Maida Black Yaxley

Nombre de usuario: Maida Black Yaxley

Capitán: Maida Black Yaxley

Jugadores:

La oyó, pero no la entendió. Ella no quería abrir esa brecha entre sus posible habilidad de convertirse en un ave y ella, era simplemente que estaba paralizada de miedo. Miedo a que sí volvía alguien ella no estuviera ahí o a que siguiera hundiéndose en su propia soledad. Sus sueños incluían un ruiseñor, despertaba con plumas entre sus sábanas, con los brazos cansados y las piernas frescas, por unos días incluso pensó que había logrado transformarse en las noches y ella los tomaba como sueños, pero eso era imposible, ¿verdad? Ella se sentía agotada por sus emociones, por un tren interminable de pensamientos que no lograban salir de su cabeza nunca. Sin darse cuenta, caminó unos pasos detrás de Arcana, tratando de encontrar una respuesta a su pregunta sin tener que sonar más descabellada de lo que seguramente ya parecía. 

De pronto, sus pies dejaron de tocar el suelo y ella se sintió atrapada en un sueño. Uno más acerca de aquellas aves, se vio a sí misma dirigiéndose hacia el árbol dónde Sulukk había señalado minutos antes, se dejó llamar por el canto de las pequeñas aves. Vio a su arcana de lejos y pensó que si le gritaba, llamaría su atención, pero no fue así. Todo lo contrario, la veía girando el cuello, buscándola. Quiso volar hacia ella, sin embargo, uno de sus congéneres llamó su atención y siguió, subiendo varios metros más de lo recomendable para cualquier humano. Sin embargo, algo en su interior le decía que podía soportarlo, continuó detrás del ruiseñor pardo y planeó unos cuantos metros antes de sentir el vértigo de saber que el sueño se terminaba.

Respiró hondo, incapaz de abrir los ojos, sentía sus manos tocando el suelo con el dorso, se tomó unos segundos para abrir los ojos y sintió la humedad saliendo de su nariz. Sangraba un poco. ¿Se había desmayado? La cabeza le latía con fuerza y el corazón igual, como si hubiera hecho un terrible esfuerzo, como si hubiera tenido una pesadilla, pero no logró recordar nada, ni siquiera como había llegado a los pies de la Arcana.

— Dime que no eres mi enemigo mortal, Sulukk —intentó bromear—, soy pésima en los duelos, ya lo has tenido que comprobar. 

Se vio al espejo por unos instantes, esa mujer del reflejo no era ella, era muy parecida a una caricatura exuberante y sinuosa, sin embargo, algo en su mente la instaba a quedarse así, a pasearse por el recinto aunque fuese solo por unos segundos. ¿Esa ferocidad en los ojos le habría permitido mantener cerca a quiénes quería? Lo dudaba, sonrió de lado. Se vio interrumpida en sus pensamientos por Amara y tomó entre sus dedos la taza de té. Inhaló con fuerza y sólo entonces, con el aroma a cardamomo envolviendo su mente, notó lo puntiagudas y afiladas que se veían sus uñas, sin duda alguna sus emociones se blandían entre la ira y la tristeza, una muy mala combinación.

— En algunos países toman esto con el café, nunca entiendo que tan especial tiene el café pero así es —decía algo irrelevante sólo para calmarse así misma, necesitaba controlar esa habilidad, debía no derrumbarse entre las cosas que le estaban sucediendo, y entendió lo que le decía Amara porque justo en el instante en el que logró calmarse un poco, las uñas regresaron a la normalidad—. Una cosa es modificar la superficie, pero atravesar esa puerta es modificar mi esencia física. Sigo siendo una aprendiz, Amara.

Alzó las cejas.

— Perdón la tuteada —pero nunca supo si su maestra la había oído o no, porque ya había cruzado el umbral de la puerta.

Maida se inclinó un poco para ver a través de la puerta, pero no la vio. ¿Iba para otra dimensión? Con los arcanos nunca se sabía, bien podían estar teniendo la clase en mitad del Ministerio de Magia y nadie se percataría de ellos. Ahora, modificar su cuerpo. ¿Un hechizo de por medio? Diffindo la iba a partie en dos, pero no estaba segura de que fueran dos partes funcionales. Engorgio servía, pero tenía entendido que sólo para las cosas, esto era algo más. Algo más... estiró una de las piernas pero solo logró agacharse un poco, por muy pequeña que era, sus metro sesenta no le permitían ingresar por esa puerta.

— Vamos Maida... —se animó sacudiendo las piernas y concentrándose en una imagen suya de cuando tenía unos siete años, le tomó unos minutos, quizá una docena, pero de pronto, sus piernas se hicieron mucho más delgadas y cortas, su cabello se hizo menos largo y sus brazos fueron reemplazados por unos más cortos. Estaba transpirando al momento que notó que ya podía pasar sin dificultad alguna por la puerta—... ¡Eso!

Al cruzar, se vio rodeada de espejos, como si de un sitio nebuloso se tratara, aunque la iluminación no era tan gris como verdácea. ¿Dónde estaba Amara? Iba a buscarla con la mirada, pero se topo con su reflejo, con una mini Maida de cabello borgoña y ojos violetas, ahora no pensaría en su verdadera estatura como muy pequeña. No pudo evitar reírse de sí misma, pero había tanto tiempo entre su última risa y esta que el sonido le pareció diferente, como si le perteneciera a otra bruja. 

Maida recibió con una sonrisa tanto a Mefistófeles como a Mael, en las últimas semanas había compartido lo suficiente con ellos como para no sólo considerarlos compañeros obligados en aquella visita a su alma mater, además eran mortifagos los tres, por lo que su fidelidad se encontraba tácita entre el aire que corría entre ellos. Bebió algo de zumo durante la cena pero no comió nada sólido, estaba un poco ansiosa porque sin tener la mínima intención de hacerlo, su nombre también había sido introducido en el Cáliz. Vio entre los ex alumnos a varios de su generación, pero si ahora ella era considerada tímida, seguramente ellos aún pensarían que era muda, no hablaba con casi nadie...y ese casi no iba a romperse pronto. 

La voz de Mael la sacó de sus pensamientos y solo entonces, se dio cuenta que habían sido escogidos para participar en el Torneo, abrió los ojos a todo lo que daban sus párpados. ¿Ella campeona de Durmstang? ¿Qué clase de trampa era esa? Vio de soslayo al joven director de su escuela, quién también pertenecía a las filas oscuras. ¿Acaso había en ese lugar una misión de la que no estaba enterada? No podía ser del todo frontal con Mael habiendo tanta gente alrededor.

- Si, el pacto sigue tal cuál, pero cuéntame un detalle antes de intentar sumergirme en ese lago -dijo con tono suave mientras mentalmente activaba un hechizo para que solo Mefistófeles y él pudieran oírla-, ¿Sólo hay que buscar el tesoro? ¿O hayalgo más que haya hecho que estemos todos hundidos hasta el cuello?

Le sonrió de lado, aunque dado que ella era visiblemente más pequeña que él, se veía más graciosa que amenazante. Tampoco pretendía serlo, pero pues, se supone que eso se esperaría no solo de una mortifaga, sino de una egresada del Instituto Durmstang, la fama oscura les precedía.

