Animagia

[Suluk Akku]

Abstraída por el relato de la Black, buscaba la manera de hacerle entender que poseer alas, no necesariamente era para escapar de la realidad que vivía actualmente. El sentir el aire golpear su diminuto cuerpo, dándole la libertad de ir a donde sus pies no podrían llevarle, sitios que eran alcanzados solo por el poder que daban unas alas, que jamás se cansarían de impulsarla con mucho más fuerza que la primera vez. Entendía como sus viejas heridas le anclaban al pasado, recuerdos que en lugar de ser un remanso de paz, se habían transformando en un cumulo de temores e inseguridades que detonaron delante de Suluk. 

— ¿Quieres escapar realmente de las maravillas que te ofrecerían esas alas, si te atrevieras a usarlas aunque fuera una sola vez?—preguntaba notando la taza hecha añicos en el suelo. El liquido desparramado a los pies de la joven, el dolor plasmado en ese rostro que parecía forzar una sonrisa delante de los que no conocían sus verdaderos pesares. Los años que Suluk llevaba a cuestas le enseñaron a comprender las formas en que sus alumnos buscaban como desahogarse, lanzando cosas contra las paredes, empleando los conocimientos mágicos que poseían para destruir cosas y en el peor de los casos acallar los llamados de la Animagia.

— Cada uno de los hombres que forman parte de tu linaje, estarían orgullosos que a pesar de su ausencia te mantienes en pie—le miraba fijamente, notando que el semblante de su interlocutora se destensaba ligeramente. Levantándose de la silla, le invitó a que la siguiera hacia la ventana, señalando un grupo de ruiseñores que revoloteaban libres y gustosos— Mira como disfrutan de lo que les ha dado la Animagia, alas para volar a donde los lleven sus sueños y anhelos. Estás sola dentro de tus limitaciones, eres tu peor enemiga e impides que el don que esta durmiendo dentro de ti, despierte por completo—cerrando los ojos movía la cabeza de un lado a otro con pesar. 

— Suelta amarras, vive al máximo todo lo que ocurra dentro de tus sueños—le aconsejaba saliendo de la morada— Caminemos un poco, necesitas respirar otra clase de aires—sonreía confiando en las habilidades que poseía la aprendiz. Simplemente necesitaba confiar un poco más en todo lo bueno que podría estarle aguardando a la vuelta de la esquina, escondido detrás de unas plumas que se teñirían del color de su elección— Cuéntame, ¿Qué provoco que la partida de los hombres de tu familia, abrieran una brecha entre tu y la Animagia?—indagar era sensato considerando todo lo relatado por ella.

@ Maida Black Yaxley

[Maida Black Yaxley]

La oyó, pero no la entendió. Ella no quería abrir esa brecha entre sus posible habilidad de convertirse en un ave y ella, era simplemente que estaba paralizada de miedo. Miedo a que sí volvía alguien ella no estuviera ahí o a que siguiera hundiéndose en su propia soledad. Sus sueños incluían un ruiseñor, despertaba con plumas entre sus sábanas, con los brazos cansados y las piernas frescas, por unos días incluso pensó que había logrado transformarse en las noches y ella los tomaba como sueños, pero eso era imposible, ¿verdad? Ella se sentía agotada por sus emociones, por un tren interminable de pensamientos que no lograban salir de su cabeza nunca. Sin darse cuenta, caminó unos pasos detrás de Arcana, tratando de encontrar una respuesta a su pregunta sin tener que sonar más descabellada de lo que seguramente ya parecía. 

De pronto, sus pies dejaron de tocar el suelo y ella se sintió atrapada en un sueño. Uno más acerca de aquellas aves, se vio a sí misma dirigiéndose hacia el árbol dónde Sulukk había señalado minutos antes, se dejó llamar por el canto de las pequeñas aves. Vio a su arcana de lejos y pensó que si le gritaba, llamaría su atención, pero no fue así. Todo lo contrario, la veía girando el cuello, buscándola. Quiso volar hacia ella, sin embargo, uno de sus congéneres llamó su atención y siguió, subiendo varios metros más de lo recomendable para cualquier humano. Sin embargo, algo en su interior le decía que podía soportarlo, continuó detrás del ruiseñor pardo y planeó unos cuantos metros antes de sentir el vértigo de saber que el sueño se terminaba.

