Oclumancia

[Orión Yaxley]

En esos momentos, Orión le hubiese gustado tomar algún banquito, sentarse y escuchar atentamente a Sauda con las manos en el mentón. Que la Arcana compartiera los mismos criterios que él le daba una cierta seguridad y, por qué no, calor corporal. Era ese no sé qué que le indicaba que estaba en el camino correcto. Porque la mente es la mezcla de todas nuestras experiencias y juicios. Orión nació para relacionarse con otras personas y así es como cultivó su información, sus memorias, su mente. Si tuviera que arrancar lo invasivo, tenía que prender fuego todo el bosque.

 

Y hasta él tenía algunos límites.

 

Ahora, la pregunta de que si vale la pena lo sacudió. Se dio cuenta de algo fundamental, de las piezas de su mente, de sus pensamientos y de los límites de las otras personas.

 

- La Oclumancia… Entiendo que es libertad. Libertad de elegir.

 

Y fue contundente. Para él, hacer lo que quería era su más preciado objeto inmaterial. Y, el sólo hecho de que existían personas que podían cruzar esos peligrosos límites

 

En ese caso, si el mortífago entendía bien, la habilidad se basaba en la reacción. Y era ahí donde encontró la clave. Su mente, su conciencia, su aura le marcaba bien por dónde tenía que desarrollar su concepto. Entonces, fue así como volvió su vista a la copa de los árboles, que bailaban ante la leve brisa. Entendió que había capas, algunas finas y otras rígidas, que iban expandiéndose exponencialmente. Las primeras, las ramas más gruesas resultaban pesadas, se entrelazaban y amortiguaban más la luz y, a medida que iba subiendo el recorrido, las extremidades de los árboles adelgazaban y jugaban entre ellas.

 

Sintió el viento en su cara y construyó su mente con su sistema de creencias, intercambiables, que algunas podían tener más importancia que otras en algún momento y viceversa. Los legilimantes no podían saberlo todo, y tenían que concentrarse en una cosa a la vez. Y así fue como probó.

 

Sintió que el haz de luz que se colaba y le pegaba directamente en la cara comenzaba a molestarlo. Se encandilaba. Tenía que taparlo. Colocó algo preciado, pero no importante en ese momento, como punto primero, y así fue bajando, de lo menos importante, a lo más requerido en ese momento. No valioso, sino exigido. Porque valioso, todo en su mente era valioso. Las ramas primeras de a poco empezaron a abrazarse, atenuando la luz del sol. Luego, las ramas medianas se entrelazaron. Por último, las gruesas. Y Orión quedó sucumbido ante la oscuridad tenue de las sombras.

 

Había expandido su mente, como cuando una piedra cae a un lago y las ondas recorren toda la superficie.

 

Ahora, quería sol, pero no tanto. Levantó las manos extendiéndolas y como gesticulando la apertura de una ventana, dejó simplemente abiertas las capas más finas y las medianas. Sólo la gruesa lo defendía, y sentía el calor justo del sol. Las copas de los árboles funcionaban como metáfora perfecta.

 

- Arcana, entiendo que la Oclumancia es un diálogo con el intruso. Yo puedo recibir esa energía y re direccionarla lejos de mi mente. De esa forma puedo dejar pasar lo que quiero, lo que necesito y bloquear lo que no.

 

Concentró sus fuerzas mágicas y una onda expansiva, leve, salió de su coronilla. Toda la vegetación se movió hacia atrás y las copas volvieron a cerrarse, refugiándolo del sol. Se sentía en paz con su mente y había silencio. Por fin, había silencio. Pero estaba completamente drenado y necesitaba descansar. Hacerlo conscientemente le era agotador.

