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Nigromancia


Báleyr
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La bruja había estado pensando en aquellos momentos acerca de cómo actuar con aquel cuerpo que iba avanzando de forma inexorable hacia ella; apretaba fuertemente la antorcha mientras pensaba justamente en el hecho de que por lo general las llamas ahuyentarían a la mayoría de los seres del tipo de aquel que le veía con un vacío por demás extraño, pero...

 

Había alguna diferencia?

 

Se sentía con muchas ganas de investigar aquello, en realidad, le entusiasmaba ahora después de haberlo pensado puesto que era fanática de hacer ese tipo de experimentos y estudios sobre lo que diferenciaba a unos y otros... pero apenas y había tenido tiempo de pensarlo un poco cuando una mano ya le había introducido en aquella mazmorra provocando que dejase caer la antorcha en el pasillo exterior y que trastabillara un poco, al casi irse de espaldas

 

Ni siquiera tenía que preguntarse cómo había pasado, suponía que el encargado de aquel lugar ya había regresado de sus deberes por algún ingreso que era solo para los profesores

 

-Buenas tardes de igual manera, profesor...

 

Saludó la vampiro entornando levemente los ojos mientras que aquel hombre hacía lo suyo, comenzando la bruja a sacudirse los brazos levemente; por un momento una respuesta le trató de saltar desde la punta de la lengua pero al final, terminó por negar un par de veces y sencillamente tomó asiento al lado de alguien más que por lo que sentía, sería su compañero de clase

 

Las cosas que hacía por el papeleo burocrático... ya había tenido aquella habilidad pero tantos cambios y novedades habían pillado a muchos de ellos con la novedad de tener que repetir permisos y certificados uno a uno...

 

Y hela ahí ahora...

 

-Si gusta podemos preguntarle -aceptó la Snape tan solo moviéndo una de sus manos como si dijese "adelante" -en principio pensé que sería un inferi pero dado que no le ha molestado ni el fuego ni el calor de la antorcha que tenía antes, me parece que ha sido convocado de alguna otra manera

 

Aseguró y dejó el libro que había llevado sobre su regazo, cruzando una pierna mientras aguardaba a lo que el profesor fuera a guiarles o enseñarles

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Continuo en silencio analizando cada una de sus palabras, conteniendo un estremecimiento cuando dijo que la nigromancia cobraría algo de él cada vez que la utilizara, cada vez que destapara un secreto de ella, o simplemente la analizara... Ya lo había pensado, la Nigromancia no era ningún arte escénica, era oscura y poderosa, solo aquellos brujos de corazón, quienes habían logrado controlar la oscuridad que consumía sus almas, podrían llegar a manejarla con éxito, no estando exentos a su precio, claro. Las palabras del Nigromante eran peculiares, parecía intentar persuadir al gitano e incluso desalentarlo demostrándole que no tenia lo necesario para aquella rama oscura de la magia... Dio un manotazo al aire para desparramar el vaho podrido que se acumulaba en su rostro, si, el olor a la muerte... Estaba acostumbrada a ella, pero no por eso, disfrutaba de su olor nauseabundo.

Crujió sus dientes al escuchar las palabras del Nigromante.

Realmente solo deseo saber una cosa... hizo una pausa tensa entre sus palabras Necesito recuperar el alma de una persona.

Nada es inalcanzable en esta simple vida, Báleyr. respondió ante su primer incógnita.

Habia cosas que él podría dejar pasar, pero nunca dejaría que nadie subestimara su potencial... Ellos eran seres inalcanzables, inexplicables dentro de las ramas mágicas, pero suponía que podrían equivocarse, después de todo, el desempeño de su arte seria juez final de sus acciones. Observo el escritorio frente a él, repleto de marcas, como si las alamas condenadas a arder en el fuego eterno hubieran rasguñado la madera en un ahogado y desesperado intento de escapar de las garras del Nigromante.

Levanto su mirada hacia él luego del par de golpes que dio en ella.

Si hubiera sido por los Libros, no se encontraría en la cabaña del Arcano de la Nigromancia, estaría leyendo en el suelo de su biblioteca con varias botellas de Ginebra a su alrededor. Le gustaba la voz del Báleyr, gruesa e imponente. No denotaba enfado en sus palabras, sus facciones no se movían ante su expresar, simplemente su semblante permanecía tranquilo y serio como antes, pero no era por su atractivo que se encontraba allí.

-"Ni yo mismo sé todos los secretos que comporta el conocimiento de esta Habilidad. Es algo que se adquiere con la practica y con el pasar del tiempo, asimilando experiencias. Aquí tendrá suerte si llega a conocer los mínimos necesarios para que el Portal se digne a abrirle paso."-

Las palabras del Arcano sonaban extrañas en su mente, su déficit maniático de analizar cada palabra que las personas ante él decían, era mucho más fuerte que su propia voluntad.

Quiere decir que usted mismo apenas podrá enseñarme los conocimientos mínimos? o acaso insinúa que no tendré la suerte? enarco su ceja derecha mientras tomaba por el respaldar la silla a su costado, la arrastro haciendo un escándalo en el suelo sin quitar su gélida mirada del tuerto, mientras éste se tocaba su cicatriz, y tomo asiento.

