Aethonan’s House (MM B: 103478)

[Hayame Snape Potter Black]

La Vladimir saltó un poco con sorpresa al ver llegar a aquella bruja de forma repentina y especialmente cuando les entregó aquellas invitaciones tanto a ella como a la criatura que estaba a su lado y que al parecer, se sentía tan sorprendida como ella misma por la invitación entregada de aquella forma

 

Parpadeó un poco y comenzó a leer aquel papel, sorprendiendose al leer "Ejercito del Fenix" entre las ultimas palabras

 

-Fenix...

 

Susurró muy quedamente mientras la imagen de su rpopia madre y el resplandor de su luz y calor parecían volver a llenarle por dentro como si el tiempo jamás hubiese pasado

 

-Realmente no esperaba comenzar a recibir invitaciones de ningun tipo y mucho menos... de la Orden, si es que es de ellos (y creo no equivocarme) por el nombre

 

Comentó con ligereza dandole la vuelta al papel antes de volver a verlo de frente y sonreir con practicidad

 

-Mucho tiempo sin verlos y no creo que les haga mucha gracia si asisto... aunque si van algunos ex compañeros con los que me llevaba bien, tal vez valga la pena

 

Se encogió de hombros para luego, ver a la elfina

 

-Creo que Kirara-chan querra saber de esto, no te parece?- inquirió con tono amable

[Helike R V PB]

Asentí con la cabeza a lo que me dijo la veterinaria, así que, fui con Tequila que se movía algo revoltosa.

 

-Tranquila pequeña, no será nada -le dije susurrando al oído para calmarla.

 

Ahí la llevé al mostrador para iniciar el chequeo. La puse con cuidado y ésta ladró un poco pero se tranquilizó.

 

-Bueno creo que puedes empezar -comenté contenta a la veterinaria que estaba dispuesta.

 

Y rogué que la pequeña cocker se comportara, ya que al ser pequeña podía asustarse, o morder a la chica que la estaba atendiendo. Iba a ser su primera experiencia y esperaba que fuese agradable.

 

off:

 

un poco soso, espero que el próximo sea mejor jeje.

[Hayame Snape Potter Black]

La vampiro se estiró hacia arriba un poco esperando a que la elfina terminase de revisar la invitación, dedicandose ahora la mujer a ver los alrededores con gesto cansado y soñoliento aquellos objetos que se indicaban para las ventas de distintos medicamentos, polvos, shampoos, correas...

 

Todo lo que cualquier mago o bruja podría requerir para su mascota sin limitarse a los artilugios propios de muggles sino que al parecer también incluían lo que se necesitaba para ayudar a los amos con sus criaturas magicas

 

Tal vez en algun momento de esos ella misma llevaría a su tigresa o a la quimera para comprarle un bonito collar que quedase con su preciosa piel de zorro rojo y las enormes y murciegalescas alas que para ella le daban un toque por demás elegante y fino; solo quería que quien era su propia mitad, reluciese ta hermosa como ella así la sentía

 

O a su tigresa albina que ya le hacía falta un muy buen baño...

[Ela Karoline]

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Los días pasaban rápidamente, pronto junio solo sería un recuerdo del 2014, pero antes de que esto ocurriera Cye y un grupo de magos y brujas pertenecientes secretamente a la Orden del Fénix, hacían un recorrido por el callejón Diagon, pero no era un simple recorrido, tenían una misión y está era averiguar si los propietarios de ciertos establecimientos (aquellos que apoyaban a los fenixianos) se encontraban a salvo.

Era curioso como eventos que parecían inocentes, terminaban siendo una amenaza, la Lockhart tenía la sospecha que tras esto estaba la mano de los enmascarados que se hacían llamar mortifagos, sin embargo no tenía pruebas, por lo que decidió empezar con un local al que nunca había asistido antes, hubiera querido llevar a Enan su gato, pero como andaba de “comisión” por decirlo de alguna manera, prefirió dejarlo para después, no lo quería exponer a ningún peligro y hasta que no supiera de que se trataba aquel asunto de la Campañilla Encantada, mejor dejarlo en el castillo.

Al ingresar se quedo sorprendida por el entorno, el blanco lo dominaba todo y lo hacía lucir más espacioso y pulcro, luego el toque de verde aportado por plantas hacia que el espacio cobrara vida y fuese cálido. Lo primero que sus orbes enfocaron fue el mostrador, luego los cómodos asientos, todo parecía normal, sin estropicios, ni gritos, ni revuelos, eso le daba cierta tranquilidad, aunque hasta que no viera a las propietarias en persona no cantaría victoria.