Respiró hondo, incapaz de abrir los ojos, sentía sus manos tocando el suelo con el dorso, se tomó unos segundos para abrir los ojos y sintió la humedad saliendo de su nariz. Sangraba un poco. ¿Se había desmayado? La cabeza le latía con fuerza y el corazón igual, como si hubiera hecho un terrible esfuerzo, como si hubiera tenido una pesadilla, pero no logró recordar nada, ni siquiera como había llegado a los pies de la Arcana.

— Dime que no eres mi enemigo mortal, Sulukk —intentó bromear—, soy pésima en los duelos, ya lo has tenido que comprobar. 

[Suluk Akku]

Suluk la observo alzar el vuelo insegura, compungida y trastabillante. La aparición sorpresiva de un ruiseñor pardo, apaciguaba poco a poco el temor que llevaba a cuestas en sus alas la Black. El sentir el viento acariciar sus pequeñas extremidades, dándole un ligero impulso, para que la distancia que la separaba del suelo, no le causará un vértigo que derivará en irse en picada contra el duro hielo. La sonrisa sincera germinaba en los labios de la Animaga, satisfecha de ver como por un breve instante toda lamentación o pesar del pasado, quedaba relegado en lo más profundo de la mente de su estudiante.

Ella conocía a la perfección lo que era experimentar episodios de debilidad o abandono personal. Muchos de los que pasaron por sus manos, contaron sucesos que les marcaron de manera definitiva, perdidas familiares o amorosas— Podría serlo sin duda, llegará el momento en que tu serás la presa y yo la cazadora—charlaba con naturalidad empleando un tono jocoso. Evitando que le viera como una amenaza latente antes de tiempo, relajando el ambiente extendió su mano para que el ruiseñor pardo se posara en ella. Acercando el mismo hacia Maida— Fíjate como confía en mi, no presiente que le haré ninguna clase de daño o acabaré con su vida solo por placer—añadía acariciando el lomo del ave.

Intentando infundir en la joven confianza en lo que le rodeaba, ahí dentro del hogar de  Suluk nada la dañaría. Salvo que ella lo provocará y continuará por la misma vía, aferrarse a que todo era causado por la partida de sus familiares, nuevos lazos debían afianzarse con personas en las que ella pudiera apoyarse o al menos sentirse apreciada de verdad— No soy su enemiga natural, aunque confieso que puedo transformarme en cualquier animal de mi elección. Aprendí a cambiar mi forma humana por cualquiera que forme parte del reino animal y poner a prueba las habilidades de mis aprendices, llevándolos al limite entre elegir vivir o morir—asentía dándole un respiro. Tomándole por el brazo le infundía tranquilidad y paz.

— Pudiste volar por un instante, quizás una milésima de segundo o un parpadeo. Lo hiciste tu sola, impulsada por este pequeño amigo—otorgándole el crédito que merecía el aventurero invitado. El canto del resto de los ruiseñores abrigaba a la mujer, rodeándola con un aura de magia ancestral— Todos hemos perdido parte de nuestra historia, fragmentos que eran valiosos y le daban forma a nuestros orígenes. Alberga lo más valioso que te haya dado cada uno de ellos y el resto déjalo ir—aconsejaba de manera sabia, buscando darle un arma que más adelante tendría que poner en acción.

— Observa el cielo es tan inmenso, siempre es el mismo en cualquier parte del planeta. Solo cambia la tonalidad dependiendo de la hora del día o clima, viéndose también afectado por factores externos—apuntaba con el dedo a un puñado de nubes— Tienes el don de volar, ir a donde quieras. Conocer un mundo que no tiene limites y si los posee, es porque vos los has impuesto—quedando perdida en la belleza del paisaje que era ese manto celeste aderezado con un poco de blanco debido a las nubes que se iban moviendo lentamente.

