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.:: Castillo Black ::. (MM B: 97834)


Matthew Black Triviani
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Llevaba tanto tiempo poniéndome excusas que aquel día ni sé cómo aparecía en la calle que llevaba al Castillo Black. ¿Cuánto tiempo hacía que no iba en aquella dirección? O mejor dicho, ¿realmente estuve alguna vez en aquel lugar? La imponente figura de aquel edificio era visible desde bien lejos y mis pasos se dirigieron hacia él, a pesar que mil campanillas me avisaban que no era buena idea y menos sola, como me presentaba. No es que fuera una mujer sin recursos, sin embargo, así que acallé toda señal de alarma y avancé por la acera hasta llegar a la entrada.

 

¿Alguien se daba cuenta de la oscuridad que reinaba en aquella zona? Como Sacerdotisa de Avalon, tenía energía suficiente para detectar aquella aura maliciosa que apagaba el mismo sol celeste. Era un día de cielo azul y sin nubes y, sin embargo, parecía que seguir aquel camino empedrado a partir de la puerta de entrada llevaba a un páramo peligroso, con un bosque y la esencia de animales peligrosos que dificultarían el avance.

 

Era igual. Había venido a hablar con Aaron y no me iría sin encararme con él. Así, toqué la verja y, como si supiera que era escuchada dentro del alejado castillo, hablé en voz alta:

 

-- Buenas, vengo a ver a Aaron Black Yaxley. Díganle que una Payasa quiere verle.

 

Guardé silencio. ¿Se atrevería a recibirme o se comportaría como el cobarde canalla que le consideraba?

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Las gruesas cortinas se abrieron de par en par sin un anuncio previo.

 

¿Donde demonios dejan las cosas últimamente? blasfemó mientras hurgaba la bodega.

 

¡Perfecto! chasqueo su lengua con el paladar, una botella de Ginebra importado y un Escoces para Black.

 

Una vez listo, vestido con un traje de color negro sin corbata, con la camisa desprendida dándole un aspecto despreocupado, se arreglo el cabello con una especie de movimiento de su muñeca, a medida que volvía hacia la sala donde la mayoría de los invitados estaban esperando que Augustine hiciera su gran aparición. Se detuvo a mitad del camino a observar como el mago de ojos mercurio platicaba; tenia épocas, aunque eran pocas, las tenia, donde le encantaba que su padre apareciera con entradas dramáticas y triunfales y por otras, detestaba que lo hiciera.

 

Percibió un ruido proveniente de la cocina, de seguro los elfos trabajando para tener listo los platillos de entrada para llevar a cabo aquella pequeña reunión, si bien el festejo se trataba del nuevo Liderato de su padre, también estaba buscando la manera de que hablasen de negocios, necesitaba que muchos de ellos -los negocios- padecieren, pero no los que él manejaba y públicamente conocían, si no de aquellos que se hacían llamar portadores de la justicia, o mejor llamados, Orden del Fénix.

 

Un ademan de su cabeza hacia uno de sus primos para agradecerle que los hiciera pasar hacia la sala.

 

La voz en su cabeza que había preferido ignorar desde hacia ya dos meses, insistía en su intento de hacer arrepentir al mago de lo que estaba a punto de hacer. Pulcros y lustrados zapatos de cuero negro parecían fundirse con el suelo del emblemático castillo Black, muchas veces lo había caminado, pero ninguna con el motivo que lo guiaba esa noche. Dudó por un momento que los hechizos de protección que custodiaban la edificación estuvieran funcionando, ¿por qué estaban todos vivos? por un momento deseó que un cadáver adornase el sendero que conducía hacia la gran verja.

 

Que extraño, aun es temprano para pedir favores... bromeó observando a la más chica de los Triviani, moviendo sus azabaches hacia su padre, depositando una de las botellas que cargaba consigo, frente a él. Escoces, para ti chasqueo los dedos y uno de los elfos sirvió en su vaso Dof Tumbler, una medida de dos dedos, seco.

