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Animagia


Suluk Akku
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El pulpo observó la escena sin intervenir, en gran parte debido a que deseaba ver cómo se desenvolvía el joven Dracony con su recién descubierta capacidad para transformarse en un escualo. Provisto con su depósito natural de tinta, se dedicó a oscurecer el campo de visión de los curiosos animales que comenzaban a acercarse por la conmoción. La sangre de la pierna del marinero, sin duda había atraído a más de un depredador. No obstante, Anthony se encontraba ya lejos, lo que dejaba a Suluk como responsable de poner a salvo a aquellos pobres diablos.

 

Arrástralos, a la orilla. El chico y yo intentaremos entretenerlos un poco.

 

Utilizó sus ocho extremidades para alcanzar a su alumno, así como a su intrépida amiga tortuga. Los encontró un par de leguas más allá, nadando tranquilamente. Pero podía sentir que se acercaba el peligro.

 

Lo que presenciaste es la clara ignorancia del ser humano ante el interés animal por la supervivencia. Más de uno, intentará evitar que le ayudes, y los más taimados, te atacarán. le habló, aún en su forma de cefalópodo. Parecía que el tiburón había logrado transformarse sin problema alguno. No quedaban vestigios de que fuera un joven. Pero no sólo te enfrentarás a los humanos en esta travesía. Para aprender de tu forma animal, debes enfrentarte a ti mismo. Y más aún, a tu misma especie.

 

Se acercaron como los depredadores de sangre fría que eran. Al menos, cuatro tiburones blancos relucían los filosos dientes delante del curioso trío que habían formado los animales acuáticos al agruparse. La razón que los traía ahí, era la sangre que había derramado el herido, la cual podían percibir a kilómetros. Acudían ahí, creyendo que Ryvak era uno de los suyos, y ya se había hecho un festín. Pero pronto se mostraron decepcionados; la presencia de sangre aún era notoria, indicando que el hombre vivía. Se giraron al entonces peliverde.

 

¿Por qué no te lo comiste? Nunca se desperdicia la carne cuando llega de forma tan voluntaria.

 

Pero puede que no sea uno de los nuestros. ¡Ha de ser uno de esos armatostes que los humanos envían a espiarnos! dijo otro.

 

El barullo, a pesar de ser bajo el agua, comenzaba tensar la situación. Suluk vio la oportunidad perfecta para la segunda lección. Aprovechando su entendimiento con esos animales, que de momento la habían ignorado, al igual que a la tortuga, se situó frente a Dracony, colocándole dos tentáculos sobre las aletas a manera de calmarle.

 

Una de las virtudes del animago es la coexistencia con otras criaturas. Tanto de su misma especie, como de otras. Lamentablemente, la naturaleza del tiburón es agresiva, y no te han visto con buenos ojos. No puedo intervenir, vas a tener que salir de ésta por tu cuenta. Adelante.

 

@@Anthony Ryvak Dracony

 

~ ~ ~

Bien conocida era su forma de gaviota ártica entre quienes habían tomado la habilidad antes, siendo fácilmente identificable. Para los que era la primera vez en aquella aventura, podría resultar un ave más. Sobrevoló el pequeño páramo que la escuela de Oriente le había legado, en compensación por sus servicios en el Ateneo en Inglaterra, mientras una esbelta figura se adentraba en su jardín sin premura alguna.

 

¿Quién sería? Suluk no tenía la respuesta inmediata, ni era de su incumbencia. Como Arcana, solía cuestionar a sus estudiantes sobre quiénes eran, pero con el tiempo, se tornó más huraña.

 

Ingresó por una ventana abierta de la cocineta, donde aún humeaba el té tomado con Anthony Ryvak semanas atrás. Tomó una galleta con el pico, y la engulló a la par que volvía a su forma humana, cuidando de cubrirse con las pieles esquimales que había dejado colgadas del perchero. Buscó entre éstas, para encontrar la gastada varita de sauce enano, de la que provenía gran parte de los poderes que mantenían su casa con el ambiente helado.

 

Conforme se acercaba a la puerta, ésta iba adoptando la forma de Vara de Cristal, una especie de báculo que solía usar para apoyarse, más que para conjurar magia. Era un ser que no dependía mucho de la varita para realizar la magia, y menos aún, para convertirse en variados animales. Vivía una vida simple, incluso para una arcana; muchos le aplaudían, y otros se lo recriminaban. Simplemente, existía.

 

Estiró la zurda para permitir el acceso, estando a unos dos metros de distancia, justo en el recibidor. La luz del sol proyectó la silueta de la italiana, cuya piel brillaba casi con tanta intensidad como la del astro rey, a pesar de las tonalidades de su vestimenta. Se aventuró a pensar la razón de su presencia; eran muy pocas las visitas sociales que le eran hechas.

 

Buongiorno. saludó, traduciendo sus palabras a italiano, una magia que había aprendido gracias al dominio de los idiomas. ¿Viene de muy lejos? Podría ofrecerle una humeante bebida, mundana, me temo, como muchas de las cosas que hay aquí.