—Hola, podría atenderme señorita— dijo en tono amable a una mujer que estaba de espaldas a ella y que supuso se trataba de una dependienta, cuando se acerco más, aquel cabello le resulto familiar así como la figura en sí, pero que mensa si era su querida Hayame, ¿trabajaba en aquel lugar? alzo una ceja preguntándose desde cuando las finanzas de la Vladimir andaban tan mal que tuviera que salir a trabajar, porque estaba seguro que por falta de oficio no era, con aquellas dos criaturas y el ir y venir de los habitantes de la mansión.

[Sherlyn Stark]

Se sentía feliz porque al lobo Safir le gustara la sala de lavados. Era una criatura que perecía muy bonita, y a la vez peligrosa. En el fondo sabía que al estar criado por Perenela, el animalito tendría un corazón muy enorme, el cual contenía mucho cariño por dar. Las garras eran un lugar muy difícil de lavar, pero el ambiente estaba hechizada para que el animalito se tranquilizara.

— Quédate aquí un momento, Nela. Yo iré a ver si algún cliente necesita ayuda —comentó la castaña saliendo de aquella sala a dirección a la parte principal. Esperaba que todo estuviese bajo control, hacia uno minutos que no escuchaba nada, ya que estaba lejos de la zona. Los veterinarios se engarrarían de todo.

Al llegar, observó omo la chica de la serpiente seguía por allí, al igual que Heliké con su perrita. Ya estaban atendidos, por lo tanto no debía intervenir. La elfina de Helen estaba junto a una muhacha pelirroja que se le hacia muy conocida. Estaba segura que la habia visto antes.

Al momento también llegaba una nueva cliente, Cye. A ella si había reconocido fácilmente. Era una mujer encantadora, y por eso se apresuraría a atenderla para conocer que era lo que necesitaba. Su compañera de oficina parecía estar buscándola, y cómo no sí fue ella quién la invitó a la veterinaria. — ¡Bienvenidas! —

— Siento mucho haberte hecho esperar, Hayame —se disculpo la castaña, para luego girar hacia la Lockhart. — ¿En qué le puedo ayudar, Cye? —preguntó Kirara con un tono amable. Le guardaba mucho aprecio a la recién llegada, ya que en un principio le enseñó mucho sobre el mundo mágico. Hayame también le comenzaba a agradar, ya que parecía una joven de mucha confianza.

[Helen Evans]

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Había salido sin avisar del Moon River, pues de pronto recordaba que había dejado sola a Kirara y no quería ponerla en peligro ni mucho menos por cosas que nada tenían que ver con ella, con los comentarios de mis compañeros no me cabía duda de quienes eran los autores de aquel desastre, me apresuré a ingresar Irri me vio y se acercó pero me dirigí inmediatamente a la barra principal y allí estaba, la famosa campanilla dorada, se me ocurrió que tal vez podría llevarla a Moon River y examinarla con paciencia, pero al tocarla esta emitió un hermoso sonido, era sumamente melodioso. Volví a tocar la campanilla solamente para oír el sonido una vez más pero de pronto todo se puso muy oscuro y sentí como si algo me jalara del estómago...

 

Irri, elfina personal de Helen Reyes

 

Había llegado una invitación al local, y no encontraba a ninguna de las dos dueñas por ningún lugar, estaba empezando a preocuparme pero por suerte mía de pronto apareció la señorita Kirara para atender a todas las brujas que iban llegando, en ese momento vi a la señorita Helen entrar, pero parecía muy apurada la seguí pero ya no estaba en el mostrador, comencé a buscar desesperada pero no pude hallarla, me asusté.

 

— ¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡La señorita Helen a desaparecido! — dije cada vez más y más fuerte

[Seba Granger]

Ya había recorrido un par de locales en la compañía de algunos compañeros de la orden pero aun no podíamos llegar a ninguna respuesta sería a lo que estaba pasando en los locales de la orden, al menos eran esos los lugares que estábamos recorriendo por ahora sin saber que pasa no podíamos ir por todos los negocios del callejón además sabíamos que muchos de ellos podían ser del bando contrario tampoco podíamos arriesgar nuestras vidas preguntando abiertamente.

En la última reunión que habíamos tenido había escuchado que Cye iría a Aethonan´s House, nunca había ido ahí ya que no tenía mascota alguna pero debía buscar una idea para aparecerme por allá así cuidarle las espaldas a mi compañera además de averiguar por las dueñas de este, sabía que Helen era del bando y que su co-propietaria lo había sido.

Cuando estaba mas cerca del local pude escuchar los gritos de alguien desde el interior, apresuré mis pasos o mas bien eche a la carrera pasando al interior sin pedir permiso alguno.

-¿Te puedo ayudar?- dije a la elfina que gritaba el nombre de Helen, miré a todos lados y tenía razón al menos ahí no la veía por ninguna parte.