@ Maida Black Yaxley

[Matthew Black Triviani]

La espera se estaba haciendo demasiado extensa, ya no podía recordar cuanto hacia que su sobrina y el resto de su familia habían desaparecido. Sus pensamientos estaban centrados en recorrer palmo a palmo el terreno, conocerlo más a fondo y tal vez en un futuro no muy lejano vivir en un sitio como ese. ─Donde se habrá metido─comentó mientras se recostaba bajo un árbol, aquel manto verdusco, aquel aire gélido que se adentraba por sus pulmones quemándolos como una brisa abrazadora al tacto pero confortante a fin de cuentas. 

Black ya había enviado una lechuza, esperando que la usurpadora de cuerpos apareciera rápidamente en los terrenos de Suluk, era la primera vez que aparecía por sus terrenos y vaya saber que clase de locura tenia impregnada aquella Arcana, si era como los demás, o tal vez como Sauda. 

En aquella ocasión, Odisk lo acompañaba -su gato mágico y consejero, que viaja siempre sobre su hombro derecho- Recordaba vagamente como lo conoció. Ahí estaba su único contacto con el mundo de la animagia, de momento, mirándolo, de hito en hito, invitándolo a no desanimarse y continuar con lo que había iniciado hace unos meses. Era extraño que un mago de su calibre viajara con un peludo adorable y aparentemente inofensivo... Su fachada era la de un gato con pelaje negro y una Luna en su frente, pero su forma cambiaba, de una aparentemente inofensivo, a crecerle cuernos cerca de las orejas y su pelaje se transformaba en una melena aun más llamativa. Matthew lo había traído del Tártaro, donde Baleyr lo había hecho descender, Odisk, coleccionaba las almas de todos aquellos que lo tocasen, excepto la del gitano, su alma ya había sido fragmentada al firmar el libro de la muerte. 

Escucho unas ramas quebrarse.

Observo la abultada cabellera rojiza menearse al compás de la curvilínea figura de Malum. 

Por un momento le regaló una sonrisa... Metió su mano detrás de su capa de viaje y hurgo entre los bolsillos encantados, para buscar así su muñeco Vudú, dandole un pequeño golpe en la cabeza. 

─Era tiempo de que llegaras, Akku no estará feliz de que lleguemos tarde a nuestro encuentro. ─medio sonrió y coloco su antebrazo en el de ella, para así emprender aquella aventura juntos. Claro, no lo hacia por amor, simplemente por si la arcana no se encontraba en sus pieles y collar tan llamativo de hielos, y estaba convertida en un animal que intentara devorarlos, la lanzaría a ella primero. 

@ Malum Luxure

 

[Malum Luxure]

Un nuevo aprendizaje me esperaba, está vez estaba decidida a llevarlo hasta el final, esperaba que mi reciente embarazo no fuera problema, últimamente estaba teniendo cambios muy bruscos de personalidad, me había vuelto más agresiva o tal vez siempre había sido así lo tenía reprimido en la psiquis, la verdad no me importaba mucho...yo siempre fui destinada a ser más oscura de lo que era en mi actualidad.

Estando en mi casa preparando mis cosas recibí un mensaje de mi tío Matthew para que me reuniera con él, ciertamente esa familia ya no era la mía pero mi madre seguía siendo mi madre al igual que el lazo con mi hermana Frankie, en este tiempo perdidas y vaya a saber a quién están torturando por ahí, me quedaban lazos de afecto con algunos pero no así con los patriarcas, pues habían roto mi confianza y eso es algo que no se recupera con facilidad.

