Castillo Ivashkov (MM B: 106154)

[Lisa Weasley Delacour]

Ordene que mi corpus patronus, el leon que yo misma habia creado hacia relativamente poco se moviese hasta interponerse entre el avada de Leah y Arya, asi evitaria que la knight muriese y podia corresponder a cuando ella me ayudaba. En su dia habia hecho una promesa; la cuidaria y enseñaria todo lo que sabia de la vida y los duelos. Era el momento de hacer honor. Mi animal, se movio y logro su cometido. La Macnair todavia aguantaria un poco ma - Morphos - Conjure nuevamente para que una piedra cercana volviese a mutar, tranfomandose esta en un bezoar, el cual meti de inmediato en mi, curandome del veneno que la araña de Leah me habia introducido en mi torrente sanguineo - Episkey - Pense para finalizar mi turno, curandome por completo de la herida de Katana que Zack me habia enviado anteriromente.

[Zack Ivashkov]

El Absorvere que Zack había enviado minutos atrás dejó a todos sus objetivos tan dañados como era de esperarse. En Lisa los efectos fueron graves, perdió por completo la extremidad quedando inutilizable. Con sus dedos, los afectados por el hechizo, no alcanzaría a sostener la varita de manera correcta como para apuntar a sus objetivos y acertar con un rayo cualquiera. Mientras tanto Lestat se curaba de su muñeca, quizás en su imaginación alguien le había afectado la muñeca con algún ataque, pero el de Zack fue directo a sus dedos.

 

Arya seguía distraída, en el limbo, intentando buscar una salida a sus problemas. Mientras tanto los dos Mortífagos tendrían que aprovecharse de aquello a más y no poder. De nuevo desplazó su mirada a un costado observando como Lisa caía muerta al suelo. Leah fue mucho más rápida que ella y alcanzó a silenciarle un Morphos - bezoar que le salvaría la vida. Sin más remedio, la fenixiana cayó muerta al suelo consumida por el veneno.

 

- La bruja no tan eterna de nuevo cayó Está perdiendo el título - Comentó realizando una leve reverencia para Leah. Había sido una buena jugada. - ¡Silencius! - Alcanzó a decir justo antes de que lestat terminara de pronunciar un Morphos. Por supuesto nada se transformó y ninguna criatura nueva apareció en el lugar. - Anular Aqueora - Continuó cancelando la típica masa de agua mágica que los curaba y protegía de todo en la varita de Lestat.

 

Sin mediar palabras, el Mortífago elevó su Katana y de nuevo la bajó con fuerza produciendo una fuerte ráfaga de viento que arremetió en contra de Lestat abriendo una herida en su pecho. De nuevo ver a sus víctimas heridas era un placer.

[Lestat Rambaldi]

—Avis— dije rapidamente al ver que un hechizo de muerte venia hacia mi comadre, aquella mujer que me habia salvado durante largo tiempo, de inmediato doce avilas rapases salieron volandocomo un rayo interponiendose ante la maldicion acesina de leah.

 

El aguila que habia creado solo voló y se trago al avispon de un picotazo y salió en mi defenza. clavando las zarpas en la mano donde leah tenia su varita causandole así una grave herdia muy profunda.

 

La mala accion de uno de mis hechizos habia salido mal y mi mano derecha habia sido lacerada menos mal habia cambiado mi varita ala isquierda donde aun continuaba y ahora seguiria.

—Sectusempra—dijo lestat al tiempo que zack proyectaba su catana, ahora etaba herido pero aquel chico tambien lo estaba moriria pero sabiendo q se habia defendido valerosamentesalvando a sus compañeros.

 

Las tres heridas se hicieron de inmediato en su pecho y la sangre manó si no se curaba moriria.

