El Parque de las Lamentaciones y Circ dels Joglars (MM B: 102350)

[Fokker]

No necesito escuchar más, entendió el mensaje y supuso que la joven también pertenecía a su grupo, o en todo caso simpatizaba con sus ideales. Aunque él no es el tipo de mortifago común, con decir que aun estaba obsesionado con una fenixiana, y peor aún, defendía las costumbres muggles y no se molestaba en disimularlo. En pocas palabras Fokker era el demonio que creció como un humano, hizo de sus costumbres las suyas, mantenía simpatía por todo lo que conoció durante su juventud antes de ir a Hogwarts, y por su puesto nunca se tomó la molestia de encajar con los magos, a pesar de ser un mago de sangre pura.

 

Su rostro mostró tranquilidad y bajo la varita, sin guardarla para seguir controlando al pequeño animal, se vio tentado de cumplir con el pedido de Maida, pero tampoco era así, no disfrutaba matar por diversión, aunque lo hubiera hecho en el pasado, no en esta vida, sino en una de sus tantas reencarnaciones pasadas, así que solo se agacho, quedando bajo el nivel de la chica y dejo que el animal se perdiera entre los matorrales.

 

Se quedo en esa posición quedando bajo el nivel de la joven —ahora se lo que sientes— bromeó para aliviar tensiones, y entrar en ese rango de cordialidad entre compas de bando. El cambio de peinado le quedaba bien, y el viento ayudo a darle un poco mas de presencia.

 

La tarde empezaba a fenecer (no recuerdo si roleamos si era mañana o tarde o noche, así que diré q es tarde xD) y el sol dejaba ver sus últimos rayos antes de ocultarse definitivamente, dando paso a la noche, algo que le agradaba al Crowley. Se puso finalmente en pie, miro en dirección al sol dándole la espalda.

 

—Dame un segundo...— exclamó antes de seguir y con un movimiento de varita hizo que su inseparable compañera apareciera a su lado, una moto color oscura con lineas rojas hizo aparición a su lado, la había dejado estacionada un poco lejos de donde estaban ambos. La estacionó a un lado y se sentó sobre ella, sacando una cajetilla de cigarrillos de su bolsillo y encendió uno, a la vez que le ofrecía uno a la joven, dio una buena pitada. Si hasta hace un minuto parecía un chico despistado ahora se le notaba más serio y parco, pero solo en apariencia.

 

—¿En que estábamos?— preguntó de repente completamente distraído, y no es que tuviera dos personalidades distintas, solo que era así, —no es que lo haya olvidado, solo que, digamos no se que mas decir jajaja—

 

Y no mentía, realmente no era bueno con las relaciones sociales, siempre se preguntó como es que era tan popular en el colegio y ahora le costaba entablar una simple conversación, Helen se burlaría de él si es que lo viera con esa actitud.

 

—Por cierto Maida, que haces por la vida??

 

Decidió que conocer un poco más de ella era una forma de continuar la conversación.

 

 

@

[Maida Black Yaxley]

Le dio el segundo, le dio el minuto. Pero puso rostro serio cuando una cosa rara y con ruedas apareció a su lado. Las había visto en algunos libros, pero no tenía idea de qué era. Lo más cercano que tenía ella en mente para vehículos muggles, eran los botes y los trenes. Nada más. ¡Y encima de todo encendió un cigarrillo! Negó con la cabeza al mismo tiempo que le quitaba con delicadeza el cigarrillo y lo desaparecía.

 

— Eso me hace huir muchísimo más que alguna maldición —dijo, sin darse cuenta de lo impertinente que podía ser, pero es que ese terrible hábito no lo podía tolerar, se sacudió las manos y apuntó con sus dedos a la motocicleta—, ¿Qué es eso? O sea, ¿para qué sirve?

 

No había pasado por alto su broma con respecto a la altura, pero ya estaba habituada, su metro y pocos centímetros más no intimidaban a nadie. Mucho menos a alguien que casi tenía dos metros.