 

Acecho su alrededor, un poco sorprendido por el silencio que dominaba el lugar. O la respetable familia que habitaba suntuosa mansión había visto reducido sus números de forma drástica, o todos ya se encontraban en camino hacia la Fortaleza, la cual no pensaba asistir a la ceremonia de su padre, ¿o si? no tenia muy buenas reseñas sobre la nueva generación de tenebrosos y eso era algo que lo desmotivaba un poco para cumplir con su deber como tal.

 

Se acerco hacia la otra punta, donde la Zingara yacía y dejó la botella de Ginebra, repitiendo sus pasos, otro elfo vertió contenido en su vaso cónico.

 

Ambos se encontraban distanciados por metros, cada uno de sus padres -Candela y Aaron- ubicados en la punta de la rectangular mesa, como si fueran los reyes y los invitados sus adeptos. ¿Lo eran realmente? no estaba seguro, pero la mirada analítica del gitano no descartó ninguna posibilidad.

 

Tomo asiento y esperaba que Augustine no matase al Luxure.

 

Cuando estén listos. medio fingió una sonrisa, invitándolos a que tomasen asiento para poder comenzar con la cena.

 

¿Quienes de todos los presentes estaban preparados para una asociación ilícita? después de todo, el renombre de los Triviani, junto con los Black, podría traer grandes beneficios a ambas familias... Pero, faltaba alguien... Lady.

 

¿Uhm? -alzó la ceja con curiosidad- ¿Quien esta gritando ahora?, pensó.

 

Gracias a su desarrollada audición, Matthew había percibido que una voz femenina estaba en busca de Aaron.

 

¡Termidor! gritó y su elfo personal se hizo presente vestido con una cortina vieja que le había robado a Candela Ve hacia la reja y pregunta quien es, y que quiere con mi padre bebió de su copa un sorbo de vino , ¡Que te apures! protestó.

 

 

Termidor recibiendo a Sagitas Potter Blue ~

Con las manos entrelazadas y vergüenza, Termidor se apareció frente a la mujer de cabello violeta y ojos llamativamente grandes. No estaba seguro de haber conocido a aquella bruja en algún otro lugar, ni de haber escuchado a su amo hablar sobre una mujer con dichas características, pero aún así, con la voz cortada, le habló:

 

¿Que necesita de Aaron Black Yaxley? murmuró al borde del quiebre mientras retrocedía un par de pasos , señorita. intento ser amable para que su amo no lo regañara luego, no sabia si ella era una amiga de la familia.

 

Esta toda su familia reunida en una cena familiar... Si desea puedo hacerla pasar.

 

 

 

 

 

OFF: Sagis! que sorpresa. Justo roleaba y vi tu rol después... Ahí mande a mi elfo a que te reciba c: puedes quedarte a cenar si deseas 7u7

Editado por Matthew Triviani

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No tuve que esperar mucho hasta que vi llegar a un elfo. No pude evitar compararlo con mi Harpo y apreté la mandíbula en un rictus de rabia. Ciertamente, mi elfo era el gran motivo por el que estaba allá y eso me producía una ira insospechada que había ido guardando dentro durante mucho tiempo. Me pregunté si aquel hombre también iría a pedir explicaciones si alguien hiriera a alguno de los elfos de su castillos, que no fuera por un motivo de ego, no por mantener una relación de simpatía y amistad con alguno de ellos.

 

-- No, no tiene alma.

 

Mi frase sonó en voz alta, cuando hubiera querido que sonara sólo en mi cabeza, sí que me gruñí a mí misma por perder el control. Si algo necesitaba en aquel momento era tener muy controlado mi genio o mis posibilidades de que aquello fuera mal se multiplicarían. Y ya no eran muy altas en mi favor en este momento, sin haber entrado aún... Así que aspiré aire y sonreí al elfo. Al fin y al cabo, aquella criatura no tenía ninguna culpa.

