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Libro de los Druidas


Badru
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Observaba atentamente a Badru esperando su siguiente movimiento, una vez que aprobara aquel libro se iba a encargar de hacerle la vida imposible, de ser posible lo haría caer en desgracia ante los guerreros Uzzas por aceptar el trabajo sucio que le traería la deshonra a sus compañeros guerreros. Estaba ya cansado de aquellos juegos y deseaba un reto verdadero, pero parecía que el guerrero lo único que pensaba era sencillamente en cosas minúsculas. ¿Qué esperaba para lanzar una verdadera prueba con todo?

 

El Ragnarok había afrontado a cosas peores, criaturas que harían enmudecer al guerrero y allí estaba él luchando contra Ashwinders. Negó con la cabeza, se preguntaba ¿Cómo Badru había conseguido su titulo?, ¿en verdad era tan bueno como se pintaba?, quizás había hecho trampa en las pruebas y por eso había llegado hasta allí. Rio macabramente en su mente.

 

-¿Un séneca? –Le pregunto el vampiro a Taurogirl- ¿Por qué mejor no algo mucho más fuerte y doloroso? –le dijo divertido preguntándose si Leah se atrevería a atravesarse delante de un avada que fuera contra la líder mortifaga. Sin embargo no le lanzaría jamás la maldición asesina a la chica. Tal era la molestia que sentía el vampiro que miles de pensamientos sangrientos pasaron por la mente del vampiro, había invocado su Katana un segundo antes dibujando una mueca malévola, sentía aquella filosa Katana entre sus manos, sin perder tiempo la estaba moviendo de forma ágil y precisa <<¡Proyectar Corte de Katana!>> pensó simplemente el Ragnarok. Dibujo una mueca divertida mientras pasaba la lengua por los filosos y ponzoñosos colmillos al ver como el Obsistens de Tauro absorbía aquel ataque y donde las heridas profundas y sangrientas en pecho deberían haber aparecido no había absolutamente nada.

 

-Creo que eso fue mejor que un séneca –dijo observando a la mujer para luego hacerle una reverencia- pero si prefieres tal cosa –comento apuntando a la líder. -¡Séneca!- dijo. El cainita sabía que si la líder no tuviera el Obsistens en ella sentiría la rápida deshidratación en su cuerpo y garganta pero nada de aquello pasaría ya que estaba más que protegida. Volteo para ver a Badru posando sus orbes negros desafiante en él.

 

-¿Qué tipo de prueba será? –le pregunto a Badru- espero sencillamente que sea mucho más difícil de lo que hemos estado haciendo, creo que tanto a mi como a los demás nos gustaría un buen reto y probar hasta donde hemos llegado –dijo en tono serio- dudo que alguno de nosotros tenga miedo de lo que nos espera o le tenga miedo a la muerte

 

 

Volteo para observar a Tauro, Leah, Zack y a su hermana Anne conocía las capacidades de ellos por lo que sabía que tenía razón en aquello, sin embargo, el vampiro deseaba seguir practicando y soportando todo aquello que estaba sucediendo.

 

-¿Podrían lanzarme alguna cosa por favor? –Dijo mirándolos a los 3- denme con todo lo que tengan y puedan, lancen su mejro golpe –dijo divertido sabiendo que el Obsistens lo estaría protegiendo y si era necesario podría usar los poderes de los otros libros para curarse o ayudarse.

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Parecía que el ambiente se había relajado un poco, aunque no era exactamente eso lo que había pasado. Probar los hechizos del libro resultaba mucho más interesante que tener que pasar pruebas extrañas que ponían en riesgo sus vidas, aunque realmente no eran conscientes del alcance de su poder hasta que se veían en una situación de ese tipo. Ahora Badru les decía que leyeran los hechizos que les faltaba por estudiar y luego predicó con el ejemplo tomando su propio ejemplar y releyendo aquel poder que él conocía tan bien.

 

Anne imitó a su mentor tomando su propio libro y leyendo los hechizos que no habían visto. Eran interesantes. Mejor dicho, eran poderosos. Los ojos de la licántropo emitieron un brillo especial al leer una de las definiciones, que era precisamente la que correspondía al poder que el uzza no les enseñaría hasta el final de la clase. Chasqueó la lengua pero no protestó.

