♦..Cacao Café..♦ (MM B: 103979)

[Ela Karoline]

Cye supo de inmediato que Luna estaba tratando de impresionarla, le agradaba la energía que ponía en todo lo que hacía en el local y estaba segura que mientras más pasara el tiempo adquiriría conocimientos que la fortalecerían en sus funciones como dependienta, por ahora lo estaba haciendo estupendo.

Pero sus pensamientos cambiaron de rumbo o más bien se esfumaron con la sorpresa que le causo el mago que acompañaba a Juliene, podía calificarse de espontaneo y desenfadada su personalidad o lo que alcanzaba a percibir por el momento.

-Si es mío y suyo… siempre que guste visitarnos y degustar alguna bebida o platillo- jugó con las palabras pero lo que le planteo el mago, más bien como le dio la vuelta la desarmo y por supuesto que hizo que su blanca dentadura se exhibiera en una sonrisa. -Ya que lo pone así, supongo que no puedo negarme- contesto ante la propuesta de que los acompañara y acepto la silla que el mago le ofrecía. El que Luna refiriera las opciones del menú de memoria la impresiono pues era corto el tiempo que tenia trabajando como para haberle dedicado tiempo a ese detalle, pero logro que uno de los clientes se inclinara por un panecillo con chocolate blanco.

-Jajaja, Luna acepta o me meterás en problemas- bromeo ante la idea de que la Black interviniera a favor de la Gryffindor, entre ellas había la confianza necesaria para hacer aquel tipo de declaraciones, sobre todo porque en el pasado ambas tenían que tomar decisiones juntas, claro que en terrenos más… académicos.

Cuando el pastelillo cayó en las manos de la Black Cye no pudo reprimir una sonrisa de diversión, esos solían ser juegos que jugaba con Ishaya y el resultado no era la definición de portarse bien exactamente, lo que le dejo claro que entre su ex compañera y el mago también había un nivel de confianza elevado o algo de intimidad y conste que no estaba pensando que estaban enamorados.

Ahora la cara de sorpresa que puso al escuchar las declaraciones sobre huir o autodestruirse la helaron -¿Hablas en serio? - sus orbes celestes buscaron los de Axel en un intento de obtener no solo ayuda sino mayor información. Rápidamente la bruja cambio de tema para restarle importancia a su anterior declaración.

-Si lo que buscas es paz, no necesitas irte de Londres- dijo en tono quedo renuente a dar por concluido el tema, como sacerdotisa bien sabia que la estabilidad emocional mal llevado era un canal al desastre. -Hay sitios donde te renueva y te ponen en contacto con tu esencia o la parte buena de esta- esto lo decía porque en el pasado tuvo la sospecha de que era parte de las filas de la marca tenebrosa, quizás tanta barbarie hubiera terminado por romper su equilibrio, pero no quiso forzar más el tema aunque mentalmente tomo nota para ingeniárselas y volver a encontrarse con la Lestrange.

-Bueno aquí hay muchas cosas por hacer, todo depende de ¿que tanto les guste el chocolate? - y alzo una ceja en tono provocador, mordiéndose el labio inferior en un intento por seguir el tono juguetón de la chica, Axel había enmudecido repentinamente.

@@Axel Rexdemort, @@Juliene Black Lestrange, @

Editado 19 de Enero del 2016 por Cye Lockhart

[Luna Gryffindor Delacour]

- Que picarita... pues mi nerviosismo, supongo que se me pasará con el tiempo o quizás no, suelo ser algo nerviosa por naturaleza, ni se porque seguro que si me pagará la mar de bien, ¿morderme? jajaja bueno intentaré no estar nerviosa solo si promete regresar aquí y acepto lo de la buena paga no sería mala idea por cierto si desean algo más y sigo pensando en que es un bonito día para tomar un licuado quizás cuando no esté en horario de trabajo, Cye recuerdame que te pida algo luego que si no me olvidaré de todo - Les comenté a Juliene y a Cye amigablemente -

 

