Jump to content

Nigromancia


Báleyr
 Compartir

Publicaciones recomendadas

— La resurrección puede ser un arma de doble filo, sino se poseen los conocimientos necesarios para acceder a ella e intentar controlarla con éxito—la voz del anciano era una advertencia para el hombre. Él era capaz de apreciar con su único ojo, el dolor que corría debajo de la piel mancillada de Eobard, sollozos acallados malamente con conjuros que poco a poco perdían su efecto y resultaban peores que la misma enfermedad que se extendía como la peste. 

No dudaba que lo vivido dentro de sus clases con los Uzzas, le hubieran curtido de una manera que poco o nada se compararía con lo que le haría vivir el Nigromante— Jamás se tiene demasiada ventaja sobre las cosas, piense que puede que crea que conoce la forma más adecuada de enfrentarse a lo que les espera dentro del mundo de los muertos—acariciaba su larga barba— Pero no lo puede dar por sentado, no es lo mismo el poder de un Uzza que el poder de la muerte misma. Ella toma lo que desea y lo arranca del plano terrenal, llevandolo a los confines más aberrantes que componen el inframundo—le gustaba la forma en como ahondaba en esos temas.

Dándole un enfoque realista, evitando adornarlo demasiado y si mostrándolo como era realmente— No quiera ver dentro de un pozo tan profundo, sé que posee en don de leer la mente de los otros- Yo cuento con el mismo y créalo o no, puede que saque de su mente esqueletos que desearía haber desterrado hace tiempo de sus memorias—aquello no era para nada una amenaza, sino una vaga advertencia— Espero ver qué clase de “contacto”, puede tener con ella—curvándose en sus labios una sonrisa que poco a poco se transformó en un gesto terrorífico.

El brillo metálico de una daga del sacrificio iluminó con su destello parte de esa habitación, el darle su sangre era un acto de bondad e insensates. Ahora estaría conectado con el mujer por el resto de su vida, cada uno de los seres que eran traídos de vuelta se volvían un lastre para sus sanadores, no existiendo modo alguno de librarse de ellos en el futuro. El tuerto analizaba con lujo de detalles cada una de las proyecciones que se conjugan en la cabeza del Black Lestrange, vivencias ajenas de una mujer que pudo tenerlo todo y lo perdió a causa de una muerte aberrante y desgarradora.

— ¿Cree que la han matado por una razón en particular?—inquiría sin perder de vista el mal talante del caballero— Si muere, dudo que ella lo traiga de vuelta. Yo le ofrecería esa posibilidad, pero antes de hacerlo. Es necesario que experimente el peor de los destinos, para probarme que es merecedor de la habilidad de la Nigromancia—golpeando dos veces su bastón contra el suelo, provoco que el hombre cayera inconsciente contra el suelo. Su misión era ir donde residía el alma de la joven, convencerla de volver y aprender las palabras claves para dar inicio a dicho ritual.

@ Eobard Thawne

nuRQYmF.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 3 semanas más tarde...

⎯⎯Como todo, en realidad. El exceso de confianza puede ser la perdición de una persona, por más que domine algo ⎯ concedió, pensando en las muertes más banales que habían sufrido mágicos y no mágicos, tan irreales como lo era romperse el cuello con un mal paso en la acera ⎯. Además, el inframundo está en constante cambio, por lo que no es de extrañarse que uno vuele a ciegas. Aún el Nigromante, no está por encima de la Muerte, subestimarla sería una estupidez. 

Las revelaciones hechas por Báleyr lo dejaron helado, aún no era tarde para sucumbir ante las cálidas garras que le ofrecían abrigo en otros planos existenciales. Era un viaje en el que existía un retorno, pero no sería ni remotamente placentero. Curvó sus labios ante la sonrisa tétrica del Arcano de Nigromancia, pero no existía felicidad en su expresión; más bien era la ironía de, por primera vez, enfrentarse a una arena en la que sólo contaba con el crudo fracaso como experiencia. 

⎯⎯Posiblemente nunca lo sabremos, hay asesinatos en Hogwarts y otras escuelas de renombre que, aún con miles de investigaciones, jamás se aclararon ⎯ terció, pensando en todas esas décadas que el asunto de la muerte de Myrtle la Llorona permaneció entre las sombras ⎯. Es más factible que ella vuelva, a qu...

No logró terminar la oración, puesto que su cuerpo había dejado de responder tras el movimiento hecho por su mentor con su bastón. Lo extraño fue, que no vislumbró la escena desde sus propios ojos, sino desde una perspectiva aérea, como un ave que sobrevolaba en ese momento la escena. Una mirada hacia lo que yacía debajo de él, le bastó para entender que el arcano había desprendido su forma astral de su forma física. A diferencia de los agrestes fantasmas que moraban el mundo mágico, él seguía conservando los colores de su cuerpo y vestimenta. Ladeó la cabeza en torno a Báleyr, quien seguro podía verlo en ese estado. 

