory deja puede distinguir la melena pelirroja del predicador atravesando el espacio que queda entre ellos y la entrada al ministerio de magia. Tenía que admitirlo, estaba impresionada con esa destreza. Así que no perdió más su tiempo, avanzando rápidamente detrás de Despard la bruja mueve su varita pensando un flechas de fuego, disparando así una ráfaga de filamentos en llamas contra el segundo y tercer obstáculo que pretendían atacar apareciendo de la nada desde un costado. Tramposas y desagradables criaturas, porque aunque desconoce la naturaleza de estas cosas, está segura de que no hay forma de que puedan ser buenas. Aun si después de esto Rory quisiera convencerle de lo contrario o apaciguar el desprecio que ya siente por ellas. Pensó en un obsistens antes de detenerse un instante para hacer un rápido conteo, el cerco de energía de un color blancuzco que la rodeó la protegió, absorbiendo sin dejar rastro de la cuarta de esas cosas. La entrada no está más lejos, pero parecen haber reservado lo mejor para el final, la barrera protegida con las invocaciones del inquisidor les espera a Rory y a ella del otro lado de este tramo. No hay tampoco tanto tiempo para detenerse a buscar a Despard aunque la llamarada violeta que se ve desde el otro lado del camino, a su costado, termina por darle una pista de su paradero. Al rostro serio de ella lo reemplazó una sonrisa coqueta en esa dirección, —Pero que hombre tan inspirador-, pensó con alegría. —Ya veo porque nos gusta tanto-, soltó una risa cómplice antes de zarandear la varita de nuevo sobre su cabeza. Esta vez había apuntado hacia una pila de escombros que dejó la detonación que Rory había provocado al comienzo. —Morphos - Cangrejo de fuego-, cómo si las llamas del incendio del pelirrojo no fueran suficiente, ella transformó un buen trozo de roca en un cangrejo de fuego con un aro dorado a su alrededor, el cual comenzó animadamente a lanzar desde su trasero llamaradas hacia la quinta Abominaciones luego de que Eitʃ pensara en orbis bestiarum. Posteriormente ordenó también a la bestia que les abriera una brecha hacia la entrada. —Engorgio-, el rayo que impactó sobre su misma invocación aumentó tres veces el tamaño de la criatura dándole así más alcance a sus llamaradas. De ese modo, y pensando un salvaguarda mágica para esquivar a la sexta de ellas que terminó por traspasarla, yendo de lleno contra las llamaradas de su cangrejo de fuego, la bruja corrió por el campo hasta quedar a la par de su invocación que avanzaba firmemente quemando todo con las llamaradas que salían de su retaguardia, al menos tendrían este lado cubierto por ahora. Con un silbido llamó la atención de Despard e invocó ígnea cuando estaban juntos, para rociar a ambos con una lluvia de polen de lirios de fuego haciéndolos inmune al calor del fuego y llamaradas de la criatura. Luego invitó a Rory a montar al cangrejo, detrás de ella. —El camino está casi libre desde aquí-, le dice cuando sube primero, aferrándose a los cristales que salen del caparazón. —Pero este chico nos cubrirá las espaldas-, intentó convencerlo. Una potente llama que salió del trasero del animal amortiguaba cualquier protesta del predicador y acababa con la séptima y la octava abominación que cayeron envueltas en llamas. Por delante sólo quedan una par de enemigos, apuntó nuevamente con la varita luego de asegurarse de la posición de Rory. —Incárcerus-, conjura atando con las tres cuerdas a la novena, que se lanza contra ellos tratando de tirarlos de lomo del cangrejo de fuego. Finalmente, cuando ya están a solo unos cuantos metros lanza con un suspiro un sectumsempra que impacta violentamente contra la última, la decima de las Abominaciones, que los separan de la entrada del ministerio, las heridas sangrantes la habían dejado fuera de combate. El peso del enorme cangrejo de fuego pasándole por encima no pudo haber sido mejor para esa criatura. Esto estaba casi hecho,
  4. Hito 2. Fallar era imposible a estas alturas del atraco (aunque Rory no decidiera llamarlo así), no había sido del todo una tarea fácil atravesar la entrada a pesar de que habían encontrado gran parte del camino despejado al llegar, el lugar estaba repleto de magia poderosa que se opone a la intromisión de cualquier modo. Era algo difícil aún para el mago más experimentado. Para suerte de Despard, o quizá no tanta suerte, escabullirse (particularmente en los escapes) era una de las habilidades más sobresalientes de Eitʃ. Por un momento pensar en dejar esta misión se volvió una opción a considerar, ¿en qué estaba pensando Hessenordwood cuando aceptó la pobre cantidad de honorarios que se le ofreció por este trabajo? Ella espera que al menos no fuera en los azules ojos de cachorro de Despard cuando invoca para encomendarse a uno de estos Santos a los que es tan devoto, de otra forma ya se veía ella en un par de años trabajando para la empresa, con un espantoso traje de sotana arrastrado que no le dejase aprovechar nada de su flexible cuerpo ejercitado. —Vara de cristal-, conjura ella inmediatamente una vez que Rory le da la instrucción de finalmente poder atacar. Es la primera vez que trabaja con Despard de esta forma y aunque no han tenido mayor comunicación salvo lo necesario, parece haber cierto entendimiento entre ellos. —Sectumsempra-, el efecto de heridas sangrantes cayó inmediatamente sobre la figura del fondo. Radiante, la media sonrisa se dibujó satisfecha, si no había acabado con su enemigo al menos les daría el tiempo de salir de ahí. Volviendo a ondear la capa oscura sobre ella se arrastró cómo una sombra hasta quedar detrás de Rory. —Algo se mueve en esa dirección-, señaló al pelirrojo un largo pasillo que parece conducirlos hasta una cámara. Tras su último ataque le pareció ver que aquel grupo que les había dejado el camino libre en la entrada tomaba la delantera en esa dirección, ingresando a lo que tenía que ser el departamento de misterios. —Ellos han entrado ahí, ahí tiene que estar eso que buscas-, sus azules ojos destellaron con emoción, aunque su rostro se mantiene con una severa seriedad. Cómo si fuera la sombra de Rory o un reflejo, ella se desplazó por el extremo opuesto del pasillo, la varita por lo bajo parecía fielmente dispuesta a esperar cualquier instrucción que Despard diese de pronto. Era demasiado tarde para retractarse de estar aquí, aún si fuera por una paga tan pobre.
  5. Es demasiado evidente que duele. —Claro que me gustaría, Hannity, cariño-, la voz de Grell es suave, casi débil, es un aliento cansado que se alcanza a escuchar solo por que están nada mas ellos dos en aquel siniestro pasillo, adornado con toda esa época victoriana, armaduras y escudos familiares sobre el muro y del otro lado iluminado por el jardín exterior, una obra tan hermosa que hace juego con los espacios del palacio. Ahí a solas con ella, que pretende ser Hannity para él, su Hannity que sufre, agoniza y se pierde en sí misma en una lucha constante día con día, Grelliam no le reconoce. Es demasiado doloroso de una forma que no es física, pero él tampoco entiende cómo. Eso, que dice ser Hannity, se acerca, se escucha cómo ella, por un momento, en el tono aliviado de su voz cree sentirla, no es una alucinación, pero ¿en que se había convertido ella ahora? ¿o acaso era él? Le gustaría, por una vez en mucho tiempo, que las cosas entre ellos fueran aburridas, que no tuvieran algún misterio que descubrir, que no fueran difíciles, pero estaban maldecidos después de todo, ¿no era así? Hoy más que nunca puede sentirlo, así cómo los pasos de Hess, que se mueve cómo una sombra en aquel espacio que creyó que había abandonado. Lo que sea que pretendía el demonio ahora, no podría ser bueno, las nuevas y viejas cicatrices de su cuerpo se lo advierten. —Hessenordwood debería estarnos esperando afuera en el coche-, su voz tiembla, posiblemente de agotamiento, quizá con temor. —Ven aquí, cariño, papá te llevará a casa-, estiró su izquierda rota, con la marca en la palma seca, comiéndole la piel, era imposible que algo cómo eso sirviera, pero solo algunas veces, en contadas ocasiones, él es capaz de percibir a Hann, la verdadera, a través de ella. Abandonar Francia en un silencioso viaje de la mano de su querida Hannity fue placentero, no sabe cuanto tiempo tenga que pasar para volver a estar así con ella. Pero pensar en eso era demasiado y, a él, aún le dolía hacerlo. @ Hannity Ollivander Evans