- No tengo problemas en seguir órdenes siempre que estás sean claras -dijo, resuelta y finalmente encogió los hombros-, el lago tiene muchos mitos alrededor, mitos que van más allá de los Kelpies, tengamos cuidado porque solo un casco-bruja no creo que nos sirva. Los tres tenemos la ventaja de la localía, ellos no tienen idea de lo que esconden estas paredes. ¿Cuentan con branquialgas? 

Maida se puso de pie, colocándose adelante de ambos y dirigiendo el camino hacia el borde del lago. Minuto tras minuto, la iluminación del salón los iba abandonando. La bruja pensó considerar el uso de los armarios de las clases de herbología, pero luego recordó la ruta hacia la sala de Pociones.

- Vamos, según tengo entendido, aún nadie descubrió el armario de cuarto -sonrió mientras confiaba en la vieja leyenda escolar que indicaba que los alumnos de cuarto, una vez obtenido el permiso de navegar y explorar el lago, se hacían con toda clase de artilugios y Pociones para sobrevivir más tiempo respirando bajo el agua-, ¿Creen que la contraseña del mueble haya cambiado?

Ella daba por sentado que sus compañeros entendían a lo que se referían, después de todo, eran todos alumnos de Durmstang, esas cosas nunca se pasaban por alto. Siguió adelante de ambos, mientras bajaba al sótano, en busca del aula de Pociones.

@ Mefistofeles Evil  @ Mael Blackfyre

Regresar a los lados cercanos de su adolescencia nunca parecían una buena idea para la Yaxley, de hecho, había pasado mucho estrés cuando el torneo de quidditch se había celebrado en Bulgaria y bueno, ahí estaba otra vez. Por alguna razón, incomprensible para ella, tenía que pisar nuevamente su colegio como exalumna destacada. Ojalá en pociones o herbología, pero no, iba como una jugadora de quidditch de cierto renombre. Si alguno de ellos supiera las razones reales por las que se habían decantado por la vida deportiva, no la habría invitado de tan buen talante. 

Había llegado una noche antes, por lo que tuvo tiempo de recorrer los pasillos que, cuando solo era una adolescente, le habían servido de escondite. Pasó por la vidriera dónde aparecía el equipo de quidditch que reinaba cuando ella era estudiante, distinguiendo entre ellos a su guardián, ¿Sabría él que ahora ella ocupada la misma posición? En aquel entonces, si podía evitar una escoba, lo hacía sin duda alguna. Durmió intranquila, invadida por los recuerdos de sus encuentros en la lechucería, presionando sin darse cuenta el broche de plata que siempre llevaba consigo, al que era incapaz de transferirle el calor que indicaba un pedido de comunicación por parte de su otro dueño. 

El gran salón de Durmstang Lucía impecable aquella mañana y, la que también era Vuelapluma, se sorprendió de ver lo joven que era el director actual. No había tenido tiempo de hacer las investigaciones respectivas con respecto al evento, pero que uno de las filas tenebrosas -porque ese rostro no se le iba desde la aventura en el ministerio - fuera el anfitrión de su colegio era algo que sin dada alguna merecía ser escarbando. Tomó asiento en una de las mesas y observó el Cáliz de Fuego, esperaba que realmente esta vez las cosas salieran bien y no hubieran contratiempos innecesarios..

Se alisó la falda de la túnica gris que había escogido para la ocasión y aseguró su varita en el cinto mientras el director de la institución daba la bienvenida e indicaciones a todos los presentes. ¿Participar? No, realmente no lo veía necesario, pero seguramente como siempre, el destino de la Yaxley no estaba en sus manos, mucho menos en sus decisiones.

@ Mael Blackfyre

@ Mefistófeles Evil.

Mira @ Jeremy Triviani ... Si me abandonaste una vez, puedes hacerlo de nuevo y no estoy dispuesta a pasar por ese lapso depresivo nuevamente. Mi corazón no lo resistiría (?) Maida ronda los 30, andar sobre una escoba a esa edad...no, no me parece lo adecuado. 

No estoy interesada en jugar porque no quedé en ningún drimtim en el Mundial U_U ...pero Claire podría incursionar en el mundo periodístico, digo yo que después de todo, algo de las habilidades de comunicación tuvo que heredarle a la Skeeter original. Ese tal Roto, es un impostor, o su hermano o su primo ...oye, que puede ser! jajajaj xD

 Por fin vuelven los equipos que menos se pelean (?) ....¡Por el tricampeonato TT! ♥ O quizá los FF puedan llevarse el título esta vez. 

No había mucho más que hacer en la Riddle, sin embargo, Maida había permanecido en silencio, escuchando las informaciones, tratando de ver si se podía hacer algo para ayudar a uno de los suyos, independientemente de lo que había sucedido con anterioridad. Finalmente, decidió que no podía aventurarse con el rostros descubierto, pero seguía sin saber si quedarse en la mansión mortífaga o ir hacia el Ministerio de Magia, un lugar que podía jugarle en contra en su propia mente. Eso era lo que temía.

Cuando vio la desaparición de Mefistófeles y luego, gracias a un hechizo, oyó que estaba acompañado en los pisos superiores, supo que la estaba engañando, de cierta manera. Aprovechándose del vínculo de confianza que se notaba, tenía con la mujer. Sintió pena por ella, pues conocía en carne propia, la emoción oscura de sentirse utilizada como una simple pieza de ajedrez por aquellos que pretendían el poder sin mirar a los lados. Tragó salvia siendo consciente que en la Riddle o en el Ministerio, no iba a lograr escapar de su mente, desapareció en una voluta oscura y en el camino pensó en materializar la máscara que cubría tres cuartas partes de su rostro.

— ¡Auch! —chilló al aparecerse detrás de una de las columnas, pero sosteniéndose el rostro, pues al hacer ambas apariciones, había perdido visión por unos segundos y se había topado la frente con el concreto— Recordemos mejorar esto en un futuro —susurró antes de  enfocar bien los azules.

Se suponía que Goldor debía llegar ahí, se suponía que debían estar atentos por si eran necesarios para entrar en acción. Maida puso la varita en alto, aunque estaba escondida y miró a su alrededor en busca de compañeros mal camuflados. 

@ Balderik Von Alexandros

Vengo a inscribirme a un rol distinto, a ver si me distraigo un poco de la Maida actual xD ...que mucho que me hace falta.

Colegio que desea representar:

Durmstrang:

Nombre del personaje: Maida Black Yaxley  (Calidad de observadora, está grande para la Copa xD) ....pero quiero rolear. 

¿Por qué nadie había intentado abrir el grifo de emociones que ahora la arcana le pedía? Ah, claro, porque no había nadie. Por mucho que Maida se empeñara en recordar que pertenecía a un lado, no pertenecía. Esa era la razón, lo que había descubierto desde la partida de Aaron. 

— Mi madre era una Black no muy maternal y mi tía era una Malfoy, que cuando conocí, se me hizo difícil poner en mente como la bomba sensual que todos decían había sido en su temprana juventud —no se atrevía a mirar a Suluk, estaba fija en el suelo, porque sabía, presentía que lo venía—. Aún así, creo que de haberlas querido a ellas la mitad de lo que quise a mis figuras masculinas, me habría ido mejor. Vengo de la casa Black, no se me deberían permitir tener debilidades, pero las tengo, tanta y tan honda, que mi cuerpo busca alas para huir de ellas. Pero, si tengo alas, ¿huir a dónde? ¿O es que no huyo y quiero buscarlos? Debí ser squib...me habrías borrado del árbol familiar y ya está.

