Hablantes de Parsel

[Lawan Nguyen Thanh]

La universidad ha sido para Lawan, su hogar los dos últimos siglos, desde que fue llamado por los antiguos para heredar el poder del anillo de la habilidad de habla parsel. Ya poco recordaba de sus años de juventud, recuerdos que se desvanecían lejos… en el olvido. —No, mi pequeña, no es nostalgia… —siseo el encantador de hanoi mientras acariciaba la cabeza escamosa de la cobra real que aguardaba estática junto al vampiro. —el tiempo pasa a través de nosotros y aquí seguimos… viendo pasar aspirantes merecedores del don, el cual estamos dispuestos a compartir, y a sí mismo también otros que no siente ni el mínimo respeto por la magia ancestral oculta en la lengua de las serpientes— verbalizó esta vez en la lengua de los humanos.

Lawan se encontraba a la orilla del pequeño riachuelo que corría junto a los terrenos de la universidad. El arcano disfrutaba de su tiempo libre practicando la pesca. El silencio y la compañía de sus amigas serpientes eran suficiente para el anciano arcano. Sentado sobre una piedra y con las piernas cruzadas como si estuviera meditando, exhibiendo una postura correcta y una pose flexible que seguramente se debía a su condición de vampiro. —Esperamos visitas, mis pequeñas… — siseo el anciano hacia las tres serpientes que estaba más cerca suya. —deberíais ir a recibirles y valorar si son dignos de nuestros conocimientos— el silenció se vio roto por el sonido de un pez que revoloteaba sobre sí mismo intentado escapar del anzuelo del viejo. Durante un milisegundo se pudo ver como la expresión de frialdad del anciano se convertía en una sonrisa. Enseguida se marchó.

—A los aspirantes que se encuentra en este momento en la universidad— la voz pausada pero firme del arcano retumbó en los recién llegados. — Como ya os habréis observado yo no me encuentro en mis aposentos y no tengo intensiones de acercarme por allí en un lapso… ¿cómo decirlo?... ¿Inmediato…? — los tres ofidios que estaba a cargo del recibimiento de los aspirantes empezaron a serpentear junto a los pies de los alumnos. Lawan había dado indicaciones a sus pequeñas para que diesen un recibimiento propio de lo que les esperaba al adentrarse en más en la habilidad de parsel. —Las serpientes que están con vosotros decidirán quienes de vosotros pasan la fase cero, o la fase de bienvenida si os suena más “acogedora”. — las serpientes empezaron a enroscarse a las piernas de los aspirantes para deslizarse hacia arriba…

El anciano se mantenía imperturbable en su pequeño rincón, a la sombra de un árbol frondoso cuyo fruto estaba ya maduro en esta época. Al encantador de hanoi había encontrado el sitio perfecto para explicar a sus aprendices lo que conlleva desarrollar el don para hablar con las serpientes, enseñarles que va más allá de comunicarse con ellas… solo esperaba que al menos uno de ellos pueda entender el verdadero don que se le otorgará.  <<Primero tendrían que llegar hasta él>> pensó en voz alta.

—Bien, es muy sencillo— continuó dando las instrucciones a los aspirantes. —Tenéis que convencer a las serpientes que están subiendo por vuestras piernas de “Por qué habéis venido hasta aquí” y “que esperáis conseguir al marcharos” — las interrogantes que lanzó el anciano no era nada del otro mundo y a la vez sí. Las serpientes podían detectar o intuir las intenciones de los magos y brujas que pretendan utilizarlas con fines malvados. —Mas os vale no mentir ya que si mis pequeñas os pillan os estrangularán en el momento. — el arcano hizo una pequeña pausa y añadió. — Si necesitáis privacidad, podéis usar una de las habitaciones adicionales que hay detrás de las puertas de la derecha… a ver cuántos de vosotros logra reunirse conmigo….

