♦..Cacao Café..♦ (MM B: 103979)

[Luna Gryffindor Delacour]

Lunita Gryffindor Delacour- Dependienta del Cacao Café.

 

Estaba repasándolo todo cuando vi el gesto de desagrado del joven señor pero al ver que le ponía azúcar dudé de acercarme o no, ¿debería de ofrecerle otra cosa? me pregunté si no le importunaría pero antes de que pudieran decirme nada decidí acercarme hasta él para cerciorarme de que su café negro fuera el que quisiera sabía que esa infusión era de por sí horrible y me preguntaba como él tenía el aguante de poder tomarla, pero me encogí de hombros diciendo que no todos teníamos los mismos gustos y temiendo ser algo indiscreta y metida, decidí preguntarle si es que no era de su agrado alguna otra bebida en vez de aquella infusión caliente y para nada sabrosa que estaba tomando, ser amable con el cliente era mi prioridad numero uno y así además le mostraba a Cye de que estaba hecha.

 

- Disculpe señor, no se me paso por alto su cara y arriesgo de ser indiscreta, por cierto soy Lunita Gryffindor, dependienta del cacao café, ¿no le gustaría tomar otra cosa? ¿o solo le faltaba azúcar? solo para que se sienta cómodo con lo que esta tomando y pueda disfrutar su estadía en el establecimiento, se lo que es que el café no sea lo que esperé así que ¿desea cambiarlo o así esta bien? lamento mi intromisión, pero que el cliente se sienta a gusto es nuestro lema, señor - Le dije sonriendole amablemente a la espera de su respuesta -

 

Le oculté mi inexperiencia con mi cargo y mis nervios a flor de piel ¿por que demonios había hecho aquello? ¿estaba bien que lo hiciera? busque a Cye con la mirada pero al no verla por ningún lado, volví mis ojos azules claros al señor que tenía enfrente dispuesta a escuchar su respuesta, sabía que quizás pudiera pecar de entrometida, que de hecho la vampiresa lo era por demás pero solo deseaba que la pasara tan bien como la misma empleada la pasaba cuando iba y además no hacía nada de malo con ayudarlo en lo que quisiera y porque no hacer que su estadía en mi amado lugarcito, el Cacao Café sea la mar de satisfactoria y provechosa para él.

 

Esperé que me dijera que tal estaba todo y si deseaba su cambio, me dije que quizás era indiscreta y Cye me arrancara la cabeza pronto, pero solo intentaba ser amable y que la pasara la mar de bien en mi amado lugarcito en el mundo, sabía que quizás me hechizara por mi accionar pero había sido amable y esperaba su respuesta tanto si fuera afirmativa como si no, allí parada, sosteniendo mi libreta, presta para tomar nota y deseosa de que la pasara la mar de bien y seguía pensando en que había sido algo indiscreta pero me dije que todo era para la comodidad y tranquilidad del cliente.

 

@@Axel Rexdemort

[Axel Rexdemort]

Axel tenía la mirada entrecerrada, aun no podía recuperarse de la quemadura de su lengua, ¿Un episkey podría repararlo? Se preguntó, mientras le soplaba a su café y seguía meneándolo con su cuchara, más una voz femenina lo distrajo, no era la voz de su acompañante, por lo que Axel levantó la mirada y dejo de estar encorvado.

 

- Que linda. – Fue lo primero que se le atravesó por la mente al Rexdemort, al ver que una jovencita preguntaba sobre el café con el cual Axel se entretenía pasando su cuchara de un lado a otro.

 

- Ah, Tak. – Incorporándose y poniéndose erguido, quizás el aspecto de Axel podría parecer intimidante, no todos los días se veía un hombre con tentáculos tatuados sobre todo el cuello y la garganta.

 

Axel noto rápidamente que la chica estaba nerviosa, por su forma de moverse además de que hablaba muy rápido, lo que lo hizo sonreír, conocía esa expresión. –Tak...Lunita. – Repitiendo nuevamente, para tragar algo de saliva. – El café esta horriblemente amargo… tal como me gusta – Llevando su mano derecha sobre su cabello para sonreírle a la joven. – Sólo está un poco caliente. –

 

Acomodándose en el asiento, para continuar. – Aunque, ¿Serias tan amable de traerme un vaso con leche? por favor - La petición del joven parecía que había hecho reír a su acompañante, ser torpe con las bebidas calientes era un problema que se repetía continuamente en Axel, por lo que conocía bien el efecto de los lácteos sobre las quemaduras, no era la primera vez que Axel tomaba una bebida caliente como si fuese agua.

