Libro de la Fortaleza (#4)

[Arya Macnair]

—Arya Macnair

 

Y ese fue el fin de su presentación. Sonrió a Elvis pues su voz dio comienzo cuando la de él cesó y lo vio desaparecer, volteó buscándolo pero no lo encontró. Pensaba que en otra ocasión le hubiera gustado comentar lo orgullosa que se sentía por ser Sanadora y aportar a la comunidad, lo agradecida que estaba por formar parte del pequeño y selecto grupo de educadores de Hogwarts como profesora de Magia Avanzada al igual que Kassandra pero calló; no eran las circunstancias, y desde hacía un tiempo prefería que supieran poco de ella.

 

Comenzaba a desconfiar de la situación y fijó la vista rápidamente en Zack, —¿De qué se trata todo ésto?— preguntó con educación, no quería la respuesta sobre el significado de la vida, sino el por qué estaban todos aislados en la cima de una montaña y posiblemente rodeados de algún peligro hasta el momento desconocido. Sabía que ante cualquier situación tenía a dos grandes personas de respaldo y no dudaría ni un instante en saltar delante de lo que fuera por ellas, ¿pero podía confiar en las restantes?; no conocía a Liam pero si a Jessie.

 

Se acercó a Weasley con sigilo tras obtener la respuesta deseada y tomó su mano sin llamar la atención de los presentes. Posiblemente la cogió por sorpresa así que cuando pudo verle la cara le sonrió en un claro intento de decir "Estoy contigo" al igual que lo podría haber hecho con Athena pero la relación entre ambas era abismal, Arya tenía un gran vacío en su corazón que dudaba poder llenar algún día, a menos que la rubia le abrazase y le dijese que todo estaría bien, ¡Ni siquiera conocía a su nieta!.

 

Borró todo pensamiento perturbador de su mente intentando enfocarse en la clase y el libro que llevaba en el morral se volvió increíblemente pesado al ser nombrado. La fuerza que contenía en su interior, la magia que le sería transmitida en aquella clase, esperaba poder poner todo en práctica ante aquel par de ojos crítico y superar las expectativas, por algo había decidido regresar a los estudios y ampliar sus conocimientos, ojalá y su hija algún día hiciera lo mismo.

[Liam Black]

«¿Acaso nos van a enfrentar?»

 

Liam no tendría problema en derribar algunas cabezas, pero tampoco parecía estar del todo de acuerdo. Sus demás compañeros parecían ser personas tranquilas, no le habían molestado en lo absoluto en el trayecto de las tres primeras pruebas, ni tampoco él a ellos. No quería tener problemas de más con gente que no conocía y que podía llegar a ser mucho más razonable de lo que aparentaba. Pero si de eso dependían los profesores, iba a respaldarse en el único rostro conocido: Jessie.

 

—Me llamo Liam Hawthorne —comentó, y cuando se dio cuenta que su tono de voz había salido débil, enseguida lo incrementó—. Soy jefempleado del Magic Mall —había naturalizado tanto la opción de quedar como jefe, que lo estaba asumiendo más de lo que debería.

 

Caminó hasta quedar junto a Jessie e intercambió miradas con ella antes de asentir y volver a fijarse en los profesores del frente, quienes continuaron con la explicación que poco dejaba al entendimiento. Como siempre, todo era un misterio, todo era cuestión de "ver cómo seguía el desarrollo". Supuestamente acudían para aprender a manejar los poderes del libro y amuletos, no para demostrar cuánta capacidad de lógica sobre entendimiento de acertijos tenían. Desperdicio.

 

De todas formas, ya estaba acostumbrado a la forma de manejo de la Universidad y había podido experimentarla más internamente cuando desempeñó un trabajo de corto tiempo como profesor de Encantamientos en la misma, siendo él mismo quien se regía bajo las mismas normas que ahora criticaba en su pensamiento, pero jamás había estado del todo de acuerdo.

 

—Sólo te conozco a ti. No me falles —murmuró entre dientes.

