►—Castillo Crowley—◄ (MM B: 96477)

[Beryl Serenity Hawthorne]

Nyota,Elfina de Fokker

 

La elfina me advirtió que no era buen momento para hablar con él, cuando de repente aparece un hombre alto que me confundía con su mirada, parecía no recordarme, siendo que fue uno de los primeros en darme la bienvenida, orientarme y adaptarme al lugar. No entendía por qué no me recordaba, solo me había ausentado unos meses por la academia. Me invito a pasar y a tomar asiento en uno de los sofás del gran salón.

 

-Es que acaso no me recuerdas?-En fin, no te quitaré mucho tiempo, solo quería preguntarte si has visto a Goshi?, no la he visto desde hace meses y no la he podido encontrar desde que llegue al castillo, Podrías ayudarme?- Dije.

 

Él ya no parecía aquel hombre tan amable que conocí cuando llegue a vivir a este castillo, era evidente que algo o alguien hizo un daño tan enorme en el pobre, que ya ni siquiera recordaba a sus amigos.

 

-Soy Ariza Crowley Hawthorne, Hija de Goshi Crowley y Liam Hawthorne, te conozco desde que era pequeña y solíamos ser buenos amigos, pero solo me ausente un año por la academia y todo cambio aquí, hasta tú cambiaste-dije algo triste.

 

Me daba tristeza que uno de mis grandes amigos ahora ni recordará mi nombre, él era casi como un hermano para mí y ahora me trataba como si fuera una desconocida, era frío y con la mirada confundida. Ahora todo era tristeza y soledad en las paredes del castillo Crowley.

Editado 3 de Diciembre del 2014 por ariza black

[Fokker]

Fokker con Ariza

 

Era evidente la confusión en la joven, no estaba enterada de lo que había acontecido en la vida del patriarca del castillo en las ultimas horas que afectaron sus recuerdos. Pero para el demonio el reclamo de la joven no le conmovieron para nada, aún así intento recordarla.

 

—¿Tendría que recordarte?

 

Pregunto, mirándola sin mostrar sentimiento alguno, ¿Goshi? tampoco la recordaba. escucho como Ariza intentaba recordarle todo el pasado que vivieron juntos, algunas imágenes de ese pasado se dibujaron en su mente, pero no eran suficientes. La elfina decidió intervenir en la conversación.

 

—La señorita Goshi tuvo que salir a cumplir con algunas obligaciones— le informó a Ariza, para sacarla de la incógnita de saber donde estaba su madre.

 

Fokker no dijo nada, así por lo menos la chica no quedaba en las tinieblas respecto a su primera pregunta. Fokker se puso de pie y se le acerco.

 

—El cambio siempre es bueno, no deberías ponerte triste tienes a tu madre, y los demás miembros de la familia son los mismos, supongo. Y aunque no te recuerde, sigo siendo el mismo, si necesitas ayuda no dudes en pedírmela.

 

El demonio no entendía aun los sentimientos, pero trataba de reconfortar a la bruja. Se preguntaba si los demás miembros de su familia también estarían sorprendidos por su cambio, pronto lo averiguaria.

[Joa Macnair Crowley]

No sabría decir en qué momento se había terminado su porción de pastel, pero definitivamente ya hacía efecto. Lo sabía, las cerezas eran un fruto mágico, el dolor que molestaba a su cabeza desde hace un buen rato, cedía, permitiendo que su humor mejorara ligeramente.

 

—A veces importa más mantener el legado de la familia que llevar una buena relación con los miembros de ésta —explicó a Nicole, recordando aquello que lograse observar en los ojos de Claudia cuando la idea de la muerte de León sacudió al clan desde sus cimientos—. Deberás conocerlos a todos para entenderlo. No somos una mala familia, solo piensa en nosotros como un rompecabezas, cada pieza proveniente de un lugar distinto, no es tan fácil hacer que encajen.