 

- Es para acompañar el café. – Comentó el mago, rascando un poco su sien con su dedo índice. – Tak, digo gracias. – Al ver como la jovencita anotaba sobre su pequeña libreta, solo le sonrió una vez que termino de escribir.

[Juliene Black Lestrange]

Tuvo que reprimir la risa que pugnaba por salir de su garganta, al momento del accidente del Rexdemort, había visto tantas cosas en el mundo mágico, pero que alguien llegara a quemarse con un simple café… no, eso jamás se la había cruzado por la mente. Admiró como una joven se acercaba a ellos, poniéndose a completa disposición del joven danés, reposó su rostro sobre una de sus manos, admirando la escena con cierta ensoñación, sabía que no era buena idea estar cerca de personas tan amables y bondadosas.

 

Sorbió un poco de su taza humeante de chocolate, no tenía problemas con las temperaturas, ventajas de estar muerta, suponía. Una vez más rememoró lo que se le había cruzado por la mente al momento de concretar semejante cita, ¿qué se suponía que iba a decirle a Axel? Podía empezar con ese breve encuentro qs lue llego a tener con su marido, pero no le veía ningún sentido, todo lo que alguna vez fue ya no le agradaba. Además lo único que tenía en mente era salir de Londres lo antes posible.

 

— Necesito escapar, a un lugar que nadie pueda encontrarme, ni siquiera yo misma— confesó, mirando con detenimiento el chocolate— ¿Lo has intentado alguna vez? ¿Desaparecer de esa forma? Yo sí, demasiadas veces, pero necesito que esta sea la definitiva.

 

¿Y por qué demonios le contaba parte de su vida a un completo extraño? Suponía que era cosa del chocolate, irónico, el alcohol es lo que solía hacer eso y ella terminaba aflojando la lengua gracias a unos toques de cacao, estaba loca.

 

— Quizás puedas ayudarme o quizás no.—dictaminó, alzando su mirada hacia el danés— De lo contrario, también podrías darme sexo, no eres un mal prospecto.

 

Tapó unos segundos sus labios, soltando una risilla baja, seguro que el hombre se quedaba más que estupefacto, no tenía caso, seguía siendo una bromista en lo más hondo de su ser, aun cuando estuviera tan destruida.

 

@@Axel Rexdemort

[Luna Gryffindor Delacour]

- Un vaso con leche, oh si eso podría ayudarlo con el café, de hecho si no voy mal tenemos leche aquí mismo, así que ahora mismo voy a buscarla, sabía por demás que seguro necesitaría algo por cierto ¿quiere algo para comer? oh bueno le puedo traer el vaso de leche y luego me dice si es que desea algo más, por cierto tenemos unos pastelitos y unas tortas de chocolate muy ricas, que le recomendaría si quisiera claro, pero ahora mismo le busco su vaso de leche y pues ya vuelvo ¿vale? - Le comenté de carretilla mientras anotaba en mi libreta nerviosa -

 

"Vale con esa sonrisa" - Pensé para mis adentros y suspiré negando con la cabeza al instante -

 

¿Que diablos había hecho? ¿por que demonios me había entrometido? bueno, al menos, había sido amable y tenía que traerle un vaso de leche eso no era por demás difícil, así que camine rápidamente hacía el gran surtidor de leche que teníamos allí, alce mi varita mágica atrayendo un vaso y mandolo a lavar solo, no quería que el vaso que usara estuviera sucio y una vez que hubo estado todo en orden, serví la leche fría en el vaso apenas termine de servirlo me di cuenta que lo había hecho de forma muggle, pero me encogí de hombros ¿acaso aquello importaba? negué con la cabeza, sabiendo que eso no importaba tanto, así que puse el vaso de leche en la bandeja y me encaminé rápidamente hacía la mesa en donde me estaban esperando, dejandoles un margen para que pudieran conversar un rato sin mi intromisión.