-"La Magia se paga. La Nigromancia es muy cara. Cada vez que la use perderá algo y ese algo será muy duro cuanto más se adentre en su estudio. Lo que pretenda hacer con ella lo pagará en sí mismo. Aquí no sirven sacrificios de otros. Es usted quien se sacrificará."-

Peligroso es el camino de la muerte, pensaba en su mente con una voz sepulcral. ¿Que pasaba si intentaba regenerar parte de su cuerpo con algún otro encantamiento oscuro o con ayuda de otra habilidad? Si, aún pretendo vincularme al anillo y lograr mi propósito, aunque eso me cueste la vida. sus palabras fueron sinceras, nunca había estado mas convencido de recuperar a su hermana.

Ladeo su cabeza de manera imperceptible, parecía que había enloquecido.

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La bruja seguía bastante irritada con la actitud del arcano... definitivamente parecía que todos ellos estaban cortados por el mismo patrón pero tenía que recordárselo... tenía que hacerlo...

 

Lo hacía solo por burocracia

 

Sí, era solo eso... los papeleos del Ministerio que le habían cancelado algunos de los certificados que ya poseía y que ahora, le exigían volver a llenar para los trámites; básicamente, aquello era parte de lo mismo, el trámite de tener que suspirar y asentir con la cabeza mientras que el elegido para mostrar sus poderes a los alumnos seguía mirándole hacia abajo, como todos los que iban de acuerdo a sus años y que parecía que realmente, renegaban de enseñar a sus alumnos

 

Como si no lo hubiera visto antes

 

Pero a final de cuentas... tenía que poner de su parte. No importaba que tanto a veces le irritase tener que agachar la cabeza y asentir, tener que poner lo mejor de sus poderes para pasar por aquello...

 

Simple y llanamente... debía de hacer lo mejor que podía

 

Porqué diablos no había esperado a Xell esta vez para pasar por aquella clase, al menos con una poca de compañía que solía iluminar y aumentar sus fuerzas?... y claro, al momento que se preguntó aquello casi se golpea a sí misma con la mano en la cara. Xell era sacerdotisa, era luz, era bondad... tomar una habilidad como esa sería contra-natura para la chica así que... cómo podía pedirle que se adentrara en la oscuridad cuando esta la ahogaría y trataría de robarle todo lo que ella era??

 

No podía hacerle eso

 

-Entonces... dejando de lado el hecho de que mi compañero creo que está pasando por una pequeña crisis... -musitó por lo bajo tan solo viendo al chico de reojo para luego, mover una mano un poco... no que no estuviera acostumbrada a ser ignorada, pero bueno... a veces en verdad...

 

Por no decir que comenzaba a preocuparle el pensar en quienes ya estaban adentrados en sus pruebas... benditos dioses, cómo le tocaría a ella probarse también cuando ya le habían regañado apenas cruzado el umbral??

 

-Si la cosa que está afuera no es un inferi pero entra dentro de lo que conocemos como artes Nigromantes... -dijo entornando levemente los ojos -y tomando en cuenta que definitivamente YO no he invocado esa cosa, eso ya estaba moviéndose por los pasillos desde antes de que yo llegara y tampoco se parece a un zombi de los muggles...

 

Apenas había dicho aquello... cuando las tablas de la puerta crujieron

 

La bruja tan solo abrió los ojos y rápidamente se puso de pie para colocarse detrás de la silla donde había estado sentada mientras que tomaba su libro de estudio, con toda la disposición de arrojárselo a aquel ser que ahora, introducía un brazo a través de la tabla que había cedido a sus golpes que tenían una fuerza anormal; alzó la varita que chispeaba en la punta, no estaba muy emocionada por empezar a tirarle maldiciones a algo que no sentía dolor a esas alturas pero...

 

-Cómo se le puede preguntar a un... bicho de esos el porqué nos quiere atacar!? -preguntó abriendo un poco más los ojos cuando lo que fuera aquel muerto, regreso el brazo por donde lo había introducido mostrando cortes en la carne livida, sin nada que sangrase hasta que volvió a golpear con todavía más impetu -no parece que sea del tipo de muerto razonable, no tiene... algún encantamiento o maleficio ancestral que permita re controlar a un cadaver ya maldito de antemano por otro brujo??

 

Inquirió cuando en un estallido de largas astillas y pedazos de metal que alguna vez, fueran parte del soporte de la puerta aquella cosa finalmente pareció mecerse, como si estuviese calculando a las tres criaturas mágicas que tenía delante; sus ojos secos y vacíos esta vez se fijaron en el alumno que estaba en la silla, como si no le viese y entonces, comenzó a andar sin detenerse, paso a paso, buscando la manera de.... qué?... poseerles?... matarles??