[Thoth]

-Agradezco vuestro parecer, y que los dioses siempre le acompañe. - a pesar que todo ello era una falsedad. Pero en su mente se encontraban recuerdos para que su historia fuera real, ya que conocía romper la verdad y manejarla a su antojo. -Y, referente a lo que expresa sobre los legeremance. Me preguntaba si ¿Acaso los oculmantes pueden plantar falsos recuerdos en los legeremance? Digamos hacerle ver lo que nosotros deseamos. Y así, conducir a esos intrusos entre los infinitos laberintos de la mente. - Hace pausa, mantenido siempre su calma. -Por esa razón, me gustaría saber ¿qué debo hacer para comenzar éste saber? ¿Acaso debo leer un libro o tener un don natural para esto?-

 

Le refirió @@Aailyah Sauda y, pero meditaba las palabras de Orion y le daba curiosidad ese otro ser que allí se encontraba. No obstante, la referencia de la arcana con ese hombre era enigmática ¿será ese ser alguien que pudiera conocer? Su voz no le era conocida, mucho menos bajo su otra identidad anterior se topo con él, por lo que ninguno de los se conocían antes de ese día. Y en cuanto a la otra persona le pareció reconocer de los álbumes de los Luxure, pero igual no le conoció. Y con mirada baja, espero a ver que sorpresa le esperaban en esa oportunidad.

[Aailyah Sauda]

Tenía dos estudiantes, tres si contábamos aún al ensimismado señor Crouchs, muy diferentes entre sí, Aaliyah decidió no responderles lo último, pero sí mostrárselo. La Oclumancia era una habilidad muy difícil de explicar con palabras, era más de decisiones y control de emociones, hizo uso de sus poderes como Arcana, de sus habilidades y sumió a sus alumnos en la más absoluta oscuridad, como si alguien, de pronto les hubiera vendado. Aunque seguían en el mismo lugar, se verían obligados a quedarse un rato a oscuras.

— Agudicen lo más que puedan los sentidos restantes y limiten el uso de la varita —susurró, al oído de cada uno—, no está prohibido, pero será mejor para ustedes dejarse llevar. Siéntate, échate, cómo te sientas más cómodo y escucha.

Blandió una mano, provocando una ráfaga de aire que golpeó las copas de los árboles e hizo hablar a sus hojas, quería que lograran un determinado nivel de relajación, uno para que ellos mismos ordenaran sus pensamientos y decidieran en cuál debía entrar ella y en cuál no. La Oclumancia sí necesitaba de un don especial, sobretodo para hacerse con el Anillo que les otorgaba poder sobre la habilidad, desarrollarla bien o mal era tarea de los portadores a lo largo del resto de su vida.

— Sé que puedo sonar como una simple lectora de manos en alguna feria muggle, pero tomálo con diversión —les hablaba en singular para que lo primero que olvidasen era que tenían compañía, experimentar la libertad de elegir como había planteado Orión y quizá, si existía el talento, plantar un recuerdo falso, como quería hacer Azrael—, recuerda y muéstrame un recuerdo de tu infancia, lo que sea que escojas estará bien.

Podía resultar muy sencillo para Sauda simplemente ingresar a sus mentes, una y otra vez, como para que intenten protegerse cada vez más, pero no creía mucho en eso de "aprender a los golpes", así que les permitiría escoger y poco a poco alistarlos para la prueba, ya no faltaba mucho. Existía en este par, una voluntad inquebrantable que seguramente les haría pasar sin demasiadas dificultades la prueba de Oclumancia. La mujer se sentó sobre el césped, colocándose en posición mariposa, en espera de disfrutar lo que ellos decidieran mostrarle.

— Recuerda que al elegir un recuerdo, puedes negarme el acceso a los demás momentos, todo depende de ti —dijo—, y ojalá puedas hacerlo, porque soy muy curiosa una vez que tengo ingreso a una mente tan interesante como la tuya.

[Thoth]

El egipcio no se pensaba ensuciar, por lo que usando su objeto mágico invoca un sin fin de cojines alrededor suyo, los cuales se encontraban sobre una alfombra blanca con el escudo de su familia, el mago comenzó a sentarse, siempre mostrando una postura, perfecta, al optar la postura cómoda, cierra sus parpados. Y comienza a respirar lentamente, allí sus pensamientos se concentraban en un punto especifico de su infancia y lo intentaba alterar, dejando ver así unos falsos recuerdos. En aquella época el mago tendría aproximadamente unos cinco o seis años, se encontraba en un paseo con su padre y madre, la feliz familia se encontraba feliz, se sentía orgullos del mismo.