 

— Me temo que te has topado con la horma de tu zapato, yo tampoco soy muy buena en primeras conversaciones —se río de buena gana y apareció dos bebidas gaseosas, le ofreció una— fumar no es bueno, mucho menos en compañía de alguien de quien no sabes si tiene alergias o no a la nicotina —bebió un poco de la bebida y lo miró a los ojos—, no sé que puedo contarte que no comprometa mi privacidad y que no hayas deducido ya. Aunque, quizá te guste saber que no soy una completa vaga y que ostento un puesto en el Ministerio de Magia.

 

Luego de eso, no pudo evitar hacer un mohín de fastidio, tenía una pila de papeleo acumulado en la oficina, que no pisaba en por lo menos dos días. Seguramente Orión o la misma Mery estaría por enviarle algún tipo de vociferador. Despejó la mente con otro sorbo de la bebida y dejó que el cosquilleo de la misma, la relajara.

 

— En el Departamento de Cooperación Mágica Internacional —especificó y finalmente volvió a señalar el aparato en el que estaba apoyado el muchacho—, ¿me vas a explicar que cosa es eso?

[Fokker]

Pudo ver la sorpresa dibujada en el rostro de Maida, y no de curiosidad, presentía que estuvo cerca de sacar su varita y atacar al "animal" mecánico que se detenía apaciblemente a su lado. Entendió que nuevamente que tendría que dar una larga explicación, solo que no pudo hacerlo debido a la aproximación de la joven, que de manera ágil le quito el cigarrillo de la boca. Los ojos de él se quedaron abiertos amanera de sorpresa, antes de cambiar a uno de resignación, mientras expelía el humo, y luego sonreír.

 

—Te viste graciosa Maida, ¿puedo llamarte así?— soltando una corta carcajada, en tanto rememoraba la escena en su mente, y cada vez que lo hacia mas divertida le parecía —supongo que debí preguntar antes.

 

Observó como la bruja invocaba un par de gaseosas, e invitarle una, agradeció el gesto, porque siempre le gustaron esas bebidas, y la destapo rápidamente tomando un gran sorbo para refrescar su garganta —Gracias, necesitaba una de estas— Pasó la mano izquierda por su cabellera, y camino un par de pasos delante de la moto, para sentarse en ella viéndola de frente, se saltó la pregunta de la moto, y solo la miró escuchándola responder su pregunta sobre su vida.

 

—¿El ministerio eh?— hizo la pregunta en retrospectiva, recordando que tenia una amiga trabajando en Cooperación Mágica, o bueno trabajaba, porque hace mucho no sabia de ella, respiro hondo, exhalando el aire hacia arriba, elevando alguno de sus cabellos —¿como andan las cosas por ahí? sigue tan concurrido de gente —

 

Inquirió rememorando la ocasión en la que pasó para solicitar unos tramites debido a su nacionalidad peruana —las veces que fui al departamento, termine perdido entre la multitud— declaró haciendo una mueca divertida.

 

—Por cierto, la idea era entrar en ciertos detalles privados, para conocernos más— hizo el comentario mentalmente hablado (?, y de nuevo lo que debió quedarse en sus pensamientos no se quedo. —no me hagas caso— añadió rápidamente, y tomar otro sorbo de la botella que sostenía y para cambiar de tema, volvió al tema de la moto.

 

—Esto es una moto, un transporte muy rápido para llegar a donde quieras, tan veloz como una saeta de fuego— explicó tomando uno de los manubrios para encenderla y hacerla rugir como un animal listo para atacar —¿No deseas dar una vuelta?, si volaste en escoba esto te parecerá igual o quizás mejor.

 

Claro que no iba a aceptar un no por respuesta.

 

 

 

@

[Helike R V PB]

Eyra Weasley. En el Parque de las Lamentaciones.