⎯⎯Con que así de patético me vi cuando caí a manos de Runihura. Disculpe la pose, Arcano Báleyr, pensé que haríamos esto un poco más adelante en la clase, así que no tuve tiempo de planear una menos vergonzosa. 

Echó una última mirada a su cuerpo inerte, que se había quedado con un brazo sobre la cara, como si se cubriera del sol, y las piernas ligeramente flexionadas, antes de adentrarse en el cadáver ensangrentado de la muchacha, como una bola de luz que ingresaba a un mecanismo. Recorrió una serie de túneles caleidoscópicos, cuyos colores casi lo dejaron ciego, antes de aterrizar en un ambiente nebuloso, muy similar a lo que eran los terrenos de Hogwarts próximos al Lago Negro. 

 Se mezcló por un rato entre los grupos de estudiantes que inundaban el vivaz césped, buscando a su objetivo. A juzgar por las conversaciones y el ambiente jovial, debía ser el final del último trimestre, por lo que gran parte del alumnado ya había rendido sus exámenes finales. Pero las palabras se convertían en susurros ininteligibles apenas las personas abrían la boca, y sus cuerpos se iban difuminando a cada movimiento. 

Hasta que, tras un largo tiempo deambulando cerca del linde del Bosque Prohibido, la encontró. Los vivos azules en su túnica y la apariencia que momentos antes había vislumbrado al ahondar en sus memorias, le indicaron que se trataba de ella. 

⎯⎯Esto va a ser interesante, ¿cómo hacer que una memoria me pueda ver? Y después de eso, que acepte volver al mundo de los vivos ⎯ dijo, caminando con un ligero trote hacia donde se encontraba. 

«Y, ¿cómo pretendes eso, exactamente?», respondió la joven, dando la espalda a las copas de los árboles y mirándole directamente, evidenciando que había escuchado todo lo que el Black Lestrange había dicho. 

Casi se tropieza al entender que se refería a él, derrapando a un costado para evitar caer. Por mera costumbre, miró hacia los lados para asegurarse de que no hubiera alguien más a quien pudiera estarle hablando, ya fuera alguien usando una capa invisible o un ente no visible a los ojos humanos. La chica se cubrió los labios para dejar ir una risa estridente. 

«Te hablo a ti, tonto. Eres el único que me ve aquí», clarificó, señalando los pocos grupos que se atrevían a arremolinarse a las orillas del Bosque. «Digo, aún cuando estaba viva no destacaba mucho, pero ahora es mucho más notorio. Me llamo Laurel Lance, por cierto.»

⎯⎯Eobard ⎯ murmuró el castaño, aún incrédulo de lo que estaba sucediendo. Sacudió la cabeza al recuperar el hilo de los eventos, carraspeando antes de volver a hablar ⎯. Eobard Aldrich Black Lestrange. Jamás me imagine que una memoria estuviera consciente de su muerte, aunque en mi defensa, es la primera vez que hago esto. 

«Qué nombre tan extraño, Eobard, no parece que sea de este siglo. Entiendo tu sorpresa pero, ¡no estás en una memoria! De verdad soy yo, o bueno, al menos, lo que queda de mí, entonces lógicamente estoy consciente de que morí. Esa es la razón por la que te veo, y por la que el resto parece más bien una película repetida una y otra vez hasta el cansancio».

Le invitó a que la acompañara de vuelta al castaño, sujetándole la mano, que el Black Lestrange percibió cálida, muy contrario a las creencias de que los fantasmas eran helados. Confirmaba las palabras de Laurel mientras volvían a Hogwarts, notando que los movimientos de los estudiantes se replicaban cada cierto tiempo, indicando que no estaban conscientes de sus acciones. Así, al final llegaron al Séptimo Piso, cerca de la entrada a la Torre de Gryffindor, pero en vez de ir hacia dónde los leones, la mujer lo condujo hacia el aula de Aritmancia. 

⎯⎯Quisiera saber cómo fue que moriste. Si es que lo recuerdas, claro. 

«Por curiosa, creo. Fue aquí mismo, detrás de esa puerta. Vi cosas que no debía ver, y pagué el precio por ello», respondió la señorita Lance con una tranquilidad nada natural. «Entra, así verás qué es lo que sucedió en realidad».

