Aethonan’s House (MM B: 103478)

[Hayame Snape Potter Black]

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-Kirara!!

Soltó con sorpresa la Snape abriendo grandemente sus ojos rojos antes de avanzar hacia esta y abrazarla, dejando caer a la dientuda criaturilla que dejaba salir un nuevo chillido de inconformidad por la manera tan liviana con la que era tratado, especialmente luego de que se había tomado la molestia de dejarle ese pergamino con mensaje a su dueña

-Que gusto verte!... sabes porque la reunioncita a la que nos han llamado?

Preguntó con curiosidad antes de levantar entre dos de sus dedos mayores aquel papelito donde se le indicaba su presencia en aquel negocio, lo mas puntual posible

-La última vez que recibi un mensaje de este tipo, se trató de un llamado falso y la verdad que no me hizo gracia tener que estar viendo por sobre mi espalda de ahí en los demás días

Gruñó de mala gana antes de cerrar los ojos y encogerse de hombros para luego, ver a la piraña que sacudía la cabeza en el suelo

-Ah... es Piku, mi piraña. Es una de todas las que hice aparecer el día que fui a pedir empleo con los Indebidos... no se si recuerdas que cause un gran alboroto y aparecí casi que una alberca además de agujerar el suelo y dejar que a los del siguiente piso les cayesen las demás alimañitas- añadió sonriendo esta vez con diversión

Y entonces, volvió a verla

-Entonces es Xelli la que nos pidió venir?

[Xell Vladimir Potter Black]

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Estaba segura que Kirara me tiraría de las orejas por ir tan tarde a la cita. Yo había querido ir antes, pero me había parado en la floristería, para comprar la diadema de flores que llevaría el día del juicio, y las dos tías me habían entretenido con sus quejas y peleas.

 

Era fácil conocer el negocio de mi compañera. La nota decía que fuéramos al Aethonan. No lo hubiera encontrado nunca, pero el detallito del hueso era visible desde todas las perspectivas del callejón, con lo que encontré el lugar sin perderme.

 

Desconocía para qué nos había citado Kirara en aquel lugar, pero era algo que no podíamos hablar en el Ministerio. ¿De qué se trataría? Me daba algo de miedo que fuera en contra de los jefes o la tía Sagitas. Ya una vez les gastamos una broma muy pesada y lo pagamos caro.

 

Aunque mereció la pena, por ver las calabazas en el despacho de Amya, o las pulgas en el de la prima Eledh, o el tatuador para Sagitas.

 

Entré con una gran sonrisa en el local, con aquellos recuerdos.

 

- Hola, ¿se puede? ¿Hola?

 

Allá estaban, la tía Hayame y Kirara.

 

- ¿Viene alguien más?

[Hayame Snape Potter Black]

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La pelirroja saltó un poco al percibir la voz de su otra compañera y parpadeó varias veces antes de girarse para observar mejor a la recién llegada que parecía estar tan sorprendida como la vampiro de haber sido llamadas a un lugar donde por lo general no era común que se reuniesen y menos por cuestiones del piso de los Accidentosos

-Hola Xelli

Saludó la Snape inclinando la cabeza suavemente a modo de saludo para luego, ladear la misma componiendo una expresión desconcertada que se reflejaba en sus cejas disparejas

-Entonces no fuiste tu la que nos cito? esto comienza a ser tan misterioso como la bendita desaparición de mi carpa-hogar en medio del pasillo del tercer piso... sigo jurando que Matt ue poseido por el elevador y que este se tragó todas mis cosas... y yo quiero recuperar todas mis tarjetitas coleccionables de los magos tenebrosos!!

Chilló golpeando una vez con su pie el suelo y terminando por colocar los brazos en jarras frunciendo la nariz como buen reflejo del mal humor que tenía al respecto; sin embargo un momento después dejo caer los brazos a los lados de su cuerpo y volvió a ver a Kirara

-Entonces... la que nos ha llamado fue... Kirara...

Señaló con su dedo a la joven, tratando de entender el motivo de la reunion

-Ha sucedido algo que requieras que matemos a alguien? hace mucho que no hago un trabajo de esos pero tu diras si quieres que accidente a cualquiera que te moleste UwU

Ofreció de mejor humor

[Xell Vladimir Potter Black]

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- Hola, tía Haya. ¿Has traído a tu piraña? Tuve un encuentro con ella en el departamento.

 

No quise mencionar que fue en los lavabos, en una posición incómoda. Eso quedaba en el secreto entre el animalito y yo. Supuse que el pez no hablaba para chivarse de la indiscreción del momento.