 

 

- Aquí tiene su vaso de leche, y pues ¿desean algo más? ¿algo para comer? siento haberme ido tan rápido que no me pudieran decir la otra vez, pero es que quería traerle el vaso lo más rápido posible, no vaya hacer cosa que se quemé de nuevo en mi ausencia - Les comenté sonriendoles amablemente mientras le dejaba el vaso de leche enfrente de Alex -

 

¿Por que demonios seguía hablando a las corridas? sabía que era porque estaba nerviosa, el pensamiento de que eran mis primeros clientes y que tenía que lucirme para mi jefa se me paso por la mente ¿o quizás debía de irme y dejar de entrometerme tanto? no era que quisiera ser entrometida era que simplemente deseaba que la pasaran bien en aquel lugar y además se había quemado feo y me dije que eso mismo había hecho Cye por mí, así la había conocido y gracias a ella tenía este empleo y si quería poder seguir teniéndolo tenia que ser amable y eso era algo que a la Gryffindor le salía la mar de bien, pese a todos mis nervios y mi inexperiencia seguía sonriendoles amablemente a la espera de la respuesta de ambos y suspiré un poco más tranquila, mis primeros clientes y no lo había hecho tan mal ¿o si? seguía sonriendo ocultándoles mis nervios y pensando en que no lo estaba haciendo nada mal, lo más importante era ser amable y conservar mi empleo lo más que pudiera.

 

@@Axel Rexdemort @@Juliene Black Lestrange

[Axel Rexdemort]

Axel colocó su mano derecha sobre su quijada y apoyo el codo sobre la mesa, mientras observaba a la camarera hablar. – Valla que habla.- Pensó sin quitarle la mirada, de repente solo se volvía a ir. – Que jovencita tan simpática… un poco extraña pero simpática. – Le comentó a la vampiresa que se encontraba con él; ella solo bebía tranquilamente, hasta que dejó la taza en la mesa y por fin comenzaba a hablar.

 

El hombre dejo de mirar a la joven mesera, que camina apresurada, para voltear su mirada a los ojos de Juliene y se disponía a escucharla, coloco sus codos sobre la mesa y cruzo los dedos, para que la mujer se diera cuenta que tenía toda la atención del hechicero.

 

- ¿Escapar? – Preguntó una vez que la mujer termino con la oración. – Has intentado el inframundo, dicen que en esta época del año el clima es cálido, aunque tengo entendido que todo el tiempo es cálido. La única forma de escapar de la vida, es la muerte. – Bajando la mirada un poco. – Pero creo que eso ya no aplica para a ti. – Abriendo las manos y colocándolos enfrente de su rostro, para que ella pudiera ver sus dedos.

 

En su mano derecha, podía leerse en cada dedo una de las letras de la palabra “LIFE” así mismo en la izquierda la palabra “DEATH” se formaba con cada dedo de Axel.

 

- Todo es un ciclo, si deseas escapar de la vida, solo es necesario que vuelvas a vivir. – Bajando las manos, para volver a cerrar los puños, en el momento en el que la mesera volvía a llegar.

Axel solo sonrió satisfecho, una vez que la mujer le entregó el vaso con leche, y ahora sugería traernos algo de comer. – Hej, Gracias…. gracias. – Cambiando completamente el tono de su voz, muy distinto al que usaba cuando habló con Juliene, ahora más animado. – Por ahora no necesitamos nada, quizá en un par de minutos más, veamos que ordenar, ¿Podrías dejarnos aquí en la mesa la carta? – Asintiendo con el rostro, el servicio era de maravilla en aquel lugar, aunque la mesera parecía nerviosa, Axel pensó que quizá fuese su apariencia, o saber que su compañera era un vampiro, sin embargo dejo pasar eso y solo agradeció nuevamente, cuando la chica dejo el menú y se retiró.

Insisto, que simpática… aunque debería tomar un té para calmarse un poco. –Dijo Axel cuando la mesera ya se encontraba lejos. – Debe de ser nueva y tiene pavor de que algo pueda salir mal. – Tomando un poco de leche, y paseando el líquido en su lengua, para refrescarla – Ojala jamás pierda esa inocencia y candidez. – Sirviendo algo de leche en el café, para volver a tomar su cuchara y mezclar las dos bebidas.

- Deberías empezar a vivir, y dejar todo atrás, total no tienes nada que perder. – Dándole un pausado trago al café, el cual ya se encontraba mejor. – Tengo una amiga en Praga, te va a encantar, así mismo mi casa en Copenhague y unos amigos en Oslo. – Buscando el azúcar nuevamente. – Pero creo que no importa a donde vallas, si no puedes escapar de ti misma.