Por alguna extraña razón me había caído la mar de bien, vale que no era muy difícil que a la Gryffindor le cayeran bien las personas pero nunca imaginé que podría hablar en mi trabajo como si fuera una más, cosa que le agradecí por demás a Juliene y pensar que todo había empezado con un simple muffin de chocolate blanco, aunque mi favorito seguía siendo el negro y me pregunté si es que podríamos seguir charlando o ¿debería de irme? ¿por que rayos no explican estas cosas en la academia? vale, que no era mi culpa no saber que se hacía, pero cierto es que debería de haber un curso del tipo: "Que cosas hacer en tu nuevo empleo y que cosas no" porque como siguiera así de nerviosa, lo más segura es que acabara en San Mugo y eso que la vampiresa no era de enfermarse seguido, más bien nunca de los nunca me enfermaba.

 

Al menos era cierto que había podido desenvolverme la mar de bien en mi nuevo empleo y seguía maravillada de haberlo conseguido y logrado, sonreí alegré cuando me saco el panecillo que había traído de la bandeja y me pregunté que clase de confianza tendrían los tres, seguía intrigandome mucho pero me dije que ese no del todo mi asunto, seguía alegre y feliz de que me consideraran buena en mi puesto, ser buena en algo que no fuera ministerial, me hacía sentir feliz y eso abría un mundo de posibilidades para mí, que jamás había contemplado antes, tal parece que los clientes no se me daban nada mal, aunque supuse que tendría que mejorar mi nerviosismo inicial por supuesto eso era algo que tendría que rever con el tiempo.

 

- Sigo pensando que quizás es porque recién empiezo de seguro, dejaré de estar nerviosa cuando ya tengo más cancha en mi trabajo y quien os dice que no seré una buena dependienta, o lo intentaré al menos, estoy segura que solo es porque recién comienzo y todo me parece nuevo y sorprendente, por lo pronto fue una grata sorpresa conseguir hacer un muffin, nunca creí que tuviera aptitudes culinarias, aunque bueno siempre hay una primera vez para todo de seguro - Les comenté entre asombrada y pensativa a partes iguales -

 

¿Me estaría pasando en la confianza o no? ¿podría hablarles? me dije que no perdía nada con hablarles y que realmente estaría bueno que existiera ése curso aunque nada perdía con entablar una amena conversación con ambos, claro que primero suspire para calmarme y sonreír alegremente, Cye no me había echado y no pensaba hacerlo, así que tendría que estar mas tranquila y menos nerviosa, a sabiendas que cuando me ponía nerviosa hablaba mucho más rápido que de costumbre y eso ya de por si era demasiado rápido unas mil palabras por minuto más o menos decía en circunstancias normales, las cuales se acrecentaban a unas veinte mil cuando me ponía nerviosa, así que de seguro Juliene, Cye y Axel me habrán visto hablar todo el tiempo rápidamente y esperaba que no se hayan perdido en lo que les decía, porque eso me sucedía más seguido de lo que podría llegar a confesarles a ellos en aquella divertida reunión.

 

@ @@Juliene Black Lestrange @@Axel Rexdemort

[Juliene Black Lestrange]

— Definitivamente esta chica es excepcional, Cye— declaró, sosteniéndole una sonrisa a la susodicha— ¿La entrenaste tu misma? ¿Son familia o algo? Es que tiene algo que me recuerda a ti, no sé, ya debo estar enloqueciendo.

 

No tenía idea de que había ocurrido con Axel , parecía estar allí en presencia, más no en esencia, ni modos ya luego se encargaría de cuestionarlo sobre el asunto, entre tanto se alzó de su silla tan rápido como Cye mencionó la palabra “chocolate” necesitaba saber cuánto de él podría encontrar en aquel característico local. Así que tomó un brazo de la Lockhart, al mismo tiempo que tomaba a la otra chica de igual manera, incitándolas a llevarla a ese lugar especial donde encontraría su mejor elixir.

