Animagia

[Hannity Ollivander Evans]

¿Había seguido las instrucciones de manera correcta? Realmente no lo sabe, últimamente no es consciente de lo que hace, actúa por... ¿instinto? No, no lo sabe, no lo cree, pero últimamente sus recuerdos son pocos, aquello que habita en ella ha bloqueado sus recuerdos y por lo que ella cree la ha sumergido en una especie de sueño profundo del que poco la deja despertar.

 

El camino que la lleva a su lugar de destino es agradable, un lugar boscoso que le hace recordar su querido hogar, aunque todo aquello, el camino y el lugar, pueden ser un producto de su imaginación, una ilusión creada por aquello que la posee y que también lo hizo con su padre.

 

Ya va tarde, probablemente demasiado, pero no lo nota, no puede notarlo, esta adormilada.

 

No demora mucho en llegar a su destino, una casa que Hannity no distingue su estilo y de cierta forma no entiende que hace allí,  sabe que aquello, la actividad que está a punto de realizar es importante para ella,  más importante de lo que ella en ese momento cree, de hecho, ella había esperado ansiosa ese momento y había dado todo de ella para poder llegar hasta ese nivel y cursar la tan esperada habilidad.

 

Sabía todo acerca de  lo que haría, había leído los libros necesarios y tenía muy claro el animal qué quería, del qué adoptaría su forma, sus comportamientos.

 

Un lobo ártico.

 

Atraída por él, por sus características, por las similitudes entre ellos y por que se sentía identificada con el por la licantropía de su padre.

 

No tardó en llegar a la puerta de la casa, al parecer en el lugar se encontraba alguien más además de la arcana, pero espero paciente a que alguien saliera, total, sabía que ella llegaba probablemente mucho más tarde de lo que probablemente le habían solicitado. 

 

@ Suluk Akku

[Suluk Akku]

Suluk sonrió ante la respuesta física de la chica. ¿De verdad se estaba tomando aquella clase como un juego? No iba a admitirlo, pero se sintió un tanto ofendida. Se suponía que era aquella chica quien necesitaba de su ayuda para vincularse a la animagia y al contrario de eso parecía que la estaba tomando como un simple juego, pero aún así la invito a pasar.

- Entonces, buscas vincularte con un colibrí… ¿no? -inquirió, tenía esa información de las veces pasadas en que Maida se había acercado a ella para intentar vincularse con la habilidad-. En esta ocasión no vamos a detenernos en presentaciones, ya no hacen falta.

Se dirigió hasta la cocina e invitó a Maida a sentarse en la mesilla que estaba justo en el centro de aquella habitación. Encendió la estufa para calentar un poco de agua para el té, mientras esperaba se plantó frente a Maida mientras daba vueltas al anillo en su dedo.

- ¿Crees que tienes la suficiente fuerza para vincularte con esta habilidad, Maida? Lo has intentado ya dos veces y de un momento a otro desapareciste sin más… Así que dime, ¿de verdad crees que esta vez lo vas a lograr?

Dejó escapar un suspiró y apenas la tetera comenzó a chillar, se dirigió hacia ella y vertió el agua en dos tazas. Le ofreció una a Maida y le indicó que podría tomar cualquier te de su elección del tazón en medio de la mesa.

- Muéstrame tu fuerza, Maida.

@ Maida Black Yaxley

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Un par de días después de que Maida tocara a su puerta, alguien más apareció dentro de los limites de su propiedad. Le habían informado que en esos días tendría una nueva alumna así que quizá y se trababa de ella. Se acercó hasta la puerta y una vez que la abrió, le dedicó una sonrisa a la chica detrás de ella.

- Hannity, ¿cierto? Me informaron que vendrías… -Echó un vistazo hacia el interior de su casa, las últimas clases las había impartido ahí así que era hora de apartarse un poco de eso-. ¿Te parece si damos una vuelta alrededor del lago?

La Arcanana no le dio tiempo a la chica a responder, salió de su casa y cerró la puerta detrás de ella.

- Entonces, comencemos… ¿Cuál es el animal con que buscas vincularte?

@ Hannity Ollivander Evans

[Maida Black Yaxley]

Las palabras de Suluk la tenían en un limbo mental que no era capaz de admitir, pero si logró aceptar la invitación al té o a lo que pudiera tomar, cualquier oportunidad para desaparecer de lo que necesitaba en realidad, la iba a tomar. Mientras se sentaba y ella se dedicaba a la tetera, se detuvo un poco a pensar en los arcanos en general, es decir, por mucho que ella intentara fingir una fortaleza que no poseía, no lo iba a lograr. Ahí estaba la diferencia con los Uzzas, siempre tan preocupados en que una "actuara", los arcanos, querían que una "conectara" y permitían una vinculación con la habilidad que los estudiantes buscaban, era algo más íntimo. Eso no quitaba que le tuviera el mismo terror a unos u otros, pero digamos que Maida sentía que Suluk no tenía intenciones reales de asesinarla.