@ Helike R V PB  @ Matt Blackner  @ Goderic Slithering

[Goderic Slithering]

James Wyclif

Voltea al escuchar a la recién llegada le dirigía la palabra. Le da una rápida mirada de arriba a abajo y, además de llamarle la atención su atuendo, no encuentra nada que resalte. Trata de buscar en sus recuerdos -sin esforzarse demasiado realmente- algún nombre o historia que relacionar con la bruja. Sin embargo, no encuentra nada que los relacione, por lo que asume que son completos desconocidos.

— No mucho — responde.

Su voz resulta mucho más fría y desganada de lo que esperaba, pero tampoco tenía deseos de fingir mayor cordialidad con una desconocida. Compartirán un maestro, pero no había venido a hacerse amigos del resto sino por un objetivo bastante claro: poder comunicarse de forma fluida con las distintas serpientes. Escuchó un llamado a su espalda y, por lo visto, era un conocido de la otra bruja.

Se pregunta qué será aquél Ojo Lobo que el recién llegado nombraba, además de preguntarse quién sería Xell. No obstante, finge no escuchar sus planes de ir a buscar al arcano y, así mismo, de esperar a la otra bruja. No tenía intención de unirse al grupo en la conversación, si quería marcharse bien podrían hacerlo pues él no interferiría. Sin embargo, la voz del arcano llega mucho antes de que el grupo fuera completo.

James observa una serpiente acercándose a él y, supone, que se encuentran bajo la instrucción de Lawan, por lo que solo se queda quieto esperando las instrucciones del arcano. Por lo mismo, tampoco se inmuta cuando la serpiente empieza a trepar su pierna y enroscarse en ella. Sería patético e infantil de su parte, asustarse y rechazar a una serpiente cuando había venido principalmente a encontrar una forma de comunicación con ella. Sería muy descortés de su parte rechazar su cercanía.

A pesar de la amenaza del arcano, duda que algún mago bien capacitado pueda caer en el estrangulamiento de una serpiente, aunque si se tratara de veneno, sería algo mucho más creíble. No obstante, no tenía ninguna intención de mentir o de solicitar privacidad. No tenía nada que ocultar ni a las serpientes, ni al arcano, ni a sus compañeros ni a sí mismo.

—  ¿Por qué he venido hasta aquí? Pues para aprender a comunicarme con las serpientes. Sé que como magos tenemos muchas alternativas para formar un lazo con cualquier animal, pero el caso del Parsel va mucho más allá. Así que en resumidas cuentas, solo quiero el poder y el conocimiento que me permita estrechar los lazos con las serpientes. Eso es lo que espero al marcharme, conseguir el anillo de habilidad que demuestra mi capacidad de estrechar los lazos con cualquier serpiente y, en particular, con mi baby basilisco.

Mientras explica sus razones observa a los ojos a la serpiente que, a su vez, le devolvía la mirada. Espera que su respuesta fuera considerada adecuada y apta tanto para la serpiente como para Lawan. Honestamente, no tenía intenciones de utilizar las serpientes como arma o algo similar. Su interés siempre se había centrado principalmente en el conocimiento, en aprender cosas nuevas cada día, en cada hora de su vida. ¿Por qué aprender la habilidad de Parsel y no otra? pues porque le permitía llevar su relación con su baby basilisco un paso más allá.

[Helike R V PB]

- Espero que no tarde mucho -sonreí al joven, pero enseguida me di cuenta que no estaba por la labor de conectar con nadie más. Tampoco se lo iba a rogar ni mucho menos, los que estábamos ahí, era para aprender una nueva habilidad o al menos, tener los conocimientos básicos para acercarnos al mundo de las serpientes. Me retiré un poco mientras esperaba a Matt. 

Quise sacar un cigarrillo porque la ansiedad de la espera me estaba matando. Escuché la voz de Matt, sentí cierto alivio y suspiré. Quizás al arcano no le gustase que la gente fumara en sus terrenos...

- ¿Buscarle? No creo, él vendrá a nosotros, de una manera u otra - dije, mirándole a los ojos y sonriente- te noto nervioso y deberías calmarte, ¿estás bien? -pregunté en cuánto me acerqué a su oído, preocupada por su estado. Teníamos una conversación pendiente, pero ésta todavía no se había producido- y Xell como no tarde mucho, se perderá el inicio de la clase, la verdad... -comenté, en un susurro y después me aparté.