La madera cruijó cuando el castaño la empujo, temiendo alertar a lo que fuera que los esperaba, pero por fortuna nada salió al ataque de la nada. Con la casi inexistente iluminación, apenas se percibía la silueta de alguien en el centro, que parecía sentado con las piernas flexionadas, en torno a lo que parecía ser un libro escarlata, con cadenas que sobresalían por todos lados. A juzgar por la apariencia de dicho libro, debía ser algo prohibido, mucho más macabro que las lecturas que correspondían a la Sección Restringida. 

«Él es Damien Darhk, ambicioso estudiante de la casa Slytherin. No nos llevamos bien, y lo peor de todo es que lleva seis años amenazando a cualquiera que ponga en duda sus poderes y habilidades. Esta vez fue demasiado lejos, obteniendo un libro a través de un comprador misterioso; intenté disuadirlo de utilizarlo, pero claramente fue inútil», dijo con una sonrisa irónica, colocando sus dedos índices sobre su pecho, «Esta misma tarde pretendía utilizar el libro para invocar la fuerza vital de una antigua tribu, los Zambeze, pero lo confronté en el momento en que iniciaba su ritual».

A sus palabras las prosiguió una escena propia de una memoria dentro de un pensado, con la figura esbelta de la joven rubia entrando al aula y señalando a Darhk con una mano y la varita en la zurda. El muchacho, rechoncho y de cabello lechoso, se giraba, horrorizado, y le espetaba que no era asunto suyo, que huyera de allí, o la acabaría en un instante. Laurel no cedía, amenazando incluso con denunciarlo con el director Basil Fronsac si no cedía. Una primera llamarada, de intensidad moderada, la lanzó contra la pared de ladrillo. 

Le había chasmucado el hombro derecho y una parte de la mejilla de ese mismo lado, pero Laurel pareció no rendirse. Blandió su varita nuevamente e intentó desarmar a su contrincante, que respondió con más fuego y uno que otro maleficio. El duelo se prolongó por unos minutos, hasta que Damien hizo el movimiento final, enviando una llamarada con forma de erumpent, que corneó a la Ravenclaw de lleno, acabando así con su vida. 

⎯⎯Qué manera tan horrible de morir. Lo siento mucho, Laurel ⎯ dijo al final, cuando la escena se desvaneció y dejó a la estancia de Aritmancia con la presencia de la joven y la suya ⎯. Sin embargo, creo que conoces acerca de la Nigromancia. Es lo que me ha permitido llegar aquí, para conocerte, para estudiar tu historia. Ha sido enriquecedor, de verdad te lo agradezco.

«Sí... Ya lo suponía. Algo me dice que nos hemos enlazado de alguna forma, así que podremos comunicarnos el uno con el otro, ¿verdad? Este plano de la existencia comenzará a colapsarse, deberías salir de aquí. Te veo del otro lado, Eobard».

El castaño se propulsó de vuelta al plano astral, fuera del cadáver de Laurel, mientras dejaba atrás el entorno del Hogwarts contemporáneo, que se difuminaba cual tinta vieja en las hojas de pergamino. Finalmente emergió del cuerpo, como alguien que se zambulle al agua sin tanques de oxígeno o el Casco Burbujay respira por primera vez en mucho tiempo. 

⎯⎯La mataron por ser demasiado curiosa. Y fue en Hogwarts, para no perder la costumbre. Hemos comenzado a vincularnos, al menos creo que puedo intentar traer su alma aquí, ya he hablado con ella. 

 

@ Báleyr

Arania.gif
ObiFirma.png
Gringotts.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 3 semanas más tarde...

Báleyr mantenía en sus labios aquella sonrisa cargada de ironía y cierta incredulidad— Ese dato, ya era de mi conocimiento—alisando su prominente barba blanca se inclinaba un poco hacia la derecha— Murió por fuego, ¿No es así?—echando un poco de luz sobre el hollín que cubría algunas partes del cuerpo de la joven. No le gustaba la manera en que algunos empleaban la magia desconocida y antigua, atreviéndose a despertar a entes capaces de chasquear los dedos y acabar con una población entera.

— ¿Qué más le contó?, le dijo el nombre de su “asesino”—elevando sus dedos para hacer esa seña con énfasis— No solo la mató una criatura de fuego, le arrancaron algo que será difícil de recuperar—aseguraba levantándose con agilidad de su improvisado asiento— Es lo mismo que te quito a ti, aquella Uzza tan joven y letal—se lamentaba doblemente por el par de magos. Una fue arrancada de manera hartera del plano de los vivos y el que residía dentro de este, poco le faltaba para agotar la poca dignidad y valentía que le corría por las venas.

