Castillo Ivashkov (MM B: 106154)

[Mia.]

—Silencius—pronunció, logrando de esa manera que el siguiente hechizo de Lisa no logrará salir de sus labios, debido a que la bruja quedaría completamente muda.

 

¿Moriría rápido? esperaba que fuese igual que el día anterior, un trabajo exitoso y rápido, hasta el momento la Weasley estaba estaba muda, ¿qué más podía pasarle? esperaba que algo interesante, porque a pesar de estar completamente ciega de momento, debido a la famosa mano de la gloria que la bruja había utilizado segundos antes, al menos ahora podía hacer algo más.

 

—Absorvere—siseó ahora a Arya logrando que la muñeca de la mano con la que sostenía su varita mágica se rompiera con un ruido poco sonoro, pero que le provocó dolor. Tendría que cursarse prontamente o resultaría un poco maligno para ella.

 

Era lo mejor que podía hacer, al menos de momento, por lo que esbozó una media sonrisa y se quedó completamente tranquila, no tenía nada encima que la dañara.

[Lisa Weasley Delacour]

- Flechas de fuego – Estar silenciada no significaba nada para mi, bien podía seguir atacando. Las armas blancas voladoras impregnadas en el elemento primigenio salieron despedidas de mio carta en dirección a Emmet, quien debería apagar el fuego y curarse por mi ataque. Lo bueno del asunto es que ellos no podían verme a mi, ni saber donde me encontraba, ni mucho menos apuntarme con la varita. Obvio, estaba allí, los efectos si surtirían efecto, no obstante, era genial privarles de ese sentido.

- Aqueora – La masa de agua, como la qu antes tenia y habia desaparecido ya por el paso de los turnos, volvio a cubrir mi anatomia, dejandome sana y salva e ilesa por completo, ya que me regalo un episkey de emrgencia para el absorere del tal Deivied. Un base que apuntaba maneras oscuras, pero que no lograria nada conmigo. Mi hipoggrifo embistio a Tau, para dañarla mas de lo que ya estaba

- Silencius – Tau quedo silenciada, nada podria pronunciar.

[Mei Black Delacour]

Un patronus con forma de huargo captó su más que dispersa atención. El sueño la embargaba una vez más, ya que aún no había podido conciliar del todo el sueño. Su mente, por ende, funcionaba de forma más lenta de lo normal, y tardó varios minutos en comprender que se trataba de un llamado.

 

Se puso en pie lo más rápido que sus dormidos músculos se lo permitieron y sacó su varita, disponiéndose a ir. Su atuendo cambió, como siempre, para adquirir uno nuevo: un vestido corto, capa de viaje negra con capucha y zapatos de tacón; a su vez, la luz sobre su rostro para evitar ser reconocida, pero entonces, se detuvo en el momento exacto en el que se disponía a ir hasta el castillo indicado.

 

¿Era realmente aconsejable que fuese? Su estado no era el óptimo para una batalla, además de aquella creciente inseguridad acerca de su bienestar en cuanto a cuerpo y alma. Apretó fuertemente la varita junto a la mandíbula, ¿realmente estaba preparada para las consecuencias que sus decisiones traerían?

 

–No puedo permanecer eternamente de esta forma – se dijo a sí misma, segundos antes de desaparecer.

 

Reapareció en Ottery, justo frente a una vieja construcción que parecía desmoronarse de un momento a otro, a unos diez metros más o menos. Estando lista y más decidida que nunca, aspiró aire y salió, dirigiéndose hacia las verjas que parecían lo único que no iba a caerse y se preparó para lo que venía.