En un momento, nos quedamos todos en silencio, como observándonos. Escuché ciertos siseos y movimientos de algo que se arrastraba por el suelo, al mismo tiempo, la voz de Lawan retumbó por dónde estábamos nosotros. Hice una mueca burlona. No sabía porqué, pero no me extrañaría nada un recibimiento como ese. Había aprendido de mi error de la última vez y dejé que una pequeña boa constrictor se me subiese por la pierna mientras me siseaba. Sonreí por lo curioso de la raza, se decía que, Voldemort había tenido una compañera de esas características, aunque no estaba tampoco del todo claro ese dato, tampoco me importaría que una de ellas me eligiera en cierto modo.

Había escuchado al profesor y asentí con la cabeza, mientras el ofidio se seguía deslizando por mi pierna y notando su áspera piel. La tomé con delicadeza:

- ven aquí - le dije con cariño, y me la llevé al cuello, posándola con delicadeza entre mis hombros y mi cuello- vamos a ver si hay ratones por ahí para ti...

- Ahora te veo @ Matt Blackner  -sonreí a mi ex y me dirigí a una de las habitaciones que había indicado Lawan. Abrí la puerta y me adentré en su interior. Realmente parecía que no se escuchaba nada, ni interior ni exterior. Suspiré y saqué nuevamente el animal de mi parte superior y crucé las piernas, mientras, con cuidado la iba colocando entre mis extremidades inferiores y ella iba sacando la lengua, como olfateando todo lo que pasaba a su alrededor.

- Mi señor... -dije en un susurro. No sabía si con ese tono me escucharía pero, hablé nuevamente en un tono normal- bueno, mis intenciones hasta aquí, la verdad, malas no eran. Técnicamente en mi trabajo tengo que mandar mensajes diarios. Lechuzas, cuervos, y la verdad, necesitaría de algo más concreto para ello. ¿Quién sospecharía de un animal como una serpiente que puede transmitir mensajes. Como agente secreto mágico, velo por la seguridad de mi país y cuido al señor ministro entre las sombras. ¿Qué tiene que ver ésto? Mucho. La mejor manera de ayudar es seguir obteniendo conocimientos y uno de ellos es el aprendizaje de la lengua de serpientes... mi señor; me ayudaría a comunicarme con éstas criaturas tan fascinantes y además, también tengo un bebé basilisco en casa y bueno... me serviría para practicar con ésta pequeña mascota. Y el anillo de la habilidad sería de gran utilidad para ese fin. Por supuesto, serán tratadas con el respeto y cariño que se merecen -asentí al aire y aunque tenía al reptil entre las piernas, sabía que le llegaría mi mensaje. ¿Sería suficiente? Ni a Matt siquiera, ni a la prima @ Xell Vladimir Potter Black que todavía no había llegado, les había dicho en qué trabajaba actualmente y por supuesto, tampoco a la tía Sagitas. Ya llegaría todo en su momento. La criatura parecía estar contenta con mis palabras, o bueno, eso interpretaba yo. Era una simple neófita en pársel. Estaba allí para aprender.

- ¿Tendría que salir de nuevo, mi señor @ Lawan Nguyen Thanh ? Si quiere, puedo esperar aquí... hasta que usted lo crea oportuno -susurré.

 

[Matt Blackner]

@ Helike R V PB  se había apartado para fumar de un chico que también parecía esperar al arcano. No compartía aquella costumbre, y creo que nadie más en la familia lo hacía, y sin embargo era algo qeu asociaba con ella, y a veces, solo lo hacía para cubrir su propio nerviosismo. Ella opinaba que era mejor esperar a que @ Lawan Nguyen Thanh  llegara a nosotros de alguna forma. Por lo que yo recordaba, la última vez que estuve allí, fueron sus serpientes quienes me recibieron.

 

La vampiro sonreía. Lo sabía, pero no me había dado cuenta hasta que se acercó a mi oido. Apreté la mandíbula, tenso sin darme cuenta. 

