♥ Familia Tonks ♥ (MM B: 78211)

[Darla G Dumbledore]

Una ráfaga de viento atravesó el lugar y la bruja pudo sentir no solo como se agitaba su capa sino algunos de sus cabellos sueltos sobre la frente, los que eran demasiado cortos para trenzar. Su mano empujó con suavidad la reja y ésta cedió. Con paso calmo comenzó a recorrer el camino que llevaba hacia la puerta de ingreso de la Mansión de la Familia Tonks.

 

Una vez más la nostalgia invadió a la bruja, no quería recordar aquello pero la verdad es que una visita así no la hubiera hecho sola, su mano se crispó con cierta angustia en su bolsillo, donde aferró más firmemente la varita. Había pensado mil veces recurrir a alguien para el obliviate, de hecho sus estudios le hubieran permitido modificar su propia memoria, pero finalmente había aprendido a poner todo en aquellos compartimentos en que dividía su mente. Se relajó, no podía llegar angustiada a la casa, no podía mostrarse así ante el joven mago.

 

Se detuvo una vez más, el viento había cesado tan de repente como se había iniciado pero podía sentir en el aire aquella extraña vibración que le indicaba que la magia llenaba los jardines. ¿Sería posible que hubiera defensas desconocidas para ella? Suspiró, dudando entre sacar o no la varita, pero quizás sin tenerla en la mano podría aplicar sus conocimientos de bandos, sin recurrir a nada violento si no hacía falta, después de todo, estaba allí por una simple razón.

[Ludwig Malfoy]

Muy temprano el mago Ludwig Malfoy Triviani se había encargado de preparar un par de lechuzas para realizar la invitación a la Gala de Beneficencia más importante de la época actual. Todos serían bienvenidos sin embargo las autoridades mágicas de varios ministerios serían piezas clave para ayudar a frenar la diseminación del virus mágico que afectaba a toda la población.

De tal manera que Memo, la hermosa lechuza del Malfoy tenía preparados varios destinos a los cuales debería mandar su mensaje y uno de ellos era la vivienda de la familia Tonks, un lugar que siempre se había considerado territorio de la Orden del Fénix. Ahí residía el Embajador de Escocia, por lo que era necesaria su presencia.

La lechuza voló por la casa y deposito la invitación en el correo del embajador el cual debería verla lo antes posible. Acto seguido se retiró volando para enviar sus invitaciones faltantes. 

Traslador a la Gala
 

 

@ Anthony Ryvak Dracony

[Riuu]

El niño mago corría por los jardines de la hacienda, sentía ser tan libre como el halcón peregrino y las lechuzas del joven fantasma...al menos ahora que el Ryvak le explicó “el porqué debe ser acompañado por alguno de los elfos del joven mago” disfruta visitando aquellos lugares donde el fantasma tiene cierto interés.  Además de que es menos aburrido que solo permanecer en el hotel...

El lugar es amplio, no tan lujoso como los locales del fantasma, pero con muchas criaturas mágicas, plantas y elfos! Aquí sí qué hay muchos con quien hablar o como dice Cristoff “Acosar con las miles de preguntas que atarantan a cualquiera” Riuu no puede evitar soltar su alegría a carcajadas!, si...desconoce todo y por eso su interminable:¿porque?¿quien?¿cuando?¿para que?...

Cristoff supo que la “cascada de preguntas iba a iniciar” cuando una bella lechuza llevó a sus manos una invitación , el niño llegó junto a él en un instante para saciar esa curiosidad que siente por la misiva, el elfo suspiro, sus oídos le dolerían si no daba respuesta al infante parlanchín...

—Es una invitación para el amo Ryvak Dracony, yo no puedo saber si el joven le llevará, debe preguntarle a él directamente.

—Y...¿Dónde está él? Me gustaría que me llevara, quiero ir! Dile tú ¿Cómo voy a preguntarle,eh?

@Anthony Ryvak Dracony

[Sunar PBT]

Hanimi, elfa doméstica de Sunar

 —  ¡No puede ser! — gritó llevándose las manos con sus dedos largos, a la cabeza.