Cuando la tuvo frente a frente se sintió confundida, sus pensamientos de animagia tenían mucho que ver con el aire, sí, específicamente ¿un colibrí? No, no estaba del todo segura. Jamás lo había concretado, se vio las manos imaginando como se verían los colores de las plumas. Suspiró y decidió no pensar en eso de momento. Ella no iba a echarla de su casa, ¿o sí? Guardó silenció mientras ella hablaba, se decantó con un té de jengibre con naranja y esperó que el agua hervida se tinturara un poco.

— ¿Puedo serte sincera? —preguntó como respuesta— Ahora mismo no tengo la fortaleza de levantar una aguja del suelo.

Apretó los labios justo luego de decir eso.

— ¿Alguna vez has pensado en cómo suicidarte? No, yo tampoco, no te me vayas a alarmar, sin embargo, tengo la terrible sensación en la boca del estómago que con plena para de torneos de quidditch, la ausencia de mis familiares más cercanos y la falta de un ideal concentro en el que dedicarme, pronto los pensamientos de aburrimiento se llenarán de la nostalgia que he mantenido fuera de la habitación y me vuelva más oscura de lo que me he permitido ser siempre —la bruja no estaba mirándola, no se sentía avergonzada de lo que expresaba, al contrario, se sentía... liberada, por vez primera en al menos dos años, había sido capaz de expresar lo que sentía realmente ante lo que sucedía a su alrededor—, tengo que poder. Tengo que poder creer que lo lograré, que tengo la fuerza. ¿Cómo dicen por ahí? Ah, sí... "fake it 'till you make it".

Acercó la taza de té y aunque aún estaba humeante, bebió un largo sorbo.

— Me sirvió como guardiana para los Tornados y ya ve...o quizá no, ¿es usted fanática del deporte mágico? Mi equipo ha salidos ya dos veces campeón. —Tuvo una risa vacía en medio de aquel comentario, como si quisiera disimular un cuadro negro con una pincelada de azul—, ¿Cómo le demuestro fortaleza? Puedo intentarlo.

[Hannity Ollivander Evans]

Las voces en su cabeza ya eran algo normal al igual que imaginar cosas que probablemente no existían,  al menos no para los demás, así que respondió con una sonrisa a la arcana cuando ella preguntaba si le parecía bueno dar una vuelta al lago.

 

Le recordaba tanto a la Heredad qué no puso objeción alguna, aún si fuera un escenario diferente no lo hubiera hecho, estaba allí para aprender a vincularse con un animal y que mejor que fuera en la naturaleza y no en un espacio cerrado qué le recordaba tanto a su prisión en su propia casa.

 

¿Comenzar? No le daba mucho sentido,  era una de las pocas veces que la habían dejado salir sola, lo cual le parecía maravilloso estar en el exterior, pero sí,  quería comenzar y vincularse con aquel animal con el que tenia, o al menos eso creía,  tanto en común.

 

- Espero vincularme con un lobo ártico - respondió minutos después de que la arcana hiciera la pregunta, pero no paró allí, era tan bueno escuchar otra voz que no fuera la de Crouch llevándole de comer, o las que escuchaba solo ella al punto de que ya las creía reales. - Al lobo le gusta defender a los suyos, es muy de temas familiares - como yo, quiso decir - inteligente y magnífico estratega, quiero aprender todo de ello y por eso estoy aquí, para aprender de usted y su sabiduría para lograrlo.

 

Junto ambas manos e inclinó la cabeza es señal de reverencia hacía la mujer.

 

[Martin N Roses]

Pero de repente pasó algo muy extraño, algo que no era posible explicar con palabras, una rara sensación en el pecho que invadió al mago de cabellos negros hasta hipnotizar todos sus sentidos. Se trataba de una señal, pensó entonces, una señal de que no era lo correcto, que el ave con el que trataba vincularse no era en realidad lo correcto.