 

— ¿Sabes? No creo que sea bueno perder ese nerviosismo tuyo, digo, es una de las características de tu personalidad… ¿no? —indagó hacia la empleada del Cacao Café— Y una de las cosas que me ha dado de enseñanza mis doscientos años de vida es que personas como tú, cada día escasean más.

 

Reclinó su cabeza sobre el hombro de Cye, le tenía la suficiente confianza para eso, a pesar de que nunca le había confiado quien había sido la ladrona de los premios y de más de un problema en los Aethonans de Salem. Era refrescante estar en aquel ambiente, quizás su ex compañera tuviese razón y no necesitara abandonar Londres para volver a empezar, sólo tenía que ver la luz al final del túnel, eso le habían dicho siempre, ¿no?

 

— ¿Aún recuerdas cuando eras joven e inocente, Cye?— inquirió de repente— Yo a veces lo hago, pero todo se ve tan… distorsionado.

 

Soltó un gran suspiro.

 

— Da igual… ¿Dónde están mis chocolates?

[Axel Rexdemort]

Axel solo infló las mejillas como si se tratara de un niño, cuando vio como Juliene le hurtaba a Luna su muffin que ahora estaba en las manos de la mujer. – ¿Oh really? – Susurró el hombre bajando la mirada, cuando la misma Juliene lo reto a recuperar su pastelillo.

 

Más las palabras que Cye menciono después de eso lo dejaron callado por un buen momento, Axel no era precisamente un fan del chocolate, y conociendo a la vampiro, sabría que nada bueno podría ocurrir. Recordó un poco de su infancia, el prefería los sabores salados y amargos, masticar tabaco o cosas similares, los dulces nunca fueron del total agrado del hombre, quizá por eso había aceptado ir hasta el café “Cacao” no solo para volver a ver a su antigua compañera de bando, el tiempo había pasado desde la última vez que hablo con ella, las cosas justamente habían vuelto a cambiar.

 

-¿Pero qué demonios? – Dijo cuándo noto que las mujeres se levantaban, exactamente como pudo perderse en sus pensamientos tan drásticamente, que el hombre solo colocó sus brazos sobre la silla y se levantó al ver como las mujeres arrastradas literalmente por Juliene lo dejaban solo en la mesa. – Hejjj - Exclamó sorprendido, aun no podía ni probar su muffin y ahora se iban.

 

Levantando la cabeza, Axel se puso de pie inmediatamente y pudo notar que fácilmente superaba a su compañera por casi 30 centimetros, así que solo se acercó rápidamente a las tres mujeres, levantando un poco las cejas al escuchar las preguntas de Juliene a la pequeña Luna.

 

Sin embargo soltó una carcajada al escuchar que ella confesaba tener 200 años, por un momento había olvidado que Juliene tenía la apariencia de una niña, pero era una mujer madura por dentro. – Vamos, cuantas abuelitas quisieran verse como en tus 200 primaveras… la buena vida- Comentó el warlock mientras continuaba siguiendo a las mujeres.

[Juliene Black Lestrange]

— Camarón que se duerme…

 

No recordaba dónde había escuchado aquel refrán muggle, quizás en uno de sus tantos viajes al sur, admiró como el Rexdemort apuraba el paso para alcanzarlas, rio por lo bajo, conteniendo algún otro comentario sobre su retiro mental de la situación, entendía que en ocasiones las personas solo se perdían en lo profundo de sus pensamientos, ella misma tendía hacerlo, quizás por eso era que estaba allí, tratando de no fundirse en los mismos y deprimirse de inmediato, desechó aquello de su mente, volviendo a poner en alto el dulce que locuazmente le había hurtado al danés.

 

Resultaba bastante obvio que si él se lo proponía, a causa de su estatura, podría hacerse con el delicioso postre de inmediato, soltó una ligera risa, llevando el dulce hasta sus propios labios dispuesta a degustarlo, sin importarle que su compañero hiciera un berrinche, después de todo le habría brindado la oportunidad de obtenerlo y no la había tomado, ahora era su turno de disfrutar de su premio.

 

Pero no se esperaba aquel comentario, detuvo el avance del muffin.