[Jessie Black Lestrange]

Se puso de pie lentamente sin quitar ni un momento su vista de los profesores de aquella asignatura. Volteo a ver a sus compañeros de reojo, reconociendo solo a uno de ellos entre todos los que estaban acompañándola. A Liam se lo había cruzado una que otra vez en la fortaleza, sonrió de lado mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho aferrando el libro contra su cuerpo.

 

Escucho la presentación de Liam mientras intentaba no reírse, escucha que había flaqueado su voz un poco le daba cierto deje de ternura pero debía comportarse. Bajo la cabeza cerrando un poco los ojos cuando volvió a escuchar la voz de su compañero, ahora si, con el tono que ella conocía. Negando de forma casi imperceptible, rodó los ojos cuando noto que Liam se acercaba a ella.

 

Volteo a verla intercambiado una rápida mirada de entendimiento con el mortifago, asintió divertida mientras se aclaraba un poco la garganta sin que nadie se diera cuenta.

 

-Jessie Black Lestrange, inefable en el departamento de misterios- exclamo con voz seria y firme mientras se acercaba un poco más a su compañero mortifago sonriendo de lado - profesora de primeros auxilios y... creo que es todo.

 

Volteo a ver a Liam cuando este llamo su atención regalandole una mueca que claramente decía ¿en serio? ya deberías saber como soy mientras se encogía de hombros recargándose en el hombro de Liam mientras esperaba las siguientes indicaciones ya que Elvis se había marchado.

[Athena Rouvas]

«¿Allí? ¿Allí dónde?»

 

Miró hacia los costados en busca de algún rastro de Elvis, pero nada. Y, por lo visto, no era la única que había quedado confundida con la desaparición de profesor. Pero dado que Zack seguía allí, suponía que sería él quien indicara los siguientes pasos a seguir. Quizás Gryffindor solo se había adelantado al siguiente lugar que tendrían que visitar.

 

No estaba segura si solo lo estaba imaginando o no, pero parecía que sus compañeros se iban agrupando de a parejas. Alzó un ceja ante ello, a ella no le molestaba no hacer dúo con alguien más. Si llegaba a ver a alguien en aprietos, y su ayuda era necesaria la prestaría, aunque el sentimiento no fuera recíproco. Esa era su manera de ser. Pero dado que no había señales de que las cosas siguieran así, no le dio demasiada importancia.

 

Aquellas clases sobre el libro daban más la impresión de tener un toque de individualismo en el que cada uno descubriría y aprendería magia por sus propios métodos.

 

Apretó con más fuerza de la deseada los tirantes de la mochila en que aún estaba guardado su Libro, que curiosamente parecían reaccionar al estar los anillos cerca, solo que puestos en diferentes dedos de la mano de Rouvás.

 

—Vincularse con el libro... —Murmuró bastante bajo.

 

De pronto se sintió un poco avergonzada de no haber prestado la suficiente atención a las páginas del libro las veces que lo había leído antes de tomar aquella clase. Aunque muchas cosas eran bastante complicadas, y de seguro sola no lo hubiese conseguido, otras eran más accesibles y le habrían permitido comenzar un poco más empoderada con la magia.

 

Si lograba pasar esa clase, y tenía oportunidad de avanzar más se aseguraría de cometer el mismo error.

[Zack Ivashkov]

No se había tomado la molestia de responder a Jessie, quien había sido la única en dirigirse directamente a ambos profesores. Consideró que la respuesta a su primera interrogante ya estaba siendo respondida gracias a que él pidió que se presentaran, pues obviamente ahí se estaba dando el inicio al adiestramiento. Sin embargo, luego se sintió con el deseo de responder a su comentario para afirmar parte de lo que ella había dicho.

—Estás en lo cierto, Jessie. Éste libro busca, más que nada, sacar la fortaleza interna de cada uno y aplicarla a los diferentes retos impuestos por nosotros. Consideramos que de esa forma hacen uso correcto de los anillos y amuletos de éste y el anterior libro, pues no son complicados de manejar. Aun así, si tienen dudas pueden decirlas frente a la clase para aclarar la inquietud a todos — Eso debería bastar para que la chica notara que sí había prestado atención a sus palabras, pero no habían sido respondidas para dejarles el margen de presentación.