Sentía una fuerte opresión en el pecho y en los oídos, el canto de un ruiseñor, como si fuera de medianoche. Sin que pudiese detenerlas, sus lágrimas brotaron una tras otra de sus ojos azules empalideciendo con el llanto su rostro y una voz se escuchó en el fondo de su mente: "pareces una muñeca de porcelana", una que estaba por quebrarse del todo. La taza de té estaba entre sus manos pero no le quemaba, el humo llegaba a su rostro compungido y la buja comenzaba a respirar con fuerza, como si necesitara apoyarse en esa taza.

— Desde que vine aquí, lo fueron todo para mí, sin el ejemplo de Orión, sin sus ganas de que yo tuviera ese "algo más", sin las ansías de legado de Aaron, ¡Oh, Aaron! —y la taza se hizo añicos en el suelo sin que su mirada se inmutara—, ¡Fui su sombra! Nadie nunca supo de mí, entrené conocimiento, hechizos, pociones, todo por protegerlo. Si hubiera tenido que escoger entre él y cualquiera que alguna vez me dijo que me amó, lo habría escogido a él. ¡A él por encima de Orión! 

Ya lo último casi fue un grito, tenía las manos frente a ella, temblando, la mirada al suelo y el rostro de su sobrino en el pequeño charco que había hecho el té.

— Quise proteger a Matthew, pero él no necesita protección, nadie nunca me necesitó, todos se fueron, nadie está, ¡La Manor vacía! ¡El castillo vacío! —hizo puños en sus manos y alzó el rostro a Suluk, gritando en silencio por ayuda— Alas para huir, ¿algo de eso tiene sentido? 

— Permítame ver si entendí, mis ojos son azules, pero, en determinadas ocasiones y a antojo mío, los que estén alrededor podrían percibirlo de otras tonalidades, ¿es así? Y lo que he estado haciendo, es jugar con mi propia percepción, aunque no lo haya hecho conscientemente, ¿correcto? — Maida tenía los ojos medio entrecerrados mientras, según ella, llegaba a una buena conclusión acerca del concepto del espectro electromag, ¿qué era?— Comenzar con el cabello dice, yo, que nunca he cambiado ni el estilo ni el corte. No es tan sencillo para mí.

Y hubiese completado con un "me falta voluntad", pero no quería poner de mal humor a su maestra. La mujer se concentró en la superficie del espejo que tenía al frente, se vio a sí misma, con detenimiento. Algo que evitaba si podía. Jamás había tenido la suficiente auotestima como para verse sin encontrarse mil fallas en su físico. Era un pequeño obsequio que le había dejado su primer novio, la ex novia de este había sido un monumento de mujer y por mucho que él se lo dijo, ella siempre sintió que era un estropajo a su lado. Además, tenía que verla seguido, una tortura que se hizo más grande cuando él simplemente desapareció, demostrándole a la Yaxley que no era un ancla suficientemente pesada para mantenerlo cerca de ella. 

Ahí estaban de nuevo, los recuerdos, torturándola en cada pensamiento. ¿Cómo debía concentrarse en obtener un mayor conocimiento si su mente le decía que no se detuviera con el cabello? ¡Qué lo cambiara todo! Sus ojos brillaban, no por azul de sus pupilas, sino por las lágrimas agolpadas, tratando de no rodar sobre sus mejillas. Sin mucha intención, sus uñas se habían vuelto afiladas, como si quisiera convertirse en una leona encerrada en el cuerpo de una mujer. Y acto seguido, lo que su mente si buscaba, en el reflejo, vio como su melena se hizo más espesa, más voluminosa, con ondas castaño oscuro que simulaban las olas del mar, un largo que rozaba la altura de las caderas. El cabello, pasó del típico castaño oscuro que siempre lucía a un borgoña intenso, brillante, que fue acompañado por unas pupilas violetas. 

Debía detener su mente, puesto que sentía que pronto acabaría queriendo cambiar todo. Esa no era la indicación.

— Pelirroja, ¿Quién lo diría? —musitó frente a su nueva imagen. 

@ Amara Majlis

¿Era posible crear aún más división entre ellos? Al parecer, la respuesta física que había planteado la mansión Riddle no había sido suficiente como para que lograran un consenso entre todos. Maida tenía la varita en alto, no para atacar a sus compañeros de bando o defender a alguno, solo estaba alerta. Algo, por fin, la había despertado, sin saber si sería permanente, si iba a tener sentido o no para ella en un futuro, todo seguía siendo incierto. Escuchó e intento entender a lo que se referían cuando hablaban de la mitad de la calavera y su posible paradero. 

— ¿Destruirlo con el poder de los clanes? —no se podía estar seguro de si la ojiazul intentaba comunicarse con ellos, o se había formulado la pregunta a sí misma, porque la mirada la tenía clavada en el suelo aún— ¿No deberían ser los forjadores o los más poderosos entonces? 

Lo de que Sagitas tuviera la otra mitad, que era lo que seguramente sucedía, tampoco lo entendía, ¿qué podían ganar Sagitas o Mael siendo líderes de la Marca? ¿Líderes de qué exactamente? Lo que menos iba a ayudar al bando era esa especie de guerra militar que se pretendía encender cada que se reunían más de tres mortífagos en el mismo sitio. Tanta peleadera mental, la hizo retroceder con la varita, al parecer, el momento de juntar más ideas había llegado, y con eso, la calma, aunque quizá esta última fuera momentánea. 

Sus pensamientos más oscuros entonces quisieron volver a entrar en ella, consciente que lo material de uno de sus más preciados recuerdos, ahora mismo había dejado de existir. La Yaxley, si se quedaba muy quieta, muy en silencio, seguramente podía sentir como se le iba quebrando el cristal dónde los había guardado, dejando atrás sus tiempos de aspirante en los que besaba el suelo por el que pisaba su maestro. Su guía, sus enseñanzas, sus vivencias, se desvanecían sin que ella intentara recuperarlos, a lo mejor, sin ellos, servía mejor a la causa. Si habían traidores en sus filas, seguramente se iban a dar cuenta con el paso de los días y de la aventura, y si no, a lo mejor alguno de esos mortífagos valía la pena para salir de su escondite. 

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Nick: Maida Black Yaxley 

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Si es así, ¿no?

La Yaxley se había pasado las últimas semanas negándose a que su único motivo para continuar existiendo era ganar copas de quidditch, aunque se hubiera vuelto buena en ello, era imposible que una vida joven siempre instalada entre libros, pociones, calderos y hierbas se pudiera quedar tan estancada como lo estaba haciendo y en un último intento de recuperar el brillo de sus intereses, estaba ahí, tratando de encontrar la famosa cueva dónde un día hace mucho, el iniciador de la Marca Tenebrosa, colocara una de sus posesiones más preciadas. El acantilado era golpeado continuamente por las olas que se veían indómitas, sin embargo, de alguna extraña manera, calmaban las ansias de la mujer, la hacían ser más consciente de sus respiraciones. 

