Mega Ayudas Sagitas (MM B: 89081)

[Sagitas E. Potter Blue]

Ithilion cayó en la trampa en cuanto vio al ratoncito-canario. Gritó de alegría y después correteó de puntillas, acercándose y alejándose del animalito extraño, con miedo a espantarlo y con ganas de cogerlo entre sus manos. Creo que Bichito pensaría que aquel niño era bien extraño mientras que yo no me paraba de reír por la extraña danza que bailaba en aquel momento el chiquitín de la familia.

 

-- Vamos, hombre, que no muerde -- le instaba a cogerlp, jugueteando con él para que se acercara. Acabó arrodillándose ante él y el ratón retrocedió un poco, aunque no se escondió, como hubiera ocurrido de no ser nosotros. No sé porqué los animales nos temen pero menos que a cualquier otro humano. Yo creo que somos especiales y que, a pesar del miedo que los humanos damos, con razón, a las criaturas, la familia Potter Black teníamos un aura determinado que ellos reconocían como menos malos.

 

Matt se acercó y puso la mano. El ratón-canario se subió enseguida.

 

-- ¿Ves? No muerde -- Me levanté y le di un codazo a Matt por quitarnos la diversión, aunque era en broma. -- ¿Te parece bien que le hagamos una casita donde dormir, Ithilion?

 

El niño dijo tantas veces "Sí" que hasta me mareó. Me senté al lado de la mesa, con una sonrisa de boca a boca.

 

-- Hale, Matt. Todo tuyo, a ver qué tal se te da ser un padrazo -- le dije, con segundas. -- No se vale usar la magia.

 

Fruncí el ceño...

 

-- Bueno, sólo un poco. Yo sin magia no sé si sabría desenvolverme en este mundo de locos.

[Matt Blackner]

A Ithilion, evidentemente, le entusiasmó la idea de ayudar a hacer una casita para Bichito. El niño corrió a sentarse en la mesa que tenía en la parte de atrás, cosa rara, ya qeu a menos que algo le interesara mucho, no hacía tanto caso. No me pasó para nada desapercibido aquel dardo de mi madre, lo qeu hizo que me sonrojara mientras desviaba la mirada hacia Ithilion y la mesa.

 

No tenía mucho problema en trabajar usando las manos en lugar de la varita, pero mi problema, si es que lo era, consistía en que Ithilion me ayudara...conseguiría entenderme con el niño?

- Bueno, podemos merendar mientras hacemos la nueva casita de Bichito, no It?

 

Me senté en un extremo de la mesita, dejando a Ithilion en el centro y a Sagitas frente a mi. Bichito caminó hacia la mesa desde mi mano, y ahora si, se acercó a Ithilion. Parecían hacerse amigos, cosa que encantaba al niño. Mordí una galleta con trocitos de chocolate, pensativo.

- Vamos a empezar por limpiar la caja. Le haremos un agujero en el extremo para que pueda entrar y salir. - comencé. - Luego, si usamos algodón y algo de tela, dejándoselo dentro, Bichito podrá hacerse una cama para dormir calentito.

 

Bichito observaba a Ithilion, a la espera de que le diera unas miguitas de sus galletas.

- Que te parece? Comenzamos a limpiar?

[Sagitas E. Potter Blue]

"Bichito" parecía feliz junto al niño, a saber porqué. Seguí su caminito desde la mano de Matt hacia donde estaba el mejor de mis hijos y les vi reirse el uno con el otro. Sí, lo sé, diréis que un ratón-canario no se ríe. Pero eso es porque no habéis visto a esa criatura mover el hocico y los bigotes cada vez que Ithilion se reía.

 

-- Ah,no... yo meriendo mientras vosotros trabajáis.

 

Le arranqué media galleta a Matt y le pegué un mordisco. Mientras él miraba la caja y hacía todo eso que decía, el ratoncillo saltó hacia mi lado y me robó, sí, así de directo, unas migajas gordas que habían caído sobre la mesa. Di un palmotazo en ella y el ratón y las migas, junto a la caja, se elevaron en el aire. La criatura saltó y cayó en la mesa con un ruido demasiado alto. Enarqué una ceja y esperé que se moviera. Ithilion fue más rápido que yo y le tocó con la punta del dedo un par de veces sin ningún resultado. ¡Dioses! No sabía que fuera tan delicado aquel animalejo...

 

-¡Sá morío! Mamá a matao al ratonsito, Maaat, Matt, dile que vuelva...

 

Torcí el morro ante tal acusación.

 

-- No se ha muerto, sólo se hace el dormido, como las zarigüeñas. Tú vete ayudando a tu hermano a hacer la casa y ya verás que, cuando la tengas acabada, el animalito ya ha revivido su apariencia. Te lo prometo...

 

Y si no era así, me buscaría otro ejemplar como ese para que mi niñito no sufriera.