 

-Lord. Azrael.- comento su madre. -Es momento de presentar a nuestro hijo con quien será su futuro esposo.- El Archimago de la Muerte, lo mira y toma a su hijo de la mano, y se marcha junto con él.

 

Ante su llegada son recibido por los Lacayos (aurores egipcios dispuesto a proteger la ciudadela del Regente.) y estos de forma imprudente saludan al Licaón, el cual usando las artes oscuras le hace doblegar su voluntad, retorcerse de dolor y gritar piedad por sus vidas, éste por simpatía a su primogénito les perdona la vida. Los lamentos son oídos al regente que se encontraba su hijo, Luzbel, aquel joven que tenía unos años más que el infante de la casa Licaón.

 

-Lod. Archimago de la Muerte.- comenta el regente. -Deje que los niños jueguen, y nosotros nos encarguemos de ciertos asuntos.-

 

Allí ambos niños comienzan a jugar, y la memoria se desvanece. El mago intento alterar sus recuerdos, dados que los mismos no ocurrieron de esa forma, es más, nunca ocurrió, el egipcio que allí se encontraba nunca le fue presentado su prometido, sino que simplemente ese hecho era ley, por lo que al nacer estaba predestinado a él, Azrael creció desde temprana edad para ser el esposo del regente, ser educado y ser parte de la familia que gobernaba ese pais. Por lo que al abrir sus parpados, fijo mirada en la arcana.

 

-Creo que lo hecho, pero no sé, si eso lo que deseaba mostrar.- Consulto. -Espero que esa memoria pudiera ser lo que deseaba mostrar.-

 

@@Aailyah Sauda

[Orión Yaxley]

Orión asintió ante las instrucciones de Aailyah y se preparó mentalemente.

 

De repente, oscuridad y silencio. Se sentó y cerró los ojos para concentrarse. Escuchó el movimiento de los árboles y no pudo evitar pensar en las diferentes capas psíquicas. Si había que hurgar un don especial, ese contexto era el indicado. Sintió como los velos negros de sus ojos se corrían cada uno hacia los costados, como si abrieras unas cortinas muy gruesas para dejar pasar la luz del sol a una habitación.

 

- Sé que puedo sonar como una simple lectora de manos en alguna feria muggle, pero tómalo con diversión –Orión soltó una risa, si la arcana supiera las veces que él lo tuvo que hacer para conseguir información-. Recuerda y muéstrame un recuerdo de tu infancia, lo que sea que escojas estará bien.

 

Cuando terminó de hablar la Arcana, Orión inspiró profundamente, exhaló y abrió los ojos.

 

De repente, se vio en los jardines de la Black con sus primas más grandes y tías. Era verano, hacía un calor infernal y un Orión infante estaba jugando en el césped.

 

- ¡Ja! Recuerdo esto… Mi primera visión –dijo el viejo mientras se levantaba y se acercaba donde estaba el niño de tres años-. Ahora voy a llorar porque me hace calor.

 

Efectivamente, rompió en llanto. Y una de sus tías lo mojó con la varita. Y ahora lloraba con más fuerza porque alguien lo había mojado.

 

- Y… ¡ahora!

 

De repente la escena comenzó a difuminarse, donde las líneas, colores y figuras se transformaron en un blur de movimiento. Ahora él estaba en frente al Ministro de Magia de ese momento, siendo asesinado por un traidor propio del Ministerio de Magia. Orión estaba un poco confundido, hasta que cayó en cuenta que estaba sucediendo. Parpadeó nuevamente y el escenario cambió completamente: ahora estaba de nuevo en la infinidad oscura. Los dos grandes saltos de escenario hicieron que él perdiera el equilibrio y se siente de golpe en el suelo. Desde allí, habló al aire, porque claro, estaba sólo.