- Ah...si, claro, estoy bien. - contesté, sonriendo distraido. Sabía, o imaginaba qué estaba pensando: la conversación que aun nos quedaba pendiente. - Si, espero que @ Xell Vladimir Potter Black  no tarde en llegar o  se perderá el comienzo.

 

Permanecimos un instante en silencio, hasta que escuché el siseo por la hierba, algo qeu se arrastraba entre el césped y la tierra húmeda. Aquel sonido despertó recuerdos lejanos en mi mente, de mi primer intento por aprender pársel. Apreté los puños al notar que algo comenzaba a enroscarse por mi pierna, subiendo con calma. Asentí ligeramente ante la despedida de Heliké y agaché la cabeza para observar la serpiente de coral. Parecía un poco más grande que la última vez, pero sus colores rojo, negro y los anillos blancos seguían tan vivos como entonces.

 

Sonreí de medio lado, alargando el brazo para dejar que se enroscara. Por experiencia propia, sabía que si me mordía podría terminar en la enfermería (con suerte), y que los bezoares poca utilidad tendrían. 

- A ti te conozco. Has crecido - saludé a la serpiente, con respeto, mirándola a los ojos. 

La voz de Lawan sonaba cansada mientras el viento parecía arrastrarla hasta nosotros, dando instrucciones sobre qué debíamos hacer para llegar hasta él

- Tengo curiosidad. Quiero aprender. Ser mejor... - contesté, observando un momento como la espalda de Helike se perdía tras la puerta de la cabaña. Yo prefería quedarme fuera, al menos de momento. - para cuidar de mi familia y de los mios. Por eso he vuelto.

[Lawan Nguyen Thanh]

¿Conocimiento? Es lo único a lo que aspiraban aquellos magos y brujas que acudían a la tierra lejana en dónde se recluía cada vez que necesitaba discernir si los aspirantes son o no aptos para recibir “ese conocimiento que tanto ansían. El sol apenas se había levantado sobre el anciano, la brisa proveniente del lago hacía ondear la hierba que cubría el suelo verde y refrescaba las altas temperaturas locales. Lawan se empezaba a impacientar con la lentitud del proceder de los nuevos aspirantes. En otros tiempos ya les habría pedido a sus ofidios que les torturaran un poco, pero… habían llegado allí en busca de conocimiento, quizás no era la respuesta adecuada o la verdadera, pero al menos intentaban sonar sinceros… 

—¿Debería ponerles otra prueba? — siseaba dubitativo mientras sostenía la caña de pescar que apenas daba indicio de moverse. La su compañera serpiente hizo un movimiento con la cabeza que daba a entender que estaba en desacuerdo con el anciano. —Bueno quizás una última cosa… si te parece… — dibujó una pequeña mueca en su arrugado rostro y continuó atento al nulo movimiento del sedal que se perdía en la profundidad de aquel lago. 

El arcano, al cabo de unos minutos de meditar la siguiente cuestión que habían de contestar los aspirantes, miró a la serpiente y trasladó sus pensamientos a las diferentes crías que se encontraban con los futuros hablantes parsel. — Después de sopesar la respuesta que habéis dado cada uno de vosotros a mis pequeñas he decidido que quizás seáis aptos para recibir el conocimiento que habéis venido a buscar— la voz volvía a retumbar entre las delgadas paredes de la cabaña de Lawan y en cada una de las habitaciones de esta. —Describir un atributo mágico que creáis que sea útil para vuestro cometido— siseó el arcano a través de sus serpientes. —Cada uno de vosotros estáis en compañía de una especie de serpiente que os ha dado la bienvenida… alguno de vosotros ya habéis descubierto la especie en cuestión, otros no. En cuanto describáis el atributo mágico que hace especial al ofidio que os acompaña, este os guiará hasta mi ubicación y podemos dar inicio al entrenamiento que habéis venido a buscar…. — Lawan concluyó marcando un silencio propio de la frialdad de los reptiles. 