La mujer parecía muy callada, pero solo sonreía, a lo que prosiguió con otra increíble frase. Axel solo termino riendo y dio otro trago a su bebida. – Bueno si eso quieres, podemos ir a tu casa, justo después de terminar el café. - Dejando su taza para sonreírle, no era mala idea después de todo y ocupado no estaba realmente.

[Ela Karoline]

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Ya había terminado la navidad y también la festividad de Reyes por lo que la decoración navideña chillaba un poco, pensó esa mañana cuando recién ingreso al local, luego del corto paseo en el columpio, que era el único acceso al local y el cual elevaba a los clientes desde la acera hacia la terraza natural en donde se ubicaban mesas y silla para el disfrute de todos.

Con varias idas y venidas y mucha magia, se había encargado de bajar todas las decoraciones que Luna amable y dedicacamente había colgado semanas atrás. El problema es que ahora todo estaba a orillas de la puerta junto a la chimenea en un absoluto tiradero, por suerte, esto estaba detrás de la cortina de agua, fuera de la vista de los clientes, al menos de los que no tenían intenciones de bajar a la chocolatería, en cuyo caso si se toparían con aquello, pues pasar la cortina de agua y descender por la escalinata era la única forma de llegar a la planta baja donde se exhibían las más exquisitas golosinas a base de chocolate y que se mostraban a través de los ventanales sin puerta.

Escucho a lo lejos que Luna preguntaba por ella, pero estaba en medio de aquella montaña de cosas que no sabía cómo meterlas ordenadamente en el cuarto, es más casi estaba por pensar que no era posible que cupieran allí. Un rato después desistió y decidió ir por ayuda.

Apenas traspaso la cortina de agua hacia la terraza, el panorama cambio, el caos desapareció y en su lugar una pareja tomaba una bebida, observo a Luna atendiéndoles, a pesar de que ya tenían ambos clientes tazas entre manos, y entonces se quedo con la mirada fija en la mujer, la conocía, claro que la conocía, pero jamás imagino verla en su local.


-¿Tan mal te portastes que quieres desaparecer? - pregunto la Lockhart llegando por el respaldo de la silla de la Lestangue, después de alcanzar a oir aquella frase de que “quería desaparecer” el resto de la conversación por supuesto no lo había escuchado, pero no perdió la oportunidad de romper el hielo con aquel pequeño dato y como siempre jugar con las palabras de su excompañera de jefatura en la academia de magia.

-Caballero un placer, Cye Lockhart- le ofreció la nívea mano al mago en señal de presentación y la acompaño con un delicada sonrisa, además de un ligero excrutinio de sus ojos azules, luego dio unos cuantos pasos para quedar en medio de ambos comenzales y dirigir su mirada a Juliane, no quería perderse la expresión de su rostro al descubrirla.
-Soy la propietaria de este local y espero que estén siendo bien atendidos por nuestra diligente dependienta- la sonrisa se amplió más, mientras sus orbes buscaban con rapidez a la vampiro.-Y por supuesto son bienvenidos, Tiempo sin verte Black- puntualizo, aunque presentía que como siempre la chica no tenía muchas ganas de conversar, al menos no con ella, pero la cortesía era un lujo del que no podía privar a sus clientes fuesen conocidos o no.


@@Axel Rexdemort, @, @@Juliene Black Lestrange

[Luna Gryffindor Delacour]

Estaba por irme dejandoles la carta en la mesa y para que disfrutara de su bebida, cuando Cye apareció por detrás, dejándome congelada en el sitio ¿cuando había venido que no la había visto? intente mantenerme calmada pero estaba más nerviosa que hace un minuto y solo pude sonreirle y asentir alegre y feliz, no quería que supiera que me acaba de dar un susto de muerte y que solo pensaba en desaparecer de allí, aunque me dije que si Cye me apoyaba como lo estaba haciendo no había porque temer, además dijo lo de "diligente dependienta" ósea que me estaba desenvolviendo la mar de bien, rayos y centellas ¿desde cuando mi amiga me dejaba a mi muda? es que temía hacerlo todo mal, pero tal parecía que hasta para sorpresa mía me estaba saliendo todo la mar de bien.