[Matt Blackner]

Miré a mi madre con el ceño fruncido. Me había quitado media galleta, para decir qeu ella merendaría mientras nosotros nos entreteníamos en hacer la casita para Bichito. Me levanté para buscar algunas cosas que nos servirían, para limpiar y cortar, además de un pedazo de algodón con el cual el animalito podría hacerse su casa.

 

Si llegaba con vida, claro. Porque la pobre criatura, en un intento por alimentarse, había intentado robar algunas migajas a mi madre, llevándose lo que podría ser el mayor susto de la historia. Sagitas dio un manotazo en la mesa, y lo que consiguió fue hacer que el animalito saltara, junto con todo lo demás, por los aires. Asi, había quedado tumbado sobre la mesa...

 

Las palabras de mi hermano me hicieron reir, viendo como venía corriendo para acusarla y decir qeu se había muerto.

- Va, seguro que no... - pero si que lo parecía si...Fruncí el ceño, mmirando a Sagitas...no podía haber tenido algo más de cuidado? demonios...

 

- Mira, vamos a intentar algo... - ahora fui yo quien le robó a sagitas un trozo de la galleta y se lo enseñé a Ithilion. - Si está asustado, la forma de hacerle saber que todo está bien será con comida....asi, ves?

 

Sostuve el pedazo de galleta frente al animalito, moviéndolo un poco. No tardó demasiado en comenzar a mover el morro, hasta que abrió los ojos buscando la galleta. Sonreí ligeramente al oir la risa del niño y le di la galleta, mientras dejaba que Bichito se le subiera a la mano, para que pudiera dársela él.

- Vale, Ithilion, tu cuida a Bichito, ya le haré yo la casita...o mamá acabará por matarlo de verdad.

[Sagitas E. Potter Blue]

Intenté mantenerme impasible ante las muecas de Matt ante el robo de la galleta primero y después intentando explicar a Ithilion que el Bichito no estaba muerto.

 

-- Joleee, que no está muertooo... Díselo, Matt. Es que se hace el muerto, porque así piensa que lo dejaremos en paz. Es una táctica de supervivencia, hijo. A veces, en un ataque, cuando van a por ti, si te haces el muerto, pues te dejan en paz porque piensan que ya cumplieron su objetivo. No siempre funciona pero en el mundo animal sí. Casi ningún animal, si no es carroñero, no devora a otro muerto. Prefieren los vivos y...

 

Me di cuenta que no era el tema apropiado para un niño y me asusté yo misma de la clase que le estaba dando a mi hijo. A Ithilion, a quien en el futuro se convertiría en un aliado de un desconocido aún para mi llamado Nigromante. Tal vez no lo recordara nunca... Tal vez lo recordara para siempre... Menos mal que Matt intervino porque no sabía bien cómo reaccionar ahora mismo. Me robó un trozo de galleta y no dije nada. Después del puñetazo en la mesa, era mejor mantener las distancias con aquel ratón-canario. Ya lo sabía, en cuanto olisqueó la comida, reavivó. Solté un suspiro de alivio; aunque lo había dicho, no estaba segura de ser cierto que no estaba muerto. A veces, las cosas no son sencillas.

 

Pero funcionó.

 

-- ¿Ves? Como las zarihuellas.

 

Me recosté hacia atrás mientras contemplaba aquella imagen, Ithilion enseñando disciplina al ratón-canario y éste saltando sobre sus patitas para conseguir más comida, sintiéndose a salvo en su mano. Después miré a Matt.

 

-- ¿Harás la casa o le busco una camita del Kneazzle de Aryan? Etoy segura que está por algún sitio del almacén.

[Matt Blackner]

- Como cuando Fenrir caza conejos en el bosque! - exclamó Ithilion, la mar de tranquilo, mientras el canario intentaba robarle una galleta. Fue una respuesta a la explicación que Sagitas le estaba dando, acerca de animales carroñeros y métodos de defensa en la naturaleza, pero de pronto se había quedado callada.

 

Lo entendía. Ambos teníamos recuerdos demasiado duros y muy vívidos de lo qeu podría pasar en el futuro entre Ithilion y el Nigromante. Pero...yo aun albergaba la esperanza de revertir la situación. No, los peligros aun nos perseguían. Todavía nos amenazaban, pero al mismo tiempo, en mi corazón sentía que las cosas podían ir bien. Aquel gran bache que nos había empujado a la perdición lo habíamos superado: Helike estaba viva, descansando en casa, y nuestra hija crecía a salvo. Era una pequeña victoria.

 

- Tranquila, prepararé la casa. No es que sea complicado. - le dije, mientras acababa de limpiar la caja que íbamos a utilizar, y me levantaba para coger un pedazo de tela que había encontrado, y un poco de espuma, que a saber de donde eran.