Tanto los magos que se encontraban en juntos y la bruja que había preferido la intimidad de la habitación tenían el cometido de indagar en las diferentes especies de ofidios que habitan el mundo, dando con la especie adecuada de la que los acompaña. Una cosa sí que tenía claro Lawan y no era otra que el conocimiento en sí mismo no representa la finalidad de lo que buscaban los aspirantes, pero quizás si logran ver un atisbo de lo grandiosas que son las serpientes y de lo poderosas que pueden llegar a ser en compañía de un mago o bruja que sea capaz de caminar junto a ellas. Al arcano no le quedó más que esperar atento para saber quién de los tres aspirantes que iniciaban su viaje llegue el primero a su encuentro. 

 —¿Estás preparada, amiguita? — preguntó en siseos el anciano pescador. Una serpiente cascabel se acercaba reptando hacia él y haciendo sonar su característico e hipnotizante cascabel. —Serás la encargada del primer ejercicio… no seas tan dura con los aspirantes… al parecer tienen “buenas intenciones”— siseó Lawan. El arcano liberó una de sus manos para sacar su varita del interior de sus ropas y con un suave movimiento aparecieron tres troncos de roble que simulaban un pequeño taburete. —¿Demasiada comodidad? ¿No crees? — el anciano volvió a agitar la varita y seguidamente aparecieron 3 cañas de pescar. —La cena de hoy se nos está resistiendo… 

 

@ Goderic Slithering  @ Helike R V PB  @ Matt Blackner

[Noeline Malfoy McFarlan]

La actividad intensa del deporte mágico y las obligaciones junto a su padre desde que asumiera el cargo de Ministro la habían absorbido bastante y no se había dado la oportunidad de probar cosas nuevas y diferentes. Aunque esta posibilidad no era tan nueva, el deseo y la atracción hacia las serpientes y sus habilidades era algo que la había llamado desde una edad muy temprano. ¿Qué dirían sus antiguos compañero de la Orden? Ahora, sin estar aliada a esa sociedad se permitía ciertas licencias que antes no hacía por no querer ser marcada como alguien con tendencia a las artes oscuras que resultaban mal vistas en el mundo mágico.

Envuelta en una capa negra recorría el camino de aquel lugar, su única compañía era la del crujido de la tierra que se escuchaba debajo de sus botas. No tenía muy claro hacia donde dirigirse, pero cuando llegara ante su maestro las señales serían inequívocas. Hacía meses se había planteado la idea a acercarse a Mahoutokoro y conocer a alguno de ese arcanos de los que tanto había escuchado hablar. No podía seguir perdiendo más tiempo si planeaba en algún momento ostentar alguna de las famosas habilidades.

Sin abandonar sus pensamientos, dirigidos por la misión a la que pensaba enfrentarse en breve, seguía recorriendo el lugar a la vez que sus azules ojos no paraban de escudriñar cada rincón al que alcanzaba su vista para distinguir alguna señal de serpientes o que insinuaran donde se podía encontrar su maestro.

 

@ Lawan Nguyen Thanh

[Lawan Nguyen Thanh]

~Con @ Noeline Malfoy McFarlan  

El anzuelo de la caña de pescar se mantenía impasible, aún después de llevar ya cerca de tres horas bajo el agua. Lawan parecía una estatua ahí al pie del río, con los pies desnudos bajo el agua, que le llegaba a los tobillos. Bajo la sombra que ofrecía su bungaló al riachuelo que rodeaba su vivienda, encontraba ese espacio más adecuado para centrar su mente y prepararse para la enseñanza, que hurgar en libros y pergaminos viejos como el resto. 

Se había encorvado ligeramente para que el sombrero arrocero le cubriera la fracción de cuello que su vestimenta dejaba al descubierto, pues la sensación del sol sobre su piel no era del todo reconfortante. Su mitad sobrenatural salía a flor de piel, literalmente, pero hacía siglos que no se sentía tan vulnerable, tan humano. 

Una nueva aspirante a la habilidad, o eso era lo que le habían dicho. 