  6. Sus brillantes y amarillentos ojos contemplaron la fachada del lugar una última vez antes de avanzar con pasos rencos al interior de aquel que podría figurar un palacio de cuento de ficción. No está entusiasmado de todo esto a pesar de que no acostumbra estos lugares, estos eventos o, en general, toda esta aristocracia, sin embargo, avanza animosamente con la única esperanza de que una vez dentro pueda comenzar a disfrutar el someter a sus chirriantes articulaciones bajo un traje de tan fina etiqueta, que de pronto a nada lo hacen sentir que llama la atención solo por lo ridículo del traje elegante más allá de lo extraño que se ve cuando sus pasos se traban al caminar. No obstante, el evento es de tan gran magnitud, tal cómo se lo han asegurado, que es imposible que robe la mirada de alguien, no si contabiliza el listado considerable de personas importantes que han acudido, según su información, de todas partes de Europa. Esto era importante, ¿por qué entonces alguien cómo él está aquí?. La pesadez rápidamente cae en su estómago, se da cuenta de que quizá es muy minúsculo en este lugar, no obstante, retirarse no mejoraría las cosas, contrariamente no solo quedaría cómo un cobarde, si no que además dejaría su deber hacia con estas personas botado sin ninguna consideración . Tiene un objetivo y tiene que comenzar a hacer algo al respecto. Caminó entonces, decidido pero arrastrando el pie que de tanto en tanto se traba y no quiere avanzar, por fortuna no tiene que hacer mucho con sus brazos que, gracias a este mismo tic nervioso, está convencido de que conseguiría hacer un desastre con todo eso. Así que rechaza amablemente a los meseros que le ofrecen algo de beber una vez adentro, solo con una gentil negativa que alborota un poco ese cabello castaño que le ha costado casi media hora ordenar con fijador y alguna poción alisadora de cabello. Después de un rato de deambular sin llegar a ningún lado es que finalmente la encuentra; solitaria y pensativa casi en medio del salón, donde las personas pasan con animadas charlas a su alrededor, celebraciones, reencuentros o encuentros recientes ocurren rápidamente y ella, cómo si él tiempo pareciera detenerse sobre si, continua absorta, con la mirada perdida en una idea que seguramente nadie comprenderá. Ella tenía que ser, la hija de Grelliam. Sonrió ante su deducción y avanzó cuidadosamente hasta acercarse, de pronto incapaz de romper con aquella meditación suya. Había alcanzado a escuchar su incógnita, pero de pronto le parece incorrecto, aunque no sea él la persona que ella busca, dejarla sin una respuesta. Él medita un momento antes de finalmente entrar a su espacio de pensamiento. —El mundo actual está sufriendo lo que algunos llamarían caos, ¿no te parece? sin embargo, en mi humilde opinión, y en la de mi amigo Palahniuk*, todos los descubrimientos verdaderos surgen del caos, son resultado de dirigirse hacia lo que parece incorrecto y ridículo y tonto, pero que, eventualmente, nos llevan al reconocimiento de que, tal vez, algo no estamos haciendo bien después de todo-, soltó con elocuencia, se sorprende así mismo de no haberse trabado al hablar. Pero a él aún le ponen muy nervioso estas cosas de charlar con otras personas, sobre todo tratándose de una muchacha tan deslumbrante cómo lo era la jefa del departamento de relaciones del ministerio francés, aun en su semblante taciturno que está seguro ha heredado de su padre. —Hannity Ollivander, ¿cierto?-, él es un hombre joven, debe rondar apenas los veinte, pero el tupido mostacho claro que lleva lo hace ver casi sobre los treinta, tiene brillantes ojos ambarinos, casi del color del oro, una tez pálida y gestos gentiles. De esa forma la saluda a ella. —Te he reconocido del diario que anunció la colaboración de elementos británicos con el ministerio francés, no tienes por qué asustarte-, suelta una risa nerviosa, casi tímida, no es capaz tampoco de mantener la mirada, si no que mira al frente y de reojo estudia su comportamiento. —E-es algo emocionante, sie-siento que estoy con una celebridad. Uff, perdona si interrumpo algo, pe-pero justo es que te vi tan profundamente pensativa que pensé que quizá necesitabas con quien compartir todas esas ideas que pudieran estarse acumulando ahí adentro. Hablar solo no siempre ayuda ¿ve-verdad?-, volvió a reír con nervios, aunque de buena gana. @ Hannity Ollivander Evans
  7. Por una vez en lo que lleva de este encuentro con Eileen, Hessen se quedó sin qué decir. Con la mirada azul detrás de aquellos oscuros cristales no puede hacer más que parpadear una y otra vez mientras contempla los grandes ojos que ya parecen adelantarse a sus palabras. Aunque sabe que ella aún no está dentro. Claro que tiene un puñado de expresiones en mente justo ahora, que van desde lo muy en contra de ser el saco de boxeo de alguien solo por dar la talla (aunque eso también apela favorablemente a su vanidad) a para nada, sobre todas las cosas en el mundo, dejarla entrar de nuevo en su mente a husmear, pero por supuesto que ninguna de todas esas frases que se le ocurren son de su práctica o por lo menos no cree que con alguna de ellas va a conseguir de Moody lo que quiere. Además de detenerse a pensar en lo que ella sugiere, hace un recuento de lo sucedido esa noche. Ahora que lo piensa mejor, las cosas entonces fueron un poco diferentes a lo que le ha contado a la propietaria de El Trastero, para empezar la noche había sido de cacería, aunque él no era precisamente la presa, sino el cazador, lo menos fuera de la verdad era que si perdió el manuscrito cerca de este lugar aunque no fue robado de sus manos, Hess lo dejó oculto entre dos edificaciones y para finalizar su encuentro con Eileen después de la pelea, no le había quedado conciencia suficiente para volver por él hasta la mañana siguiente. Era de esperarse que no lo encontraría donde lo dejó. Así que después de un rato largo de haberse quedado en silencio, porque es consciente de que puede parecer sospechosamente extraño si lo prolonga más tiempo, concluye de que no es una buena idea dejar que Eileen husmee, más allá de encontrarlo cómo un mentiroso, posiblemente nada de lo que vea ahí sea más útil de lo que puede contarle al respecto y, finalmente, si ella entra ahí y no ve lo que él le dice tal vez Eileen termine por no ayudarlo. -La verdad persigue a la mentira-, recuerda a su estricta madre, ¿qué pensaría ella de él si lo viese ahora? No es que se dedique a decir mentiras claro, pero su trabajo podría no considerarse el más honesto. —De acuerdo-, las lentillas oscuras y la automática sonrisa suave sobre su pálido rostro ayudan a que nada se le escape. —Si, bueno, eso parece una buena idea-, ¿para qué? ¿para probar sus habilidades en la oclumancia? ¿cómo podría? si aún tenía que seguir acudiendo al Mahoutokoro por asesoría en esta magia. —¿Quieres hacerlo aquí?-, pregunta mientras aparta la mirada, incapaz de sostenerla por más tiempo busca el pretexto observando lo estrecho que se ha hecho la entrada del local con él a medio pasillo. —O ¿tendrás un lugar más discreto para…-, de pronto siente un nudo en la garganta que no lo deja continuar con su palabrerío de convencimiento. —...para hacer eso?-, es consciente de que ha murmurado eso sin mucho entusiasmo, pero ¿quién podría sentirse bien con una idea cómo ésta? A pesar de que lo vivió un breve instante esa noche, ahora no puede ni imaginar cómo puede ser la experiencia, ni siquiera para el legeremante, la sensación de estar dentro de la mente de otra persona, le resulta algo tan demasiado personal para ambos extremos que de algún modo lo hace sentirse enfermo. Finalmente, encontrar aquella obra perdida ahora es lo más importante. —Aunque…-, canturrea rápidamente, en un intento de disimular todo aquello que le resulta extraño en su propio comportamiento. No está siendo él mismo y lo sabe, aunque no se detiene a pensar en porqué. —También tengo un lugar-, dice y de reojo le devuelve la mirada, esperando encontrar en el redondo rostro de Ellie alguna señal de convencimiento. —El nombre, quiero decir, del lugar donde pude haberlo perdido. Podrías, no sé, tal vez encontrar algún rastro desde ahí-, encontrar el manuscrito era importante, pero si podía mantener a Amaya lejos de su mente en el proceso de búsqueda era mejor. @ Ellie Moody
  8. Hessenord respiró, suave pero profundamente, el peso de Grelliam que cuelga inconsciente en su brazo derecho es casi imperceptible, no puede sentirlo tanto ni tan feroz cómo en cambio si se siente el cargar su varita ahora. Barbatos, que continúa equipada con la vara de cristal, cortesía de su aprendizaje con los guerreros Uzza, vibra fuertemente mientras conjura protecciones que lanza en dirección a la puerta del laboratorio en lo que Hannity cruza él portal y va en busca de su encargo. No es sin embargo el uso de toda esta hechicería oscura que Hess tiene que emplear lo que le está costando todo este esfuerzo, él ha sido criado en esta práctica de la magia después de todo, es más bien la razón de sus acciones futuras que al hombre, en contraste con el demonio, le pesa solo un poco más. Tras la última protección que rebota sobre un muro des petrificando así al gnomo sobre la mesa, Grell tiene un espasmo que hace que Hess finalmente comience a preocuparse por esta magia que desesperadamente golpea sobre aquel símbolo que trazó con su propia sangre, cómo si no le importase las consecuencias de enfrentarse a alguien cómo él, un demonio. Para su fortuna, o tal vez no tanta, Hannity está de vuelta con un sofá amplio, Hessen reconoce la pieza de una mala noche entre los pub del bajo Londres mientras recuesta a Grell sobre el acolchonado. Su hija en cambio continúa ahí, de pie firme junto a él y es solo hasta que se separa de Garry que Hess parece darse cuenta que ella está ahí. Que dulce muchacha, piensa, aunque ni su rostro, mucho menos su mirada, son capaces de dejar escapar ningún pensamiento. Casi siente una conmovida pena por ella, es