-Respira intenta calmarte y dime ¿que paso con ella?, ¿Cuando fue la última vez que la viste?- pregunté a esta mientras divisaba mas allá a Cye con Kirara.

S

[Helen Evans]

Irri, elfina personal de Helen Reyes

 

No podía estar tan equivocada, yo la había visto entrar pero ahora no estaba, además esa campanilla al pie del mostrador... yo no recordaba haberla limpiado. Las lagrimas corrían por mis mejillas cuando un mago se acercó presuroso, yo no lo conocía pero el parecía conocer a la señorita Helen.

 

— Sí, si, ayúdeme por favor... la señorita.... ella,¡No está! ¡No está!

 

Poco a poco la gente se iba acercando y yo trataba de respirar hondo, sabía que si la señorita Helen estuviera allí no le gustaría tal conmoción y mucho menos que yo fuera la causante.

 

— La vi... ¡Hace solo unos segundos! Ella, ella entró.... luego vino para aquí — dije mientras caminaba hacia el mostrador — Vine a buscarla y... y ¡Ya no estaba!

 

Mientras hablaba señalaba por delante del mostrador, era un lugar vacío salvo por la campanilla que estaba en el suelo, me avergoncé por el desastre y la manera en que le había hablado al mago; debería recibir un castigo, pero la señorita Helen me había prohibido castigarme.

 

— Lamento haber gritado — le dije al mago haciendo una profunda referencia — pero por favor ¡Encuentrela!

 

Me apresuré a recoger la campanilla y dejarla en el mostrador.

 

— Y lamento el desastre, no sé quien pudo haber dejado esto aquí, ya que antes no estaba — murmuré.

 

 

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[Seba Granger]

Intentaba ver con calma a la elfina o al menos demostrar calma, no podía ser que casi ente nuestros ojos desapareciera una de nuestras compañeras, observé a todos lados por si veía algún movimiento extraño mientras intentaba oír o entender cada palabra que la pequeña criatura asustada decía.

Seguía Irri hasta el mostrador mirando cada detalle que ella me mostraba, logré ver la campanilla que ella mostraba en el piso, -No...- intenté que no la tomara por si a ella también le pasaba algo pero no era así, aun estaba junto a mi.

-No te preocupes, no tienes que disculparte- dije demostrando a la elfa que no había problemas,

-Tranquila, haré todo lo que pueda por encontrarla. Dime una cosa, ¿oíste que la campanilla sonara?- con intriga mirada este artilugio que estaba sobre el mostrador, hasta el momento no me había encontrado con alguna de ellas, no después que uno de mis compañeros desapareciera.

Intente buscar apoyo en Cye, pero esta estaba tan anonadara como yo, saca la pluma que llevaba en mi chaqueta para tocar la campanilla la cual moví para revisar si tenía alguna huella, o si emanaba alguna extraña vibración.

-¿Cuando calculas que esto puede estar aquí?- pregunté a la elfina una vez mas, intentando no agobiarla, -Por cierto soy Seba- comenté para demostrarle confianza.

S

[Sherlyn Stark]

Antes de escuchar la respuesta de Cye, se distrajo con los gritos de la elfina de Helen. Le preocupaba que la pequeña estuviese tan alterada, deseaba que mantuviera la calma sea cual fuese el asunto. Antes que nada, debía permanecer ella también tranquila. Se dio vuelta para encontrarse con la criatura, dándose cuenta que alguien ya lo estaba haciendo, estaría atenta por lo que la pequeña contara.

— ¿Qué sucede? —sólo consiguió susurrar, con preocupación ante las exclamaciones de Irri. Ella fue directa al contestarle a Seba que su ama había desaparecido. Era muy imposible, ya que Helen entró al local, no hacia una hora que la había visto. Se acercó un poco más hacia donde estaban conversando. Irri afirmaba haberla visto en el local, pero de la nada desapareció.

— Por favor, Irri., ¿estabas presente cuando ella desapareció? —preguntó la castaña, siguiéndola hacia el mostrador. Seba también estaba haciéndole diversas preguntas acerca del tema. Miró con atención la campanilla que les mostraba. Y cómo no llamarle la atención los objetos con magia oscura, si de eso trabajaba. En ese momento, no estaba en horas de trabajo, pero presentía que había algo maligno en el artícu.lo. No recordaba haber visto nunca, tal vez Helen la acababa de comprar.

— No recuerdo haber visto antes la campanilla —respondió la pregunta que le habían hecho a Irri. Tal vez la pequeña podría sacarles la duda sobre si su ama acababa de comprar la campanilla o ya estaba desde antes. — Permíteme tocarla —pidió, no era peligroso ya que tenía los guantes de piel de dragón puestos, y gracias a ellos bloqueaba la magia oscura.