 

Se centró en lo que harían a continuación, y es que Badru les atacó sin previo aviso. Ahora tendrían que defenderse usando los hechizos que acababan de leer en el libro. Anne se concentró, uno de los hechizos del libro de los Druidas le iría perfecto para hacer frente a las Flechas de Fuego que el Guerrero le había lanzado. «Obsistens», invocó mentalmente, haciendo que su varita se materializara en su mano izquierda sin perder ni un instante. Un cerco azulado luminoso apareció a su alrededor como una especie de burbuja protectora que no permitiría que la traspasara ningún tipo de magia y los filamentos de fuego fueron absorbidos por aquella magia protectora, haciéndolos desaparecer sin dejar rastro.

 

Bien, prueba superada. Se giró justo para ver cómo sus compañeros habían hecho lo propio con los ataques que Badru les había dejado a ellos, aunque vio que no todos habían tenido que hacer frente a lo mismo. Ellos también lo habían conseguido sin problemas, lo cual era lógico.

 

Sí, también a mí me gusta este libro —añadió al comentario de Zack. Luego miró a Badru, todos comenzaban a hablar de la prueba. Probablemente ésta llegaría muy pronto. ¿En qué consistiría en aquella clase? ¿Tendrían que mantener un duelo entre ellos, como en los libros anteriores? Guardó entonces silencio, a la espera de ver qué tenía el Uzza que decir con respecto a aquella fase final de la clase.

 

Luego miró a Hades, que pedía que lo atacaran para probar algo y Anne lo miró, con gesto burlón.

 

¿Servirá el Obsistens contra los pellizcos o patadas fraternales? —preguntó, más para ellos dos que para el resto. A pesar de la petición de su hermano, ella no lo atacó.

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El Ragnarok esperaba que algo sucediera pero no había pasado nada. Dibujo una mueca divertida, estaba pidiendo que el atacaran con todo, quizás hasta el punto de que pudieran matarle tal como había insinuado Badru cuando se vieron al inicio de aquella aventura y no hacían nada. Negó con la cabeza, tenían al oportunidad de probar todo aquello para así no cometer errores cuando se enfrentaran a los sangre sucias y traidores a la sangre pero ninguno había movido la varita, ni siquiera Tauro para vengarse de aquel ataque hecho por el vampiro, todos quizás estaban esperando que Badru hablara sobre la prueba.

 

Observo desafiante a Badru quien había guardado silencio. ¿Creía acaso que él o sus compañeros no estaba lo suficientemente preparados para afrontar lo siguiente que el pusiera frente a ellos?, eso lo sabría de un momento a otro, sin embargo, en algo tenía razón el guerrero Uzza, aun les faltaba por aprender o más bien asimilar un ultimo hechizo de aquel, libro, uno que realmente el interesaba al vampiro, ya que, combinado con algunas habilidades y conocimientos podría hacerse cada vez más poderoso.

 

-¿Qué esperamos para practicar entonces el siguiente hechizo del libro? –le pregunto a Badru viendo que nadie cumpliría con la petición que él había hecho- se ve, que combinado con algunos conocimientos se pueden hacer muchas cosas interesantes, desde ir al mismísimo inframundo como viajar de una u otra forma por el tiempo –dibujo una mueca- pero de ser así, es algo realmente peligroso, puedes cambiar hasta la historia y cargarte todo el presente o cambiarlo si vas al pasado y saber mucho del futuro no es nada bueno tampoco, lo se por experiencia propia –siguió observando a Badru pensando que ni siquiera el Uzza haría una estupidez como aquella que él estaba planteando- ¿alguien alguna vez a través de los tiempos uso el Haz de la Noche para cambiar el tiempo o lo que conocemos?

 

Si, el vampiro sospechaba que Badru hacia el trabajo sucio que nadie quería hacer, pero ¿seria capaz de cambiar algo del pasado o futuro solo porque así el convendría?, al menso esperaba que este tuviera el suficiente honor como para no hacerlo.

 

Los orbes negros del Ragnarok entonces se posaron en los de su hermana cuando hizo aquella pregunta. Hizo un tono burlón ante aquello, la Gaunt sabía que el iría mal contra el vampiro una vez que él lograra atraparle.

 

-Puede ayudarte pero no creo que sea por mucho tiempo –respondió el Ragnarok a la Gaunt sin esperar que Badru lo hiciera- igual de una u otra forma supongo que las travesuras fraternales serian peor en una buena venganza –le guiño el ojo para luego voltear a ver guerrero, aun esperaba que este respondiera a las preguntas que él le había hecho.