 

-- Buenas, elfo de la familia Black. Soy Señora. Sagitas Ericen Potter Blue. El motivo por el que quiero hablar con Aaron Black Yaxley sólo me compete a mí y sólo se lo rebelaré a él en persona. No quiero ser descortés, elfito, y perdona que te diga así. No sé tu nombre para dirigirme a ti con propiedad.

 

No sabía si era de los elfos que se asustaban cuando eran bien tratados o de los que se indignaban porque creían que su deber era ser esclavos de sus amos, dignos de recibir sólo malos tratos, algo demasiado arraigado aún entre ellos. Me era igual, una de mis máximas era la libertad de los elfos y todos los que estaban en la Mansión "Ojo Loco" eran libres y cobraban un salario mínimo interprofesional élfico.

 

-- ¿Cena familiar? ¡Por supuesto, si soy de la familia! Al fin y al cabo, estuvo manteniendo a mi elfo durante dos meses y sacándole información que no debía. Así que seguro que sabe mucho de mí. ¿Por dónde se va al comedor? ¿Me guías, elfito?

 

Y pasé un paso al interior de los terrenos de la Familia Black.

 

Ya no había vuelta atrás.

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-Curioso.- Le comienza a responder @ y fue allí que usando su objeto Uzza escucha la voz de la Potter Blue. -aunque es un tema para otro día, no confío en todos los que aquí se encuentra.- Ello lo expresó por @@Sagitas Potter Blue y era porque esa bruja era una oposición más a sus planes. -Pero supongo, que comprende que no lo digo a los que son de sangre pura, sino por quien tiene impura su sangre, incluso cuyo rostro es un arte, digamos, que para reír prefiero algo digno, no obstante si me disculpan, prefiero ir un momento al tocador.

 

En su mano goteaba algunas gotas de sangre, producto a que se había autolasitmado, pero la voz del joven Black (Mathew) le ponia en cierto modo algo de nervioso, por eso necesitaba refrescarse y sanar su herida, por lo que dando unos pasos se fue al baño, este ya conocía el hogar de los Black, si bien no era un visitador reciente, existió un tiempo donde aquel apellido le fue grato y fue amigo cercano de ciertos Patriarcas, pero eso era un tiempo antiguo, por ahora ese desdencia no le llamaba la atención, al menos no todos.

 

Y esperando que su nuevo líder le comprendiera la indirecta y pudiera comprender que existía la presencia de alguien impuro, pudiera ser suficiente, por otro lado no estaba interesado hablar con él sobre sus asuntos económicos frente a cualquier oído, quizás pudiera ser una conversación para otro día, por ahora lo dejaría en compañía directa de los Triviani, los cuales ni gozaban de su agrado o desagrado. Esto era producto a que poco conocía, y mientras caminaba seguía reflexionando las palabras de @

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Estaba llegando tarde para variar, pero lo mejor siempre viene al final, si bien esa una fiesta en honor de mi abuelo Aaron no estaría de más robarle un poco de su protagonismo si eso era posible, en aquel lugar habría personas importantes e influyentes pero sobretodo estaba mi familia. Alguna vez había estado aquí? No lo recordaba pero sin duda la edificación era impresionante, completamente digna de una descendencia como los Black...mi amado lobo también pertenecía a este legado, un honor que llevaba con orgullo.

 

-Buenas noches tengan todos...lamento el retraso.- Solté una risita divertida.- En realidad no lo lamento pues una dama como yo nunca llega tarde a ningún lado.- Mi ego al habla era algo osado.

 

Me había manejado por aquella casa como si fuera la mía, siguiendo el instinto nato, el bullicio de las palabras educadamente buscadas para no desatar reacciones que arruinen el momento, había pasado por al lado de gente sin mirar adecuadamente a mi alrededor, un acto bastante mal educado pero no me importaba en lo más mínimo, eche una mirada a los presentes junto con mi acostumbrada sonrisa adorable para ver quién era el primero que decía algo ante mí llegada. Lucía un vestido negro brillante, con zapatos al tono y un pequeño arreglo en el cabello, poco maquillaje pues detestaba eso, algunas joyas pues los detalles delicados haces más impresionante una presencia.