Existían varias leyendas y algunos mitos acerca del lugar, uno de ellos, era el que seguía ella ahora mismo, ir cuando estaba por caer la noche. Se decía que algunas cosas, o mejor dicho, los inferis, sólo adquirían importancia en el hallazgo de la cueva cuando la luz del día se perdía en su totalidad, no estaba segura de brindarle al MACUSA todo lo que pudiese hallar en semejante empresa, sin embargo, no podia dejar de intentarlo. Caminó con la varita dispuesta, por algunos minutos hasta que a lo lejos, vislumbró una ancha espalda que podía ser la de su siguiente enemigo. No iba a permitirse morir de aquella forma tan tonta y tan lejos de casa, le había prometido a Mosquito que regresaría a tiempo para su tercer torneo, sobre todo luego de no poder lucirse como hubiese querido en el Mundial de Quidditch con su selección.

— Identíficate o no dejaré ni que voltees a verme el rostro —dijo con el tono de voz más amenazante que conocía, aunque seguramente si el desconocido la desobedecía, la poca valentía que había demostrado iba a servir de nada. Maida apenas y llegaba al metro sesenta y su contextura pues, no era precisamente la de un guardián habitual, era más bien enjuta, frágil.

Mucha fue su sorpresa cuando, al verse desobecida, encontró no sólo un rostro familiar, sino uno que, de cierta manera, incluso podía llamar: amigo. ¡Era Eobard!

— ¡Eobard! —repitió, chillando, aunque esta vez si era fuera de su mente— ¡Por Morgana! ¿Qué haces aquí? 

El rostro de él estaba casi petrificado, por lo que a Maida le asaltó una idea no muy agradable, ¿se había vuelto él también un inferi? Porque de ser así, no iba a ser agradable tener que deshacerse de él. Aquello tenía que ser una de las trampas de alucinación de las que le habían hablado antes de aventurarse por los horrocruxes de la isla. 

@ Eobard Thawne

ID: 120589
Nick (con link a la ficha) Maida Black Yaxley
Link a la Bóveda Trastero: La tengo!
Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Money

Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): Gala Navidad 2021
Nivel Mágico: 24
Fecha: 2022-08-08

Llave utilizada (para criaturas baby y Nundu): link a la certificación del Concilio
Criatura: Baby Occamy
Puntos: 80 P
Precio: 4000 G

Llave utilizada (para criaturas baby y Nundu): link a la certificación del Concilio
Criatura: Graphorn
Puntos: 80 P
Precio: 4000 G

Total de puntos: 160 P

Total de Galeones: 8000 G

¡Gracias! 

La última vez que había sido convocada a la Mansión Riddle, no había ido en los mejores términos, no le gustaba ir a tientas y menos, recibir llamados de personas que si bien era cierto, podían contar con ella, seguían siendo desconocidas para ella. Sin embargo, su máscara fue más rápida que ella y se materializó en cuanto sintió el escozor en su antebrazo izquierdo, el llamado de la Gryffindor era intenso y no admitía rechazos. Segundos más tarde, decidió envolverse en una capa negra y sacarse la máscara, al menos de momento, estaría en casa, ¿de quién iba a ocultarse? Se materializó entera en los jardines de la mansión y camino hacia dónde se encontraba ella con otro de los mortífagos que habían estado en esa otra reunión.

— ¿Alguna noticia importante? —preguntó mientras su cabeza hacia dos reverencias leves a modo de saludo.

Se había prometido a sí misma mantenerse fiel a la causa en busca del bienestar propio, sin embargo, aquello tenía más que ver con el bienestar de todos dentro de la organización que, al igual que su contraparte parecía estar temblando desde sus cimientos. ¿En qué podía ayudar ella en semejantes aventuras? No lo sabía, pero se había dado ella misma un período de gracia para valorarse como la mortífaga que era, que siempre había sido, aunque hubiese querido renegar de sus raíces y sobre todo, de sus razones. Miró hacia la mansión, sintiendo algo de alivio de aún poder contar cone se refugio para sentirse protegida cuando quisiera escapar de toda esa bola de pensamientos negativos que la aquejaban en la Manor Yaxley y de los que poco a poco, decidía huir. 

— Supongo que peores noticias no pueden llegarnos, ¿no? 

— ¿Me estás amenazando, Gryffindor? No me da miedo morir por la varita, y las cosas que yo hice o dejé de hacer es algo que sencillamente le compete al que estaba entonces a la cabeza, no a ti que no eres más que un segundo al mando... —escupió casi Maida cuando pudo sentir la respiración y la varita frente a ella, tenía tanto instinto de supervivencia como el de un suicida en medio de la caída, si iba a morir en la Riddle, que así fuera, no se iba a amilanar simplemente por que quisiera que siga a ciegas y a tientas a alguien que no conocía de nada. Como pocas veces, porque esa no era la actitud normal de la mortífaga, tenía la barbillas alzada, lo que en medicina podían llamar quizá una lucidez terminal, a lo mejor, luego sus ojos se quedaban fijos mirando el techo de la mansión mortífaga—, yo he actuado siempre que he creído necesario hacerlo, ingresar a una habitación matando a diestra y siniestra me parece una reverencia hacia lo más reptiliano de nuestro ser, no me rebajo a ensuciar el suelo con sangre mágica de no ser necesario. Extremadamente necesario. 

Unos mas hablaron, terminó viendo unas chispas saliendo de la varita que podía asesinarla, estaba segura que evitaría reunirse con los mortífagos una vez terminada semejante reunión irrelevante, ¿por qué había acudido al llamado de Ada? Negó con la cabeza intentando buscar la respuesta en su cabeza, pero no la halló. Lo que minutos más tarde escuchó fueron las palabras de Mica, ¿y quién la acusaba por haber sido líder fenixiana? Si bien era cierto, que ella era una de las pocas que no había terminando cruzando al bando contrario, no tenía nada contra las que decidían luego de un tiempo tomar el camino oscuro, sobre todo si, como Mica, eran de sangre pura, es más, hasta respeto podía llegar a tenerle por haberse mantenido Gryffindor y sin manchas de por medio. De ahí a defenderla o arriesgar por ella, había un largo trecho. No hubo mucho más tiempo para algo más, la casa entera comenzó a retumbar y aún cuando la discusión se tornaba cada vez más caldeada, los que claramente tenían la mente más fría, decidieron proteger a los que, como Maida, tenían la sangre a punto de ebullición. Cuando por fin la Yaxley pudo darse cuenta la situación, desapareció de la mansión para volverse a aparecer fuera de ella. El bastión tenebroso parecía a punto de desplomarse frente a los ojos de los pocos que habían acudido al llamado.

¿Tan mal estaba todo?

Por si fuera poco, uno de ellos, comenzó a recitar indicaciones que, según él provenían de los maestros de los clanes, dejando a Maida más sorprendida que nunca. ¿Era así de sencillo quitarles el poder a los Lugartenientes? ¿Qué clase de juego pretendían desatar Cassian y sus compañeras? ¿Acaso en el futuro de la casta mortífaga se aproximaba una guerra civil? Y, de ser así, ¿qué posición debía tomar Maida? Bruja que se preguntaba, o comenzaba a hacerlo, ¿dónde estaba Sagitas? ¿Habia decidido acaso irse como Arya? Vio a Mica y a Anthony lanzar hechizos que contuvieran el desplome de la mansión e intentó lo mismo, cosa curiosa se sentía bastante más fuerte que de costumbre, empuñando la varita con dirección a la mansión. No importaba cuánto le podían lastimar los recuerdos que aquella casa le trajeran, tampoco podían desplomarse así, y hacerse polvo, polvo que pronto se escurriría entre sus dedos si no lograban detener todo eso.