 

La descripción no excluía a la Arcana, que también era muy conocedora de los entresijos que rodeaban a los seres no mágicos. Los comprendía, naturalmente, menos complicados que los de los magos. Fijó la mirada en el reloj que yacía en una de las mesitas que antecedían a la estancia circular, la sala de estar dónde recibía a los alumnos. Debía ser la alumna de la que le había notificado. Estaba esperándola hacía tiempo.

 

Sin indicarle que pasara o que le siguiera, Suluk se deslizó, ciertamente confiada en que la aristócrata le siguiera el juego. Golpeando el piso cada tanto con la vara de cristal, se situó detrás de un mullido sillón, expectante. Como en las ocasiones anteriores, no solía pasar mucho tiempo en su hogar, más que el necesario. Una vez más, se arriesgó a formular una pregunta bajo suposiciones.

 

Ya que estamos, ¿cuál es su propósito aquí? No todos los mapas sin fieles, ni todo ser errante está necesariamente perdido.

 

Un simple juego de palabras que tenía más sentido para ella. Le interesaba saber qué esperaba Lucrezia de ella; era enriquecedora la perspectiva de cada alumno nuevo que le visitaba, cada uno con sus propios intereses para el aprendizaje de la habilidad que transmitía desde que su amado había perecido, dejando vacante el lugar que ahora ocupaba.

 

@@Lucrezia Di Medici

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Anthony seguía pensando en los delfines... criaturas inteligentes y por lo que vio con los pescadores, también criaturas benevolentes... seguramente aquellos hombres interpretarían que el delfín le ahuyento a él... el depredador... si, seguramente que así lo vieron, pero ya muchas veces a vivido esa situación, donde sus actos no son adecuadamente valorados... ya le es habitual ser incomprendido por los demás, así que deja de preocuparse por lo que los otros opinen, y nada sintiendo alegría por esa sensación de enorme libertad, su amiga tortuga parece que le vio transformarse y aún así, se encuentra a su lado y el Dracony se pregunta si podrá encontrarla en otras futuras aventuras como tiburón...¡sería estupendo!

 

El peliverde iba a iniciar una plática con su reciente amiga, pero vibraciones en el agua le advertían de otras criaturas acercandose, su primer pensamiento fue hacia los delfines, pero estos animales marinos se movian distinto y eran de un tamaño diferente...también capto al pulpo y de esa manera mental en que se comunicaba, le comento sobre lo sucedido con el barco.

 

--Lo que presenciaste es la clara ignorancia del ser humano ante el interés animal por la supervivencia. Más de uno, intentará evitar que le ayudes, y los más taimados, te atacarán. Pero no sólo te enfrentarás a los humanos en esta travesía. Para aprender de tu forma animal, debes enfrentarte a ti mismo. Y más aún, a tu misma especie.

 

Como tiburón, el Ryvak no podía hacer las mismas expresiones, pero si sentía sorpresa de tener que enfrentar a otros tiburones... ¡ni en sueños lo hizo! Miro a su amiga tortuga, pero ella no le menciono nada a favor, pero siguió a su lado, como una amiga que le apoya con su sola presencia, sin poder luchar sus peleas pero si mantenerse cerca.

 

Los cuatro tiburones blancos llegaron a ellos, miraron los restos del barco y se giraron para reclamar al Ryvak en su forma marina:

 

¿Por qué no te lo comiste? Nunca se desperdicia la carne cuando llega de forma tan voluntaria.

Pero puede que no sea uno de los nuestros. ¡Ha de ser uno de esos armatostes que los humanos envían a espiarnos!

 

El peliverde no respondió, trataba de pensar una respuesta satisfactoria para aquellos tiburones... aunque si no les convencía, tendría que enfrentarse a ellos y por ahora suponía que ellos tenían la ventaja en número... debía intentar algo más inteligente... @@Suluk Akku se colocó enfrente suyo, le sintió colocar sus tentáculos en sus aletas pectorales y recordarle algo importante:

 

Una de las virtudes del animago es la coexistencia con otras criaturas. Tanto de su misma especie, como de otras. Lamentablemente, la naturaleza del tiburón es agresiva, y no te han visto con buenos ojos. No puedo intervenir, vas a tener que salir de ésta por tu cuenta. Adelante.

Anthony tomo aire pasando agua por sus fauces, luego por sus hendiduras branquiales y luego hablo con los tiburones tras emitir una advertencia mostrando una vez sus dientes inferiores.

