Castillo Ivashkov (MM B: 106154)

[Lisa Weasley Delacour]

Uno tras otro, impacto, quemazón, fuego, dolor. La intensidad de aquel conjuro de magia negra invadía mis células como queriéndome consumir y en verdad parecía hacerlo. No grite, ni murmure apenas. No les iba a dar el gusto de verme agonizar. Si, poco mas podía hacer para salvarme de la cantidad de ataques que tenia encima, no obstante, había dado la cara, había combatido con honor y garra y había llevado en alza los valores de la Orden del fénix. Sonreí al cielo cuando el tercer animal de elemento primigenio incidió en mi tórax, cerré los ojos y deje que la parca, aquella vieja amiga, me llevase a sus cálido brazos. Tres altos rangos se necesitaban para dominarme y aun así les costaba horrores. Una batalla perdida no era la guerra. Quedaban mas encuentros y cuantas mas veces caíamos, en mejor forma nos levantábamos. Estaba orgullosa de mis camaradas y de todo lo que en aquella noche siniestra habíamos dado por la justicia y el bienestar del mundo.

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

Veía como la joven que le había lanzado mi Avada se desplomaba, Alexandra era mi primera victima de aquella noche. Había ayudado a acabar contra algunos magos, pero esta era mi victima oficial. Pero aun no acababa la diversion, por lo que voltee a ver a la unica sobreviviente del duelo.

 

-Avada kedavra-Apunte al pecho de Lisa, otra maldición asesina salia de mi varita, esperaba que le diera para que tuviera una victima más en mis manos.

 

Al parecer aquella mujer ya estaba más que muerta, pero me gustaría reafirmar quien tenia el poder, quienes eramos los superiores. En ese momento vi que llegaba alguien muy conocido para mi, sin duda lo reconocería en cualquier sitio. Por lo que le plasme una sonrisa que no sabía si la vería Emmet desde el interior de mi mascara.

 

- Buenas noches guapo - Le dije en plan coqueto, para saber como reaccionaria, sin embargo quería ver como aniquilábamos por completo a aquel cuerpo.

 

Por lo que le tome la mano a mi compañero, para demostrarle quien estaba con él en el momento. En esa ocasión quería verlo en acción, para que después pudiéramos irnos juntos a nuestro hogar.

[Tauro M.]

El asalto estaba durando más de lo esperado y ya era momento de darle fin y las palabras de mal humor de su novia tan sólo se lo confirmaban. Por fortuna la balanza se había inclinado hacia los Mortifagos, que poco a poco iban acabando con cada uno de los Fenixianos, solamente Zack no estaba en pie, pero un rastro de tres cadáveres en su honor bastaría para vengar su muerte.

— Celerus —empezó a decir, pero luego terminó la frase pensando en un —Episkey —que la curó de las heridas del Sectusempra. Seguidamente pensó en otro —Episkey —, esta vez para su novia, para terminar de curarla del mismo sectusempra.

— Ya terminaremos con esto, amor y con gusto te quitaré el mal que tienes —dijo de forma insinuante a la Nigromante.

— Mereces menos que esto —dijo acercándose al cuerpo de Lisa —eres una pérdida, honestamente, peor que al escoria.

— Inferi —musitó apuntando al cuerpo de Lisa, el cual se transformó en un Inferi que mandó a masacrar los demás cuerpos que allí reposaban —Eso, sé como los gusanos y come del cuerpo de tus compañeros —dijo soltando una risotada que se escuchó por todos lados.

[Leah Snegovik]

-Por fin -bufó, llevando los dedos a su sienes con la intención de apretarse ahí y aliviar su dolor, pero se encontró con la fría superficie de su máscara de plata.

