Hablantes de Parsel

[Tauro M.]

¿De verdad había pasado tanto tiempo? Si se ponía a pensarlo, sí, ya que entablar si primer conexión con la serpiente había resultado más duro y trabajoso de lo que esperaba. El Arcano lucía... Era difícil decirlo, nunca se sabía si estaba de buen humor en algún momento, pero ahora mismo lucía como alguien que no veía la hora de echar a los intrusos de su casa. Antes de que se dispusiera a contestar las preguntas del Lawan, Tauro se agachó para que ambas serpientes se bajaran de sus brazos y pudieran ir hasta él o lo que les apeteciera hacer.

 

— Yo pues... —le tomó más que un par de minutos pensar en lo que había aprendido ya que nunca se dedicó a pensarlo con detenimiento. Suspiró, retomando la oración —Aprendí que no hay que subestimar a ninguna criatura, que el hecho de que tengamos habilidades y poderes que nos permitan comunicarnos con ellas no nos da derecho a decidir sobre sus vidas ni ordenarles cosas, ellos son seres vivos como nosotros y merecen igual o más respeto que el resto —Tauro, a pesar de su bando, de las cosas malas que había hecho en su vida y que seguía haciendo, apreciaba a la naturaleza y a los animales y les guardaba más admiración y respeto que a cualquier otra cosa o persona.

 

— Creí que sería muy fácil, que bastaba con ordenar para que obedecieran y no sé si es porque estas serpientes le pertenecen, pero no estaban dispuestas a hacer las cosas porque sí, porque una bruja como yo se lo decía. También aprendí que las emociones son muy importantes, al menos para mí, ya que ellas activan este don que no sabía que poseía. Aun me falta, todavía me cuesta, pero espero poder aprender lo que pueda de usted, Arcano Lawan —Guardó silencio.

 

Pasaron un par de minutos y esperó escuchar lo que tenían por decir Sagitas y Amya, quizás de sus experiencias ella descubriría ese algo que le faltaba para perfeccionar su técnica o quizás Lawan les daría el truco final para considerarse unas hablantes de Pársel hechas y derechas.

[Sagitas E. Potter Blue]

El agua estaba fría. Anochecía, no me había dado cuenta de lo tarde que era. Giré a mi alrededor para ver la línea de la tierra, hacia la que nadar. Identifiqué la orilla y me disponía a moverme cuando sentí la voz. Algo me rozó en el muslo y solté un gritito.

 

-- ¡Maldito bicho! Como se entere Jack...

 

Algo parecido a una sonrisa (que síiiiii, que las serpientes y culebras sonríen, no sé porqué tienen tan mala fama...) sonó en el agua y pude ver el perfil del bicho que nadaba en el agua, a mi lado, haciendo eses. Me preguntó quién era Jack.

 

-- ¿Cómo que quién es Jack? Mi marido...

 

El ofidio seguía hablando conmigo. Él estaba acostumbrado a nadar pero yo me cansaba de mantenerme a flote, así que le corté enseguida.

 

-- ¿Te importa que me dirija hacia la orilla? Puedes seguir hablando, si quieres, pero si me quedo aquí acabaré siendo tan fantasma como mi marido. -- La culebra me dijo que fuera en diagonal para no encontrarme con un agujero de succión de agua que podría hundirme. La obedecí, al fin y al cabo, el agua era su medio natural y ella debía conocer el río más que yo, ya que lo usaba cada día.

 

Ni idea de donde estaba Tau o Amya, pero seguro que ellas no habían tenido que bañarse (de Amya lo certificaba; si se hubiera caído en el río, el grito se hubiera oído en todo Londres). Llegué a la tierra y me senté, mientras escurría un poco la ropa chorreante.

 

-- Por tu culpa he suspendido Parsel -- le dije a mi acompañante. La culebra siseó en el agua y me dijo que no era justo, que yo era la tonta. -- ¡Eh! Serás amiga del Arcano, pero a mí no me insulta ni mi...

 

Guardé silencio, mirando sus ojos oblicuos y le sonreí. Por poco me tiro al agua al alargar la mano hacia ella.

 

-- ¡Ay, que te daría un beso de la alegría que siento! ¡Hemos estado hablando en parsel! Anda, dime tu nombre.

 

¡Vaya, no sabía que las culebras soltaran tacos! Me dirigí hacia el bungalow del Arcano Taiwan, dejando un charco de agua bajo mis pies. Vaya manera de estropear unos zapatos... Allá estaba Tauro y la miré con envidia. Estaba seca.

 

-- Tiene razón, Arcano -- intenté mostrarme respetuosa aunque cuando tengo frío, me siento incómoda. -- Es de noche, no me di cuenta que anochecía tan rápido ahora, eso debe de ser que se acerca el otoño... -- Suspiré. -- Yo he aprendido que las serpientes tienen sentido del humor. No me lo esperaba, aunque eso me gusta. También aprendí que sólo soy capaz de hablar con ellas cuando no lo pienso, cuando actúo con naturalidad -- es decir, cuando era tan payasa como siempre. -- Si me paro a pensar en hablar parsel, no me sale. Sólo lo hablo cuando no lo pienso...

