.:: Castillo Black ::. (MM B: 97834)

[Maida Black Yaxley]

"Con lo ansiosa que me ponen las reuniones familiares", pensó para sí misma Maida cuando se vio rodeada de —para su gusto— demasiadas personas, encima luego de todo el alboroto causado por los fenixianos, alboroto del que pudo haber resultado algo peor, algo muchísimo peor. Para no variar, decidió concentrarse en Mathew y en Aaron, no podía evitar las preferencias, desde pequeña había sido así. Supuso que las dos personas desconocidas eran familia del lado Black, no quedaban muchas más alternativas, quiso presentarse pero supuso además que lo que menos importaba era su nombre.

 

— Dime que por lo menos la seguridad ministerial sigue teniendo tu confianza —espetó apenas pudo dirigir la mirada a su primo—, será mejor que encargue la cena o algo porque al parecer, sino es licor, ustedes no deja que nada más alimente sus pobres y maltratadas almas.

 

Aunque el tono de voz de la bruja siempre, siempre, y en serio, siempre no parecí algo más que un susurro, aquellos que habían compartido techo con ella sabrían muy bien que estaba molesta, histérica podría decirse, aún más cuando se acercó a una de las esquinas de salón y se sirvió un vaso a la mitad del bourbon que tanto obsesionaba al ministro. La cara que puso fue memorable, chupar medio limón no le habría causado semejante mueca, mucho menos la sacudida de melena que dio al sentir que ya no existía ese escozor pesado bajando por su garganta. Chasqueó los dedos para materializar la varita entre los mismos y susurró un hechizo que hizo aparecer a uno de los elfos del castillo, sin no le fallaba la memoria, uno de los de su tía Gabrielle. Enfundado en una especie de disfraz de conejo bastante raído y carcomido por, ¿alimañas? La verdad es que los elfos de la familia eran poco menos que desagradables, pero tenía el personal custodiando la Manor y no podía relevarlo.

 

— ¿Tantos amos en casa te han aturdido el cerebro? —preguntó aún enfadada— dos pequeñeces, número uno que doblen la seguridad por amor a Morgana, no es posible que no podamos tener una sencilla conversación en familia sin que se suelten los perros hambrientos —resopló cruzándose de brazos—, número dos, para mi un plato sin fondo de tuna en cuadritos, para el resto no sé, pero no creo que quieran que adivines.

 

— Si, si señorita Maida —masculló la criatura desapareciendo al instante y permitiéndole a la bruja reconocer las facciones de los que la rodeaban.

 

— Las raíces y las ramas de esta familia ya se hicieron demasiado largas como para conocernos, pero, si les sirve de algo, me llamo Maida —se presentó al fin—, y generalmente tengo buen ánimo, a menos que las osadías de mi primo me lo cambien —le guiñó el ojo al Ministro de Magia—, supongo que aún no has desalojado mi habitación aquí, ¿verdad? ¿Cómo es que lograste que el tío abuelo Glenin te permitiera tomar las riendas del castillo? ¿Ya se permiten los imperius entre nosotros? —se burló tratando de relajarse ella misma.

 

 

Off: Sorry chicos, con tanto posteo ando medio (completa) perdida xDDD Mucho gusto (?) @ @@Cornelia Black @Oriánthi @Aaron Black Lestrange @

[Eterno Black Triviani]

Pasó mucho de mi encuentro que tuvimos con mi ahijada, con quién después de largo tiempo que no veía, pues a ella su diversión era irse y desaparecer durante días quien sabe dónde, según tenía entendido estudiaba y me tenían al tanto de eso sus maestros pero ni me mandaba un mensaje al celular ni una lechuza que me trajera algún mensaje de que aunque sea estaba bien. Solo pedía una palabra O dos si fuera mucho, imagino algo que le causó gracia mientras caminaba ya de regreso en eso un conejo medio extraño se le apareció frente a los dos, él frunció las cejas y mirarle despectivamente e intentó hablarles.

 

Él pelinegro le miró de arriba a bajo cuando esté le hablaba y sin parar de hablar no le entendió nada puesto que ni le prestó atención ante tan extraño y ridículo traje o eso le pareció y río a carcajadas cortando lo que esté le decía.