 

Los pies cansados de la bruja la llevaron directamente, a un lugar bastante particular. No recordaba haberlo visitado anteriormente, sí lo había hecho en el confesionario, en dónde se había encontrado con una amiga de sus nietas. Entendió que eran primas. La señora Weasley, apoyada con su cayado de madera, se iba desplazando con lentitud, hasta que se encontró con un enrejado bastante particular. Tenía la forma de dragón en la entrada y eso hizo que lanzara una risilla.

 

Vestida con una ropa más oscura de lo habitual, colocó su capa y su plumón de forma que, el viento que parecía levantarse en esos momentos, no la hiciera tiritar al entrar en ese lugar, que parecía mágico para ella. No sabía si tendría permiso, pero buscando su varita de serbal, con un toque, abrió la puerta de hierro con tal de que pasara una persona. Con sus ojos grises miró todo con mucha curiosidad. Pudo intuír que el lugar estaba repleto de animales algo que a ella le encantaba.

 

Agarrando con fuerza la vara se desplazó con cuidado, se escuchaba el pequeño ruido que hacía la capa gris al contacto con las hojas caídas cerca del camino. Miró sus pies y éstos estaban enfundadados en unas botas de lana. El frío había arreciado con fuerza y la anciana no estaba para coger una pulmonía. Comprobó su túnica de color azul oscuro y estaba en perfecto estado. Se adentró en el lugar para investigarlo y esperaba no perturbar a los dueñ@s en esas horas impestivas.

 

A lo lejos, podía escucharse cierto jolgorio. Levantó la vista y vio como algo sobresalía de ellos. Era el techo de un circo en forma puntiaguda y de color rojo. Seguro que daban un buen espectáculo, pero ella necesitaba paz y tranquilidad en esos momentos. Algo de lo que estaba segura, ese lugar le proporcionaría, y si alguien venía dispuesta a darle un poco de charla a la anciana Weasley, ella estaría agradecida por contarle sus "batallitas" de juventud.

[Sagitas E. Potter Blue]

Todo sucedió demasiado rápido. Yo me preocupaba del número con los dragones. No es que fuera el más peligroso, si contamos que tenemos un basilisco que mata con más rapidez con su mirada, pero juguetear con ellos era poco apropiado. El Circo es el Circo, por supuesto, pero a veces era mejor no tentar la suerte, algo que hacíamos en cada número, cada noche, cada vez que sacábamos los animales de los rediles.

 

Pero el espectácul0 debe continuar, así que sonreí, de esa sonrisa de oreja a oreja, falsa, que he aprendido a sacar para lucirla ante el público ansioso de aventuras, seguros en sus sillones y palcos, a los que no les importa el peligro que podamos tener los que estamos en la arena, "jugueteando" con las criaturas mágicas. Sonreí porque habían pagado por eso, para ver un accidente, para que les arracáramos un "aaaaah" de miedo ante nuestra temeridad y después un "ooooh" de alivio porque todo saliera bien mezclado con un poco de insatisfacción porque no ocurriera nada.

 

Sonreí.

 

Al menos hasta que un par de enanos corrieron hacia mí, ensalzando sus incomprensibles palabras con gestos de pánico. Me quedé fría. Las trompetas anunciaban que la función continuaba y se iba a abrir el telón ya. Chasqueé los dedos y señalé a una chiquita con un vestido de payasita muy mono y le señalé el escenario. Yo corrí hacia los enanos y les agarré, alejándolos de la zona principal y llevándolos casi a rastras hacia la pista lateral, vacía, donde nadie nos oiría hablar del tema.

 

-- ¿Qué ha pasado qué?

 

No entendía lo que decían de hielo en el suelo y de un dragón pero su tono de voz era tan alarmista que consiguieron pegarme el miedo. Seguía sin entenderles así que les obligué a sentarse en el suelo de arena y respiramos los tres despacio, a la vez, de forma pausada, para calmarnos.

 

-- Ahora.... Que ya estamos más calmados... ¿Qué ha pasado con un dragón?

 

-- Hay una muralla de cemento en el redil del dragón.