 

-- Un momento, ustedes no probaron su sabor, ¡era desagradable! ¡peor que una medusa! bueno... sin esos piquetes eléctricos, pero un asco de carne ¡puajj! (de solo pensar en aquello de comer a los humanos, un gesto repulsivo se pudo manifestar en su aspecto de pez...) también creí que eran unos deliciosos leones marinos... ¡pero no! hablando de leones marinos... ¿es que no somos los mejores cazadores? ¿porque conformarnos con bazofia? yo que ustedes, mejor buscaría una más deseable presa... -- Dos de aquellos tiburones preguntaron con sorpresa -- ¿Medusas? pero... son buen alimento -- A lo que Anthony discrepó de la mejor manera que pudo -- Pues a mi esa sustancia urticante no me agrado para nada... bueno, que difiera de los sabores, no me convierte en armatoste, solo en un escualo de "gusto refinado"

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Animagia

 

Tras la llegada de Ela Karoline a la Comunidad mágica británica, la bruja se esforzaba día a día por encontrar su propio lugar, por disfrutar de la magia que seguía significando el mayor cambio en su vida, aquella libertad para expresarla en cada ámbito, incluso en lo interno, ya no tenía miedo de probar, y debía buscar respuestas a sucesos del pasado que ni siquiera se atrevió a mencionar a sus familiares.

 

Con el paso de los días, las palabras: escuela de magia, conocimientos, Universidad, habilidades ya no resultaban tan extrañas aunque seguían generándole curiosidad, sobre todo porque pensaba que allí podría estar la respuesta a aquel suceso ocurrido solo una vez, pero que ha permanecido en la memoria de la pelirroja desde entonces.

 

Animagia repetía mientras que las sandalias en sus pies abandonaban el sendero y se iban por el césped verduzco, un poco menos controlado a medida que se alejaba de la parte más transitada, la Lockhart amaba las caminatas, la naturaleza y el contacto con la vegetación, la tierra, la madera de los árboles y el agua, antagónico con su naturaleza de fuego, o quizás es que aquella faceta acuática equilibraba su yo interno.

 

Sin darse cuenta y con total deleite sentía la brisa en su rostro, moviendo la larga cabellera así como su prenda de vestir exterior que era una túnica blanca abierta. Delante de ella un muerte de barro rojizo bordeada un bonito jardín, la casa, nada fuera de lo común o al menos eso aparentaba, aunque de inmediato las tres esferas en el tejado atrajeron la atención de la joven bruja quien sobrio y pensó Aja común un cuerno ¿Qué secretos escondes Suluk Akku?"

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  • 2 semanas más tarde...

Aún en su forma de pulpo, Suluk sonrió de manera irónica. Si bien, los cefalópodos no lo hacían de forma directa, en sus ojos se podía notar cierta picardía por lo que estaba observando. Anthony les había dado una cátedra de lo que implicaba ser distinto a los demás. Era, en cierta forma, la esencia de un animago, el mostrar que puede pertenecer al reino animal, sin olvidarse que, por encima de todas las cosas, sigue siendo humano.

 

Escualo de gustos refinados o no, ¡eres muy raro! respondió el tiburón que parecía liderar la oposición. Respetaremos tu decisión, por ahora. Sólo recuerda que hemos vivido en estas aguas desde tiempos inmemoriales. ¡Tus queridos humanos ni siquiera existían, para cuando nosotros ya eramos los reyes de los mares!

 

Dicho esto, se dieron la vuelta y salieron disparados en otra dirección. La arcana creyó que ya había sido suficiente por el momento, por lo que se aproximó a su pupilo, para examinar sus reacciones. Le parecía un mago peculiar, único en su clase, como muchos otros. Compartía muchas cualidades con su entidad animal y, detestaba admitirlo, cierta rebeldía que no era propia de los escualos con los que habitualmente trataba.

 

Vamos a dejar las aguas por el momento. Por favor, acompáñame a la orilla.

 

Tras darle la indicación a Dracony, comenzó a tomar impulso con sus tentáculos, que gradualmente fueron contrayéndose hacia el interior de su torso, el cual comenzaba a alargarse. Fue sólo cuestión de tiempo, para que el delfín emergiera de dónde, momentos antes, había estado un pulpo. Con la velocidad de esos mamíferos, sería fácil alcanzar la orilla en un periquete. Incluso, podría que la velocidad de su alumno rivalizara con la propia.

 

Había una variedad de playas a lo largo de Veracruz, por lo que no sería problema encontrar dónde salir. Ya en la orilla, volvió a su forma humana, metiendo las manos arrugadas, debido a la presencia continua en el agua, dentro del ropaje que llevaba. Se giró para esperar al joven y, en cuanto éste salió de entre las olas, retomó la palabra.

 

Parece ser que no tienes problema con transformarte dentro del agua. indicó, apoyando la vara de cristal sobre la arena mojada, por la que ocasionalmente asomaban algunos cangrejos. Pero, me preocupa que no puedas controlarlo en tierra. A veces, involuntariamente, claro, desencadenamos la transformación.

 

De manera breve, recordó que uno de sus alumnos hacía años, se había transformado en un pez globo por la emoción de hacer su prueba. Lamentablemente, no había sobrevivido, debido a que aún le quedaban varios pasos para lanzarse al agua.

 

Me gustaría que intentaras concentrarte. Escucha tu respiración, siente las branquias, las aletas. Conviértete en el tiburón aquí en la orilla. Descuida, que me aseguraré de empujarte al mar, para que no te ahogues.

