Castillo Ivashkov (MM B: 106154)

[Jank Dayne]

Jank fue afectado por una confusión mental tan frenética que, cuando volvió en sí, dedujo que se trataba de un confundus. Una vez despierto, movió a Libra entre los dedos de su mano derecha y comenzó. Primero, usó una poción curativa que le sanó por completo las heridas de las bolas de fuego del colacuerno húngaro enviadas por Tauro. Seguido de aquello, usó "Curación" para sanarse de la herida causada por el sectusempra realizado por Deived e impactado en su cuerpo. Sin embargo, su fénix logró protegerlo del Babosas enviado en su contra por el mismo mago. Su fénix, por otro lado, arrojó dos lágrimas sobre su cuerpo, ambas dirigidas a sanar el fuego maldito mortis de Tauro, dejando las zonas quemadas totalmente lisas y sanas.

 

- Tripio Sectusempra - dijo después, cambiando la posición de su varita a la mano sana, puesto que la otra estaba afectada por el Absorvere de Leah, haciendo que tres rayos saliesen destinados hacia tres objetivos. El primero de ellos Hades, quien había llegado recientemente; le daría justo en el pecho. El segundo daría en el pecho de Tauro, y el tercero en el pecho de Leah.

 

- Floreus - dijo, haciendo que de la varita de Hades solo pudiesen resultar flores en su próxima acción.

 

off:

 

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[Ley Gryffindor Rosier]

De nueva cuenta la mano se me quebró a causa de la señorita absorvere (? y tendría que curarme si o si. Inmediatamente pensé en un episksey para reacomodar los huesos, necesitaría otro, pero de momento así que iba a quedar ya que podía de nueva cuenta seguir atacando sin tanto dolor. Odiaba cuando ésto pasaba, pero al menos seguía con vida, aunque estaba ahora igual que el tunco maclovitch. Alexandra había llegado a la batalla, era su primera vez ya que nunca la había visto, pero esperaba que le fuera muy bien. Tenía que seguir atacando, así que pensé que era buen momento para cambiar de objetivo. Sin embargo mis amigos necesitaban ayuda, observé que Jank había sido atacado no podría esperar más

 

—Episkey— pensé ésta vez la curación para el demon hunter, Jank, curándolo así de ésta manera el fuego maldito mortis de HAdes. Tal vez eso lo salvaría de la muerte pero tenía que ser rápido, Observé que eso lo mejoró, justo a tiempo y solamente así podríamos estar en batalla de pie ante aquella bola de cobardes que salían de sus cloacas poco a poco como las ratas que eran.

[Leah Snegovik]

Confundus.

 

Intercaló a Ley, para que su segunda acción hacia Jank no saliera y debido al tiempo, el hombre no logró curarse del Fuego Maldito Mortis de Hades. Pensó en Curación para curarse el Tripo y lanzó un Episkey a Tauro para curarla por el mismo hechizo que había lanzado Jank antes de morir. De esa manera, la mujer sólo necesitaría uno para no morir presa del desangramiento. Posteriormente pensó en una defensa para ambas.

 

-Detritus -dijo al decidir.

 

Una capa gaseosa las cubrió a ambas, a ella y a Tauro, para impedir que hechizos físicos las alcanzaran. Con este turno perdido en idioteces, había logrado zafarse al fin del Limitate y había hecho que Hades culminara su asesinato contra Jank. Nadie más viviría mientras ella estuviera presente, no señor. O al menos era la idea, si se ponía a pensar.

 

-Estoy de mul mal humor -le dijo a Tauro, de mala gana, era la primera vez que usaba ese tono.

[Melrose Moody]

>>Voy a morir<< pensó Catherine simplemente, intentando discernir el tiempo que le quedaba y que utilidad podría sacarle. La maldición había hecho que su fuerza mermara puesto que se encontraba impedida de realiZar los hechizos adecuadamente. Sintió incluso que lo usaba por dos veces lo que la llevó a suponer que debía estar de veras desesperada.

 

Por eso no se movió cuando el fuego la alcanzó, esperando con paciencia el momento en que el efecto de la maldición le permitiera hacer algo. Así fue. Su curación no salió y no pudo moverse un rato más pero finalmente notó que la maldición ya no pesaba sobre ella y aprovechó ese momento en ese preciso instante, concentrando su dolor en un grito similar a un rugido, para alejarlo de sí.