 

- Ahijada me acabo de acordar un chiste .-

 

El elfo insistió pues le habían ordenando que nos dieron algo y no se iba a retirar si no cumplía su orden. Le miró al pobre conejo a quien no conocía. Haciendo le un guiño a Cornelia para volver a mirar al tercero.

 

- Que quieres qué ? No te entiendo lo que dices, habla más claro ... No me importa tu nombre pero supongo te mando alguien acá por alguna razón. Haber termina lo que tienes que decir y te retiras. -

 

El elfo conejo volvió a repetir todo lo anteriormente dicho y espero respuesta, indicando en ello quien se lo había mandado a decir y agrego al final su nombre, dudando si lo tenía que decir o no.

 

- Muy bien, no me percate de ello cuando pase frente a los demás, bueno ya me dijiste lo que tenías que decir y si, traeme una copa media llena de Vino Château d'YQuem del año 1857 que está en la bodega y para la señorita... .-

 

Ahí no estaba tan seguro puesto que sabía que le gustaban las frutas en especial la piña aunque no quería estar bebiendo solo, aclaro su mente rápidamente y sin demorar agregó mientras la joven no aclaraba nada.

 

-Para la joven una copa de Château d'Ygrec de 1959 .-

 

Aquel vino blanco de gran sabor le iba a refrescar el paladar, no era tan fuerte como el suyo que tenía más capas de sabor.

Aunque sabía que le falta decir algo más antes de que este se vaya a cumplir su tarea.

 

- Pero no te olvides que debe ser el mio Marbec. -

 

El elfo asintió y con un chasquido desapareció. Mientras caminaban bien juntitos ella le abrazaba le abrazaba el brazo y el daba la mano llegaron al vestíbulo dónde había dejado al grupo y se acercó, al escuchar lo ella comento en su presencia.

 

- El gusto de conocerle es todo mío señorita, supongo después de haberle escuchado a su primo, entonces también vendría ser mi prima puesto que su tío abuelo del qué menciona es mi abuelo por parte de madre. -

 

Sonrió dejando ese recuerdo en el pasado cuando aún todos estaban juntos incluyendo Alyssa pero ahora besos diferente, atino a decir para continuar con su presentación ya que no podía dejar de decir a un familiar quienes era en realidad.

 

- Mi nombre -Eterno aunque algunos me dicen William una larga historia que contar en ello pero este momento no es el caso de estar comentando, pero igual déjeme agregar que la señorita que está a mi lado es mi ahijada Cornelia. -

 

Termino de hacer su breve presentación, ya que si le daba todo su santo nombre extenso no iba a acabar nunca. La miró tendiendole la mano en cuestión de saludo pues era su primera vez que se veían. Sonrió y asintió en su cabeza en forma afirmativa dándole la aprobación.

 

Luego de eso se aproximo junto con su acompañante a charlar mientras de algún asunto con los presentes. Miró a su primo y a su sobrino que también estában ahí y en eso el elfo conejo llega entregando en una charola de plata sus bebidas. El le entrega su ahijada la suya primero y después coge el de él y espera que la charla comience.

 

OFF

No descuida, cuando le ví nobles quise molestar jaja igual acá todo somos familia y la familia se cuida, se respeta no se jaja . Encantado de conocerte igual.

 

@@Cornelia Black @Oriánthi @ @ @ l. Yaxley

Editado 8 de Julio del 2020 por -Eterno Black Triviani

[Martin N Roses]

«Siempre encuentras una manera diferente de sorprenderme, de hacerme feliz», la frase retumbó en la mente de Black. Se encontró contemplándola una vez más, cada detalle de aquel rostro que le devolvía la mirada con una genuina atención. Era difícil poder explicarle lo mucho que significaba para él lo que estaba diciéndole.

 

Abrió los labios como para realizar una respuesta, pero dubitativo, se mantuvo con la mirada perla en ella, en aquellos ojos resplandecientes en la penumbra. Brillaban de todos modos y él poco a poco se iba cautivando en ellos, una vez más.