la frágil protagonista de este sufrimiento que ha crecido alrededor de los Ollivander, ella es de espíritu y voluntad noble, de mejores intenciones, a lo que hoy en día, sobre todo hoy más que nunca, puede considerar cómo una buena persona, pero de esas que necesitan sacrificarse para sobrevivir un día mas, por que el mundo los necesita más de lo que ellos son conscientes. Y los pondrán a prueba, intentarán romperlos, corromperlos, estropearlos, pero su fortaleza, aún si se rompiese, será capaz de conmover, aunque sea uno solo, los corazones ajenos. —Quiero ayudarle-, se escucha por encima de los golpes que amenazan con atravesar la madera de la trampilla y por un instante la mente de Hessen queda en blanco. El muchacho no puede hacer el trabajo difícil todo el tiempo después de todo. —Claro que lo harás-, masculla absorto en los pensamientos del demonio. Sus ojos se oscurecen entonces, un azul marino se refleja en ellos cuando se encuentra con la mirada de ella, mucho más cálidos y mucho más humanos de lo que Hess acostumbra dejar que la gente vea de él. —Pero no aquí-, dice, debe aprovechar la confusión en el rostro de ella, su cuerpo débil. —No ahora-, la vara de cristal se desplazó entonces y apuntó a la muchacha y aunque su brazo apenas tembló fue firme al conjurar. —Obliviate-, el efecto fue inmediato sobre ella. —Desmaius-, invoca después, y el rayo golpeó directamente a una bruja paralizada ante la confusión. Él supo ser lo suficientemente rápido para atraparla antes de que su cuerpo golpeara el suelo. Cambió los cuerpos después de eso, movió a Garry de vuelta al salón de pociones, y Hannity descansó sobre la butaca, devolvió el sillón al cuarto de hotel y sin mirar atrás, sin remordimientos, volvió a cerrar el portal. No importa que tan bueno pudiera ser Hessenordwood con los encantamientos de desmemorización, está de algún modo seguro de que su próximo encuentro con Hannity Ollivander resultará complicado. @ Hannity Ollivander Evans
  9. —¿Hampshire dice usted?-, repite reflexivo, el nombre le suena importante de algún lado aunque por ahora parece más impresionado por la carroza que espera detrás de las vallas que limitan los terrenos del antiguo cementerio. Es un artefacto lujoso, quizá demasiado anticuado para estos días, pero al niño resulta interesante. —¿Acaso se han extraviado?-, no es hasta que ve los arreglos florales avanzando por el sendero que los lleva también hasta el mausoleo que cae en cuenta de su error. Sus amarillos ojos, esta vez grandes de sorpresa, volvieron hacia Cleo, la muchachita que había explicado hasta ahora que ellas han viajado hasta aquí con la intención de visitar la tumba de la difunta madame Travers. Nerviosamente retrocedió un par de pasos. Alguna de estas personas tenía que ser entonces, Harriet Travers, y él les ha acusado de allanamiento, tks, pero que torpe. ¿Qué debería hacer ahora? no es cómo que pueda comenzar de nuevo como si nada de esto estuviera pasando, ¿eso podría parecer raro? ¿Y si desaparece sin más? Ambos podrían continuar con su día y esto solo quedaría cómo una mala experiencia pasada. Agg, pero este era su primer gran empleo ¿y si no le encomendaban más las tareas sencillas por echarlo a perder con Travers? Quizá simplemente debía disculparse, con los mejores modales que es capaz de lograr y aclarar toda esta situación. Si, si, eso parecía la mejor idea. Pero por alguna razón no dice ni hace nada de esto y simplemente se queda callado pensando qué hacer mientras sus amarillos ojos escudriñan al par de mujeres que parecen sumamente ofendidas, por lo tanto, la actuación de ellas no logra otra cosa mas que ponerlo aun mas nervioso que antes. Su rostro enrojeció inmediatamente de vergüenza. Esto estaba comenzando a complicársele. —Por supuesto, usted debe ser la señora Harriet Travers-, aseguró con una sonrisa nerviosa mientras agitaba sus manos ansiosamente sobre la gabardina. —Pero llegan antes-, murmuró para sí mismo luego de sacudir de sus pensamientos todas esas ideas que lo hacen desconfiar de sí mismo y lo entorpecen. —El padre Black me ha enviado aquí para recibirles, verán, él ha pescado una variante de viruela de Dragón, apenas el día de ayer presentó los primeros síntomas, así que es imposible que se encuentre el día de hoy aquí con usted-, sonrió. Todo en él es suave de una forma gentil, el tono de su voz, sus gestos, él modo en el que se mueve un paso adelante y hace otra ceremonial reverencia y que curiosamente contrasta con su apariencia física, que es casi salvaje. —Pero me tienen a mi a sus servicios por mientras, para lo que se les pueda ofrecer, mis señoras. @ Rory Despard
  10. Gurendriel. —Eso de ahí, madame, no es un hombre-, la voz con eco proviene desde el fondo de una profunda zanja abierta en la tierra. De ahí mismo salió un muchacho pálido como un difunto, subía por una escalera apoyada en las paredes de la tumba que pretendía en cualquier momento resbalarse por la tierra húmeda donde se sostenía. La mirada de aquel muchacho, que es amarilla y que da la apariencia de un animal tras los mechones ondulados de un abundante aunque corto cabello castaño, está más atenta en lo que hace que en el par de mujeres del otro lado, cerca del mausoleo construido para resguardar los restos de la señora Travis. Una vez fuera de aquel hoyo, respiró apasionadamente el aire de su alrededor, parecía disfrutarlo, era inconsciente como se limpiaba las manos con un pañuelo antes de guardarlo en un bolsillo, lo que fuera que estuviera haciendo ahí abajo había dejado algunos rasguños y marcas coloradas en la blancuzca piel de sus nudillos. Por supuesto que las ocultó bajo guantes oscuros del cuero de algún tipo de reptil. Solo cuando termina de sacudirse el resto de la tierra suelta que se le ha pegado a la falda de la gabardina es que sus felinos ojos se encuentran con aquellas dos mujeres. —Le decía que eso de ahí no es un hombre-, quiso avanzar, pero algo parecía detenerlo, como si su pie se hubiera quedado pegado al suelo de pronto. Suspiró, había cierto cansancio en ello, tal vez porque no es la primera vez que le ocurre, se puede ver en como es que hay pisadas más profundas que otras alrededor de la tumba. —¿Cómo es que no puede darse cuenta de ello con esos bonitos ojos suyos?-, dice aparentemente de buena gana, aunque evita mantener la mirada, avergonzado de aquel cumplido para ellas. Cuándo puede volver a caminar, pasa de largo de ellas para llegar hasta el mausoleo, junto a la otra figura inmovil aun, no tiene los buenos modales de un caballero, pero en si el muchacho, que debe rondar los veinte, contiene cierta gracia en sus gestos y al hablar, como si fuera el hijo rebelde de una familia que se esfuerza por adoctrinarle correctamente. —Ah, mi buen Beruz, aquí estás-, es suave y gentil al hablar. —Si has oído bien, te han llamado caballero, pero que no se te suba a la cabeza-, rodea la figura con largos pasos, algo rechina a su alrededor cada vez que ondula su abrigo, tal parecía solo tratarse de uno de esos maniquíes de las tiendas de ropa. —Ahora quédate quieto-, apuntó con su mano a la figura estática y recitó: —Reducio-, el rayo, que no pareció provenir de una varita, sino más bien tras un sonido mecánico debajo de su manga, encogió la pieza en un artículo de bolsillo. De buena gana se agachó a tomarlo, no sin trabarse nuevamente. Tal parecía que su capacidad motriz estaba limitada por alguna especie de tic nervioso. Al volver su ambarina mirada a las mujeres abrió y cerró la boca un par de veces antes de poder decir algo más. —¿Ha-hay algo en que pu-pueda ayudarlas, señoras? No deberían estar aquí, ¿saben? E-esto es propiedad privada. @ Rory Despard
  11. Claro que la llevará ahí. Para él está siendo toda una experiencia esto de aprender de Sauda la habilidad de la oclumancia. Y es que la arcana lo ha guiado por un camino hasta ahora que va más allá de algo que tiene solo que aprender porque sea su deber o algo que se espera que consiga tras memorizar leer teorías y páginas de libros viejos. Ella le muestra en cambio que es una magia que, más bien, lo completa, una pieza que extravió alguna vez, o mutó, o simplemente nunca estuvo ahí, y que ahora puede formar con esta magia de la oclumancia. Ahora las primeras lecciones de ella comienzan a parecerle mucho más sensatas que al comienzo de este aprendizaje. Él asiente una sola vez y es cuidadoso cuando palmea apenas sobre la mano de la arcana que sostiene su brazo suave pero firme, es un aviso, una advertencia de que ha sabido escoger meticulosamente, de entre tantos de los que ha visitado antes, el sitio que quiere compartirle a continuación y de pronto a nada llevará acabo la aparición conjunta. Es Paris, desde luego, y no le queda mal al muchacho que la presumió preciosa en esta época. A esta hora del dia, que no debe pasar del atardecer, es brillante y reluciente a pesar de que han aparecido en un barrio de clase media, claro que hace aproximadamente quince años atrás las calles llenas de automóviles no hubieran robado el espacio al peatón y los hubiera dejado aparecer sin problemas sobre la acera más cercana de una avenida poco concurrida por transeúntes. —Este es el teatro-, Hess