Chrookshanks (MM B: 105590)

[Lyra Katara Selwyn]

-Eliah, ¿que es lo que crees que haces?- Pregunté, convirtiéndome rápidamente en humana, para señalar las cuerdas y desaparecerlas antes de que impactaran en el mago.-Agradeceré que no vuelvas a atacar a nadie en mi presencia

 

Refunfuñe, molesta. Eso no me gusstaba en lo absoluto, que me metieran en problemas ajenos, cuando ya había tenido malos ratos en la Ryddleturn gracias al secuestrador. Movi la cabeza negativamente, me gustaba la paz y si querían duelear, que lo hicieran en otro lado.

 

-Eso puede ocasionar problemas con el Ministerio inclusive y yo no quiero ninguno. Se que tus intenciones son buenas, pero ya me explicaras cuando estemos a solas.- Mire al intruso.-A usted le ordeno que se vaya de mi local y de mi vida. Si puso asi a mi hija no debe venir con buenas intenciones, pero no seguiré sus juegos. ¿Viene a atacar? Que lo aguanten en otro lado, caballero. En mi otra familia ya fui victima de un secuestro y no voy a negociar nada parecido por protección o lo que sea que venga a buscar. ¡Larguese!

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Estaba realmente molesta, ¿porqué tanta agresividad y en mi local? Era algo que no iba a tolerar. Si a otros ese tipo de situaciones les parecía divertida, a mi no, por algo no estaba en bandos ni nada de eso. Bufé, mientras me acomodaba la falda.

 

-Estaré en mi oficina, Eliah. Y como dije, si vas a atacar a alguien, no metas a mis locales ni a la familia en situaciones de ese tipo, que luego hay que dar explicaciones.-Protesté.-Hay formas de arreglas las cosas calmadamente.

 

Rara vez me había llegado a enojar con alguna de mis hijas, pero ¿porqué no tomaban en cuenta las reacciones de los demás? Moví la cabeza negativamente y sin despedirme del desconocido, a quien ya odiaba por provocar a mi hija, me aleje de ahi.

[Kutsy Stroud Lenteric]

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Una minina persa blanca hacía su aparición en escena mientras aquella mujer de ojos felinos le amenazaba con la varita y se daba cuenta de que había presionado las cosas de más, sin embargo a pesar de que aquel hombre de mirada cínica aparentaba desear estar metido en situaciones tan adversas como esa lo real resultaba declarar que Viatore estaba dolido por algo que marcara su pasado de forma irrevocable y por lo cual dejaba que su juicio se viera mermado.

 

Sí… Drake gustaba de complicar las cosas más sencillas, sin lugar a duda y aunque había intentado infructuosamente hacer de cuenta que nada había ocurrido, sin más su subestimación hacía Eliah le causaba la penosa declinación de su casi victoria que se esfumara en el mismo instante en el que revelara más de lo necesario, pero las cosas ya estaban hechas y no habría forma de cambiarlas, tal vez en otras circunstancias se habría percatado de la peculiaridad de la pequeña minina pero por ahora estaba ocupado en no morir y no por él precisamente.

 

Su rostro se contrajo en una mueca de molestia consigo mismo justo momentos antes de que su posibilidad de replica fuera arrebatada sin más, <<estoy en problemas>> pensó con cierta resignación, mas al ser un Stroud ciertamente contaba con la peculiaridad de ser persistente, tal vez un tanto precipitado en sus acciones y decisiones pero era lo que era. Cuando creyó que probablemente la Selwyn le torturaría por su atrevimiento, porque no podía ser perdonado retar de aquel modo a una de las descendientes del mismo príncipe de las tinieblas.

 

La blanca criatura se convirtió frente a ellos en Lyra, la mujer que Drake anhelara ver, sus pupilas azules contemplaron la facilidad con que había desaparecido las cuerdas antes de que tocarán su cuerpo pero eso poco le llamó la atención, el estar frente a esa bruja que casi toda su vida deseo conocer, el estar en la misma habitación le devolvió la sonrisa por breves segundos.

 

Casi todo se había quedado quieto en el interior de aquel joven de cabello negro y más aún al escuchar la orden de largarse de ese sitio, la cual realmente le estaba costando trabajo no obedecer… ¡demonios! Maldijo por dentro, estaba al tanto que había movido mal las piezas y que ahora sería más complicado estar cerca de esa familia –mi señora, Lyra –exclamó cuando se percató de que su voz regresaba.