— Es grato saber que han podido entablar una buena conexión, no esperaba menos de usted, Señor Black Lestrange. Luego de tanto tropiezo, ya le tocaba empezar a caminar con soltura y seguridad sobre el suelo o pretende volver al sitio, ¿Dónde le dejaron hace unas semanas?—la mordacidad en sus palabras iba en aumento. En Hogwarts como en otras escuelas, como bien puntualizó su aprendiz, solían morir jóvenes en causas sumamente extrañas y desconocidas para los que no estaban al tanto del mundo mágico y el poder que el mismo otorgaba a los que moraban en él. 

— Pudo leer algo del contenido de ese libro, ella le contó a quién perteneció en el pasado. Necesitamos datos como esos, requerimos cada una de las memorias que pueda poseer antes de su muerte. Huellas que hayan quedado impresas en la nieve, tómelo como un viaje a lo desconocido, llévela como acompañante—asintió dando un ligero respiro— Revise su grimorio, busque el cantico que le dará acceso al control total del alma de esa joven. Ahora es una extensión de su vida, como una mano adicional o parte adherida a su cerebro—continuaba con su perorata. 

— Le observaré desde aquí, tome la pulsera que lleva la joven en su muñeca derecha. Es un amuleto de protección que ella creo en la clase de encantamiento, para su mala suerte, no fue suficiente en su defensa—el anciano se volvía mucho más arisco con el paso de los años. Dando otro par de golpes, permitía que los ojos de la chica se abrieran como platos— Ahí quedo el reflejo de lo último que pudo ver, sumérjase en las arenas del tiempo pasado y descubra, ¿por qué esa mueca de horror? y le aseguro que no fue producto del animal que le venía en contra—obsequiándole otra pista más que le ayudaría a completar ese inmenso rompecabezas.

@ Eobard Thawne

nuRQYmF.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 1 año más tarde...

Una sola gota de sangre recorrió la punta de tintes rojizos de Baélyr. Orión a su vez tragó saliva, con total conocimiento que se había sobrepasado. Sentía el filo de la punta de lanza del báculo de cristal del ya mencionado. Sentía como cada su dermis se abría ante la presión ejercida. La espalda del Yaxley se encontraba pegada a la biblioteca. Sus ojos, mirando fijamente al del Arcano. Aún al borde de la muerte, respiraba tranquilo. Su mano no soltaba un libro gris, previamente tomado de las estanterías. La ventana mostraba una tormenta impetuosa fuera. La única iluminación era la chimenea.

Una situación particularmente común, la de Orión. Físicamente, Baélyr era más alto, mientras que el mortífago, más ancho de hombros. En edades, nuestro pequeño intento de ladrón le llevaba la mitad. En habilidades mágicas, bueno, claramente sin comparación.

- Bueno, supongo que debo una explicación.

Baélyr levantó la ceja de su único ojo funcional.

El objetivo era simple: entrar, robar lo que parecía ser el único grimorio sobre voces del más allá y salir sin ningún tipo de rasguño. Pero, era prácticamente imposible ganarle en astucia a un Arcano. ¡Por Merlín! ¡Eran Arcanos! Y bueno, Orión no llegaba a ser tan tonto como par no saberlo, claro. Porque ese era el objetivo principal. El secundario, llamar la atención al famoso instructor de Nigromancia. Resultaba que hacía más de un año y vaya uno a saber qué tantos días que nadie recorría los pasillos de su morada y alrededores. De alguna manera había que avivar la llama de alguien dormido.

- Orión Yaxley, supongo que su nuevo pupilo -dijo, entrando un poquito nervioso al ver que la vara no se quitaba.

Carraspeó.

- No me interesa revivir muertos, ni manipular órganos. Tampoco conocer las propiedades de la sangre o entrar en detalles… escabrosos. Resulta que tengo un pequeño problema que no me estaría dejando dormir. Verá, me están usando de lechuza.  

Con un suspiro pesado, Orión se encontró a sí mismo en un dilema tan absurdo como inquietante. ¿Por qué él, de entre todos los mortales, estaba siendo acosado por las voces del más allá? La ironía de la situación le golpeaba como un hechizo mal lanzado. El ruido de la lluvia era lo único que rompía la monotonía del silencio. El comentario de la lechuza lo terminó con una sonrisa forzada, mientras una voz fantasmal le respondía con una carcajada ahogada. La situación era tan retorcida que podría haber sido una broma de mal gusto de la misma muerte. Pero en medio de las risas nerviosas y los escalofríos, una certeza se afianzaba en su mente: encontraría respuestas, incluso si eso significaba adentrarse aún más en los rincones más oscuros y desconcertantes del universo de Baélyr.

QlJxtuG.png
3wkkc9v.gif

ZREaNtC.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.