 

La pelirroja no sabía pero veía de vez en vez al arcano... se suponía que tenían que aprender de él, cierto?... o bueno, al menos ella quería confirmar que si le habían colocado para la enseñanza era porque poseía un poder mucho mayor al que ella conociese incluso con su larga edad

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Báleyr no se dejó intimidar por el mal carácter demostrado por la pupila que se sentó en la silla, como si no le importara tener un cadáver aporreando la puerta. Había lidiado con muertos, había mirado a la Muerte a la cara, había perdido mucho más que un ojo durante el aprendizaje de aquella Habilidad, ¿le iba a molestar el descaro que demostraba aquella mujer? Su ojo azul casi cristalino le contempló un breve momento para después ignorarla de forma muy evidente. Se dirigió al joven. Su pregunta, al menos, le parecía interesante.

 

- Piense bien en lo que necesita. ¿Puede recuperar el alma de una persona? Sí. ¿Puede recuperar el alma de una persona concreta que lleve tiempo muerta? Difícil respuesta... La Nigromancia le enseñará a levantar muertos, a devolverles la vida, a cambio de un precio muy alto y durante un tiempo corto. Si además, quiere que ese muerto le haga caso, el pago será mayor y el tiempo igualmente corto. La habilidad mueve muertos. Las almas son... tema de Sacerdotisas y no veo ninguna por aquí. Las Almas fluctúan, se elevan más alto que los muertos; unir el alma concreta en el cuerpo concreto es aún un capítulo del Libro de los Muertos que aún está por descifrar.

 

Golpeó levemente el volumen que la mujer había dejado tan amablemente sobre la mesa.

 

- No sea descarado, joven - contestó a su siguiente pregunta. - Tendrá suerte si usted llega a asimilar los mínimos conocimientos para convencerme a mí de que puedo permitirle llevarle hasta el Portal. No dude que yo puedo enseñarles porque de la patada que le dé en su inútil trasero irá a conversar con el muerto que golpea mi puerta.

 

"Aunque eso me cueste la vida...", una frase que había oído tantas veces y, sin embargo, que nadie cumplía. Muchos se asustaban ante lo que tenían que pagar sólo para los experimentos y huían. Pocos soportan hablar con los muertos de forma directa y casi nadie se atrevía a moverse entre ellos como el paseo por una avenida. Báleyr creía que sus alumnos eran cada vez menos capacitados. ¡Malditos contratos de Honor y Sangre que le ataban a aquel centro educativo!

 

Giró lentamente hacia la puerta, frunciendo el ceño. Su rostro tuerto pareció ensombrecerse. En algo tenía razón aquella mujer insolente: si ella no lo había invocado, ¿qué hacía un muerto atacando aquel recinto?

 

- Buena pregunta, Señorita Snape. ¿Cómo le preguntamos a este... cuerpo muerto... cuál es el motivo que le mueve? Capítulo III, página 25, línea segunda: Sólo necesitamos la cabeza pero, si quieren, podemos usar todo el cuerpo, a su gusto, aunque será más difícil de controlar. Será una buena experiencia para iniciar la clase: sujetar al individuo, inmovilizarlo, hacer un hechizo de sangre haciéndole una cruz en el cráneo, o una gota, no hace falta un dibujo así si le incomoda, Señorita... Tal vez encuentre aquí la forma de diferenciar a un muerto con alma y sin alma. Éste es de los segundos, sólo le mueve la voluntad de obedecer al Nigromante que lo ha creado.

 

El Arcano retrocedió unos pasos y se sentó en una silla, alejado de la puerta, para dejarles espacio a sus dos alumnos para el enfrentamiento con el cadáver. Guardó silencio hasta que recordó que se les podría pasar un pequeño detalle:

 

- No olviden pasar la página. Es importante la parte en la que dice que, para que hable, tiene que tener lengua y cuerdas vocales. Tendrán que recomponer esa parte si quieren que les diga algo. Los brebajes para las pociones regeneradoras están allá, en el estante de la izquierda.

 

Ahora sí, guardó el silencio para contemplar la evolución de los dos candidatos a morir si no paraban pronto a aquel muerto.

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Solo necesito que esa alma este unos cuantos minutos, los necesarios en este plano terrenal, para saber donde oculto el preciado objeto que hurto de mi recamara, es un artefacto necesario para rituales de sacrificios... arrugo su boca sin explicarle que se trataba de una antigua daga de hueso forjada con los mismísimos huesos de un mago muerto por el fuego maldito.

Repaso las palabras del Arcano y finalmente decidió, como si fuera una derrota personal, no prestar atención a sus exabruptos y a la falta de cordura que imperaba en su discurso totalmente fuera de lugar y sin sentido del viejo profesor. Si se quería sentir insultado porque Matthew le dijera algunas cosas que podían resultar chocantes, estaba en su derecho de hacerlo. Él había llegado a sus terrenos para aprender el arte de la Nigromancia, no quería perder el tiempo con nimiedades. Lamento profundamente haber depositado alguna decepción en el tuerto.

Mis palabras pueden sonar altaneras, y quizás, hasta podrían ser un insulto para usted, y esta en su derecho de expresar dicho enojo, pero algo tenga seguro, no me iré de aquí con las manos vacías. lo asombraba que un Arcano tan respetado como aquel, solo juzgara a un mago por sus palabras, era algo muy indigno de un académico de renombre, de un hombre entregado a la sabiduría y al conocimiento.

Ojipláctico.