 

Todo su mal humor recaía, básicamente, en que había perdido la oportunidad de defender a Zack por un error tonto. Y ella no cometía errores tontos. Sabía que el hombre haría lo mejor para revivir, puesto que ellos eran del selecto grupo que contaba con el amuleto de la resurrección pero aún así se sentía infinitamente culpable. No sólo era un compañero de bando, era su primo. El dolor de las heridas del Sectusempra se redujo y desapareció de pronto, por lo que alzó la vista para ver quién era el que la había terminado de curar y sonrió al encontrarse con el hermoso rostro de su prometida. No la veía bien, por la máscara, pero recordaba también cada línea de sus facciones que podía verla incluso con eso puesto.

 

-Sí, vámonos ya...

 

Se acercó a una chica que colgaba por la cabeza, la que había intentado salir mucho después de muerta y le tocó la frente con un dedo, haciendo que se moviera de un lado a otro.

 

-Patético -miró con el rabillo del ojo cómo su novia convertía a Lisa en un Inferi y rió, apuntando hacia arriba-. ¡Morsmodre!

 

La Marca Tenebrosa surgió de las arremolinadas nubes sobre ellos y el sonido de un grito desesperado resonó en la calma después de la guerra, dejando en claro que había sucedido una masacre sobre los terrenos Ivashkov.

 

-Vamos, niños, no es necesario que jueguen con la escoria. Dejen que el inferi termine su trabajo.

 

Se acercó a Tauro y dando un suave beso en sus labios, pues ambas tenían parte de la boca descubierta, fue hacia donde estaba Hades y le tendió una mano también. Hecho esto, como matriarca, lanzó la última mirada de advertencia a Emmet y Divied y desapareció con ambos rumbo a la fortaleza oscura.

 

 

Off:

 

Después de negociar con Lisa Weasley Delacour, procedo a dejar los saldos acordados por ambas. Gracias a todos los participantes por entrar y a Lisa por la amena negociación.

 

OdF

Muertos

 

Arya T. Macnair

Jank Dayne

Lisa Weasley Delacour

Ley Gryffindor Rosier

Catherine Stark

Ishaya

Alexandra Eirian

 

MT

Muertos

 

Zack Ivashkov (Usó el amuleto de resurrección)

 

Ilesos

 

Taurogirl Crouchs

Hades Ragnarok

Leah A. Ivashkov

Liam A. Hawthorne

Emmet Haughton Gaunt

Divied E. Potter Black

Ernest Wilfred Macnair

 

 

Todos los muertos deberán ir a sus respectivos centros de curación a excepción de Zack, quien no podrá usar el amuleto hasta el 05/06. ¡Saludos!

[Liam Black]

Mantenía la mirada fija en la verja de los Ivashkov. Su figura, clavada en el centro de las desoladas calles de Ottery, víctima de la noche abrumadora que atenuaba la luminosidad de sus orbes esmeralda, no se había movido en lo absoluto una vez la figura se materializó en el lugar. Quizá estaba nervioso e indeciso, aunque su aspecto decía lo contrario: su pelo seguía mojado tras la ducha, se había bañado de pies a cabeza con un perfume que no acostumbraba a usar y estaba vestido con el traje Dior. Su favorito. ¿Por qué entonces no caminaba?

 

Se animó, después de un rato, a dar el primer paso. Cuando apoyó el derecho sobre los adoquines le fue mucho más fácil seguir el impulso y avanzar hasta la verja, pero en cuanto la tocó se arrepintió al instante y deseó volver hacia atrás, cosa que fue demasiado tarde porque ya su cuerpo volvía a desmaterializarse para dar con el verdadero origen y lugar de la hacienda de su tía.

 

Estaba ahí para darle una respuesta, efectivamente, positiva. No había razón para sentirse inseguro después de todo lo que se habían declarado en la cocina del castillo Hawthorne, pero no dejaba de sentirle el lado amargo a toda la situación. ¿Lo amaba? Sí. ¿Quería estar con él? En absoluto. ¿Estaba listo? No. Y ese era el problema.

 

—Pero nunca estamos listos para una relación —reafirmó en voz baja, intentando convencerse—. Así que está bien que esto me pasa, debería pasarle a todos. ¿Verdad? —A medida que avanzaba por los jardines, sus pasos se iban volviendo mucho más densos y pesados, como si detestara sentirse así y experimentar las emociones que nunca antes fueron un problema para él. El trayecto hasta la puerta se estaba volviendo demasiado cansino—. ¡Anillo de escucha! ¿Quién anda ahí?