 

-- ¿De cuál? -- pregunté, como si la pregunta más exacta no hubiera sido "¿Cómo que hay una muralla de cemento dentro del redil?"

 

-- Hay hielo en el suelo, como si se hubiera congelado el mismo demonio. Hay manchas de fuego en el techo de la jaula.

 

Es decir, que no me contestaron, así que repetí mi pregunta:

 

-- ¿De cuál? -- mi voz era imperativa. Teníamos muchas clases de dragones. Ni caso.

 

-- Había un eslabón retorcido de una cadena. El dragón se resistió.

 

Grité y me puse de pie de un salto.

 

-- ¿Qué dragón han robado?

 

Los dos enanos se quedaron paralizados un momento, asustados, y después gritaron a la vez:

 

-- ¡Chicharro! ¡Se han llevado a Chicharro!

 

¡¡Merde!!, pensé. No le pusimos el nombre por un grillo molesto con su trino en las tardes estivales. No. Se lo pusimos como diminutivo de "Achicharrador" porque mientras conseguimos domesticarlo "algo" dejó achicharrados a muchas aves de corral que teníamos para su comida y a muchísimos árboles del contorno del Circo. Cerré los ojos. Aquello iba a ser terrible para el Circo. Me puse las manos en la frente mientras jadeaba un poco, volvía a estressarme y ahora que empezaba a entender lo que había sucedido, me sentía como si me hubieran pegado una paliza.

 

-- El Muro desapareció y se convirtió en una superserpiente gigantesca.

 

-- Después desapareció.

 

-- Los chicos Noah y Cindy estaban allá. ¡Ellos lo robaron!

 

Me apreté ahora las sienes. ¿Ellos? Imposible. Noah era un compañero de bando y Cindy.... ¿Un muro en medio de la nada...? Sí, sabía qué hechizo hacía eso... ¿Por qué no lo recordaba? Empezaba a dolerme la cabeza. Sabía de un hechizo de ese tipo y, sin embargo, no lo recordaba...

 

-- Atacaron a alguien...

 

Imposible. Noah Lockhart no haría eso. Cindy tampoco, era una chica deliciosa.

 

-- ¿Y dónde están ahora?

 

Los elfos se encogieron de hombros. A lo lejos, las trompetillas y tambores anunciaban que lo que fuera que estaban haciendo en la pisata, había acabado y los aplausos que había gustado al público.

 

-- ¿Quieres decir que ellos dos se unieron para atacar a alguien, robar el dragón y desaparecer?

 

Imposible. Imposi... ble... Hum... ¿Sería eso posible? ¡Noah cometiendo un acto ilegal! Negué con la cabeza y me mordí los labios. El dolor de cabeza crecía. Eso sólo me sucedía cuando recordaba aquel pasado que odiaba y que no quería recordar... Ese maldito hechizo... Me giré a los enanos.

 

-- Buscar a esos dos. Decirles que quiero verlos. Ser amables. No los asustéis. Estoy segura de que... -- ¿Lo estaba?-- todo tiene una explicación lógica y pausible.

 

Los dos enanos salieron corriendo a cumplir mis órdenes. Ese muro... El maldito dolor de cabeza crecía... Harpo apareció corriendo y me dio la mano. No sé cómo este maldito elfo sabe que tengo problemas y le necesito. Me obligó a sentarme en la arena de la pista lateral, de nuevo, mientras me apretaba la cabeza.

 

-- Harpo -- dije, entre susurros. La jaqueca era espantosa. -- Hacer una batida por el Parque de las Lamentaciones, a ver si encontrais al dragón perdido, antes que... Antes de denunciar su desaparición.

 

Me tumbé en el suelo y apreté los ojos. Aquel maldito muro... Aquel hechizo que me abría el baúl de los recuerdos que siempre permanecía cerrados... No podía abrirlo. Nunca podía abrirlo sin morirme de dolor en el intento. Maldito hechizo del Muro... ¿Qué significaría?

