♦..Cacao Café..♦ (MM B: 103979)

[Ela Karoline]

La compañía de aquellos dos, Juliene y Axel, junto con Luna le había animado el día y de uno común y corriente pasaba a ser divertido, nunca pensó ver a la Black subida en la espalda del mago tatuado, como si de un par de críos se tratara. Pero vamos que el ambiente adulto e infantil con la mezcla de aromas y sabores a chocolate daba para eso y más.

 

-Ciertamente las abuelitas no tienen esa agilidad- siguió riendo la Lockhart, hasta que un estruendo retumbo por todo el local, Cye se quedo inmóvil, su varita de inmediato apareció en su mano por si las moscas, y todos pararon de reírse en seco, sus acompañantes le miraron buscando una explicación que ella no podía darles pues como ellos ignoraba la procedencia del boom.

 

-¿Sotano? No, no, debe ser en el tejado- contesto, y viendo que la Black quería tanto como ella ir a investigar, señalo con la mano el camino dejándoles pasar primero, cuando Cye los alcanzo ya la Haughton interrogaba a alguien que había sido víctima de las llamas o al menos eso denotaba su vestimenta y el olorcillo a tela chamuscada. La rubia se había mantenido detrás de la jinete y el corcel (cofcof) hasta que oyo las palabras de Ishaya.

 

-Claro que le conozco- se adelanto con las manos en la cintura y el ceño fruncido -¿Jugando de Nuevo? Y en mi tejado- dijo en tono amenazante -Esto te costara caro, te lo aseguro- pronuncio a medida que avanzaba y tocaba la tela dejando que algo de tizne se mezclara entre sus dedos. -Tendré que pensar en un castigo ejemplar ¿Qué se les ocurre Juliane y Axel?- dijo involucrando a la pareja aun con su tono serio, pero la expresión de su rostro había cambiado a una sonrisa. Y antes de que la pareja dijera algo, Cye rozo los labios de su esposo con los suyos.

[That is not my name]

- No, bueno... es que estaba saltando entre los tejados y, bueno, siempre termino en alguno de tus negocios, ¡es tu culpa por tener tantos... como mi hermana, tu cuñada, y yo!

 

Y así, de la nada, llegó mi amada esposa hasta el lugar donde me encontraba discutiendo e intentando arreglar las cosas con el par de magos tan extraños. Antes de que pudiera decir otra cosa, se acercó hasta donde me encontraba y esperé cualquier castigo que estuviera pensando.

 

Menos mal que había elegido ese.

 

- Necesitas castigarme más seguido...

 

Ahora era yo quien acercaba mis labios a los de Cye, tomándole de la cintura pero con cuidado, no quería mancharla por culpa del accidente de unos segundos. El caso era demostrarle amor, por supuesto, pero no por ello estaría... ¿o si? Levanté una mano que tenía un poco de cenizas y tomé su mejilla, dejándole el paso de tres de mis dedos en su piel.

 

- Ops, creo que... te manché.

[Ela Karoline]

La reacción del mago ante el roce de sus labios fue bajar la guardia, ambos sabían que nunca ninguno lastimaría al otro, se amaban demasiado para siquiera pensarlo, así que lo del castigo era más un juego de palabras que siempre terminaba de forma muy interesante.

 

-¡Ah sí! Tienes que tener cuidado con lo que deseas… podría ser peligroso- dijo riendo un poco luego de un segundo acercamiento pero esta vez era él quien tomaba la iniciativa, se encontraba muy cerca de él, con un brazo en su cintura que la mantenía cautiva y para completar le había manchado el rostro con tizne del proveniente de la ropa chamuscada. Cye se pasó la mano por la mejilla y un poco de la mancha se transfirió a sus manos.

 

-Ops va hacer tu hermana Sagitas cuando le lleves esa ropa a la lavandería, porque en casa- movió un dedo muy cerquita de sus ojos en signo negativo, ya quería verlo con la retagila que le montaría Sagitas. El mismo dedo tiznado lo paso por la nariz del mago y le dio un fugaz beso. Por un segundo había olvidado que estaban en presencia de dos personas más. Claro eso era culpa de él que siempre hacia que lo demás se desdibujara ante su presencia.