 

—Creo… que no —respondió con franqueza el mago de cabellos negros—. Miró su desnudez, sintió la propia y pensó «en esto seguramente sí», pero no lo dijo, y sonrió—. Entiendo cómo te sientes, yo… Bueno, no estoy del todo seguro por qué alguna vez ingresé a la Marca. O tal vez sí, pero hoy me lo cuestiono, cuestiono sobre lo que basé mi adhesión. Pero aquí me encuentro, aquellas decisiones que tomamos nos traen a este lugar, por eso no cambiaría nada de lo que hice.

 

La bruja lo abrazó y Martín hizo lo propio, rodeándola con ambos brazos y dándole un beso en sus cabellos turquesas.

 

—Yo también me alegro de lo mismo —susurró a su lado—. Mi familia… —súbitamente pensó en su madre, quien había partido a otro mundo, y en su padre, a quién no recordaba y consideraba desaparecido; y luego, tal vez con más atino a lo que ella le preguntaba, en aquel castillo y su gente—. Ellos no pueden saberlo, Tauro. Es más, estas últimas veces había evitado pasarme por aquí pero ciertamente hoy no pensé en un mejor lugar que este. —Mientras decía aquello fue dándose cuenta lo peligroso que habría sido si en el castillo, cuando ellos llegaron, hubiese existido algún alma.

 

No había terminado de pensar aquello cuando de repente se oyó el sonido de varios “cracs”, como si muchas personas hubieran aparecido en los terrenos exteriores, en los jardines delanteros.

 

A la última pregunta de Tauro preferiría haberla respondido sonriente mientras volvía a besarla, pero su instinto lo hizo mantenerse en silencio y agudizar sus oídos.

 

—Creo que tendremos que irnos antes de lo que imaginábamos. —Se reincorporó con rapidez, fue a hurgar en sus pantalones donde había escondido su vara mágica y antes que alguna palabra saliera por su boca, tras realizar una complicada floritura, la puerta de la habitación fue sellada. El hechizo había dado resultado. Como si nada, el mago regresó a la cama, caminando lentamente—. Pero no todavía —sonrió, consciente del peligro, y también del desorden que había en aquella habitación, con la ropa toda desperdigada por el suelo, unas sillas y el sofá.

 

Se sentó a su lado, volvió a abrazarla y la besó con mayor pasión que antes, sintiendo su respiración como si fuera la propia, mientras sus manos la contenían con ternura.

 

—Creo que estamos en problemas, Tauro. Algo me dice que saben que estamos aquí pero nadie entrará, no por rato largo. —La observó para ver su expresión, y volvió a besarla.

[Eterno Black Triviani]

Noticias ! Una vez más tarde.

Dónde la luna arrebata esa esperanza de seguir en pie, aunque la adversidad nos dificulta a seguir adelante, e aquí la música más tenue donde hierve la piel en la inmensidad del deseo tan caliente como el hierro que nos cubre con intensa paz al forjar esas almas para amar.

 

No era mucho que había estado en una breve reunión , dónde él buscaba una salida a razones. Era algo difícil comenzar algo nuevo pero sabía bien que con algo de entrega y de tiempo todo era posible en esta realidad.

 

La expresión de su rostro no marcaba lo que realmente sentía, el totalmente serio sin sentir remordimiento de sus acciones aunque en su interior corría tan caliente esa sangre que hacía que sus entrañas demuestren su viva realidad. Sus manos aún relajadas se abrían y cerraban girando la muñeca y dejar verse por sus mismos ojos, con una mirada de tristeza.

Camino por un breve instante notando en su entorno algo, dirigiéndose por el camino dónde llego a ese destino en el cual vio un mural dónde se encontraban un listado de todos los que fueron y son los queridos en esta mansión. Buscando su nombre encontró de varios que quizás en un tiempo o de aquellos le fueron conocidos para él, los había escuchado antes y eso era bueno, aún tenía un pasado eso de alguna manera le lleno de gozo, aunque sea por un corto tiempo.

 

Pasando su mano por el tapiz que aún tenía una textura que fuese recién casi nuevo, todos los rostros tan naturales como si los estuviese viendo y quizás conversando con ellos. Eso también era bueno. No había nada que le impidiese continuar solo tiempo y un que dirá.

Quedó esperando y mirando , al momento escuchó unas voces y él prosiguió en aquella dirección.