⎯⎯Ah, mi pequeña amiga. Ve a recibir a nuestra invitada, por favor. Quiero que se conozcan bien, averigua por qué ha venido, cuáles son sus expectativas al respecto. Y procura no morderla. No mucho, al menos. 

Interrumpió su inmovilidad para tender la mano libre hacia la cría de serpiente falsa coral, conocida en algunas partes simplemente como coralillo, que se arrastraba por el césped hacia donde el vietnamita se encontraba. La lengua bífida le rozó los dedos en tres ocasiones, como un gesto de cariño y atención a la encomienda. 

Mientras el reptil hacia lo propio para llegar con la muchacha, el vampiro volvió a sostener la caña de pescar con ambas manos, concentrando ahora su conocimiento de los Encantamientos para poder hacer resonar su voz en el Colegio, de ese modo la alumna le escucharía sin importar en qué sitio se encontrara. 

⎯⎯Querida alumna, mis pequeños amigos me han susurrado que el día de hoy se encuentra en Mahoutokoro. Uno de ellos, de hecho, se acerca a su posición ⎯ sentenció, agitando ligeramente el mango de madera ante un repentino movimiento de su anzuelo ⎯. Su primera prueba consistirá en permitir que la serpiente no la ataque. Sea honesta, dígale las razones para venir aquí. Y tal vez no haya que llevarla a la enfermería por un antídoto. 

Aprender una habilidad en compañía siempre resultaba enriquecedor para todos los estudiantes, pero cuando se enfrentaba uno solo a los diversos retos, como era el caso de Noeline, se adquiría una invaluable experiencia que en ocasiones se atesoraba para la posteridad. El arte de la comunión con los ofidios era sin duda una de las técnicas más infravaloradas del mundo mágico, por lo que su estudiante al final se llevaría un útil y amplio poder. 

 

~ Con @ Helike R V PB , @ Matt Blackner , @ Goderic Slithering  y @ Xell Vladimir Potter Black

El originario de Hanoi, aún aguardaba por la respuesta de sus tres estudiantes, ya que una de ellos seguía sin hacer acto de presencia. Los seguros aspirantes pasaron la prueba de introducción, evitando así que las respectivas crías que los visitaron fueran letales con ellos, pero seguían sin darle razón del siguiente cuestionamiento que les había propuesto.

⎯⎯El tiempo corre, y pronto como los reptiles deberemos mudar de piel. Tic, tac. Tic, tac. 

Aprovechando su conexión mental con las crías de constrictor, coral, así como la que acompañaba a James que era oriunda de la África subsaharina, para que apremiaran a los aspirantes a hablarles.

Era la única forma de comenzar a afianzar el vínculo con los ofidios, la diferencia entre la vida y la muerte al momento de encontrarse con uno. 

Se levantó al fin de su actividad de pesca, girándose hacia los tres tocones que servirían de asiento para sus alumnos en cuanto superaran ese reto. Aunque sus amiguitas tenían la instrucción de ser más persuasivas con los estudiantes, confiaba, y esperaba que no ciegamente, en que lograran salir de ese atolladero con el arma más poderosa: Palabras. 

[Noeline Malfoy McFarlan]

Continuaba su camino por el bosque, el follaje de las copas de los árboles permitía pasar algunos rayos de sol directo hasta el piso, pero muy poco de ellos. A su alrededor se escuchaba un conjunto armonioso y relajante de sonidos naturales. La brisa que removía sus cabellos sueltos también arrancaba sonidos cuando soplaba a través de las hojas de los árboles, era suave y relajante. Pero no permitía que aquello distrajera su atención en localizar al Arcano. A medida que se adentraba más pudo escuchar el ruido de las ramas al moverse, pero no eran solo las plantas que dejaban en evidencia su compañía, sino también los animales: se distinguía el canto de los pájaros, el zumbido de los insectos, el croar de las ranas y un poco apagado lograba reconocer el sonido del agua corriendo en movimiento. Debía haber alguna estanque, río o laguna cerca de ahí. Aunque el sonido continuaba resultando bastante apagado.