La mirada perla del mago se clavó en la pared, intensa y sin ver. Los pensamientos lo consumieron y una imagen nítida lo barrió todo: se encontraba en las nórdicas e inhóspitas tierras rusas, no tendría más de doce años y allí estaban, imponentes sobre una de las colinas cercanas, unos lobos de denso pelaje blanco. El casi adolescente, muy lejos de su país natal, se encontraba allí junto a su abuelo de arrugas incontables y el fiel lobo de pelo negro, llamado Hielo. Era una tarde como cualquier otra y, al mismo tiempo, muy diferente. Varias criaturas de aquellas tierras estaban comportándose de forma inusual y tanto el pequeño Black como su abuelo estaban queriendo averiguar la razón.

El experimentado viejo le insistía a su nieto de la fuerte presencia de magia antigua. Él lo escuchaba, con aquella mirada gris perlada clavada en los ojos azules del anciano. Lo escuchaba con suma atención, sabía de la sabiduría del hombre y de todos los conocimientos que había estado dispuesto a enseñarle. Pero en particular aquella aventura era diferente a todo lo anterior: nunca se habían incursionado tan profundo en el bosque de la oscuridad.

Cuando Black volvió de su ensimismamiento, la arcana continuaba allí, mirándolo extrañada.

—Necesito comprobar algo antes de la prueba —le dijo con toda la tranquilidad que pudo mientras el corazón le azotaba en el pecho—. Volveré.

La aparición fue en el punto exacto de aquel lugar visitado un par de décadas atrás. La enorme mancha negra circular alrededor de una rosa marchita y maldita, un calco perfecto del tatuaje sangrante que aún llevaba en su espalda, todavía estaba como la recordaba antes de desvanecerse. El tiempo no la había cambiado en absoluto. Cuando el mago de cabellos negros avanzó unos pasos, algo inseguro, hacia ella, sintió una nueva presencia en aquel aparente desértico paraje. No se inmutó y continuó caminando, ahora hacia el recién llegado. El animal de cuatro patas lo miraba entre sorprendido y desafiante. No necesitaban palabras para comunicarse.

El sol fue acostándose poco a poco y refugiándose entre la comodidad de las nubes para no ser molestado. Y de repente, ya no había un humano y un lobo sino dos lobos de denso pelaje blanco próximos a la rosa marchita. La sensación de incomodad, de inconformismo y de que no era lo correcto poco a poco le abandonaron a su ser. Ese había sido su primer pensamiento, el animal con el que en realidad sí estaba vinculado, y no sólo por Hielo. Había sido aquella manada, en donde destacaba el único lobo que quedaba vivo de ella, quienes le habían ayudado aquella vez tanto tiempo atrás. No era una cuestión de alas sino de aullidos y miradas desafiantes.

—Suluk, ahora sí estoy listo. —Había regresado en cuanto había podido. El mago cuya altura rozaba el metro noventa volvió a la casa de la anciana y sabia bruja, preparado para hacer la prueba. Pero esta vez no pretendiendo ser un pájaro sino un lobo, el verdadero animal que había marcado su vida. Él se sentía uno, él era uno.

Aguardó en silencio, esperando la respuesta de la arcana. Suluk Akku lo miraba como intentando sopesar lo que había ocurrido. ¿Sería la primera vez que había ocurrido algo semejante? Black intuía de que no. No todo el mundo tiene tan claro qué animal es el correcto. Él esperó la evaluación de la arcana, con una marcada tranquilidad en la expresión de su rostro en endurecido.

[Melrose Moody]

Melrose no había concluido su formación la última vez.

Si era realmente estricta consigo misma, ni siquiera la había empezado del todo. Había tenido una única y muy pequeña revelación: que, contrario a lo que suponía, su conexión espiritual no era con un topo o algún otro animal similar si no con un mapache. Por lo demás, la arcana había sido muy clara respecto a que eso era apenas la piedra angular de lo que sería su formación.

Primero ingresó a los terrenos a través del portal y luego se dirigió a la puerta junto al jardincito sin prisa. Le gustaba la residencia de esa arcana en particular, con olor a tierra, de colores vivos. Melrose percibía el aroma de cosas cercanas y lejanas y su naricilla exploraba todo con la misma intensidad que cuando todavía vivía en los bosques. Quizá, era un efecto secundario de pasar tanto tiempo en la casa de los Moody en Luss.

Tocó la puerta y esperó. En aquella ocasión se había preocupado un poco más en lucir apropiada para afrontar cualquier cosa así que no estaba muy preocupada. Pantalones de pana, un polo sencillo y una mochila pequeña. Llevaba una daga al cinto y de la mochila colgaba cabo de cuerda. No estaba segura de qué era lo que le esperaría pero habían ocurrido muchas cosas en su vida últimamente, así que sentía otra vez la premura de concluir con su formación. Tenía la impresión de que en aquella ocasión las cosas irían distinto. 