Volviendo mi atención a lo que ahora me compete tome el mensaje, me vestí con un Atuendo todo negro, pues amaba ese color y en ciertamente me refleja, no se que tendría que hacer para aprender animagia pero a mí entender si quería ser el animal que deseaba, me la pasaría mucho por el suelo, tenía en mente algo más grande pero luego pensé en la ventaja de tamaño, rapidez, camuflaje y por supuesto el adicional del veneno y me terminó encantando mi propia elección.

Apure el paso y en un salto de traslador ya estaba donde se me había indicado, caminando despacio casi sin emitir sonido me fui acercando al mago que ya me esperaba, llevaba una peluca peliroja para jugarle una broma recordándole a Lady, pero un extraño golpe hizo que mmtgdpaja cabeza de golpe y esta se cayera revelando mi preciosa melena negra, mis ojos de profundo ébano le miraron fijo, no podía negar que el Black era sumamente atractivo y que eso podría ser herencia de mi adorado abuelo Aaron...pero yo más bien lo sentía como un compañero, un hermano nunca como algo más pues mi perverso corazón ya tenía un dueño y ese era mi amado esposo Eterno.

-Una dama siempre se hace esperar...por que lo bueno siempre tarda en venir.- Le conteste divertida cuando tomo mi brazo le miré arqueando una ceja, desconfiaba mucho del gitano y era tan voluble como el gato en su hombro, no era de tocar animales que no conocía así que mi sentido me alertó que debería seguir así. -Si no llegamos estoy segura que si estará feliz pues no tendrá que trabajar.- Comenté retomando el camino a nuestro destino donde nos esperaba la arcana.

Tenía espectativas bastante variadas con respecto a esto así que por ahora me mantendría positiva y receptiva, mas adelante veremos como nos toca el asunto.

--------------------------- ❤️

@ Matthew Black Triviani

[Suluk Akku]

El conocimiento solía tomar diversas formas animales, dándole un enfoque muy diferente al ser captado por aquellos que nacieron con el don de cambiar su forma humana por una de otra especie. Suluk llevaba demasiado tiempo entrenando a los que portaban esa habilidad en su interior, recordando los inicios de los primeros Animagos que llegaron a ella en busca del control de dicho cambio. La presencia de Maida había acaparado la atención de la Arcana, aunque ahora un par de magos llegaron a su gélido hogar, sorprendiéndole el gato que uno de ellos traía sobre el hombro. 

— Habrá que preparar un poco más de té—mutaba su anatomía por la de una águila real. Observando desde otra perspectiva el desarrollo de la Black, debía enfrentar sus miedos y aprender que la vida tenía ciclos que se cerraban para dar paso a otras facetas plagadas de maravillosos sucesos y vivencias que merecían una oportunidad. Extendió sus alas alcanzando una altura considerable, lanzando un graznido a los extraños, provocando que saltaran por el susto. 

Disfrutando del viento helado planeaba con gracia y agilidad el firmamento, deleitándose con el canto de los gorriones que le acompañaban— Pequeños—se comunicaba con ellos mentalmente. El vivir rodeada de diversas especies, le permitía convivir con ellos y conocer más íntimamente sus anhelos, inseguridades, temores y fortalezas. Aquello era una herramienta que hacia mucho más llevadero y ameno el aprendizaje que impartía, descendiendo entro por una de ventana recobrando su forma humana. Caminando hacia donde estaba dispuesta la tetera vertió dentro de está algunas hierbas, suficientes para tener una charla amena con sus alumnos antes de entrar en materia. 

Esperaba que llamarán a su puerta y darles una cálida bienvenida, acomodando los cojines que estaban sobre el suelo. Tenía lo necesario para vivir cómodamente dentro de su propio paraíso, satisfecha con la vida que había sido bastante cruda con ella en sus años de niñez y juventud.

[Matthew Black Triviani]

Solamente bufó ante su comentario y continuaron a paso apretado hasta dar con las casa de la Arcana. 