 

- No, no fui yo. - La tía Hayame parecía desconcertada y me copié de ese estado de ánimo. - Yo pensé que había sido Kirara. ¿Qué carpa? ¿Tenías una carpa como mascota? ¿Qué le pasó? - repliqué algo triste, por lo que le pudiera haber pasado al animalito anterior a la piraña.

 

Esperaba que Kirara nos explicara quien nos había citado en el negocio de ella. La tía seguia explicando lo sucedido a su carpa y entendí que el primo Matt se había comida el animal.

 

- No creo que la carpa fuera comida por el primo Matt, él nunca quiso comerse al Grindilow, y también es un pez.

 

La tía Hayame volvió la atención hacia Kirara.

 

- ¿Matar a alguien? ¿Por qué? - exclamé, horrorizada, poniendo la mano derecha sobre el pecho. - Si es grave, podríamos sólo amenazarle, o herirle un poquito, pero matarle... no deberíamos.

[Sherlyn Stark]

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Recibió el cálido abraso de la pelirroja a la que hacía largas semanas que no veía, ni siquiera para mantener una conversación, y eso resultaba una verdadera pena. Esperaba que los siguientes meses pudieran tener más actividades juntas, también con Nicole y Romi. Desde que la pelirroja ingresó al local no había podido quitar su mirada de Piku, y escuchando con atención cada una de las palabras sobre las historia de la piraña azulada. La veía como un ser dulce y tranquilo, incapaz de ser dañino realizando alguna travesía.

— Verás, —señaló la castaña. En ese instante creyó que sería bueno mantener una conversación mientras esperaba a que las otras chicas llegasen, pero fue imposible, puesto que Xell arribaba al local. Fue una excelente visita, a la cual le hubiera gustado enseñarles cada una de las mascotas que se encontraban bajo cuidado de los guardianes de seguridad que protegían los cuartos que se ubicaban en la segunda planta.

— ¡Xell! —exclamó Kirara cuando la bruja terminó de entrar. Al contrario de Hayame, ella no llevaba ninguna mascota. Quizás, ambas estaban preocupadas por el mensaje que ella le había hecho llegar—. Agradezco mucho que haya podido asistir — Aquello también fue una afirmación para la pregunta que la pelirroja decía segundos atrás—. Supongo que Romina y Jess también vendrán pronto, pero ya que Xell está aquí, supongo que no le importaría responder algunas preguntas —miró a ambos lados antes de añadir con un susurro— sobre la Habitación Perdida —

La propuesta de Hayame resultó aterrador—. Por supuesto que no mataremos ni amenazaremos a nadie, ni al señor Wild —dijo ya que con este último no llevaba una buena relación, a pesar de que hubiera sido otro comentario sino se hubiera propuesto a conocerlo mejor. De todas maneras, ellas no habían podido aceptar un atentado contra alguien de su familia.

Fue de muy mala educación no ofrecerles asiento siquiera, así que observó hacía las mesitas enfrente de la pequeña tienda de comida y añadió: — ¿Les gustaría sentarse? —era lo más apropiado ya que de esa forma sus compañeras se mantendrían cómodas y tranquilas, además de que a la preciosa piraña le estresaría estar mucho tiempo en esas alturas—. ¿Quieres que mi elfina lo lleve al acuario? Estoy segura que le encantará —sugirió. Una vez que estuvieran en sus lugares se encargaría de informarle la idea principal.

Editado 11 de Enero del 2015 por Kirara Rosier

[Hayame Snape Potter Black]

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-Yo nomas decía...

Se rió la Vladimir tratando de sonar a broma por lo del asesinato y su anterior gesto serio para luego, mover una mano para quitarle importancia a sus palabras

-Lo siento, es que cada que nos reunimos en un tono tan serio siempre me suena a próxima masacre... malas costumbres de las mujeres de edad como yo que ustedes niñas no deben de aprender...

Les dijo moviendo la punta de su dedo cuál abuelita para luego ver a Xell

-No... me refiero a una carpa... tienda de campaña. La había colocado el día que fui a pedir trabajo en el departamento y según me dijeron, Matt me la quitó con todo y la fuente de agua llena de pirañas que tenía adornando justo con el jardín de pasto y los pavorreales y demás bichos... se veía tan bonita...