 

Mejor irse a casa, a cambiarse de ropa y a dormir un poco antes de añadir nada más. No sé si al Arcano le gustaba mi respuesta pero... Aquella culebra me había ayudado a volver sana del río y, aunque no aprobara, siempre me quedaría el saber que podía comunicarme, aunque fuera un poquito.

[Amya An]

Buena idea. Ver a la peli-violeta que se movía junto a su culebra a alguna parte, también le pareció "bueno". Si la suya (serpiente) no tenía ganas de hablarle ó hacerlo, lo mas mínimo posible (igual que la bruja), pues simplemente seguir a su mana hacia dónde fuera, podía ser una buena artimaña, de todas formas, había que mojarse en esa incursioncilla ... al parecer.

 

Caminó por detrás y a discreta distancia. Por otro lado, la Potter-blue parecía tener bien entretenida con su plática a su bicho.

 

Quizás la suya (ó la que le había tocado) se resistiese a darle "entrenamiento", así pues, ella solita se la hallaría buscando que pillar la conversación entre su manis y la llamada Pipeta (llamada por Amya_An , así) ; «Yo no pagué por agujeros ni veneno gratis ...», protestó mentalmente sin dejar de avanzar hacia el dichoso río.

 

Tal vez no fue capaz de escuchar cada siseo entre los que iba en pos, pero puedo deducir bien, a groso modo, del tema.

 

Se sonrió. No conocía personalmente las fauses de la mascotita de su hermana, mas no le cabía ninguna duda de que la bicha mordía que era un primor.

 

El río. Tan bonito como aterrador pues bien podía haber cualquier cosa en su profundidad.

 

- ... espero que al menos haya una mas extrovertida ...

 

Dijo y se echó de clavado hacia el fondo.

 

¡Pero Qué Bruta! cómo pretendía hablar con cualesquiera si tenía que tener la boca cerrada para no morirse tragando agua??? (y seguro que el arcano no tenía inodoro como la demás gente civilizada y le echaba del pis ahí, xDDD)

 

Hubo que sacar la cabeza a flote para un segundo respiro y para su sorpresa, una culebrilla menos temible le fue a rondar por la cocorota.

 

No por ser mas pequeña era menos peligrosa. En realidad era tan Mortalmente colorida como ésas de las que de una sola mordisqueada te dejan tiesa de una!!!!

 

- Hola?

 

Procuró ser suave, contrario a toda su costumbre Adler.

 

- ... te gustaría .... hablar?

 

Pero si le tocó toda una señorita "cotorra"!!!!

 

Una culebrilla de río, muy jovencita (por ello lo de señorita) y muy parecida a la vecina del 15 que te topas cuando vas al mercado y te cuenta toda la vida y obra del vecindario (!)

 

La bruja ni siquiera necesitó ¿alentarla? a compartir con ella. No tuvo que decir ni pio-pí adicional. Allí estaba la culebrilla hable que te hable, así que la adleriana solo se limitó a "escuchar" ; «Bueno, el Wantan no puede quejarse ahora de que no le hemos cumplido el mandado ...», se auto-dijo en pensamientos sin dejar de interrumpir a la bichilla ... ¡ni que los santos nubarrones lo quieran! porque seguro que la muerde la nariz y le infarta el cerebro de frente.

 

Ni muestras dio de que a duras penas le podía seguir el siseo veloz que se traía. Ni pestañó, no fuera que también éso se considerase insulto en aquel horrible lugar.

 

Y se le congelaron hasta los calzones, allí oyendo el chusmedría culebril inmersa hasta el cuello en el río que poco a poco se ponía mas y mas helado.

 

En resumidas cuentas, fue la última en regresar al bunker de bambú (?) del arcano. No regresaba de los mejores humores y su respuesta, quien sabe qué malas gracias encerraba pues lo único que quería era escurrirse la ropa (y no lo hacía pues seguro que otra vez ese Wantan la acusada de irrespetuosa ... y no, la varita no ... a poco intenta de nuevo robársela como si éso si no fuera lo irrespetuoso del cuento)

 

- Que le qué?

 

No lo decía para agredir a nadie. Era solo su forma de expresar sorpresa ... que le habían tomado un poco desprevenida.

 

- ... aprendizaje se refiere? aprendí que para aprender se requiere maña, y que a veces incluye ciertos "sacrificios personales" (y se refería a la zambullida que se acabada de dar metiendose de cabeza al río). También, que a veces, solo es cuestión de suerte ... pero al final del camino, oportunidades habrán ... cuestión de tener ... los ojos bien abiertos.