Aunque estaba atenta a todos los ruidos que se producían no se percató del movimiento de la serpiente que se le cruzó por el camino. La reacción automática fue dar un paso hacia atrás en el momento que alcanzó a notar su movimiento, pero luego recordó que esa podría ser la señal que buscaba. Era la primera de su especie que se le cruzaba por sus patrones de colores brillantes y llamativos, con bandas rojas, amarillas y negras dispuestas en anillos alrededor de su cuerpo podía pensar que sería una coral. Pero sabía que no era la única serpiente con aquellas características y cabía la posibilidad que no fuera venenosa.

Antes de si quiera pensar en qué manera reaccionar ante el pequeño reptil una voz llenó sus oídos. No se podía distinguir un lugar concreto de donde viniese el sonido parecía llegar de todas partes y a la vez de ninguno, así que era evidente que se producía por arte de magia. El mago en cuestión dejaba claras las indicaciones con respecto a la serpiente y al inicio de la clase.

—Hola amiga,— dijo sentándose frente a la pequeña serpiente. Por el mensaje podía calcular que la serpiente estaba entrenada así que no habría ningún miedo a cual enfrentarse. Mientras se desprendía de la capa y la colaba a un costado repasaba por su mente las motivaciones que la había dirigido a cursar esa habilidad.

—Mi casa, es la casa de la serpiente— Mencionó de entrada recordando los años en Hogwarts. —pero no es ese el motivo que me trae hasta acá, aún antes de que se concretara mi permanencia entre ellos, ya sabía por tradición familiar que iría a ese lugar. Por generaciones mi familia a estado ligado de alguna manera a las serpientes, es natural en nuestra familia esa inclinación y aunque el ser hablante resulta un poco inapropiado para algunos magos nos acostumbramos a verlo no solo como algo bueno, sino como algo digno. Ademas,— continuó recordando un momento de su pasado. —en algún momento su morada fue mi refugio.— No podía decir más, sacudiendo la cabeza alejó los pensamientos, que a pesar de los años continuaban doliendo un poco.

@ Lawan Nguyen Thanh

Editado 20 de Febrero del 2023 por Noeline Malfoy McFarlan

[Lawan Nguyen Thanh]

~ Con Noeline

Aunque su pequeña serpiente de coralillo se encontraba bastante lejos de su ubicación, Lawan era capaz de establecer una conexión entre el reptil y él mismo, un enlace tan sólido, que quizá su compañera Suluk le habría pedido consejo para relacionarse mejor con los de su especie. 

La primera reacción de su alumna no fue de miedo, sino más bien de sorpresa por la repentina aparición del animal. Pero contrario a muchos estudiantes que atacaban sin pensarlo, a ella le había parecido tan natural la presencia de la serpiente, que hasta había tomado asiento para platicar con esta. 

⎯⎯Impresionante, la mayoría de los estudiantes se queda en shock cuando mis ofidios los encuentran ⎯ dijo el vietnamita para sí, mientras tiraba de la caña de pescar con ambas manos. 

Un pequeño salmón saltarín levitó por unos instantes, acompañado de unas diminutas perlas de agua, como un cuadro de arte abstracto. Lawan hizo un ágil movimiento para invocar su varita, la cual utilizó para atraer al almuerzo del día hacia su mano con un encantamiento convocador.

Las palabras de Noeline llegaban a sus propios oídos, analizando cada una de las razones que la traían ahí. Eso explicaba por qué se sentía tan cómoda tratando con sus bífidas amigas, más aún le revelaba que entre su familia existían miembros que poseían el entendimiento de la lengua Pársel. 

⎯⎯Entonces me estará acompañando una prodigiosa alumna de la casa del buen Salazar ⎯ siseó al fin, esta vez proyectando su voz a través de la falsa coral que se encontraba con su estudiante ⎯. La capacidad de comunicarse a través del parsel es una habilidad que algunos considerarían…poco natural, dada su conexión con ciertos magos tenebrosos. Pero, como todo poder que se aprende, está en uno mismo decidir cómo le sacará provecho. 

