Castillo Ivashkov (MM B: 106154)

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

Mi anterior objetivo ya me había aburrido, por lo que decidí cambiar de objetivo. En esta ocasión un mago acababa de llegar al sitio, por lo que tendría que hacer algo antes de que el decidiera atacarnos a nosotros. En ese momento apuntando directamente a aquel mago pronuncie.

 

-Silencius- El Aqueora que Jank intentaba realizar no había sucedido, ya que había silenciado por mi hechizo. Por lo que Jank seguía sin protección alguna y estaría indefenso ante nosotros.

 

Veía como el mago quería protegerse, pero eso iba a ser imposible ya que no lo permitiría, por lo que nuevamente apuntándole directamente al pecho pronuncie.

 

-Silencius- Nuevamente el Morphos que había realizado Jank no había sido posible, ya que lo había logrado silenciar a su debido tiempo. En esta ocasión no me preocupaba aún, seguíamos cubiertos por el polvo peruano, por lo que no podría ver hacia donde tendría que atacar.

 

[Alexandra Eirian]

Estaba en casa preparandome para el otro dìa con una montaña de trabajo, cuando me cayo una poderosa visita plateada, un Patronus en forma de Hipogrifo.

 

-Lisa- murmure para mis adentro reconociendo el patronus cuando lo vi en mi iniciaciòn- parece que hay una cacerìa, aunque màs elegantemente llamada redad, en la Mansiòn de lIvashkov- nunca me enfrente a ellos personalmente pero si los habìa escuchado nombrar no solo dentro de la Orden sino en mis innumerables viajes de dinero- gente poderosa sin duda- pensè asì que me utilice mi ropa de batalla, mis pantalones jeans negros, las botas millitares, una remera negra y roja y la capucha sobre mi cabeza-.

 

-Bien- dije y sali de casa, en vez de aparecerme frente al lugar me apareci un poco màs lejos, necesitaba calmar mis emociones y asi evitar problemas, una vez que prepare todo mi mente para esta redad, ilumine mi cara para que no me reconocieran, aunque yo estaba abiertamente en contra de cubrirme el rostro como cobarde pero entendia la situaciòn y solo debìa esperar a que esto cambiara- total vivir en las sombras, es tu especialidad- me dije a mi misma-.

 

Me acerque supuestamente donde se encontraba el catillo Ivashkov pero sorprendi al ver que era una choza cerrarada por una verja; al tocar para entrar sorpresivamente todo mi alrededor cambia.

 

-Esto es rumania- dije para mi casi pegando un grito- transilvania- al observar el lugar- vaya lugar al ver el castillo impresioante que parecia a los de la peliculas- entonces los gritos de la batalla me volvio a la realidad- decidi acercarme entre las sombras para analizar la batalla y ver de como atacar mejor, encontre un lugar cerca de Zack y Lea pero a la vez que me permitia mantenerme en la lucha y me prepare con Raven en mano lista para comenzar- muy bien- dije en voz baja- hora de bailar

[Jank Dayne]

- Floreus! - dijo, justo después de escuchar a Leah decir "Celerus". El efecto logró que de la varita de Leah no pudiese salir el Cinaede y, por el contrario, resultaran una docena de flores de varios colores que terminaron por inundar sus pies de pétalos. Jank le hizo una reverencia, tratando de demostrar que lo que quería era desempeñar un duelo limpio, aunque él no pudiese disfrutar lo suficiente. Los duelos contra mortífagos siempre lograban mantener su concentración.

 

- Confundus - pensó después, justo antes de que Leah conjurara un Séneca en su contra. La bruja quedó aturdida por completo, lo suficiente como para darle un margen de ataque a Jank lo suficientenemente amplio para seguir atacando, y prohibiendo de esa manera que el conjuro afectara su garganta secándola.

 

- Limitate - dijo seguidamente, mermando el poder mágico de la bruja imposibilitando completamente que saliesen rayos o invocaciones desde su varita mágica. Sería una ventaja poco admirada, pero por lo menos marcaría un paso en la estrategia que Jank quería llevar a cabo de una buena vez.

 

OFF:

 

Aclaro que Zack muere antes de lanzar su polvo peruano, por lo que mis ataques SÍ afectan.