La puerta de madera podrida que antes parecía ser lo más fuerte dentro del lugar, se había venido abajo. Un ser indescriptible se adentro hacia el sitio donde se encontraban los tres seres, sus ojos tan vacíos, fríos, la muerte habitaba dentro de ellos... El dolor y sufrimiento que destilaba eran casi como un hedor exquisito para el gitano. Sus emociones se habían alborotado, todo era tan tántrico que lo llevaba hasta el punto mismo de excitarse por tal acción.

Sostuvo la mirada del viejo Arcano, quien con su ojo azul parecía querer fulminarlo, pero con aquel comportamiento y desatino había perdido todo el respeto que Matthew había sentido. Ahora solo quedaba aprender, ¿cómo haría para diferenciar ese cadáver de un inferi o de un vampiro durmiente? La pregunta le comenzó a dar vueltas mientras no despegaba los ojos del cuerpo que tenían frente a ellos.

Según Báleyr, el capitulo III, solo necesitaban la cabeza, pero eso parecía ser una misión casi imposible, de no ser que se lograse controlar a la criatura con total éxito. ¿Y si le cortamos la cabeza con la daga y realizamos el ritual utilizando sus viseras de carbón? observo a quien el tuerto llamo Snape. Se que no es momento de presentaciones, pero puedes llamarme Matthew. le dio una fugaz sonrisa y conjuro tres cuerdas mágicas gruesas, resistentes, que atarían las manos, patas y una se dirigiría al cuello, haciendo presión, apretándose cada vez que intentara zafarse.

Transformo sus manos en patas de lobo para generar una fuerza sobre el, según el Arcano, este ser era de los que no poseían alma, simplemente era un saco de carne podrida obedeciendo la voluntad del Nigromante que lo invoco. Se lanzó sobre él apoyando ambas rodillas en el suelo de madera a su costado y con ambas patas sosteniendo sus manos tras la espalda, forcejeando para que no se moviera.

Según el libro, necesitamos un hechizo de sangre, rápido, toma un elemento filoso y hazme un corte en el brazo, utiliza mi sangre para hacer el conjuro. Sanare rápido, señorita. generalmente su cuerpo se curaba solo gracias a la condición que poseía, pero al ser un ritual, como antes Báleyr había mencionado, quizás no tuviera el resultado que esperaba.

Tenían que reaccionar a estímulos, y entre ellos habría detalles que a simple vista deberían diferenciarlos. Probablemente a ambos la luz les moelstara, pero no era suficiente como para saber a ciencia cierta, porque un inferi bajo ordenes podía soportar la luz.



@@Hayame Snape Potter Black

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La bruja había suspirado un poco, recordándose los motivos por los cuáles se encontraba estudiando aquello en esos momentos y porqué había hecho lo mismo en la mayoría de sus otras habilidades; papeleo, burocracia... extrañaba la época antigua en que podían estudiar de forma libre y practicar en sus hogares... a veces con algún cautivo que hubiesen llevado silenciosamente y sin que nadie lo extrañase

 

Pero ahora todo tenía que ver con tener certificados, registros y demás

 

Le había dirigido una mirada a su compañero que ahora le hablaba directamente y había asentido una sola vez

 

-Hayame

 

Devolvió la presentación y le regresó el pequeño gesto discreto, sintiéndose más tranquila al notar que su compañero no era tan agresivo como el arcano a pesar de las primeras impresiones; por un momento había pensado que quizá iba a terminar con un compañero que le vería cual a las estanterías pero afortunadamente y al final no había sido de esa manera... quizá, porque justamente para dominar a un ser sin alma se requerían más de un mago, especialmente si quien movía a aquel títere tenía más poder

 

-Debe de haber alguna manera de acceder a los recuerdos que hayan sido grabados de alguna forma en los ojos del muerto o en su cabeza...? -murmuró conforme se acercaba rápidamente al mago que sostenía a aquel cadáver, entornando los ojos conforme sacaba su daga favorita de pociones de su estuche en el muslo, junto con la varita -si no tiene alma y el alma suele ser base de emociones, personalidad y memorias... pero la propia memoria como tal es información y energía, debería de poderse recuperar

 

No le preocupaba que el otro mago no pudiese sanar, al menos los que sabían lo que hacían no pedían ese tipo de cortes solamente porque sí

 

Por lo tanto se colocó en una rodilla conforme sostenía su daga de plata y solo cerró los ojos por un segundo, comenzando a murmurar en rumano antiguo al tiempo que colocaba dos dedos por delante de sus labios; recordaba las palabras del libro que había estado leyendo y ahora sentía alivio al haber estudiado por adelantado sospechando que podían preguntarles o pedirles algo de aquel tipo

 

Después de todo, era Nigromancia

 

No era como sencillamente jugar o hacer el trabajo a la ligera, un descuido verdadero y cualquiera de los dos podía terminar convertido en algo similar a aquel cadáver... y pasar a formar parte de los cuerpos que pudiera controlar aquel malhumorado arcano no estaba dentro de sus planes más inmediatos

 

