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Agencia de Viajes El Fénix Aventurero (MM B: 78435)


Sagitas E. Potter Blue
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Parpadeé, algo indecisa al no saber cómo tomarme aquel piropo de mi sobrina. Todo el mundo sabe que ella y yo no nos llevamos muy bien desde que es la pareja oficial de mi hijo Matt, con lo que no me creía nada de lo que decía. Seguro que odiaba que estuviera allá, con mi hijo, mientras ella acababa de llegar.

 

-- Hum... Gracias...

 

Por un momento pensé en contestarle mal pero... ¿para qué? Estábamos en fiestas y, con un poco de suerte, ella pasaba la Navidad en la Rambaldi y nos podíamos librar de ella durante un rato. Aunque si viniera a la PB no podía decir nada, puesto que Ithilion y Matt adoraban estar con ella.

 

No sé porqué...

 

-- Bueno, pues... Si quieres alguna cosa, aquí estoy. Si no te importa, mientras nos hablas, yo iré reponiendo el árbol que se ha roto. No duran nada, no sé cómo se puede haber estropeado tanto...

 

Sonreí. Tal vez que yo lo hubiera pisoteado con rabia tendría algo que ver, ¿no? Saqué la varita y me puse a hacer Reparos por aquí y por allá hasta que pareció un árbol decente con luces propias que brillaban según el carácter anímico de las personas que lo contemplaban. ¿Sería ese el motivo por el que estaban ahora rojo oscuro casi sangre?

 

Parpadeé e intenté relajarme. Mal momento para hacer pruebas con el árbol que detecta malas vibraciones.

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Hace unos días que me había decidido ir a visitar Italia, pero no lo quería hacer de la forma tradicional, era muy fácil aparecer y desaparecer en cualquier momento, pero no, en esta ocasión lo que quería, o mejor dicho necesitaba después de tanto trabajo era un viaje, algo turístico, algo que me llenara las pupilas y me distrajera de todo, hoy en día mi mente estaba dando muchas vueltas, estaba algo confundido.

 

Entre varios conocidos me habían recomendado una agencia de viajes, me dieron buenas referencias de la misma, y, me habían dicho que la propietaria de la misma era una vieja conocida, no sabia si era cierto, ya que dentro de mi memoria había muchas lagunas mentales, no recordaba a todos por completo, por eso quería realizar el viaje.

 

Después de caminar por un tiempo considerable llegue al local que me habían dicho, lo reconocí de inmediato por el autobús aparcado en las afueras, antes de decidirme a ingresar me percate que en el escaparate alguien estaba acomodando un Árbol de navidad, *vaya si que tienen el espíritu* pensaba mientras miraba a todos lados.

 

Me dificultaba el entablar conversaciones con personas desconocidas, y mas aun, me preocupaba que dentro de este local no tuvieran un viaje como el que necesitaba, respire profundamente antes de entrar al local, me acomode la katana en mi espalda, mi chaleco y los protectores en mis brazos. Posteriormente ingrese al lugar.

 

--Buenas tardes— dije al ingresar –Hay alguien que atienda el lugar??— pregunte y me quede en espera de la respuesta para saber si me podrían brindar la información que necesitaba.

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El Árbol de Navidad cambió de color tan rápido que bajé la vista a mis manos, intentando ver el motivo del cambio en ellas. Sujetaba el árbol y lo iba a llevar al escaparate, adornado con otros artilugios similares, típicos de las fiestas en que nos encontrábamos. Pero mis manos seguían igual, yo seguía algo irritada con mi sobrina (y mi hijo, por supuesto) y eso aún se reflejaba en ciertas bombillas rojas. Sin embargo, algo las estaba volviendo amarillas tenues.

 

Fue cuando sentí la voz. Acaba de entrar un cliente y yo, entre enfadarme con mi sobrina y colocar los adornos en el escaparate, no me había dado cuenta. Supongo que lo normal era ponerme roja por la vergüenza de que alguien ajeno a la familia se hubiera enterado que también nos peleábamos. Pero no lo hizo. En realidad, lo que sentí fue mucha curiosidad por el recién llegado.

 

Le conocía.

 

Quiero decir que no sólo le conocía de ser un miembro reciente del bando y que había acudido a su presentación en la Orden. Era algo más, le conocía de tiempo atrás, aunque hacía tantos "siglos" de eso que no recordaba bien si habíamos llegado a compartir algo más que algún encuentro casual.

 

-- Hola, ¿djvash? Bienvenido a la Agencia de Viajes El Fénix Aventurero. ¿En qué puedo ayudarte?

 

Sí, demonios... La familia Asturias... ¿Habría regresado al pueblo para recobrar aquella gran edificación que una vez fue su casa.

 

-- ¿Quieres tomar algo?

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Había propuesto a Sagitas que me acompañara en mi viaje. En un principio, pensaba ir solo pero...por qué no hacer la travesía acompañado? Sería divertido, y estaba seguro de que le resultaría muy interesante.