[Arya Macnair]

—Episkey— Pensó para sanar completamente las heridas de absorvere y poder portar a Sombra como mandaban los siete dioses que regían su sangre de Norteña. Más aun sentía el ardor que escocía toda su nívea piel, sudando y con lágrimas en los ojos debido al tortuoso dolor, apuntó hacia su cuerpo y pensó en otro —Episkey​— y así volvería a recuperar la belleza de su dermis de porcelana, es decir, del Fuego Maldito de Zack. Aun y temblando no emitiría sonido alguno, no les mostraría debilidad ni sumisión. Más en ese instante todo se puso de cabeza, ¿En qué momento había dejado de prestar atención?. La cuestión es que estaba siendo cruelmente atacada por todos los flancos posibles: Primero, una horrible araña queriendo trepar su alta bota, la cual llegaba hasta sus rodillas, ergo no había forma de que se colase hasta su piel, que estaba cubierta por un enterizo negro, así que por suerte no hizo más que sacudir su pierna para que huyera lejos de ella.

 

Fue en ese momento, también, en que una maldición imperdonable se dirigía a toda costa hacia ella, pero por suerte, uno de sus compañeros, Lestat, realizó un avis a mitad de camino que lo detuvo y se salvó por poco.

 

—Confundus— Pensó, desesperada al ver caer a Lisa en medio del jardín, sin poder decir una sola palabra, y apuntando directamente a Zack, se las pagaría, lo haría por su compañera. Así logró volcar la mente del Mortífago en un sin fin de tonterías, juegos de azar y mujerzuelas.

[Leah Snegovik]

~Leah Atkins Ivashkov

 

 

 

-Lo sé. Aparentemente se ha desgastado su eterna coraza... o es que no viene acompañada, una de dos -ensanchó una sonrisa cargada de petulancia a su primo y pensó en Necrohands.

 

Dos nuevas manos fantasmales emergieron del suelo y se posicionaron delante de ella, apartando al águila que Lestat había lanzado hacia ella de un solo manotón. Sin embargo, su labor culminó cuando todo lo que el chico había creado desapareció gracias a su muerte. Alzó una ceja, ahora dedicándole una reverencia a su primo; no había sido un objetivo particularmente difícil, al fin y al cabo. Ahora solo quedaba un objetivo fenixiano, uno que había dejado de lado para concentrarse en los otros dos una vez que había causado el daño deseado en ella. No obstante, era ahora que necesitaba hacer uso de su varita y atacar, solo necesitaban terminar allí y, quizás, podrían regresar a la piscina para terminar de matar las ganas. Se estremeció con el simple pensamiento.

 

-¡Morphos! -intercaló al Confundus de Arya, haciendo que la bota derecha se transformara en una avispa marina e inyectara su veneno en ella. Gravemente herida, tendría que curarse del veneno o podría morir, al intercalarlo solo tenía un chance más para curarse o sufriría el mismo destino de Lisa.

[Arya Macnair]

La lluvia no amainaba, pero no era motivo para huir, —Confundus— pensó despegando sus labios sin decir palabra alguna y varias gotas cristalinas resbalaron hacia el interior de su boca haciendo cosquillas en su lengua. Apuntando directamente a Leah, de ese modo volcaría su mente en una espesura de mentiras, engaños y sueños extraños, ¿Soñaría con ella?, vaya uno a saber, le era divertido comprobar cómo los ojos se les iban de lado cuando el hechizo hacía efecto. Aun no podía hablar, comenzaba a sentirse molesta por ello, y un ligero ápice de preocupación tiñó su clara mirada bajo la luz que portaba, estandarte de La Orden del Fénix, más no sentiría miedo, huir no era una opción, —Lealtad y Sacrificio— pensó apretando los puños y clavando sus uñas en las palmas de ambas manos, si no estaba atenta, aquello podría costarle la vida, y no quería morir, su pregunta en ese momento era, ¿Dónde estaba?, solía llegar cuando el agua le tapaba el cuello, y no había ni rastros de su presencia en esa ocasión.

 

—Levicorpus— Pensó, apuntando a Leah una vez más y dejándola a dos metros a ras del suelo, con mala puntería, claro estaba.

 

—Gladius— Pensó por última vez, y en su mano libre, la izquierda, apareció aquella legendaria espada. Sin perder tiempo la clavó en la mojada tierra del jardín Ivashkov, mirando directamente a Zack, buscando minar todo su poder mágico hasta consumirle una acción y al menos conseguir uno segundos más de vida. Segundos de vida que le fueron arrebatados por Leah y su venenoso animal.