 

Guardó silencio por un momento, tomando un sorbo de su taza de té en el momento que observó a la elfina de Fokker encaminada desde el salón. ¿Estaba su hermano en el lugar? Debía presentarlos a él y a Nicole, ¿no era así? No podía dejar a la chica sin conocer al menos a uno de los patriarcas. Era él quien siempre andaba por allí, aunque fuese acabando con las reservas de licor.

 

—Parece que no estamos solas —habló mientras se levantaba de su asiento, apresurando a la muchacha también, con paso dirigido al salón, su sangre helándose más con cada centímetro que se acercaba. Algo no iba bien.

 

Tuvo que contener el deseo de correr hasta el lugar y dejar a Nicole atrás, necesitaba entender qué ocurría, mas no la abandonaría así en el castillo, mucho menos sin tener claro lo que pasaba.

 

—Hermanito —dijo nada más de entrar, observando a la desconocida y luego al demonio. He allí su respuesta.

 

Aquello a lo que el hombre tanto había temido, de lo que hablaba unos pocos días antes en el negocio y sobre lo que solo Dominiv tenía conocimientos, debía haber ocurrido, fuese lo que fuese. Podía sentir esa extraña energía proveniente de él en la habitación, provocando que sus venas cosquillearan en alguna especie de reconocimiento. No podía perder el control ella también, no en presencia del par de jóvenes.

 

—¿Estuviste bebiendo de nuevo? —Preguntó en el intento de decir algo que aligerara el ambiente, antes de dirigirse a la chica desconocida—. No nos han presentado, soy Joa —educación, algo a lo que aferrarse en los peores momentos—. Nicole, te presento a Fokker, uno de los patriarcas, y ella es… —esperó respuesta de la fémina que acompañaba al hombre antes de su interrupción.

 

Gran momento para reuniones. Le era imposible evitar el cambio en sus ojos, de un rojizo opaco a una vibrante y fuego, cerca de la fuerte presencia del Crowley, solo esperaba que no estuviese demasiado desquiciado.

[Nicole Evans Crowley]

Nicole comprendió y estuvo de acuerdo con la metáfora utilizada por Joa, obviamente era muy difícil que las personas estuvieran de acuerdo en todo; hasta las que tenían buena relación llegaban a chocar en algunas ocasiones; y todo se volvía mas complicado cuando las personas involucradas tenían un carácter "fuerte", por así decirlo, pero eso no quitaba el hecho de ayudar y estar ahí para la familia. Aveces ella misma podía ser un poco temperamental a pesar de que siempre mostraba su mejor cara.

 

Joa se levanto y le hizo señas a Nicole para que hiciera lo mismo, la siguió durante un rato hasta que llegaron a una habitación en la cual ingresaron sin llamar para anunciar su presencia. Dentro de la habitación, enfrascados en una conversación se encontraban un joven al cual Joa llamo "Hermano" y una chica; los dos miraron en dirección de las recién llegadas.

 

Algo en el ambiente hizo que los vellos de la nuca de la chica se pusieran de punta, algo en la postura y la expresión de Joa cambio, la chica observaba con detenimiento a cada uno de los presentes hasta que Joa le presento a su hermano, Fokker; la chica trago saliva y se aclaro la garganta -Un gusto, soy Nicole- no supo que mas decir, y como Joa miro a la chica que acompañaba al patriarca Crowley.

[Fokker]

Parecía que el castillo estaba habitado, y eso no era nada preferible para el Crowley, no era para nada el momento de socializar menos cuando no parecía recordar a nadie en el castillo. Pero aquellas personas parecían querer saludarlo y fue cuando Joa entro acompañada de Nicole.

 

Joa se le acercó llamándole hermano, pero Fokker no hizo ningún movimiento de afecto hacia ella, porque simplemente no podía verla en sus recuerdos, pasó por alto sus comentarios y con voz fría presento a Ariza.

 

—Ella es Ariza Crowley, Hija de Goshi

 

Miro con recelo a Joa —No creo que tenga que ver tu comentario en este momento, si bebo alcohol o no, no te incumbe... Joa.