 

Nah! nada mas melo-dramático que hacerse la interesante.

 

Ahora se fue a dormir ... que seguro que mientras caminaba de regreso a su cama, se le secaba la ropa ... y ella andaba hecha un trapo (=muy cansada).

[Lawan Nguyen Thanh]

Las tres brujas lo habían hecho espléndido, la mismas serpientes se lo decían y es que Lawan nunca las dejó de observar, pues en cada rincón de su morada se ocultaba una serpiente que las vigilaba de cerca y le comentaba todos los aciertos y desaciertos que tuvieron en el camino, pero lo que más le soprendía es que pese a la dificultad ellas seguían allí, dispuestas a hacer lo necesario para ganarse el respeto de una criatura que probablemente no dudaría en burlarse de ellas o engañarlas.

Para su pregunta no había una respuesta única, cada experiencia era diferente y nada podía ser más diferente que la personalidad de aquellas tres mujeres. Si algo sabían hacer las criaturas en general, pero en especial las serpientes, era oler el miedo de las personas y aprovecharse de sus debilidades. Que Sagitas pudiera hablar en pársel cuando no lo estaba pensando tenía sentido, ya que de alguna manera entre toda su habladuría había podido encontrar la forma de superar esos pensamientos y reemplazarlos por uno nuevo; Amya por su lado estuvo un poco más llena de tropiezos y a lo que se refería con ''suerte'' en realidad era al talento innato que algunos poseían y sólo debían explotar; finalmente Tauro debía aprender a controlar sus emociones y no volverse tan dependiente de ellas, o al menos aprender a usar las correctas.

— Mejorarán con el tiempo, hoy han logrado un gran avance —dijo finalmente el Arcano — No intenten imitar el método que empleó la otra para mejorar, deben entender que cada quién tiene su propio camino y yo no voy a ser quién les diga que deben aprender a base de copias. Con esto no estoy diciendo que compartir las experiencias que cada una ha tenido sea malo, para nada, tan sólo quiero que no se desvíen de lo que cada una ha estado haciendo por separado.

«Chong Duy, Hyuna y Symmetra, vengan aquí» siseó a las tres serpientes encargadas de dirigir la caminata. Para ese punto estaba segura que las tres le habían entendido. A partir de allí les hablaría únicamente en pársel, esperando que entendieran la mayoría de cosas que les decía «Han hecho muy buen trabajo» agregó, y como de costumbre les acarició la cabeza, dejando que se perdieran entre el bungaló.

 

«Quiero que mañana vengan muy temprano, apenas salga el sol. No estaré aquí, por lo que deberán preguntar a alguna serpiente donde me encuentro, pero antes de marcharse...» se les notaba el cansancio, se notaba que deseaban marcharse realmente, pero Lawan no era ningún vampiro benevolente, así que les dejaría algo con lo que ocuparse mientras él se dedicaba a descansar «Las tres serpientes que han sacado del río irán con ustedes, por lo que deberán cuidarlas y ver que están bien. Espero que tengan un buen estanque en casa y las alimenten, les encanta la sopa y el postre de maracuyá, pero no intenten darles peces, hoy están especialmente están cansadas y las podrían morder».

 

«Pero no, no solo quiero que sean sus niñeras. Sé que todas tienen alguna serpiente en casa, quiero que practiquen con ellas y las traigan aquí mañana junto con las demás. Y no, no puedes traer al basilisco» dijo especialmente a Sagitas «No tengo espacio para uno de ellos en estos momentos» casi podía decirse que su mirada escondía cierto brillo malicioso al que no le dio ninguna importancia.

 

— Pueden irse, mañana les haré una pregunta muy importante —dijo, esta vez usando el lenguaje propio de los humanos —Quiero ver qué pueden lograr hacer con sus propias serpientes. ¡Si logran hacer un show propio de un circo tendrán puntos extras! —en realidad sólo quería divertirse imaginando lo que podrían llegar a hacer. Dicho eso les dio la espalda y caminó hacia su recinto, donde otro bowl de arroz estaría esperando a ser deborado.

 

Al día siguiente Lawan estaría acostado de espaldas en la orilla del río junto con su caña de pescar y su Nón Lá cubriéndole los ojos para que el sol no interrumpiera su sueño.

[Sagitas E. Potter Blue]

-- Copiona...

 

Eso es lo que le había dicho a mi hermana Amya cuando la vi llegar, chorreando como yo. Tenía que tirarse al agua, no podía conseguir comunicarse con su culebrajo de una manera más original...