 

- silencius

 

El hechizo hizo efecto al instante en que Leah intentaba decir "detri..." y nada más pasó. Ninguna barrera, nada, y Catherine soltó una carcajada pues el dolor era ya insoportable cuando sintió el corte proyectado de una katana. Cayó de espaldas al suelo y su cadáver quedó con los ojos fijos mirando hacia el cielo, bajo la luz.

[Ley Gryffindor Rosier]

¿Qué podía hacer ahora? Nada más. Por más que había intentado salvar al demon hunter, a Arya, a todos, todos ellos muertos por falta de rapidez. Nada podría hacer enfrente de tantos y lo mejor era salir, ir a pedir ayuda porque ni loca dejaría que me mataran. Tomé los cuerpos que pude y corriendo a los límites del castillo Ivashkov desaparecí. Era hora de volver a Ottery y de ir a curarme lo que sea que tuviera encima, sobre todo porque estaba manca, pero con lo que pude agarré a mis amigos, no los abandonaría así fuera lo último que hiciera. Malditos habían ganado ésta vez, habíamos perdido una batalla pero no la guerra y al menos nos habíamos llevado a uno. Luego de poder llegar a donde desaparecer fuera de los hechizos antiaparción dejé una estela dehumo blanquecino que fue lo últmo que los oscuros alcanzaron a ver de mi. Luego volvería por la venganza, eso era una promesa y mataría a todos, a la parejita y a los chicos bases que se habían hecho los valientes, también al cobarde de Liam.

[Zack Ivashkov]

Experimentar el poder de las magias guerreras era tan encantador como peligroso si se lidiaba demasiado con los Uzza. En aquella oportunidad Zack no podría experimentar el poder del amuleto de la resurrección tanto como quisiera, pues era la única cosa a la que no le conocía su efectividad. Sin embargo, haría uso del mismo sin quererlo, pues la energía acumulada en el colgante en su cuello simplemente actuaría para traerlo de vuelta al mundo de los vivos, aunque no a seguir luchando como hubiera preferido.

Él no supo en qué momento del encuentro fue abatido, debió haber sido mientras atravesaba las lagunas mentales ocasionadas por los confundus. Lo cierto es que un rayo lo alcanzó junto con otra criatura ponzoñosa. Ambos ataques fueron la combinación perfecta para llevarlo a la muerte. Su cuerpo cayó tendido al suelo. La varita se desvaneció inmediatamente a modo de autodefensa, para evitar que alguien la hurtara.

A los pocos segundos de haber sido derribado, el amuleto de la resurrección hizo lo propio brillando en su cuello. El mismo buscó la manera de salir de la camisa que lo mantenía presionado contra el pecho del cadáver. Reunía tal fuerza que alcanzó a reponer la figura del Ángel Caído, literalmente lo levantó. Dado que seguía muerto, y aún no tenía fuerzas para sostenerse, la misma cadena era la que le ayudaba a soportar tal anatomía. Pero en comparación con el poder acumulado, en ese momento Zack era como una pluma.

De pronto una fuerte ráfaga de viento arremetió contra el rostro cubierto del vampiro al tiempo que el amuleto se estampaba en su pecho. El hombre tomó una gran bocanada de aire y se inclinó utilizando sus mismas piernas como soporte de ambas manos. Abrió los ojos para visualizar el césped bajo sus pies y elevó la mirada. Todos seguían luchando, y aunque una parte de él quería quedarse, otra se lo prohibía. Entonces su cuerpo se fue desmaterializando poco a poco hasta desvanecerse en su totalidad.

El poder del amuleto era tan efectivo como el de cualquier otro. Lo lamentable del asunto era que no podría usarlo hasta tanto pasara una luna completa. Por lo pronto él sería devuelto a su habitación, en ese mismo lugar donde se llevaba a cabo la batalla. No tendría chance de volver a hacerle frente a los Fenixianos por más que quisiera, pues el mismo objeto mágico lo obligaría a quedarse en cama hasta que el encuentro finalizara.

[Alexandra Eirian]

El mago medio enfurecido conjuro contra mi un avis, y un montòn de cuervos se avalanzaron contra mì, si bien contra mi.