Y era cierto; a Lawan sólo le correspondía hacerla de docente. El cómo usaría Noeline la habilidad que estaba aprendiendo, era enteramente su asunto. Se levantó del césped, dando la espalda momentáneamente a su vivienda y al pequeño río que la atravesaba.

⎯⎯Pero, antes de poder hablar la lengua de las serpientes, tienes que aprender a escucharlas. Le pediré a esta serpiente que te guíe hacia mí, pero no vas a seguirla con los ojos, sino con tus oídos. 

Con la varita reptiliana enroscada en su mano, invocó dos tocones de roble, adornados con un esponjoso cojín de tonalidades celeste. Otras de sus serpientes salieron de sus escondrijos, para ayudarle a la falsa coral en la tarea de traer a Noeline ante él. 

⎯⎯Es fácil para las serpientes el confundirse con el entorno, pero por suerte tendrás otro tipo de guía. Escucha sus susurros, quizá no entiendas todo lo que dicen, pero mientras más nítidos te suenen, más cerca estarás de mi vivienda ⎯ indicó el oriental, sosteniendo su sombrero arrocero de un lado, para aumentar su campo de visibilidad.

Torció los labios como si fuese a emitir un silbido, pero en vez de eso hizo emanar su voz natural como de costumbre.

⎯⎯En cuanto veas un precario bungaló a una altura considerable, sabrás que estás cerca.

 

@ Noeline Malfoy McFarlan

[Noeline Malfoy McFarlan]

Sentada en el espacio abierto entre los árboles, la bruja había abierto su corazón hacía la compañía que tenía. Abrirse ante otros magos y brujas le resultaba complicado, ya le habían hecho aquella observación en los múltiples encuentros de quidditch pero hacerlo antes una serpiente no le resultaba ajeno, para algunos sería un rasgo extraño de su personalidad, digno de señalar, por lo que hasta ese momento nadie lo conocía.

La misma voz que había escuchado con anterioridad ahora salía de la serpiente que tenía delante. Como mínimo resultaban interesantes las habilidades mágicas del maestro que le enseñaría el arte de dominar la lengua de las serpientes. Y además,  para poder realizar ese tipo de hechizo con esos animales y probablemente a una distancia muy grande debía de tener un vínculo sumamente especial con ellas, y la pelirroja quería conocer mucho más de ello y aprenderlo hasta el punto de hacerlo una herramienta suya también.

Sin dudarlo ni un instante siguió las instrucciones de su mentor y con un movimiento de su varita cubrió sus ojos para, como aquel había dicho, dejarse solo guiar por el oído. Era complicado escuchar algo tan tenue entre los murmullos que provenían del bosque, pero estaba dispuesta a poner todo su concentración en aquel cometido.

—Guíame, amiga.— le dijo a su compañera que permanecía muy cerca de sus pies. No sabía muy bien como continuar y ni siquiera si lo haría de la manera correcta hasta que notó un sonido muy cerca de ella, hojas que se rompían y hierba que se movía por la presión de algo, lo cual tenía que ser el cuerpo sinuoso de la serpiente solo tenía que seguir aquel sonido, aunque no parecía que ese fuera el objetivo.

Algunos pasos había andado y no había detenido su esfuerzo por concentrarse en el reptil que la acompañaba, pensaba que lo estaba haciendo todo mal. Cuando, de repente, comenzó a escuchar un siseo que antes había estado ausente y ahora le resultaba suficientemente fuerte y claro como si alguien hablara en voz alta. Las serpientes no realizaban tanto ruido al sisear así que algo debería haber cambiado en ella para comenzar a percibirlo. De esta manera avanzó algunos pasos más hasta que el sonido hasta ahora monótono se convertía en un imperativo. Resultaba raro pensar eso, pero era así como lo había sentido. No tenía claras las intenciones pero podría ser la señal para haber terminado aquella parte del entrenamiento.

Levantando las vendas que cubrían sus ojos alcanzó a ver una construcción un poco destartalada unos metros por delante de ella y hacia allá dirigió sus pasos. Finalmente iba a conocer al arcano.

 

@ Lawan Nguyen Thanh