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—Lo he dejado para el final porque es, a mi parecer, el más complicado de todos los hechizos que hay en este libro —respondió a todos, pues parecía que todos tenían interés por el libro y no sólo por ello, sino por lo que se podría lograr con el Haz de la Noche—. Es una habilidad rara y muy peligrosa. No puede tomarse a la ligera, ni para ti ni para el resto. La creación de portales requiere de concentración, poder mágico y mucha, mucha práctica.

 

Avanzó un par de pasos hacia delante, buscando alejarse un poco del grupo pero entonces sus ojos oscuros se fijaron en Hades y lo que hacía contra Taurogirl. No lo detuvo, aunque sabía lo que pasaría, sólo para enseñarle que sus arrogancias no lo iban a llegar lejos si no prestaba atención. El corte de katana se reflejó en el cuerpo de la peli-azul de inmediato y la sangre empezó a brotar a borbotones, cosa que a su novia seguro no le gustaría. El Uzza pensó inmediatamente en un Curación y se encargó de la herida de su estudiante, aunque ésta necesitaría otra para que la herida no la matara del todo.

 

—¿Has hecho lo que pedí? —la pregunta salió de sus labios a medida que se giraba despacio en la arena, mirando al Ragnarok—. ¿Leíste una vez más las especificaciones del libro? El Obsitens dura apenas un instante, lo suficiente para parar cualquier tipo de ataque en tiempo real. No es una barrera que perdure, simplemente es una acción inmediata que repele hechizos que sucedan en ese mismo instante.

 

Se le quedó mirando un momento más, desafiante. ¿De verdad creía que iba a llegar muy lejos con esa actitud? Mientras el resto crecía y hacían las cosas tal cual sus especificaciones, él parecía incapaz de meterse en el papel de alumno y eso era algo que el Nefir no estaba dejando pasar. Finalmente, el hombre dio media vuelta otra vez y alzó la voz mientras se iba alejando de a poco del grupo.

 

—El Haz de la Noche, Fulgura Nox, es un hechizo que va a requerir que practiquen una y otra vez, como ya dije. Los portales son capaces de llevarlos al pasado, si poseen conocimientos como Historia de la Magia o Runas Antiguas, pero no son capaces de cambiar el tiempo o las situaciones actuales como en el caso de un Giratiempo. Digamos que son más… una puerta, una forma de saber cómo es que estamos aquí, pero técnicamente no podrías cambiar nada más que tu propio conocimiento. Por otro lado, si son Nigromantes, podrían viajar al mismísimo mundo de los muertos, lo cual sería un punto a favor de su habilidad.

 

»Eso se puede lograr únicamente en un estado de concentración tan puro como la meditación, ya que son portales muy complicados que necesitan de ciertos factores intelectuales y mágicos. Pero en batallas resulta muy útil. Pueden abrir un portal en cualquier momento posterior a su llegada y desaparecer en el acto, solos o con un acompañante.

 

Inhalando profundo, pese a que la habilidad de los portales había nacido con él, volvió a enfrentar a sus estudiantes y se quedó observando a la nada, respirando el calor del desierto con lentitud. Su poder estaba ligado en ese instante a la Plaza del Árbol de fuego, porque sabía que había magos en camino para su clase, así que sabía que alguien nuevo había arribado y ahí es a donde iría. Tensó los músculos y con rapidez, hizo un movimiento en el aire antes de pronunciar el hechizo.

 

—Fulgura Nox —la última letra salió justo cuando sus dedos terminaban de definir una línea recta y vertical ante su cuerpo.

 

Sólo que esa línea no era imaginaria. Como si cortara el espacio tiempo con magia, una franja se abrió de inmediato y empezó a expandirse justo a su derecha, creando un círculo muy grande y llamativo. El tamaño variaba dependiendo del nivel del mago y el suyo era más grande de lo esperado. Dentro parecía que la oscuridad se arremolinaba y lo invitaba a ir al mismísimo averno. No lo había creado justo frente a él, sino a la izquierda, para que todos vieran el portal y cómo este parecía plano y a la vez profundo si se miraba dentro.

 

—Su tarea es muy complicada. Lean el hechizo, estudien la pronunciación, sientan su poder mágico como si fluyera por sus venas en más cantidad que la misma sangre y traten, una y otra vez, hasta que logren crear el portal. Por esta vez, no llegarán a donde quiera su voluntad. He realizado cambios en este terreno para que lleguen a un lugar específico, así que, entren y enfrenten su destino o quédense y cuiden su vida.