— Vechna vyarnost kŭm chistata krŭv i tŭmniya beleg —siseó en su idioma natal. Juraba fidelidad eterna, pero no a los presentes, ni siquiera al más grande ausente de todos, sino a la causa, a lo único que de ahora en adelante podía aferrarla a seguir despertando día con día: la Marca Tenebrosa. 

Maida le sonrió de lado y acarició sus propios brazos antes de adentrarse en el hogar de la arcana, cuando ingresó, se sintió como lo hacía cuando su tío la invitaba a alguna de sus viejas aventuras con hojas de té o runas. Él le había enseñado a interpretarlas en medio de largas escapadas de pandillas chinas, junto con su primo, y ¡zas! Ahí estaban otra vez las lágrimas rodando por sus mejillas sin que ella tuviera control sobre ellas, se las limpió con el dorso y pudo sentir que la mirada de la arcana se clavaba en su espalda mientras le hablaba. La Yaxley temblaba levemente, tratando de controlar un poco un ataque de ansiedad que sentía bullir en su interior. Respiró hondo una vez más ante de voltear y confrontarla, no para ponerse a la defensiva, sino, por no esconder lo que sentía. Necesitaba ayuda. 

— Supongo que lo que me retiene de quedarme en Maukhotoro es lo mismo que me tiene ahora mismo casi inmóvil —dijo de pronto y tomó asiento casi que donde pudo—, mi depresión ha ido en aumento y coincidencia o no, mis sueños y cambios creo que también. Me da la sensación de solo cambiar cuando voy en sueños, o que cuando cambio, mi mente determina que eso es imposible y que lo más seguro es que sea un sueño. 

Alzó los ojos hacia Suluk, esperando que no estuviera comunicándose con San Mungo para internarla, ella también se sentía fuera de control, cada vez más. Tener los recuerdos tan presentes en una ausencia tan prolongada no era sano, ni recomendable para nadie y entonces, cansada caía en el sueño de ser un ruiseñor, uno que era capaz de huir a los parajes dónde se sentía más segura, con todo el pasado siendo dejado tras sus grises alas. Se había demorado mucho en descifrar a qué especie animal pertenecían esas plumas, ese canto leve y nocturno, esa manía de esconder siempre entre los arbustos y la necesidad de no ser vista mientras, sencillamente, existía.

— ¿Es posible que se pueda una convertir en un ave y aún así mantener la conciencia de lo que se ve y siente? —inquirió al final para no perderse una vez más en sus pensamientos. 

@ Suluk Akku

Maida rió, con franqueza, cómo pocas veces lo había hecho en los últimos tiempos, ¿Cómo era que alguien tan lejana a lo terrenal de las brujas y magos del mundo podía sonar como una diseñadora de modas en medio de la algarabía de un desfile o algo así? Ella pensaba ser reprendida por abandonar los eventos pasados, no estar casi siendo abrazada. Se frenó. A lo mejor intuía que no era muy fan del contacto físico. La risa se paró en seco cuando ella blandió el boletín de Vuelapluma frente a ella, ¿es que los Arcanos realmente sabían todo? Giró el cuello para confirmar que estaban completamente solas y negó con la cabeza.

— Oh por favor, que llevo años sintiéndome orgullosa que aún no descubran que Vuelapluma soy yo —musitó casi en tono de súplica aún moviendo la cabeza de lado a lado. 

Pero no le dio tiempo para mucho más, pronto la tuvo como examinando el proceso de sus cambios, aunque ligeros, volvió a sonreír. A lo mejor era eso lo que necesitaba, algo externo que no la hiciera sentir como el bicho raro que a veces sucumbía en sentirse cuando se miraba al espejo. Lo de despertar su metamorfomagia era algo que no tenía  en su futuro más cercano, sin embargo, entendía que su ser mágico a lo mejor lo buscaba tomando el cuenta la necesidad de camuflarse dadas sus últimas actividades.

— Bueno, lo más difícil de controlar son los ojos y las uñas, tienen una tendencia a crecer de la nada cuando estoy realmente enojada —se encogió de hombros—, cosa que últimamente sucede muy a menudo. Supongo que ver el vaso medio lleno es que no gastaré mucho en manicuras ¿no? —la miró directo a los ojos— Juro que al principio pensé que el tema de mis ojos eran simple alucionaciones mías, pero he descubierto que de hecho, no estoy tan loca. Así que sí, vengo por ayuda con ese tema, ya si aprendo algo en el proceso, lo agradezco de antemano.

La Yaxley se sorprendió a sí misma sintiéndose cómoda con Amara, el tono de su voz incluso era distinto, después de todo ella no se permitía bromear con muchas personas, tampoco es que hubieran demasiada gente en su círculo más cercano. Mucho menos en los últimos meses, razón por la cuál se encontraba tan deprimida últimamente, volver a pensar en eso volvió a oscurecer sus ojos, sin que ella tuviera el más mínimo control sobre esos cambios. También se le ondulaba un poco más las puntas del cabello, pero como siempre lo llevaba suelto y cayendo por la espalda, era algo de lo que no iba a ser consciente a menos que estuviera en algún espejo. 

@ Amara Majlis

Planilla de Compras para los objetos de las Casas

ID: 120589
Nick: Maida Black Yaxley 
Link a la Bóveda Trastero: Trastero 
Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Money

Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): Certificado Boveda - 1 llave Hufflepuff

Fecha: 2022-08-02

Objeto: Grimorio de Hufflepuf
Puntos por unidad: 160 P
Precio: 8000 G

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Objeto: Aletiómetro
Puntos por unidad: 160 P
Precio: 8000 G

Precio Total: 16000 G
Total de puntos: 320 P

Era posible sumergirse en tal estado distímico sin darse cuenta, Maida respiraba agitada en los últimos días, como si cada bocanada de aire fuera el último, como si costa más de la cuenta simplemente mantenerse en pie. Ya ni siquiera el haberse convertido en alguien relevante en las revistadas deportivas o mantenerse al conteo del Vuelapluma lo más que se pudiera era algo que la mantenía con alguna sonrisa en el rostro, simplemente nada la animaba. Necesitaba una inyección de serotonina diaria para poderse levantar y si no, su alba rozaba con el mediodía, era así.

Incluso fue su elfo doméstico quien la alertó de que debía salir de su sopor y regresar a los estudios, a fortalecer el cuerpo mientras llegaba la cura a su alma. Por lo que casi obligada por una criatura mágica inferior, decidió volver a intentar aquello que la inquietaba meses atrás, sus cambios físicos sin que ella tomara ningún tipo de poción o estuviera bajo los efectos de algún hechizo.

Amara era quién podía ayudarla con eso, pero ya tenía historial con dejar semejantes pruebas a medias, porque claro, no contaba con la fortaleza necesaria para terminarlas, no se sentía más con esa actitud, se sentía incapaz. Lo que conllevaba a que sus ojos se tornaran muy oscuros, casi negros, casi invadiendo hasta sus pupilas, incapaz entonces de distinguirse el color azul normal que lucía. Su piel de tanto palidecer a ratos podía parecer incluso traslúcida y sabía perfectamente que no tenía que ver con su alimentación.