[Thoth]

Luxure tenía tiempo sin visitar a los Black, además por alguna extraña razón sus familiares le gustaba estar aparentando en cierta forma con ellos, entonces él mago oscuro apareciendo en las fronteras del terreno fue a ver si este podía ser un poco más sociable y quizás buscar un motivo por el cual pudiera regresar. En consecuencia, al menos fue con el plan de paz, aunque, pudiera cambiar de opinión.

 

"¿Qué sorpresa interesante podré encontrar?"

 

Fue la idea que pasó por su mente y camino lentamente, al hacerlo su capa arrastraba todo rastro de polvo y alguna que otra hoja, incluso algunas alimañas, pero como iba a un lugar que consideraba una polsilga no le importo, ya que no lo tenía en buena vista, además, esos Black eran arrogantes y presumidos, quizás fuera divertido hacer ver alguno de ellos el noble eslogan de su familia, y ver si dan la talla.

 

Al llegar a la entrada, se vuelve incorporeo y pasa la primera instancia de seguridad de aquel castillo, allí en los terrenos de ese lugar, observa al horizonte todo ese camino para llegar. Aunque, con cada paso que daba se arrepentía y pensaba dar marcha atrás, pero este deseaba ver alguien, por eso iba, y fue determinado a buscar a su presa. Además, un asunto estaba pendiente desde una clase que había compartido con ese ser. Y estando a la puerta toca y esperaba a ver si existe una persona en ese lugar.

Editado 3 de Septiembre del 2020 por Demian Luxure

[Matthew Black Triviani]

Normalmente las conversaciones entre los elfos no se encontraban dentro de sus intereses, pero la simple mención de aquel nombre consiguió atraer su atención como un imán. ¿Su melliza estaba en casa? La sonrisa se ensanchó en sus finos labios al tiempo en que los ojos brillaban con malicia, había perdido la cuenta ya del tiempo que llevaba esperando por una oportunidad así. En su rostro relucía aquella expresión triunfal, desafiante y burlesca, la pequeña sonrisa cargada de malicia y una mirada chispeante que denotaba los venosos pensamientos que se paseaban por su mente. Sin embargo lo que encontró ante él fue tan inesperado que al menos logro su cometido deteniendo en seco ante una imagen que descoloco todas sus ideas dejándolo completamente en blanco por unos segundos.

 

En cuanto consiguió recuperarse de la sorpresa no pudo reprimir una explosiva carcajada, y su deleite no hizo más que acrecentarse ante la expresión de asombro. Fijó la vista en aquel diario que levitaba frente a él al tiempo en que esbozaba una picara sonrisa, la punta de su lengua recorrió adrede el contorno de sus labios mientras que se acercaba a el con paso lento y pronunciando, cruzando uno a a vez sus tatuados brazos.

 

Moments later...

Matthew cruzó una pierna sobre la otra, sentado sobre un sofá admirando el etéreo calor que le ofrecían las llamaradas de su chimenea, a uno de sus costados se encontraba uno de los elfos de la familia Black, quien rellenaba su vaso de Ginebra cada vez que éste se acababa. Con sus negros ojos posados en los diferentes matices del fuego comenzó a pensar en el poco tiempo que había tenido lugar la proclamación de lideres.

Apretó sus dientes y rompió el vaso con su diestra.

Observo los cristales esparcidos sobre el suelo y su mano cubierta de pequeñas esquirlas, ¿QUE ESPERAS?! gritó , tráeme otro vaso, inútil.

Matthew no estaba demasiado contento con las elecciones de su padre, pero él no era nadie ni tenia una autoridad sobre Black para contradecir sus decisiones, podría decirse que el gitano temía su represaría, aún así seguía pensando que las reuniones clandestinas de ambos bandos, eran perfectas para organizar un ataque y terminar posiblemente con la vida de aquellos impuros que osaban faltar al decoro mágico impuesto por el Ministerio bajo el mandato del ojigris.

Era momento de una celebración familiar, perfecto para llevar a cabo sus cometidos.

Se dirigió hacia el lobby con ayuda de su varita y unos cuantos encantamientos, hizo aparecer velas de un color blanco marfil, encendidas levitando sobre la mesa a una altura prudente para evitar cualquier tipo de problema con los invitados, a lo largo de la pulida mesa negra se extendió un mantel verde que acogería a todos los comensales.