 

-Díganme que no me perdí de nada importante...abuelo juro que luces más encantador que la última vez que te vi en Hell.- No había olvidado la reunión fallida entre el mago y sus nietas. -Abuela tú siempre eres una reina.- Le dije a la matriarca Triviani con un guiño de ojo.

 

Me giré y le lancé un beso a mi tío Demián y al otro al lobo gitano quien era el maravilloso anfitrión de esta reunión, pero la diva de la noche era la expectativa de todos pues nadie sabía si tanta elegancia terminaría en algo aburrido o en una seguidilla de muertes sin sentido, quizá en una danza psicodélica con la sangre pintando las paredes mientras los invitados pierden la educación.

 

-Por cierto tío Matty ya podemos empezar...ya estoy aquí.- Comenté con total desfachatez ante la mirada de todos.

 

Todo podría tener consecuencias pero no me interesaba, si podía huiría de ellas lo más rápido que se pueda pero mientras tanto disfrutaría del momento como siempre lo hacía...brillando siempre brillando.

 

---------------------------

Off: hola gente...ya llego por quien lloraban(?

@@todos y cada uno...los quiero.

Besos.

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Aaron Augustine Black Yaxley

 

Haber sentido el cariño de un abuelo me era sumamente extraño o quizás era solo el hecho de haber madurado, tener una descendencia y mantener el ímpetu de querer dejarles un buen legado, pero aún así sonreí con cierta armonía a mi nieta; peculiar era el hecho de que no teníamos lazo sanguíneo alguno, aunque consciente de todas formas sobre la pureza de su linaje, Ada era una más de mi familia... y me dije, que concepto más idealizado, ¿verdad?.

 

-Agradezco tus palabras, Camille...- sostuve luego del beso que dí en su frente, mientras Matthew se burlaba de las palabras de Zoella.

 

El joven Black había mandado a que trajeran las bebidas del aperitivo, licores de gran variedad y para todos los gustos, más no por cantidad sino y de sobremanera, calidad. Chasqueó uno de sus dedos para que uno de los elfos hiciera levitar un vaso chato, para licores fuertes, de cristal y con un sencillo grabado en argolla que se situaba medio centímetro por sobre la base. La botella que mi hijo había dejado flotando frente a mí, se inclinó lo suficiente para verter el ambarino licor, mientras otras de las tantas criaturas hacía lo mismo con el resto de invitados.

 

-¿Se nos acabó el bourbon, muchacho?- pregunté a Matthew con cierto disgusto que mantuve hasta darle una olfateada, educada y genuina, al whisky escocés. Mostré cierto asombro y lo probé- ¡Vaya!, con razón somos mejores que los americanos...- exclamé con júbilo-... pediremos unas cuatro carrozas de éste exquisito brebaje. Hey tú...- me fijé en el elfo- ... ve por dos cub...no, no hagas nada. Tampoco aceptaría que tus sucias manos tocasen lo que consumo...- dí otro sorbo y desenvainé la varita para darle un toque melódico al borde del vaso, formando una voluta que terminaría transformándose en dos cubos de hielo. Dí un tercer sorbo- así está mejor. Le quita lo amargo- busqué a Demian- y bien señor Luxure, ¿me contará sobre su nuevo cargo?...

 

>>Curioso... prefiero ir un momento al tocador<<

 

El mago se veía algo desconfiado, sin ser prejuicioso y deliberar en que se le veía nervioso, sin embargo yo sí había captado su resguardo, el que claramente no era referente a los presentes sino más bien como si otra entidad, persona o no, se encontrase en el lugar; ¿allí en el castillo Black? ¡Sí!... ¡fantasmas tal vez!... un cuadro de los tantos que allí se encontraban- algunos vacíos otros ni tanto- o ¿animagos?...

 

-Adelante Demian, te esperamos en la mesa para cenar...- concluí con cierta curiosidad, vaga de la atención de los que allí estábamos.