 

— ¿Acaso insinuaste que soy una anciana? — aparentaba una seriedad infinita, sin embargo estaba luchando por no soltar una carcajada— Te haré pagar por eso, Axel.

 

Y sin ningún reparo se colgó en la espalda del warlock, obligándole a soportar todo su peso, al mismo tiempo que luchaba para que el postre no se cayera al suelo, no podría perdonarse que tal manjar se perdiera sin más. Entrelazó como pudo sus piernas en las caderas del muchacho, recordándose no reír hasta que estuviera segura, al mismo tiempo que sus brazos iban a parar en su cuello, medio ahorcándolo y el muffin terminó siendo mordido por sus labios para que no ocurriera un lamentable accidente. Cuando halló el equilibrio en todo aquel enredo de extremidades, sacó el dulce de sus labios y comenzó a reír sin poder parar, eso le haría pensar al chico antes de volver a insinuar algo como aquello, aun cuando había sido un cumplido más que otra cosa.

 

— Así no ganarás tu postre de vuelta, querido— acotó, divertida.

[Ela Karoline]

-¿Eh?- Le sorprendió que Juliane pensara que eran familia, pues físicamente no se parecían, pero le alagaba que pensara que la había entrenado, cuando la verdad es que poco de eso había, pues ella había estado ocupada, se debía mas a la capacidad innata en Luna y al interés que ponía en todas las cosas del negocio.

-Pues veras nos parecemos porque no contrato a nadie menos bueno que yo, cofcof- tocio en señal de modestia, siguiendo con el juego de palabras que ambas brujas solían tener, ya en pie para ir por el local rió de buena gana al escuchar a la Black -200 años, pero si eres una bebe y yo sigo siendo joven e inocente- bromeo -Ahora que tienes razón en lo de que personas como ella escasean así que no estés pensando en quitármela eh-.

De repente sintió cierta melancolía en la voz de la Lestrange cosa que le sorprendió, se estaba abriendo o era solo su impresión. Pero para gusto de todas, Axel estaba de vuelta de sus pensamientos y se ponía a la par de ellas no solo físicamente sino en la conversación llamando abuelita a Juliane, luego vio con cuanta agilidad se subió a la espalda del mago y casi lo ahorca en el intento, trastrabillo un poco, seguro que fue por la sorpresa y no porque no tuviera la complexión física y la fuerza para cargar con el peso de ambos cuerpos. Cye no pudo evitar reírse a carcajadas, era muy gracioso todo aquello, de veras la estaban pasando muy bien.

@@Juliene Black Lestrange, @@Axel Rexdemort, @

Editado 2 de Febrero del 2016 por Cye Lockhart

[That is not my name]

¡POOM!

 

Una enorme explosión se escuchó por todo el callejón Diagón e, inclusive, podría jurar que un par de muggles a la distancia habían dudado si había sido un sonido real o su imaginación, ¡pero vaya que era real! Había llegado hasta Cacao Café, uno de los negocios de mi amada esposa, y después de ordenar un poco el local, me subí hasta el tejado para jugar con mi varita.

 

- ¡Demonios! ¡Demonios! ¡Demonios!

 

Estaba girando sobre mi espalda en el piso del techo (?) porque había prendido sin querer mi túnica en llamas y mi varita había salido disparada lejos de mi y, bueno, la verdad es que no me dio tiempo de reaccionar correctamente.

 

- Espero que Cye no lo haya escuchado...

 

Lo que más preocupaba era que mi esposa subiera, enojada o, peor, con su varita en mano y yo en desventaja. Por ello corrí hasta donde había caído mi varita para tomarla y comenzar a arreglar el lugar, que no se diera cuenta que había estado jugando nuevamente en el tejado de uno de sus negocios.