 

-Ya que estamos todos aquí, deberíamos bajar a la terraza a menos que quieras cargarme como Axel a Juliene- dijo alzando una ceja para ver la expresión que ponía su esposo ante semejante sugerencia. -Por cierto chicos, el es mi esposo @- dijo mirando a su excompañera de jefatura y al mago tatuado -Amor ellos son Juliene Black fue compañera de jefatura en la Academia y el es Axel un… muy buen amigo de Juliane- a juzgar por la forma en que se trataban así era.

[Luna Gryffindor Delacour]

Me había quedado del todo asombrada y paralizada por aquel ruido en el tejado al cual Cye, Alex y Juliane se habian levantado para averiguar que era, suspiré mirando alrededor y al ver el local vacio por más minutos del necesario decidí tambíen seguir a mis compañeros de tertulias hacía el tejado porque como la detective que alguna vez había sido me habia intrigado sobremanera aquel extraño ruido en el tejado ni más ni menos, quizas fuera un pajaro o algun ave que se posara indiscreta pór allí.

 

Al subir arriba escuché unas voces y fruncí mi entrecejo confundida, si era un ave entonces ¿por qué estaba hablando? subi los peldaños que me quedaban para al fin llegar al tejado en donde vi la escena más romantica y conmomedora de todos los tiempos: Axel cargaba a Juliene y Cye le estaba dando un beso a su esposo Ishaya, a quien estaba segura de haber visto antes en el local ¿o no lo habia visto? fruncí el entrecejo tratandome de acordar, pero sonreí alegremente diciendome que aquello no importaba del todo en aquellos momentos.

 

- Lamento llegar tarde pero realmente me había quedado asustada y paralizada en mi sitio, hasta que pudé venir a ver que era esé ruido, al parecer no era un ave como creía al principio, solo era Ishaya haciendo ruidos raros en el tejado.... ¿se te cayo algo? es que sonó muy fuerte y ya que estamos todos aquí ¿alguno quiere un chocolate o un café? yo invitó - Comenté alegremente sintiendome mucho más tranquila que antes -

 

Los observé sonriendo alegre y nostalgica, me hacían sentir en casa y muy querida, eran como la familia que tenía y adoraba, quizas por eso habia elegido trabajar allí en primer lugar, porque era el unico sitio en donde me sentía a mis anchas y muy querida, claro que tambíen había tenido el tiempo de saberme de memoria todo el menu más o menos, aunque sabia que aun me faltaba algunas cosas que saber, pero al menos podría pasar una velada agradable con todos mis amigos, aunque claro todo eso sin olvidar que estaba trabajando por supuesto y sin descuidar mis responsabilidades.

[That is not my name]

- Julienne, si, me suena el nombre.

 

No, creo que no me sonaba, pero el rostro si me hacía ruido de algún lado, quizá también de la escuela o de algún departamento en el Ministerio. Más adelante recordaría.

 

- Un gusto, Ishaya Tonks.

 

Estreché la mano de los presentes mientras me separaba, un poco, de mi querida esposa y trataba de limpiarle lo poco que le había manchado en su ropa. Antes de poder confirmar la sugerencia de Cye por bajarnos de aquel sitio, otra mujer llegó hasta nuestra ubicación y le sonreí con gusto.

 

- Yo te acepto el café, pero bajemos, por favor; otro día pediré a alguien que arregle el desperfecto que yo he hecho... digo, el que yo intentaba arreglar.

 

¿Cye quería que la cargara? ¡Pero que juguetona! Solo pude atinar a sonreírle de manera pícara mientras que lanzaba un poco de chispas de mi la punta de mi varita, solo para que entendiera el mensaje de forma más clara.

[Axel Rexdemort]

- Así que la bella mujer estaba casada con aquel mago tan excéntrico. – Sonrió Axel, ya conocía al hombre de tiempo, aunque no sabía que estaba casado con Cye lo que lo hizo levantar una ceja sorprendido sin dejar de sonreír.