 

De pronto una nueva bruja se apreció en escena, hermana de Camille, Lady solía ser algo menos puntual que el resto, cuestión que me causaba algo de gracia. Me estaba poniendo blando, lo sabía...¡Qué débil!... grité en mi mente, molesto, en un choque de emociones que sabía, eran una gran debilidad. Familia. volvía a repetir ese concepto una y otra vez ¡y es que hacía cuánto tiempo que aquél castillo no recibía una buena noticia!. Había dejado el ministerio, sí, pero había alcanzado el poder suficiente como para volver a cimentar los principios de la sangre pura, de nuestro lema familiar: ¡Toujours Pur!... Toujours Pur...

 

Y sonreía, quizás de una manera est****a o tal vez muy poco notorio para el resto. Todo eso estaba dentro de mi cabeza. Los demás solo notarían cierto descanso en mi mirada.

 

-¡Lady!...¿cómo estás pequeña?- pregunté mientras pasaba por su lado y le ofrecía el brazo para entrar al salón donde comeríamos aquella noche- esa vez en Hell moon, me pillaste algo desprevenido. La gente del inquisidor andaba muy cerca mío y no pude hablar con tanta confianza, pero ahora estamos en casa. Cuéntame de ti...

 

Y así, le ofrecí asiento a uno de los costados de la mesa para llegar hasta la cabecera y dejarme caer en una de las sillas, ¿una de las sillas? ¡habían dos! ¿porqué dos?, cuestioné en mi mente mientras buscaba con la mirada a Matthew y entre esos intervalos cruzarme con la figura de Candela.

 

-Jugando a la vida familiar, muy bien...- solté con cierto disgusto, pero aún así, sonreí a la bruja con una ligera curvatura en mi rostro-... asiento, madame Triviani, ¿vino?...- le ofrecí mientras hacía doble floritura con mi varita. Una para correrle la silla hacia atrás y otra para elevar un tinto añejo y dulce-... porque no pensará beber Ginebra en plena cena, ¿o sí?...

 

 

 

***

Y así comenzó a develarse la velada. Una cena exquisita, aunque de extraña compañía, no por ellos sino por mí. Siempre había cenado solo desde la partida de Evarela, aunque muy rara vez Maida me acompañaba con una fruta que picaba en el aire mientras se sentaba de forma desinteresada a platicarme u otras veces a reprocharme. Le entendía, pero aún así me causaba gracia, pues quería protegerme. No le juzgaba, también haría lo mismo por ella.

 

-¿Tu tía no está en el castillo?- pregunté a Matthew.

 

De pronto apareció un elfo, tiritando y algo encorvado, ¡con temor! ¡con vergüenza de haber dado en seguidilla a quien venía detrás!. Tragué un pedazo de pan de inmediato y bebí un buen sorbo de vino para no atorarme.

 

-Mi...- me dí un golpe en el pecho a puño cerrado y reí-... ¡pero qué sorpresa!, ¡sí es la nueva Ministra de Magia!...- aún con la copa en la mano, la levanté sin ponerme de pie. No lo haría frente a la dueña de un circo, que seguramente montaría otro para nuestra sociedad- ¡salud por su nombramiento!, y buenas noches por cierto...- chasqueé los dedos a otro elfo que aparecía por su otro costado mientras fulminaba con la mirada al que la había traído hasta el salón de cena- ¿algo de beber para madame Potter Blue?...- cuestioné y me esfumé, consumiéndome con gran velocidad en un agujero oscuro para reaparecer de sorpresa frente a ella, pulcro y erguido- cómo es que se atre... qué le trae por acá, señorita Sagitas.

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No tenía ni idea de en qué momento se había llenado el lugar de gente, vio pasar a sus hijos y llegar a otro par más de personas que iban haciendo los saludos correspondientes, también vio de lejos a Aaron dando la bienvenida a los invitados, los elfos poniendo la gran mesa a disposición de los comensales y el bourbon que... Espera, ¿bourbon?. Le dedicó un mohín al patriarca de esa familia, cuando éste se disponía a servirle vino, y apartó la botella con la mano.