 

Y encima, el Taiwan ese pedía que no imitaran a las otras. Sí, claro, como que a mí me interesaba seguir el método de Amya. Esa mala bruja que le quería... Abrí los ojos. El Arcano acababa de decirnos que volviéramos al día siguiente, muy temprano. ¡Y acompañados de una serpiente! Sonreí de forma muy pícara, creo que lo malinterpretó y me prohibió traer el Basilisco. Le juré que no, que no lo traería. En realidad, no mentía; tenía en la cabeza otro tipo de reptil, no tan peligroso como el Basilisco, éste no mataba si te mordía. Pero era peligroso, claro que sí. Era un espécimen de cuidado porque mi hermana y yo nos peleábamos continuamente con él.

 

-- Zancas... -- susurré, ampliando la sonrisa.

 

El Taiwan dijo que las culebras de agua nos habían acompañado y oculté una sonrisita. No era cierto, la mía no. O eso pensaba, pues cuando había metido mi cara encima de la almohada de la mansión, algo reptó sobre mi espalda y se acurrucó entre mis omoplatos. No dije nada, si no hubiera estado tan cansada, seguro que hubiera gritado o le hubiera dicho que fuera a dormir con el dragón, pero se estaba tan a gusto en la camita... Sabía que el Arcano nos había dicho que habláramos con ellas y que las alimentáramos, pero me era imposible, puesto que había caído agotada.

 

-- Mañana te presentaré a Zancas. ¿Tienes hambre?

 

Si me contestó, ni caso. Yo ya roncaba. No. Mentira. Ese ruido tan alborotador era del dragón, yo no ronco, a pesar de lo que diga mi familia.

 

Al día siguiente pude conversar con ella cuando aún era de noche. Estaba abotargada, tal vez era más perezosa que yo. Así que la metí, tal como estaba enrollada, dentro de una cesta de mimbre forrada de terciopelo, para que no se hiciera daño por el camino. Tenía prisa, así que me pise una capa verdosa para soportar el frío de la aún noche y salí hacia la Universidad.

 

Tenía una cita.

 

Y no, no era el lobo, por si alguien piensa en el cuento de Caperucita. Esa era roja y yo iba de verde, como las serpientes.

 

Había quedado con Babila, un poco antes del alba, para que me dejara su lagartija Zancas. La iba a llevar ante el Arcano para que le confesara que era yo quien merecía quedármela, no la malucha de mi hermana. Era imposible no verlo, con lo gigantón que era. Dio saltos en cuanto me vio, como si pensara que la noche podría camuflarle (supongo que por ser negrito pensaba que no era reconocible, sobre todo cuando llevaba una túnica de colores vivo, muy de su tribu de Uganda).

 

-- Babilaaaa... ¿Has traído a Zancas?

 

-- Babila é mú güen resesionista i látraío a su mascota, tal komo a pedío, señà Sagita. Kuidemenla bien, no la mimen endemasiao, kusté i suermana me loencaprixan deseguida.

 

Me puse muy alerta. ¿Mi hermana?

 

-- Mireusté, lla llegao la seorita Amya. Me la degüelven enterita, ¿'tamos?

 

Gruñí. ¿Cómo se había enterado mi hermana de que iba a llevar a Zancas?

 

-- Copiona... A Zancas la llevaré yo delante del Arcano.

[Amya An]

Maldita sea! es que el arcano esperaba comida y estadía gratis para al menos tres de sus serpientes en las casas de las brujas?

 

Amya_An gruñió. Había sido mala-pata que le tocase una tan parlanchina (que si no la mas cotorra del Clan Viborín de Thanh .. qué? al menos se aprendió uno de sus nombres, ¿no?)

 

Todo el camino de regreso al Ottery se enteraró de hasta cada cuanto se cambiaba los calzones (masculinos) Thanh-tarán-tan-tan (!) ... y así lo memorizó ella, pues la bicha siseaba incesante en su oreja ; «Thanh ésto, Thanh aquello ...» ... no era que solo lo quisiera irrespetar (?)

 

Y no calló nunca a la habladora culebrilla ya que le daba que hacer y no la mordía en su acumulación nerviosa de ansiedad, mas le fue entendiendo la locura al parsealiano (todos tienen la suya propia) ; «Bla-bla-bla ... y si le aplico un Silencius?», pensó sin translucir sus maquiavélicos pensamientos ni parar ... lo que fuera que estuviese haciendo ese tiempo.

 

Interesante. Qué clase de conjuros podría crearse en lengua parsel? la mayoría se basaban en el latín pre-histórico (?) ; algunos otros en lenguas mas romance ... pero qué embrujos podía inventarse uno en lenguas y dialectos mas exclusivistas (como de origen "aborígen") ; «Uhmmm, creo que Babila sí es medio mágico pues algunos de sus raros vocablos tribales a veces parece que activasen magia ...», continuó con su propia conversación mental a la par que Ch.D. (Chong Duy) proseguía su cotorreo.

 

Le sonrió a la bicha.

 

La primera orden en casa fue que le hicieran la sopa (?) y le fueran a conseguir, los elfos, algo de ese fruto de la pasión que el arcano les había advertido solo comían sus amiwis ... además de la carne de sus "alumnos" de turno.