[Suluk Akku]

Suluk escuchó con atención las palabras de su aprendiz, no podía decir que no la entendía. En cierta forma hasta empatizaba con ella, pero la realidad es que no estaban ahí reunidas para hablar sobre aquellos temas.

- Comprendo tu sentir, Maida… -Suluk dejó escapar un suspiro y después continuó hablando-. Ser una Arcana no es algo fácil, más bien es una tarea bastante solitaria.

Pero no podía quejarse, había aceptado aquella tarea conscientemente y sabía bien que tenía una gran responsabilidad que cumplir con todos aquellos que buscasen vincularse con la habilidad. Se alejó un poco de su aprendiz mientras pensaba.

¿Cómo podía aquella chica que parecía estar al borde se quebrarse su fortaleza?

- Acompáñame -solicitó a Maida-. Visitaremos un lugar dentro de la escuela que creo nos servirá para tu aprendizaje. Pero antes debo confirmar, ¿quieres vincularte con un Colibrí, aún?

No había tenido una respuesta certera a su pregunta y no podía continuar avanzando si no la obtenía.

@ Maida Black Yaxley

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- Un lobo ártico -la Arcana asintió ante las palabras de su aprendiz-. Interesante.

Suluk había estado a Hannity durante un par de minutos y podía decir que a simple vista aquella chica no tenía lo suficiente para controlar una forma animal tan fuerte, pero quizá y estaba equivocada y solo se estaba creando una idea totalmente equivocada. Se relamió los labios y acto seguido le pidió a su aprendiz que tomara su mano.

- Creo que debemos buscar un lugar más adecuado. ¿Qué dices del ártico canadiense?

Una vez que Hannity tocó su mano, ambas desaparecieron de la escuela mágica para aparecer un par de segundos después en medio de un paisaje totalmente nevado. Apenas aprecer, Suluk realizó un rápido movimiento de varita al tiempo que conjuraba un hechizo que les protegería del frío.

- Entonces, Hannity, ¿crees tener la fuerza necesaria para vincularte a un lobo ártico?

@ Hannity Ollivander Evans

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- ¿Seguro?

Suluk estaba acostumbrada a aquel tipo de situaciones, pero de cualquier forma no dejaba de sorprenderse cada vez que sucedía. Se alejó un par de pasos de su aprendiz para observarlo con detenimiento, algo en él había cambiado y seguro que eso tendría algún tipo de efecto en su prueba final.

- Bueno, seguro que lo estás, pero antes de seguir avanzado necesito que me cuentes que es eso que has necesitado comprobar una vez más antes de dirigirte a la pirámide.  Aunque no es necesario que lo hagas aquí, si realmente estas listo para tu prueba, vuelve mañana y te estaré esperando en algún punto cercano a la pirámide.

Dicho eso le pidió a su aprendiz que se retirara, tenía un par de cosas de las que encargarse durante la tarde de ese día.

@ Martin N Roses

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Suluk abrió la puerta solo para encontrarse una vez más con una de sus aprendices que había desaparecido sin más en días anteriores y aunque no aprobaba del todo aquel tipo de situaciones, ya se encontraba acostumbrada a ellas. Le dedicó a Melrose una sonrisa y la invitó a pasar aún cuando no durarían demasiado tiempo dentro de aquel lugar.

- Dime Melrose, ¿ahora sí estás lista para vincularte con esta habilidad?

Varios alumnos habían vuelto en los últimos días así que la arcana tenía sus pensamientos un poco revueltos. Le indicó a su aprendiz que tomara asiento en lo que preparaba nuevamente un poco de té.

- Cuéntame, ¿qué animal era al que buscabas vincularte? -Casi nunca olvidaba ese tipo de detalles, pero ese día se sentía realmente cansada-. Necesito ese tipo de información para saber hacia dónde es que nos dirigiremos una vez que terminemos nuestra taza de té.

@ Melrose Moody

[Melrose Moody]

—Suluk —dijo, inclinando la cabeza.

El saludo no se prolongó demasiado y la bruja pasó sin más. Una vez se hubo instalado bajo sus instrucciones, tomó la taza de té de las manos de la arcana esperando alguna clase de instrucción que le costaría procesar. Sin embargo, ella hizo lo contrario a lo que esperaba. Su pregunta fue directa. Melrose apreciaba ese nuevo comportamiento más bien práctico y sin rodeos. 

—Sí, creo que me encuentro preparada —de cierta forma, las experiencias que había vivido en épocas recientes la habían ayudado a reforzar su identidad y entender aquellas cosas que quería conseguir. Mel estaba convencida de que eso la ayudaría con su aprendizaje de animagia.