 

- Arcana… Me concentré. No le quise mostrar el recuerdo en sí, si no mi visión de ese momento. Usé la Oclumancia, pero no como bloqueo, sino como herramienta para decidir. Tener la libertad de qué comunicar…

Editado 10 de Enero del 2021 por Orión Yaxley

[Thoth]

El egipcio seguía esperando la respuesta de la arcana, pero mientras tanto volvió a repetir el ejerció para de bloquear a cualquier legeremance. Por esa razón, comenzó a concentrarse creando memorias falsas en su mente, recuerdo que lo asumía como verdad, ya en el pasado y en diario de su difunto esposo descubrió que algo que suponía como verdad era todo falso. Era por ese motivo, que su mente ya era un laberinto que poseía la estructura de una pirámide, donde a cada segundo pasillos abrían y otros se cierran. Aunque, nada era perfecto, siempre existía la posibilidad de un fallo, y escuchando la voz se su compañero de clase meditaba sus palabras.

 

Y en ese momento al tener el rostro de ese hombre que había hablado, comenzaba a crear un falso recuerdo, en donde ambos magos se encontraban en una playa cuya puesta del sol se comenzaba ocultar, lentamente los rayos se apagaba, allí ambos se miraba fijamente, y es cuando Licaón toma la iniciativa, para plasmarle un beso en los labios. Acto seguido, estos dos seres se dejan llevar por una pasión llena de lujuria, esa era la nueva visión que dejó a la vista de los presentes. Aunque, este recuerdo jamás había ocurrido. Sin embargo, los detalles pudieran ser erróneos, pues jamás el egipcio vio desnudo a Orion Yaxley o mucho menos sabía su nombre.

 

Y allí, abriendo los ojos los volvió a clavar en la arcana. Este comprendió, que podía engañar a las mentes intrusas. En ese momento y en el futuro, el mago podrá crear mejores defensa a la mente, tanto que ni el más experto le sería fácil y si pudiera descubrir algo, era difícil saber si vería la verdad o una mentira.

[Aailyah Sauda]

Aaliyah bufó lo más quedamente que pudo, por sus manos había pasado varios alumnos que tenían, como el señor Licaón un irrespeto total por las habilidades que sus compañeros y ella impartían. Claramente lo que su mente mostraba eran fraudes burdos para una bruja de su envergadura, lo que era peor, la tenía como una simple maestra de mentiras y no existía nada más alejado al concepto de Oclumancia que debía mostrar. Por supuesto que, llevada la habilidades a superioridad un podía confundir a los intrusos mentales, pero no era tan sencillo como lo intentaba Azrael, quién claramente creía que su mente era una especie de reproductor muggle de dvd que podía cambiar a placer y al son que tocaban sus nudillos.

 

Se alegró de sumirlos en la oscuridad más espesa que se le ocurría, era imperativo no gesticular ni con las manos ni con el rostro, como quería hacerlo ahora.

 

Lo de Orión es un tanto presuntuoso, pero era justamente el ejercicio mental que había solicitado, así que se encontraba frente a un Vidente. Si, a lo mejor para el Yaxley era una buena opción tener la habilidad de la Oclumancia, los videntes eran personas que tenían la mente demasiado llena y dispersa, un poco de orden no le iba a venir mal. Aunque la arcana no pudo reconocer al anterior Ministro de Magia, supo que tenía una gran arma entre ese par de ojos, sólo había que canalizarla mejor.

 

— La Oclumancia, señor Azrael no es un curso sobre cómo mentir con facilidad, por favor no lo reduzca a tan mínima expresión, aunque es, de cierta medida, libre de hacerlo, como Arcana de la habilidad, me ofende un poco, me hace sentir como una profesora de mentiras para un domingo a la tarde —dijo mientras les regresaba la iluminación natural del recinto y le regalaba una sonrisa—, tiene la madera para ser un buen oclumante, sino, no estaría aquí, pero la prueba puede ser muy peligrosa si no se le toma con el respeto correspondiente.

 

Y, acto seguido para el egipcio tanto Sauda como Orión desaparecieron de su rango visual, colocándolo nuevamente en la penumbra absoluta, y esta vez, imposibilitado de usa cualquier tipo de magia. Lo que el mago sentiría era su cuerpo hundiéndose en unas arenas movedizas y cada vez que intentara salir de semejante enredo, una ducha de agua helada le golpearía el rostro. No pretendía lastimarlo, era claro, pero quería descubrir su mente, que dejara de querer controlarlo todo de manera tan burda y se entregara a la habilidad que solicitaba aprender.