......

 

Una brigada de elfos recorría el Paque cuando encontró a una mujer en un banco sentada. Se dio cuenta que era mayor y que llevaba un cayado en el que apoyarse.

 

-- Señora... ¿Está bien? Es algo tarde para estar de noche en esta zona tan húmeda -- el elfo preocupándose por las articulaciones de la mujer, qué amable... -- Por cierto, ¿ha visto algún dragón mientras estaba aquí sentada?

 

 

 

 

 

 

 

OFF.-

 

@@Shena Cindy de Ryvak M. y @@Noah Lockhart , ¿queréis seguir el rol o ya no seguís? Sé que me he perdido, mea culpa, así que ya me diréis si lo seguís o no.

 

@Orión Yaxley y @@Candela Triviani : no sé si habéis seguido el rol por algún otro topic. No sé si queréis pedirme un rescate o si os sirve para un rol particular o si lo habéis dejado pasar... Yo había pensado denunciar su desaparición pero no quiero romperos nada si lo habéis llevado por otros derroteros. Ya me diréis.

 

Pero no le hagáis daño a mi "Chicharro", que es mi dragón preferido; bueno, lo es "Briboncete", el bebé, pero éste es mi segundo dragón preferido.

 

 

@Maida I. Yaxley y @@Fokker : no os ignoré, es que no estaba segura de si queríais interrupciones. Ya me diréis si os dejamos tranquilos u os incluimos en el rol común. Gracias por pasaros.

[Helike R V PB]

Eyra Weasley. En el Parque de las Lamentaciones.

 

Apoyó la cabeza en su cayado. La verdad es que hacía bastante humedad. No lo había notado al entrar pero intuía que debía de haber un lago cerca que lo provocaba. O quizás era la época del año en que todo se hacía más intenso, en cuánto se acercaba el fin del año. Suspiró y notó como el baho salía por su boca, ajustó más su capa. Puede que no fuese tan buena idea lo de ir hasta ese parque a esas horas, pero necesitaba tranquilidad y descanso. Además que, no quería ir hasta Confesionario ya que, sabía que no estaba la dueña.

 

Cogió el morral de cuero y sacó una pequeña petaca de plata. Era uno de sus pequeños vicios no confesables. No era dada al alcohol ni mucho menos pero cuando el frío arreciaba siempre le gustaba dar unos sorbitos al vino de saúco, que era lo que contenía ese objeto de plata. Dio un par de sorbos y eso pareció calmar sus nervios. Lo cerró y lo guardó. Pero presintió algo raro...

 

Un elfo se apareció en el lugar y la señora Weasley casi se cae del susto...

 

- Hola bien querido elfo -le dijo con una amable sonrisa pero más le sorprendió su amabilidad- sí, estoy bien querido, además tengo una capa -señaló su plumón- a prueba de frío. Descuide señor pequeño -seguro que no le haría gracia ese mote- vine aquí para despejar mi mente y mis sentidos y...

 

Se calló de repente porque lo que había notado, al final, se lo confirmó el elfo...

 

- Vaya, ya me parecía raro... ¿Dragón? Y, ¿Cómo era? -preguntó con curiosidad- He conocido a muchos dragones. Bolas de fuego Chino, Galés Verde Común. Colacuerno Húngaro... esos son los peores. ¿Su ama, cuál posee? Hace falta buena destreza en la magia y muchos hombres para dominar a esa bestia, lo sé, lo he visto con mi nieta Annabelle -ya se estaba enrollando y seguro que el sirviente se largaría cansado de su perorata - disculpe... pero si quiere, puedo ayudarlo con esa tarea. Que parezca que sea vieja, no quiere decir que sea una inútil en eso de la magia -le dijo con cierto toque risueño y misterioso.

Editado 21 de Noviembre del 2017 por Helike Rambaldi Vladimir

[Anthony R. Dracony M.]

Aplaudo con más energía cuando anuncian el número artístico de dragones...¡Si! ¡Me encantan los Dragones!