 

Sonrió bajo el pañuelo y señaló a Hades, indicándole que se acercara.

 

—Ven conmigo, esperarás sólo un poco más.

 

Esperó de forma paciente, dentro de lo que cabía y tomó a Hades del hombro antes de pasar el portal, haciendo que ambos desaparecieran en el acto con un sonido de succión. ¿Lograrían todos pasar la última tarea antes de ir a la prueba final?

 

~o~

 

Él y el Ángel Caído aparecieron justo al lado de Lyra, quien esperaba en la plaza con tranquilidad. Los ojos del Nefir la estudiaron por un minuto y luego le indicó que los acompañara. Sin saludos formales o muestras de cordialidad, estaba marcando su autoridad desde un inicio para ahorrarse lo que había pasado antes con el grupo anterior.

 

—¿Cuál es tu nombre?

 

La pregunta, de forma evidente, no estaba dirigida a Hades pero era más que para llenar el silencio incómodo producido por su propia manera de ser. Quería saber cómo hablar con ella, porque pese a que no la conocía era una bruja de gran nivel mágico, podía sentirlo, así que podrían entenderse bien desde un principio si hacía las cosas de la forma correcta. En la mano del hombre, seguía la varita de cristal azabache y atrás de ellos no había quedado nada después de salir del portal, simplemente había salido de la nada para dejarlos ahí y poco más que eso. Ahora los tres se dirigían a una zona apartada y menos soleada de la que había escogido antes, aunque también se debía a que estaba pronto al atardecer.

 

El lugar que había elegido estaba a varios metros del árbol de la plaza y la arena era reemplazada por el concreto irregular. Sus pies descalzos pisaban su estructura sin inmutarse y aunque seguía caliente, él parecía no notarlo. Se detuvo por fin y apuntó a Lyra con su varita, mirándola con fijeza. Después, de improvisto, apuntó a Hades en un abrir y cerrar de ojos y lanzó el primer hechizo de unos cuantos que le tocaba aguantar antes de irse a la prueba con los compañeros de su curso. Al estar tan cerca de la mujer, ésta podría sentir todo el poder del hechizo sin que lo tocara, lo que le daría una idea de qué era lo que aprendería a parar en el curso.

 

Flechas de Fuego.

 

Los filamentos irían directos a su cuerpo, al torso, buscando hacerle daño y este debería hacer algo al respecto si quería vivir. Él por su parte, volvió a enfocarse en Lyra.

 

—Te daré a escoger, sólo esta vez. ¿Ataque directo o una misión? En la misión estarás sola y aquí tendrás la oportunidad de hacer algo al respecto con ayuda de tus compañeros. Pero aquí tendrás que pensar rápido y usar las habilidades que has aprendido y las que aún no, incluso aunque falles. En la misión no garantizo tu bienestar —miró a Hades, observando su progreso y luego alzó una ceja poblada hacia la Selwyn—. Elije.

 

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No sabia bien cuánto tiempo había pasado cuando cerca de mi apareció el guerrero Uzza conocido como Badru. Alguna vez vi contestando dudas cuando estudiaba el libro de la fortaleza. También lo vi en la prueba del libro, junto con otra guerrera Uzza, ¿Runhura?

Miré a Hades con curiosidad, parecían haber usado un portal para llegar a la plaza. Sin embargo, por más curiosidad que tuviera, comprendía que no era momento de platicar, por lo que solamente salude a ambos con un movimiento de cabeza .

-Lyra Katara Selwyn, guerrero. - Contesté.

No sabia bien como dirigirme a él. Solo una vez en la clase de idiomas pude tratar brevemente con otro guerrero Uzza, Khufu, el cuál se mostró más amigable que el que sería mi profesor. Era tiempo de dejar de divagar y concentrarme en esa clase.

Agradecí el sitio al que nos dirigimos los tres, ya que empezaba a haber algo de sombra y sobre todo, ya no sentía la arena en mis pies, sino el concreto sibien era irregular, era más fácil caminar en él mismo, si se tenía cuidado.

No me espantó que me apuntara con su varita, ni me sorprendió que atacara a Hades, aunque era mejor dejar que se defendiera él solo. Si había llegado hasta ese libro de hechizos, estaba segura que era bastante capaz de hacerlo.