[Melrose Moody]

Catherine recibió el patronus de hipogrifo de Lisa mientras deambulaba por las calles del callejón Diagon. Había salido de la Talamasca con prisa y se había adentrado en los recovecos entre los negocios con la esperanza de encontrar algo que la interesara en la noche británica. Había fallado estrepitosamente y se sentía cada vez más ansiosa y aburrida. Por eso recibió el llamado como una bendición. Se subió la capucha para cubrir parcialmente su rostro, y luego pasó su mano sobre éste para cubrirse con la luz que pronto reflejó el oscuro espacio con un par de cubos de basura en el que se encontraba, entre dos edificios de aspecto lujoso.

 

Desapareció para volver a aparecer cerca del Castillo Ivashkov, casi a unos diez metros de la verja metálica. La rebasó con cansancio para adentrarse en los terrenos de la familia, casi resignada al trayecto empedrado que hacía que sus ansias incrementaran. Terminó, por consiguiente, perdida en el laberinto y le costó un buen rato dar con el lugar en donde la batalla se encontraba ya bastante avanzada. Suspiró y se acercó entonces a sus compañeros de bando, notando que los problemas no habían hecho más que empezar.

 

Tenía la túnica suelta y se quitó la capa, tirándola a un lado antes de empezar, manteniendo una prudente distancia. Tenía el cabello atado en una trenza y las botas altas de cuero le llegaban casi hasta la rodilla. Suspiró, y sacó su varita del bolsillo. Su sombrero, por suerte, no impedía su línea de visión.

 

 

[Ley Gryffindor Rosier]

—Aqueora— dije con rapidez, el efecto hizo que de la punta de mi varita saliera un chorro de agua que me cubrió recibiendo de lleno el fuego maldito de Liam, a su vez, me otorgó un episkey para lo que le quedaba a la mano que sostenía la varita para lo del absorvere. Desgraciadamente nada pude hacer con mi otra mano pero de momento no me importaba nada. Estaba molesta a causa de lo que le había pasado a mis amigos. Ya algunos habían caído, pero también del otro bando había muertos. Sabía que el muerto era Zack, lo reconocía, reconocía su máscara plateada y me alegraba ver su cuerpo inerte tirado en el suelo como un costal de papas. De una manera extraña comencé a reir a carcajadas. El avada también rebotó en mi escudo protector por lo que seguía ilesa.

 

—Floreus— el ataque iba dirigido a Leah, a quien el fruncí el ceño y le saqué la lengua cual niña. Con el efeto saldría de la punta de su varita un ramo de flores que caería al suelo luego de conjurado y muy probablemente sería pisado. Era una lástima que eso sucediera con las flores cuando podrían usarlas para la sepultura de Zack. Pero bueno daba igual, cada quién sabía qué tenía que hacer con las cosas que les obsequiaban.

[Melrose Moody]

No se detuvo allí. Continuó pues sabía que no podía permitirse dudar en un momento como ese, en el que todo iba tan rápido y en el que necesitaban toda la ayuda que pudiese proporcionarles. De reojo, le pareció distinguir la figura de su... nieta, por decirlo de alguna manera, aunque no estaba segura, bajo la luz podía tratarse de otra persona.

-Morphos

El hechizo hizo que la indumentaria de Tauro se transformara en una avispa marina, que se enrrolló en torno a su cuello con sus tentáculos venenosos, inoculando el letal veneno al instante en su torrente sanguíneo, de forma que tendría que quitárselo de encima y tragar un antídoto para no morir.

-Avis

En aquel momento no se le ocurrió mejor idea, así que se limitó a invocar un grupo de doce cuervos de mediano tamaño, casi pequeños, que empezaron a revolotear a su alrededor; su orden era protegerla de los ataques que pudiesen lanzarle.

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

El mago estaba tan concentrado atacando a mi compañera, que decidi seguir con mis ataques. No podía desaprovechar esa oportunidad. En ese momento volvi a apuntarle a aquel mago directamente al pecho y con voz fuerte pronuncie.

 

-Sectusempra- Un rayo salio directamente hacía Jank, por lo que este sufriría unos cortes en su piel haciendo que se desangrara en el momento de recibir el impacto, necesitaría hacerse un Episkey si quería seguir con vida.