Indudablemente el tiempo se había detenido delante de sus ojos, no sentía la necesidad de apartarse de ese remanso de paz que le brindaba la compañía de su animal. Si que volvía a sus raíces con solo mirar ese par de gemas ambarinas, cargadas de almas y anhelos que se vieron frustrados por su propia terquedad. Su media hermana lo acompañaba, y esperaba que por su bienestar no tocara a Odisk, él solía ser un poco meloso con desconocidos, solo para lograr su cometido, ¿acaso estaba preocupado por ella? sacudió su cabeza para quitar esos pensamientos impuros de su mente. 

Su compañía era como un aliciente que sanaba el malestar del Nigromante, porque sin lugar a dudas deseaba saber que pasaría con su turno para aprender la habilidad... Recorrió con sus dedos la suavidad de su pelaje, comparándolo con un manto acolchonado. 

─¿Que expectativas tienes para la clase?─preguntó sin quitar la mirada del camino, su mente serena lo inquietaba un poco. ─Puedo leer tu mente y moldear tus recuerdos a mi voluntad, pero quiero que hablemos, creo que es nuestra primer aventura juntos─se paró en seco─, ¿no?─la miró por unos segundos y observó lo que parecía ser la pequeña morada de Akku. 

─Es extraña, parece tener dos climas dentro de uno solo... O quizás solo es una fachada.

Miro desconfiado el lugar, pero aún así se animo a adentrarse en su terreno níveo. 

@ Malum Luxure

[Malum Luxure]

El camino era tranquilo como un cementerio a media noche, casi silencioso si no fuera por el ruido de nuestros pasos y voces, no éramos particularmente habladores, sabíamos que no era necesario pues había otras formas de comunicarse sin necesidad de emitir sonido.

El mago a mi lado desprendía un aura tan oscura como fascinante, aún así no tenía miedo pues yo ya había muerto una vez, estaba viviendo una vida en una segunda oportunidad que no era mía, así que yo podría perderlo todo y aún así no sufrir por ello...una vez que pierdes el corazón rara vez se recupera, sin embargo tenía cautivo el de Lady latiendo para mí, su Alma alimentando a la mía y su cuerpo como herramienta de mis caprichos.

-Espectativas...para serte sincera espero entender y poder usar lo que aprenda para mi propio beneficio.- Respondí cuando el gitano preguntó, realmente quería lograr este objetivo me había llevado tienen elegir un animal que más o menos vaya con lo que necesito en un futuro. -Mis recuerdos? Yo no tengo recuerdos propios en todo caso manipularias la fuente de datos que aún conserva la pelirroja...a mi no me afecta en lo más mínimo...sí lees mi mente no hallarás mucho más que oscuridad lo que sería una pérdida de tiempo y magia.- Le mire regalándole una sonrisa torcida. -Sí es la primera vez que compartimos una clase y espero que no sea la última.- Desde que llegué supe que mi vida podría estar en riesgo cerca de él y su felino acompañante, pero que era la vida sin un poco de riesgo y juntarse con gente perversa y poderosa.

Al fin nos encontramos frente a la residencia de la arcana, un graznido me sobresaltó un poco pues no esperaba aquel sonido tan de repente, traté de ver de donde provenía pero me fue imposible, aquel frío lugar parecía que nos daba la bienvenida, como el hombre no parecía interesado en dar el siguiente paso fui yo la que lo soltó y me dirigí a la puerta tocando suavemente, no deseaba perturbar más de lo debido a aquel helado paraíso.

------------ ❤️

@ Matthew Black Triviani

[Suluk Akku]

— Podría tener más de un clima, si lo deseará—respondió la Arcana al ver al par de magos delante de la entrada de su morada. Invitándoles a pasar con un gesto afable, percibió un don peculiar en el pequeño que llevaba el Black en su hombro. Reconociendo la habilidad de la Nigromancia rodear su anatomía, vaya recompensa que obtuvo al ir de visita al mundo de los muertos— Muchos llegan aquí con expectativas tan altas como las cimas de los icebergs que flotan en medio de gélido océano. Pocos son los que se van con lo que han venido a buscar—añadía meciendo con cuidado la tetera que estaba en el fuego.