 

@@Anthony Ryvak Dracony

 

~ ~ ~

El sonido de la puerta de su jardín, la hizo levantar la mirada. La sopa de verdura se cocía a fuego lento, emanando un calor que rara vez se veía dentro de la estancia de Suluk Akku, puesto que su sistema climático generalmente mantenía la temperatura por debajo de los cero grados centígrados. Desde la cocina, podía observar parte del terreno que Mahoutokoro le había brindado para continuar con sus enseñanzas.

 

Otra alumna, qué maravilla. sentenció, tomando la varita que reposaba sobre la tabla de picar. ¿O será una visita social?

 

Pasó con toda tranquilidad por la sala en su camino hacia el recibidor. Ya ahí, al no escuchar un llamado a la puerta o que pidieran acceso, decidió salir a ver de quién se trataba. Al igual que muchos de los estudiantes más recientes, era una cara nueva para Suluk. Parecía un tanto ensimismada, pues miraba hacia arriba, al tejado.

 

Hoy hace un buen clima. Por desgracia, los muggles no tienen este tipo de tecnología en sus hogares y tienen que depender de las inclemencias del tiempo. Una pena.

 

Consciente de que la visitante tomaría aquello con extrañeza, le dedicó la sonrisa de entrañable abuelita.

 

Pero ya comienza a helar un poco. Con esa túnica tan ligera, seguro atraparás un resfriado. ¡Entra! Siéntate y cuéntame qué te trae por aquí, ¿te gustaría un poco de sopa de verdura? La estaba preparando cuando llegaste.

 

Haciendo gala de una velocidad poco común para alguien de su edad, la arcana volvió al marco de la puerta, invitando con la mano a su alumna, para que la acompañara. Los años le habían pasado factura en apariencia, pero podía tener la misma agilidad que una gacela, y la resistencia de un rinoceronte.

 

@@Ela Karoline

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Aquellos largos segundos que Dracony aguardo por la respuesta del tiburón líder, le tuvo en un stress que taladraba su mente (¿habría que luchar? morder a los tiburones solo desencadenaría una lucha que no podría acabar bien para él o los contrincantes... además ignoraba si podía usar magia, al menos los hechizos no verbales y sin necesidad de varita... que eran pocos en verdad, pero eso lo desconocía el ojimiel).

 

Al fin el líder de los escualos pronunció su decisión y Ryvak quería celebrar con algunas cabriolas lo bien que resulto su discurso...¡Ah, que buen orador! su amiga tortuga le choco su aleta con la suya, una forma de mostrar su aprobación por como resolvió aquel problema, el mago entonces busco a la animaga @@Suluk Akku quizás con el impulso de alardear un poco con ella, solo que la guía de la habilidad, le hizo una petición que dejo anonado al muchacho.

 

 

Vamos a dejar las aguas por el momento. Por favor, acompáñame a la orilla.

 

Apenas le empezaba a ser divertido tratar con tantos seres acuáticos, Ryvak observo como Suluk en su forma de pulpo se adelantaba, Anthony disfrutaba de la libertad de que se goza en el mar, se marcho unos metros al fondo, solo para notar que hay otros animales distintos viviendo en esa profundidad, dio un giro y subió de nueva cuenta, era muy rápido, igual que en su sueño... pero en esta realidad no había encontrado a ninguna mantarraya que se hiciera su amiga... solo la tortuga, así que la busco para hablar con ella y se dio cuenta entonces que no estaba a la vista, siguió nadando, tratando de "sentirla" pero sus sentidos no la captaban... ¿se había marchado? pero...¿cuándo?¿porque razón no se despidió?... no le parecía un comportamiento adecuado de parte de su nueva amiga...

 

No se lo explicaba. Pensó en cuando la vio por ultima vez, y pudo precisar que fue cuando él nado a las profundidades... era posible que la tortuga marina no pudo hacerlo y por ello seguramente, sin querer la había alejado... se giro sobre su eje molesto consigo mismo... ¡de nueva cuenta no fue cauto! ¡Y había perdido a su amiga!

 

Ryvak movió con violencia su aleta caudal, luego doblo su extremo trasero del cuerpo hacia abajo y luego arriba como haciendo un gancho... en eso volvió a percibir las vibraciones de las pequeñas aletas de la tortuga. "¡Ey! ¡Aún estas aquí!¿pero como no pude captarte antes?" se pregunto el mago...

 

Estaba contento de re-encontrar a su amiga, solo por aquel incidente, supo que existe un punto "ciego" en el que sus sentidos de escualo no podían percibir y guardo muy bien en su memoria aquel hecho, ahora era recuperar el tiempo y alcanzar a su maestra y guía que por fines prácticos cambiaba a la forma de un delfín... entusiasmado el tiburón jugo un poco, en la orilla tendría que dejar su forma de escualo.

 

Por lo general, es un muchacho que obedece a sus profesores, pero alargo varios minutos su arribo a la playa, se sentía muy a gusto como ser marino, pero también era muy cierto que le causa curiosidad lo que tenía pensado Suluk para continuar la clase, así que el Ryvak, nadó en la dirección en que vio dirigirse a la animaga, una playa de arena blanca y agua que se ve tan azul como el cielo despejado sobre sus cabezas.