 

Pero ella ya se había marchado por lo que no se había dado cuenta de que le Italiano hacía hecho una reverencia manteniendo su vista al piso y una de sus rodillas también –bella donna, he de decir que fui imprudente ante mi comportamiento –declaró dirigiéndose a la pelicastaña –pero sólo deseaba cerciorarme de que se trataba de ustedes, se corren rumores en el infierno de que al menos usted estaba muerta o desaparecida –comenzó haciendo uso de lo que hasta ese momento había recopilado de información –de ahí que viniera a ofrecerme como protector de su familia –añadió aún manteniendo su postura.

 

–Soy Drake Viatore uno de los últimos inquisidores que permanecen entre el mundo de los humanos y los del infierno –puntualizó, con cierta ironía –mi tarea es salvaguardar el equilibrio ante todo y usted así como su madre no pueden correr peligro alguno –finalizó con calma y se levantó para observar el rostro de Eliah.

[Lyra Katara Selwyn]

Me detuve un momento, sin que mi hija y el extraño se dieran cuenta. Alcance a escuchar lo que proponía, mientras me alisaba las arrugas imaginarias de mi pantalón de mezclilla. Llevaba unos tennis y una playera de mangas cortas color cerúleo.

 

-¿Insistiendo en el tema de la protección? Lo siento, en ese tema mi hija no puede ayudarle, caballero. La que toma esas decisiones soy yo que soy la matriarca y no acepto ninguna protección, espero que esta vez le quede claro. Ya pase un mal rato con ese tema y no lo pasare nuevamente. Si mi hija quiere un guardian en particular, ahi no puedo decidir nada, pero no entrará en ninguna de mis familias, ni negocios. Tendrá que cuidarla desde fuera. - Comenté, bastante molesta.-Nadie tiene derecho venir a invadir mi privacidad y vigilarnos, con el pretexto de darnos ese servicio.

 

Tome aire. Había cosas que me molestaban bastante y ese tema era uno de ellos. No podía evitar recordar al dichoso secuestrador, que al final había terminado por odiar y alejar de mi vida.

 

-No necesitamos niñeros y le recomiendo que la próxima vez que quiera tratar un tema de ese tipo, lo hable con la persona indicada, en ese caso la matriarca. No me gustaría saber que mis hijos aceptan protección a mis espaldas, quitándome autoridad.- Finalice.-Hablaremos en otra ocasión si vuelve como ... no, amigo no, sino como conocido. Ya hablaré con mi padre de este tema y le pediré que deje de enviarnos guardianes.Eliah, espero hablar contigo cuando termines con este asunto.

 

Me di media vuelta, aunque me quede pensativa. Conociendo a mi hija no había dado las indicaciones apropiadas, por lo que sonreí y voltee a verla.

 

-Al referirme que termines este asunto, no me refiero a ningun hechizo, por favor. Aunque si le puedes dar patadas, tirarle agua encima, cosas así.- Sonreí.-Caballero, esta invitado a una cena en Ranas Lunares si asi lo desea, pasado mañana para aclarar este asunto. Francamente, creer que necesitamos niñeras es una ofensa. Eiah le puede dar la dirección del lugar y por favor, no me sigan espantando a mis animales.

 

Me mordí los labios mientras desaparecía del lugar. Era una de las ventajas de ser dueña del negocio, contar con esos privilegios. Los demás no la tendrían tan fácil.

[Eliah Ryddleturn]

Su madre no aprobó la acción de la demonio la cual últimamente estaba algo descontrolada. Pronto aquella minina persa se convirtió en humana observando así a la matriarca de la Selwyn. Ahora si que se había metido en un lío, lo peor de todo era ver la hija de Lucifer enfadada, eso era lo peor que había. Trago saliva lentamente mientras sus ojos seguían fijos en Katara. Estaba realmente enfadada, la verdad esque se había tomado muchas libertades, pero en verdad aquel muchacho la había enfadado mucho tanto que no pensaba en las cosecuencias de sus actos.

