Castillo Karlštejn (MM: 108937)

[Reviguelle Fiorentini S.]

Me quede un buen rato admirando la panorama exterior desde la ventana, esperando a que Ariel llegara en cualquier momento y también para no involucrarme del todo en el drama que podría avecinarse a mis espaldas, quizás con la llegada de mi hijo todos olvidaran las circunstancias dramosas de esta tarde.

 

Llevaba la vista al reloj muchas veces pensando que quizás las instrucciones para llegar al castillo fueron mal escritas por mí aunque no lo creía, confiaba en mi seriedad momentánea para esas situaciones. De pronto vi como una figura aparecía a las afueras del castillo lo cual hizo que saltara de la sorpresa y me dirigiera rápido hacia la entrada principal. Al verlo dirigirse hacia mí, me invadió la nostalgia, aquel pelo castaño y ojos marrones me llevaban de vuelta a una vida pasada que en realidad era muy cercana en años.

 

-Pero mira que grande y guapo te has puesto!-le dije emocionada a Ariel- Venga dale un abrazo a esta anciana!- extendí mis brazos para tomarlo mostrarle mi felicidad y afecto pero sin lastimarlo en el proceso. Me lo quede mirando un rato sin decir nada, solo contemplándolo después de tiempo. – Creo que tenemos mucho que contarnos, ven pasa al castillo, a que no adivinaras quienes viven aquí, estarán muy contentos cuando te vean, les hable mucho de ti- fui ingresándolo de a poco al interior- también cuéntame que tal tu viaje?-

 

@ArielRichiesXD

[Kutsy Stroud Lenteric]

Ser madre… Pensé quedadamente mientras continuaba vistiendo a Emma con un lindo vestido color lavanda, la cual sonreía y trataba de llamar la atención de su padre. El cual desde la partida de Andrómeda, no había perdido oportunidad de vigilar constantemente la entrada al castillo, infructuosamente le había hecho ver que si ella estuviera mal ya lo habríamos sabido. Así que al final de unos días deje que él superara a su tiempo el que una de sus princesas ya tuviera un príncipe a su lado.

 

No es que mi preocupación disminuyera, en lo absoluto, sin embargo había estado en una situación parecida a la de ella cuando me enamoré de aquel demonio que deambulaba cual león enjaulado, en la habitación, negué con una media sonrisa y besé la frente de mi pequeña hija para colocarla sobre el piso y continuar con la indumentaria de Dalí, la cual realmente resultaba ser la más pequeña de las herederas de nuestra familia.

 

Tras un par de horas más bajamos a la sala, a sabiendas de que la llegada de los muchachos estaría próxima; después de todo éramos magos y recursos no nos hacían falta. Sí, Ethan tendría sin duda alguna del paradero de nuestra hija pero como todo buen padre, aunque no quisiera aceptarlo, le otorgó el espació necesario a los jóvenes enamorados que me hacían recordar sin duda mis andazas junto a su padre.

 

Ahí estaba mi hermana la cual lucía un tanto distraída que cuando estaba por acercarme a su lado con Emma tomada de mi mano salió en dirección a la entrada principal. Así que me concentré en la llegada de Andromeda y Edwar, el hijo de Bel, una mujer a la que guardaba un gran cariño, hacían su aparición dejando a más de uno con un semblante de sorpresa, felicidad, interrogación y porque no quizá ¿asesinato? Estuve a punto de reír al ver la expresión en el rostro de Ethan mas sencillamente bese su mejilla derecha y caminé hasta estrechar a mi hija, a la cual extrañaba –luces radiante, me alegra tu regreso mi nena hermosa –le decía acomodando su cabello delicadamente.

 

De igual forma salude a Edward –bienvenido sean a casa –les decía al momento que Emma jalaba de mi vestido azul y me pedía que la cargará –¿tu también quieres saludar a tu hermana? –La pequeña asintió y le sonrió a la nueva pareja justo en el instante que Reville traía consigo un nuevo miembro, sólo fue suficiente ver la expresión en su mirada para saber que se trataba de mi sobrino –es maravilloso tenerte aquí sobrino, tu madre no ha dejado de hablar de ti.

Editado 28 de Noviembre del 2016 por Kutsy Stroud Lenteric

[Syrius McGonagall]

La primera en acercarse a ellos para saludar fue Reviguelle, Edward la conocía muy bien pues fue su compañera en la locura de clase que Magia Avanzada. Por eso una autentica sonrisa se dibujó en su rostro cuando le devolvió el saludo, no tuvo tiempo de cruzar ninguna palabra con ella ya que salió rápidamente del castillo cerrando la puerta detrás de sí.