 

Agradezco el gesto, Black, pero prefiero la Ginebra. ―terció y se sentó. Agarró su copa y se la acercó a un elfo para que le sirviese lo que estaba pidiendo.

 

Sonrió a Lady, su nieta, y no pudo evitar sentir la incomodidad que, temía, no pudiese ocultar en su rostro. El alcohol era lo único que podía hacer que pase aquella reunión fingiendo estar a gusto en medio de un ambiente familiar no planeado. Porque, siendo sinceros, ella esperaba una reunión que serviría para brindar por el nuevo nombramiento de Aaron, no una cena de aquellas.

 

La tranquilidad no duró demasiado, si es que podías llamarle tranquilidad a una velada de la que participaban sus hijos. Candela tragó de golpe la comida al ver entrar a Sagitas detrás de un elfo. ¿Qué asuntos tenía allí? Sólo ella y, seguramente, Yaxley sabrían. La Zíngara desconocía los detalles de lo que había hecho el padre de sus hijos a la payasa, pero no le extrañaba nada que fuesen ciertos los rumores que habían llegado a sus oídos.

 

¡Felicidades por el nombramiento, Sagitas!. ―irrumpió en la escena tensa que había creado Black, elevó su copa y bebió, con una media sonrisa dirigida a su ex compañera Warlock. Esperaba que Aaron no fuese tan est****o de atentar en su contra, a sabiendas de que podría no haber venido sola.― Qué extraño que decidieras venir a celebrar con nosotros cuando podrías estar con los tuyos, en el circo, ¿no?. ―otra sonrisa.

 

De todos los presentes, la gitana era la primera en querer cobrarse la vida de la Potter Blue, la historia de su familia se la debía.

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~ Mosquito ~          Ianello 

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El mago no escucho con atención las palabras de Aaron Black Lestrange o la llegada de Lady o si esa payasa seguía en ese hogar, su mente se encontraba distante y deseaba tomarse su tiempo, incluso no presto atención si alguien le había dirigido alguna palabra o si era descortés irse de esa forma, al verse envuelto en ese mundo, su postura se mostró algo tensa, no desvío mirada y en todo momento la mantuvo baja, su paso era lento, por lo que toda clase de protocolo se esfumó de su comportamiento, algo le ponía nervioso o quizás alguien.

 

Rumbo al tocador en la mente del Luxure pasaron segundo a segundo las imágenes de su llegada en el hogar de los Black. Este se encontraba confundido por su repentina actitud con ese integrante de la familia, que podía evocar de otro encuentro, incluso este seguía pensado que era un hijo de mami y papi, la voz de la razón le indacaba marcharse y su sentimientos quedarse, pero este punto era algo nuevo para él, ya que no pensó cuestionarse sobre sí en verdad ese apellido familiar le desagrada. Éste tenía presente la enseñanza de su familia Licaón y el desprecio de los sagrados 28 británicos y la impureza de la sangre que ellos tenía, por lo que su mera presencia le era un desagrado, aunque al parecer no todos. Y fue así que se detuvo en seco.

 

Y su mirada contempló un cuadro familiar, al parecer el dios negro era algo simplemente del pasado, el castillo no recordaba como aquel tirano rondaba por sus pasillos, incluso su hermano le era algo lejano, estos dos legendarios mortifagos le fueron gratos, no obstante, noto cierto parecido en Matthew Triviani y ello lo colocaba en una encrucijada, quizás fue por lo que se envolvió en el pasado, pasando minutos en silencio y mirando a esa imagen, ambos hermanos y seres imponentes y nombres que pasaron al olvido.

 

Y fue así, que el egipcio continuó rumbo al tocador, no porque necesitaba refrescarse, sino que deseaba aclarar sus pensamientos, este dudaba si debía seguir en la velada, ya su sobrina Lady Luxure Gryndelwald conocía que ante tanta multidud este prefería la soledad y estar rodeados de tantos conocidos, al menos en apariencia le incomodaba. Y sin decir palabra continuó rumbo a donde había expresado que iba.