Necesitaba la ayuda e iba a buscarla, lo de dejarse morir mientras el mundo seguía girando sobre su eje había terminado, o al menos había que intentarlo.

—      ¿Amara? —preguntó una vez que se apareció en los terrenos de Maukhotoro dónde le habían indicado que se encontraba sus aposentos, ella lo había olvidado— ¡¿Amara?! —casi gritó la segunda vez.

@ Amara Majlis

—      Tampoco me parece adecuado que digas que lo que ha dicho Mael no es sensato, hay que ser tolerantes —dijo condescendientemente la Yaxley dirigiéndose al muchacho que había hablado luego de Juliette, a quién le dedicó una sonrisa de lado—, ah no, creo que quizá no te referías a él, моя грешка.

Detestaba a los mortífagos que se calentaban con la antorcha que desprendía más fuego, olvidando la fuerza de las llamas que flameaban en sus mejores momentos, detestaba la fidelidad volátil más que nada, sobre todo porque ella era siempre fiel a sus principios, a sus valores a los mortífagos que admiraba y por los que se mantenía en el sendero oscuro, aunque estos ya no estuvieran ahí. Mortífagos que forjaban el temple en la sangre de mortífagas como Juliette, que aunque viajera, como ella, era constante.

Si se había perdido una reliquia en manos de uno de los Lugartenientes, era válido esperar a como se sucedían los hechos, después de todo, si alguien defendía a Mica, seguramente pronto aparecerían los que iban a mostrarse a la defensiva de Sagistas o del propio Mael. Caminó hasta ponerse al lado de Juliette, no iba a defenderla, ni era que pensase que lo necesitara, es sólo que su manera de expresarse la hacía sentir un poco más congruente y sensata que con el resto de la congregación.

—      Y entonces, ¿qué? —preguntó directamente al que había defendido el honor de Mica como personaje oscuro y relevante en sus filas tenebrosas— ¿le vamos a hacer juicio a Mica? ¿Vamos a averiguar sobre la reliquia? ¿Qué? Porque claramente, y no sé si soy la única que lo nota, las reuniones familiares en la Riddle o suelen terminar bien.

Se encogió de hombros.

—      No somos del tipo cariñoso.

Siempre iban a salir las puyas sobre quién era la más fiel, el más longevo en la Marca, el que más luchaba o la que más buscaba, indistintamente de los protagonistas. Cada cuál en su tiempo había querido ser la mano derecha del líder actual, pero sin líder eran todos aún más desordenados que de costumbre y eso influía en el ánimo de cualquier reunión que no incluyera vino. Algunas cosas se habían mantenido en la diplomacia cuando Aaron era el líder, sin embargo, con su primo fuera del radar oscuro, poco o nada a Maida podían importarle las opiniones del resto. Por fidelidad a él es que había accedido a garantizarle fidelidad a Arya, pero ya veíamos ahora en qué había decantado todo aquello.

@ Mefistófeles Evil.  @ Eterno Black Triviani @ Sagitas E. Potter Blue @ Malum Luxure @ Mael Blackfyre @ Mica Gryffindor@ Ada Camille Dumbledore @ Kahlan Blackthorn @ Juliette Macnair

@ Sean -Ojo Loco- Linmer

Ciertamente lo que decía de los bandos era real,  ninguno de los dos lados estaba a la cabeza del poder, ahora todo se veía más del lado político, por ese lado era que se movían los hilos, si el Ministro o Ministra pertenecía o no a alguna de las pandillas más antiguas del pueblo era otro cantar. Lo sabía de primera mano. Resopló bebiendo otro sorbo de champagne, los franceses eran buenos en lo que se jactaban de serlo, ese vino elegante le cosquilleaba la garganta de una manera suave y agradable, para alguien con tan poca tolerancia al alcohol, eso era excelente.

— Tanto la Marca Tenebrosa como la Orden del Fénix siempre estarán ahí para apoyarnos en nuestros momentos de mayor aburrimiento —mencionó mirando por el rabillo del ojo como Mica Gryffindor volvía de sus conversaciones privadas con el señor Malfoy, podía lucir muy bien peinados pero el brillo perlado de sus sienes los delataban, Vuelapluma sonrió—, aunque los habitantes del pueblo siempre hacen su mayor esfuerzo por ser el protagónico de la semana. De eso no me cabe duda alguna.

Volvió sus ojos hacia su reciente acompañante para sonreírle y que no notara lo que sus ojos, sí. Sean, por supuesto también había caído en algunas oportunidades bajo su pluma, era imposible mantener registro de todas las veces que lo había obviado, más bien.

— Me parece que estas actividades van a requerir más de mi presencia, aunque no las disfruto del todo —confesó. 

Mazmorra: La Cueva del Horrocrux
Nivel mínimo: 8
Participantes: Mínimo 1, Máximo 3
Repeticiones: Dos veces por semana (los roles tienen que ser diferentes, no se admiten copias)
Experiencia: Por cada vez que se realice completa da 5 puntos en el apartado de Mazmorras.

"Estaban de pie en el borde de un lago negro grande, tan grande que Harry no podía ver a gran distancia, en una caverna tan alta que el techo, también se perdió de vista. Una luz verde brillaba a lo lejos, en lo que parecía ser el centro del lago, se refleja en el agua por completo, nada rompió la oscuridad aterciopelada, solamente la luz proveniente de la varita de Dumbledore. La oscuridad era más densa que la oscuridad normal."

(Harry Potter y el Misterio del Príncipe - En la cueva del Horcrux)

La Cueva del Horrocrux es una cueva junto al mar donde Tom Marvolo Riddle acudió cuando era niño junto a otros dos niños de su orfanato llevados a la fuerza, Amy Benson y Dennis Bishop. Lord Voldemort más tarde utilizó la cueva para esconder el guardapelo de Salazar Slytherin, uno de sus Horrocruxes. La cueva fue utilizada de nuevo cuando Regulus Black robó el guardapelo original y cuando Albus Dumbledore y Harry Potter fueron en busca de él.

Desde que Albus Dumbledore y Harry Potter rescantaron el horcrux, la cueva volvió a la normalidad. Ningún incidente se produjo en ella, hasta hace apenas unos meses. Barny O'Shean, un pescador irlandés, fue el primero que informó de inferis en su interior, luces extrañas, gritos y manifestaciones diversas de magia oscura, al punto que se sospecha que ha sido de nuevo utilizada para esconder los horcruxes de un grupo de magos oscuros.

Ayuda al MACUSA a encontrar los horcruxes y a controlar la magia oscura de la Cueva del Horcrux. A cambio recibirás importantes recompensas.


Hitos de la Mazmorra:

Debéis hacer 25 posteos de rol (total 50 posteos) (mínimo 15 líneas cada posteo).

Los objetos del Magic Mall que se piden, deben estar en la ficha de personaje al momento de comenzar esta mazmorra. No se gastan, una vez en ficha, pueden usarse todas las veces que se quiera para realizar la mazmorra.

Hay que tener en cuenta las instrucciones para el manejo de dados. No nos hacemos responsables si los dados cambian de valor por no haber seguido bien las instrucciones indicadas.

Te recomendamos leer bien los hitos de la mazmorra que se detallan a continuación.