 

¿Perdería sus últimos segundos de vida?. Se lo pensó dos veces, y apresurada corrió hasta donde se hallaba el Ángel Caído tomándolo por sorpresa, puesto que iba a tientas, medio embobada por el veneno, la guardia baja y la varita del mismo modo. Con ambos brazos extendidos para que no huyera de ella (?) y besó los metálicos labios de esa fea máscara, era casi como chupar una llave, para que se comprendiera mejor, cayó al suelo riendo a carcajadas, "Placeres de la vida que una no puede desaprovechar antes de morir" pensó, sin poder decirlo y aguardó paciente a que su corazón se detuviera.

[Leah Snegovik]

~Leah Atkins Ivashkov

 

 

 

El completo desconcierto, producido por el último Confundus de Arya, culminó cuando ya estaba de cabeza y todo aún seguía dando vueltas ligeramente. Había soñado, si es que se le podía llamar así al estado de confusión alucinógeno que producía aquél hechizo de Altos Rangos, que era nada más que una chica venezolana completamente ofuscada por el rostro de una argentina. Aquello le había parecido extraño, sí, pero debía admitir que ella también se habría ofuscado con semejantes facciones; no había nada en aquél rostro que pudiera pasarse por alto, sería amor a la vista para cualquiera con más de dos dedos de frente. Pestañeó cuando dejó de ver cosas, dándose cuenta de que estaba colgada por un tobillo y que la bata estaba cubriendo su rostro sin dejarla ver nada en lo absoluto. Por lo tanto, estaba saludando a Zack con algo que él ya había visto arriba.

 

-Liberacorpus -murmuró con pesar, colocando las manos sobre su cabeza para evitar los daños producidos por la caída.

 

Logró caer sobre sus piernas, apoyándose con los brazos, así que se deshizo de la bata en cuanto recuperó el equilibrio y la visión del campo volvió a ella. Todos muertos. Dos bajo su mano.

 

-Se nota que me inspiran los actos fuera de lo común, ¿qué dices si subimos y retomamos nuestra sesión de tequila? Tómalo como darle pausa. Además, tengo algo planeado para ti... -le lanzó una mirada a todo su cuerpo y se mordió el labio-. Y otras partes de ti.

[Zack Ivashkov]

Justo cuando el Ángel Caído proyectó el corte de su Katana un rayo sectusempra viajó hasta su pecho, siendo este el blanco perfecto. Ese tipo le había dado en todo su orgullo. Durante meses nadie había logrado herirlo de esa forma, con un movimiento rápido intercalado a sus acciones. Lo tomó prácticamente como un insulto, ni siquiera podía creerlo. Le pesaba más la rabia que el dolor por las alargadas laceraciones en su blanquecina piel.

Para complementar su arrechera, un confundus de Arya le afectó justo al tiempo que intentaba curarse. Sin poder hacer nada esperó hasta que los efectos desorientadores pasaran y volviera en sí. Cuando lo hizo, el vampiro clavó sus grises orbes de nuevo en Lestat, quien caía muerto al suelo producto de su ataque con la Katana. Decidió ignorar la herida y la muerte fueron las consecuencias.

– Celerus… –[/i] Murmuró para luego complementar su acción pensando un episkey. Aquél hechizo curativo cerraría las heridas producto del sectusempra de Lestat. Más adelante necesitaría otro pero aún no se preocuparía por eso. Elevó su mirada buscando el fuego negro. En cuanto las oscuras llamas se reflejaron en sus ojos, ordenó a la invocación estamparse en el pecho de Arya. En visto de que se encontraba en su máximo nivel alcanzó el objetivo y quemó a la bruja de gravedad.

Estaba claro que solo le quedaban segundos de vida a Arya, sin embargo, la bruja siguió atacando a Leah e incluso invocó una espada legendaria que minaría el poder del vampiro más adelante. A continuación echó a correr en dirección a él y plantó un beso en su máscara. El Mortífago se quedó inmóvil casi sin poder creer la escena dramática y luego esbozó una sincera sonrisa mientras la fémina deliraba y moría lentamente.

– ¿Podemos llevarla? – Respondió a su prima que en ese momento le dirigió la palabra. Estuvo a punto de revivir y atar a esa bruja para llevarla consigo a continuar el entretenimiento que tenía con Leah, aunque probablemente la última parte no fuera necesaria, los Ivashkov no necesitaban de sogas u otros métodos para obligar a los demás a estar con ellos, la atracción que sentían por ambos era simplemente inevitable, incluso los llevaba a hacer locuras, como esa de Arya.