A medida que iban pronunciando su nombre el vampiro los asociaba con los departamentos en que decían estar involucrados. Seguramente todas se destacaban en sus labores tanto como Liam, quien ahora le servía de soporte a Jessie. Zack contempló el gesto de la bruja, y decidió barrer a ambos con la mirada evitando no mantenerla fija por mucho tiempo. En ese momento estaba en calidad de profesor, y aunque un sentimiento de celos demandara sentirse en su interior, se obligaba a reprimirlo desvaneciendo cualquier comentario que revoloteara en su garganta. Claramente no le gustaba ver al Hawthorne tan cerca de otra persona.

Las palabras de Elvis, notificando que estaba listo para el siguiente reto, sacaron al Ángel Caído de sus pensamientos obligándolo a centrarse nuevamente en el adiestramiento. Una vez lo vio materializarse al otro lado de la montaña, supo que debía explicar a todos en qué consistía la siguiente parte. Las comisuras de sus labios se curvaron formalizando el gesto en una ambigua y traviesa sonrisa.

—Asumo que todos trajeron su amuleto volador — dijo luego de que Arya preguntara de qué se trataba el nuevo obstáculo. Dada la inquietud en sus rostros, se vio obligado a aclarar —. El del libro del aprendiz, chicos. Pues ahora deberán utilizarlos para llegar a Elvis— desplazó la mirada a un costado, por el enorme vacío que separaba la montaña en la que ellos se encontraban, con la superficie rocosa que sostenía el peso del director de la universidad. —. Espero que no le teman a las alturas. Hay al menos unos…— se aproximó al borde tratando de precisar la altura —Vaya… Suerte con eso — tuvo que concluir su frase al notar que la distancia vertical era tan amplia que hasta la neblina obstaculizaba su visión hasta el suelo, desde ahí solo podía verse el Gryffindor al otro extremo.

—Si lo piensan mucho, no lo hacen. Y si no lo hacen no aprueban — Aseguró mientras se aseguraba de portar su amuleto volador en el cuello, un colgante con una pluma de plata con bordes dorados —Síganme — Al decir aquellas palabras, se lanzó al vacío dejando que su objeto mágico realizara todo el trabajo. En cuestión de segundos llegó hasta la posición de Elvis tras planear como un ave ligera. Esperaba que los pupilos no tuvieran problemas durante todo el encuentro, pero ahí se acentuaba el sentimiento. En caso de que fallaran tenían la muerte asegurada al chocar contra el suelo y quebrarse cada hueso de sus cuerpecitos luchadores. Más les valía concentrarse y hacerlo bien.

[Helene Eloise Bellerose]

El hecho de estar en la cima de la montaña causaba un cierto nerviosismo en la castaña. Sentía con suma claridad la fría brisa que rozaba su piel y despeinaba su cabello. Estaba segura que se encontraban alto, muy alto y eso en realidad no le preocupaba, pero le causaba escalofríos. La ausencia del Gryffindor causaba expectación en la castaña, que observaba la distancia que los separaba con cierto recelo. Todos se presentaron, hasta que finalmente tocó el turno de Arya. Kassandra observó a la pelirroja con cariño, notando que ésta se reservaba a la hora de presentarse. Soltando el nombre con sequedad, notó que estaba alerta y pensativa.

 

Cuando todas las presentaciones cesaron, Zack habló. La Weasley le escuchó con atención, tratando de grabarse sus palabras con precisión, suponiendo que contenían instrucciones. No se equivocaba. Ivashkov habló sobre el amuleto volador y Kassandra automáticamente se llevó una mano al pecho, preguntándose cual de los dos era aquel que mencionaba el maestro. Casi al mismo tiempo sintió una mano tomando la suya y dio un respingo pronunciado a causa del susto. Giró el rostro lo suficiente para detectar a la Macnair, y le dirigió una mirada aliviada, estrechando su mano en respuesta. Por alguna razón la presencia de la Demon Hunter no hacía más que infundirle seguridad y calma.