 

Los endiablados elfos adlerianos le habrían entendido? las últimas horas su cerebro solo estaba activo en Parselino.

 

Culebras. De todos los bichos, de ésos no tenía en casa, así que intentó buscar en cada rincón de la mansión. Debajo de las escaleras, de cada tablón. Rebuscó en los armarios y los cofres polvosos ... hasta se atrevió a meterse entre las calcetas de la Nueris pero solo halló CrioPuff´s.

 

- ¡Eureka!

 

Exclamó al darse cara a cara con su hermoso Runespooor. Se rebuscó por todos sus bolsillos, su tan mentada libretas de Anotaciones que no solo le servía para la labor ministerial, de los deberes floristiles (y ahora último con el café-pub, xDDD). Allí procuró el Glosario de todos sus bichos en casa con sus "fichitas técnicas" de rigor.

 

- ... definitívamente, me hace falta la clase de Criaturitas Mágicas ...

 

Se dijo mientras le daba de vuelta veloz a las página. Leyó :

 

. http://www.harrymedia.com/data/media/1387/runespoor_copia.jpg .

~ o.O y era uno de los antígüos escritos de Shaki, xDDD ~

 

- Ahora, "el profe" no podrá insinuar que soy tan bruta pues aquí mismo dice que es Serpiente, así que vale.

 

Y asintió con el gesto y toda la cabeza. Había prohibido Basilicos pero no dijo nada de Runespoor bonitos ♥ ♥ ♥

 

Lo curioso del Hallazgo es que al parecer, Ch.D. (la bicha acuática prestadita) se vio prendada de este especie de pariente mágico ; «Seeeee ... 3 cabezas ... hasta yo me emociono al pensarlo y no soy ofidia mas que de casa Hogwarts ...», se dijo sin compartir tales poco ATP pensamientos con su Invitada temporal.

 

- Lindos, ¿no?

 

Le dijo a Ch.D. y ésta no se lo negó.

 

- Moe, Larry y Curly ...

 

Se los presentó aunque sea solo de fotografía mágica.

 

- Al alba saldremos a buscar a Babila. Sí, es un "amigo" humano que resulta que debe de estar mas familiarizados con estos 3 guapos muchachos de la fotografía. Él no es de Burkina Faso, es uganés, pero creo que es bastante cerca ... como decir, Guyana y Uruguay (?)

 

No preguntar. Geografía no es su materia.

 

Pero no hubo que esperar a que amaneciese. La condenada bicha no paró ni a respirar en toda la noche pues ya hacía planes de con cual cabeza se casaría y tendría muchos culebritas, pero no sin antes de una cita triple pero a por turnos para disfrutar de cada uno de éstos ... ¿triameses?

 

En fin ... el mooncalf en su jardín, no había ni terminado con su baile noctámbulo y ya la bruja se alistaba para caminar a buscar al morocho recepcionista de la Tercera planta (¡Sí! Tercera! TERCERA!!!)

 

Y así como cotorra chusmosa, Ch.D. también chismosa-curiosa y no cesaba de interrogar a la Adler sobre sus demás conocidos reptáceos (?)

 

- Bueno, mis hermanas tienen sus basiliscos ... culebras mas ...

 

Cuidó muy bien sus palabras pues no quería que le terminase mordiendo las narices.

 

- ... esbeltas.

 

Tragó saliva y luego carraspeó chiquito.

 

- No me mires así de feo, Ch.D. .... no es culpa nuestra que el Magic Mall ya no ... (tosió) ... proporcione de los de tu especie a los mágicos de la isla pues alegan que Uds. no son muy mágicos que digamos.

 

¡Yes!

 

¡REVOLUCIÓN!

 

Chong Duy seguro que regresaría y azuzaría a las demás serpientes que indignadísimas, se colarían desde el lugar del arcano hacia la Universidad y hasta el mismo Concilio de Mágicos y se los mordisquearían hasta en las nachas a todos y cada uno de ellos ¡MUAHAHAHAHAHA!

 

Ok.

 

No.

 

Llegaron. No ¡WAIT! ... "allí" le dijeron (Morena, su hija) que Babila ya había partido hacia la Universidad con su cosita (?)

 

- ¿Cosita?

 

Disque conversaba con la serpientita de río pero mas lo había con su yo patológico.

 

- ... Uhmmmm ... y a qué sería convocado hasta la Uni de los mágicos?

 

Éso era muy misterioso ... muy intrigante hasta que ...

 

- Sagitas ...

 

Ojo, que lo pronunció con todo el tono de suspense de una gran intriga de telenovela barata.

 

¡Zanka!

 

CHANFLES!!!! cómo no la había pensado antes???

 

Por supuesto que no desmintió a su mana en cuanto le dijo ... pues eso último que dice que dijo (?)