 

Dirigió la vista hacia Nicole, sus ojos rojos resaltaban a simple vista, pero no tenia mucho que decirle, al igual que con Joa no la conocía.

 

—¿Nicole? ¿y tu eres hija de quien? ¿Podrías ser hija de Joa?

 

Dijo sin mas tomando asiento en alguno de los sofás, si querían tener una reunión familiar podrían organizarla cualquier otro día, porque tenían que hacerlo justo en aquella ocasión.

 

—¡Nyota!— llamó a su elfina —podrías traernos algo de beber, y comer— desde hace mucho que no probaba bocado, la elfina presta trajo lo necesario para satisfacer mas que todo a su amo.

Editado 13 de Diciembre del 2014 por Fokker

[Beryl Serenity Hawthorne]

La única alternativa era resignarme a que había olvidado nuestra gran amistad, de pronto la elfina interviene y me informa que mi madre ha salido a resolver unos asuntos fuera del castillo. Fokker se me acerca y me dice como queriendo consolarme que no importaba si no me recordaba, que seguía contando con él, mi madre y los demás miembros de la familia. Me confundieron un poco sus palabras.

 

 

- Supongo que tendré que resignarme- Gracias, al menos me alegra seguir contando con tu apoyo-dije.

 

 

Debo admitir que seguía triste por la situación y por todo lo que mi gran amigo había sufrido en los últimos meses. Rato más tarde, entraron al salón dos mujeres, una me era muy familiar más no sabía su nombre la otra definitivamente nunca la había visto, era la hermana de fokker y otra recién llegada; Fokker me presento de una forma fría que ya no me sorprendía.

 

 

- Un pacer conocerlas!- dije algo incomoda.

 

 

Se empezó a tensar el ambiente en el salón, Fokker le ordeno a su elfina que trajera algo de beber y de comer, no tenía ánimos para cenas familiares ni algo por el estilo, después de la dramática conversación que había tenido con él.

 

 

- Disculpen, pero no tengo mucho apetito, así que preferiría ir a mi habitación a desempacar, Fue un placer Jess, Joa- Buenas noches y provecho- dije algo triste.

 

 

Me dirigí a mi habitación, con la esperanza de que mañana sea un mejor día y sin tanta discusión entre familia.

 

@@Fokker @ @@Joa Macnair Crowley

Editado 17 de Diciembre del 2014 por ariza black

[Roman A. Gaunt]

Roman A. Gaunt

Interceptando a Ariza

Eran las vísperas de las fiestas navideñas y yo tenía un conflicto interno muy grande. Había postergado la decisión de confrontar a mi madre por tanto tiempo, ocupando mi mente en cualquier cosa que me alejara de tales pensamientos, del estrés que me provocaba la simple idea de ver a la mujer que me había dado la vida, pero ya no podía seguir haciendo caso omiso de ello. Antes, sin embargo, decidí buscar un poco de guía, consejo y ánimo, de modo que me dirigí al castillo Crowley para buscar a mi madre adoptiva, Ariane.

En las últimas semanas había aprovechado mi plaza en la academia de magia y me había alojado en el dormitorio dispuesto para mi en la casa de los dragones, por lo que no había visto a mi vampireza favorita en el más largo tiempo desde que había llegado a Inglaterra. La extrañaba, y ello era otra razón para querer visitar el castillo de aquélla familia que me habían recibido como uno de ellos, aunque aún no había tenido el placer de conocer a mas de tres Crowley's.

Entré al llegar a la puerta sin tocar en ella, y crucé el vestíbulo con paso seguro, provocando un eco casi imperceptible sobre el elegante azulejo del suelo. Para ser víspera de noche buena me sorprendió que no hubiese decoración alguna sobre el tema, lo cual me hizo suponer que tal vez los Crowley no participaban en tal festejo. A mis oídos llegaba el murmullo de algunas voces, y sin dudar me acerqué al lugar del que provenían; no obstante, mientras los murmullos formaban palabras, y estas tomaban sentido, mis pasos se hicieron lentos.