 

- Pues Cye, no escuché que me tiraran el vaso por la cabeza y salieran corriendo, así que seguro que tan mal no los estoy atendiendo y pues sobre la carta hay diversos platillos: desde tartas de manzanas, hasta de chocolate y algún que otro Brownie, pero ahí esta todo y pueden verlo tranquilos y ver que ordenan si es que quieren algo más claro, estoy a su entera disposición - Les comenté sonriendoles tanto a Cye como a Axel y a Juliene -

 

"Por las barbas de Merlín Santo, Cye me dio un susto de muerte, pero al menos elogio como estaba atendiéndolos, eso solo puede ser algo bueno" - Pensé al instante sonriendo mucho más tranquila que hasta hace un rato atrás -

 

¿Por que demonios no me iba? ¿acaso quería importunarlos más? no realmente no era eso, era que quería seguir atendiéndolos y porque no que mi jefa evaluara que tal me estaba yendo como dependienta, nunca me imaginé que trabajaría allí, es más fue en un rapto de mis locuras que pedí el trabajo y me sentí alegré y aliviada de que mi amiga Cye me aceptara con ella, además de mi amor por el chocolate, adoraba atender a los comensales y hacerlos sentir como en su casa, quizás fuera algo insoportable (que de hecho reconocía que lo era) pero solo porque intentaba ser amable y cálida con todo el que viniera a visitarnos para degustar algún platillo o especialidad que tengamos en mi amado lugarcito, el cacao Café.

 

- Inclusive si quieren algo fresco... un licuado o una coca pueden pedirla igual que un jugo de calabaza o más chocolate, hay una variedad importante de chocolates, aunque mi favorito siempre sera el chocolate en taza con algún que otra pisquita de vainilla, ése es uno que me gusta mucho pedir cuando vengo aquí y se que lo preparan a la perfección y pues alguna torta de manzana que también son muy ricas, pero esos son solo algunos de los platillos que aquí hay - Comenté de carretilla como si me hubiera aprendido de memoria el menú que estaba viendo Axel -

 

Me entusiasme al ver que se conocían y me surgió la duda de donde se habrán visto antes, me mordí la lengua para no inmiscuirme y preguntarle a Cye allí enfrente de los clientes, aunque me dije que en algún momento se lo preguntaría mejor cuando estuviéramos solas y sin que nadie nos viera, me seguía extrañando del todo esos tatuajes hacía mucho que no veía a gente así de tatuada y me dio mucha curiosidad aunque me prometí no preguntarle nada ni ser indiscreta y quedarme con la duda, anoté mentalmente preguntárselo cuando no estuviera en horario laboral y por supuesto cuando no me carcomieran los nervios.

 

@ @@Axel Rexdemort @@Juliene Black Lestrange

[Axel Rexdemort]

Axel solo rio por debajo de la taza, al escuchar el comentario que venía detrás del asiento de Juliene, y levantó la mirada para ver como una bruja se acercaba a ver a su compañera.

 

Viendo el gesto que hizo la vampiro, Axel rápidamente adivino que esas dos mujeres no eran tan amigas como querían hacerlo creer, pero no era algo que le incumbiera, aunque si se fueran a pelar; haría falta algo de lodo, aunque asumió que por algún lugar debería de haber una alberca de chocolate, total, era una tienda de chocolate, al menos una fuente. Axel se levantó de su asiento inmediatamente al ver que la señorita Lockhart extendía su mano. – Hej Axel Rexdemort, un placer conocer a tan bella mujer. – Comentó el hombre, no solo era amabilidad por ser un caballero, si no que la mujer tenía unos bellos ojos azules, que no pasaron desapercibidos para él.

 

A Axel lo atrapo la curiosidad, y quiso conocer la relación de las dos mujeres y que mejor que participar directamente. – ¿Este local es suyo? – Preguntó y prosiguió. - Entonces usted señorita Lockhart es la jefa, ¿Por qué no se sienta con nosotros? – Quitando su abrigo de la silla contigua, para retrocederla un poco y ofrecerle el asiento a la joven dama.