Se lamentó un poco antes de ver hacia Kirara e inclinar una vez la cabeza

-Sería buena idea. Esta cosita comienza a oler mal solo del tiempo que se la pasa saltando por el suelo... y ahora me vengo enterando, que acosando a mis pobres e inocentes sobrinas ¬¬

Gruñó entregandole el bichito a la chica y luego, abrazando a Xell contra si

-Tranquila. no dejare que vuelva a usar sus mañas aprendidas con Sean... por cierto... de que Habitación hablas?

Inquirió parpadeando mas de una vez

-A mi solo me dijeron que había calabozos y que si no me comportaba, Sagitas me encerraría en uno... y me he estado esforzando para que lo haga o minimo, que me lleve a conocer a los Dementores y no lo hace

Gruñó finalmente soltando a la chica y cruzandose de brazos para luego, sonreir

-Si sabes algo... yo quiero saber también!! Me gustan los secretos y las cosas prohibidas OwO

[Xell Vladimir Potter Black]

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Me puse nerviosa. ¿Cómo habían oído hablar de la Habitación Perdida? ¿Quién se lo habría dicho a Kirara? Me puse las dos manos en la boca, para acallar todo. Yo no podía chivarme, no, no después de lo que había sucedido la última vez que estuve en aquel lugar.

 

Me senté, aceptando en silencio la silla que nos ofrecía Kirara. Así permanecí mientras la tía Haya y ella hablaban del cuidado de la piraña. Después la tía me abrazó y me puse a temblar. Ella también quería saber qué era la Habitación Perdida.

 

- Preferiría matar a alguien antes que volver a pisar esa habitación, tíita - confesé, por fin, rompiendo el silencio en el que estaba. Al ver que ellas querían que hablara, seguí hablando: - Es peligrosa.

 

Me revolví en la silla, como si quemara. Puse los pies de puntillas y después de talón, observando su movimiento, con las manos bajo los muslos, para sujetarlas y no se movieran con los nervios. Parecían decepcionadas.

 

- Bueno, está bien. Os lo explico. Yo... - esperé a que la chica que se llevaba a la piraña estuviera bien lejos, para que no me oyera. - Yo estuve dentro. Es un lugar... maravilloso y terrible a la vez.

 

No sabía como empezar a contarlo todo. Había sucedido algo terrible y... Pero negarlo tampoco era la solución. Así que lo mejor era contarles la verdad.

 

- No me gusta hablar de ello porque... Porque quise matar a la tía Sagitas y esconder allá el cadáver, dentro de una máquina de Pop-Corn que había traído Babila del Certamen de Accidentes en el Parque de las Lamentaciones.

 

Bajé de nuevo la mirada a mis pies, que no se estaban quietos y se movían de delante hacia atrás, sin poder controlarlos. Sentía mucho frío y tenía ganas de llorar al recordar el cuerpo de la tía, allá quieto, acurrucado dentro de aquel artefacto.

 

- Pero no era yo, tía Hayame, no te enfades conmigo. Era... Sufrimos un atentado terrorista en las puertas del Ministerio y me golpeé la cabeza y... No sé, el terrorista me convenció que yo era como ellos y que tenía que matar a la tía y ... ¡Ella me ha perdonado, aunque me ha prohibido volver a las Rebajas y comprar con la tarjeta de la VISA de Accidentes!

 

Me puse a llorar, sabiendo que no había dicho nada y que ellas estarían más que inquietas con mis palabras.

[Hayame Snape Potter Black]

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La pelirroja se quedó observando con gesto de sorpresa a su sobrina, sobre todo con cada palabra que esta decía al respecto... y que ella misma conocía aquella habitación de la que la Vladimir jamás había escuchado, mas que en aquellos momentos y que solo por la palabra Prohibida ya le era como colocar una enorme taza de miel enfrente de una colmena de abejas hambrientas y en plena temporada de recolección

Hasta la palabra en si le sabía dulce y jugosa como la mas fresca de las manzanas verdes...

Pero fue lo dicho por las palabras de la joven que a pesar de las lágrimas de esta, la pelirroja no pudo evitar comenzar a reirse a carcajadas e incluso con lagrimas solo de ver dentro de su mente la figura del cuerpo muerto de su hermana hecho bolita y tal vez hasta cubierto de mantequilla en el interior de una maquina de...

-Espera un segundo...

Dijo de repente la mujer de ojos rojos para luego, agitar los brazos

-Tenemos una maquina de hacer pop corn y nadie me lo había dicho!!!?