le explica a la arcana mientras contempla la fachada de un lugar abandonado, es increíble como, a pesar de su deterioro y su falta de contexto moderno y estético, las personas que pasan por ahí a toda prisa en sus automóviles no parecen notarlo. Qué simpático éste gesto de la gente que vive tan apresuradamente día a día, ciertamente Hess es un poco así, posiblemente si este lugar no significaba tanto para él también lo hubiese ignorado. Es tan obvio que es casi invisible. Y es que es muy posible que la fachada acabada por el pasar del tiempo no pueda a simple vista impresionar a nadie, así como decir siquiera que este lugar alguna vez pudo ser un lugar que alguien consideraría íntimo. Es justo de ese mismo modo en el que Hessen somete a su mente bajo una fuerza inspirada por lo tan suyo que le parece este lugar, tanto, que no quisiera que nadie más lo allanara con su presencia. Bajo esta fachada actual que muestra solo lo que hay superficialmente, sin pensamientos o ideas que revoquen a los añorados días que vivió en este sitio es que forma el primer muro ante la presencia de la arcana queriendo ver más allá. Ella se lo a advertido con anterioridad, su sensibilidad lo traiciona y es por eso que a los pies de la derrumbada y olvidada estructura que es el teatro, repite este ejercicio anterior; coloca una protección desde adentro para asegurarse de que nada se escape de su lugar y por fuera hace algo más complicado que eso, no se aparta o se aleja como tal, si no que todo junto; ella, él, la demencia interna, los sentimientos a flor de piel, quedan atrapados en una habitación que en su monocromía y ordenamiento es imposible de distinguir con certeza lo que contiene en su interior, está ahí, no las ha transformado de ninguna forma, sin embargo, las oculta con astucia bajo las narices de cualquiera. —Venía aquí todo el tiempo cuando era más joven-, le dice a la arcana, puede sentirla querer husmear en su pasado, es como un sabor agridulce en la lengua y cosquillea un poco en la punta de sus dedos, y no empuja más esta vez, si no que la mantiene ahí, afuera, como si le prometiese dejarla entrar pronto, aunque posiblemente ambos saben que eso no ocurrirá. Y a ella solo le muestra un gesto joven, como si fuera el muchacho de diecisiete años que venía aquí por última vez. —Pero aunque no me lo crea, mi señora, el París de hoy me gusta mucho más que el de hace quince años-, le asegura girando a sus espaldas donde la gran ciudad se desplaza en todas direcciones y la noche acrece sobre ellos.
  12. No se siente esto como si fuera la primera vez que estuvieran negociando un acuerdo entre ellos dos, por el contrario la respuesta de Rory es totalmente fluida y de algún modo le sorprende tanta accesibilidad por parte del predicador, aun cuando no ha oído del todo de sus condiciones o sus honorarios. No, esto es de alguna forma algo más natural a pesar de que es su primera vez, es más como un día de investigación a lado de Despard, donde entre ambos intentan armar un plan condescendiente para allanar una propiedad privada por un bien mayor. Lo ve entonces, con pálida mirada, levantarse delante de él, está casi seguro de que Rory no puede saber lo mucho que impone la postura física combinada en el modo en el que sus palabras se adelantan a él en sus condiciones. De esta forma se revela a alguien mayormente preparado para esta reunión, no es alguien con quien Hessen pueda portarse abusivo de pronto, porque es casi seguro que sería detenido hábilmente. Él está impresionado con esta versión de Rory. -Este debe ser-, se dice a sí mismo, -El líder de estas personas-. Lo sigue fielmente con la mirada, desplazándose confianzudamente por el salón a rellenar su taza con quien sabe que bebida y lo tiene de vuelta esta vez más cerca. No hay ninguna probabilidad de que Rory esté tratando de intimidarlo con sus acciones, pero posiblemente, en su naturaleza, es todo esto lo que lo haría, si lo conociera con la malicia de querer hacerlo por supuesto. Apenas se mueve a un lado lo suficiente para dejarlo apuntar en el mapa los sitios y poder ver con claridad los puntos que señala mientras continúa explicando sus condiciones. -No me hagan el trabajo tan fácil-, quiere responder burlonamente tras escuchar sobre la disposición de Rory para acompañarlo a donde sea necesario, pero igualmente no dice nada al respecto convencido de que cualquier cosa que diga o incluso que haga, así sea para expresar estar de acuerdo, pueda interrumpir con la exposición del pelirrojo. Finalmente, aun si no era esa la intención de Rory con dichas condiciones, todas estas explicaciones mejoran el panorama y el humor de Hessen, que ya era bastante bueno, sobre la ejecución de este plan. Asiente una sola vez, aceptando de este modo las restricciones de Despard, que no son tantas ni más complicadas, pero que de todas formas Hessen ya le ha encontrado posibles problemáticas para solucionar a futuro, porque en realidad ningún lugar era seguro en este mundo. Aunque proteste al respecto, sospecha de que tanto como Rory y el resto de la orden del Fénix no les queda más que confiar los unos en los otros y en que estos sitios que menciona sean realmente seguros y de confianza. Él tararea luego de otra pausa de silencio, donde ha estado nuevamente sopesando las peticiones de Despard. —Ya veo-, era su turno, su mirada pasa nuevamente del plano junto y pasea por la habitación, como si no terminase de deliberar una de todas estas ideas. —Estos a los que llama lugares seguros es algo que está un poco fuera de mi alcance, ¿no cree?-, suelta, aun no vuelve la mirada a Rory, parece mas bien si hubiera sido un pensamiento en voz alta. —Quiero decir, ¿usted me está diciendo que el deber de su grupo es mantener estos lugares seguros para esta ejecución o es parte de mi trabajo garantizar esa seguridad? Decir que tengo amplio poder de decisión en esto es muy costoso, para ambas partes-, él negó. —Debe dejar muy, muy claro, mi señor Despard, cuales son mis accesos y límites dentro de todo esto. Esta es por lo tanto mi primera condición-, Hessen se encontró finalmente con la mirada de Rory. —Pero, si es mejor para usted, podemos aclarar estos límites en la redacción del contrato final. —Sobre lo demás, es necesario que sepa que el contrato no será y no podrá ser bajo ninguna circunstancia un servicio para la Orden del Fénix. Los servicios de la compañía están a disposición únicamente de usted o, en todo caso, la persona seleccionada para llevar a cabo esta colaboración. Se trabaja para un solo usuario, se le responde a una sola persona-, le explicó. —En tercer lugar la relación de la compañía con usted, o la persona a cargo, debe ser en el mayor tiempo posible reservado o en su defecto saberse manejar con discreción y diplomacia-, se hubiera encogido de hombros si no lo encontrara como un gesto corriente para sí mismo. —Pero usted ya sabe esto, ¿verdad? —En cuanto a los costos-, algo removió dentro, él no vive de buenas acciones, pero frente a Rory, que bajo ninguna circunstancia, y entre todas las personas que conoce hasta ahora, no parece tener la peor de las voluntades, no se siente tan justo. —Podríamos liquidar los saldos pendientes al final de la jornada con otro beneficio. Información, por ejemplo. Un acceso a nombres e historiales laborales, tanto de ex miembros de la Orden del Fénix así como información que puedan tener y que sea de utilidad sobre el grupo contrario-, levantó una mano en forma de pausa, para evitar cualquier posible protesta pronta de parte de Rory. —No lo vea como si quisiera aprovecharme de esto mi señor, sino más bien como un seguro. Tengo que saber para quién trabajo después de todo y contra que me enfrento si todo esto se sale de su curso-, finalizó tan tranquilamente como había comenzado su reunión. @ Rory Despard
  13. No hay nada entre ellos que los haga similares o parecidos, no son siquiera el tipo de personas que puedan tener algo en común, ambos tan diferentes en lo físico como en los hábitos y gestos, son el tipo que harían pensar a cualquiera que la relación que pueda haber en alguien como ellos no puede ser necesariamente para algo bueno. Sin embargo, existe una férrea complicidad en ese silencio que ambos comparten al interrumpir su conversación. ¿Todo está bien, caballeros? es lo que se escucha a lo largo del pasillo. Los azules ojos de Hess palidecieron. Garry en cambio exhaló con cansancio. Es Hannity quién está ahí, pero ninguno de los dos es capaz de reconocerla de buenas a primeras. Hess, que se ha quedado casi ciego de pronto con la luz que se cuela de las decoraciones dramáticas de los jardines, no puede verla y Garry, sabe que es ella, pero no se siente como tal, es un reflejo tal vez o una alucinación como las que tiene de Bel Evans cuando le invade la agonía en las habitaciones de la Heredad, pero a estas alturas de su mente atrofiada no puede saberlo con certeza. —Hessenordwood-, ese es el tono, es una especie de siseo que Grelliam hace cuando va a pedirle algo que es importante. El Crouch aparta la mirada a la escueta figura del final del pasillo, es una pena, porque es lo más bonito que hay en el corredor. Y Garry hace entonces un ademán con su cabeza —Vuelve ahí-, dice su rostro, pero sus ojos que no miran mas que al suelo, oh, esos ojos que Hess cree que es lo único más atrayente en él, lo delatan abatido, como si hubiera tomado la decisión más dolorosa en su extraña existencia. —Todo está perfecto-, responde el demonio con una sonrisa que intenta ser la más encantadora y hace una venia de cortesía antes de volver sus pasos por donde viene. —Con su permiso-, dice antes de girar sobre sus pies y pretender que regresa a la cena. —Todo está bien-, vuelve a confirmar Garry cuando incluso la loción de Hess no se siente más en el pasillo. —Solo, pensaba que era demasiado tarde ya-, habla cansadamente, como si hubiera explicado esto muchas veces. —Y me preguntaba, bueno, de hecho, nos preguntábamos-, señaló en dirección a donde Hessen se ha perdido al otro extremo del pasillo. —¿Si es que te gustaría venir con nosotros a casa, Hannity?-, es posible que ella no sea real, pero de alguna forma él puede intentar practicar ser sincero con ella por una vez en mucho tiempo. @ Hannity Ollivander Evans