No deseaba irrumpir en un mal momento, pero ya era muy tarde para desviar mis pasos. Seguramente me habían escuchado, y tampoco les daría a pensar que me gustaba escuchar a escondidas. Antes de entrar al salón faltó poco para que chocara con Ariza, pero con mis ágiles reflejos pude evitarlo - Hey,... - intenté saludar con algo más propio pero no se me ocurrió nada; mis pensamientos eran un lío - ¿de casualidad no has visto a mi madre por aquí?

[Beryl Serenity Hawthorne]

Ariza Crowley Hawthorne //Me intercepta Allen

 

-Hola,como haz estado? , mucho sin verte- No estoy segura, pero creo que la vi en la biblioteca y se le notaba preocupada-dije.

 

Las cosas en este castillo estaban distintas, unos lidiando problemas con la orden del fénix, otros con problemas familiares y otros controlando frenesís. Allen lucía enfadado, confundido. Me preocupe y decidí intentar ayudarle.

 

-Allen, te encuentras bien?- Si necesitas ayuda o alguien con quien hablar aquí estoy- dije.

 

Era evidente que él estaba pasando por un momento muy difícil y no quería quedarme con los brazos cruzados viéndole sufrir, Él es como mi hermano, daría todo lo que fuera por verle feliz o estar ahí en los momentos difíciles consolándole.

Editado 24 de Diciembre del 2014 por ariza black

[León Crowley]

—Es hora —susurró para si mismo y soltó el pesado tronco muerto con el solía hacer ejercicio en el amplio y oscuro bosque, que colindaba con los terrenos del castillo Crowley.

Sucios pies descalzos, sudoroso torso desnudo y pantalón rasgado de color negro. Parecía ser una fotografía la que todas las noches se tomaba en el mismo sitio el patriarca de la familia Crowley. En su pecho, la imborrable cicatriz le recordaba las consecuencias de descuidar su cuerpo y dejarlo a los placer mundanos del licor y la lujuria.

No había pasado mucho tiempo desde aquella noche, algunos cuantos meses a lo mucho, y su cuerpo había recuperado casi la condición física que cuando fue atacado. Aún le costaba trabajo el ejercicio, imposible que no luego de haber cortejado tan peligrosamente la muerte, pero procuraba ejercitarse al máximo y aunque normalmente lo hacía de noche, cuando las sombras le protegían, ese día había preferido hacer aún con los rayos del sol sobre su espalda. No lo hubiera hecho de tal forma, si la noche no la hubiera destinado para otra actividad, por fortuna para él, un poco más acompañado.

Para cuando el sol se había ocultado, y la luna lo bañaba todo con su blanquecina luz, el Mago Oscuro terminaba, con detallada perfección, los últimos arreglos de su impecable presencia. Gabán granate oscuro que partí del cuello y terminaba abajo de las rodillas con fina elegancia, camisa blanca casi pegada al cuerpo que si bien dejaba ver su estado físico, no rayaba en la vanidad y un pantalón oscuro que hacía juego con los zapatos de igual color.

No había vestido tan elegante, seguramente desde alguna graduación de la academia o de algún evento social al cual se viera obligado a asistir, una gala, una boda, o incluso al celebración de un divorcio, aunque estos últimos no disfrutaran de tanta publicidad como los primeros. Levantó un poco la vista hacia al espejo y encontró, aparte de su reflejo, el de Arthur, su servicial elfo.

—Observo con agrado que el amo planea salir esta noche —apuntó el elfo con inmejorable cortesía, mezclada con temor y respeto—, ¿Piensa volver acompañado?

Esa sin duda era un muy buena pregunta y por primera vez en mucho años, León Crowley se vio escaso de palabras y sin una respuesta para el elfo. Bien podría hacer uso de la autoridad que le competía, pero sabía bien que, más que involucrarse en las relaciones del patriarca, Arthur solo indagaba para hacer los ajustes pertinentes a la ocasión.

—No lo sé Arthur. Nunca había tenido el placer de salir con ella.