Posteos 1 a 5 (rol): Te encuentras en los acantilados, buscando la Cueva del Horcrux. Recorres varias cavernas, hasta llegar a la puerta de entrada de la Cueva, que está sellada. Un miembro del grupo deberá usar la Daga del Sacrificio para cortarse y utilizar su sangre para abrir la puerta. Un miembro del grupo deberá usar el hechizo Curación para sanar la herida (señalar las acciones con rojo y negrita).


Posteos 6 a 10 (rol): Avanzas por la Cueva hasta localizar el enorme lago de aguas verdosas. En su superficie observas 5 islas flotantes, de donde surge un raro resplandor. Para ir hacia ellas, debéis tomar la barca que está en la orilla, custodiada por un Fantasma.

Podéis usar una alfombra voladora adquirida en el Magic Mall para desplazaros o bien tendréis que derrotar al Fantasma para usar la barca. Para derrotar al Fantasma, deberéis lanzar los dados 1 vez por cada miembro del grupo participante en la mazmorra.


Posteo 11 - 13 (en caso de no disponer de una alfombra voladora) (dados): Cada miembro del grupo lanzará una vez los dados, usando 1 dado de 100 caras + multiplicador, siendo el multiplicador el equivalente al siguiente resultado:

multiplicador = (nivel del personaje + nivel del set que esté utilizando)/2

El dado que lance cada miembro del grupo será, por tanto:



 

[roll]1d100+multiplicador[/roll]

• La suma de los resultados de todas las tiradas será el daño que le haréis al Fantasma.
• Para vencer al Fantasma y tomar la barca, esa suma deberá ser superior a 100.
• Si no se derrota al Fantasma, deberéis abandonar la mazmorra e intentarlo otra vez desde el principio, pasados 3 días de espera.

Hasta el posteo 15 (rol): Completad con rol hasta llegar al posteo 15. El lago estará infestado de inferis y deberéis usar fuegos para derrotarlos. Debéis usar en total 10 Círculos de Fuego para mantenerlos alejados (resltarlos en rojo y negrita). Si se lanzan menos Círculos de Fuego de los 10 exigidos, los inferis os atraparán y deberéis abandonar la mazmorra e intentarlo otra vez desde el principio, pasado un mínimo de 3 días. Si se lanzan más Círculos de fuego de los exigidos, no tendréis tiempo suficiente para completar todas las islas flotantes y, por tanto, por cada Círculo de Fuego que se lance de más, será un horcrux menos que conseguiréis.

Posteo 16 (rol): Llegáis a la primera de las islas flotantes. Uno de vosotros debe beber la Poción de la Desesperación y, por cada minuto que pase, desde el post en el que bebe la poción, se le quitarán 5 puntos de vida. No hay cura posible hasta terminar la mazmorra. El tiempo que tardéis en encontrar el horcrux dependerá de los dados, así como la obtención o no del propio horcrux.

Posteos 17 (dados): Un miembro del grupo lanzará los dados para determinar el número de posteos hasta encontrar el horcrux. Debe lanzar 1 dado de 5 caras.



 

[roll]1d5[/roll]

• El grupo deberá realizar tantos posteos como indiquen los dados, hasta llegar al horcrux.

Posteo 18 y siguientes (rol): El grupo deberá realizar tantos posteos de rol como hayan indicado los dados.

3 Posteos siguientes a la finalización de los roles (dados): Todos los miembros vivos del grupo (los que no hayan sucumbido a la poción de la desesperación -recordad que se quitan 5 PV cada minuto que pase desde que se bebió) lanzarán los dados para determinar el éxito o fracaso en la obtención del horcrux. Deben lanzar 1 dado de 50 caras + multiplicador, siendo el multiplicador lo siguiente:

multiplicador= (nivel + set )/2

(por ejemplo, si el nivel del lanzador es 8 y no tiene set de equipamiento, (8 + 0)/2 = 4)

 

[roll]1d50+multiplicador[/roll]

• Si la suma de todos los resultados es mayor a 60 se obtiene el horcrux. En caso contrario, no se obtiene.

Segunda isla flotante: Realizáis 2 roles para llegar a la segunda isla flotante. Aquí se repetirá la mecánica igual que en la primera isla. En el segundo posteo, uno de los miembros del grupo debe beber la poción de la desesperación y por cada minuto que pase desde el posteo en que la bebe, se le quitarán 5 PV. Puede ser el mismo que la bebió antes, pero en ese caso, los efectos de ambas pociones se acumulan. No hay cura posible hasta terminar la mazmorra. El tiempo que tardéis en encontrar el horcrux dependerá de los dados, así como la obtención o no del propio horcrux. Si un miembro del grupo muere antes de finalizar la mazmorra, dejará de poder lanzar dados o realizar roles. Sus compañeros lo acarrearán hasta finalizar la mazmorra y se llevará el mismo número de horcrux que el resto del grupo. Si todos murieran antes, el grupo deberá abandonar la mazmorra y se dará como no conseguida, obteniéndose sólo las recompensas básicas o por horcrux obtenidos, pero no las de completar la mazmorra.

Posteo 3 en la segunda isla (dados): Un miembro del grupo vivo lanzará los dados para determinar el número de posteos hasta encontrar el horcrux. Debe lanzar 1 dado de 5 caras.

 

[roll]1d5[/roll]

• El grupo deberá realizar tantos posteos como indiquen los dados, hasta llegar al horcrux.

Posteo 4 y siguientes en la segunda isla (rol): El grupo deberá realizar tantos posteos de rol como hayan indicado los dados.

3 Posteos siguientes a la finalización de los roles (dados): Todos los miembros vivos del grupo (los que no hayan sucumbido a la poción de la desesperación -recordad que se quitan 5 PV cada minuto que pase desde que se bebió) lanzarán los dados para determinar el éxito o fracaso en la obtención del horcrux. Deben lanzar 1 dado de 50 caras + multiplicador, siendo el multiplicador lo siguiente:

multiplicador= (nivel + set )/2

(por ejemplo, si el nivel del lanzador es 8 y no tiene set de equipamiento, (8 + 0)/2 = 4)

 

[roll]1d50+multiplicador[/roll]

• Si la suma de todos los resultados es mayor a 60 se obtiene el horcrux. En caso contrario, no se obtiene.

Tercera isla flotante: Realizáis 2 roles para llegar a la segunda isla flotante. Aquí se repetirá la mecánica igual que en las otras islas. En el segundo posteo, uno de los miembros del grupo debe beber la poción de la desesperación y por cada minuto que pase desde el posteo en que la bebe, se le quitarán 5 PV. Puede ser el mismo que la bebió antes, pero en ese caso, los efectos de ambas pociones se acumulan. No hay cura posible hasta terminar la mazmorra. El tiempo que tardéis en encontrar el horcrux dependerá de los dados, así como la obtención o no del propio horcrux. Si un miembro del grupo muere antes de finalizar la mazmorra, dejará de poder lanzar dados o realizar roles. Sus compañeros lo acarrearán hasta finalizar la mazmorra y se llevará el mismo número de horcrux que el resto del grupo. Si todos murieran antes, el grupo deberá abandonar la mazmorra y se dará como no conseguida, obteniéndose sólo las recompensas básicas o por horcrux obtenidos, pero no las de completar la mazmorra.

Posteo 3 en la tercera isla (dados): Un miembro del grupo vivo lanzará los dados para determinar el número de posteos hasta encontrar el horcrux. Debe lanzar 1 dado de 5 caras.