La bruja aviso a todos los elfos que volvería, no solo al país sino Ottery St.Catchpole donde se encontraba la mayor población que la Tonks conoció desde su llegada. Y había tanto que hacer que la elfina se echó a llorar en el piso del cuarto porque se sintió tan abrumada, pero no por las tareas a realizar, más bien porque extrañó tanto a la pelinegra que nunca pensó que regresaría casi sin avisar.

Siempre hubo noticias de cómo se encontraban madre e hijo al oriente del planeta y la vida de la elfina se dividía entre labores en la hacienda, cuidado de los animales que no solo pertenecía a la señora Sunar sino de la casa en general, no obstante, la esperanza que volvieran eran casi nulas hasta ese momento.

—  Por fin viene — se dibujó una sonrisa en el rostro regordete de la elfa.

Secó con un trapito los mocos, se levantó para seguir acomodando el cuarto porque era mucho trabajo, no necesariamente físico, pero si debía dejar todo en orden y muy limpio para la llegada de la bruja a la Hacienda Tonks.

Pronto podría escucharse la voz de la mujer, la de Argentus. Tal vez,  podría vivirse una atmósfera como si nunca se hubieran ido.

[Anthony R. Dracony M.]

Elfo Jerard

 

Refunfuñando se apareció en la Hacienda, al elfo le agrada más estar al cuidado del Atelier del amito Anthony Ryvak Dracony... allá si que tiene bien aprendida la rutina de tareas que están a su cargo. En la Hacienda no sabe bien que hace, mira hacia todos lados y se pregunta porque le han enviado ahí, después de que la chica castaña se marcho, al peliverde se le pasaron las ganas de visitar la Hacienda.

Fue como zombi hasta aquella habitación que por un corto tiempo, la ocupo Anthony, pero fue triste permanecer ahí, la partida definitiva de Ishaya, lo cambió todo.

Suspiro al entrar, ya poco quedaba en la habitación, Jerard recordó que tres años atrás, el ojimiel le pidió sacar la mayoría de los muebles para quemarlos en la tradición de renovación... por eso es que estaba esa habitación semi-vacía, del resto, todo seguía igual, hasta las criaturas seguían retozando felices ya que los diez elfos, siguen ocupándose de ellos, dinero no faltaba para el alimento, pero la ausencia física del Patriarca, se deja sentir bastante, sobre todo porque ahora si, no habría un retorno a su hogar.

[Sunar PBT]

Hanimi, elfa doméstica de Sunar

Terminado la labor de limpieza, junto al cambio de las camas de madre e hijo, también arregló el mueble del tocador. Si bien la bruja colocaba sus productos como le gustara, la elfina estaba encargada de todas formas de mantener arreglado el tocador.

Salió del cuarto para dirigirse hacia las cocinas, de camino se encontró con otro elfo que entraba en una habitación. Miró de reojo observando que no había casi muebles, pero no quería parecer entrometida y siguió en dirección a las cocinas. Allí revisó que la despensa en común estuviera llena y la sección de ciertos alimentos que le gustaba a la ama Sunar y su hijo mantuviera alimentos en buen estado.

 — Pan de centeno de masa madre, tarro grande de avena orgánica — fue repasando y colocando un gancho con la pluma sobre cada apartado escrito en el pergamino.

Usando Hanimi un taburete siguió revisando los artículos que había en esa despensa en especial, ya que debía conseguir otros alimentos frescos y eso significaba que debía ir al Callejón Diagón por ellos. Aunque la diminuta elfa no recordaba que locales podrían vender esos artículos, tendría que preguntar al momento de arribar allí.

Suspiró al ver que logró culminar la verificación de todo lo que había en existencia, así como lo que debía adquirir para cuando la ama Sunar llegara a la Hacienda.

[Anthony R. Dracony M.]

Elfo Jerard

El elfo reviso el interior de cajones e interior de los escasos muebles en la habitación, pudo hallar materiales de dibujo que pueden ser de utilidad para el mago allá en el atelier... así que los fue reuniendo en una bolsa de plástico para transportarlos más fácilmente.