 

El lecho marino se puede tocar con facilidad con sus aletas pectorales, así que era el momento de concentrarse y dejar la transformación atrás... volver a transformarse en ser humanoide...aquella cicatriz en su costado izquierdo seguía en su cuerpo para constatar que era él mismo, como escualo y como humano, la forma de una daga superpuesta varias veces, quedó como señal de lo ocurrido en su pasado.

 

Salio del agua poco a poco, primero su cabeza con su peculiar cabello verde, luego el pecho, se irguió sobre sus piernas y fue caminando hasta llegar cerca de la animaga Suluk que ya lo aguardaba en la orilla de la playa empuñando su singular vara de cristal.

 

Parece ser que no tienes problema con transformarte dentro del agua. Pero, me preocupa que no puedas controlarlo en tierra. A veces, involuntariamente, claro, desencadenamos la transformación.

 

Anthony miro fijamente a Suluk, no entendía que tenía en mente, solo escucho aquella preocupación de que no pudiera él controlarse. Agrego ella algo más especifico:

 

Me gustaría que intentaras concentrarte. Escucha tu respiración, siente las branquias, las aletas. Conviértete en el tiburón aquí en la orilla. Descuida, que me aseguraré de empujarte al mar, para que no te ahogues.

 

Puso su mano sobre la cabeza, "¿transformación involuntaria?"... pues si, tenía que admitir que era posible, aunque él sabe bien que los escualos son de agua salada, así que no se arriesgaría a transformarse en un lago, alberca o cosa parecida, pero bueno, suponía que la profesora deseaba que se familiarizara con el proceso de transformación...

 

Cerro los ojos, aunque tuvo que abrirlos de nuevo para ver a su amiga tortuga, si, ahí llegaba ella, que se coloco a su lado izquierdo, Ryvak le froto su caparazón gentilmente -- Me alegra que este aquí-- se colocó frente al mar, mirando como las olas llegaban corriendo a la orilla y se rompían y la espuma parecía sumergirse...cerro los ojos, sus oídos siguen escuchando el oleaje, trata de concentrarse, pero el ruido le hace volver a abrir los ojos, sus ojos miel se recrean con la vista de las olas, más grandes a veces, pero como aquel avance es como una invitación de ir al encuentro de la fresca agua.

 

Ryvak observaba las olas, el mar tranquilo, el movimiento de las olas incansable... solo una vez se encontró en aquella misma contemplación en el pasado, aquella ocasión en que Cindy y él jugaron a hacer "nadar" a sus patronus...

 

Anthony extraña a su amada... miró el mar, pensando en la bella castaña, apretó sus labios, de sus ojos se deslizaron silenciosas lagrimas que expresaban el sentimiento del muchacho..."No debí dejar que se alejara de mi vida"... se reprocho el joven peliverde. Necesitaba calmarse, pero ahora mismo sentía mucho coraje, iba a costarle recuperar la calma...

 

Pasaron largos minutos, la brisa marina ayudo a secar las lagrimas del peliverde, quien seguía viendo al horizonte, donde parecía verse una línea que divide el mar y el cielo. Uso aquel método de contemplar el agua y que su pensamiento se hundiera... sin recuerdos, sin tristeza... solo entonces pudo concentrarse en su respiración, en el anhelo de volverse tiburón de nueva cuenta. Y entonces, fue cuando pudo transformarse de nuevo...

Vamos a dejar las aguas por el momento. Por favor, acompáñame a la orilla.

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  • 2 semanas más tarde...

 

Estaba absorta en la contemplación de las tres esferas sobre el tejado de la casita, residencia de la arcana de animagia @@Suluk Akku sin percatarse de que estaba siendo observada, la persona que aparecía a la entrada de la cabaña era una anciana y la sonrisa que le dedicó tras el raro comentario cimatologico, le pareció que le daba una dulzura propia de la edad que tenia o que más bien aparentaba, ya saben, en el mundo mágico no siempre es lo que se ve.

 

Hasta que la arcana menciono la ligereza de su atuendo no había notado el cambio en la temperatura, ciertamente hacia más frío y se preguntaba si la elección había sido la correcta, aunque un poco de tela no le iba a privar de conocer a la arcana y de beneficiarse de sus enseñanzas, nooo, claro que no.

 

La cordialidad de la bienvenida, la invitación a adentrarse en la cabaña y la oferta de una rica y cálida taza de sopa fueron más que suficientes para vencer la timidez inicial de la pelirroja, quien con paso firme se acercó a la dulce mujer y paso al interior de la edificación, solo entonces contesto a su última pregunta.

 

---Muchas gracias por recibirme, yo vengo en busca de guía-- aun le costaba hablar abiertamente de su ser mágico, ya que toda su vida vivió temiendo que alguien la descubriera o que alguna de aquellas manifestaciones se presentarán en momentos y compañía inapropiada, era la desventaja de vivir entre muggles. Pero ahora que estaba entre iguales, que la mag ia era cosa de todos los días y que sabía del posible potencial que podía tener aquellos cambios, antes aterradores, ahora transformación mágica, quería aprender, escudriñar y descubrir todo lo que pudiera ofrecerle.