 

- Cómo te atreves a disponer de merienda a mi Zanka, solo para quedar bien con el Thanh-tra-la-lán?!?

 

Creo que el trabalenguas en humano divirtió a Ch.D.

 

«Lawan Nguyen Thanh», le intentó corregir la serpiente de río mientras que en su bolsillo, el de la bruja, se revolvía un bulto bastante apretado.

 

- Sí, sí sí ... el que te eN-GU-YEn... ¡ése!

 

La bicha volvió a reir pero no se molestó para nada pues ahora entendía que ésa era la forma de hablar de la humana que le había tocado y llegaba a ser entretenido si ¬¬ te aflojabaa un poco la faja, xDDD.

 

Hasta se había olvidado que había sometido a un inofensivo Reducio experimental en animales de apróx. 2 metros!!! (bueno, aunque su runespoor eran muy jovencitos y no habían alcanzado aún sus máximas dimensiones)

 

- Babila, no te me escapes ... Babila?

 

No entendía cómo la peli-violeta había convencido al hombrote para que accediese a Dar a Zanka en Sacrificio Arcanoide. Lo vio huir de la furia del par de hermanas pues a los tantos años (y no insinúa de ninguna forma que estén viejas las 2), era que debía alejarse lo mas rápido y mas pronto posible antes de que alguna llegase a su varita ó algo peor, a Fluido Explosivo (¡?)

 

- Las mascotas son Familia, @ ¡Y LA FAMILIA NO SE COME!

 

... ni se dá en sacrificio de sangre (por mas sangre fría que fuese), como manzana-soborno para "El profe" y le apruebe ¿el curso?

 

Chales!

éso también debió intentar robarle (la idea) a Sagitas.

 

Ó éso creía Amya_An que Sagitas pretendía con Zanka, como para llevarle hasta la clase Parsel.

[Sagitas E. Potter Blue]

-- ¿Quién es Thanh-tra-la-lán? -- preguntó en parsel la culebrilla del cesto, cómodamente asomando su cabeza bajo la tapa para contemplar la escena.

 

Yo bufé, ¿qué otra cosa podía hacer si mi hermana quería quitarme el protagonismo.

 

-- Es una canción de Navidad -- le contesté sin pensar a la culebra. No sé si se conformó con esa explicación o no, porque intentaba gritar más fuerte que Amya sobre la posesión de Zancas. La lagartija parecía feliz mirando algo que tenía mi hermanilla en su bolsillo. -- ¡Eres una maldita tramposa! Estoy segura que quieres atraer a la mascota con algo que llevas ahí dentro. ¡No puedes tirarle migas de pan para que te siga! Eso es mala baba...

 

Tomé a Zancas por una pata. Soy lista, por la cola no podía porque seguro que Babila me la hacía buscar para ese dichoso collar que quería hacerse con las colas de su reptiliano amigo porque parecía ser que alejaba la mala suerte. La lagartija se revolvió e intentó moverme. Yo la esquivé, que para algo soy domadora de animales peligrosos en el Circo, y la metí dentro de la cesta de mimbre, junto a la culebra. Sujeté fuertemente la tapa para que no la levantara ninguno de los dos ofidios que estaban dentro y corrí hacia el bungaló del Arcano.

 

No. No huía

 

Es sólo que soy buena domadora de animales peligrosos tipo hipogrifos, basiliscos y acromántulas. Pero desconozco como luchar contra la Amya cabreada. Y sabía que nadie puede aparecerse en los terrenos de las viviendas de los arcanos, así que tenía que hacer valer los pies para llegar a tiempo y presentarle la lagartiza al Parlante Parseliano.

 

-- ¿Dónde demonios está el Arcano? -- pregunté, ante la visión vacía de la cabaña. ¿No había dicho que fuéramos a primera horita de la mañana? Las serpientes grandotes del día anterior me observaron y se rieron. Lo juro, no estoy loca: aquellas serpientes se rieron de mí. Estoy segura...

[Amya An]

O.O Qué patas tan veloces ... y no lo decía de insulto.

 

La peli-violeta estaba como para los 100 metros planos olímpicos (?)

 

Amya_An no tuvo mas que reaccionar y como aún (al menos ella) se hallaba por fuera de la jurisdicción universitaria mágica y por endes ... ¬¬ el bicho Wantan no le podía ahora acusar de sobrepasarse en sus dominios ni remitirse a los Dires de allí .... ¡Sacó la varita y apuntó derechito hacia la el horizonte de la manis fugitiva.

 

- Sagitas! detente ahora que puedes!

 

Pero la Potter-Blue "ni mensa ni perezosa" (=no le hizo caso, xDDD) prosiguió con su loca carrera hacia el cubil del arcano.

 

- Diffindo!

 

No, no le rasgó las costuras traseras de los pantalones (?), pero si consiguió ¿partir? el entretejido del mimbre, lo suficiente como para crear un boquete por donde Zanka y Symmetra se les escurriesen ´pa fuera mientras se concentraba en cruzar el umbral hacia el refugio raro del mágico parselino.