  14. Holas, Espero haber entendido bien este caso. Dejo aquí los remplazos: Golpeador: Lucertola Mangia-libri (Tutshill Tornados) - 10 Cazador: Francisco García (Firenze Falcons) - 10 Cazador: Belmont Dubois (Paris Promise) - - > 10 Buena suerte equipo s(?) 🎉
  15. Hessen suspiró agotado. Algo que solo deja para cuando está a solas. Desde que tiene memoria (una nueva) ha sido así. Va más allá de la vanidad, le gusta verse bien claro, pero esta es la máscara, es parte del personaje. Hasta cierto punto lo es. Sin embargo, resulta difícil, muy difícil, no sentirse agotado trabajando todo el tiempo como asistente para personas como los Ollivander. Y es que si tuviera que elegir una palabra para describirlos, posiblemente necesitaría inventar una. O pedirle a Rory Despard algún adjetivo, lo más parecido a perdición, de su ridícula santa biblia de bolsillo. Pff, ¿quien en esta vida lee del nuevo testamento para tomar el té? Finalmente el demonio se detuvo a los pies de la escalera. La clara mirada contempló el punto más alto, hace cuanto tiempo que alguien se había colado a la casa no lo sabía, no podría recordar precisamente el tiempo, aunque sí su rostro. Hoy en cambio, es una presencia minúscula, que merodea este sitio como si no supiera con claridad lo que espera encontrar en estos cuartos hasta ahora vacíos de personas. ¿Es que nadie esperaba ser invitado para entrar a este lugar? Al menos a Garry, que de pronto había salido desde algún lugar, silencioso como siempre y masticaba perezosamente algo que estaba aún enlatado, no parecía importarle esta nueva intromisión. O ningúna otra. —¿Qué sucede?-, pregunta con verdadero interés en saber por qué Hessen se ha quedado de la nada silencioso y pensativo cuando tan solo momentos antes le canturreaba despreocupadamente algo sobre las últimas actividades de la ministro de magia en Gringotts. Hay dos cosas que Grelliam entiende que para Hessen son intocables. Uno es su rostro, lo segundo es más bien una lista larga de bienes monetarios. Pero la verdad es que el tono de la voz de Grelliam, tan lleno de calma, lo tranquiliza un poco, le hace pensar que ahora, en realidad, él está bien. Lo cierto es que el licántropo luce solo un poco mejor que hace días, lo ve recuperado físicamente aunque se fatiga con facilidad y su cuerpo resiente, con el frío de la casa, todo el maltrato que ha tenido que soportar a lo largo de sus años de licantropía. No obstante, hoy está diferente a otros días. Si es algo malo o bueno aun es muy temprano para determinarlo. Aunque con esta otra persona en casa quizá lo averigüen pronto. —Hessenordwood-, lo llama nuevamente, pero está demasiado concentrado, tratando de averiguar si es esta o no una presencia que pueda hacerle daño a su muchacho. —Hess, ¿puedes cocinar esto?-, empujó hacia él la lata con medio contenido. Hessen sonríe casi involuntariamente, divertido, Grell es inusualmente insufrible algunas veces cuando quiere toda la atención. Sabe también que Garry no comerá lo de esa lata una vez que esté debidamente cocinado. —Mi señor, hay que…-, Cualquier cosa que Hessen hubiera querido decirle es interrumpido por el ruido de la puerta estrellándose duramente al abrirse de un golpe. El ruido, que no ha sido más que un azote, se escucha casi como un estallido, la hermanastra de Grelliam no sabe de otro tipo de entradas después de todo. Garry se estremece apenas ante el ruido y Hess hace el mayor de sus esfuerzos por no fruncir el ceño. No va a provocar una arruga en el rostro por alguien cómo Yanna Smith. Afuera de la casa, el fantasma de Geraint merodea las mesetas que están mucho más cercanas a la orilla del círculo. Esto también es inusual. Era como si se estuviera reuniendo de pronto para algo o alguien. Pero nadie los ha invocado y él no tiene ninguna actividad agendada para este día, incluso pensaba que podría volver a casa temprano. Hoy el comportamiento de los Ollivander preocupa solo un poco más de lo normal. —No vas a meter ese animal a la casa, Smith, no hay forma-, en su habitual calma, que no es como la de Garry, sino más bien encantadora y amable, Hessenord se cruzó de brazos, completamente decidido a no dejar pasar a Yanna y Nasha con lo que sea que guardaran dentro de aquel saco mosqueado, tenía una peste terrible y podría pesar muchísimo, a la misma Yanna, con esa extraordinaria fuerza suya, parecía costarle arrastrar el saco. —Ni vis i mitir isi inimilistifis ahhgg lo que sea, ¿quién eres tú para decirme que hacer?-, determinada a entrar de la forma que sea Yanna se plantó cara a cara frente al Crouch, intentó un rostro duro y espeluznante por el mayor tiempo que pudo, pero finalmente sacó la lengua amenazando con lamer su rostro si no se quitaba de su camino. —¿Qué es lo que llevas ahí?-, preguntó el patriarca con calma, aun con comida a medio masticar en la boca. —No le preguntes, luego no querrá deshacerse de él-, incluso para Hess era difícil hablar tratando de sacarse a Smith de encima de su cuidado cutis. —¡¿Es una persona?!-, Quintel gritó con su fea voz casi emocionado asomando su cabeza por una de las ventanas del pasillo. ¿De dónde había salido este muchacho? Hessen no necesita más personas extrañas merodeando en esta casa aún más extraña. Maldita sea el mismo Satán el día que Quintel Guillam encontró fascinante el pensamiento sobre el uso de la magia de Nasha Montpellier y se había decidido aprender de ella. Eso aún era un secreto entre ellos, desde luego, Hessen aún intenta persuadir al muchacho en que desista de la idea o, en el peor de los casos, tendrá que acusarlo con su papá. —¡Mucho mejor que eso!-, ladró Yanna con entusiasmo haciendo sonar la cadena con la que tira del bulto. —¡¡Muevete Crouch!! ¡¡Esto necesita calorrr!! Estaba dispuesto a protestar, con arrugas o no en la cara, no han tenido los gastos necesarios como para contratar a una persona que se encargue de la limpieza en casa (porque Hessen no quiere animales corriendo sobre sus alfombras) y Grelliam no es siquiera útil para la limpieza sin que se quede dormido cada vez que le pega el sol. Así que no, no iba a dejar que Yanna y su amiga de juegos metan un bulto sangrante y apestoso a la casa. SU casa. Este último pensamiento agitó en su cabeza ideas bruscamente. Hess se quedó con la palabra en la boca, lo que no pasa a menudo. Nadie pareció darse cuenta tampoco, todos parecen más interesados ahora en el modo en el que las moscas giran alrededor de Yanna si ella silba con los dientes. Luego ella arrastró de todas formas el bulto hasta la cocina y los demás fueron a su ritmo cada uno tras el rastro viscoso que manchaba la reciente madera resanada del piso. —¿Vienes?-, preguntó él. Garry se escucha, en su semblante taciturno, apurado por una respuesta. —Hay alguien en la casa-, alguien mas, quiere decir, pero es demasiado tarde, los pasos bajan rápidamente la escalera y antes de que pueda intentar nada, Hannity está al pie de la misma. Frente a Garry y él. Y Hessen parece querer darse cuenta de algo que se le ha querido escapar todo este tiempo, pero con certeza ¿qué es lo que era? —Ah, Hannity, me preguntaba cuando bajarías-, Garry hizo un movimiento extraño, como si hubiera simulado abrazarla, pero fue torpe y finalmente se rindió. —Hannity, Yanna ha traído un ternero muy adulto muerto a la casa, ella dice que luchó contra él, pero yo no estoy seguro de eso. Investiguemos-, de poco extrañarse, Grell comienza con algo que parece solo una conversación interrumpida. —¿Ya has comido Hannity? Hessenordwood iba a prepararnos el almuerzo-, los desabridos ojos de él ahora están puestos sobre Hess y le recuerdan que no está en su casa, si no que está trabajando y debe mantener el personaje. —Por su puesto-, respondió con una buena sonrisa y la cordialidad de siempre. La verdad es que no sabía que podía estarlo. Supone que solo está exhausto. —¿Has encontrado lo que buscabas allá arriba Hannity?-, Garry preguntó distraídamente mientras caminaba por delante de ambos en dirección a la cocina donde se escuchan las voces de todos queriendo hablar al mismo tiempo para desmentir los hechos de la historia de Smith.