 

Bajo la varita mientras escuchaba las replicas de su madre, siempre había sido muy amable con ella, pocas veces la había visto enfadada y cuando se enfadaba temblaba la tierra, eso era seguro. Bajó la cabeza en silencio mientras asentía,siempre sería su madre y hacer las cosas mal provocaba que su madre la regañara era normal, de pequeña la había regañado mas Lucifer pero su madre también cuando la gota colmaba el vaso, es mas su madre siempre la decía que se controlase. Asintió con la cabeza ante las ultimas palabras de su madre mientras levantaba la mirada.

 

-perdona madre....-se disculpo la mortifaga mirándola seria y arrepentida a la vez.. Pues lo ultimo que quería que tuvieran problemas con el mundo mágico.

 

Después de aquello se levantó Drake del lugar donde la joven le había ordenado o mejor dicho impuesto que se sentara. Empezó a hablar a su madre de ciertos temas, aquello no la gustaba nada, tenía muy mala pinta y ella no se fiaba. Pero quería saber que era eso de los inquisidores, sonaba mal y a peligro, y quizás esos tales inquisidores querían hacer daño a los descendientes del infierno. Y aquello de que fuera un protector la sonaba raro, ellas sabía cuidarse solita además de que ya había sufrido heridas y cicatrices con su camino de ser mortífaga.

 

Ahora mismo tras que su madre la dijera que tenía que hablar con ella, la verdad esque la dio verdadero miedo, temía pocas cosas pero lo que mas temía era a su madre enfadada o las posibles broncas que podía echarla. Asintió ante lo que dijo su madre de que mas tarde tendría que hablar con ella mientras se mordía el labio inferior. Fue entonces cuando notó la mirada del italiano al cual lo miró de forma fulminante como queriendole decir: " te has metido en un buen lío a ver como sales de él". Apretó los puños intentando frenar sus ganas de acabar con aquel tipo aunque escuchando sus palabras tendría que apañarselas de otra forma.

 

-vale yo me encargo, si no me meteré en mas lios-contesto a su madre mientras la observaba marchar. Seguramente el mago habría notado que su madre aclaraba lo de acabar con aquel asunto, su madre la conocía bien por lo que supo que tendría que aclarar como acabar con aquello.

 

-Ya estas contento....-dijo acercandose de nuevo a Drake y empujandole con una mano para que la parte de detras de las rodillas se chocara con la silla y le obligara a sentarse.

[Lyra Katara Selwyn]

Cindy, empleada.

Había pasado mucho tiempo desde que tuviera el día libre para salir con su hijo, el cuál ahora debería estar en el Colegio de Magia, Hogwarts. Aunque ella pensó en otras opciones, se descubrió que Billy tenía acceso a esta, sin negociaciones ni nada que se lo impidiera.

 

Movió la cabeza negativamente, mientras pensaba en él. Lo extrañaba, debía reconocerlo, pero ahora estaba creciendo y cuando los hijos crecen, als cosas cambian. Eso sucedía hasta en las familias muggles.

 

Caminaba de nuevo por el pasillo de piedra de la zona de animales. Los elfos les daban de comer, agua siempre tenían gracias al río artificial que se había puesto en local. Los peces los habían puesto en pecesras, se comprobó durante la remodelación que no era conveniente ponerlos en el río artificial o en la fuente al final del camino, ya que podían hasta comerse entre ellos.

 

Se sentó tranquilamente a leer en una de las bancas mientras dejaba que los elfos hicieran su trabajo, le gustaba estar en esa zona, aunque no descuidaba el área de las plantas, aunque estas, no hacian tantas fiestas como los animales al ver a uno.

[Kutsy Stroud Lenteric]

http://i1171.photobucket.com/albums/r552/morita32/Drake_1.jpg

 

 

Aquel hombre de mirada azulada ya no sabía si callar o sencillamente desaparecer tal cual la matriarca se lo había pedido, pero lo que era un hecho casi irrefutable era que su cercanía a las Selwyn había quedado por tierra, algo que el vampiro no se perdonaría tan sencillo, mas reconocía que la invitación de la dueña a otro de sus locales quizá le confería la posibilidad de tal vez comenzar de una manera diferente, si es que existía dicha posibilidad.

 

Escuchó con atención las palabras de Eliah una mujer que había resultado ser más de cuidado de lo que suponía, estaba en completa rendición en ese punto y quizá si decía o hacía cualquier otra cosa le costaría la vida y eso Isabella jamás se lo perdonaría, ya tenía bastante con que tuviera que borrar sus memorias para mantenerle a salvo, no eso no se merecía ella así que sencillamente dejo que sus piernas cedieran ante el empujon de la castaña –realmente señorita no –declaró ya con un dejo de enfado que no quería demostrarle a ella.