 

--Si quieres luchar hazlo con màs seriedad- dije-Evanesco-pense para mi si algo en que era buena era en los hechizos verbales, eso implicaba calma y concentraciòn, realice el movimiento de varita correspondiente y las avis desaparecieron en segundos- Parece que me toco un buen rival- al escuchar su amenaza de no tener piedad- ¡Desmaius!- exclame hacìa el y el rayo se dirigio con toda su fuerza al pecho de Ernest- yo tampoco tengo piedad, pero no voy a negar que me gusta enfrentarme a oponentes como tu, si te subestime te pido perdon pero no volvera a pasar-.

 

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[Emmet Haughton Gaunt]

- Sangre Sucia ... ¿puede haber algo más repugnante que eso? -

 

Sentenció el vampiro al sentir cómo su brazo derecho ardía como no lo había hecho antes. Eso significaba que sus compañeros lo necesitaban en ese momento. Pasó mucho tiempo sin arder esa marca pero hoy era el día en el que el inmortal volvía a los campos de batalla para poder oscurecer ese rayito de luz que, los miembros de la Orden del Fénix, deseaban sembrar en todo el mundo mágico.

 

Tomó a Nix, su varita, y se colocó una simple remera de algodón blanco, muy fina; un pantalón corto de color negro y decidió ir descalzo para poder usar toda la velocidad y fuerza de sus piernas.

 

- Es hora de ir por algo de sangre impura -

 

Cuando aquellas palabras terminaron de resonar su cuerpo se consumió totalmente por una niebla negra y espesa que lo dejaría aparecer a una cuadra de la verja del Castillo Ivashkov. Corrió hacia la estructura, con su varita en la mano y colocándose aquella hermosa máscara plateada que cubriría cada uno de las facciones del mortífago para que no pudiera ser reconocido.

 

Tocó la verja con la punta de su dedo y en segundo fue trasportado a Rumania dónde se encontraba el Castillo Ivashkov. Podía sentir el aroma al líquido vital, derramado en la batalla, en el aire que circulaba por el ambiente. Corrió a toda velocidad hacia los jardines dónde se estaba llevando a cabo el combate y se colocó en la misma posición que sus compañeros de bando.

 

Se colocó a diez metros de distancia de cualquier oponente u objetivo.

[Hades Ragnarok]

-¡Detritus! -dijo el cainita. El efecto fue inmediato provocando que una fina capa gaseosa y transparente de magia rodeara su cuerpo protegiéndolo a él, a Divied y a Ernest de cualquier ataque y allí fue donde el tripio sectusempra que jank había golpeado protegiéndole.

 

Rio, aquello era divertido sí, no había duda, pero no era un gran reto sin su mortal enemiga por aquellos lados, bueno, no iba a aburrirse asi que se preparo para seguir divirtiéndose. Ladeo la cabeza estudiando la situacion, quedaban pocos o ya casi nadie, aun asi se iba a encargar de proteger a los suyos y tener una sorpresa por si las dudas.

 

-¡Expectro Protego! – dijo. de la punta de la varita comenzó a formarse una figura oscura la cual segundos después tomo la forma de un Hipogrifo adulto el cual fue enviado para proteger a Emmet colocándose frente a él para protegerle de lo que le fuera lanzado.

 

El cainita observaba mientras aquello sucedía como los odefos caían como moscas, su sangre estaña derramándose por todo el lugar.

 

-¡Fuego Negro! - invoco en el acto una bola que levito a dos metros y medio metros de altura, esperaría que la mima creciera, para lanzarla contra algún posible enemigo que osara aparecer o atacarle.

[Alexandra Eirian]

LA batalla se estaba volviendo complicada y cada vez los enemigos eran menos, al ver que todos mis compañros estaban heridos o en grave peligro decide emprender la lucha para que ayudarlos y no perderlos.

 

-Guerrero que huye sirve para otro combate- dice el dicho asi que con bronca y odio decidi salir del combate, no sin antes volverme a mirar y jurar que me la pagarian, asi fue como mi primera aventura en una casa mortifaga termino amargamente, tome mi capucha y desapareci, ya a salvo apague la luz de mi cara y oculto mi rostro rojo de bronca