Se giro redondo al escuchar que alguien llamaba a la puerta, enarcando una ceja en sorpresa. Se dirigió hacia la puerta y la abrió con un movimiento de su muñeca, sin necesidad de tocarla.

Recibiendo a los invitados...

Bienvenidos a la residencia de los Black, veo que son las primeras victimas en llegar... abrió sus ojos como plato al ver que sus pensamientos se habían idealizado. Es una pequeña broma... No teman, pasen pasen, busquen un lugar en la mesa y beban. les mintió, y esperaba que no se dieran cuenta que al final de todo, uno seria sacrificado como ofrenda para nuestro nuevo caudillo.

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@@Candela Triviani

@@Zoella Triviani

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@@Lady Luxure Grindelwald

@@Ada Camille Dumbledore

[Thoth]

Luxure entendió ese comentario como un desafío, al parecer el hijo de papi y mami, por ello aguardo un poco, le miró intrigado y pensó un poco que responder. En ello, bajó la mirada para así detallar a su anfitrión.

 

-¿Acaso escuche bien?- Insinuó e ignoro a los otros invitados. -Y si dices, que soy una de tus víctimas ¿Qué deseas hacerme? Digo hacernos.

 

Hizo una larga pausa y sólo se le ocurrió que era posible que el líder de la marca estaría allí, o quizás los Triviani o Luxure, pero ante ese comentario todo los demás desaparecieron en su entorno, pareciendo que sólo se encontrará ellos dos solamente. El egipcio, se cuestionó un poco si deseaba divertirse o solo molestar un poco.

 

"Debo admitir que por respeto a los otros no lo mató, aunque también ese detalle del juramento inquebrantable, pero existen más de una forma de conseguir una venganza." Pensaba mientras que le miraba fijamente.

 

-Disculpa, es que mi sentido de humor es un poco malo. Y Black, aquello otro fue una broma, y nuevamente te pido disculpa, debo admtir que estas reuniones sociales no son algo que frecuente, sin embargo, supongo que existen eventos extraordinarios y por ello pido la disculpa de todos. Finalizó y bajó la mirada. En aquel momento dudo un poco, si era verdad que su cuestionamiento a Matthew Triviani era una broma o no.

Editado 3 de Septiembre del 2020 por Demian Luxure

[Eterno Black Triviani]

Estaba donde estaba y su memoria en estos dias no había estado tan buena como de costumbre, olvidandose varias veces las llaves dentro de los cuartos cerrados y sin como poder sacarlas; hasta con la magia que poseía y que llevaba dentro le había sido dificultoso pero al final todo resultó de maravilla, saliendo de ese lugar de desplazo por los diferentes pasadizos buscando el olor a barbacoa que había notado su olfato lycan a lo lejos, siendo guiado por el olor añejado del coñac y el vino tan fino que algunos encantaba, llegando a uno de los grandes cuartos contiguos que podía albergar a varios invitados.

 

Había escuchado de los rumores en casa por esos elfos que siempre hablaban por lo bajo lo que sus puntiagudas orejas humzmeaban por los rincones de los cuartos y después de torturar unos sabia lo planes que estaban por suceder.

 

Acercandose a paso apurado donde debía estar el compañero gitano, uno como él pero no similar en fortuna, aún así quiso prestarle atención y apoyar a su plan ya que el también recidia en este lugar y tenia otro planes por realizar aprovechando el drama.

 

Recordaba muchas cosas viejas que su madre en el pasado le había dicho y que notaba oportunamente eran necesaria para darle mas clase a esta forma de desenvolvimiento del escenario.

 

Aproximandose con agilidad y soltura haciendo ondear sus ropas hasta que uno de los dichos elfos le entrega su bebida en copa, la cual la hace girar mientras observaba a los presentes.

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- Usted quedese tranquilo que es solo por diversión, además algo de comida le había bien a todos lo que deseen . -

 

Indico con un breve guiño al Luxure quien seguía intrigado al comentario del Black Triviani y este le manda a que uno de sus sirvientes le sirva una copa de vino blanco , uno adecuado a su alcurnia de su invitado.