Su daga emitió un brillo extraño, con un destello azul negruzco alrededor de sus bordes para luego, girarla y en un corte limpio pasar la punta por la carne del brazo de su compañero; aquella herramienta siempre la mantenía afilada puesto que tenía en mente que podía requerir de preparar algo y no podía darse el lujo de fallar. Así que realmente eso ayudaría a la sanación del otro mago conforme permitía que un poco de sangre mojase la punta. Un momento después empezaba a crear el tajo en forma de cruz en la frente de aquel cuerpo que se removía, luchando fieramente contra el mago que hacía todo en su poder para mantenerle quieto conforme la Snape volvía a murmurar por lo bajo, las palabras del libro según el profesor les había indicado

 

Y aún así, una voz al fondo le susurró... y si la intención del arcano era solo darle más poder a aquella criatura para que los atacase y volverlos a probar?

 

Sabía que tenían que confiar en las enseñanzas de su maestro pero durante sus últimas enseñanzas se había dado cuenta de que los profesores en lo referente a los más ancianos, no eran muy de fiar; muchas veces parecía que estaban más que dispuestos a librarse de la mayoría de los magos que estudiaban de ellos que de mostrarles las habilidades que tan celosamente guardaban.

 

Sin embargo en cuanto terminó de hablar, retrocedió rápidamente y cambió la daga por la varita, apuntando hacia delante mientras que sus ojos brillaban fuertemente en un tono rojo, preguntándose si su compañero se atrevería a soltar aquel cuerpo o se mantendría sobre este, para realizar algún ritual nuevo. Aún se preguntaba quién sería aquel que habría enviado a aquel cadáver a atacarles... o si quizá era algún enemigo del arcano.

 

Observó a este con seriedad por unos segundos, ya que el anciano parecía tan solo mirarles, como si esperase algo

 

-Habló de regenerar los organos en un cadáver que ya ha estado en putrefacción -musitó con cuidado, sin dejar de ver al maestro -el regenerar un cuerpo no sería comenzar a acercarlo a algo que por los medios adecuados podría ser infundido con vida? -inquirió con seriedad a quien les guiaba aunque algo tenía claro

 

No era lo mismo que algo estuviese vivo a que tuviese un alma con la cuál diferenciar a otros seres y hacerse saber un individuo

 

Las planta estaban vivas y según Lisette, estas eran conscientes de su individualidad pero... lo mismo algunas aves muggles a las que les cortaban sus cabezas, los corazones latían pero ya no había comunicación con la mente por lo que prácticamente, posiblemente, ya estuviesen deprovistas de alma

 

O no?

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¿Cuántos segundos habían pasado desde mi pregunta? ¿Era normal que la brisa no resonara entre las hojas de los árboles? ¿Era tan inquietante ver cómo un ruido fluía en silencio? Al parecer ser, si.

 

Volví a girar y Arya ya no estaba detrás de mí. Tal vez lo que había visto había sido un espejismo o un espectro que se había hecho pasar por ella. Tal vez todo estaba en mi cabeza, eso no me sorprendería. Desde el momento que doblé por el umbral me insistí en querer atravesar aquel camino solo y estaba seguro que ésa era la oportunidad para poder hacer solo, más rápido. Avancé al bote, claramente. Me subí y éste arrancó como si algo lo impulsara sobre las aguas tenebrosas.

 

Cría que eran tenebrosas por la particularidad de ser oscuras. No se podía ver en el fondo. Ni siquiera la varita en mi mano me tranquilizaba. Una cosa era enfrentarse a los Inferi, que con un poco de fuego o luz los alejabas. Pero en aquel mundo, estaba seguro que la magia cumplía con otras leyes. Mire hacia abajo y algo se movió pero no pude distinguir. A medida que avanzaba, las orillas se iban abriendo cada vez más. Y a medida que me alejaba de la orilla, una neblina densa y gris me iba cubriendo de a poco.

 

Unos graznidos pasaron volando por encima de mi cabeza. Nuevamente cuervos.

 

Soy el faro —recordé, como si una voz me estuviera incentivando a pensar en aquellas palabras. Las palabras del Arcano Baleyr resonaban en mi cabeza. Y como todas las habilidades a las que estaba vinculado, requería de toda mi magia para realizarlas. ¿Serviría lo que estaba pensando? Tal vez al estar en el mundo de los muertos tenía que solamente, pensar en muertos.

 

¿Y en quiénes había pensado toda mi vida? Mis padres. ¿En quiénes me había apoyado en cada situación? Mis padres. ¿Quiénes eran los que más habían necesitado y no estaban, y había tomado las últimas decisiones malas en mi vida? Mis padres. Tal vez todo tenía que ver con todo y esas acciones desesperadas tenían una pequeña diminuta luz en una inmensa oscuridad.

 

Mi herida en el pecho vibró. Y no solo eso, sino que despidió un poco de sangre. Aquella ceremonia en la que indirectamente había sido parte, había alcanzado para pagar varias deudas a la vez ¿Sería la causa de aquel comienzo con Nigromancia? Tal vez, porque de alguna manera la neblina se disipó a la derecha y dos figuras aparecieron paradas sobre la orilla, a unos cuántos metros dónde estaba. Eran ellos.