 

En cuánto al mago Yaxley, la arcana negó con la cabeza y le imposibilitó ver a Azrael y lo que él pudiera hacer.

 

— Creo que en este momento, usted es muy afortunado de no ser Legeremante —comentó sonriendo pues, el recuerdo plantado de Azrael estaba aún muy fresco en su cabeza—, responda con honestida Orión Yaxley, ¿cree que realmente podría enfrentarse a la prueba para ser un Oclumante? Siento que lo toma como un paso natural en su línea de vida y no sé si realmente ese sea el caso, pero me entretiene oír las apreciaciones de alguien inusual.

 

@@AZRAEL Licaón

@Orión Yaxley

[Thoth]

-Mi intención no es ofenderle. - Le explico a la arcana. - Solo deseo crear recuerdos tan reales que nunca sucedieron. Sin embargo, supongo que como metaformagia debo estudiar bien a quien deseo introducir. Si bien, mi mente se puede configurar a lo que deseo, por los años de entrenamiento en mi país, o la experiencia de intentar ocultar mis memorias de mis enemigos.-Piensa un poco. - Y sobre lo ocurrido, no se si esos compañeros eran legeremantes, pero ¿Acaso algún detalle de ese falso recuerdo fue irreal? No es posible que a mi me gusten los hombres, y pueda conseguir todo lo que deseo. - Aseguro.

Y en ello se acercó a la arcana. - Bien conoce que no hago distinción en conseguir placeres, incluso si así lo desea nos podemos relajar más, mi mente para alguien con su experiencia es algo como un libro abierto, facial de leer. - En ello su mente comenzaba a sólo ubicar un solo objeto, en la estatua que dejaba ingresar a la casa de Ravenclaw, la misma formula en más de una ocasión más de una pregunta. - Supongo, que existe mejores métodos para un oculmante que implantar una memoria.- Se acerca un poco más.

En eso las preguntas eran respondía por Licaón, en ello ingresa, pero al pasar por el umbral se topa nuevamente con la misma estatua, pero si la arcana deseaba entrar en su mente, fuera como si encontrara un sueño dentro de otro. Y los sutiles momentos de como ingresaba a la misma era siempre diferente, pero todas terminaban en ese lugar de inicio frente a la estatua que lanzaba una pregunta siempre diferente, pero al pasar por el umbral, un pasillo oscuro y de nuevo allí, no era un bucle temporal era ora defensa que estaba creando el mago.

-Y nuevamente le pido disculpa. - su mirada se clava en ella, pero su rostro no mostraba algún cambio de alguna emoción. - y si mis palabras le ofende, pido que me perdone. En verdad no es mi intención. Y referente a la prueba, es sin duda alguna que su orientación me puede conducir a descubrir más de una forma para bloquear la mente de los intrusos, se que soy un neófito en esto, pero jamás un Archimago de la Muerte se rehúsa a un desafío. - hace pausa. - por lo que si deseo tomar la prueba de oculamancia. Y así poder seguir con mis objetivos, los cuales para este momento supongo que podrá conocer. -

En ello su mente cambió la forma defensa, haciendo evocar un sueño dentro de un sueño, el mismo estaba contenido en otro, por lo que las imágenes que se mostraba en un punto parecía profundizar más y más, pero todo ello sólo era más que un espiral de nada, ya que no revela nada de sus memorias.

Editado 17 de Enero del 2021 por Azrael Licaón

[Orión Yaxley]

- Creo que en este momento, usted es muy afortunado de no ser Legeremante.

 

El rostro de Orión expresó una confusión inocente. No sabía de qué hablaba y tenía el presentimiento que era mejor así. Muy esporádicamente prefería la ignorancia a la completa conciencia de la realidad. Se tomó, a su vez, un segundo en verse sentado, en completa oscuridad, luego en fijarse en la Arcana y por último, reconocer todo el camino recorrido. Nunca pensó en la Oclumancia y aun así estaba allí, a punto de dar el siguiente paso bien firme.