 

Terminando la explicación, el tutor emprendió el vuelo con gracia, posándose suavemente junto a Elvis, a lo lejos. No les habían dicho cómo funcionaba la magia del amuleto, Kassandra supuso que mucho tenía que ver el proyectarse en él, usándolo como simple herramienta y no como el origen del poder. Suspiró, observando a Arya con un deje minúsculo de inseguridad. No le hacía gracia ninguna el saltar al vacío confiando en que iba a poder volar por obra de magia.

 

—Supongo que no hay elección. —Observó al vacío que los separaba, aún estrechando la cálida mano de su amiga. —¿Lo intentamos a la vez? —Solicitó, soltando a Arya y observándola por última vez. Cerró sus ojos, tratando de proyectarse, a sabiendas de que solo necesitaba convencerse de que podía hacerlo. Sin muchas ceremonias, saltó.

Editado 16 de Abril del 2016 por Kassandra Weasley

[Arya Macnair]

De repente comenzó a hacer frío, todo a su alrededor se volvió ligeramente borroso incluso el rostro de Kassandra que era el más cercano a su ubicación. Los sonidos se tornaron lejanos, como si llevase un casco en la cabeza y su material amortiguase absolutamente todo lo que Zack decía. Nada parecía atraer su atención para que su alma regresase a su cuerpo y se conectara con su cerebro, nada excepto Athena, >Ella lo sabe pensó y un sudor frío le recorrió la espalda mientras todos los cacharros dentro de su morral tintineaban deseosos por salir a flote, la más mínima mención del libro lo volvía un ser viviente y egocéntrico. Oía su respiración aun estando lejos, >Ella sabe que les temo pensó sintiendo ahora su frente perlada en sudor.

 

Un jalón la devolvió en si y la voz de Weasley le aturdió de golpe. Arya cerró los ojos y sacudió la cabeza enfocándose en lo que debía hacer, llevó los pies al borde del risco y observó lo que momentos atrás el profesor Ivashkov había visto, la nada misma pues las nubes eran extremadamente densas para finalizar la caída en pendiente. Sonrió a su compañera y le soltó la mano para revolver el interior del bolso y dar con el pequeño amuleto que parecía transmitir un calor agradable y una sensación de seguridad a su poseedora, más bien sabor a libertad.

 

—Solo dame un segundo

 

Notó la inseguridad en lo que duró aquel segundo mientras se colocaba el colgante y sentía como el borde de aquellas alas de plata le hacía cosquillas en el pecho bajo la blusa, —Tranquila, ésta será la única vez que te suelte la mano— le prometió, no solo por la clase y la prueba suicida que harían, sino como compañera y como amiga por el resto de los días consiguientes hasta que los Dioses decidieran llevársela para que fuese condenada por todos sus pecados terrenales.

 

—Yo jamás abandono a nadie— Susurró volteando a ver a Athena por última vez.

 

Luego de ésto rozó sus dedos y ambas se lanzaron al vacío con una única cosa en mente, el sitio seguro y plano con ciertas irregularidades donde Elvis y Zack se encontraban, de pensar en otra cosa acabarían molidas. La neblina no la dejaba ver más allá de su nariz y cuando abrió los ojos éstos lloraban a causa de las ráfagas de viento que la envolvían, trató de buscar a Kassandra aun sabiendo que iba en picada hacia su final, "Si lo piensan mucho" había dicho su profesor pero ella ni siquiera lo dudó.

 

"Si lo piensan mucho, no lo hacen" eso era, estaba mal enfocando sus ideas, juraba que Weasley era una muchacha fuerte y podría cuidarse sola, caso contrario jamás se lo perdonaría. Así fue como lentamente esa misma ráfaga de viento que la mantenía flotando le ayudó a planear mientras ella abría los brazos cual ardilla voladora y sentía la fuerza contraria que la correa del morral ejercía en su torso y parte de su cuello hasta que por fin pudo divisar la planicie donde se le esperaba.