 

- Hacía tiempo que no te veía. – Estrechando su mano derecha, sin dejar de sujetar a Julienne, no era tan pesada como parecía. Para escuchar a Lunita que había regresado. - Creo que desde el polo norte. - Riendo en voz baja.

 

Ohhh- vamos pues. – Cargando con fuerza a Julienne, mirando a Ishaya y después a Cye. – Vamos hombre que esperas, una carrera de aquí hasta…. ¿Hasta dónde? – Riendo un poco. Sonriéndole a Lunita

 

–Si tú y Cye nos ganan, Julienne paga el chocolate para todos, si no, lo pagas tú. – Dirigiéndose al otro mago y animándolo a cargar a su esposa, se verían ridículos 4 adultos, jugando a unas carreritas de caballos, por un poco de chocolate… Quizá, pero era chocolate gratis, y gratis hasta los insultos.

 

- Vamos Cye. – Riendo divertido mirando los ojos azules de la chica, para después mirar la espalda del hombre.

[pandora dyonel]

Una visita sorpresa y una sorpresa inesperada

 

Cye parecia muy inspirada al hablar sobre su querido cacao

Al verla como lo describia se le llenavan los ojos de feliscidad de tantos compromisos decidi a lejarme un poco de todos mis deveres y a venturarme al diagon

 

 

Holaaaa cye como estas ,

 

La sorprendi con un ramo de rosas silvestrez con las que jugaban azusenas, alcatrases y unas lilas

Y esto es para tiii , ejjjj mi risa algo enpalagosa salio

La tiara hacia juego con el exentrico ramo

 

Ahora sii somos iguales

 

Queria decirle algo pero soy muy curiosa , asi que empese a saludar de uno a uno , bueno si lo digo sera muy .....

Decidi guardarlo

[Ela Karoline]

Estaban tan metidos en lo que estaba pasando allá arriba en el tejado que al menos Cye, no escucho cuando Luna subía a unírseles, por eso cuando la chica hablo la rubia se sobresalto un poco, buscando el refugio de su esposo como siempre que él estaba cerca, no podía evitarlo, para ella, él era el más fuerte, el más hábil y el más diestro con la varita, ósea la mejor protección que pudiera desear.

 

-Yo quiero un chocolate helado con trocitos de Oreo úmmmm- se le hacia la boca agua. -Y claro que lo vas a pagar tu, ¿verdad amor?- era por hacerles la maldad pues claro que podía invitarlos y si no su marido pagaría todo, como siempre, pero ya que estaban en aquel momento de distensión aprovechando el ambiente familiar con aires infantiles dada la casa del árbol para los peques, la fuente de chocolate y demás, quien podía juzgarlos por sacar al enano (niño) que cada cual llevaba dentro.

 

Sin esperar respuesta rodeo al mago y una vez tras él puso sus manos en el cuello de @, esperando que este se inclinara un poco para darle el impulso y subirse a su espalda, claro que @@Axel Rexdemort y Juliene llevaban ventaja porque el hombre musculoso solo llevaba a una, mientras que el Tonks a dos.

 

-Luna tu serás el árbitro, así que corre hasta la casa del árbol, gana la pareja que alcance a sentarse en cojines del mismo color obvio- eso era más que un reto porque la casa de árbol, estaba literalmente sobre un árbol, aunque había un puente colgante para llegar a esta, era para uso de los pequeños, solamente, los adultos curiosos tendrían que trepar por el árbol y el segundo obstáculo es que habían pareja de cojines pero todos revueltos dentro de la estancia de la casa, si que tendrían que buscar entre muchas docenas.

 

Cuando llegaran abajo se iban a encontrar con la sorpresiva y agradable visita de pandora dyonel.