 

Estaba segurísimo.

 

Moví la varita y el bote giro en ésa dirección. Cada vez que se acercaba a tierra firme parecía que abajo había más movimiento. Podía jurar que había visto un brazo, un par de ojos mirándome y un pequeño osito de peluche (sin los ojos) Aquella barca roja se detuvo y salté donde estaban las figuras. Me dio un vuelco al corazón. Había pensado en Eithel McHollen y Goldor Gryffindor y habían llegado allí.

 

— Siempre admiré la facilidad con la que puedo recurrir a ustedes en busca de ayuda

 

Les dirigí una sonrisa. Y ellos no hablaban. Y no decían nada, ni siquiera una mueca. Pero no lo necesitaba. ¿Era real o un recuerdo o una simple fantasía? Necesitaba salir de allí, porque sentía que tenía que hacerlo. Había bajado al mundo de los muertos y estaba caminando entre ellos. Podía sentir cada una de aquellas almas perdidas. Y si continuaba ahí, claramente iba a sumarme a sus filas. Había hecho el pago. Aquella sangre brotada de mi pecho lo demostraba. Y la aparición de mis padres funcionó y cuando les pedí que me ayudaran a salir de ahí, eso hicieron.

 

Caminé unos pasos en silencio. Los caminos que estaban marcados por ahí, iban en diferentes direcciones. Madre iba a un lado y Padre miraba siempre para atrás, lo que hizo que imitara aquel gesto. En más de una oportunidad, figuras irreconocibles (y hasta con diferentes vestimentas) parecían vernos y preguntarse qué hacíamos ahí. Hasta llamábamos la atención. Uno de ellos fue empujado por Goldor, que lo hizo retroceder y chocar contra un pilar.

 

¿O había sido yo? Realmente en ése preciso instante que Padre levantaba el brazo, se me había cruzado por la mente que quería alejarlo

 

Los caminos se cruzaron y me encontré con una escalinata de piedra, alta, muy alta. Al final se veía una especie de umbral. Por sus costados habías rocas (erosionadas), algunas hojas y antorchas. Ella me hizo un gesto con la cabeza hacia aquella entrada a los últimos de los escalones. Y tomo mi mano, sentí como si hubiera metido la mano dentro de un balde con agua congelada. Él sonrió y apretó mi hombro. Les agradecí. Tenía que saber si todo había funcionado.

 

Me di la vuelta y subi sin mirar atrás, aunque Padre y Madre habían regresado a donde pertenecían. Me llevó unos diez minutos llegar hasta el final, que al tomar la manija de esa antiquísima puerta, pude notar que el pecho de mi camisa tenía rastros de sangre. No me importó. Accioné la manija y entre, nuevamente a la habitación del Arcano @@Báleyr

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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Báleyr permaneció sentado en la silla con el ojo fijo en sus dos alumnos, con las dos manos ancianas descansando sobre los brazos de la misma, en una actitud ajena a la situación de peligro que corrían. No era cierto, era mero postureo. Sus seis sentidos estaban muy atentos a todo lo que sucedía, allí dentro y allá abajo, pues no olvidaba que tenía más pupilos de los que encargarse, no sólo los que estaban en ese momento en la mazmorra.

 

El alumno que se autopresentó como Matthew iba bastante acertado con la lucha contra el cadáver, no así la mujer, sabiondilla que intentaba sobresalir de la calidad de mediocridad de los miles de alumnos que se presentaban a sus clases y "desaparecían" en el intento. El Arcano no era paciente, así que rompió el silencio autoobligado para intervenir levemente.

 

- Muy bien su sujeción, Sr. Triviani. Bien sus conjuros de sangre, buen trabajo los dos. Mal su idea de acceder a los recuerdos de este ser. ¿Es qué no me escuchaba cuando expliqué que hay dos tipos de muertos y éste era de los sin alma? No podrá acceder a los recuerdos de nadie si no tiene alma. A este tipo de muertos sólo les mueve la obligación, la necesidad de cumplir la orden de su creador. Los otros son fácilmente identificables, tendrán brillo en los ojos muertos, lo único que reflejará una vida interior en el cuerpo putrefacto.

 

Creador no era la palabra correcta pero era la más normalizada en este tipo de magia. El muerto no había sido creado sino molestado en su descanso y movido a actuar sin elección.

 

- Deben hacer que hable, por lo que necesitarán regenerar su lengua y sus cuerdas vocales. Arriesgarse a algo más implica que tendrá más fuerza para defenderse de toda atadura no mágica. Y creo que eso no les gustaría. Sin embargo...

 

Dejó que sus alumnos acabaran de hablar con el muerto y que éste les confesara quién les había creado y el motivo por el que había entrado así en la Mazmorra. No reflejó ninguna emoción cuando lo oyó aunque algo turbó su ojo azul. Parpadeó varias veces, respiró algo más fuerte de lo normal, chasqueó los dedos y aquella cabeza decayó sin señales de seguir activa. Después, prosiguió.