 

Axel se volvió a sentar, esperando ver la respuesta de alguna de las dos, pero le sorprendio escuchar que ahora la mesera les explicaba la carta. – Demonios, esta chica es… sorprendente. – Pensó el hombre y le sonrió con la mirada, quería lucirse con su jefa, acaso aquella hermosa mujer que ahora se encontraba sentada entre él y Juliene le causaba tanto terror a la joven mesera. Ella seguía dictando el menú, el hombre solo tomo la carta y fingió leerla, estaba más entretenido en ver a la pequeña Luna recitando la lista completa de postres y acompañantes para el café y el chocolate.

 

Por un momento, la maldad del danés lo inspiro a preguntar algún postre que tuviera un sabor que compensara a su horrible y amargo café, pero prefirió callar, la joven estaba muy nerviosa, y tampoco era tan malvado para divertirse así.

 

- Tiene un espléndido personal señorita Lockhart, ni si quiera mi madre era tan atenta conmigo. – Comentó el Rexdemort inclinándose un poco, para elegir un platillo con la punta del dedo desde el menú. – Quiero un... – Leyendo lentamente. – Muffin de chocolate blanco. –Para volver a levantar la cabeza – Obviamente jeg no quiero que sea så sød.... tan dulce, perdón. Pero si umami. – Cerrando el menú y entregándolo un segundo después, sin dejar de sonreír aun con la cabeza un poco inclinada.

[Luna Gryffindor Delacour]

"Un personal excelente" Que aquel extraño señor todo tatuado y amigable me considerara buena en mi trabajo me alivio sobremanera y me inspiro a seguir así como hasta ahora, le agradecí con una sonrisa porque ciertamente que me encontrarán calificada para el cargo era algo importante al menos para mí, me pregunté si solo no había sido un simple golpe de suerte o si por el contrarío realmente era buena atendiendo a los clientes, ¿se notaría demasiado que quería impresionar a Cye? ¿o eran ideas mías? por lo pronto solo atiné a tomar el menú en mis manos y sonreirle amigablemente, realmente estaba contenta de tener mi empleo y de que me consideraran buena para el cargo así que lo menos que podía hacer era traerle el pedido lo más rápido posible, para que siguiera pensando así de mí.

 

- Un muffin de chocolate blanco a la orden del día, no es muy difícil conseguir uno no muy dulce, porque generalmente el chocolate blanco, no es muy dulce que digamos, siempre pensé que los más dulces eran de chocolate negro, no se porque, bueno mejor sera que lo vaya a preparar y me alegró que consideré que lo atendí bien, gua sigo sorprendida y ahora mismo le traigo el muffin de chocolate blanco - Le comenté alegremente y llevándome la carta camine rápidamente para buscar su pedido -

 

Estaba segura que si fuera humana me pondría colorada de la vergüenza, menuda suerte tenía de que nadie notara cuando me ponía roja, esa era una de las muchas ventajas de ser vampiresa, entre otras muchas como no tener que dormir, comer sangre de animales y correr muy fuerte y rápido, me pregunté como hubiera sido mi vida si nunca me hubieran mordido y me dije que al menos, mis papas seguirían con vida y yo seguiría siendo una princesa, pero así nunca conseguiría conocer a Cye, ni tener trabajo ni llegar a la comunidad mágica, así que tanto mejor que me haya pasado esa desgracia, si la recompensa era ser una Gryffindor y tener nuevas amigas.

 

Busque un muffin común y silvestre, saque una gran barra de chocolate blanco, las trituré con mis manos y espolvoree el muffin con ellas dejándolo completamente blanco a los ojos de los demás, el muffin era de dulce de leche y tenía mas pequeños trozos de chocolate blanco por dentro, por fin satisfecha con mi obra de arte, lo coloqué en el horno a temperatura ambiente y esperé escuchar el pip característico para sacarlo del horno y llevárselo a mi cliente favorito.

 

Aliviada escuché el famoso "pip" y en un santiamén, con cuidado de no quemarme lo puse en una bandeja y procedí a llevárselo a Alex , esperando haberles dejado un margen de tiempo considerable para que Cye, Alex y Juliene se pusieran al día, aunque algo me decía que no harían muy buenas migas dado la hostilidad que se respiraba entre las dos mujeres cargada de una extraña camaradería.