 

Se mantuvo por unos segundos planeando en círculos cerrados hasta volverlos más y más abiertos acercándose de ese modo a ambos hombres a la espera de sus alumnos. Cuando se sintió segura y solamente fue capaz de ver la coronilla de ambos, ¿Elvis se estaba quedando calvo?, sonrió disminuyendo la distancia y enderezando su cuerpo para caer con gracilidad sobre una rodilla hincada con todo el cabello revuelto y las mejillas enrojecidas por el gélido flujo de aire.

 

—¿Kass?— Llamó volteando alarmada, su madre le preocupaba más pero tenía el orgullo de acero.

[Helene Eloise Bellerose]

Saltó y no sintió nada más que el helado golpe de aire que no sostenía su humanidad por ningún motivo. Sabía que se estrellaría, aún cuando estaba intentando con toda su alma no pensar en lo que le esperaba allí abajo, probablemente una superficie rocosa igual o peor a la que se suponía, tenía que dirigirse.

 

Era la primera vez que se enfrentaba al vacío sin ningún soporte. Nada, nada se comparaba a la sensación de libertad que le producía volar, pero todas sus experiencias previas habían incluido el peso reconfortante de una escoba en sus manos, o el manubrio de su motocicleta voladora. El hipogrifo había sido un juego de niños en comparación.

 

Kassandra luchaba en su interior por no gritar, ni soltar un chillido agudo de auxilio. Tenía que ser fuerte, había experimentado más de una situación escabrosa en su vida. Sin embargo y quizás por el miedo, esta precisamente le infundía de una renovada ansiedad. Cerró los ojos con más fuerza, sintiendo que estaba adquiriendo velocidad. Tenía que forzar a su mente a creer y confiar lo más pronto posible.

 

Luego de lo que parecieron horas, sintió que su caída reducía velocidad, de manera tenue primero y luego de una forma más pronunciada. Se obligó a abrir los ojos, enfrentándose así a la realidad. Parecía que finalmente tenía el control de la situación. Extremadamente llena de júbilo, ignoró el frío que le invadía por el golpe de aire y trató de enfocarse mejor en su destino. Había caído mucho, tanto que apenas estaba a una centena de metros sobre el suelo. "Mejor tarde que nunca" pensó mientras se impulsaba con la ligereza de una pluma hacia arriba, retomando altura y dirigiéndose hacia la superficie rocosa donde aguardaban los tutores y con suerte, la Macnair.

 

Aterrizar supuso un desafío. Tuvo que hacer los cálculos precisos para evitar estamparse contra las rocas de una manera violenta y poco glamourosa. Estableciendo su ritmo a un nivel mejor controlado, descendió con calma a pocos metros de los magos, tambaleando un poco hasta que sus pies se depositaron con suavidad sobre el suelo. Llena de júbilo por su logro, y sintiéndose aliviada al comprobar que Arya había llegado con éxito, se dirigió directamente hacia ella con una sonrisa radiante.

 

—Para una primera vez no lo hice tan mal. —Comentó con una alegría casi infantil. Estaba infundada de una renovada seguridad que permanecería o no dependiendo del calibre del próximo desafío.

Editado 16 de Abril del 2016 por Kassandra Weasley

[Adam Lockhart]

Cuando llegue al lago, todo estaba muy tranquilo y el hipogrifo que me había traído se devolvió a su hogar, el anillo que había estado haciendo destellos se quedo tranquilo, a parecer ya estaba comenzando a usar de esa magia que los guerreros nos había querido compartido con la comunidad mágica, me quede observado cómo se perdía de nuevo entre los copas de los arboles más altos, espero que le vaya bien y no le haya hecho ningún tipo de daño.

 

Cuando mire al lago note que había una especie nave acuática, así que corrí hacia ellas pero cuando llegue entendí que los responsable de la clase no quiere que lleguemos todos, ya que no la había colocado fácil, revise cada una de las embarcaciones todas y cada uno estaban encadenadas, probé varios hechizos en ellas y ninguno funciono, a parecer no había forma de avanzar las pruebas si no son con poderes Uzza.