 

---No se si comprende a que me refiero-- dijo bajando un poco el tono de su voz y rogando mentalmente porque la arcana no se negará.

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Aún a esa distancia, Suluk podía percibir el sufrimiento del muchacho, por el vínculo que poseía entre animagos. Dicha conexión, era aún más sensible con los que recientemente habían descubierto la habilidad, por lo que las emociones del Ryvak se colaban fácilmente a su mente. Al igual que muchos de sus alumnos en sus formas animales, parecía decidido a retar de alguna forma la Arcana, ya fuese a través de su actitud o su comportamiento.

 

No le molestó a Suluk, al menos, de momento. Estaba acostumbrada a ese tipo de situaciones.

 

Ahí está, perfecto. en cuanto el jovencito adoptó la apariencia del tiburón en la orilla, se le acercó para ayudarle a llegar al agua. Ese tipo de emociones negativas: Tristeza, inseguridad, odio, pueden desencadenar la transformación involuntaria, aunque para algunos también son el detonante de su animagia.

 

En su forma humana, podía tomar prestadas algunas de las cualidades de los variados animales en los que se transformaba. En este caso, considerando el peso del tiburón, empleó la fuerza del rinoceronte para poder empujarle con las manos. No tuvo problema alguno, y en cuestión de segundos, Dracony se encontraba de vuelta en su elemento más favorable para el escualo, que era el agua.

 

Parece que has tenido un progreso excepcional, para el poco tiempo que llevas siendo animago. No es habitual, pero tampoco inusual. Dime, ¿te gustaría realizar la Prueba para vincularte con la habilidad?

 

Extendió la mano para atrapar la vara de cristal al vuelo, que se había quedado unos pasos atrás. Volvió a apoyarla sobre la húmeda arena, sin importar que el oleaje ocasional mojara sus ropas. Aguardaría la respuesta de su pupilo, ya fuera en su forma de tiburón o humana.

 

@@Anthony Ryvak Dracony

 

~ ~ ~

Tomó la decisión de su alumna más reciente de buena gana. Le agradaba ese tipo de iniciativa, aunque el problema venía después, siendo que la mayoría de sus estudiantes habían sido tímidos, e incluso escépticos respecto a lo que buscaban al acudir a ella. Con una floritura de su varita, convocó dos cuencas de sopa con cuchara, cada una del lado de la mesita que separaba los dos sillones en su estancia. De igual forma, dos tazas de té de frutos rojos, regalo del Ryvak cuando fue su alumno, se posaron a manera de complemento de la comida.

 

Guía, ¿de qué tipo, exactamente? inquirió, ladeando la cabeza hacia la derecha, cual ancianita curiosa. Parpadeó varias veces, como si intentara descifrar lo que Ela le pedía. ¿Mágica, espiritual...Sentimental? De eso último, me temo que no puedo ayudarte mucho.

 

Le dio un sorbo a la sopa, cuyo tazón sostenía con una mano. Había dejado la varita sobre el reposabrazos del sofá. Su vista estaba clavada en la pelirroja, pero no era de reproche. A veces, cuando los animagos experimentaban cierta emoción, en sus facciones podía verse un rasgo de su forma animal. Suluk era capaz de saber si la persona poseía la habilidad o no, y desde el momento en que su alumna había entrado, el aura de la animagia se había hecho presente. Su duda no yacía en si podía convertirse o no, sino en el uso que le daría.

 

¡Claro que comprendo! Si vienes a mí, es porque alguien te ha contado acerca de mi persona. Y ya sería decir mucho, pues sólo soy una simple anciana que enseña una magia tan singular como la que proviene de tu varita.

 

Depositó el cuenco de sopa sobre la mesa, y se inclinó sobre el sillón, colocando sus codos sobre las rodillas, atenta a los comentarios de Ela.

 

Así que, cuéntame, ¿fue accidental? Tu primera experiencia, me refiero.

 

@@Ela Karoline

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Ryvak se sintió de nuevo en el cuerpo del escualo... el aire le rodea pero no podía respirar... sintió que con fuerza la arcana @@Suluk Akku le empujó hacia el frente, las olas llegaban a romperse y avanzaban a la orilla, luego retrocedían mar adentro... hacia allá nado el escualo, la fauces abiertas, el agua se deslizo por ellas y luego a sus branquias... un alivio fue estar en aquel vital líquido como ser marino.

 

Acostumbrado a la especial forma en que la arcana se comunica con él, le escucho en su mente y también pudo reconocer todos aquellos sentimientos que tuvo desde que ella sugiriera que debían volver a la orilla...

 

Ese tipo de emociones negativas: Tristeza, inseguridad, odio, pueden desencadenar la transformación involuntaria, aunque para algunos también son el detonante de su animagia.