La bruja no se detuvo a cuestionar en cómo o por qué ese proceso se había dado de esa manera: ella simplemente lo sabía. Le dio un largo sorbo a su té, disfrutando de que ya se hubiese enfriado un poco gracias a un revoleo de su varita. Tenía un olor fuerte y agradable. Aún sin ser un herbívoro, Mel apreciaba ese tipo de cosas. Las que estaban bien hechas y eran obtenidas con paciencia. Además, estaba el asunto de que la última vez esa pregunta no había tenido respuesta. Ahora sí.

—Un mapache —dijo Mel sin titubear—. Es lo que visualicé de manera muy clara la última vez.

Y vaya que le había costado. Toda una sorpresa para ella también. Después de todo, había estado casi segura de que sería algo mucho más parecido a su patronus, como un topo o tal vez un erizo o alguna otra criatura muy vinculada a la tierra. No era que los mapaches no lo fueran... era solo que no era lo que ella había esperado. Le gustaban los mapaches, como cualquier otra criatura, pero no creía entenderlos del todo. Eran parecidos a los humanos, y no lo eran. Tenían actitudes del todo caóticas o incomprensibles a veces. Mel no entendía por qué eran lo que había visualizado mas no había lugar a error. 

[Suluk Akku]

Melrose decía estar preparada y Suluk esperaba que realmente así fuera así que intentaría poner todo de su parte para que la bruja no cesara de nuevo en su intento de vincularse a la animagia. Mientras la escucha, la arcana bebió de su taza de té, no recordaba que un mapache fuera la primera elección de Melrose, pero seguramente se estaba confundiendo ya que esta parecía estar por completo seguro de lo que le estaba diciendo.

- Muy bien… -Suluk bebió una vez más de su taza y acto seguido la dejó sobre la mesa-. Entonces buscas vincularte con un mapache. Cuéntame, ¿por qué un mapache?

No recordaba que hubieran tenido aquella conversación y era realmente importante para ella conocer ese tipo de detalles para saber como que camino debía seguir durante la vinculación de Melrose con la animagia. Suluk giró su anillo por un par de segundos esperando encontrar una relación entre la chica frente a ella y un mapache, pero no lograba tenerlo del todo claro.

- Una vez que me des una respuesta iremos a un lugar especial para continuar con tu aprendizaje…

@ Melrose Moody

[Melrose Moody]

—Un mapache porque...

La bruja se queda en blanco por un instante. Todo lo que había hecho antes, cuando visitara a Suluk por primera vez, había sido sentarse a meditar en su búsqueda del animal que habitaba en conexión con su interior. Al menos, eso era lo que Suluk le había indicado, debido a que Melrose había llegado sin ideas claras respecto a cómo abordar la habilidad. Cuando lo había hecho, lo que había encontrado dentro era esa curiosa criatura. Las razones no se las había cuestionado. Sin embargo, la arcana tenía razón. Debía haber un motivo por el cual el animal se había manifestado ante su llamado.

Su patronus era un topo y Melrose sabía que esa manifestación significaba también estar conectada a eso. La animagia era distinta: nacía de algo más profundo y primario. 

—... son divertidos —Melrose empezó con voz dubitativa mas, cuando prosiguió, se dio cuenta de que eran palabras que parecían haber aguardado en su interior.  Como si su inconsciente ya se hubiera dedicado a pensar  al respecto y hubiera encontrado no una, si no varias cosas—, amables, pueden ser impredecibles y también serviciales. Son cálidos, peludos... —Melrose se dio cuenta de que de cierta forma estaba desviándose de tema. No estaba diciendo algo que sonara muy convincente. De todos modos, sintió que eso la llevaría a algo de utilidad, por eso no se detuvo— no buscan mostrarse distintos a lo que son —la bruja cayó en cuenta entonces que había dado en el clavo—. Son inteligentes y no elegantes. Son... —¿acaso estaba exagerando con esa descripción detallada?—rebeldes y rápidos. No conocen de autoridades, viven y dejan vivir. Son unos sobrevivientes, en un mundo de humanos. Aferrándose con uñas y dientes, hasta el final. Se parecen mucho a nosotros los licántropos. 

Aquello la sorprendió. Había pensado que sus palabras iban a ir por otro derrotero. Volvió la vista hacia Sauda mientras le daba un sorbo final a su té (en casa de la arcana las tazas eran pequeñas en comparación). No sabía si había dicho algo de provecho pero esperaba que ella pudiera guiarla por ese camino.