 

Inmediatamente después de haber sentido los pasos detrás de él, activó el poder del anillo al que ahora mantenía con el puño cerrado y haciéndole frente a la nada misma. Estaba muy nervioso. Como si la joya fuera su única salvación y ocultara un escudo, retrocedió un par de pasos y apuntó con el puño a todo su alrededor, pero nadie le respondía, nada se escuchaba. Entonces retomó su postura—. Te advierto, no te conviene meterte conmigo.

[Juliene Black Lestrange]

-- ¿De verdad?

Una breve carcajada brotó de su garganta, aún sonaba extraño escuchar su propia voz luego de tanto tiempo, pero no había podido detener sus pies al reconocer la figura del Hawthorne, le había seguido con la habilidad felina adquirida meses atrás en los mas profundos bosques y cual presa lo estuvo acechando durante un largo período, hasta que él dio al fin con su presencia. Se acercó al tenue reflejo de la luna, permitiéndole al joven vampiro reconocerla, podría decirse que permanecía igual que la última vez, a excepción de su cabello que había sido cruelmente mutilado para brindarle un aire más salvaje.

-- ¿Todavia sigues aferrado a Zackito, querido Liam? Pensé que tus gustos mejorarían en algún momento... -- descendió su capucha exponiendo en pleno su identidad frente al mortifago -- ¿Me extrañaste, amor?

Una enorme sonrisa se instaló en sus facciones, a la par que adelantaba sus pasos hacia la anatomia del blondo, debía admitir que le había servido de mucho volver a su aspecto anterior, le hacia recordar la academia y un poco de la libertad que había disfrutado en aquel entonces, asi que inevitablemente se encontró acariciando su cabello para hacerlo luego con sus facciones y detenerse en los labios más tiempo del necesario.

-- Este nuevo look te sienta, querido.-- afirmó con diversión --Una lástima que tanta belleza parezca estar reservada para una sola persona... ¿no te parece injusto?

Sus orbes esmeraldas se clavaron con determinación en los suyos.

-- Porque a mi sí.-- y sin más, lo besó.

Editado 8 de Mayo del 2016 por Juliene Black Lestrange

[Liam Black]

—May, debí supo

 

Y se dejó llevar. Pero luego se dio cuenta que era May quien lo estaba besando, así que la empujó automáticamente.

 

—¿Qué demonios estás haciendo, Juliene? Contrólate —ya más distanciado de su acompañante, limpió su boca con el puño del brazo que sostenía la varita, luego la guardó—. Es decir, ya sé que soy irresistible, pero no podemos. Tuviste tu oportunidad y la desperdiciaste querida, lo siento. Ahora si me disculpas...

 

Dio media vuelta y siguió interiorizándose al castillo, aunque sabía que se estaba perdiendo de algo. Sabía que algo no le habían dicho. Cuando se trataba de la Black Lestrange siempre existían segundas intenciones no dichas, ¿pero qué? ¿Qué tipo de cosa le llevó a besar a la persona que probablemente más odiaba en el mundo? Aparte de su ex, claro. Antes de hacer lo que estaba por hacer, necesitaba averiguar el enigma, así que volteó de nuevo.

 

—Y además, no estoy aferrado a él —comentó, muy por lo bajo—. ¿Por qué? ¿Cómo sabías que venía a verle?

[Zack Ivashkov]

El amuleto de la resurrección tuvo la suficiente fuerza para revivirlo, e incluso reponer sus energías inmediatamente. Como condición de su rehabilitación veloz, solo tuvo que quedarse acostado hasta que la batalla acabó. Escuchaba los sonidos en el jardín e incluso cerraba los ojos para imaginarse que estaba ahí, apoyando a sus colegas. Pero eso era casi tan frustrante como poder ver y no participar. Después de un rato, llegó el silencio.