[Arya Macnair]

—Episkey

 

pensó cambiando de mano, ahora creía que había malgastado aquella preciada acción, de haber soportado un poco más quizás podría haber atacado pero no, aquella noche algo extraño le pasaba. Pensaba en todo aquello mientas su muñeca sanaba tras e ataque de Mía de forma certera y la aparición de una compañera más, sabía quien era, aquella poderosa aura le daba las fuerzas que necesitaba así que mientra sus huesos volvían a donde debían estar y tronaba la muñeca con cuidado, recuperaba el agarre de Sombra para poder continuar con la faena. Aun así le faltaba para poder sanar del todo, así que pensó en un segundo —episkey— para tener la diestra en perfecto estado, afiló la mirada, hizo un paneo y escogió a su siguiente víctima o pensándolo bien a la primera de la noche, esperaba que a Lisa no le importaba demasiado si corría sangre de más.

[Mei Black Delacour]

Tocó la verja, el traslador que la llevaría hasta el castillo Ivashkov, en Rumania. Apareció sin problema, por lo que rápidamente comenzó a caminar en dirección hacia donde se encontraban todos. Le sorprendió notar una densa capa de polvo negra que rodeaba una gran cantidad del perímetro de los jardines, pero una vez la atravesó, se sorprendió de poder ver a través de ella. La Mano de la Gloria estaba de su parte.

 

–Lamento la tardanza – les susurró a sus compañeros, colocándose cerca de ellos y a una distancia no mayor a siete metros de los mortífagos, quienes no habían logrado verla llegar debido al denso polvo que les imposibilitaba el ver algo – Ardius Corpus Patronus – apenas pronunció en un suave susurro, haciendo que de su varita saliera un sinfín de hilos color plata que se unieron hasta dar la forma de un ridgeback noruego que de inmediato batió fuertemente sus alas y se volvió totalmente corpóreo. Volaba por encima de la cabeza de todos los presentes y sin más, comenzó el ataque: envió dos llamaradas, una directamente a Emmet y la otra a Mia.

 

–Tripio Sectumsempra – dijo luego, haciendo que tres rayos salieran de su varita, uno con dirección a Divied, el otro hacia Mia y el último a Emmet, los cuales les impactaría en el pecho, causándoles graves heridas sangrantes que deberían de curar de inmediato si no querían morir.

 

–Cinaede – murmuró por último, apuntando directamente a Leah, logrando de esa forma que el gas surgiera a su alrededor, envenenándola rápidamente aún a pesar de hallarse totalmente protegida, pero aquel detritus de nada le servía contra aquel hechizo.

[Ley Gryffindor Rosier]

—Ay, se que no tengo que ir pero...

 

Daba vueltas una y otra vez en mi habitación y aunque Arya me había prohibido ir a batallas el patronus de huargo había llegado a mi llamándome, de modo que tenía que, debía de...

 

Por fin me decidí y tome la varita para conjurar la luz que protegería mi rostro, no me importaba si me reñía allí, el hecho de estar esperando no me haría una inútil menos para el bando. Tomé mis cosas y salí de inmediato caminando pues no estaba tan lejos la casucha esa que me llevaría al castillo Ivashkov, donde se llevaría a cabo la batalla o donde más bien ya se estaba llevando a cabo. Al llegar a la choza o casucha, lo que fuera, me acerqué a la verja y al tocarla inmediatamente me transportó al enorme castillo de los Ivashkov, lugar que conocía muy bien allá en Rumania, que había ido a catear hacía tiempo.

 

Aparecí a 10 metros de la verja de entrada, ahora tendría que buscar el lugar de la batalla. Aún nadie me había visto, pero pronto comenzarían a caer los ataques.

[Mei Black Delacour]

Una vez lanzados los primeros ataques, no tardó en comenzar a realizar sus propias defensas, sabiendo que debía tener cuidado con los mortífagos, pues no podía confiarse ni un minuto. Alzó nuevamente a Aukan, esta vez para realizar otro tipo de hechizos.

 

–Aqueora – susurró, haciendo que de su varita saliera una masa de agua que de inmediato rodeó por completo a su invocadora, dejándola totalmente cubierta desde todos los flancos posibles, volviéndose una defensa impenetrable para quien deseara enviarle algún hechizo.