El número fue estupendo! pero me dejo con muchas ganas de más, a lo que recorde que mi tía Sagitas me había prometido que uno de estos días me permitiría montar uno...

 

* "Recordaba bien esos días en que me lo prometió.....muy tristes que yo estaba desconsolado pensando en mi mala suerte de no saber nada sobre mis padres sanguíneos.....pero no iba a hacer drama de nuevo..." *

 

 

La función termino...¿Dónde fue Alukar?...Randal atendia a unos chicos que admiraban su vestuario, Noah no estaba tampoco y ...¿Shena Cindy? Oh, por Merlín! seguro estaba por ahí tramando alguna broma...

 

Camine rumbo a la salida, debía ir a buscarlos ¿pero a dónde? pasee la mirada por el público que comenzaba a dispersarse, entonces vi a ese joven de nueva cuenta...con el que estuve en Diagón corriendo en motocicleta.

 

--¡Hola! ¿vienes a la función? tendrás que esperar a mañana, esa fue la última pero podemos ir a los rendiles y admirar los aniales que usan en la función ¿te animas?

 

 

@

[Maida Black Yaxley]

— ¿Me vi graciosa? —repreguntó entrecerrando los ojos— si, Maida esta bien, al menos de momento. Ningún me vi graciosa, que no tienes idea de con quién hablas.

 

Trató de tirar los hombros hacia atrás y parecer un tanto más fiera, pero la verdad es que esa era una batalla perdida. La diminuta y frágil bruja no representaba en sí misma ningún tipo de formato de valentía y bravura. No, de hecho, era justamente su físico lo que la hacían pasar desapercibida en el mundo mágico y ella se había acostumbrado a aquello. Le vio tomar la bebida que había aparecido y dudó en tomar la suya, sobretodo porque el temita del Ministerio y la verdadera naturaleza de aquella cosa en la que estaba montado le llamó poderosamente la atención.

 

Maida solía ser cauta, y eso podía verse a simple vista en su biografía. Siempre pegada a las leyes, a los normas escolares, a las parentales, en el Ministerio, en la Marca Tenebrosa, en la familia Yaxley. Semejante actitud la tenían siempre al borde de la curiosidad. Esos eran los límites de la ojiazul, el miedo y la curiosidad. El confort de lo conocido, pero el anhelo de lo desconocido. Repelía a los muggles, no porque hubiera tenido una mala experiencia con ellos, sino por los casi cuentos de horror que había escuchado a lo largo de toda su infancia en Drumstang. Y por eso defendía la supremacía de la sangre mágica. Por otro lado, ella era una novata en cosas de mundo, inclusive.

 

Él hablaba de Saetas de Fuego, y ella no había vuelto a subirse en una escoba desde su examen de vuelo. Test en el que salvó la nota con muy poca ventaja.

 

— Una moto ¿eh? Si, verás, creo que tomaré tu palabra en cuanto al tema de velocidad —sugirió con una risilla nerviosa—, la verdad es que no creo que mi atuendo sea el indicado para andar a lomos de un foto, perdón, digo, moto, y además, el día está tan lindo, que andar a velocidad no parece una buena idea.

 

Ahora sí que decidió beber la gaseosa en cuestión de segundos. El chico parecía estar dispuesto a ser su amigo, pero llenarla de terror en la primera conversación no era una idea muy brillante. Eso sí, algo que Maida no podía adivinar es que el destino sí quería que se subiera a esa cosa. Pronto un ruido extraño salió de unos arbustos cercano y los ojos de la chica casi se desorbitan.

 

— ¿Una escoba por casualidad? —pidió girando a ver al antiguo mortífago quien al parecer, decidió que era una excelente oportunidad para mostrar su sonrisa burlona— Nop, no hay poder en el mundo que me haga subir a eso, así que tiene que haber otra forma.