Sentí el poder del hechizo, sabiendo que no me afectaria. En el curso pasado no había podido apreciar debido a la llovizna que tuvimos casi todo el tiempo que duro el mismo y porque lo habíamos mandado demasiado lejos de nosotros, para protegernos de nuestros atacantes. Pero estando tan cerca, era más fácil sentir la fuerza del mismo.

Escuché la pregunta del guerrero Uzza, titubeando un poco. Ambas me llamaban la atención, no me importaba pensar rápido, segura de que sabria como defenderme del mismo, pero ¿que aventura sería esa?

-La misión, por favor. Aunque me gustaría probar el ataque directo, creo que aprenderé más de la primera.- Contesté.- ¿Qué es lo que tengo que hacer y cuáles son las normas que debbo seguir durante la misión?

Sabia que una vez elegida esa opción no había vuelta atrás pero no me arrepentiría. Solo esperaba poder poner a prueba todo lo aprendido en esa misión, inclusive habilidades.

Editado por Lyra Katara Selwyn

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El Ragnarok se había confiado y como siempre, cuando eso sucedía se había equivocado. Maldijo al ver el resultado de lo que había hecho. Guardo silencio desconcertado. Busco en su mente cada una de las palabras de aquel libro y se dio cuenta de su error. Observo como Badru curaba a Tauro y sin decir una palabra dejo que la reprimenda viniera. ¿Qué iba a decir?, en aquel momento no había defensa posible. Volvió en su mente a Grecia, su maestra le hubiera cortado al cabeza sin pensarlo por un error como aquel.

 

-<<Haz vuelto a ser un neófito, ¿es que no aprendiste nada?, ¿así es que quieres volver?>> -se riño así mismo de manera dura- <<¿ni siquiera recuerdas las palabras de tus tíos?, es la misma función idi***>> -se molesto más consigo mismo- <<Jamás aprenderás, te crees el mejor y no eres nada Ragnarok>> -aquel pensamiento fue un baldazo de agua helada.

 

Escucho la explicación del Fulgura Nox y se dio cuenta de que no estaba preparado, si, podía concentrarse como había dicho Badru pero tenía que trabajar mucho más en eso. La voz el hombre llamo su atención, sin inmutarse se acerco cuando el guerrero lo llamo y se acercó a él. Sintió la mano de este colocarse en su hombro, eso lo lleno de ira pero no podía hacer nada, debía calmarse y esperar. Se dejo guiar una vez que estuvo con él, simplemente para usar aquel portal y desaparecer.

 

***********

 

Al aparecer poso sus orbes negros en Lyra, no la saludo, simplemente le hizo un asentimiento de cabeza y nada más. Siguió a Badru a donde los guiaba, no era el momento de discutir ni decir nada, esta vez iba a concentrarse, ya había probado al derrota una y otra vez, hacia solo instantes lo había hecho.

 

Conocía el lugar, allí había estado meditando hacia mucho tiempo, bueno, más bien debajo del árbol de fuego, pero ahora se encontraban alejados de él. Mantuvo al vista en aquel punto mientras Badru hablaba con Katara, sin embargo, este se había alejado unos cuantos pasos para no interrumpir aquello, a menos que el guerrero quisiera que él interviniera de alguna forma. Cuando Badru le lanzo aquellas flechas de fuego sabía que tenía una milésima de segundo para reaccionar ya que estaban mas cerca de lo que deseaba ante aquella agresión. Pensó en un salvaguarda mágica y que las flechas le traspasaran, solo que, seguramente Badru deseaba ver si en verdad el vampiro había asimilado algo del libro o eran puras habladurías por lo que se fue a la opción segura.

 

-<<Obsistens>> -pensó el Ragnarok creando aquel cerco luminoso de magia color azul eléctrico que absorbió las flechas de fuego protegiéndolo completamente de ellas.

 

-Demasiado cerca para mi gusto –dijo sin mas sabiendo que Badru no le permitiría muchos más errores y que no se lo pondría nada fácil después de aquello.

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El resto de sus compañeros se veía tan emocionado como él una vez pudieron comprobar los efectos de cada hechizo en prueba. Descubrir a fondo las magias guerreras los extasiaban a tal punto que era incontrolable la actitud de ansiedad que reflejaban ante los hechos. De un momento a otro Tauro y Hades comenzaron a pedir que les atacaran para comprobar la efectividad de sus conjuros. Zack quiso ponerse manos a la obra y aprovechar el momento, no siempre se veían Mortífagos intentando hacerse daño entre sí. Pero en ese entonces algo lo distrajo.