 

–Morphos – dijo a continuación, haciendo que una roca de medio metro de alto y ancho mutara y se transformara en un diricawl de tamaño adulto que de inmediato se dirigió hasta donde se hallaba su creadora, esperando a que le diera las órdenes de lo que debería hacer en breve. Su misión era única y especial, pero aún no era el momento – Morphos – repitió a otra roca, esta vez del tamaño del puño de un bebé, el cual se convirtió en una pequeña araña de rincón que de inmediato se escondió para evitar ser detectada y esperar el momento en el que fuese preciso atacar por órdenes de su creadora.

[Tauro M.]

Muchas cosas pasaron al tiempo. Lisa le había hecho un confundos que la había dejado sin saber qué pasaba a su alrededor por un breve instante, lo cual impidió que su Cinaede a Arya fuera efectivo. Seguidamente de ello ella fue víctima de sus propio hechizo y pronto notó que el veneno hacía su efecto. Pero no conforme con esto un rayo asesinó también viajaba hacia su dirección, justo después de que el Confundus había afectado a Arya.

Una capa gaseosa creada por su novia la protegió del rayo del sectusempra con el que Lisa la pretendía atacar, quedando así dentro del Detritus y posteriormente siendo curada del Veneno gacias al Anapneo.

El hipogrifo que Lisa le había mandado había chocado contra el Detritus, por lo cual no podía hacerle daño.

No podía dejar que la vieran así, así que rapidamete se preparó para su siguente ataque y al estar silenciada solo pudo pensar en:

— Necrohands —las dos manos fantasmales surgieron del suelo rodeando su cuerpo, de este modo estaría protegido de futuros ataque sque lanzaran contra ella.

—Cantar de Eleboro —pronunció suavamente y de su varita surgió una vibración musical que la protegería a ella y a Leah de cualquier futuro ataque contra sus sentidos.

[Vrael Myrddin]

Dificil noche la que tenía por delante, muy pocas pistas y menos ganas aun de seguir con la esteril busqueda, pensativo con muy poco que hacer y un insipiente dolor de cabeza, una luz incandecente que a medida que sus ojos se fueron acostumbrando distintguió la forma de un lobo huargo del cual una voz femeninamente chillona salió de ella [?] el mensaje era breve pero a buen entendedor pocas palabras entonces decidió acudir al llamado.


Con su habitual tenida de combate elaborada en su mayoría de cuero y remaches pasó su varita por su rostro para hacer aparecer la luz que ocultaba su identidad y entonces desapareció en medio de un "Puff" para reaparecer en los alrededores del castillo Ivashkov. unos cincuenta metros de la propiedad comenzaba a ver destellos de luces que daban cuenta del combate que ahí se libraba.

-- Aqui vamos -- pensó el muchacho a medida que se aproximaba

[Ley Gryffindor Rosier]

Al entrar a los jardines pude ver al grupo de magos y brujas luchando, algunos con luz quienes eran mis compañeros y otros con sus máscaras ridí.cu.las. Daba igual, los mataría a todos esos enmascarados. Al llegar me acerqué a una mortífaga que estaba allí, me ocuparía de ella primero para ayudar a los de mi bando. Me puse a 10 metros de todos los presentes.

 

—Floreus— susurré muy bajito. El efecto salió de inmediato afectando la varita de Mia, ahora cuando lanzara el siguiente ataque saldría de la punta de su varita un bonito ramo de flores que de nada le serviría a la pobre, pero si serviría para molestarla un rato. Los efectos eran lo mejor y necesarios para frenar a todos aquellos seres malignos. Era hora de volver a atacar.

 

—Silencius— volví a pronunciar bajito. El siguiente efecto volvió a pegar en Mia, haciendo que se quedara muda durante un par de minutos, tal vez segundos daba igual, pero con eso sus hechizos no podrían salir, solamente se escucharia un balbuceo ridícu,lo como de niña chiquita. Eran efectos sencillos sin embargo ayudarían demaciado.

 

—Por cierto hola a todos— saludé a los de mi bando, a los mortífagos no. Ellos no (?