Se levantó de la cama lentamente para asegurarse de que su condición ya había terminado. El colgante se desvaneció de su cuello dejando ver su torso desnudo, al igual que el resto de su cuerpo. Para cubrirse, optó por una única prenda, un pantalón que logró tapar la parte baja de su cuerpo. A continuación, abandonó su pieza cerrando la puerta a sus espaldas. Para entonces ya habría pasado un largo rato de silencio, el cual no sabría cómo interpretar. Podría significar tanto una victoria como una derrota, sólo esperaba no encontrar ningún cadáver mortífago en el jardín.

Bajó las escaleras descalzo para no hacer ningún ruido con sus pisadas. Una vez en la planta baja, se encaminó a una de las ventanas con el ceño fruncido. Su sentido de la percepción era tan sensible que alcanzaba a detectar la presencia de magos y brujas, y en ese momento sólo percibía dos personas. Una de ellas le resultaba muy familiar, mientras que la otra no tanto como para descifrar de quién se trataba. Apartó la cortina y atravesó el cristal con la mirada en el momento indicado para ser el único espectador de un beso entre Liam y Juliene.

Las facciones de su rostro se endurecieron al mismo instante en que tensó su mandíbula. Antes de que terminara empuñando la mano y estampándola contra el vidrio, se apartó de la ventana y abrió la puerta principal encarando a sus dos visitantes inesperados. Sus grises orbes le dieron paso a un color marrón oscuro, señal de que su temperamento había variado significativamente. No muy a menudo experimentaba celos, probablemente nunca los fuera sentido. Pero aquella vez no soportó ver los labios de Liam junto a los de alguien más.

—¿Interrumpo algo importante? — Cuestionó casi sin poder ocultar lo congestionado que estaba su rostro debido a la rabia. —Digo, porque no creo ser el más indicado para ver ese tipo de escenas. Mucho menos en mi castillo — Por obvias razones Zack era quien menos debió ser testigo de aquél beso. Luego de que Liam decidiera no responder a una pregunta de suma importancia, lo peor era que fuera a besuquearse con alguien más en su propio hogar.

Al borde de echarlos, los recorrió con una mirada que los atravesaba tal cual filosas dagas. Una parte de él quería sacarlos a patadas, mientras que otra optaba por darles la oportunidad de justificarse. A la espera de que su explicación lo convenciera, hundió ambas manos en su bolsillo mientras ensanchaba su pecho desnudo en un suspiro.

[Juliene Black Lestrange]

No tuvo tiempo suficiente para contestarle a Liam, puesto que una tercera figura hacía acto de aparición tras la puerta principal, se deshizo de la distancia que la separaba del Hawthorne y se atrevió a apoyarse en su hombro, para acto seguido darle un beso fugaz en la mejilla, aumentando la ira que transmitian los orbes del Ivashkov. Era una situación obviamente suicida, una neutral en medio de dos temibles mortifagos que no la tenían en alta estima, pero exponerse a ese tipo de escenas asi fuese una ultima vez nunca dejaría de ser divertido.

-- ¿Cómo sabía que venías a verlo a él?-- repitió la pregunta de Liam-- Pues porque a nuestro querido Zack, aca presente, sólo tienden a visitarlo dos chicos en particular... ¿no es así, Ivashkov?

Juliene sonrió, abandonando el contacto de Liam, usando su rapidez para colocarse a un lado del Angel Caído y acariciar sin ningun pudor su espalda, una sonrisilla emergió de sus labios en pensar la primera vez en que comenzó a sembrar la discordia entre parejas y el cómo un simple nombre podría desatar el caos en toda aquella situación.

-- Derek Lucien, quien si mis calculos no me fallan, es el padre de vuestra prima y...-- emitió un suspiro-- nuestro inocente Liam Hawthorne, bueno, no tan inocente gracias a ti, eso te lo agradezco... el niño aprendió a besar al fin, me pregunto que otras cosas le habrás enseñado.