[Axel Rexdemort]

-No una anciana, realmente. – Alcanzo a decir el hombre, al sentir el peso de la mujer sobre su espalda. – Que rayos. – Exclamo con un notorio tono en su voz de que le faltaba aire, por los brazos de la mujer rodeando su cuello. Axel solo movió la cabeza un poco hacia arriba y pudo observar a Juliene encima de él. – Una abuelita no puede hacer algo así. – Dijo aun con su sonrisa en el rostro, sin poder dejar de reír, nadie le dijo que terminaría siendo la mula de la vampiro.

 

Acomodando los brazos para que la mujer apoyara sus muslos, no quería caer de espaldas y aplastarla, por culpa de la falta de equilibrio. – Mi mufin no tiene la culpa. – Asegurándose que la mujer estuviera segura, mirando como Cye solo se reía divertida.

Fue cuando un tremendo sonido inundo el lugar, y las risas pararon de golpe, por un silencio donde todos se miraban confundidos, pero aun así todas se dirigieron a Cye, la dueña del lugar.

 

-¿Qué fue eso? – Preguntó el Rexdemort a la rubia, la cual parecía estar en espera de algún otro ruido.

 

-¿Wa? - Levantándose de hombros, sin dejar bajar a Julienne de su espalda.

[Juliene Black Lestrange]

— No pensaba…

 

Y entonces la explosión, Juliene detuvo su perorata, en tanto identificaba de dónde había provenido aquel exorbitante sonido, por inercia trató de avanzar sus pasos, antes de recordar donde se encontraba, inevitablemente la escena volvió a tornársele divertida, ella sobre el Rexdemort como si se tratara de un corcel, aun así estaba dispuesta a investigar el asunto con detenimiento.

 

— Creo que fue en el techo o… ¿tienes algún sótano en este lugar, Cye?— indagó, colocando el postre en las manos de Axel, dedicándole una tenue sonrisa— Te lo has ganado, a la próxima intenta no compararme con abuelitas, Rexdemort.

 

Había tenido la idea de abandonar la espalda del chico, sin embargo, se encontraba tan cómoda y libre en aquella posición que no pudo evitar seguir alimentando a la pequeña adolescente que vivía en su interior, haciéndole una señal al warlock para que la llevara al lugar de los hechos, como si se tratara de su transporte personal, sabía que si se trataba de algún delincuente no iba a poder escapar, había aprendido lo suficiente como para ser temible, sin necesidad de mostrarlo en un principio.

 

— ¡Ahrre, Axel, Ahrre… vamos por el intruso! — sí, estaba segura de que el invasor saldría corriendo solo al verlos en semejante circunstancias o se moriría de risa, cualquiera servía— Cye, vamos, que eres la dueña y nos harás el camino más fácil.

 

Y entonces lo encontraron, encendido en llamas, tirado en el suelo buscando… ¿qué rayos buscaba? Si ella se encontraba en una situación poco peculiar, aquel hombre estaba mucho peor, eso era seguro, así que haciendo acopio de su valor o mejor dicho de su dramatismo lo señaló.

 

— ¡Tú!— cualquiera creería que reconocía al susodicho, nada más lejos de la verdad— ¿Quién demonios eres tú?

 

Era definitivo, aquella reunión había terminado en tertulia.

[That is not my name]

Y, en un instante, ya no me encontraba solo en el tejado. Alcancé a ver a primera vista una bruja pero obviamente no era mi esposa, ella estaba... ¿arriba de otro mago? No podía creerlo, o al menos llevaba demasiado tiempo sin ver una escena como aquella, solo esperaba que detrás de ellos no subiera Cye, tal vez tendría suerte.

 

- Oh, disculpen por interrumpir... lo que haya interrumpido, estaba aquí haciendo unos hechizos de limpieza, pero me he confundido con uno de ellos y pues, vaya, no es necesario decirles que pasó ya que me vieron ahí... tirado... sí...

 

Sabía perfectamente que lo mejor era venir en la noche, muy entrada la madrugada, de esa manera nadie podría estar en negocio, pero era inevitable refugiarme a cualquier hora que me sintiera aburrido.

 

- ¿Han visto a la dueña? Ella me conoce, me conoce muy bien y sabe que no haría nada para dañar sus propiedades.