[Mentita]

— ¡Anda, anda, saliendo que ya se acabó la hora del taxi! —vociferó, mientras aterrizaba el Ford Anglia en la entrada del castillo Black. De haber podido, habría pateado a Jeremy del asiento de acompañante cuando sobrevolaba el lago o el bosque que habían pasado minutos atrás, pero quería darle ese gusto a Zoella.

 

En el asiento de atrás, tenía un par de bolsos con algunas de sus pertenencias. No pensaba mudarse al castillo, pero creía que era buena idea tener un lugar alternativo donde pasar los días en los que sus instintos asesinos fuesen tan fuertes para con sus hijos. Además, tenía ganas de pasar tiempo en la antigua habitación de su madre y quemarle alguna que otra cosilla que encontrase, como para no perder la costumbre.

 

— Espero hayan venido cómodas. —abrió el baúl, no sin antes reír un rato cuando el auto expulsó a Jeremy, al apagarse, y le sonrió a la Pelona y a Maida.— Creo que llegamos a tiempo, no veo mucho movimiento. —miró hacia la puerta y estaba semi abierta.

 

Cuando se acercó, con séquito detrás y los bolsos levitando a su espalda, logró escuchar unas cuantas voces, la del menor de sus vástagos entre ellas. Ni siquiera oyó todo lo que habían hablado hasta el momento, pero Candela muchas veces pecaba de entrometida.

 

— Hombre, pero si haces una broma las disculpas sobran. Salvo que las intenciones hayan sido otras... —sonreía, como por inercia, pero esa sonrisa no estaba reflejada en sus ojos.— ¿Cómo estás, Demian? Hacía tiempo que no coincidíamos, no te hacía aficionado a los encuentros sociales.

 

Los bolsos enfilaron al interior del castillo, la Zíngara no sabía bien a dónde, pero imaginaba que las encontraría más tarde en alguna habitación.

 

— Espero, de veras, que haya comida, he tenido un viaje muy largo y la carga muy pesada... —señaló con la mirada gris a los tres que venían con ella y luego se volvió hacia Matthew.— ¿Tu padre ya llegó o quiere darse algo de importancia? Tomaré esa copa... —agregó de inmediato, apropiándose de la copa que estaba siendo servida, y le sonrió a su primo Eterno.

 

 

 

 

@ Todes (?)

[Zoella Triviani]

La calva codeaba a su tía dentro de la cajuela del Ford Anglia de su madre. Pensó que quizás le sería otorgado el asiento de atrás pero le pareció mejor idea pegarse una sienta en el maletero en lo que llegaban. La presencia de su tía fue lo que perjudicó sus planes, logrando incomodarle al verse con el cuerpo apretujado entre la figura femenina y los juguetes sexuales que su madre mantenía ahí, no queriendo ella saber en que y con quien los usaba decidió hacerse de un dildo como almohada.

 

Su vestido estaba subido sobre la cintura, quedando a la aquella tanga que se había colocado para que no se marcara en la apretujada tela que llevaba. Escuchó la voz de Candela y rió en silencio, sintiendo la turbulencia del aterrizaje - Lastima que no te dejaste besar tía Maida - lamentó, para salir en lo que la cajuela fue abierta. Observó a todos lados y bajó el vestido plateado arrugado en su cintura, cubriendo sus posaderas y quedando el borde de este en medio de sus muslos. Se rió sonoramente al ver al rubio salir despedido del carro, abrió la guantera y sacó su larga peluca negra que se colocó en su reluciente calva.

 

Caminó sobre los tacones de aguja, del mismo color de su vestido y siguió a su madre mientras intentaba peinar su despeinado cabello. Escuchó las palabras de su hermano y gritó con emoción, corriendo los pocos metros que les separaban para lanzarse a sus brazos y llenarle la cara de besos, cosa que poco acostumbraba pero había extrañado la presencia del licántropo y aquello merecía tan recibimiento. Tomo sus mejillas y le besó efusivamente en la boca - Llevo meses en abstinencia, dime que hay un virgen por aquí - pronunció, dándole una nalgada para entrar al castillo como si fuera habitante de él.

 

@LaFamilia