 

[roll]1d5[/roll]

• El grupo deberá realizar tantos posteos como indiquen los dados, hasta llegar al horcrux.

Posteo 4 y siguientes en la tercera isla (rol): El grupo deberá realizar tantos posteos de rol como hayan indicado los dados.

3 Posteos siguientes a la finalización de los roles (dados): Todos los miembros vivos del grupo (los que no hayan sucumbido a la poción de la desesperación -recordad que se quitan 5 PV cada minuto que pase desde que se bebió y las pociones se van acumulando) lanzarán los dados para determinar el éxito o fracaso en la obtención del horcrux. Deben lanzar 1 dado de 50 caras + multiplicador, siendo el multiplicador lo siguiente:

multiplicador= (nivel + set )/2

(por ejemplo, si el nivel del lanzador es 8 y no tiene set de equipamiento, (8 + 0)/2 = 4)

 

[roll]1d50+multiplicador[/roll]

• Si la suma de todos los resultados es mayor a 60 se obtiene el horcrux. En caso contrario, no se obtiene.

Cuarta isla flotante: Realizáis 2 roles para llegar a la segunda isla flotante. Aquí se repetirá la mecánica igual que en la primera isla. En el segundo posteo, uno de los miembros del grupo debe beber la poción de la desesperación y por cada minuto que pase desde el posteo en que la bebe, se le quitarán 5 PV. Puede ser el mismo que la bebió antes, pero en ese caso, los efectos de ambas pociones se acumulan. No hay cura posible hasta terminar la mazmorra. El tiempo que tardéis en encontrar el horcrux dependerá de los dados, así como la obtención o no del propio horcrux. Si un miembro del grupo muere antes de finalizar la mazmorra, dejará de poder lanzar dados o realizar roles. Sus compañeros lo acarrearán hasta finalizar la mazmorra y se llevará el mismo número de horcrux que el resto del grupo. Si todos murieran antes, el grupo deberá abandonar la mazmorra y se dará como no conseguida, obteniéndose sólo las recompensas básicas o por horcrux obtenidos, pero no las de completar la mazmorra.

Posteo 3 en la cuarta isla (dados): Un miembro del grupo vivo lanzará los dados para determinar el número de posteos hasta encontrar el horcrux. Debe lanzar 1 dado de 5 caras.

 

[roll]1d5[/roll]

• El grupo deberá realizar tantos posteos como indiquen los dados, hasta llegar al horcrux.

Posteo 4 y siguientes en la cuarta isla (rol): El grupo deberá realizar tantos posteos de rol como hayan indicado los dados.

3 Posteos siguientes a la finalización de los roles (dados): Todos los miembros vivos del grupo (los que no hayan sucumbido a la poción de la desesperación -recordad que se quitan 5 PV cada minuto que pase desde que se bebió) lanzarán los dados para determinar el éxito o fracaso en la obtención del horcrux. Deben lanzar 1 dado de 50 caras + multiplicador, siendo el multiplicador lo siguiente:

multiplicador= (nivel + set )/2

(por ejemplo, si el nivel del lanzador es 8 y no tiene set de equipamiento, (8 + 0)/2 = 4)

 

[roll]1d50+multiplicador[/roll]

• Si la suma de todos los resultados es mayor a 60 se obtiene el horcrux. En caso contrario, no se obtiene.

Quinta isla flotante: Realizáis 2 roles para llegar a la segunda isla flotante. Aquí se repetirá la mecánica igual que en la primera isla. En el segundo posteo, uno de los miembros del grupo debe beber la poción de la desesperación y por cada minuto que pase desde el posteo en que la bebe, se le quitarán 5 PV. Puede ser el mismo que la bebió antes, pero en ese caso, los efectos de ambas pociones se acumulan. No hay cura posible hasta terminar la mazmorra. El tiempo que tardéis en encontrar el horcrux dependerá de los dados, así como la obtención o no del propio horcrux. Si un miembro del grupo muere antes de finalizar la mazmorra, dejará de poder lanzar dados o realizar roles. Sus compañeros lo acarrearán hasta finalizar la mazmorra y se llevará el mismo número de horcrux que el resto del grupo. Si todos murieran antes, el grupo deberá abandonar la mazmorra y se dará como no conseguida, obteniéndose sólo las recompensas básicas o por horcrux obtenidos, pero no las de completar la mazmorra.

Posteo 3 en la quinta isla (dados): Un miembro del grupo vivo lanzará los dados para determinar el número de posteos hasta encontrar el horcrux. Debe lanzar 1 dado de 5 caras.

 

[roll]1d5[/roll]

• El grupo deberá realizar tantos posteos como indiquen los dados, hasta llegar al horcrux.

Posteo 4 y siguientes en la quinta isla (rol): El grupo deberá realizar tantos posteos de rol como hayan indicado los dados.

3 Posteos siguientes a la finalización de los roles (dados): Todos los miembros vivos del grupo (los que no hayan sucumbido a la poción de la desesperación -recordad que se quitan 5 PV cada minuto que pase desde que se bebió) lanzarán los dados para determinar el éxito o fracaso en la obtención del horcrux. Deben lanzar 1 dado de 50 caras + multiplicador, siendo el multiplicador lo siguiente:

multiplicador= (nivel + set )/2

(por ejemplo, si el nivel del lanzador es 8 y no tiene set de equipamiento, (8 + 0)/2 = 4)

 

[roll]1d50+multiplicador[/roll]

• Si la suma de todos los resultados es mayor a 60 se obtiene el horcrux. En caso contrario, no se obtiene.

Último posteo (rol): Si completáis las 5 islas y queda algún miembro del grupo vivo, habréis logrado completar la mazmorra.

Último posteo (dados): Lanza los dados una última vez para determinar las recompensas. Lanza 1 dado de 30 caras.


 

[roll]1d30[/roll]

Recompensas:

Por completar la mazmorra:

• Si el resultado es < 6
  • 2000 G
  • 10 Ojos de escarbato
  • 10 Hoja de peonia
  • 10 Cenizas de fénix
  • 10 Escamas de basilisco
  • 10 Escamas de dragón
  • 2 Flores Lunares de Nueva Zelanda
  • 2 Hilos de Luna
• Si el resultado es 6 - 10
  • 1000 G
  • 5 Ojos de escarbato
  • 5 Hoja de peonia
  • 5 Cenizas de fénix
  • 5 Escamas de basilisco
  • 5 Escamas de dragón
  • 1 Flores Lunares de Nueva Zelanda
  • 1 Hilos de Luna
• Si el resultado es 11 -- 25
  • 500 G
  • 5 Ojos de escarbato
  • 5 Hoja de peonia
  • 5 Cenizas de fénix
  • 5 Escamas de basilisco
  • 5 Escamas de dragón
• Si el resultado es > 25
  • 0 G
  • 5 Ojos de escarbato
  • 5 Hoja de peonia
  • 5 Cenizas de fénix
• En todos los casos: 5 puntos en el apartado de mazmorras

Por cada horcrux conseguido:

• 2000 G
• 1 Flores Lunares de Nueva Zelanda
• 1 Hilo de Luna

Posteo opcional:

Si has completado la mazmorra, puedes hacer un posteo adicional roleando las recompensas y el reporte al MACUSA de lo que has descubierto en la Mazmorra, entregándole los horcrux.