– Bueno, igual creo que murió – Comentó resignado. – Sigamos nosotros – Se aproximó a Leah para rodearla con su brazo, tocar y apretar la parte baja de su espalda por encima de aquella bata que pronto desaparecería de nuevo.

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Off:

Negociado con Arya

Muertos: Todos los fenixianos: Arya, Lisa, Lestat.

Ilesos: Leah y Zack.

[Adryanie]

Corría con sus cuatro patas por los alrededores de Ottery. Su fiel compañero Tormenta la acompañaba; se acercaba la luna llena y querían estar preparados. Buscaron a todos los alrededores de Ottery algún lugar para correr aquel día tan esperado del mes. Ya habían recorrido algunos kilómetros cuando algo llamó la atención de la lobita blanca.

 

Olisqueó algunas matas que se esparcían por un terreno agreste hasta encontrarse con una verja de plata que desencajaba totalmente de lo que cercaba. Una vieja casucha de esas que sientes que el mismo roce del viento la puede tirar abajo se alzaba ante ambos lobos. Tormenta la miraba ansioso con ganas de seguir corriendo, ella por por su parte solo podía ver una fuente de sospechas. ¿cómo era que nunca había ido a aquella casa ni oído de ella? Llevaba poco viviendo por ahí pero aún así conocía más mansiones y castillos que muchos no "gajes del oficio"los llamaba ella.

 

Se transformó de nuevo en una figura femenina y escuálida. Gruesos bucles castaños cayeron sobre sus espaldas. Se irguió alisando su vestimenta que era bastante cómoda y alzó su varita.

 

— Expecto Patronum — La cobra la cual hace mucho tiempo no sacaba a pasear apareció tan imponente como siempre y con la misma misión, ni siquiera tenía que decirle cual era.

[Lestat Rambaldi]

El gallo aun no cantaba, la madrugada estaba en pleno apogeo y ahí sentado bajo la lámpara de aceite estaba el myrddin leyendo,— ¿acaso había perdido la cordura?—, se preguntaba mientras las horas pasaban y aun no podía conciliar el sueño, entonces en su cabeza, una canción comenzó a sonar y lo hizo sonreír pero solamente lo contaría luego cuando llegara al cuartel general, Así mientras los minutos pasaban, las ideas comenzaban a fluir dentro de su cabeza.

Inesperadamente a aquellas altas horas nocturnas, un patronus llegó por la ventana, aquella cobra que pertenecía a una de sus amigas adri, dentro del cuartel de la orden del fénix.

Adri había informado, su patrulla a esas horas había sido efectiva, al parecer era momento de ir a por un mortio, era momento de salir a cumplir su deber.

Sin esperar un segundo colocó aquella túnica azul como la noche, y una máscara de luz que creo con la magia de su varita, todo estaba listo y sin más salió al vuelo desapareciendo para llegar al lugar indicado.

 

El castillo ivashkov era el objetivo para su desaparición, el cual estaba listo para ir a buscar a los mortios o cumplircon la misión en aquel extraño lugar que seguramente era testigo de muchas de sus malas mañas magicas, quedarían aplastados como cucarachas por intentar hacer de las suyas si tan solo intentaban aparecer de eso estaba muy claro. Ahora apareciendo en un rayo de luz, aquel simple hechizo lo llevo justo en las coordenadas que le habían marcado en aquel mensaje, ahí frente a aquel portón, donde reunidos estaban los miembros de la orden del fénix que uno a uno se fueron sumando al lado de adri.

¿No era la primera vez que visitaba el lugar, aquella cabaña parecía abandonada ¿pero como había pasado la ultima vez?, ahora lo recordaba, sabia que si tocaban el porton irían a parar a Transilvania donde residía el verdadero castillo¿ sospechoso? Por supuesto que lo era con toda aquella magia extravagante y de poco fiar…

—Hola chicos muy buenas noches—dijo el sacerdote de avalon con su varita en la mano preparado para cumplir con su misión noctruna...