 

- Me costó un poquito, pero al fin logré conseguir el famoso muffin de chocolate blanco, nunca creí que me saldría pero y aunque no me lo crean fue bastante divertido hacerlo y sorprendente cuando lo logré, creo Cye que no soy tan mala cocinera después de todo y eso es algo que ni yo me creía que lograría y pues si quieren algo más o ¿ya así están bien? si les falta algo o desean algo más, aquí me tienen - Les comenté de carretilla, sonriendoles amablemente mientras le dejaba en la mesa el muffin blanco a Alex con su respectiva cucharita listo para que se deleitara con el -

 

Me quedé viendo lo extraño que era Alex por el rabillo del ojo, para que nadie se diera cuenta de mi escrutinio constante y me pregunté como era que había conseguido esos tatuajes, era cierto que tenía debilidad por las personas raras y extrañas y Alex constituía en si mismo, la más extraña y rara que había conocido hasta el momento y lo más curioso era que hablaba raro, así que probablemente él tampoco fuera de aquí, Danes eso era él, seguramente por eso hablaba de esa manera y está era la causa de que lo mirara tanto, porque por alguna extraña razón, los de afuera siempre me llamaban más la atención que los de aquí.

 

@@Axel Rexdemort @ @@Juliene Black Lestrange

[Juliene Black Lestrange]

¿Quién diría que una reunión aparentemente sin razón se convertiría en una tertulia? Juliene no pudo reprimir la sonrisa ante la ida y venida de la chica que los atendía, además de la inesperada llegada de quien una vez fue su compañera en jefatura, debía admitir que le había sorprendido saber que era la dueño del local, sorbió un poco más de su taza de chocolate antes de decidirse que palabras utilizar.

 

— Cye, dime algo… ¿Cómo hacemos para que a esta chica se le quite el nerviosismo?— indagó señalando a Luna— Su servicio ha sido excelente, por cierto, temo que Axel saldrá con unos cuantos kilos de más de este local, aunque no creo que desmejore demasiado su aspecto, y no me he portado tan mal… ¿o tú que dices, Rexdemort?

 

Colocó la mejor cara de inocencia que poseía en su repertorio, justo antes de soltar una enorme carcajada, por unos leves instantes se había olvidado de toda aquella idea de escapar y aun cuando tenía las palabras de su acompañante bastante presentes, no podía permitirse ser grosera con Cye, tenía demasiado tiempo sin verla y si supiera que todo su mundo se había derrumbado tan sólo unos meses luego de terminar su trabajo juntas, negó, tomando la mano de la empleada que ya venía de regreso con un nuevo pedido del danés, hurtando sin ningún protocolo el muffin de chocolate blanco.

 

— Juro solemnemente que no te morderé, sólo si prometes dejar de estar nerviosa, ¿aceptas?— inquirió hacia la chica— Y yo misma veré de que Lockhart te de un sustancioso pago, te lo mereces, de verdad

 

Sin más la dejó marchar, sosteniendo el muffin entre sus dedos, dedicándole una mirada retadora al Rexdemort.

 

— Tal parece que alguien se quedó sin postre— objetó, divertida.

 

Lo cierto era que estaba divirtiéndose con todo aquello, ¿quién lo diría? Había iniciado todo aquello sin tener idea del porqué, ahora parecía estar en una extraña reunión con amigos, todavía el tema de su escape seguía en el aire, instó a Cye a sentarse junto a ellos, la verdad no estaría mal recibir otra clase de opinión en cuanto a su huida del mundo mágico.

 

— El asunto es que tienes razón, Axel, escapar de mí misma es el gran problema de mi vida— confesó— Pero ya he aprendido a tolerarme, ahora el asunto de destruir a otras personas en mi proceso de autodestrucción, eso es lo que me preocupa… ¿Acaso está mal pensar así? — su sonrisa había desaparecido— Sé qué dirán que estoy loca, sólo que no saben cuánto necesito dejar este lugar, ¿melodramática? Sí, quizás lo sea.

 

Suspiró.

 

— Da igual, señores, ¿hacemos algo divertido?— fijo su mirada en Cye— Dime, querida, ¿qué sorpresas esconde este lugar? Y así invitamos a tu servicial empleada, no me gusta excluir a la gente, además es bueno estar cerca de tanta inocencia, quizás pueda volver a esa buena época de mi vida— balanceó un poco el muffin entre sus dedos— Si quieres este dulce de vuelta, tendrás que ganártelo, Axel.

 

@@Axel Rexdemort @ @

Trio de compulsivos ññ xDDDD:love: