Libro del Equilibrio

[Hades Ragnarok]

Se mantenía atento a todo lo que estaba sucediendo, a lo lejos se había comenzado a notar aquella claridad, quizás para algunos no era evidente aun, pero para él quien había visto muchos amaneceres y atardeceres por todo el mundo y hasta en otros mundos era otra cosa. Había visto a Tauro practicar con las flechas de fuego aniquilando una serpiente, algunos hasta pedían de comer. Negó con la cabeza, quizás para la próxima llevaran provisiones para lo que suceda, aunque claro estaba, los planes se habían salido un poco de lo que ellos hubieran querido.

 

Utilizo el anillo de la escucha para poder captar todas las conversaciones. Dibujaba una mueca mientras escuchaba cada uno de los planes y se armaban grupos para buscar comida, ladeo la cabeza, ellos eran lo suficientemente capaces de hacer aquello y de no meterse en tantos problemas o eso esperaba. Si habían llegado hasta allí, a ver el libro del equilibrio era porque se suponía que eran lo suficientemente capaces y fuertes, sino de nada les serviría aquello.

 

Había estado tan distraído vigilándolos que apenas notaba que Anne se encontraba a su lado, aunque estaba seguro que si ella e hubiera hablado la hubiera escuchado, de por sí, él debía cuidar a su hermana menor. Movió sus dedos para sacar algo del bolsillo, si recordaba bien al menos unas galletas debía llevar por allí, a parte de los clásicos chocolates, así la Gaunt no moriría de hambre. Rio divertido ante todas las imágenes que pasaban por su cabeza y los planes que los aprendices estaban preparando, aunque capaz no les dieran tiempo de realizarlos.

 

La claridad era cada vez más evidente. Aquello parece que también lo había notado Lisa. Al escuchar sus palabras asintió, ella se adelantaría y él debía llevarlos hacia el templo escondido y protegido mágicamente entre aquel tranquilo lugar.

 

Cuando aquellos inferís salieron de entre los arboles no pudo más que alertarse. Aquello era extraño, se suponía que estaban protegidos ante todo lo que pudiera andar por allí, a menos que Badru haya hecho alguna coa simplemente para divertirse. Maldijo por lo bajo, ya el Uzza le estaba cayendo mal y suponía que no podía confiar mucho en el. Un segundo antes de mover la varita Tauro había hecho de las suyas y los había eliminado. Sonrió pero eso lo alerto aun más. No estaban seguros allí.

 

-Creo que será mejor movilizarnos hacia el templo –comento observando a los presentes- Lisa se adelanto para limpiar un poco el camino y ver que lleguemos bien, pero por lo que acabo de ver eso estará pro verse –bromeo ante aquel ataque de inferís- no bajen la guardia bajo ninguna circunstancia, al lugar donde vamos muy pocos, o más bien casi nadie ha logrado entrar, por no decir que nadie ha salido con vida, quizás seamos los primeros, quizás no –comento el Ragnarok- pero eso ya es cuestión de ustedes.

 

No perdió tiempo y le hizo una seña casi imperceptible a Elvis quien era otra de aquellas personas que habían recibido aprendizaje de los Uzzas, nada más para que estuviera atento ante todo, tanto él como el Gryffindor se podría decir que habían pasado cada uno de aquellos niveles o habían aprendido todo lo que debían saber, la parte mala del asunto era que gracias a la ancestral magia de los guerreros, quienes habían sido aprendices directos de ellos no solían recordar mucho cuando les tocaba demostrar junto a quienes enseñaban que eran dignos. Luego poso sus orbes en Zack, otra de las personas que había recibido instrucción directa de los Uzzas, él también estaba en la misma situación.

 

*************

 

No supo cuanto tiempo habían estado caminando, quizás habían sido minutos o quizás horas, la magia del lugar podría estar jugándoles una mala pasada para desconcertarlos cosa que hasta aquel punto no le extrañaría en lo mas mínimo. Recorrió con la mirada todo lo que el rodeaba sin notar que Luisa estuviera cerca. Se pregunto si habían errado el camino o se habían perdido pero su instinto el decía que había algo más allí, algo que no habían descubierto, quizás estaban a centímetros de la puerta principal del templo y ellos se encontraban encerrados en alguna burbuja mágica que no les dejaba ver más allá de lo evidente.

[Tauro M.]

Las discusiones acerca de si debían comer o no su propia ropa seguían entre algunos miembros del grupo, pero Hades fue quién le dio fin a tan ridícu.la discusión en cuanto anunció al grupo cual sería el siguiente movimiento, haciendo que volvieran a centrar la atención en lo verdaderamente importante. Tauro terminó por eliminar un par de inferis más que amenazaban con arruinar su carpa y cuando se sintió segura de que no volverían a molestarlos por un par de horas, regresó junto con Leah. Esta vez no tenía intenciones de ofrecer a alguno que las acompañara y se permitió a sí misma lanzarse de espaldas en el cojín al lado de la Atkins, apoyando luego su cabeza en sus piernas.

— Pese a que la idea de Lisa actuando como elfina doméstica me haga gracia, dudo mucho que esté ''limpiando'' —le comentó haciendo énfasis en esa última palabra, para que se notara la ironía. Al final lanzó un profundo suspiro — Tampoco es que me importe —se acomodó mejor subiendo su espalda para quedar sentada entre las piernas de su novia y en cuanto pudo le dio un beso en la comisura de sus labios, restaban minutos antes de que Hades los citara para emprender la nueva caminata hacia el templo.

— Lo único bueno es que al finalizar el libro, pocos se anotarán al siguiente —esta vez activó el Anillo de Salvaguarda contra oídos indiscretos, no quería a nadie espiando su conversación — Lo malo es que probablemente la volveremos a ver a ella, aunque molestarla ya me resulta divertido —pero no tuvieron tiempo para seguir con la conversación, pues ya era momento de irse. Tauro volvió a desarmar la carpa en cuestión de segundos, lamentando no poder seguir compartiendo con Leah y tomadas de la mano emprendieron la caminata liderada por el Vampiro, aunque a su lado había alguien con cara de pocos amigos.

Pasaron ¿horas? No lo sabía, el cansancio de su cuerpo no coincidía con el tiempo que llevaban caminando y sólo porque el paisaje cambiaba levemente conforme caminaban sabía que no andaban en círculos. Acarició el anillo de su mano activando ahora el de escucha, para ver si lograba escucharlas a ella o a Mei, pero debían hallarse todavía lejos porque no las escuchaba.

— Diré lo obvio pero estamos un poco perdidos —para ese momento ya se había acercado lo suficiente al Ragnarok, hablando de tal manera que ninguna otra persona que no fueran los del grupo la escuchara — ¿De casualidad tendrás una prenda de Mei o de Lisa? O algo que tenga su olor —preguntó con desagrado, susurrando luego un — Morphos — hacia un tronco muerto que estaba a pocos metros de donde se encontraban, al parecer no eran los únicos que habían visitado el sitio. El tronco se transformó rápidamente en un lobo adulto que se situó al lado de la Mortífaga.

 

— Podríamos intentar rastrearlas incluso sin una prenda, pero nos tardaríamos más.

[Mei Black Delacour]

Volvió a sumergirse en lo suyo para cuando el tema siguió. Estaba realmente aburrida, y no parecía que el sol se decidiese a salir nunca, como si deseara que aquella noche fuera interminable.

 

No prestó demasiada atención a lo que sucedía a su alrededor, o lo que el resto hablaba, por lo que, para cuando un sonido como de ultratumba se hizo eco entre ellos, un escalofrío recorrió su espalda, aquello no era normal, por lo que rápidamente se puso en pie y notó lo que repentinamente se había dado en un abrir y cerrar de ojos mientras todos estaban metidos en su mundo: un sinfín de inferís aparecieron de la nada misma y comenzaron a dirigirse hacia cada uno de los presentes.

 

–¡Incendio! – alcanzó a decir justo antes de que uno de los cadáveres vivientes lograra abalanzarse contra ella.

 

Una llamarada salió de su varita, haciendo que aquella tenebrosa invocación reaccionara al fuego retrocediendo lo más rápido que pudo para refugiarse entre las sombras de los árboles. En ese momento, Lisa aprovechó para tomarla de la mano mientras se hallaba distraída y, para cuando se dio cuenta, tuvo que agarrarse fuertemente de su mejor amiga, sintiendo que el aire se le escapaba de los pulmones de la sorpresa.

 

Nunca le había temido a volar, lo había hecho mil veces jugando al Quidditch, pero aquello había sido totalmente sorpresivo, y el verse en pocos segundos a una altura tan grande la asustó momentáneamente. Asintió ante la orden que la Weasley le daba y, haciendo de tripas corazón, aspiró aire y se centró en observar hacia abajo, intentando encontrar algún templo.

 

¿Cuál templo? No lo sabía, ¿dónde podría estar? Ni idea, ¿a quién iba dirigido? Era un misterio. No era una tarea fácil en lo absoluto, y no estuvo segura de cuánto tiempo estuvieron en el aire intentando hallar algo; y es que en realidad ella no esperaba encontrar nada, si era un templo con magia, el mismo seguramente debería estar protegido con varios hechizos de ocultamiento para evitar que fuese fácil el hallarlo.

 

–Verdimillius – susurró, una y otra vez, apuntando hacia diferentes partes de los árboles, intentando encontrar algo que revelara el lugar donde se hallaba el templo – Verdimillius. ¡Ahí está, mira!

 

Justo al noreste, por unos instantes logró vislumbrarse un templo de grandes dimensiones, aunque en un estado bastante maltrecho por el paso del tiempo. Unos escasos segundos pasaron y el templo desapareció bajo un hechizo que simulaba haber más vegetación en aquella como en los alrededores, pero ya lo habían hallado.

 

Descendieron, llegando al límite de donde comenzaba a extenderse el área despejada que daba lugar a unas ruinas de aspecto realmente antiguo. Mei dio un par de pasos, acercándose a la estructura, pero lentamente, lo suficiente como para estar bajo alerta por su instinto. Y fue en ese momento donde lo vio.

 

–Algo se movió en la base del templo… – le dijo a la Weasley.

 

Había sido ínfimo, y como en aquella zona los árboles eran más altos de lo normal, la luz no llegaba aún y estaba todo a oscuras. Había sido como si algo enorme se deslizara tan suave como peligrosamente.

[Mael Blackfyre]

Al parecer me olvidaba por momentos, que la comunidad estaba infestaba de vampiros, hombres lobos y demonios. Siempre me habían provocado escalofrío pensar en ello, porque eramos pocos los magos que eramos magos normales, sin nada que nos caracterizara como raza. Y éramos tan indefensos que tan solo un enfrentamiento, un tirón de nuestros cuellos y estabamos a merced de cualquiera criatura. Había aprendido a no pensar en ello, pero cada vez que llegaba a mi mente, no podía esconder en mi cabeza que le temía. Estaba seguro que era lo único a lo que me provocaba detenerme dos segundos de más para pensar si realmente valía la pena.

 

Sin esperar más, Lisa y Mei se fueron hacia el Templo. Al parecer de a poco los objetivos de aquella clase se estaban volviendo tan claros, claros como la ocasión que mi estómago al parecer era el único por el que no se resistía por no comer. Ellos se alimentaban de sangre mientras deseaba poder estar en la sala de la mansión Gryffindor, comiendo un buen pedazo de carne asada con papas. Pero estábamos en medio de la selva, rodeado de peligro. Nuevamente.

 

En mi mente empezaban a aparecer aquellos poderes que habíamos aprendido con los Guerrero Uzza. Eran útiles pero como había usado ya aquellas flechas de fuego y las semillas de hielo, se me ocurrió practicar con Arena de Hechicero. Solamente tenía que pensar y levanté mi varita contra los Inferi que se acercaban con gemidos guturales mientras arrastraban sus pies. Aquel polvo cristalizado salió de la punta de mi varita y en cuanto levitó en el aire, despidió una fuerte luz que cegó a los muertos vivientes. Empezaron a revolear los brazos con más fuerza, mientras tropezaban con raíces, se golpeaban con troncos de los árboles o se chocaban entre ellos.

 

* * *

Habían pasado algunas horas o minutos, estaba seguro que ninguno sabía a ciencia cierta cuándo habíamos dejado aquellos Inferis atrás. Algunos se habían prendido fuego mientras le lanzaban esos filamentos llameantes. Otros habían sido congelados y unos terceros, cegados. Pero estaba seguro que si nos deteníamos tan solo un momento, nos alcanzarían de nuevo, u otro tipo de prueba. ¿or qué los Uzza siempre andaban metiendo sus narices? ¿Acaso tenían envidia o demasiado orgullo para quedarse atrás?

 

— ¿Cuánto falta para llegar? ¿Cómo sabemos si Mei y Lisa no se encontraron con algo peligroso? —no me importó acercarme a Hades para saber si estaba hablando con alguien. No era mi intención interrumpir, pero si organizarnos para no perder tiempo caminando. Tal vez alguno podría orientarse volando en escoba, o utilizar el Orbis y aprovecharnos de los animales salvajes que rodeaban el lugar—. El templo no querrá que lo encontremos, seguramente —tal vez mis palabras no servían para nada pero si entre todos trabajábamos, podríamos llegar a él.

[Lisa Weasley Delacour]

Habíamos llego, claro que si, lo que no esperábamos era el gran recibimiento que las fuerzas oscuras del templo nos habían preparado. Cientos de inferis y tarántulas gigantes habían salido de la nada con la intención de acabar con nuestra vida. Trasgu y Mei luchaban para que ninguna de aquellas criaturas lograra acercarse a mi persona, pues yo, sabiendo que Hades estaría perdido en lo mas espeso de la selva, tenia que enviarle un mensaje para guiarlo hasta la ubicación predeterminada.

Una risita de autosuficiencia resonó en algún punto cercano a mi figura. Mire a todos lados, captando la señal. El tiempo se detuvo unos segundos, los justos para que Badru hiciese acto de presencia ante mi y me recordase, con falsa modestia, las palabras que le había dicho al vampiro horas antes. ¨Fallar no es una opción, el camino aquí se complica¨ Maldije al aire cuando la figura del guerrero Uzza desapareció entre volutas de nieve. Aquello no era una misión, era un suicidio. Negué, apretando mas mi varita.

En cuanto comprobé como mi hipogrifo y la Delacour seguían vivos e ilesos, cerré los ojos y me centre en recordar una imagen feliz – Expecto Patronum - El haz de luz animado recorrería los kilómetros y hallaría a los pupilos y al profesor, ademas de transmitirles un mensaje claro de alerta. Quedaba nada y menos para que el dia comenzase. El punto algido del sol seria el punto y final de la clase, según el amante del Nilo. Si no acabábamos muertos era de milagro. Rogaba porque los demás llegasen ya.

Las flechas de fuego eran nuestra mejor arma. La paladín parecía dominaras como si toda la vida las hubiese utilizado. Me sentía realmente orgullosa de ella. A pesar de la curda realidad en la cual vivíamos; acechadas por cadáveres en movimiento, hacíamos un equipo excelente - Están a punto de llegar - Anuncié al sentir la blanca esencia del Gryffindor - Creo que el mejor plan es que entren unos y otros se queden, ¿como lo ves? - Era muy normal en mi, crear planes estratégicos. Habia nacido para luchar, se notaba.

Editado 28 de Marzo del 2016 por Lisa Weasley Delacour

[Zack Ivashkov]

La intervención del resto acerca de la comida hizo que Zack de nuevo se perdiera en sus pensamientos. Estuvo distraído tanto tiempo que para cuando volvió en sí quedó aún más desorientado de lo que ya estaba. Tenía una copa de sangre en sus manos, había un par de cadáveres de inferi por todo el claro, y sus compañeros comenzaban a alejarse. Agitó su cabeza mientras avanzaba con paso apresurado procurando no perderlos, pues no se habían molestado en golpearlo para que reaccionara y los siguiera, al menos.

Por lo que entendía, estaban buscando un lugar en específico, o más bien a unas personas en específico. Se trataba de Lisa y Mei que desaparecieron quién sabe cómo y en qué dirección. Tauro propuso rastrearlas a través del olor, cosa para la que él no se ofrecería, perseguir el aroma a sangre sucia debía ser una de sus mayores molestias. Su cara reflejó un gesto asqueado al tiempo que bajaba la mirada y Elvis proyectaba su voz.

—Quizás están adelantando el trabajo. Con la autosuficiencia extremista que cree tener Lisa, seguro ya está haciendo todo el trabajo ella sola — Respondió al director de la universidad reflejando ahora una media sonrisa burlona. Si bien la profesora creía tener todas las cualidades para cualquier tipo de actividad, la bruja siempre necesitaba del apoyo de alguien más, o de muchos más, por lo que no era tan probable que fuera haciendo todo mientras ellos solo la buscaban.

Justo en cuanto el hombre guardó silencio, un patronus apareció captando la atención de todos los pupilos. Al transmitir el mensaje se supo que era de Lisa. Zack suspiró sabiendo que ahora sí vendría la aventura más intensa, tomó un sorbo de sangre sintiendo la calidades de la misma, y luego soltó la copa al suelo dejando que se rompiera.

—Veamos qué sigue — Propuso esperando que continuaran la marcha en dirección al camino señalado por el patronus.

[Mael Blackfyre]

Los árboles y ramas bajas aparecían cerca de nosotros mientras avanzábamos por aquel camino. Todo se mantenía tranquilo pero estaba seguro que si nos deteníamos por un rato, los Inferi podrían llegar a alcanzarnos. Su paso era lento, la diferencia se encontraba en que éstos seres no se cansaban nunca y nosotros en algún momento, nos tendríamos que detener. Parecía como si alguien nos estuviera vigilando todo el tiempo nuestras espaldas. Pero con movimientos de nuestras varitas, los derribaríamos sin problema. Sumando a que eramos un grupo contundente.

 

Zack comentó algunas cosas sobre mi compañera pero le resté importancia, siempre ocupaban sus bocas con palabras de ése estilo y podría llegar a admitir que casi ni las distinguía, seguían de largo, como las aves que empezaban a despertar en el amanecer. La claridad se había lanzado contra el bosque y quedaba tan poco para que saliera el sol como para que nosotros llegáramos donde estaba Lisa y Mei. Llevé mi mano hacia los anillos, activando el que me servía para detectar enemigos. Claramente se activó y nos alertó pero no servía de nada si no tenía la amenaza enfrente.

 

Un destello plateado nos ilumino los rostros. Era el Patronus de Lisa y nos comentaba que estábamos a punto de llegar, que no podíamos llegar y que el templo sería el escenario donde debíamos llegar rápidamente. Otro de los Anillos, el de Escucha, era muy útil, pero ampliaba tanto las voces de las jóvenes como tambien de toda la naturaleza. Muy a lo lejos, demasiado, se escuchaban los gruñidos de los Inferis, como un eco perdido en aquel sitio. El camino empezaba a curvarse a la izquierda y miré al resto.

 

— Estamos por llegar. ¿Creen que estén por ahi? —las ramas se habían cada vez más finas, al igual que el tronco de los árboles. El camino se duplicaba en lo ancho para indicarnos que por allí empezaba el territorio de aquel templo, donde no tenía idea de qué o para qué debíamos llegar hasta allí. El hipogrifo fue lo primero que distinguí, luego estaban dos brujas paradas, esperando que llegara alguna respuesta. Había decidido que lo mejor no era un patronus, sino que nos vieran a nosotros—. Inferis. En medio del bosque... —les comenté como algo descabellado, aunque en la clase de un libro Uzza no lo era.

[Hades Ragnarok]

-<<Flechas de Fuego>> -pensó el cainita apuntando a uno de aquellos inferís que los estaban atacando el cual inmediatamente comenzo a quemarse gracias a aquella invocacion que habia realizado el vampiro.

 

¿De dónde habían salido aquellas Criaturas?, observaba lo que hacían sus compañeros y aprendices ante aquel ataque, quizás la respuesta era obvia, estaban demasiado cerca del templo y aquello era una “indirecta” para que se largaran de allí. El había sido alguna vez un rompedor de maldiciones, por un par de meses había sido aprendiz en uno de aquellos veranos cuando las clases habían acabado, ahora esos conocimientos le ayudaban a distinguir algunas cosas, aunque aquella protección era más que evidente.

 

Por el momento no tenía ninguna herida por lo que significaba que Anne lo estaba siendo bien y no le había sucedido nada. La había perdido de vista por unos minutos mientras luchaba con aquellas criaturas sedientas de sangre, él como ángel caído de la marca muchas veces los habían creado para dañar a los sangre sucias, traidores a la sangre y disque defensores del bien, ahora tenía que luchar contra sus propias creaciones.

 

Dio unos cuantos pasos para colocarse en una mejor posición y así ver si alguien necesitaba ayuda pero un brillo extraño que se acercaba llamo su atención por unos segundos, aquella era al señal que necesitaba, supuso que era la forma d Lisa para comunicarse con él, aunque tampoco es que hubiera visto el patronus de Mei en algún momento, pero obviamente la encargada seria la vampiresa.

 

Llamo la atención de los demás e hizo una seña para que siguieran a la dirección en al cual había venido aquel patronus.

 

-es por allí, ustedes vayan adelante, yo cuidare la retaguardia –ordeno- y tu hermanita –dijo 0observando serio a Anne- mucho cuidado y no te metas en muchos más problemas.

[Anne Gaunt M.]

Escuchó las palabras de Hades, que decía que habían recibido una visita. Seguramente había sido un guerrero uzza, quienes parecían estar siempre atentos a sus movimientos cuando estaban estudiando los libros de poderes.

 

— Así que unos pétalos de pensamiento especiales... sí, tienes razón, habrá mil y una trampas esperándonos. Pero bueno, les haremos frente. No pienso irme de aquí sin saber utilizar los hechizos de este libro, obviamente.

 

Hades pareció concentrarse en las acciones de Valkyria y luego habló con Lisa, por lo que la Gaunt se alejó para sentarse en el suelo apoyando la espalda en el tronco de un árbol. Le daba igual la lluvia, el frío o cualquier otra cosa, le gustaba sentirse en contacto con la naturaleza, como buena mujer loba que era. Cerró los ojos y se dedicó a escuchar las voces de los demás; unos discutían, otros conversaban entre sí y alguien acababa de llegar pidiendo auxilio, aunque la Gaunt ni se inmutó. Era la misma joven que había llegado con Valkyria tarde a la clase anterior. Como parecía estar bien a pesar de todo, siguió tranquilamente en aquel lugar, con los anillos de escucha y el detector de enemigos activados.

 

No fue consciente de si llegó a dormirse o simplemente se quedó tan relajada que dejó de escuchar a sus compañeros pero, cuando volvió a abrir los ojos, se dio cuenta de que seguían discutiendo, ahora porque parecían tener hambre. Ella tenía algo de comida en su bolso, recordaba que su padre había hablado de eso y algunas cosas más cuando se lo había entregado antes de partir hacia aquella clase. Pero guardó silencio, y tampoco reaccionó cuando alguien preguntó si había algún licántropo en el grupo.

 

Un grupo de inferis apareció de a-saber-donde y Lisa partió junto con Mei a lomos del hipogrifo de la Weasley, y Hades ahora proponía partir hacia el templo del que había hablado el guerrero uzza. Así que todos caminaron con el Ragnarok.

 

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Llevaban horas caminando y aquello parecía hacer mella en el grupo. Un patronus había llegado, el de Lisa, para avisarles de algún peligro. Estaban llegando al templo, sin duda, y la presencia de algunos inferis volvían a protagonizar el momento. Hades comentó que se quedaría en la retaguardia mientras ellos se iban adelantando para seguir la dirección que había marcado el patronus de la Weasley pero la Gaunt se giró hacia su hermano y sacudió la cabeza.

 

— ¿Estás de broma? No pienso seguir con los demás y dejarte atrás.