 

-Es un placer estar en su casa, señores Lenteric – contestó educadamente el ojiazul y con una sonrisa veraz en el rostro después que la madre de su novia, Kutsy se acercaba para saludarlo. Realmente estaba contento por volver de China, los Lenteric eran su nueva familia y quería conocerlos y estaba seguro de que su novia lo ayudaría en aquel proceso.

 

De igual manera no sabían cómo podrían reaccionar todos cuando se enterarán de la relación que había entre ellos. Solo esperaba que fuera de una manera positiva y tranquila no quería empezar con el pie izquierdo en aquel castillo. Pero no podrían tardar mucho en decirlo, se giró miró a su novia levantar en sus brazos a su pequeña hermana y por un momento todas esas tribulaciones se esfumaron de su cabeza.

 

-Andrómeda eligió un regalo muy especial para su hermana – les contó con una risa a la familia.

[Andromedario]

El silencio de su padre y su mirada asesina era suficiente para saber que estaba molesto. Sabía que había cometido un pequeño errorcito, y en el fondo sentía un poco de culpa. Sin embargo , dejó de lado su expresión de temor para sonreír ampliamente, mostrando la felicidad que aquel viaje había causado en ella.

 

Su madre se acercó a saludar y no pudo sino recibirla con un gran abrazo y una sonrisa reluciente como siempre. Al separarse tomó con cuidado las manos de su madre y le sonrió aún más al saber que se notaba la paz y tranquilidad en su corazón.

 

—Gracias mamá. Ha sido un viaje sensacional. Jamás creí que podría aprender tanto y volvería tan llena de vida. — comentó con sinceridad a la vez que se soltaba y acariciaba con cuidado a la pequeña Dalí. No podía creer que su familia se agrandara más con el paso del tiempo, y al sentirse la mayor de las tres niñas de sus padres, sentía una gran responsabilidad y deseo de protegerlas aunque tuviese que dar la vida por ello.

 

La pequeña Emma se acercó hacia sus piernas y tiró un poco del vestido que llevaba puesto aquel día. Se arrodilló al instante para quedar a la altura de la pequeña y la abrazó con fuerza a la vez que depositaba un montón de besos ruidosos en su rostro sonrojado. Edward le recordó aquel pequeño regalo que había comprado y Andrómeda asintió mientras hurgaba en los bolsillos del abrigo que llevaba hasta que localizó finalmente un pequeño sobrecito.

 

—No será el mejor y más costoso regalo que tengas. — le dijo sabiendo que sólo entendería parte de sus palabras. Sin embargo aquel momento era especial para ella. —Pero es algo que nos unirá para siempre, no importa qué. — sacó con cuidado dos collares del paquete, ambos eran muy parecidos ya resultaban ser dos mitades de una sola cosa.

 

Si ambos collares se juntaban, formaban la totalidad de una flor de cerezo, la cual se encontraba dentro de una pequeña roca de cristal. La joven colocó el collar primero a la pequeña y luego a ella misma. Luego de un abrazo aplastante, la pequeña rubia de ojos azules se dirigió hacia su padre con algo de torpeza propia de la edad, mientras que Andrómeda volvía a ponerse en pie mientras miraba a su alrededor.

 

En eso su madre anunció la llegada de un primo. ¿Un primo? Andrómeda no recordaba que Reviguelle tuviera un hijo, y sin embargo allí estaba. Tomando con cuidado la mano de Edward, lo miró confundida mientras saludaba a todos con naturalidad. <<¿Un primo?>>

[Mentita]

Candela Triviani

Servicios Administrativos del Wizengamot

Empleada

 

— Mucho verde... mucha vegetación...

 

Candela iba quejándose mientras seguía por el camino que debía recorrer para llegar a su próximo destino. Las indicaciones las había recibido de un allegado, pueblerino, que parecía conocer mucho a la familia; sin embargo, no recibió mas que insultos y amenazas por parte de la bruja. ¿Esperaba que se caminara todo? Sí, había sido la respuesta de su guía.

 

Después de muchos metros de caminata y cansarse de ver árboles, árboles y más árboles, por fin llegó al castillo de los Lenteric. Curioso apellido el suyo, la Triviani se jactaba de conocer la historia de todas las familias y justo de esa se había saltado la información, así que estaba a la deriva de la ignorancia. ¿Quiénes eran? ¿De dónde venían? ¿Qué miembros la conformaban?

 

Al cabo de quince minutos se plantó frente a las verjas de la entrada y, luego de caminar otros diez minutos tratando de ubicar la puerta, sacó un memo de su bolso.

 

 

 

http://i.imgur.com/T7XD75E.png

 

Candela repitió la hazaña anterior y lo deslizó por debajo de la puerta, de modo que los habitantes del castillo se enterarían de la misiva. Y, dedicándole una mirada llena de odio a la puerta por haberla hecho caminar demasiado, desapareció.