 

-Babosas-Dije volviendo a apuntar a Jank, para que de esta manera no pudiera pronunciar hechizo, que sus encantamientos fueran no verbales podría darnos una gran ventaja. Además sería muy divertido ver como aquel sujeto comenzaba a vomitar unas cuantas babosas, aunque yo creo que su aroma no cambiaría, o a lo mejor le ayudaría. Ya que de por si olían asquerosa mente mal aquellos magos de la Orden.

 

Me quede a la expectativa de la reacción del mago, veía en ese momento como más de nuestros compañeros comenzaba a llegar, era muy bueno poder estar acompañado de buenos magos, mientras tendríamos a estos asquerosos a raya.

[Alexandra Eirian]

En el medio de la batalla observo que otro mortìfago se acercaba y se coloco a una distancia de ocho metros de donde se llevaba el corazòn de la batalla, listo para atacer como yo estaba escondida de la vista de los combatientes, por ahora, decidi ayudarlos neutralizando a ese mortìfagos.

 

-Obscuro- dije dirigiendo mi disparo al mortìfago que se habìa mantenido al margen (@@Ernest Macnair Wilfred) por lo que una cinta oscura le cubre los ojos evitando verme y donde apuntar-Disparo de flechas - volvi hacia el enmascarado mago las cuales se dirigen a el de forma segura y sin falla, las cuales dan en su pecho, comenzando el mismo a sangrar, a causa de las heridas-.

 

Entonces sin perder de vista a mi oponente observo que otro mago de los nuestro bando aparecia reconoci a Catherine pero no no dije nada solo sonrei y le guiñe el ojo-.

[Tauro M.]

Ni bien culminó con sus ataques, un nuevo miembro de la Orden del Fénix hizo presencia en el lugar. Tauro no podía verlo a través de su luz, pero eso no importaba, todos ellos hacían parte de la misma escoria de sangres sucias que insistían en relacionarse con muggles, que ensuciaban el legado mágico y que por tal motivo no merecían vivir. Asco, eso era lo que le provocaban cada uno de ellos y como líder no descansaría hasta verlos ser comidos por los gusanos.

— Expectro Protego —musitó la líder Mortífaga. De su varita surgió una creación de oscuridad que fue tomando forma, la de un bien formado dragón colacuerno húngaro, tan feroz como los reales y tan letal. El animal voló sobre su cabeza y desde allí lanzó dos llamaradas, una hacia Jank (intercalando su confundus) y otra hacia Catherine.

— Fuego Maldito Mortis —volvió a decir, sabiendo que al menos a una de ella le encantaba aquel hechizo y lo mejor era darle gusto. Sonrió con suficiente al ver que tres nuevos Thestrals se elevaron en dirección a Lisa, Jank y Catherine.

Finalmente pensó en otro confundusque afectaría la primera acción de Jank.

[Liam Black]

Sin importar que su vista estaba a medias por el momento, se dio media vuelta con la varita en mano y achinó los ojos para enfocarse en el entorno. Necesitaba salir de ahí e irse a casa, quizá a buscar un poco de ayuda pero sin dudas eran demasiados y sabía presentir cuando estaba por morir. No serviría de nada si se quedaba para hacer tumulto, sus compañeros necesitaban alguien que lograra hacer frente y defender el castillo, así que esa ayuda recuperaría... de algún lado.

 

Empezó a correr, realmente no vio si sus pies estaban tocando el suelo firme o algo que lo pudiera hacer tropezar, pero necesitaba alejarse a toda velocidad del ambiente duelístico. ¿Qué si lo interceptaba un hechizo cuando estaba a punto de desaparecer? Podía pasar y muchas veces había ocurrido. No con él, con otros. Aunque tal vez algún que otro momento sí.

 

Pestañeó un par de veces y se dio cuenta que la ceguera que llevaba encima no era más que un mal reflejo de la máscara alumbrando sus ojos por culpa de un hechizo de luz mal empleado. O la luz del rostro de algún odefo, una de dos. Pero por otro lado era algo bastante gratificante, el tenerlo en cuenta, claramente. Cuando estuvo fuera de los límites del castillo, presionó la varita mágica con su puño derecho y desapareció al instante. Ya volvería... en otro momento.