Su sensible sentido auditivo se agudizó atraído por el sonido encantador reproducido por la varita de la líder Mortífaga. Escuchar el canto le daba a entender que él también estaba siendo cubierto por los efectos del cantar de eléboro, el cual protegería todos sus sentidos por un corto pero provechoso período de tiempo. Le guiñó un ojo a modo de agradecimiento justo antes de que la bruja se acercara a su prima para una de sus constantes demostraciones amorosas.


El vampiro apartó la mirada deteniendo el desplazamiento de sus orbes en el paño que cubría la boca de Badru. Mientras éste último se disponía a explicar el nuevo hechizo en práctica, Hades, a espaldas de Zack pareció dirigir un ataque hacia Taurogirl. De inmediato el Uzza lo reprendió a sabiendas de que las protecciones de la bruja no serían tan duraderas como para evitar el corte de Katana. Se encargó de la herida mientras el resto observaba en silencio. Leah seguro se enojaría por el no tan grato descuido de su compañero.


En cuanto concluyó la reparación del error, volvió a explicar en qué consistía el hechizo creador de portales. Era la parte que quizás todos ansiaran conocer o experimentar. Para Zack no tanto, pues a pesar de que las condiciones climáticas no fueran para nada favorables, estaba encantado con cada prueba de los conjuros. Realizarlos le hacía obviar su entorno, el sudor que corría por su espalda, frente y pecho. Era una manera de escapar, maravillado por lo que él mismo era capaz de crear.


La demostración del guerrero fue tan real, que él mismo invocó un portal de gran tamaño para atravesarlo junto con Hades. Antes de partir ordenó a los cuatro pupilos restantes, crear uno similar y dejarse llevar al escenario que él ya había prestablecido. Era intrigante cómo podía conectar el portal que creara cada uno para dirigirlos a un lugar en específico. Por ese mismo motivo, Zack se veía más animado de lo normal. Parecía que la prueba había llegado.


—Cada vez falta menos para vincularnos con el libro, chicas. Éxitos. Hay que hacerlo — Dijo justo antes de cerrar sus ojos y suspirar lentamente. En un instante vació su mente de cualquier pensamiento que obstaculizara su concentración, pues necesitaba entrar en una especie de trance para que en un solo intento lograra abrir su portal. No lo veía como algo imposible, no para la confianza que se tenía a sí mismo respecto a su habilidad con los hechizos.


A diferencia de Badru, Zack relajó todos los músculos de su fornido cuerpo, hasta el punto de que sus piernas casi desmayaran por el mismo peso que soportaban. Cuando sintió que estuvo a punto de caer, realizó un movimiento rápido con sus brazos apuntando con la palma de sus manos al suelo. Ahí, justo debajo de él, apareció el Fulgura Nox, listo para recibirlo y absorberlo.


Sin abrir los ojos se dejó guiar por sus sentimientos. Escuchó un zumbido y percibió una ligera ráfaga de viento que desordenó sus mechones de cabello. Ya no sentía la superficie plana del suelo bajo sus pies, tampoco nada a sus espaldas. Aunque fuera caído, literalmente ya se encontraba viajando a un nuevo destino, el que el guerrero Uzza había seleccionado para cada uno de ellos.

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Luego del dolor producido por el corte de Katana y la posterior curación hecha por el Uzza, Tauro sintió la urgencia de sujetar el brazo de su novia para evitar que tomara represalias contra el Ragnarok, que pese a saber que no había tenido intención alguna de herirla de verdad, su descuido lo llevó a cometer algo de lo que seguramente en otro escenario y bajo otras circunstancias no habría salido muy bien. Después de eso, Tauro se tomó mucho más enserio el aprenderse al pie de la letra los hechizos tal y como venían descritos en el libro, porque esa era su obligación como alumna, al menos en un principio, y ya el Uzza se encargaría de llevarlos a la práctica.

 

— De verdad estoy bien, no hace falta que hagas nada, mi amor —dijo aun tratando de calmar a la bruja, tras lo cual pensó en una Curación para terminar de curarse del todo —¿Ves? Estoy perfecta. Además, dicen que las cicatrices pueden resultar ser muy sexy —bromeó callándola con un beso de inmediato.