Se mordió el labio inferior, guiñándole un ojo al blondo desde aquella posición tras el dueño del castillo.

-- Así que... ¿por qué si tu puedes jugar con Derek durante un par de horas, Liam no puede jugar un poco conmigo? Sé que en el fondo no le molestaria-- cuestionó, descendiendo la voz para sus posteriores palabras-- ¿O te parece mejor que juguemos los tres?

Y como para volver todo aquello más caótico, también hurtó un fugaz beso al mortifago, antes de soltar una reverenda carcajada.

[Zack Ivashkov]

Bastaron unos segundos para entender, gracias a la actitud de Juliene, que sólo buscaba molestar. Tras escuchar sus primeras palabras, Zack entornó los ojos en dirección a la bruja en un gesto amenazante. Debía tener más cuidado con las cosas que decía, pues esa podría ser la última vez que se divirtiera de esa forma. Le dejó hablar todo lo que quiso e incluso, le permitió acercarse lo suficiente como para tocarlo. De haber sido otra persona todos sus vellos se fueran erizado. Pero no, ya estaba suficientemente molesto como para que el contacto físico sólo lo enojara aún más.

 

El simple hecho de que estuviera ahí para tal fin ya era digno de reproche. Pero al parecer la fémina quería superar los límites incluyendo a la conversación un nombre que no tenía nada que ver con ninguno de los presentes, ni siquiera con Zack. Al menos no en el sentido que intentaba hacer ver. Liam se mantenía en silencio, por su mente debían estar pasando cientos de cosas. Era el turno del patriarca para evitar que su mente se nublara de pensamientos negativos que luego perjudicaran su relación.

 

—Derek es un miembro más de la familia. Tiene derecho a entrar y salir de este castillo cuantas veces quiera. Así que sí, es muy probable que en tu vigilia le hayas visto llegar un par de veces. Pero eso no indica que venga por motivo especial, o por mí específicamente — Su gestualidad se mantenía sin reflejar demasiado, nada aparte de la rabia que acabaría por consumirlo si la bruja... intentaba algo más.

 

Pensar en ello fue atraer su accionar, pues Juliene no vaciló en besar también al menor de los Ivashkov. Aquello sólo incrementó su ira y sus ganas de descargarla contra ella como lo hacía con cualquier otra mujer en batalla. Odiaba que se interpusieran en su camino, en sus planes. Y como en ese entonces su plan era formar una relación seria con Liam, ella era un completo estorbo. Aunque otros factores ya le estuvieran obstaculizando el paso a su objetivo.

 

Simplemente retrocedió a penas sintió sus labios y mantuvo las manos al frente en señal de advertencia por unos segundos, hasta asegurarse de que no volvería a acortar la distancia que les separaba. En ese momento, digirió la mirada una vez más a Liam. Su silencio era incómodo, necesitaba escucharlo manifestarse frente a las estupideces que le decían. Pero antes debía intentar hacerle ver que Juliene sólo quería sembrar discordia.

 

—No tengo ningún juego con Derek. No esos en los que ella está acostumbrada a involucrarse — Para entonces le hablaba directamente a Liam —Y no deberías creer nada de lo que te dice esta mujer sin antes conversarlo conmigo. Claramente sólo intenta hacerte creer que yo tengo algo con él, y eso no es cierto — Con toda la calma del mundo explicaría el malentendido siempre y cuando el Hawthorne estuviera dispuesto a entenderlo y quizás, profundizar la conversación en privado. Capaz hasta le contaba que la única vez que estuvo con Derek, Leah y otras chicas llegaron para aprovecharse de sus cuerpos. Pero no lo diría ahí, no delante de aquella bruja que buscaría empeorar todo.

 

—Liam — murmuró mientras se acercaba al hombre —, no debes creerle nada de lo que dice — aseguró mirándole directamente a los ojos. Le preocupaba que el Hawthorne comenzara a creer que él era como todos en el pueblo lo pintaban. O peor aún, que pensara que tenía intenciones de estar con ambos a la vez.