  16. Holess @ Matthew B. Triviani Te comparto la información que yo sé hasta el momento sobre Obsisten ¿vale? Me comentas luego si te sirve. En el topic de consultas del libro del Druida puedes encontrar la siguiente consulta con la fecha más reciente sobre el tema que preguntas; La respuesta del arcano es la siguiente: Aquí el enlace Por lo que entiendo es que hay que considerar siempre que Obsisten es un hechizo de tipo invocación, entonces, contrario a los tipo efecto, sabemos que le llevará su tiempo (aunque sea muy rápido) para manifestarse completamente, sin embargo con una buena y coherente intercalación de rols podría funcionar. Así básicamente si, Obsistens te defiende tanto de hechizos tipo rayo, como invocaciones, criaturas y efectos también. Espero esta informacion te ayude, Un saludo,
  17. Nombre del equipo: Killer Queen Usuario: Hessenordwood Crouch Capitán: Darla Potter Black (Tutshill Tornados) Jugadores: Guardián: Luciana Aymar (Montrose Magpies) - 12 Golpeador: Malum Luxure (Black Serpents) - 11 Golpeador: Mónica Malfoy Haughton (Ballycastle Bats) - 10 Cazador: Darla Potter Black (Tutshill Tornados) - 12 Cazador: DonTau Dumbledore (Ballycastle Bats) - 10 Cazador: Yagami "El Samurái" Kenshin (Grodzisk Goblins) - 10 Buscador: Zlatka Hasan (Vratsa Vultures) - 9 Presupuesto: 12+11+10+12+10+10+9: 74
  18. Permaneció solo un tiempo más ahí de pie en el mismo lugar que ocupó en aquel círculo que habían formado y que ahora se encontraba disperso, con Mónica inconsciente en el suelo, Darla casi sobre ella tratando de reanimarla y Matt, bueno, Hessen no esta seguro, la esfera que aún sostiene con firmeza en su mano no lo deja ver del otro lado, donde se supone que debería estar el Blackner, aunque puede escucharlo, apenas, si, agotado casi tanto como todos ellos. Él en cambio, sólo era semi consiente de que su cuerpo está ahí paralizado perdiendo rápidamente el calor en su cuerpo hasta recuperar la heladez de sus extremidades. Después de unos cuantos segundos más, es él nuevamente solo en ese cuerpo de dos. A su lado, aun escucha a Darla conjurar hechizos para intentar despertar a Mónica, Hessen se tambalea un poco antes de recuperar completamente la conciencia y acercarse también, aunque si es sincero consigo mismo, su mente se siente extraña aún, como si estuviera de pronto vacía de todo, de cualquier pensamiento y que pudiera ser llenada con cualquier contenido, pero ¿cómo? Se hincó junto al cuerpo de Mónica contemplando la palidez de su rostro, hay algo en su inercia casi total que le hace pensar que incluso podría estar muerta. Él compartió una mirada con Matt y luego con Darla antes de estirar su brazo para alcanzar a sentir el pulso de ella en su muñeca. Dos, tres...cuatro. Ahí está apenas perceptible, pero se siente. Está apunto de decirle a Darla que se relaje, que mejor vayan en busca de algún médico cuando su propio ritmo cardiaco disminuye tanto y tan rápido cómo él de Mónica. Se siente mareado, y si no fuera porque aún tiene un brazo libre, hubiera caído al suelo. Pero se consigue mantener erguido, de rodillas junto al cuerpo de la bruja, mientras aún sostiene el pulso en su mano. De esa forma es como siente que su mente, que se había sentido vacía por un tiempo, comienza a llenarse nuevamente de ideas, sentimientos y sensaciones que no le pertenecen a él. —¿Hola?-, dice involuntariamente, lo suelta difícil como si no pudiera hacerlo en un principio, es más bien como si repitiera un eco, o algo que retumba en su mente junto a los pasos sin dirección de aquel que busca con desesperación. Hessen dudó en si mantener el agarre de Mónica por lo que esa conexión pueda hacer de ambos. Antes de decidir cualquier cosa, aquel cúmulo de sentimientos comienza a desbordarse y Hess no puede hacer más para contenerlo dentro. Hay miedo, angustia y confusión en gran medida. Puede sentirlo, pero no verlo. Lentamente, una a tras otra, lagrimas largas y espesas se resbalaron por su rostro. Era el reflejo de ella. Con su otra mano, la que no sostiene el pulso de Mónica, le hace una seña a Darla y a Matt, para que le hablasen de vuelta, como si fuera él una especie de transmisor. Al menos esperaba que ella pudiera escuchar si lo intentaban en otra dirección.
  19. Holes, Vengo a solicitar cambios en el apartado de familias por salida de una de las familias. Actualmente esta así; FAMILIA(s) ―FAMILIA 1: Ollivander ―FAMILIA 2: Grindelwald Y el cambio es el siguiente: FAMILIA(s) ―FAMILIA 1: Ollivander (Patriarca) ―FAMILIA 2: -- Cambio: Se elimina la Familia 2 por salida de la familia. Por ende modificar el apartado de bóvedas familiares: Actualmente esta así: ―LINK A BÓVEDA FAMILIAR 1: Bóveda Familia Ollivander N° 110990 ―LINK A BÓVEDA FAMILIAR 2: Bóveda Familia Grindelwald N° 113454 Y debe estar así: ―LINK A BÓVEDA FAMILIAR 1: Bóveda Familia Ollivander N° 110990 ―LINK A BÓVEDA FAMILIAR 2: -- Cambio: Se elimina la bóveda Familiar 2 por salida de la familia. Por ahora es solo esto, Gracias a quien realice los cambios,
  20. Sus ojos siguen la trayectoria de la varita que cae desde la mano de ella hasta el suelo. Todavía tiene tiempo de regresar la mirada hasta el rostro casi paralizado de Eileen antes de que se de cuenta de que ha perdido su arma y se mueva para recuperarla. Eso ha sido extraño, pero no es ningún tonto, ni necesita de leer mentes para entender lo que ha pasado aquí. Las personas son algunas veces tan antojables de ver. El muchacho está seguro de que si no estuviera tan ocupado todo el tiempo el demonio pasaría el resto de su existencia tan solo contemplando el vaivén de estos seres. Se mantuvo tranquilo, sin embargo, incluso evitó que la sonrisa fuera más allá de un gesto burlón por la repentina torpeza de la bruja. —Es que ponerme histérico no me ayuda a encontrar esas páginas-, se explica, aunque igualmente cree que ella no le está prestando toda la atención ahora, sino que parece estar pensando un montón de cosas al respecto, pero ¿sobre qué exactamente? ¿la petición que le ha hecho precisamente él, quien la hizo pasar un mal rato aquella noche? ¿o sobre las páginas del manuscrito? —Además el estrés provoca arrugas en la cara y dientes amarillos-, dice poniendo a prueba la concentración de la bruja. Pero a cambio solo obtiene el empujón de la capa de viaje que aparece desde algún lado y termina en las manos de Eileen, además de un par de artículos que Hessen no tiene tiempo de admirar por el conjunto tan peculiar que ella termina de adoptar. Extrañamente, a pesar de que él ni muerto usaría algo como todo eso, a ella parece quedarle muy bien toda esta moda algo anticuada. —¿Te gusta que cosa?-, Esto no podía ser así de sencillo ¿o si? ¿le estaba tomando el pelo? ¿poniendo a prueba tal vez? vestida así es difícil de pensar lo contrario. Pero quizá es justo por eso mismo que termina por creérselo. Además ella parece tomarlo todo desde una perspectiva meramente profesional, lo que el demonio encuentra bastante conveniente y, a la larga, incluso pueda resultar aprovechable de algún modo. —Ciertamente me gustaría que esto no sonara tanto como una gran aventura-, dice aun sin perder la calma, tampoco parece mas alegre que hace un momento, pues la verdad es que a él la idea no le emociona tanto como tal vez a Eileen si, sin olvidar que, para como son las personas en este lugar, no solo en el Knockturn si no la Inglaterra mágica en general, no puede evitar ser intrigoso ante la disposición que presenta la bruja de pronto y sin siquiera haber pedido aun algo a cambio. -No todos tienen que ser malas personas, muchacho-, piensa para sí mismo tras involuntariamente recurrir ante un recuerdo junto a Rory. Al las finales él también cree que conoce de negocios lo suficiente y supone que finalmente estas son las condiciones de Eileen Moody. Además, recuperar ese borrador es casi más importante como para incluso pensar en Amaya cada vez que se ve reflejado en la mirada de esta pequeña bruja. —¿Aún sigues creyendo que soy del tipo que le va mejor en una pelea?-, se escucha divertido. —¿Es que no viste bien la otra noche?-, sabe que si, ella curó sus heridas después de todo. — Ni siquiera pude mantener conmigo el manuscrito-, debe callarse ahora si no quiere convencer a la bruja de cederle su ayuda. Ella conoce mejor de estos lugares y, por lo que rápidamente observa en este sitio, hay algo de conocimiento profundo en magia oscura. —Vaya, de verdad que fue una noche mala para los dos ¿eh?-, había comenzado a caminar de vuelta por el local hasta que se detuvo en la puerta. En cierta medida, ella lo ha malentendido, o eso es lo que cree Hess cuando ella menciona haber perdido el grimorio tan tranquilamente como si de una lista de compras se tratase. Porque él no ha dicho que ha perdido el libro, si no las páginas con las que se piensa profanar uno. Claro que de ninguna forma esto puede resultar ser mejor y, bueno, si ella cree que es tan importante como para darse prisa, pues, mejor para él. —Han pasado al menos un par de semanas, ¿estás segura de que podríamos encontrarlas aun por aquí?-, de pie casi bajo el marco de la puerta vuelve a colocarse las gafas oscuras. —¿Piensas en que solo salgamos ahí fuera y las encontremos? Luchar contra estos carroñeros y hacernos de ellas sin más ¿tal vez?-, se asoma aun desde el interior del local como si tratase de ver alguna página volando suelta por la calle. No quiere decirle directamente a la cara que duda de sus habilidades mágicas porque la verdad es que no las conoce, no obstante, la conclusión de ella le resulta tan apresurada que por segunda vez no puede pensar que es así de sencillo, ¿es que no había un plan siquiera? Si es así a él le gustaría conocerlo antes de solo salir y perder el tiempo vagando por el Knockturn con una mujer tan aparentemente encantada con todo esto, tan demente como el mismo hombre que escribió el contenido de esas páginas. @ Ellie Moody