 

Miró al rostro a la joven para detenerse por un segundo en su semblante y preguntarse ¿cómo era que ostentará un poder tan grande sin que este se le saliera de control? Había muchas preguntas que el Viatore se hacía, pero que sencillamente no podría responder porque entonces quizá tendría que revelarle a la otra Selwyn que era su medio hermano y eso era algo que sencillamente se rehusaría a hacer tanto como le viniera en gana, esa chica de cabello negro no merecía jamás saber sobre de su pasado aun cuando su vida dependiera de ello.

 

–Supongo que sólo me queda marcharme –replicó dejando que el cansancio que llevaba consigo se reflejara finalmente en sus rasgos, al tiempo que colocaba sus codos sobre sus piernas –estoy a su disposición como así lo desee –fue lo último que dijo antes de que casi estuviera por sacar un cigarrillo, como necesitaba un poco de alquitrán en su sistema.

 

@@Eliah Ryddleturn

[Eliah Ryddleturn]

Necesitaba tranquilizarse no había sido la primera vez que su poder se hacia ver en el mundo mágico y aunque mas o menos lo controlaba, no debía de seguir en ese estado de alteración por lo que mejor en ese momento es que tomara las riendas de ese asunto y se relajara. Le había preguntando algo y el hombre parecía pensárselo muy bien antes de meter la pata. Ella solo intentaba relajarse pues si sus ojos se volvían amarillos sería lo peor que podía pasar a la mortífaga en ese momento, esos ojos solo se veía en ciertas ocasiones y con cierta gente.

 

Fue entonces cuando volvió a escuchar la voz del mago intentando relajar las cosas. En verdad había llegado con una mal actitud y quizás se había dado cuenta en cuanto llegó la matriarca de los Selwyn su metedura de pata. La varita de la joven aún seguía en sus manos, agarrada con suma firmeza preparada por si el mago hacia un gesto que a ella la diera la sensación de peligro. Cuando le volvió a observar este parecía cansando y agotado quizás por la situación y según mostraban sus palabras era el momento que él se marcharía.

 

Abrió la puerta de la sala dejando ver el resto de la tienda mientras indicaba con la varita la dirección de la puerta. Ya sabía donde estaba la salida de la tienda por lo que tenía constancia de lo que Drake tenía que hacer en ese momento. Y las palabras que la había dedicado la daba sensación de que le volvería a ver, cosa que a ella no la gustaba nada. Solo pensaba que se acercara a su familia la cabreaba aún mas pero debía dejar de lado esas ideas y relajarse. Lo único que en verdad la molestaba esque había venido a pedir consejo sobre un caballo a su madre y ahora mismo no podría saber que raza de ese animal la gustaría más.

 

-si creo que debería marcharse...-comentó con voz fría pero mas tranquila. Aunque ahora mismo recordaba las palabras del inquisidor: "su familia y usted no pueden correr ningún peligro". Esa frase era la que mas curiosidad la daba, tendría que investigar sobre los inquisidores y saber que eran y que pretendían. Y dependiendo de lo que encontrara volvería a contactar con él para saber que era lo que quería conseguir.

[Lyra Katara Selwyn]

Cindy, empleada.

Se encontraba en su departamento, en el piso superior del local, prácticamente todo era suyo y de Billy. Últimamente todo estaba demasiado tranquilo, pero le agradaba. Más que había puesto en práctica sus conocimientos y conseguido uno de esos aparatos que los muggles llamaban televisión, haciendo que funcionara sin necesidad de electricidad.

 

Ahi podía ver sus películas, aunque todavía no se atrevía a contratar uno de esos servicios de paga como le llamaban, demasiados trámites y ella no podía dar a conocer la dirección del local. Por el momento estaba sastifecha con ese pequeño triunfo, la radio no siempre era suficiente para ella.

 

-Quizás debería conseguirme un casa fuera del callejón o un departamento.- Pensó.

 

Seia bueno que Billy conociera también esas costumbres, al fin y al cabos ellos no pertenecían a una de esas familias antigüas que vivan en mansiones o castillos, pero hizo un movimiento negativo con la cabeza.

 

-Todavía no.el momento.- Murmuró.