 

"¿Acaso deseo conocer a ese ser arrogante"

 

Pensó y se detuvo nuevamente, allí observó al nuevo líder con ese ser que le recibió, era un cuadro clásico, pero de un viejo tiempo, este era cuando ese ser mimado era un niño, por un momento se sonrojo y su mirada adquirió cierto brillo, bajando por un momento y lanzando un suspiro. Algo, en su interior lo tenía confundido y al terminar, simplemente optó en continuar. En ese momento llega, dejando la puerta entre abierta, abre la llave del lavamos y sumerge sus manos en el agua. En ese instante su sangre se mescla con aquella sustancia saliente del grifo, este no pudo dejar de notar cierto aroma, cierto perfume y eso le hace cerrar sus párpados.

 

Entre el ardor y esa fragancia la mente del mago oscuro va otro sitio, dejando a todos en esa velada, es posible que nadie notará su ausencia, pues no era alguien que le gustara sobre salir, a pesar de sus cargos políticos, nunca le gustó el poder como tal, sólo proteger su legado como sus ancestros.

 

***Recuerdo***

 

Egipto

Hogar de los Licaón

 

La arena golpeaba la estatua de mármol del lobo albino, el cual era entrada al mausoleo familiar, a la distancia se observa dos grandes residencias, una para los de la rama principal y la otra por los

Suutf (rama secundaria) , esta distinción es por el gen licantropo, al susurrar en parsel la criatura emite un aullido y deja ingresar únicamente a los descendientes del primer Lord. que llevó el título de Archimago de la Muerte, allí en la cripta familiar se encontraba con apenas cinco años Darius [Demian] junto a sus cachorros albinos y su padre, el cual le relataba su legado, esa herencia de pureza proveniente de Grecia, del pueblo conocido como licuosa y como al morir el rey, estos viajan a las tierras desérticas mesclandose con un linaje en esas tierras dentro la ciudadela de la muerte, adquiriendo su prestigio y posición, sin embargo, fue los años que transcurrieron para que el Consejo de Archimagos no desconcierta de su poder vinculado con la nigromacia, algo que Seth aprobó y dio su bendición al primer descendiente de esos dos linaje, luego los integrante de la familia se casaban entre ellos o con algún regente, conservando por milenios su puresa, de igual forma se relata aquel linaje que les dio el título de Lord. Y a las afueras de ese mausoleo, la madre del heredero se encontraba en la casa torturando a Lord. Asdruval Licaón, para ello fue como castigo por su esposo a ir a la residencia de la rama secundaria, la cual no era atendida por los elfos domésticos. Lo cual contrarestaba con la principal, además de sus vestimentas y servicio a la rama principal.

Editado por Demian Luxure

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Caminaba con seguridad hacia el Castillo de mi enemigo, aunque era ficticia. En realidad, sentía que me estaba metiendo en la boca de un basilisco enrabiado y que era mejor desaparecer, ahora que aún estaba a tiempo. Mis pies, sin embargo, no variaron el paso aunque mi mente me avisaba que era un error seguir a aquel atemorizado elfo. Creo que empezaba a comprenderle porque, nunca atemorizada, sí entendía que aquel castillo cuyo umbral pisaba estaba habitado por auras oscuras.

 

No me dio tiempo a fijarme más, aunque retengo detalles en mi mente sin yo saberlo, así que supongo que los recuerdos me vendrían en flashes sobre la ostentosidad de aquella familia. Más no había venido allá a apreciar los detalles austeros o pomposos de las familias más antiguas del pueblo. Yo prefería un aire más bohemio que, sin duda, quedaba reflejada en mi "Ojo Loco". Tampoco me dio tiempo a fijarme en la mesa rica en manjares del patriarca de aquella familia. Aunque había dos sillas en la cabecera. ¿Cuántos patriarcas habría? Mal rollo, he de documentarme más sobre esta familia. ¿No dije que me gustaban los detalles?