 

- Sin embargo, tiene razón a medias en que hay que regenerar un cuerpo antes de conseguir que se mueva como antes. Piensen que la muerte no es inmediata, el alma sale antes que el cuerpo muera totalmente y se desconecte por completo; aún hay reflejos y posibles movimientos antes del final. Si tenemos un cuerpo muerto al que queramos reincorporar a su estado anterior, cuanto menos tiempo lleve muerto, más fácil será que conserve todos sus recuerdos. Si podemos infundir esa alma en su propio cuerpo, evitaremos el rechazo. Porque el Rechazo existe, caballero. Y señorita, y la lucha contra un cuerpo que no es el suyo puede destruir tanto el cadáver como al alma que queríamos hacer hablar. Tome nota de eso, Señor Triviani. Podría conseguir el tiempo suficiente de convivencia entre continente y contenido como conseguir la información que quiere buscar. Sólo que es una ardua labor y yo le aconsejo que pruebe más de una, dos e incluso diez veces con éxito antes de arriesgarse con su ladrón. Sólo tendrá una oportunidad.

 

Por fin se levantó y se dirigió a una de las paredes de roca húmeda del fondo de la habitación. Puso la mano en un punto concreto y ésta se abrió: una imagen de neveras de aluminio, temperatura muy fría, camillas... La Sala de Autopsias de un hospital aparecía en aquel portal creado de forma impoluta por el Arcano.

 

- Pero le recuerdo que es ilegal juguetear con los muertos. - Su sonrisa dejaba bien claro que pensaba que a ninguno de los dos alumnos le importaría ese nimio detalle. - ¿Quieren que les enseñe a levantar a un muerto con alma? No infundar vida, señorita Snape. La vida se pierde y no regresa. Infundamos energía para que sigan muertos y anden, se muevan, estén con nosotros. Pero no se confunda, nunca estarán vivos. Delante de mí, por favor...

 

Antes de que llegara sus respuestas, unos pasos ascendentes resonaron levemente antes de que se abriera la puerta con escalones: de ella apareció un hombre agotado, sangrante pero con vida.

 

- Le esperaba, Sr. Gryffindor. Veo que ha conseguido salir vivo del viaje al inframundo. ¿Le gustó? - No esperaba una contestación, ni positiva ni negativa. Era algo que debía aprender por sí mismo y lo había hecho. - Puede venir a otra excursión con nosotros o, si lo prefiere, puede ir a descansar para recuperar fuerzas. La Prueba del Portal le exigirá el triple de lo que ha hecho hoy y necesita estar al cien por cien de sus posibilidades.

 

El ojo azul del anciano brilló al hacerle la pregunta:

 

- ¿Porque quiere hacer la prueba de vinculación con el Anillo de Nigromancia? Si se ve capaz, le veo en dos días delante de las ruinas del antiguo cementerio de Ottery. A las doce en punto de la noche. Si cree que aún no podrá soportarlo, acompáñenos a ver más muertos con estos novatos. Lo que usted prefiera... [@Elvis F. Gryffindor]

Editado por Báleyr
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Con el Arcano

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"Respira, respira... no puedes dejar que el Arcano te expulse..."

 

Pensaba para sí misma mientras que tan solo escuchaba las palabras del otro, resistiendo sus deseos de sencillamente, morder al sujeto en aquellos instantes e infundirle un poco de la energía que usaban los de su especie en específico, para ver si así le gustaba saber lo que sentían los muertos atados a sus dueños; generalmente no era del tipo de estar esparciendo más vampiros por los alrededores así como tal pero comenzaba a perder un poco de paciencia con aquel anciano que definitivamente, parecía gustar de poner a prueba el límite de paciencia de sus alumnos

 

Pero tampoco quería convertirse en infractora realmente así que cerrando los ojos y recordándose que hacía aquello tan solo para conseguir llegar a la prueba, hizo girar su afilada daga y la volvió a su estuche en su muslo, tan solo viendo lo que haían hecho y al muerto que ya habían dejado por la paz

 

Realmente no habían conseguido información sino que además, tal parecía que el arcano no le había entendido en nada lo que había comentado

 

Pero en fin...

 

Mentes cerradas, enseñanzas cuadradas

 

Sin embargo... cuando abrieron el ingreso a la morgue, casi da un salto y corre hacia esta pero se contuvo, tan solo sus ojos brillando con la emoción de trabajar directamente con los cadáveres en el sitio; tenía que aguantarse pero de todas maneras, inspiró profundo y dejó que el frío de la habitación le llenara la piel que ya de por sí, solía tener a una tempratura antinatural para cualquier ser vivo

 

Pero esta vez, realmente se sentía en su medio ambiente

 

Era casi como haber vuelto a alguna de sus mazmorras favoritas, comenzando a frotarse las manos ante las posibilidades que tenían; otro alumno pareció asomarse por el lugar pero por lo que había escuchado del arcano, era alguien que ya iba a ir directamente a su prueba por lo que la bruja solo se dió un momento para mover la mano hacia aquella persona con una seña en la cuál le deseaba suerte. Esperaba que pronto ellos mismos terminasen pasando a prueba muy pronto y tenía que admitirlo, estaba levemente nerviosa por lo que les pondrían en su momento

 

Si ya estaba el profesor de aquella manera tan solo empezando las clases... cómo sería al momento de mostrarse para los exámenes y pruebas?