 

@Fokker

 

 

Off: Sagitas y co. al final hemos decidido continuar a nuestro ritmo! Pero gracias por la invitación <3

[Fokker]

—No te molestes, no dije que te veías graciosa como burla— se apresuró a replicar el chico —solo que... uhm nose, te veías algo tierna y eso fue algo gracioso... mejor no me hagas caso

 

El chico no era el campeón de la sutileza, y eso se demostraba con cada palabra y acción hecho hasta ese momento, por muy demonio que es, con su pasado siniestro, se estaba comportando como el niño que deseaba salirse con la suya, y a pesar de que la joven se comportaba de manera muy cauta, con respecto a él, y claramente lo expresaba claro que el no se daba cuenta, como siempre.

 

Defendió su punto respecto al artefacto que ahora tenia encendido, y rugía levemente, notando el nerviosismo o ansiedad de ella al tomarse el contenido de la botella rápidamente.

 

—En todo caso es más segura que una escoba, porque por lo menos no caerás de 20 metros de alto— aclaro y siguió tomando su bebida tranquilamente,

 

Ella volteo ante un ruido y el aprovecho la oportunidad para tomarla de la muñeca, fue fácil y de pronto la tenia sentada delante de él, y simplemente acelero levemente,

 

—Vayámonos de aquí, puede que sea la pandilla rival o quizás un ratón más grande— Tampoco sabia elaborar excusas, y menos para lo que parecía un secuestro express, pero que mas daba, ya estaba en problemas y siempre que no terminara con una avada kedavra todo estaría bien.

 

Aceleró un poco más, no iba a buscar alcanzar la velocidad de la saeta de fuego en ese momento, aunque intuía que así fuera a la velocidad de un caracol seguiría siendo rápida para la joven, así que la sostuvo lo mas firme que puedo sin hacerle daño, sabiendo que si la soltaba podría lastimarse más.

 

—Tranquila que no voy tan rápido, aunque si lo deseas puedo hacerlo— claro que esperaba una negativa a eso último, la túnica que Maida vestía ondulaba un poco al aumentar la velocidad, casi al ritmo del motor tomando mas velocidad.

 

@

[Beryl Serenity Hawthorne]

ENAMORADA DE MI PADRINO

 

Con @@Albus Severus Black

 

Había logrado entrar a la orden y al fin iba corregir todo lo que ahora estaba en el pasado, mi vida irá por el buen camino siendo reformada por buenas personas y sobre todo, al fin mi conciencia estaría tranquila.

 

Todos me habían recibido con los brazos abiertos en la madriguera, se organizaron para realizar una fiesta de bienvenida y mi nueva líder me enseñaría todo lo referente para ser un buen miembro de la orden, todo iba perfecto y realmente me sentía como en casa, me sentía realmente feliz hasta que lo volví a ver.

 

 

 

Ahí se encontraba frente a mí, el hombre que un día fue mi amigo y le rompí el corazón en mil pedazos, todo por mi familia y las ideologías que seguía, me sentía realmente mal, quería pedirle perdón y volver a lo que éramos antes. La líder de los fénix me presento a cada uno de los miembros, entre ellos a Albus, la Delacour dijo que cada aspirante se le asigna un padrino y que él sería mi el mío.

 

No podía más con la culpa y la tristeza de recordar lo mal que hice pasar al Black, no merecía que estuviese a su lado de nuevo.

 

 

-Discúlpenme, no me siento nada bien, sigan con la fiesta, necesito respirar- dije desapareciendo de la madriguera con lágrimas en los ojos, apareciendo después en el parque de los lamentos.

 

 

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Me tiré al césped envuelta en llanto, no me había dado cuenta que todo lo que pasó había despertado en mi un amor hacia Albus Severus Black, realmente no merecía ser correspondida después de todo el daño que le había ocasionado. De repente mi sufrimiento fue interrumpido por un sonido de aparición, alguien estaba presente frente a mi observándome, subí la mirada y era él, Albus.

 

 

-Qué estás haciendo aquí?-le dije.