 

-- ¡Demonios, qué rapidez! -- contesté, al verle a unos centímetros de su cara. Aún estaba escuchando su pregunta allá cuando la había acabado enfrente de mí.

 

Supongo que eso era una maniobra de empoderamiento, o de rabia, o vete a saber de qué. Intenté no tragar saliva para no demostrarle que me disgustaba ver su rostro tan cerca del mío pero, en aquel momento, era el Patriarca y yo el gnomo que me he metido en sus jardines, así que conté hasta tres.

 

-- La Señora Sagitas no quiere beber nada, gracias. De momento... Venía a saludarle -- Mentira como su mansión de grande, pero no iba a decirle de buenas a primeras lo que quería -- aunque no pretendía interrumpir su cena familiar. No sabía que ustedes eran tan puntuales.

 

Bueno, tal vez tendría que augurar que el comer a cualquier hora en mi casa no era lo habitual en el pueblo. Esto de las normas sociales estrictas no era lo mío. A nosotros nos gustaba más los picnics y el picoteo. Intenté ser formal y mantenerme firme a pesar que él era más alto que yo. ¿Qué debía decirle? ¿Qué le venía a avisar de su futuro ingreso en Azkabán? Una voz femenina me distrajo un momento y, en cierto modo, me ayudó a relajarme. La mención del Circo me hizo volver a mi idea, la que me había guiado hasta allá.

 

-- Buenas noches, Candela. Gracias, el nombramiento lo celebraré con la familia en cuanto regrese. Sólo quería robarle unos minutos al Señor Aaron. He venido como Sagitas Potter Blue, a quien secuestró un elfo, no como la Ministra de Magia de Inglaterra. No quiero alardear que he conseguido su puesto sino a pedirle explicaciones tardías sobre lo sucedido.

 

Contemplé la cena que interrumpía y me maldije un momento sobre el mal momento elegido.

 

-- Aunque puedo esperar en algún sitio mientras acaba. La Familia es muy importante, sobre todo si se puede dejar de verla por un tiempo, así que puedo dejarle acabar su cena.

 

En serio... ¿Cuándo pensé que ésta era una buena idea?

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La familia... para mi un concepto dificil pues me habia criado un anciana Veela y la unica persona que me habia dado confianza y amor era mi madre Zoella, pocos entendian la soledad como yo, escondida de mi "familia" para resguardar la vida y aquello solo me llevo a no amarlos como se merecían. Aunque mi sangre venia de magos poderosos no me unia a ellos, me unia la fidelidad, el afectoby la lealtad a la unica persona que me habia valorado, ella era mi familia.

 

Por ello ese lazo con mis hermanas era tan fuerte, @@Lady Luxure Grindelwald no solo era mi mano derecha, era una persona a quien le habia confiado mi vida.

 

Volvi en mi con el beso de mi abuelo @@Aaron Black Yaxley en mi frente, era momento de cenar y la una bella pelirroja aparecia por la entrada sonreí para besar las mejillas de mi hermana y escuchar al abuelo.

 

-Ya decía yo hermanita que tendría que tomar sola sin tí, menos mal llegaste

 

Le guiñe el ojo caminando tras ella y Aaron que iban a la mesa ya que mi tio @ habia avisado que la cena estaba servida, tome el asiento junto a Lady y mire en la cabecera de la mesa al Black Yaxley y a la bella matriarca de los Triviani. Casi pense en una familia de una Casa Real al verlos asi. Tome la copa y casi dispuesta a un brindis vi como la nueva Ministra de Magia Britanica estaba llegando a la mesa, me extrañe muchisimo de verla allí, mire a mi hermana esperando ella supiese alguna cosa. Sonreí a @@Sagitas Potter Blue quien siempre habia sido una gran persona conmigo, Levante mi copa a forma de saludo.

 

-félicitations madame la ministre

 

Ya mas adelante podria felicitarla directamente.

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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