 

Pero además, vi un pergamino. Sucio, con garabatos y dibujos que habría hecho yo mismo en algún momento de aburrimiento. Se me ocurrió una idea, y tomándolos también, me acerqué.

 

Era hora de que Sagitas viera que las habilidades de Ithilion no eran tan malas.

- Eh, It. Vamos a enseñarle a mamá lo qeu sabemos hacer. - le dije, indicándole de nuevo el taburete para que se acercase.

[Sagitas E. Potter Blue]

Me sorprendió que Ithilion hablará con tanta normalidad de lo que hacía Fenrir en el Bosque. Arrugué un poco el ceño, aunque sin dejar de sonreírle. Mis hijos son listos y saben cuando algo no me ha gustado.

 

-- ¡Anda, Ithilion...! ¿Tú has visto cazar conejos a Fenrir? ¿Y es divertido? -- Lo que en realidad quería preguntarle era : "¿Y tú qué demonios haces en el Bosque, con lo peligroso que es?" Lancé una mirada breve pero intensa a Matt.

 

Dejé pasar el momento porque el niño (el pequeño) estaba muy entusiasmado con la idea de construir la casita para el ratoncito pero lo sacaría en algún momento. Yo no soy de guardar cositas dentro.

 

-- ¿Vas a ayudar a Matt a construirla? ¡Qué bien? ¿Sin magia? -- Es decir, no contéis conmigo porque no sé hacer nada con las manos limpias sin la varita. -- ¿Qué es eso que llevas en la mano?

 

La curiosidad me pudo lo suficiente como para dejar la mano abierta con un trozo de galleta mordisqueada sin acabar en ella. El ratón se acercó a mí, me olisqueó y se atrevió a hacerme cosquillas en la punta de los dedos. Aguante la risa sólo para no dar motivo a otro enfado de mi chiquitín por volver a "matar" a su nueva mascota.

 

-- ¿Enseñarme qué? -- le pregunté a Matt, con voz algo más dura que antes. No me gustaba que Ithilion usara la magia siendo tan joven. Bueno, ni mayor, con lo que sabía que podía pasar. Aunque no podía quitarle la magia para siempre.

[Matt Blackner]

Sonreí ligeramente, nervioso. la mirada de Sagitas era muy clara, aunqeu no preguntara más: aquel inocente comentario del pequeño de la familia no le había gustado.

- Bueno - carraspeé. - Estábamos dando una vuelta por los límites del bosque cuando Fenrir atrapó al conejo entre los arbustos - comenté, quitándole algo de importancia.

 

Bichito al fin parecía atreverse a acercarse a Sagitas, mientras Ithilion se acercaba y tomaba el pedazo de trapo y el algodón, para hacer lo qeu le indicaba. Tomar un pedazo lo bastante grande como para que, al dejarlo en el interior de la caja, con la telita en su interior, el mismo ratón-canario podría hacer su propia cama, caliente y cómoda. Los cortes, claro, los haría yo...no iba a dejar qeu Ithilion manejara un cuchillo.

 

Alcé la mirada, encontrándome con los ojos de Sagitas. No le gustaba la idea. Su tono era duro, y su mirada, de advertencia. Ella no era partidaria de que Ithilion utilizara la magia...si, era muy pequeño, y nuestras situaciones eran muy distintas, pero....sus habilidades eran muy buenas, y su predisposición eran geniales para empezar a dominarlas. Quien sabe si, negándoselo, no acabaríamos por empujarlo hacia caminos que podrían ser fatales.

 

- Esisten sinco tipos de energía que algunas perzonas pueden controlar. - comenzó Ithilion. - Katon...Raiton...Futon...Doton...y Suiton - enumeró, levantando un dedo con cada nombre. Logró enumerarlos por el nombre que en la familia de Jack les había dado, lo cual, le hizo sonreir mientras me miraba. Lo sentía nervioso, pero también emocionado...era la primera vez qeu le enseñábamos a Sagitas lo qeu sabía hacer. - Fuego, rayo, viento, tierra y agua[/b]

 

Asentí ligeramente, animándolo a seguir.

- El fuego, gana al viento, el viento gana al rayo, el rayo gana a la tierra, la tierra gana al agua, y el agua gana al fuego - alzó la vista hacia Sagitas, más emocionado. - Yo se usar el fuego, papá utilizaba el viento, y Matti usa el rayo

 

Aquel arranque me hizo reir un poco. Era divertido oir a Ithilion. Pero para explicar la siguiente parte, el niño me miró. Era un poco más...complicada, supongo, y parecía que me tocaría explicarla a mi. Asi qeu tomé un pedazo de pergamino, y lo sujeté con el pulgar y el índice.