 

 

Era cierto, como también lo había mencionado Suluk una hora atrás, la animagia estaba fuertemente ligada al manejo de las emociones... tenía que tener cuidado de que la tristeza o el coraje, no fuesen su detonador, o estaría en constantes predicamentos de "transformación involuntaria" y mejor seguir practicando en tener el control para ser él cuando lo desease.

 

Le esta resultando bastante atractivo estar en su forma de escualo, aunque si le parece que no será una habilidad que ocupe muy a menudo, muy diferente hubiese sido si se hubiese podido transformar en dragón... ¡no!, ¿qué tontería estaba pensando?si por algún artilugio del destino, se transformara en dragón, su mente se perdería, perdería toda su humanidad para ser por siempre la criatura más fuerte y mágica que se conoce... ¡Que bueno ser solo un espléndido escualo! y lo mejor es que en su forma animal, no tenía nada en su cuerpo que fuese verde, tenía aquella detestable cicatriz en su costado derecho...pero al menos era "normal", lo cual le animo sobremanera.

 

Ryvak volvió a la playa, recordó a su amiga tortuga y fue a su encuentro puesto que la sentía avanzando hacia él, olvidaba ser más rápido que la tortuga y sin esfuerzo le vino el cuento de "La carrera de la tortuga y la liebre" a la mente, pero que fuese más ágil que su amiga, no implicaba estar distanciado de ella, aún no platicaba con ella y se preguntaba si tendría un nombre... además de muchas otras cosas que le despiertan su curiosidad.

 

Llegaba junto a la tortuga, cuando la guía de la animagia le hablo, sorprendido por lo que dijo, Dracony se transformo y salio corriendo por sobre la arena, sus huellas fueron borradas por el agua que llegaba a abrazar la arena que brillaba a la luz del día.

 

Parece que has tenido un progreso excepcional, para el poco tiempo que llevas siendo animago. No es habitual, pero tampoco inusual. Dime, ¿te gustaría realizar la Prueba para vincularte con la habilidad?

 

--¿En serio?-- Pregunto el peliverde, su cara mostraba la sorpresa que le producía aquella noticia... muchos años atrás (tres años de que se entero de las habilidades mágicas) pensó que nunca tendría la oportunidad... después de todo, no supo de que era mago hasta que paso de los trece años y de solo pensar de lo peligrosas de aquellas pruebas, el miedo le había hecho no "soñar" en que alguna vez lo lograra...

 

Pero había pasado mucho desde entonces y ya era bueno con las clases mágicas, además que le encanta ser mago, portador de la magia, aunque no supiera nada de sus padres o de otros magos y brujas, solitario, pero bastante capaz de sobrevivir.

 

Eufórico le respondió a la arcana, caminando hasta ella para quedar a un metro de distancia de la animaga:

 

-- ¡Claro que si! me gustaría mucho hacer el intento, gracias por darme la oportunidad de probarme. ^_^

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Pronto ambas brujas estaban en el interior de la vivienda, las orbes esmeralda de la Lochart lo examinaban todo, los muros, el mobiliario, el piso, todo, no porque con su escrutinio calculará el valor económico de la propiedad, sino porque con aquella observación podía conocer a la anciana, pues generalmente parte de los gustos y esencia personal quedaba impresa en el lugar donde se habita.

 

El aroma a sopa recien hecha se esparció por la estancia, pero también otro aroma muy familiar para la pelirroja, sin duda alguna era té, con una de las teteras más famosas en el callejón Diagon era imposible no reconocer el olor seductor del producto. Vio como la anciana tomaba asiento en uno de los dos lugares servidos y luego la imito. --Muchas gracias por invitarme a su mesa-- dijo con humildad.

 

Probó la sopa, era una mezcla de verduras cocinada de tal manera que solo quedaban pequeños tropezones en el caldo espeso y bien sazonado, en paladar se sentía untuoso y lo que quedaba de las verduras se deshacía en la boca, el calor del platillo y la profundidad de los sabores era capaz de calentar al cuerpo más helado.

 

La respuesta a su pepitorio de guía la desconcertó, la arcana pareció no entender el trasfondo de sus palabras, eso la inquieto y la hizo depositar el tazón en la mesa, para removerse con las manos libres y apoyadas en los costados del sillón

--¿sentimental? no, no, no, yo me refería al...-- las palabras murieron en los rosados labios ante el cambio en la expresión de la bruja.

 

Cuando la escucho decir que entendía, una expresión de aĺivio escapó de su ser, así que la anciana tenia sentido de humor o la estaba probando, igual eso pareció perder importancia ante la comparación que hacía de su enseñanza con la magia surgida de la varita, aquello confirmaba que en efecto estaba en el lugar y con la persona correcta y que pronto obtendría respuestas.

 

--Fue fue accidental, supongo-- contesto de inmediato ante la pregunta de como había sucedido. Las pupilas de la Lockhart centellearon dándole una luz nueva a sus ojos --Solo ocurrió una vez, pero sé que esta dentro-- estrujar sus manos contra el propio pecho, la voz había pasado de serena a angustiada --Esperando emerger--

 

Había bajado la mirada temerosa de mostrar lo mucho que la trastornaba el no tener el control y el desconocimiento de aquella habilidad. --Entonces era una niña y no sabia que era mágica y que eso que eso era natural en mi-- contó apesadumbrada.