 

La bruja se sonrió con mucha malicia ; «Y ahora que le hará el Thanh cuando le abra el cesto y solo halle un bonito agujero sin culebra ni "tarea"? », rió tras tales pensamientos malulos. Invitó al bichis de Babila a que se le subiese al hombro como tenía costumbre de hacer en el morocho.

 

Se aseguró que el Runespoor miniaturizado temporalmente aún estuviese cómodo porque le podría morder ¡un limón! si llegase a incomodarse por dentro del bolsillo.

 

Ch.D. chusmosa como siempre, procurar acercarse a la recién llegada Zanka (en el transporte humano, xDDD), y ya le coqueteaba la muy bandida, lo que no le caía nada en gracia a Moe, Larry y Curly mas abajo.

 

Amya_An no conocía a la serpiente "de Sagitas", así que tratando de no faltarle el respeto, la levitó a falta de mas bolsillos y hombros ó brazos en dónde acomodarle (en su cuerpo menudito)

 

Caminó despacio para que ningún bicho le fuera a darle queja alguna ... ahí llegaba ella, despacito y toda una equilibrista de ¿camaradas? (pues ella sigue siendo Sly)

 

http://i.imgur.com/DMGqznC.png

[Tauro M.]

No se lo había planteado antes, pero en cuanto Lawan las dejó marchar Tauro se dio cuenta de lo cansada que estaba, tanto su mente como su cuerpo le exigían un receso o el menos un momento en el que pudieran funcionar sin tanta presión encima. La bruja no hizo nada más que asentir a cada palabra e indicación esperando que con eso el viejo se apresurara a dejarlas ir, pero antes de que eso ocurriera y por si fuera poco, les encargó una pequeña tarea doméstica que no sabía si iba a poder cumplir. La serpiente extraída del río de inmediato se envolvió en su brazo izquierdo, apretándolo con más fuerza de la necesaria para darle a entender que no se iría. «Fantástico» pensó sin ánimos.

 

De vuelta al Castillo, en lugar de ir a su habitación y avisarle a su esposa que ya había llegado, la Mortífaga se desvió hacia el invernadero, donde pretendía enseñarle a Linh su colección de plantas esperando a que esta le agradara a su nueva inquilina y si bien eso la distrajo un momento, desde su llegada no había dicho ni medio siseo.

 

«Espérame aquí, no tardo».

 

No esperó a tener una respuesta afirmativa de Linh y se apresuró a ir hacia la cocina donde ordenó a los elfos domésticos preparar algo del arroz que Lawan comió durante la clase y les pidió específicamente que se basaran en recetas de su cultura, a la que ya debería estar acostumbrada. En lo que los elfos hacían eso, Tauro buscó a su pareja de Ashwinder que aunque estas las había adquirido en el mall, sabía que las de su especie nacían de un fuego mágico que nunca dejaba de arder y que nadie había controlado. Con ellas decidió probar un poco de lo aprendido en clase.

 

«Hola, ¿me entienden?» no era la cosa más inteligente, pero estaba cansada. Las Ashwinder asintieron, dándole a entender que sí.

 

«¡Genial! ¿Quisieran venir a acompañarme? Traje a una amiga que de seguro les caerá muy bien, además de que tendremos algo de comida, quizás les guste».

 

«¿Comida?» sisearon al tiempo «¡Esperamos que sea algo delicioso, la comida que nos dan aquí no es muy buena», dijeron con recelo, a lo que Tauro respondió:

 

«Lamento eso, ahora que las puedo entender prometo que eso mejorará, tan sólo síganme».

 

Como las serpientes habían permanecido ocultas cerca de la chimenea, Tauro tuvo que volver a la cocina y allí encontró a los elfos con todo listo. Sirvieron cuatro platos de ese especial arroz y la siguieron de camino al invernadero.

 

«Linh, ya estoy aquí y traje compañía... y comida, por supuesto».

 

Para su sorpresa las tres serpientes se cayeron bien desde el principio y Linh no dejaba de hablar de todo lo que había visto mientras viajaba con Lawan, la cantidad de personas a las que el Arcano había asesinado con tal de salvarlas. La Mortífaga no estaba segura de si tenía permitido contar algo así, pero no dijo nada. Con la media hora de conversación que pudo escuchar, pudo aprender varias cosas acerca de sus propias serpientes, como que su período de vida era demasiado corto, lo cual hizo que Tauro se sintiera un poco mal y al tiempo feliz de que al día siguiente las pudiera llevar de paseo. Al final de la media noche se había quedado dormida en el piso del invernadero entre tanta habladuría y para cuando despertó los tres reptiles la observaban fijamente.

 

«Es tarde» dijo uno de ellos.