 

así que tenía que colocar a pasar paginas de libro a ver si encontraba algún hechizo que pueda usar pero no había nada, mientras un zumbido no me dejaba concentrarme en la lectura, cada vez se hacia más agudo esta ver otro de los amuletos comenzó a reaccionar pero al contrario del otro este comenzó fue a vibrar, estaba seguro que esa seria la siguiente clave para poder, avanzar, tome el anillo lo apreté fuerte, así puede aclarar mi mente me indico el camino hacia una pequeña caja , que está en la cima de un árbol, hice unos leves saltos ya al tercer intento el poder del collar con la pequeña pluma hizo que levitara un poco más alto , así poder alcanzarla, cuando ya la tuve en mi poder pude abrirla ahí se encontraba lo que buscaba una de la llave de los botes que una vez que lo libere comenzó a moverse hacia el otro extremo del lago, lo había de forma aparentemente normal pero a llevar cuando fue la nueva sorpresa que me lleve que estaba de nuevo en el bosque, algo seguro estaba haciendo mal.

[Jessie Black Lestrange]

La respuesta dada por Zack no la sorprendió mucho, por el contrario, ya se la esperaba pero el ver como la fulminaba con la mirada fue algo que la desconcertó un poco. Entrecerró los ojos tratando de averiguar que era lo que pasaba, pero no le encontraba ni pies ni cabeza, porque hasta donde ella sabía, el mortifago era un casanova empedernido a menos que...

 

-Esto es ridiculo- murmuro casi de forma imperceptible mientras en su cabeza se formaba la loca idea de que sus dos compañeros se... gustaban.

 

Elvis la regreso a la realidad aunque no se separo de su compañero, utilizaría aquello como pretexto para molestar, aunque sea un poco, a su profesor, mientras reía para sus adentros. Esto debía de ser cosa de su loca imaginación, pero no le veía otra razón por la cual el ángel caído se hubiera molestado.

 

Arya había formulado una pregunta un tanto inquietante, aunque ella también quería saber que debían de hacer para la segunda parte de la clase, esperaba que al menos les dieran un margen para descansar pero al recordar la respuesta de Zack a su pregunta, sabría que eso no sería posible.

 

-Volar... a falta de hipogrifo, un amuleto ¡GENIAL!- terció Jessie mientras se acercaba a la orilla viendo que el suelo no estaba nada cerca.

 

Retrocedió un pasos aun con los ojos cerrados, tomo aíre un par de veces y luego comenzó a correr sin pensar en lo que hacía, solo sintiendo el aire a su alrededor. Varias veces había soñado con poder hacerlo, pero esto era totalmente distinto, pego sus manos a sus costados sin abrir los ojos, solo centrándose en el lugar donde los esperaba Elvis. Sentía el aire golpearle la cara, pero eso la relajaba, la hacía sentir más ligera; sintió más que vio que iba en linea recta horizontal, rompiendo las corrientes de aire a su paso, torció un poco su cuerpo a la derecha sintiendo como daba un giro sobre si misma.

 

Se atrevió a abrir los ojos, sin miedo, solo dejándose llevar por lo que sentía, era como nada aunque más sencillo; daba vueltas en círculos completos haciendo graciosos espirales. Una amplia sonrisa se dibujo en su rostro al sentirse libre por primera vez en mucho tiempo, comenzaba a disfrutar la clase.

 

-Ya le comienzo a tomar sentido a esta loca clase- suspiro Jessie enfocando su vista en Zack, el cual estaba cada vez más cerca de Elvis, cambió su rumbo con un ligero movimiento de sus hombros para enfilarse detrás de Zack, al cual vio posarse de forma delicada a una distancia considerable del otro profesor -seguro puedo hacerlo.

 

Aminoro un poco la velocidad que llevaba y centrándose en lo que quería hacer con su cuerpo dejo que este flotara hasta tocar el suelo con un ligero golpe, cual otro paso más que hubiera dado. Se encogió de hombros divertida, volteo a ver a sus compañeros y profesores mientras esperaba la siguiente consigna.