En el local, el mago ojimiel, tiene una sala donde exhibe las pinturas que realiza, aquellos pinceles, carboncillos y lápices, le servirán muy bien. Dio un vistazo a la pintura del fénix en el muro izquierdo que tiene el hechizo de permanencia... antes cuando quiso retirarlo, fue una tarea imposible, lo que le recuerda a Jerard, que muy poco sabe sobre el peliverde. (Precisamente el elfo no conoció al mago Patriarca de la Familia Tonks, Ishaya, el alegre mago, ahora no puede pasearse por la Hacienda, hubo algún conocido que bromeo en el funeral del rubio, que no "estaba hecho para ser fantasma y por eso el lugar estaría tranquilo"... demasiado, a decir verdad, sus criaturas mágicas y los elfos, ya estaban mejor debido al apoyo que recibieron de los funcionarios del Departamento de Criaturas Mágicas, el duelo fue largo y doloroso, pero la castaña Cindy R. se empeño en solicitar aquel servicio de salud bastante interesada en que se adaptaran a aquel hecho irremediable, su querido amigo y propietario se adelantó a ellos a esa otra etapa de la existencia. Anthony no convivio mucho con Ishaya, él rubio tenía otra familia y además no era el padre del chico ojimiel, Adriano Wallase si que fue el progenitor de Anthony, pero murió antes de que el mago cumpliera edad para iniciar su preparación mágica... no importaba ahora pensar "en lo que no fue" porque no puede reescribirse la historia.)

Jerard miró los muebles para memorizar los mismos... si la "Fogata de San Juan" vuelve a realizarse, ya le dirá a su amito que muebles hay disponibles.

[Sunar PBT]

Raizor, elfo doméstico de Sunar

 

Después que hubiera terminado de reordenar un cuarto en la Mansión, el elfo viejo decidió tomarse un tiempo para ir la Haciendo en busca de la elfina. No debía más quería saber cómo estaba Hanimi y quitarse esa duda de su cabeza acerca de la última vez que la vio. Pretendía olvidar todo lo que años atrás quiso experimentar y que no era normal para los elfos que trabajaban para un amo en común, así que debía terminar de una buena vez.

Se apareció en los terrenos donde podía por la restricción para el como una criatura que no trabajaba allí, y rápidamente caminó hacia la casa principal para buscar a la elfina. No obstante, le pareció ver una figura conocida entre unos arbustos, pero también pensó que sería otro ser. Se detuvo y paso a paso caminó despacio preparado para actuar de ser una emergencia o un enemigo que debía atacar. Cuando estuvo casi encima, se giró el elfo. Era Hanimi.

-- ¿Hanimi? -- se sorprendió al ver el delantal de la elfina embarrado de sangre. -- ¿Qué pas... -- no siguió hablando porque la sorpresa fue aterradora.

Observó incrédulo que las manos de la elfa estaban manchadas de sangre de un cuerpo de animal que yacía en el suelo. De los ojos grandes de la elfina manaba lágrimas abundantes y su rostro estaba desencajado mirando sus manos y a Raizor que la había sorprendido. 

-- N..no fuí... -- varias veces buscaba pronunciar palabras, pero no salía la voz. 

El elfo se acercó y pudo observar que parecía un animal salvaje que estaba destrozado. Ya no creía que fuera la elfina porque se notaba que fue despedazado por posiblemente otro animal salvaje. Ayudó a levantarse a la elfina y la alejó del cuerpo, mientras el buscaba la forma de enterrar el cadáver. 

-- Vamos a casa -- le dijo tomándola de los hombros para llevarla a la casa para calmarla.

[Shena Cindy de Ryvak M.]

Tras un tiempo de viaje a pie, la castaña al fin ha logrado regresar a la hacienda, aquel lugar que aunque por cortó tiempo, le llena de recuerdos pasados.

Emocionada llega para rememorar lo que vivió ahí, ella no sabe si algún mago o bruja de la familia, se encuentra habitando ahora la propiedad, pero eso mismo le provoca curiosidad. Los elfos si que deben estar, ocupados en sus tareas para conservar la hacienda en buen estado, tan fieles como siempre...

La chica es libre de llegar y quedarse si lo quiere, después de todo, es la esposa de un integrante de la familia...

Lo primero que hace la muchacha, es explorar el jardín y de inmediato se pone a la tarea que le surgió recientemente, agregar más bellos ejemplares a las flores que ya existen y que algunas de las elfinas, prodigan sus esmerados cuidados.