Editado 27 de Marzo del 2016 por Cye Lockhart

[Luna Gryffindor Delacour]

¿Una carrera? eso me pareció la mar de tierno y divertido, sonreí asintiendo feliz y me apresuré a correr hacía la casita del árbol, esperando que nadie notara lo rápido que corría aunque casi todo el mundo sabía a primera vista que era una vampiresa no estaba muy segura de si Juliane, Alex o incluso Ishaya lo supieran porque estaba segura que Cye lo sabía o al menos, lo sospechaba desde hacía tiempo, pero me encogí de hombros y decidí seguir corriendo hasta llegar y subir a la casita del árbol, la escalera no era compleja y en menos de lo que se dice hechizo ya había llegado arriba de la casita del árbol, me asomé por la ventana y los salude con la mano riéndome alegre y esperando al los ganadores allí.

 

- El que gané me deberá uno de los chocolates de Cye, porque son lo mejores de aquí y me encanta su chocolate caliente con esos trozos de chocolate negro en rama, que solían tener encima, solo que no se si pueda tomarlos porque como estoy en servicio... pero quien gané me lo debe y que sea de aquí de Cye, aunque sea cuando ya no esté en mi horario de trabajo - Les pedí sonriendoles divertida -

 

Me pregunté si no me habré pasado al pedirles un chocolate ¿podría hacer eso? madre santa ¿en que lío me había metido? bueno de cualquier forma solo era un chocolate del Cacao Café y antes de ser su dependienta siempre era su clienta porque adoraba tomarlos todos de allí, claro que solo lo hacía cuando en realidad hacía mucho frió y deseaba algo caliente y si bien aun no hacía frío, el chocolate era mi pequeño placer culpable y estaba segura que a mi amiga, Cye, no le molestaría al menos de momento, sabía que solo debía esperar ver quien ganaba aquella rara carrera.

 

Me mordí el labio inferior indecisa ¿podría hacerlo bien? ¿tendría madera de dependienta? hasta ahora me había desenvolvido bastante bien para lo despistada que solía ser pero al menos, le ponía ganas y porque no algo de alegría al trabajo, me pregunté si es que luego se haría más fácil el hablar con todos y si por supuesto no tendría más miedo, aunque eso era ridículo, nadie me haría nada malo y estaba en la que consideraba mi segunda casa así que no tendría que tener tanto miedo como el que tenía en aquellos momentos.

 

- Cye pronto tendrá que ponernos a todos unas cuantas camas, o colchones porque si pudiera vivir aquí con el olor a chocolate lo haría, oh sería divertido como una especie de pijamada de chocolate ¡¡¡oh por las barbas de merlín!!! eso es... Cye ¿podemos hacerlo? un día que vengan todos y sea toda la noche con todos a puro chocolate.... sería algo así como "pijamadas de chocolate" o algo por el estilo ¿que te parece? y podrías ganar galeones.... no estaría nada mal - Les comenté alegremente sin saber si me habían escuchado o no -

[Ela Karoline]

Luna había bajado corriendo hasta la casa del árbol para ser el juez de la pequeña carrera que las dos parejas se habían planteado, resulto ser un empate y luego habían disfrutado de un rico chocolate acompañado de algunas otras delicias.

 

De eso ya habían transcurrido varios días, ahora Cye ingresaba al establecimiento un poco pensativa, cuando muchas cosas rondaban en su cabeza le daba por ponerse manos a la obra, así que se había puesto un mandil (delantal) y se había ido a las cocinas donde la materia prima estaba presente esperando a que le dieran forma.

 

-Cuando llegue Luna que me siga a la cocina, por favor- le había pedido a una de las elfinas que quedaba a la vista de los clientes, Cacao Café elaboraba incluso todo lo que se exhibía en la parte baja de la tienda en la sección de chocolatería, bombones, trufas y pastas para untar, y por lo general salía de combinar, medir, pesar, ingredientes en días como el que hoy vivía su propietaria. Lo único inusual es que esta vez no lo haría sola, sino que permitiría que Luna le acompañara, una vez se incorporara al trabajo.

 

Por lo general cuando Cye ocupaba la cocina, los elfos parecían hacerse invisibles y nadie hablaba, opinaba o se ponía en su camino, eso sí estaban listos para limpiar la pila de platos, cucharas, calderos y demás cosas que ella ensuciaba, así como volver a los estantes innumerables frascos que contenían los ingredientes selectos. ¡A ver que salía hoy!

 

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