— ¿Qué los ha traído a mi morada?, buscan controlar su lado Animago y poder cambiar al mismo sin problemas—acomodando tres tazas sobre pequeños platos, rellenaba los mismos con la infusión de hierbas— Eso los ayudará a sentirse más cómodos y desinhibidos, tomen asiento—sonrió mostrándose en la mejor disposición de entablar una charla amena con ellos y conocerles más a fondo. Bien pudo irse por las ramas, entrando de lleno al tema de la enseñanza y no ser tan hospitalaria. Pero los años le enseñaron a volverse más sociable de lo que solía ser en su juventud.

— Está en estado, ¿no cree que eso impida que su desempeño sea apto o el ideal para enfrentarse a las pruebas que están por venir?—le cuestionaba. La idea de traer una nueva vida al mundo mágico, parecía llenar de alegría a la joven que se mostraba demasiado fuerte ente los ojos de Suluk. Experimentando simpatía por ambos, agradecida por tener sangre nueva en sus manos y poder moldearla a placer. Ahí lo interesante de la Animagia, poder cambiar la forma humana por una animal de la elección que más se acomodara a sus anhelos o pretensiones.

— Y bien, ¿Quién romperá el hielo?—miró primero a Malum y después a Matthew, dándoles la libertad de tomar la palabra sin ejercer ninguna clase de presión en ellos. Permitiendo que fluyera su habilidad Animaga, quizás le mostrarán el animal en que cada uno aspiraba a convertirse una vez terminada su enseñanza dentro de los terrenos helados que les aguardaban ansiosamente. Llevándose la taza a los labios, le daba un largo trago a su té, disfrutando de las sensaciones que el mismo provocaba en su cuerpo.

@ Malum Luxure @ Matthew Black Triviani

[Malum Luxure]

Nos vimos sorprendidos por la aparición de la arcana en la puerta de la casa. ella tan amable nos invitó a entrar, su hogar sin duda llamaba la atención por donde se lo mire, supongo que como cualquier lugar que uno hace propio está adaptado a los gustos y necesidades de su morador.

La dama nos invitó té de hierbas y bien dijo que era para que podamos relajarnos y las cuestiones fluyan con naturalidad, así que me tomé un hondo respiro y me senté donde me indicó, escuchando con atención las palabras que brotaban de sus labios, cuando se refirió a mi embarazo me paralice un momento, mis ojos negros ébano se abrieron como dos pozos ante la sorpresa. Ciertamente no imaginé que ella pudiera saberlo, ya que por ahora solo estaba enterado Eterno con seguridad y Mefistofeles aunque aún no había hablado con él sobre el asunto, mi bebé aún era una pequeña semillita de por lo menos unas 4 semanas, así que ni siquiera se de notaba en mi vientre.

Tome la tasa y bebí de ella en verdad necesitaba relajarme...así que me dispuse a contestar a lo que ella decía. -Bueno, es un grupo ínfimo los que saben de mí estado, antes de venir tomé unas medidas de prevención para que nada le ocurra.- Le respondí con sinceridad y calma, era cierto que a mi esposo no le gustaba la idea de que nos ponga en peligro pero le dije que nuestro vástago era fuerte y que sin duda lo cuidaría. -Yo vine a dar todo de mi para aprender y controlar la habilidad, creo que cuando parecemos más vulnerables es cuando más tenemos que demostrar de qué somos capaces.- Me sentía muy seguía de mi misma y si la arcana me lo permitía se lo iba a demostrar.

Aquella infusión en verdad tenía un agradable sabor y eso me sentó muy bien pues ya había empezado con los malestares del primer trimestre, aún así no me rendiría con facilidad, estaba aquí para ser una animaga que se convierte en una serpiente "Yarara", está criatura increíble y menospreciada que les dará una lección.

----------- ❤️

@ Matthew Black Triviani