Soltó unas cuantas llamaradas de enojo para luego, abrazar con fuerza a su sobrina y acariciarle el cabello con todo el cariño y la delicadeza que podía

-Ya, ya... no es para tanto, no te angusties...- trató de animar- yo he tratado de asesinarla muchas veces y siempre se me escabulle entre los dedos... demonios... en una maquina de palomitas. A mi jamás se me había ocurrido algo tan bueno o es porque no querría arruinar tan excelente artefacto muggle con los fluidos vitales de un muerto

Dijo con tono pensativo antes deplantarle un cariñoso beso en la cabeza a su sobrina

-Muy bien... entonces esa habitación es de malos recuerdos... y tienen una maquina de palomitas que no creo que vayan a quererme prestar o.Ó- dijo colocandose una mano en la cintura- pero exactamente porque se supone que ese sitio es prohibido?

[Sherlyn Stark]

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Sus compañeras aceptaron sentarse en los asientos que la castaña les ofreció, por lo que segundos después las tres estaban alrededor de una mesita de madera firme y redonda. Le hubiera encantado estar en esa situación bajo circunstancias que no requerían de tanta seriedad y preocupación. Observó cómo su elfina sujetaba a la piraña de Hayame, la cual necesitaba agua de manera urgente. No entendía como la pequeña criatura podía estar tan descubierta y, a la vez, según la pelirroja, tener muy mal comportamiento aprendido por el empleado de desmemorizadores.

— Cuídalo mucho, pequeña —pidió a la elfina, cuando Hayame le entregó a la mascota—. Creo que la señorita Evans compró limonada, ¿puedes traer tres vasos y galletas cuando regreses? —le susurró. Esperaba que las brujas se sintieran cómodas en el establecimiento.

Su compañera de la Oficina de Indebidos dio a entender que no sabía nada acerca de una habitación finalizada con la palabra: prohibida. No recordaba cuando había sido la vez en que escuchó su nombre ni de quién. Quizás, lo escuchó de un desconocido la vez en que merodeaba por el Atrio. Creía que no había sido hace tiempo, porque lo recordaba con mucha claridad. Su curiosidad podía llegar a puntos extremos como aquel, a pesar que hubiera sido peor buscarla por su cuenta e ingresar sola para averiguar lo que escondían.

En aquel instante lo que más importaban eran las palabras de Xell, quien soltó un comentario fuerte, al menos ante los oídos de Kirara. Jamás había escuchado decir una cosa semejante a su compañera, al menos no si no se trataba acerca de algo que llevaba mucho peso e importancia en sus recuerdos. Se dedicó a clavar su mirada a la sobrina de Sagitas, con la intención de conocer toda la información que tenía para brindarles. Sin dudas, era algo trágico y le dejó completamente estática, sin poder decir ninguna palabra. Era una suerte que la elfina asistente no hubiera llegado a escuchar.

— Lo siento mucho, Xell —dijo, sin tener la intención de saber más del tema para no herir la sensibilidad de su amiguita. Ella decía que su respectiva tía había sabido comprenderla y perdonarla, por lo que no tenía por qué preocuparse. Todos sabían que ella era una persona excelente y de buen corazón. Aun así, seguía teniendo mucha curiosidad por saber lo que se hallaba dentro de la misma; algún lugar mágico, de seguro. Sin embargo, dejó que Hayame siguiera el interrogatorio, preguntando por qué ésta se llamaba “prohibida”.

Editado 12 de Enero del 2015 por Kirara Rosier

[Ela Karoline]

Era un día precioso, aunque afuera quedaban algunos rastros del clima navideño y la helada brisa a pesar del sol que empezaba a brillar con más fuerza. Cye qué odiaba quedarse con las manos cruzadas ante la necesidad de sus mascotas decidió ir al callejón.

 

La rubia se había materializado a poco metros de un local llamado Aethonan's House, pronto sus pies la llévaron al interior del mismo. De inmediato un leve aleteo sobre su hombro le hizo extender el brazo, Lock su lechuza albina de ojos azules estaba intranquila y reclamaba la atención de su duena.

 

--Tranquilo, ya vamos a buscar ayuda-- susurro al animal al tiempo que le acariciaba la cabeza y movía el brazo hacia su pecho pues el animal ya habia descendido allí y Cye quería cobijarla. Levanto su mirada en busca de algun empleado y encontró un mostrador, fue allí y se anuncio

 

--Hola, necesito ayuda con mi lechuza-- dijo en tono presuroso esperando que alguien saliera a su encuentro. Desde donde estaba se escuchaban voces y muy familiares pero se dijo a si misma que era su conciencia que le reclamaba el no haberse pasado por la. Vladimir para saber de sus parientes aunque también estaba resentida porque en muchos meses ninguna había ido al castillo Lockhart a saber si se habia muerto, excepto Hayame.