 

Con el asunto olvidado Badru continuó con la clase, dándoles una explicación acerca del Fulgura Nox/Haz de la noche, que dependiendo de su uso tenían una implicación muy fuerte en una situación de batalla, como también la posibilidad de hacer un breve viaje hacia el pasado o futuro a modo de espectador o un tiquete de ida y vuelta al mismísimo mundo de los muertos. Tauro había vivido de cerca la experiencia de practicar la Nigromancia, poseía aquella habilidad aunque los demás no lo supieran y de primera mano sabía que no era algo con lo cual que pudiera jugar y tanto los Arcanos como Uzzas eran conscientes de la cantidad de poder que le transmitían a cada bruja o mago que pasaba por sus manos, de ahí a que fueran muy estrictos y desconfiados en sus pupilos de quiénes dependía ganarse el favor y aceptación de los maestros.

 

Como era de esperarse el guerrero fue el primero en crear el portal para su uso personal y el de Hades, quién no los estaría acompañando de momento hacia el final de la travesía. A juzgar por el alto grado de concentración del hombre, Tauro supo que de todos este hechizo era el más complicado, por lo que prestó mucha atención a todo lo que hizo. Finalmente Badru dio sus últimas indicaciones antes de desaparecer con Hades, dejándolos a los cuatro completamente solos.

 

— Si ya hemos llegado hasta aquí es porque merecemos estos nuevos poderes, de eso no tengo duda. Sea lo que sea que nos espere del otro lado, confío en que lo podremos superar —aquellas serían sus últimas palabras antes de ir hacia la prueba, les dedicó una breve sonrisa y mirando hacia ningún punto en particular concentró cada fuente de energía y poder de su cuerpo mientras pensaba en el potente hechizo «Haz de la Noche».

 

Los portales podían tener varias formas según el tipo de magia empleada, aunque lo más común es que se le asociara con la forma de una puerta del mundo real, pero lo cierto es que no había una forma en específica que definiera un portal o las dimensiones del mismo. En este caso, el portal que Tauro había creado no era más que una masa intangible de luz azul que resplandecía y se arremolinaba frente a sus ojos. Su tamaño era un poco más grande y ancho que ella, lo suficiente para que dos personas de cualquier contextura pasaran sin problema a través de el. El mismo poder del portal la atraía como algo magnético y la líder no tardó en ceder.

 

— Te espero del otro lado, mi amor. No tardes demasiado —dijo a Leah dándole un pequeño beso en los labios. Si bien las dos podían usar el mismo portal y atravesarlo, tenía la leve impresión de que Badru prefería que por esta ocasión cada uno hiciera el suyo para demostrar que de verdad sabían usar el hechizo. Dio un paso hacia el frente, directo hacia el portal que la terminó tragando casi de inmediato y desapareció. Aquello sin duda era mejor que usar un traslador.

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El juego con los hechizos había sido divertido hasta ese momento, en el que sus sentidos se activaron para llegar sólo a ver cómo Hades proyectaba el corte de katana en el cuerpo de Tauro. Sus ojos siguieron la trayectoria del corte, hasta ver en primera fila cómo la piel de su prometida se seccionaba de inmediato permitiendo la salida violenta e involuntaria de su sangre. La sostuvo al instante, pensando que iba a caerse pese a que no se había movido más que un centímetro y miró con horror el mar rojo.

Badru hizo algo, pues la herida se cerró a medias y la peli azul había completado el trabajo antes de que ella decidiera cómo ponerle la lengua de corbata a Hades de la mejor manera posible. Encolerizada habría sido un término ligero. Sus manos se cerraban con firmeza entorno a los brazos de Tau, como si quisiera asegurarse de que estaba entera, pero sus ojos verdes habían tomado una opacidad peligrosa y estaban fijos en el Ragnarok.

-Que sea la última vez que te atreves a mirar siquiera a mi novia -escupió entre pequeños temblores corporales, siendo incapaz de notar que Tau se movía, la besaba o le hablaba.

Hades no había tenido la intención de dañarla y ella lo sabía. En el fondo, ahí donde su demonio no había despertado. Pero ya podrían hacer las paces luego porque mientras que ella seguía temblando como un Chihuahua poseído, Badru había hecho su demostración final de poder y se había llevado al Ángel Caído. No había escuchado una sola palabra. La visión de la herida, la sangre y la cólera provocada ofuscaba su razonamiento, razón por la que perdía la cabeza para bien en los enfrentamientos de los bandos.