 

Simplemente, no podía en ese instante. Ahi en el local prácticamente todo su sueldo se le quedaba a ella y a su hijo, sin pagar renta, a lo mejor algunos gastos aparte, pero ahorraba mucho de esa forma. Era mejor esperar un tiempo.

[Aaron Black Yaxley]

Aaron Augustine Black Ryddleturn

 

@ (Flashback: Abu-Nieto // apariencia de referencia en el nombre)


Cabello lacio, fino, castaño claro con una partidura singular, elegante y tierna para la edad. Tenía seis o siete años, no sabía de máscaras ni clases sociales, no entendía la política ni mucho menos afanaba en la idea de tatuarme una calavera con una serpiente saliendo de la boca, de hecho no tenía como saber esas cosas. La mirada gris no era gélida, no había presenciado muerte alguna ni rayos verdosos, con suerte habían visto la varita que había robado de casa. Las facciones inocentes me dejaban a la deriva de un mundo desconocido.

La maderosa y larguirucha arma mágica era casi del largo de la manga del traje que llevaba. Así era antes, a los niños nos vestían con elegancia, sobre todo aquellos que pertenecíamos a la alcurnia mágica. Mi hermana mayor se había perdido en una tienda de chicas, Evarela era mucho mayor que yo y a pesar de intentar seguirla, Enrick, mi padre adoptivo me había bloqueado el camino. La bruja no era hija del (entonces) Ryddleturn, pero mi infancia con la Black había sido tan unida que prácticamente quería cuidarme de aquél vampiro, o al menos eso decía ella. Yo creía que solo lo hacía para desligarse de las tareas que le daba la academia.

El mago a quién llamaba padre tomó de mi mano y caminamos un par de locales más abajo. El gentío era abrumador, para mí todos eran gigantes de terno y corbata civilizados. Aproveché la instancia para soltarme del mago y cruzar el umbral en un llamativo local; tenían animales ¿A que niño no le gusta ver animales?.

-Joven Black, por suerte y su hermana me mandó a cuidar de usted...- Nius, un elfo solitario del castillo apareció a mi lado.

-Puedo cuidarme solo, Nius. ¡Ya tengo siete!...- malhumoré a la criatura quién ahogó una sonrisa (la historia del elfo está en desarrollo; no he de llevarme muy bien con él de grande)- ¡¿Viste ese animal?!...¡woww!... ven acá elfo- ordené a Nius tomándole de su larga y extraña oreja para que se pegara al vidrio conmigo- acá trabaja mi abuela... ayúdame a buscarle- pedí al pequeño ser (de hecho medíamos casi lo mismo) cuando reflejé mi rostro en sus grandes y redondos ojos.

[Lyra Katara Selwyn]

Flashblack con Aaron

 

-No tienes que buscarme mucho, nieto lindo. A menos que quieras jugar a las escondidas, claro esta.- Bromeé con mi ento, mientras miraba al elfo que lo acompañaba.-Gracias por acompañarlo, Nius. Si quieres tomar algo, alguno Venkman, Twitchy y Siyana te lo darán en el departamento de arriba., si Aaron lo autoriza.

 

El negocio tenía un departamento que ocupaba una prácticamente todo el piso. Todavía no encontraba a alguien que le ayudará con el negocio y que al mismo tiempo quisiera vivir ahi. Tenía la desventaja de no tener electricidad, además de toda la magia que había en el callejón, no podían mandar las cuentas al mismo que era un sitio desconocido para los muggles.

 

-¿Te vas a llevar alguna mascota esta vez? Algunos están esperando ser adoptados desde hace mucho.- Comenté.

 

Esperaba que esta vez si se llevara algún animalito. La mayoría se vendía demasiado rápido, esperando que les tocara un buen hogar y no algún mago cruel que hiciera experimentos con ellos. Muchos de ellos habían quedado en manos de mis nietos. Era un tiempo diferente, un tiempo en que la Ryddleturn era todo para mi y no podía imaginar que no era más que un engaño bien planeado de mi padre para cmplir con una misión importnate del infierno y que como todo sueño, este terminaría.

 

-Tendría que ser un tigre o una pantera. Un gato no, los maltratas mucho.- Comenté, mientras recordaba la última vez que me había atrapado como minina, aprendiendo a alejarme de el en mi forma animaga.-¿Un lobo? Si le dices a tu padre que te lo regale, no creo que se enoje.