 

«¿Tarde para qué?... »era obvio que estaba muy dormida «¡Rayos! Nonono, ¡debemos irnos!» Sin siquiera bañarse y apenas lavándose la cara, Tauro se apresuró a llegar lo antes posible al Bungalow de Lawan, pero antes se aseguró de darle un buen baldazo de agua a la serpiente marina, que ya lucía un poco reseca.

 

Al llegar allí ya estaban presentes las dos mujeres, pero antes de abordarlas se apresuró a limpiarse el sudor de la frente, pues había tenido que correr el último tramo del camino. De nuevo las serpientes se enroscaban en sus brazos y la tercera como collar, aunque sospechaba que Linh de nuevo estaba apretando más de lo normal y de vez en cuando la tenía que aflojar.

 

«¿Y donde está el Arcano? »nadie sabía, nadie excepto quizás las mismas serpientes.

 

«Disculpen, ¿saben donde está?»

 

«El Arcano Lawan está estudiando»Hyuna, la serpiente que había conocido del día anterior fue la que habló.

 

¿Estudiando? Seguramente el vietnamita era de esas personas que siempre les gustaba aprender y leer, aunque no recordaba haber visto ningún libro dentro de su vivienda, pero tampoco había estado allí demasiado tiempo como para notarlo.

 

— ¿Les parece si lo buscamos? —preguntó a Amya y a Sagitas, sin darse cuenta de que al principio les había estado hablando en pársel.

[Sagitas E. Potter Blue]

Seguía mirando a mi alrededor, sorprendida por la ausencia del Arcano. Había sentido a Amya decir que me parara, entre otros insultos, pero nanai de la china, que a Zancas me la quedo yo.

 

O eso creía.

 

Miré mi cesta de mimbre y sonreí. Zancas debía estar parloteando con la compañera del Arcano Taiwan y... Esto... ¿No pesaba poquito la cesta? Si hasta había corrido los cien metro libres (no planos, que de plana nada de nada) en segundos, como si llevara puestas las Botas de 7 Leguas. Abrí la cesta con recelo y solté tal taco que creo que las dos serpientes más cercanas que descansaban allá se escandalizaron de mis modales. Metí la mano y ésta salió por un agujero.

 

Arrugué el ceño.

 

Me puse el cesto roto como pulsera rara (no muy lejos de mi estilo, sin embargo).

 

Puse los dos brazos en jarras sobre mis caderas y grité:

 

-- ¡¡AAAAAAA - MYYYYYY - AAAAAA!!

 

Hubiera seguido, pero acababa de llegar Tauro y me bloqueé un segundo. Había olvidado que éramos más de dos en aquellos estudios, porque estaba tan entregada a la pelea con mi hermana que ya no recordaba que la peli-azulada también venía con nosotros.

 

-- Esto... Hola, Tau... ¡Guau! ¿Tú tienes serpientes? -- pregunté en un sinsentido, pues quien más y quien menos tiene un ofidio en casa, ya sea como mascota o como plaga de jardín.

 

Miré con ojeriza a Amya, quien con muy malas artes me había quitado a Zancas. Ahora ella parecía la reina de las Serpientes (lo era, pero por lo venenosa que es cuando tiene mala baba) con tantos ofidios en su cuerpo. Encima, la lagartija parecía estar feliz de estar con ella y la lamía (?) como había visto a veces que le hacía al propio Babila.

 

-- ¡Hola, "querida hermana"! -- le solté a Amya, con precaución, para no asustar a Tauro (aunque estoy segura que a ella no le asusta nada que venga de mí, ya está acostumbrada) o a las serpientes de alrededor. Me había olvidado de traer algún truquito medicoso contra las mordeduras cuando salí de casa. -- ¿Nos unimos con Tau a la búsqueda del Arcano?

 

Sólo entonces me di cuenta que me lo había preguntado en parsel. Me puse a dar saltitos de alegría.

 

-- ¡Te entendí, te entendí!

 

Y también había entendido a las dos serpientes que habían hablado con Tau cuando habían dicho que estaba estudiando. Eso significaba que cada vez menos me costaba entender el Parsel. ¿Y hablarlo?

 

Lo intenté. Puse la mente en blanco pero no pude. Me carcomían los celos y algo de venganza. Vamos, los típicos sentimientos afectivos hacia mi hermanita.

 

-- Vayamos a buscar al arcano y que él te convenza que Zancas me quiere a mi. ¡A MI!

 

Lo malo de buscarlo era que aquel lugar era enorme.

 

-- ¿Creéis que estará dentro de alguno de esos baúles de bambú? -- Una de las serpiente me silbó una seña de advertencia. -- ¡Leñes, que no iba a chusmear el contenido! Que lo haga otra. Yo miro fuera.

 

Lo mejor era preguntarle a las serpientes y que nos lo dijeran. ¿Tal vez una ración de chistes para que se rieran conseguiría nuestro objetivo?