- Podemos canalizar esa energía y utilizarla. Asi que, si de verdad podemos dominarlas, se puede trasladar a un pergamino. - en ese momento, un sonido, como el de una tormenta eléctrica, un segundo, y la energía que salió de mis dedos pasando por aquel pergamino hizo que este quedara marcado, con un bonito patrón...como si un rayo la hubiera alcanzado dentro de la trastienda.

 

Lo dejé frente a Sagitas, y di otro trozo de pergamino a Ithilion. Este lo sujetó entre los dedos, y tras unos segundos, con su cara de concentración. En esta ocasión, el papel se ennegreció, y marcas de quemaduras aparecieron en esquinar y bordes.

 

Permanecimos en silencio un momento, dejando que Sagitas viera los pedazos de pergamino. Revolví el pelo a Ithilion para felicitarle, mientras Bichito aprovechaba y robaba la galleta a Sagitas.

- En el Diario, Jack hizo unas notas extrañas acerca a de una chica...él creía que podría dominar algún elemento. - comenté, como quien no quiere la cosa. - It, tu crees que sería mamá? - pregunté al niño, poniendo cara interesante, con el pedazo de pergamino restante en alto.

[Sagitas E. Potter Blue]

Reconozco que me puse tensa esperando la respuesta de Matt. Sí, lo sabía, no podía evitar que Ithilion usara la magia, ni ahora que aún era pequeño ni cuando fuera más grande e independiente. Por eso temía lo que mi hijo mayor fuera a decir. Y cuando mencionó que habían cazado un conejo, mi instinto saltó con alarma; eso no era cierto o, al menos, no era del todo cierto o lo único a lo que se referían.

 

-- ¿Estaba herido? -- mi pregunta iba por el conejo pero, a la vez, era algo más inquisitorio. Fuera lo que fuera, ¿había habido magia por el miedo, había habido sangre, tal vez... muerte? -- Espero que no matéis animalitos sólo por jugar... Fenrir.

 

Mis dudas quedaban ahí reflejadas, de forma muy sutil que, sin embargo, esperaba que Matt entendiera sin necesidad de más. Enarqué una ceja al sentir las palabras del niñito pero permanecí en silencio, maravillada que ya tuviera ese conocimiento sin que yo lo supiera. Sólo miré de reojo a Matt como si le pidiera explicaciones de porqué un niño tan pequeño tenía ese Saber de magos más grandes para su edad. Pero no le dije nada, sólo observando, hasta que retostizó un poco de pergamino.

 

Pasé mi varita (sí, la tenía cerca) por encima de él y recuperó su forma anterior (magia muy poderosa, por cierto, que creo que va un poco en contra de las leyes de Gamp, pero os aguantáis; yo puedo). Hice un leve y perezoso movimiento con los dedos de la mano izquierda y un movimiento de torbellino de aire elevó unos centímetros a Bichito antes de caer sobre la mesa. El animalito, en cuanto tocó la mesa, corrió hacia Ithilion, buscando cobijo.

 

-- Sé algo más que dominar un movimiento. Soy Suma Sacerdotisa, domino todos, fuego, aire, agua, rayo y tierra. -- Mi voz sonó orgullosa y una sonrisilla creció en mi rostro. -- Aunque cuando conocí a vuestro padre sólo dominaba el de la tierra, el que es de nacimiento. Puedo hacer que florezca cualquier planta sólo con mi deseo. ¿Por qué creéis que las flores de la "Ojo Loco" están siempre floridas? Cuando yo mueran, desaparecerán...

 

Bajé la voz, arrepentida. Eso no era algo que se pudiera decir delante de un chiquito.

[Matt Blackner]

No me pasó desapercibida la mirada de mi madre hacia mi. Ithilion ya tenía ciertos conocimientos más avanzados de los que correspondían a su edad, pero al mismo tiempo, seguían siendo conocimientos muy básicos, pero necesarios dadas sus...cualidades...lo mejor era que las conociese. Había ganado mucho en dominio desde la última vez.

 

- Parece que te gusta presumir bromeé, sacándole la lengua, al ver como creaba un pequeño remolino que asustaba a Bichito, qeu se escondía junto a Ithilion.

 

- Hasta que punto podrías utilizar esas habilidades? - pregunté, con cierta curiosidad. Nunca habíamos llegado a tanto, a pesar de que yo conocía sus habilidades como sacerdotisa y su vínculo con la naturaleza. Pero hasta que punto podría utilizarlas contra alguien?

 

No quería preguntarlo pero...podría llegar a...acabar con la vida de alguien? Ithilion y yo poseíamos habilidades que nos lo facilitaban, y siendo honesto me estaba costando mucho más de lo que parecía que Ithilion lo controlara, sin enseñarle a que era un arma. No sabía hacerlo de otra forma, y casi lo intentaba sobre la marcha.

 

- Oh, venga, no dejaríamos que las flores se marchitaran - aunqeu sería difícil. Yo no podía acercarme a las flores azules de la Potter Black porque me afectaban.