 

Pero en lugar de responderme, mientras se lo pensaba (o eso esperaba yo) se dirigió hacia el árbol de navidad que quería colocar en el escaparate. Estaba decorándolo y tal vez prefería centrarse en aquello en lugar de darme una respuesta.

 

L puerta del negocio se volvió a abrir, y cuando observé, me di cuenta de que era un chico, y como parecía algo profesional, los dejé hablar. Me dirigí hacia la esquina más alejada de ellos y me senté en un sillón para dejarlos hablar. No me parecía correcto meterme en la conversación, sobre todo cuando a él no lo conocía.

 

Asi qeu me puse a echarle un ojo a los catálogos que Sagitas tenía. Eran las tipicas fotos de lugares, con sus monumentos, sus paisajes y descripciones. Hasta qeu di con uno de pirámides y sonrei ligeramente.

 

Cuando Sagitas, qeu se encontraba de cara a mi, dirigiera la vista hacia mi me encontraría con aquella página del catálogo abierta, mostrándosela con la mano derecha en alto mientras que con la izquierda señalaba las pirámides.

"Vamos" - gesticulaba, pero no hablaba con voz - "Tu y yo, Niza...piénsalo!"

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La alegría de ver a Djvash desapareció en el momento en que, al mirar por encima de su hombro, vi a mi hijo sentado, todo comodón y chulo, ojeando unos folletos. Desde allá pude distinguir que se trataba de algún viaje a un lugar con pirámides. Arrugué el ceño. Si tenía alguna duda, ahora había desaparecido. ¡Aquel maldito muchacho quería volver allá, a Niza, a la aldea!

 

No sé si llegué a palidecer pero sentí que la sangre no me llegaba al cerebro. Si no reaccionaba pronto, seguro que me caía de pompis al suelo. Y eso no estaba bien delante de clientes. Así que improvisé.

 

Me senté delante de una mesa repleta de carpetas con viajes programados y con muchos catálogos e indiqué a mi compañero de bando que se sentara. Sentí como el hormigueo desaparecía y suspiré levemente para que no se diera cuenta que me había desequilibrado. Lancé una mirada de rabia a Matt y después sonreí, con esa mueca que significa "Si te pillo, te mato, chaval".

 

Por supuesto, mi hijo la reconocería y se pondría a reír, seguro... ¡Los jóvenes son tan inconscientes! Chasqueé con los dedos para llamar su atención.

 

-- A ver, muchacho de los recados, tráeme un brebaje vitaminado y... ¿Quieres algo, Djvash? Un café, un té, algún dulce... Ese muchacho está aquí para traernos lo que quieras y llevar los paquetes a tu casa, si lo necesitas.

 

¡Toma! A ver si así se le pasaba la idea de volver a aquel lugar.

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Al entrar al lugar la bruja que adornaba el árbol fue la que me atendió, al saludarme me llamo por mi nombre, por un instante me sentí asombrado, no había duda que la conocía y no solo de la orden sino de tiempo atrás, pero no recordaba nada, no aún. Después de mencionarme el nombre del lugar, me dijo que en que podía ayudarme y si se me ofrecía algo de tomar.

 

Fue en ese momento cuando al verla algo de mi familia vino a mi mente. Ella estaba ligada a mis raíces, mismas que no recordaba, un instante basto para que ella reaccionara intuitivamente, pero, fue a causa de algo que había visto su tonalidad de piel me lo indicaba. Tomo asiento delante de una mesa con catálogos de viajes.

 

Sonreí al ver esa acción al parecer el joven que estaba en el local algo le había dicho, pero no era mi intensión interrumpir, ella lo llamo como el chico de los recados y menciono que si deseaba algo de tomar nuevamente. Quizás por la impresión de querer reconocerla no le había dicho nada, la mire y le comente.

 

--Un café si es posible. ¿Sagitas, cierto? — le pregunte algo confundido aun –el motivo de mi visita es porque quería programar un viaje, digamos que sufrí una perdida de memoria y tengo muchas lagunas mentales, de hecho, quisiera saber si programando un viaje a Milán donde están mis raíces pudiese recordar algo más.

 

Me quede callado de inmediato, al parecer hable demasiado rápido, pero era la verdad y si ella era parte de mi familia claro que lo recordaría, probablemente viajando a mis raíces todo regresaría al sentido común, quizás encontraría a mis familiares. Lo único que recordaba era el sacrificio de Vali mi medio hermano.

 

--No se si cuentas con un servicio así??— pregunte y nuevamente me calle en espera de su respuesta.

 

 

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Mi sonrisa se creció cuando el cliente me pidió un café. Dirigí la mirada hacia Matt y volví a chasquear los dedos.

 

-- El señor ha pedido un café. Trae azúcar y sacarina, chico. Y pon varios croissants recién hechos, junto a galletitas de canela. Venga, venga, rápido, no nos hagas esperar...

 

Sabía que Matt haría algo para vengarse pero le di la espalda para que no viera que me reía de él. Después volví la atención a Djvash, quien dijo mi nombre como si dudara de quien era yo.