  21. —Esos no son pasos, Hannity-, dice, ahogando un quejido. —Son golpes. No, en definitiva no estaban solos. Ni se trataba de Hessenordwood como ella dice. Pero ni el mismo Garry podía explicarle a Hannity todo lo que en este lugar se guardaba, si no había sido este sitio el origen del caos, al menos sí de su propagación. El licántropo tembló ante esta idea que de pronto lo debilita tanto cómo para poder hacer algo al respecto, pero al menos aún podía mantenerse de pie, aunque no lo suficiente para impedir que Hannity se enfrentara a aquello que siente que se acerca a ellos. Puede escucharlo, a lo lejos aquellos golpes pesados y profundos que provienen desde la trampilla que da al subterráneo del local. Y cada uno de esos golpes que da aquello, criatura o lo que fuera, le duele, le estrangula lo más profundo de las entrañas, no sólo lo debilita sino que comienza a hacerse de él desde su interior. Siente que podría devolver el estómago en cualquier momento y solo por eso no puede evitar tampoco que Hannity se acerque a ver qué es eso que tanto le está haciendo daño. Finalmente no puede contener más la conciencia, se abraza con fuerza su abdomen con uno de sus brazos y con el otro se aferró a la orilla de la mesa de trabajo donde Hannity ha dejado al gnomo petrificado. Y tras un extraño alarido que no es realmente ruidoso escupe una gran cantidad de sangre por la boca que tiene una peste terrible, como si hubiera estado echada a perder. Apenas puede tomar aire antes de volver a expulsar sangre de su boca. —He-Hess-, sisea como un lamento. Antes de que pueda caer inconsciente al suelo, el demonio está ahí para atraparlo con suavidad. Ha aparecido ahí silenciosamente como si se tratase de la sombra de Garry, como si no hubieran estado ellos dos separados todo este tiempo realmente. Al pálido hombre le hace falta solo una veloz mirada evaluadora antes de fijar sus helados y blancuzcos ojos a Hannity. Los golpes se escucharon nuevamente de fondo, aunque con menos fuerza luego de la presencia del demonio en la habitación. —Es tiempo de irse-, masculló algo que no pareció querer dirigir a Hannity. —Vara de cristal-, mientras aún sostenía el peso de Grelliam sobre uno de sus brazos había preparado su varita y equipada con la magia uzza proyectó un portal conjurando el fulgura nox. —Adelante-, le indica a ella para que lo cruce, no hay tanto encanto en su voz esta vez, mas bien suena bastante apurado. El otro lado del portal que se puede apreciar es un lugar incierto, es Inglaterra, pero está mas que convencido de que ella no podrá reconocer esta habitación de hotel. Aunque no le importa ahora. —Acérqueme el asiento más pronto que encuentre una vez que cruce-, seguramente para dejar el cuerpo de Garry descansando ahí. —No dejaré que el portal se cierre, pero vuelva pronto. Aún hay una cosa que tengo que hacer. @ Hannity Ollivander Evans
  22. Es como una especie de gusto secreto el que Hess tiene por ver a las personas -crear-, ya sea magia o no. No es tanto como sorprenderse o admirarse por esto, solo es inexplicablemente disfrutable. Le gusta mirarlo todo, todos aquellos aspectos físicos (y no necesariamente físicos) que ocurren al momento antes, durante y después. Tiene una debilidad por las acciones ágiles que los nomaj coordinan hábilmente con sus ideas igual de veloces y son capaces de destruir limitantes con sus creaciones. Algunas personas con magia, en cambio, tienen esta naturaleza al conjurar, hechizar o encantar, que modifica su entorno desde el interior de cada uno al hacerlo. Claro que es una característica que Hess no encuentra en todos los mágicos ni en todos los no mágicos. Y esta no es desde luego la razón principal por la que el demonio no desenvaina su varita con la frecuencia con la que lo haría cualquier mago o hechicera, pero algunas veces, como esta, puede darse gustos. Rory Despard no lo decepciona en este sentido. Desde la posición que mantiene ahora es difícil apreciarlo totalmente, pero tiene una vista excelente de igual manera. Puede apreciar bien los cambios físicos; como es que los músculos de sus brazos, su cuello, los hombros e incluso el torso se tensan por debajo de aquella ropa de pésima calidad. Hay algo más ahí también, en como el mago reúne toda la concentración necesaria para invocar el portal que no solo se refleja en su rostro, sino también en su mirada. Y también su aura ha cambiado, si no puede verla como tal al menos lo ha sentido cuando Rory levanta la varita por lo alto considerando la medida del portal para que él logre pasar sin problemas. Es brillante. Del otro lado del portal Hess sigue aún más interesado en la magia que Rory ha creado que terminar la distancia que los separa de su auto (que no es tanta en realidad) hasta que finalmente el portal desaparece. Es hasta ese momento que gira y se encuentra con Rory de frente nuevamente de pie junto al vehículo que se ha enfriado con la noche, esperando por él o quizá tratando de decirle algo más, por como su frente se arruga, él imagina que serán más quejas sobre lo sucedido. Y está bien, pero estaría mejor si pudiera escuchar sus reclamos mientras él come una rebanada grande de pastel de fresa y crema. —Los Evans, ¿eh?-, ¿qué tienen que ver los Evans con todo esto? Al final es un tema completamente diferente el que el religioso hombre le plantea. La ceja de Hess se levanta con incredulidad y una risa burlona, incapaz de creer que Rory no hubiese notado aún la terrible relación que existe entre la mismísima Bel Evans y él. Comienza a caminar hasta él auto mientras se deshace de la chaqueta del traje y parece sopesar todo lo que Rory le pide desde ahora, que no es como si terminaran en otra fiesta como esta, pero si toma de referencia a la ex señora de Ollivander en la tarde de karaoke que hubo en su piso, debe considerar que es una posibilidad. —Después de todo esto ¿quiere que nos volvamos a ver en otra fiesta?-, él se burla. Abrió el auto y arrojó al asiento trasero el abrigo, luego recargó ambos brazos sobre la parte más alta del coche y se detuvo a observar silenciosamente a Rory que supone, por el rostro del muchacho, que espera una respuesta más seria al respecto. Hesse no proyecta nada de inmediato, si no que le lleva un tiempo más volver a hablar, realmente parecía estar resolviendo algo en su mente antes de responder cualquier cosa. Él suspira descansando el peso de su cuerpo sobre la cubierta del coche cuando aparenta haber deliberado alguna conclusión. —Pues bueno, Despard, ciertamente no es la cita que tanto esperaba recibir de usted-, dice melosamente. —Pero ¿cómo negarmele?-, sonrió de nuevo. —¿Aventurándose más allá de la pecera mi señor?-, hay esta vez un tono más oscuro, no es una advertencia como tal, pero al demonio no le hacen muy feliz aquellos que no toman en serio su negocio. Después de eso, y de un modo más amable, le hace una seña para indicar que el auto estaba abierto y que podía subir y dejar de estar ahí de pie como una estatua en el frío. —Bien entonces, suba al auto y vayamos por un café instantáneo barato de esos que a usted tanto le gustan. @ Rory Despard