Todo el mundo se puso a lo suyo mientras que ella se quedaba estática, observando a Tau hacer el portal al igual que Zack. Una mueca se formó en sus labios cuando la mujer se despidió y pudo haber sido interpretada como una especie de sonrisa distorsionada por el mal humor. Ella desapareció y la Atkins, más roja de lo que había estado en la carrera del desierto, sacó el libro para tratar de ver qué demonios era lo que debía hacer.

-Vale, no puede ser tan complicado.

O eso creía.

El hechizo salió de sus labios tantas veces que parecía una muletilla. Una y otra vez, la enfurruñada mortífaga trató de abrir el desgraciado portal y solo conseguía cortar el aire con sus dedos. Y con cada fallo, el mal humor iba en aumento. Pero entonces recordó a Tau, su expresión de dolor, la sangre, las manchas en su ropa... la concentración fue reemplazada por la convicción de cuidar a la Crouch y pronto, con un movimiento natural y una gran cantidad de su potencial mágico, sintió que funcionaría.

-Fulgura Nox.

Desde la altura de sus ojos hasta abajo, un enorme portal de pura materia apareció. El Haz de la Noche, renombrado y peligroso, había sido invocado. Su interior, a diferencia del se Badru, era rojo como la sangre y los remolinos invitaban a entrar. El tamaño era suficiente para que ella pasara con alguien más y su destino era desconocido, pero entró sin pensarlo dos veces y dejó el desierto atrás.

-No tardo -murmuró antes de que el portal la llevara lejos, muy lejos de ahí.

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Era la primera vez que tendría la oportunidad de tener una clase dirigida exclusivamente por un Uzza, aunque no era la primera vez que se los cruzaba. En aquella primera extraña prueba del libro de la Fortaleza, dos de ellos hicieron presencia, si estaba bien informada, uno de ellos había sido quien ahora le impartiría clases, mientras que la otra, había sido una guerrera bastante particular que no pasaba para nada desapercibida por sus particulares características, aunque a ella le faltaba mucho tiempo para lograr tener una clase con aquella mujer. O niña, no estaba segura.

 

Iba camino a un lugar bastante particular, un lugar llamado la Plaza del Árbol de Fuego, el cual había escuchado hablar, pero nunca había tenido la oportunidad de acercarse. Según tenía entendido, los Uzza rondaban aquella zona debido a que aquel árbol les era algo sagrado, por lo que no le extrañó que el guerrero que tocaban impartir la clase del libro del Druida utilizara aquel lugar como punto de reunión.

 

Aunque, como para no variar, iba tarde. No es que realmente lo planeara, siempre terminaba por llegar tarde a sus cursos sobre todo porque la Oficina o la Orden consumían su tiempo más de lo que se podía llegar a dar cuenta, sobre todo ahora que estaba a tope de trabajo en ambos lados. Al cabo de unos minutos de caminar a paso rápido, aunque con bastante dificultad debido al terreno irregular, llegó al lugar, aunque nadie se hallaba allí, o por lo menos en aquella zona próxima.

 

Miró de un lado al otro, en busca de algún lugar donde pudiesen hallarse Badru y algún alumno, hasta que vio un grupo de tres personas por allá, a las cuales a una hablaba, pero a otra, ya parecía hallarse bajo los efectos de algún hechizo y en movimiento. Corrió lo más rápido que sus zapatillas tenis le dejaron. En aquella ocasión portaba un atuendo bastante inusual para tratarse de ella, pero dado que ya conocía aquel tipo de clases, decidió variar un poco y colocarse algo más cómodo: zapatillas, una camisa liviana de tela liviana y un short de jeans para darle libertad suficiente de hacer lo que sea que le pidieran.

 

Lamento la tardanza, maestro Badru – dijo entre jadeos para cuando llegó hasta donde el Uzza y, para su sorpresa, Lyra se hallaban una vez que ambos terminaron de hablar. No era de buena educación interrumpir conversaciones ajenas –. Soy Mei Black Delacour, y deseo poder aprender más acerca de ustedes y los hechizos de los cuales se han convertido en maestros absolutos.

 

Una vez terminó de hablar, observó de reojo hacia quien acababa de efectuar un hechizo, aunque no estaba segura de cuál se trataba. Abrió grande los ojos en cuanto reconoció al Ragnarok, quien parecía no tener cara de estar bien, pero no le dirigió palabra alguna, por lo menos, por aquel momento.

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