 

--Era tan chica que me asuste muchísimo, primero me enoje y luego me asuste-- explicó aunque su explicación era vaga porque no se había enojado por la transformación, sino porque la molestaban otros niños muggles, de hecho la perseguían gritando allá va la rara así que palabra más, palabras menos empezó a contarle a la mujer todo. Con 8 años era fácil pasar de la calma a la angustia, de este al enojo, y finalmente al susto. La entonces pequeña Ela había corrido por el sendero para huir de los niños, hasta que llegó al lago dentro de la propiedad escolar, aun recordaba su deseo ferviente de desaparecer ante los ojos de los chicos, tanto que intento esconderse tras el grueso roble olvidando que parte de sus raíces descansaban en el agua, y cuando pensó que todo estaba perdido, que sus zapatillas escolares estaban arruinadas, algo más que explicar, sus pies desaparecieron y ya no era tan alta pero se movía hacia el centro del lago, los chicos la miraban murmurando que precioso cisne, pero donde esta, donde esta la rara

 

--Recuerdo que el corazón se me iba a salir del pecho y luego quede congelada cuando me acerque a la orilla y en el espejo de mis gafas que quedaron en una raíz vi lo que era-- también le contó a la arcana que no supo cuanto tiempo paso ni como logró regresar a su forma humana y en adelante se había vuelto controlada, más que serena, para no permitirse el lujo de la ira que es con lo que asociaba aquel evento.

 

--Por favor, dígame que puede ayudarme-- casi rogó con las manos juntas sobre su regazo.

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Escuchas aquella voz, proveniente de un punto de la morada al cual no había prestado atención, la obligó a dar un respingo que con dificultad logró que no afectara su equilibrio. Sin embargo, fue realmente aquella pronunciación perfecta de su lengua madre lo que logró captar toda su atención. El delicioso italiano endulzó sus oídos como néctar puro, reconfortante de parte de quien sería su educadora. El idioma era quizás uno de los hechos más inconvenientes de su vida, que por aquella época transcurría en Ottery St Catchpole ¡Que inmundo era el inglés, carente de toda la personalidad y presencia que imponía la sacra lengua de Roma! Por eso, con dichas consideraciones, la aristócrata procuraba mantener lazos con muchos de sus connacionales para conservar la costumbre de hablar su propia lengua.

 

Por fin, al rastrear el origen de aquella voz, sus azules ojos se encontraron con la Arcana de la Animagia. La diferencias físicas ente las dos mujeres reunidas bajo aquel techo, que las resguardaba del frío exterior, no podían ser más marcadas: mientras una representaba a la perfección, con su admirable juventud y sus rasgos caucásicos, el modelo de belleza hegemónica europea, la otra hacía gala con irrestricto orgullo de sus facciones esquimales y las notables arrugas que surcaban la piel de su rostro como huellas imborrables de su vasta experiencia de vida. Ese encuentro tenía algo de pintoresco, de especial…como si alguien hubiese seleccionado a dos personas de lugares y épocas radicalmente diferentes para ponerlas a interactuar y registrar los detalles de su intercambio. Aquella idea tenía lógica en su mente. Tal vez desvariaba.

 

- Buongiorno.- replicó, dejando que en su tono de voz fluyera su acento florentino - Vengo de lejos, si ¿Pero es realmente para nosotros, seres mágicos, un inconveniente? Estaré bien con un té, claro.

 

La blonda aristócrata avanzó por la estancia, siguiendo de cerca a la Arcana. Si bien la captativa impronta de Suluk era la que le impedía escudriñar más en los detalles de la sala, su mirada estaba centrada en su vara de cristal con la que golpeaba el suelo con la precisión de un cronómetro. Lucrezia, una acumuladora de conocimientos nata, se había visto sumergida tiempo atrás en una más que provechosa lectura sobre aquellos objetos de gran poder y de limitada, que dejaban a las varitas como simples artefactos arqueológicos en desuso. Por su mente había viajado incluso la inocente idea de “tomarla prestada”, la cual descartó al desconocer por completo los alcances de la magia de la Arcana más allá de lo que el boca a boca se encargaba de instaurar. La observó por unos segundos antes de tomar asiento, preguntándose cuantos otros en búsqueda de desvelar los secretos de aquella habilidad se habían visto incomodados por la presencia de aquel antiquísimo objeto mágico.

 

- Tuve un sueño…un sueño de esos que sabes que no son solo sueños. - relató, perdiéndose unos momento en un punto azaroso del lugar para ahondar en lo profundo de su memoria- Un lugar completamente negro, alejado del tiempo y del espacio. Una serpiente de brillante color turquesa, con sus escamas frías como un glaciar…que me llamaba, que me hablaba. Que quería ser yo y yo quería ser ella. Creo que tiene que ver con algo innato, relacionado con la animagia. Hay registro en mi linaje de gente con dicha habilidad.

 

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