 

-- Claro, soy Sagitas... ¿Es que no te acuerdas de mí? Hacía tiempo que no nos veíamos, pero vamos... Que segura estoy que estos cabellos violetas y nuestras aventuras no has debido olvidarlas. -- ¿O sí? -- ¿Verdad...?

 

¿Una pérdida de memoria...? Me sentía muy curiosa sobre lo que decía, ¿cómo que tenía pérdida de memoria?

 

-- Claro que te puedo montar un viaje hacia Milán, amigo pero... ¿En serio no te acuerdas de mí...? ¿De qué te has olvidado...? ¿Recuerdas que fuiste patriarca de la familia Potter Weasley? ¿Y de la Asturias? ¿Y...?

 

De repente, me sentí muy desanimada.

 

-- ¿Qué es lo que recuerdas? O mejor dicho, ¿qué es lo quieres recordar?

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  • 2 semanas más tarde...

Los pasos entaconados de la vampiro la llevaron a su siguiente destino

Y es que no importaba la hora para ella en realidad, solo sabía que había regresado finalmente a casa después de tres años de ausencias y que tenía que ponerse al día con todo; y ponerse al día con todo significaba continuar con una de esas viejas pasiones que nunca se olvidaban y que llevaba directamente bajo la piel, corriendo por sus venas:

Visitar todos y cada uno de los lugares que correspondían a su querida familia y a las personas más importantes para ella

Creía recordar que la última vez que había montado un autobús en aquel lugar había sido con Heliké... porque tenían que llevar heridos al hospital... pero había sido tres años desde aquellos eventos y ya no lo recordaba muy bien en realidad

Incluso el hogar se veía más desierto que nunca...

Suspiró y entró al sitio

-Hola? -llamó entornando la luz ante el cambio de iluminación al ingresar al edificio

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Djvash guardaba silencio. Supongo que era duro para él reconocer que había perdido parte del pasado. Sin embargo, no era algo poco habitual. Yo misma tenía lagunas en mi vida que pocas veces había conseguido vislumbrar, como tras un espejo movido que no me permitía más que ver sombras. Sabía lo que era y había en esos recuerdos pero tal como venían a mi mente se iban, como si hubiera un repelente que los expulsara de mi cabeza.

 

Suspiré por la incomodidad de saber cómo se sentía mi amigo.

 

-- Bueno, oye, no te sientas mal... Lo conseguirás, ya verás... -- "y si no lo consigues, tal vez sea para bien" se guardó para sus adentros...

 

La puerta se abrió y, aún antes de reconocer la voz femenino que saludaba desde ella, la reconocí. Aquel aroma a naranjas y a menta era único. Abrí los ojos por la sorpresa y, después, apreté la boca para no soltar un taco. Nunca delante de clientes. Avancé un poco el paso, dejando al pensativo muchacho, para acercarme a la puerta de la Agencia.

 

-- ¿Y tú de donde sales, mujer? ¿Tres años sin saber de ti y sólo dices "hola"?

 

Matt estaba por allá dentro, en la zona de la cafetería. ¿Reconocería a su tía Hayame cuando la viera?

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Las palabras de Sagitas me dieron mas dudas por un momento, pero poco a poco las cosas iban aclarando, aventuras, si las empezaba a recordar, ella no solo era mi amiga, teníamos un lazo un poco más familiar, quizás de manera lejana pero no había duda era ella.

 

La familia Potter Weasley, si esa familia de locos, ahora la recordaba, diversión y fiestas todos los días, pero cuando menciono la familia Asturias mi mente quedo en blanco, era yo el patriarca de dicha familia, *y donde están ahora* pensaba y el silencio era completamente incómodo.

 

Cuando me pregunto qué era lo que recordaba o mejor dicho que es lo que quería recordar, inmediatamente vinieron a mi mente esos ojos miel que no sabía de quien eran, eso era lo primordial, o mejor dicho lo que más quería recordar, saber de quien eran.

 

Me dijo que no me sintiera mal que lo conseguiría. *eso es lo que espero* pensé al momento en que escuché abrir la puerta y a alguien decir hola. La reacción de mi interlocutora me sorprendió, mujer tres años sin saber nada y solo decir eso. Giré la cabeza, y en efecto por el tiempo que había mencionado supuse que era ella, Hayame, a la cual había atendido en el ministerio.

 

--Quizás el viaje sea solo para tratar de encontrar a mi familia, o bueno descubrir de quien es esa mirada que tengo grabada en la mente— le dije a Sagitas por lo bajo para que me escuchara solo ella --pero ahora que lo veo, aquí poco a poco recuerdo cosas— sonreí –Hola Hayame!

 

Quizás Sagitas se preguntará como a ella la recuerdo, pero no era mas porque la había visto en la ventanilla del ministerio, aun no recordaba mucho pero de algo estaba seguro, con ellas, había tenido una muy buena relación, por no decir amistad.

 

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