  23. —Por supuesto-, dice, pero su propia voz se escucha extraña en sus oídos y puede sentir un cosquilleo en sus labios, cómo el de alguien que ha pasado todo el día anterior silbando. No obstante, tiene bastante práctica y si lo intentara de nuevo, sin pensarlo, está casi seguro que podría proferir el mismo sonido escalofriante de hace un momento. —Si, lo siento, debe ser todo este calor solamente. Sabe, he tenido un sueño extraño-, parlotea alegremente mientras una cobra real, de aspecto amenazante pasa sobre sus pies enredando su cola en su tobillo casi al final. Sonrió finalmente y de buena gana dando un salto continuó con la tarea que aquella mujer le propone. Se siente extraño como si estuviera sintiendo un sueño muy vivido, porque al mismo tiempo puede sentir el calor en la piel, el cansancio en los músculos y una familiar felicidad, a pesar de todo, que no había experimentado desde hace muchos años. Le llena el cuerpo y el alma hasta lo más profundo y le da la fuerza para continuar con aquel trabajo con el ánimo suficiente de un niño que quiere terminar pronto su tarea, y bien hecha, siguiendo las indicaciones de la mujer para colocar las semillas en los surcos, para salir pronto a jugar. —¿Qué quiere decir?-, pregunta, con los claros ojos casi velados por el sol de una calurosa tarde sobre ellos. —¿Por que los Dioses no están contentos?-, algo de todo esto removió en su interior con fuerza, mezcla de un puñado de sentimientos confusos lo que le cuenta aquella mujer. Pero todos aquellos pensamientos y sentimientos son rápidamente reemplazados con el siseo constante de a quién podría reconocer donde fuera. Tras la venia de aquel viejo, el niño se apresura a dejarse caer sobre sus rodillas y su reverencia es tan pronunciada que su frente casi roza el suelo terregoso. El brujo anciano del pueblo es la única persona que ha sabido comunicarse con él desde siempre, sin embargo, hoy le dice cosas que, si igualmente remueven su corazón, también lo confunden. Pero no por mucho tiempo, pues el vinculo que tiene con este hombre es tan fuerte, tan unido sobre lo familiar desde el día en el que nació que se siente destinado a, mas allá de ser solo un descendiente, ser la siguiente vida de aquel anciano hombre. Él se queda con la vista puesta en el horizonte mientras le continúa hablando, observa más allá de aquellas montañas que el longevo hombre le cuenta, y mientras puede oír y sentir como su vida se le escapa tras cada siseo, todo comienza de pronto a tener sentido. Nada ha sido un accidente, no ha sido ni una casualidad, ni una serie de desafortunados hechos. Este era su destino, impuesto por sus antepasados, sus señores Dioses a los que, por tanto tiempo, sintió que lo habían abandonado. —Lo haré-, masculla suavemente. —No los voy a olvidar, los llevaré siempre conmigo, incluso mas allá de las montañas nuestros Dioses se veneraran como debe de ser, no los voy a decepcionar-, sisea con firmeza esta vez.
  24. Hay algo extraño, cuando finalmente Mónica cuestiona por un momento a Anne y Matt si es prudente continuar con esto, que el demonio finalmente parece notar que algo no anda del todo bien. Puede ser tan solo esa pérdida de sensaciones tras la terminación de la visión de Darla o quizá la idea de compartir una visión o lo que fueran estas cosas, con estas personas. Es un grupo bastante particular, ciertamente, y de algún modo le intriga también el cómo esta variación de entidades puede influir en este ejercicio. Por otro lado está el profundo silencio en el que se encuentra sumergida Gaunt, ¿era todo esto un truco planeado por ella? Se reacomodó nuevamente luego de que Mónica les soltara, gira sobre sí mismo en busca de alguna base donde puedan colocar el objeto tal como ella lo menciona, aunque finalmente Matt Blackner decide que será él quien porte el objeto. A Hess le anima esa determinación del brujo y de buenas vuelve al círculo que han formado para de una buena vez comenzar con esto. Es demasiado más experimental de lo que habitualmente se aventuraría a explorar, pero tiene todo ese conocimiento teórico al respecto que espera que, en el peor de los casos, le pueda servir en algo. —Hay más ahí de lo que a simple vista se ve-, la voz no viene de él, ni de la esfera, ni mucho menos de alguno de los elementos que forman aquel círculo. El hombre es capaz de reconocer la voz de su origen y por un momento su respiración se detiene. —No veo nada-, supone que lo ha dicho en voz alta, su pecho vibra como si así fuera, pero no puede despegar la mirada de la esfera. —Muéstrame-, casi le retó. —Tú nunca has tenido buena vista, hijo mío-, dice, la molestia le invade el cuerpo. —Pero siempre hemos tenido mejor percepción-, puede sentirlo sonreír. Todo después de ahí es un remolino. Se encuentra nuevamente como hace unos minutos con Darla, pero esta vez es diferente, hay agonía, un dolor fuerte en su piel, le resulta imposible pensar como todo ese calor que de pronto acumula en sus manos no hace que los demás lo suelten. En medio segundo todo se convirtió en calma y solo después, muy, muy en el fondo, había aparecido algo como ¿ira? ¿rencor? No tuvo más tiempo de razonarlo, el tirón a su lado significó que finalmente alguien salía del círculo. Le llevó unos cuantos segundos más dejar aquella postura rígida como una estatua en la que había permanecido, abrió nuevamente los ojos tan lentamente como alguien que acaba de despertar por la mañana con cansancio después de una terrible noche. Y respiró. Aún hay cosas mezcladas ahí, no solo en su mente, si no en sus sentidos, que se revuelven como el ritmo de la niebla en el interior de la esfera. Pero no hay nada más, ni una sola visión. Cuando es más consciente, se da cuenta de que Mónica ha quedado inconsciente, pero aunque intenta acercarse a ella, simplemente no puede moverse. —¿A dónde vas? Yo aún sigo aquí-, le habló el demonio.
  25. Mientras ella le responde al fin se detiene a observar mejor a la bruja. Hay algo diferente de pronto, y aunque Hessen no ubica que es de buenas a primeras, advierte que debe manejarse con cuidado. ¿Qué tanto puede fiarse de esta mujer? Ciertamente posee una gran cantidad de poder en ese diminuto cuerpo y no debería tener dudas sobre sus habilidades en la magia, aunque no es muy lúcido al respecto, no después de su noche juntos. Entonces, Eileen Moody es rápidamente catalogada como alguien que, convenientemente, es mejor tener de su lado o al menos un contacto útil. Por otro lado, aún le queda conocer de los intereses de ella, en qué y como puede ganársela, sobre todo ahora que se ha encargado de comenzar su relación, aún como desconocidos, metiendo la pata. Y hasta el fondo con el pie izquierdo. Entonces, ¿cuál es el costo de ganarse la confianza de alguien como Eileen Moody? Extrañamente está demasiado interesado en averiguarlo. Pero algo que no está debidamente explicado, simplemente, no puede estar correcto. Nunca es bueno para su negocio dejarse llevar por la intuición. O al menos a Hessen no le funcionan así las cosas. Y es que ¿y si se quiere convencer de esto únicamente por el parecido que tiene esta bruja con Amaya? Nada más pensarlo es aún más evidente el desenlace adverso. Aun así solo no puede girar sus pasos y desaparecer. —No sé qué tan interesante pueda parecerte realmente, o a alguien más, pero es un documento importante, si, lo suficiente para que me tengas aquí de nuevo, después de aquella lamentable noche-, apenas le sonríe. —Ciertamente su contenido es, ¿cómo decirlo? ininteligible ¿tal vez? como un cuento de ficción escrito por la persona más orate de toda Inglaterra. Y sé que hay muchos de ellos-, está sonando exagerado, pero es más que nada para que ella entienda que si no es realmente el libro de cuentos que dice; al menos si es verdad que está algo así de loco por dar con él. Por un momento le aparta la mirada para observar el lugar, está lleno de magia que le resulta bastante natural, es como estar en el despacho de su madre, que es una estricta bruja historiadora de la vida de los nomaj, llena de artículos y artilugios que parecen incluso olvidados para siempre por la persona que los ha dejado ahí en primer lugar. La media sonrisa que aparece en su rostro es solo porque puede imaginarse de pronto a esta pequeña Eileen igualmente de necia para botar las cosas que no le hacen falta, que no necesita, o que simplemente no parecen tener más arreglo. ¿Es que acaso creen que lo pueden arreglar todo? —Lo más importante de todo esto es que algunas de sus páginas, si no es que la mayoría de ellas, están…-, es consciente de que si finalmente quiere encontrar el manuscrito, tiene que soltar información al respecto, pero cual y que tanta es lo que debe ser cuidadosamente dicho, sobre todo a alguien como Amaya. —Pues, contaminadas. Con magia oscura, por supuesto-, explica cómo si fuera evidente. —Verás, es un manuscrito que se ha de preparar para configurar un grimorio-, concluye, con menos ánimo con el que ha comenzado su conversación. —Pero evidentemente no puedo deciros más, mi señora, ¿habrá alguna forma en la que puedas ayudarme con esto también? @ Ellie Moody Ya no me acuerdo que estaba haciendo aquí(?)

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