 

- Responda con honestidad Orión Yaxley –su nombre resonó como campanas en su mente-, ¿cree que realmente podría enfrentarse a la prueba para ser un Oclumante? Siento que lo toma como un paso natural en su línea de vida y no sé si realmente ese sea el caso, pero me entretiene oír las apreciaciones de alguien inusual.

 

¿Tomar la prueba de habilidad? ¿Ser definitivamente Oclumante? ¿Había dicho inusual?

 

Inspiró profundamente mientras se levantaba del suelo oscuro.

 

- Arcana, mi experiencia me indica que puedo pasar décadas perfeccionando la habilidad y no llegar a estar completamente preparado para la prueba –se limpió un poco la ropa, después de todo estaba frente a alguien de importante nivel mágico-. Nunca estamos preparados para lo que aún no hemos experimentado. Sin embargo, es el próximo paso y no voy a dar marcha atrás.

 

Su energía mágica, aquella que se concentraba en el chakra del tercer ojo, fluía a la coronilla, ida y vuelta. Lo que no se había dado cuenta hasta ese momento era que su traspaso por aquel bosque le desbloqueó canales energéticos que ni él consideraba su existencia. Y tal como dijo Aailyah, es lo natural. Sus capas, finas y gruesas, se solapaban, tomaban nuevas formas y se estructuraban en base a sus prioridades. La Oclumancia no solamente era una barrera contra la Legilimancia, era la posibilidad de conectar con su mente desde un nivel superior.

 

- Sí, tengo lo que necesito para enfrentarme a la prueba de Oclumancia –sentenció con seguridad.

 

Se acercó unos pasos y le dio una leve reverencia. Si tuviera más confianza, seguro la hubiera abrazado, pues así era él.

Editado 17 de Enero del 2021 por Orión Yaxley

[Aailyah Sauda]

— Me temo, señor Licaón que ha deseado jugar tanto con sus memorias que se ha encerrado usted mismo en una serie de fantasías sin sentido —la voz de Sauda retumbaba en los oídos de Azrael aunque él no pudiera verla, imposibilitado como ella lo había dejado, la oscuridad para él era absoluta y sólo podría sentir la arena movediza bajo sus pies y el agua que constantemente le golpeaba el rostro, no era una visión agradable para Sauda, pero necesaria para que el alumno despejara su mente de cualquier movimiento cuadriculado que pretendiera hacer—, me temo, que debo pedirle explícitamente, se ciña a las indicaciones que sólo intentan ayudarlo a este proceso de descubrir si tiene lo que se necesita para ser un Oclumante de prestigio, o no. El mal manejo de las habilidades que influyen en la mente, podría causarle daños irreparables, daños a los que quizá usted no tema, pero yo, sí.

 

La arcana movió las manos para que sólo se quedaran activadas las arenas movedizas, por si él deseaba hablar, después de todo, lo que sí había demostrado el pupilo era tener vocación de dicharachero. Sauda resopló un tanto resignada, había tenido una mayor expectativa cuando le vio llegar con tanta pompa al recinto. Dejó de preocuparse entonces por el señor Licaón y centró su atención en un mago (Orión) que aún lucía un rostro confundido, aunque hubiera respondido con tanta certeza su pregunta de si estaba listo o no para la prueba.

 

Sacó su varita de cristal, dudosa. El alma de Orión, aunque tuviera algunas muertes en su haber, le resultaba un tanto cristalina, eso, la tenía dudando. ¿Cómo es que sus intenciones para la habilidad parecían ser benignas si los ideales que representaba eran totalmente contrarios? Sauda se vio a sí misma comprobando una vez más que no todo en el universo era blanco o negro, no podía negar la escala de grises que se le presentaba en aquella manera, no podía. Blandió la varita y desapareció a Orión de dónde estaba para colocarlo un segundo más tarde, a las orillas del lago. Su voz se mezcló con la brisa e indicó, mientras tomaba asiento en el césped.

 

— Último oportunidad, osito, sólo ingresa si te sientes del todo confiado —frente al mago una voluta pequeña de humo bailoteaba, intentando persuadirlo—, de igual manera, si algo se saliera de tus manos, estaré cerca. Despeja la mente.

Editado 20 de Enero del 2021 por Aailyah Sauda