Eso era suficiente para que el elfo, por si o por no, hiciera los ajustes necesarios. Con un ademan de respeto desapareció del lugar, rumbo a las cocinas seguramente. León se quedó de pie, solo en la habitación, meditando la naturaleza de la pregunta. Segundos después, desapareció rumbo a cierto castillo de Ottery.

[GoshI]

Un ritmo pegadizo se había adueñado de los oídos de la Crowley, quien danzaba de lado a lado en aquella habitación mientras acomodaba la ropa que había quedado tirada en cada estante del armario. Los dedos de los pies le temblaban cada vez que daba un giro. El grueso de la alfombra le causaba comezón en los talones y hasta le arrancaba alguna que otra sonrisa de su rostro. Llevaba puesta una remera suelta y nada debajo más que sus pantaletas. El cabello despeinado daba cuenta que recién despertaba, pero no encontraba motivo por el cual se encontrara de tan buen humor.

 

Dio un giro mientras acomodaba la silla en el lugar de su escritorio y pegó un pequeño salto que la hizo subirse de puntitas a la misma. Con la mano sobre las cejas observó el resto de la habitación. Luego se frotó las manos con gesto de satisfacción y las colocó a ambos lados de su cadera.

 

-Bien... Listo. -Miró de reojo al elfo que se encontraba sentadito en un puf.- ¿Ves? Sin magia. No era tan difícil.

 

Resopló y sentada sobre el escritorio dejó colgar los pies en el hueco que ocupaba la silla, balanceándolos de adelante hacia atrás.

 

-No es tan fácil olvidar tantos años sin magia.

 

Volvió a mirar al elfo y luego giró hacia el frente. La puerta de su cuarto se encontraba cerrada, pero podía ver a través de la rendija el movimiento de los pies que iban y venían. El último par de pies que había atravesado el pasillo eran pequeños. Seguramente se trataba de alguno de los elfos que merodeaban el castillo. A diferencia del castillo Malfoy o del Black, aquel era un castillo repleto de aquellas criaturas. De todas maneras Warhol no era un elfo muy sociable, sino bastante tímido y temeroso. Tenía miedo que otros elfos ocuparan su lugar, por lo que pasaba día y noche cuidando de su ama como si no existiera otra cosa que hacer en la vida.

 

Recordar aquellos años para Goshi eran un suplicio. Sólo se permitía usar la varita para situaciones muy particulares, para las cuales no había aprendido cómo desenvolverse. Londres era un océano de miradas que observaban las 24 horas cada paso que daba cada ser, indagando qué de la vida de quién y cómo cada cosa a como daba lugar.

 

No quedaba otra opción que adaptarse, y así fue como aprendió a fregar, ordenar, acomodar el ropero, cocinar lo básico, sin ayuda de aquel artefacto mágico que parecía tan común y corriente en Ottery.

 

-Algún día tengo que volver a Londres, pero no estoy lista.

 

La última vez que había puesto un pie en la ciudad terminó ganando dos puntos en su cuello y una vida eterna, por no decir que afortunadamente se había salvado de la muerte.

 

-A León le gustará verme así, contenta. -Sonrió forzosamente, mostrando todos los dientes. Casi se había olvidado cómo sonreír. Se bajó del escritorio borrando la sonrisa y, aún tarareando la canción se acercó al armario para elegir la ropa que ponerse.- Warhol...

 

-S-si-si-si mi Go-go-g-goshi... -Titubeó acomodándose el moño.

 

-Prepárame una copa de ya sabes qué. -Se quitó la remera quedando su torso desnudo, dándole la espalda al elfo. Warhol tragó saliva detrás suyo.- Quiero salir a caminar por Ottery y estoy muy tranquila como para meterme en un nuevo desastre.

 

Cuando se puso la blusa que había escogido el elfo pudo responder aceptando las órdenes de su dueña, para luego desaparecer. Terminó de vestirse al colocarse los borcegos y una chaqueta que hacía juego, cuando decidió salir del cuarto para dirigirse a las cocinas.