 

-Habrá algún hechizo en específico que nos mostrará para esto? -inquirió la vampiro conforme se acercaba a un muerto, abriendo la bandeja de donde se les sacaba para examinarlo, sintiendo que ese le gustaba en mucho para lo que fueran a experimentar

 

Por todos los cielos, en verdad esperaba que les enseñaran algún hechizo que no viniera en los libros...

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Mordió su labio al ejercer más fuerza sobre el saco de carne que se movía sin parar. Escucho las incógnitas de Hayame y enarco una ceja sorprendido por lo que había comentado, Báleyr había dicho momentos atrás que un cuerpo sin alma no tendría recuerdos, ni mucho menos aquel cúmulo de emociones que podían hacerlo sentir humano.

Su brazo ardió, y la herida jamás sano.

¿A quién demonios se le ocurriría utilizar una Daga de Plata con un Licántropo!? sus dientes crujieron al sentir como la hoja afilada cortaba la parte superior de sus músculos y su sangre chorreo, necesariamente para ser utilizada en el encantamiento. ¿Rumano antiguo? pensó el gitano, creía que las brujas capaces de hacerlo habían sido incineradas en su aldea cuando él era pequeño, eso le dio un poco de satisfacción, el saber que no todas habían muerto bajo la cruel mano de una enfermedad muggle.

La cruz que Hamaye había creado sobre la cabeza del Inferi

Está muerto, ¿que puede hacer? Aunque quizá su fantasma este por aqui y quisiera dar un sustito comentó. A él la verdad es como que no le importaba si tenía que examinar un cadáver. Prefería, básicamente, arrancar su garganta y con las viseras al fuego invocar a la muerte para hacerle unas preguntas.

Se levantó de la posición en la que se encontraba dejándolo en el suelo aún maniatado, se coloco a un costado de la bruja y escucho lo que estaba diciendo, por otro lado su mente había divagado y busco con la mirada las herramientas necesarias para regenerar un órgano ya descompuesto, ¿era posible aquello? si no lo intentaba no sabría realmente, y el resultado podría no agradarle...

Tengo una pregunta soltó mientras rebuscaba el estante , las almas pueden ser atrapadas en objetos físicos y no me refiero a Horrocux, sino a almas enteras dijo aquello como una certeza puesto que él tenía a dos atrapadas en un jarrón Si estas por alguna razón logran liberarse ¿A donde irían a parar? ¿Al limbo? O ¿buscaran otro cuerpo que habitar, conservan sus recuerdos, o los van perdiendo con el pasar de los años, como dice usted? tenía demasiadas preguntas para un rebuscado tiempo.

Una de las almas atrapadas pertenecía a quien deseaba devolverle la vida, su cuerpo yacía en los terrenos de la familia Triviani, sepultada sobre un lecho de rosas negras y hortensias con color del cielo claro. Volviendo sus manos a la normalidad y con una floritura de su varita, tomó un caldero y varias piezas necesarias para crear una especie de líquido viscoso, similar a la sangre podrida, y con su varita lo revolvió para tener verter un poco de eso dentro de un pequeño frasco, escuchaba el murmullo del viejo tuerto sin prestarle demasiada atención, observó con el rabillo del ojo que había abierto un pasaje a una sala de hospital, pero antes de ingresar quería saber realmente quien había irrumpido el sueño eterno del cuerpo; después de la muerte, no había nada, los muertos pierden conciencia de que existen al menos que sucedan ciertos eventos. Sabrán sobre la muerte por todo el tiempo en que un nigromante les preste atención. Si logran volver a la vida, no recordarán nada del tiempo que lo estuvieron. Eso lo tenía claro, había leído los libros en lenguas profanas de la biblioteca de su madre.

Más detalles implicaría que pague un precio el cual no sabía si realmente estaban preparados para pagar.

Hizo un gesto de esfuerzo y volteo al Inferi, tomando con fuerza su garganta, apretandola, y obligando a que tragara lo que había preparado. ¿Lo había hecho bien? esperaba que sí, y aguardo unos segundos, tapando su boca, esperando que no lo mordiera, hasta que hiciera efecto.


Escuchame con atencion, y responde solo a mi pregunta, o te cortaré tan profundamente la garganta que morirás, de nuevo. materializó su daga de hueso, aquella que había forjado en el transcurso de su visita al guerrero uzza que le otorgó los conocimientos de sangre. ¿Quien te invoco, y para qué? pero antes de que pudiera responderle, sus ojos se tornaron más negros de lo habitual y sus brazos descendieron a un costado, había sido liberado de su maldición.

¡mier**! grito y clavó su daga en el pecho del muerto, lleno de ira ¡ESTUVIMOS TAN CERCA! se levantó y dejó caer su daga, reduciéndose a polvo cuando toco el suelo.

Cruzó el pasaje que Báleyr había abierto, deteniéndose un momento a mirar su azulado ojo, y pensó ¿cuál fue el precio que pagó por ello? estaba convencido de que él lo había llamado, pero no sabía sus intenciones.

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