 

 

 

[Reviguelle Fiorentini S.]

Me emocionaba de sobremanera el hecho de tener a Ariel aqui conmigo y queria que todos los miembros de la familia lo conocieran, por supuesto que con Kutsy ya lo habia platicado y tambien con Ethan y creo que era hora de que los demas tambien lo supieran. Volvi mi vista hacia el para hacerlo sentir mas que bienvenido- Ella es Kutsy, es hermana mia, osea tu tía! y por alli estan tus primos!- estaba segura de que a Andro le encataria conocer a Ariel.

 

-Ya muchachos dejen esas caras largas- lo decia mas por Ethan- quiero presentarles al nuevo miembro de la familia, mi hijo y orgullo Ariel!- Hice un ademan de manos exagerado para presentarlo y por supuesto mi voz sono mas que sonora avisando a cada habitante del castillo.- Hace mucho tiempo que no nos vemos y el acaba de llegar de un largo viaje- ahora me dirigí a él- Ariel, el es tu tio Ethan, ignora que ahora tiene una cara de querer matar a alguien, es un buen hombre, ella es Andromeda, tu prima y estoy mas que segura que se llevaran muy bien- les sonrei- y el muchacho junto a Andro es Edward, el es....pues no quiero meter la pata asegurando que es el- por supuesto que sabia que él y Andro salian pero no lo queria decir en voz alta.

 

Ariel debia sentirse cansado asi que luego de las presentaciones continue- dejame llevarte a la habitación que preparé para ti luego bajaremos a cenar y podremos hablar de lo que hicimos todo este tiempo- no me queria perder detalles de su vida aunque tampoco queria meterme en ella, despues de todo Ariel era un chico ya independiente y audaz y eso era lo que mas me reconfortaba.

 

@@ArielRichiesXD @ @@Ethan Lenteric @@Syrius McGonagall @@Kutsy Stroud Lenteric

Editado 15 de Diciembre del 2016 por Reviguelle Fiorentini S.

[Darian Mcnair]

Hacia tiempo que no venia a mi propio castillo, dados los últimos sucesos había decidido irme a mi cabaña en el bosque, si bien no era muy lejos y estaba dentro del recinto Lenteric, no quería estar en compañía de nadie, solamente estar solo y respirar el aire fresco. Me había pedido unas mini vacaciones en el ministerio así que podía relajarme y concentrarme en mi mismo, cosa que me ayudo mucho a equilibrar las energías y lograr serenar la tormenta que tenia en mi mente. Largos paseos por los bosques del castillo me hizo descubrir que teníamos muchos lugares hermosos que podíamos aprovechar con la familia para pasar el tiempo o simplemente pasear. Asi era como el caso de un pequeño lago que se había formado entre un claro muy profundo del dicho bosque, llegue a el de casualidad quede maravillado, el agua era clara y pura casi daban ganas de beberla o bañarse, era sorprenderte y raro a la vez, no recordaba que hubiera un lago cerca del castillo, pero eso era lo sorprendente de la naturaleza, se mostraba de distintas maneras.

 

 

Una vez que estuve listo, salí de la cabaña y me encamine hacia la entrada principal del castillo, si bien podía aparecerme dentro de el, ya me había acostumbrado a caminar así que subí la explanada con gusto y observando el trabajo de nuestros laboriosos elfos que mantenían el césped corto y los arbustos prolijos. Al entrar por la puerta me encontré con mi elfo Krauser que estaba esperando mi llegada.

 

- Hola Krauser, como estas?, he vuelto. Si algún miembro de la familia pregunta por mi, diles que me pueden encontrar en la torre sur como siempre - salude y le comente al elfo - Muy bien señor! si señor Krauser informara si algún miembro de la familia así lo desea -

 

 

El elfo me responde y desaparece para ir a hacer algo, sigo caminando y luego de pasar por los enormes pasillos del castillo logro por fin llegar a la entrada de la torre sur y al subir por las escaleras pronto me encuentro en mi habitación y rápidamente me recuesto sobre la cama. Era bueno estar en casa otra vez..

[Reviguelle Fiorentini S.]

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El invierno calaba cada rincón del Castillo Karlstejn, el cual se defendía con sus múltiples chimeneas luminosas de fuego abrazador. Pero ninguna brillaba con tanto esplendor como el del comedor, donde la magia había hecho lo suyo para que el recinto emita las más bellas artes visuales conocidas para celebrar la navidad.

 

Había guirnaldas y cintas por todo el techo de colores blancos y plateados que le daban aún más luminosidad al lugar, la chimenea principal sostenía múltiples calcetines blanquecinos, cada uno para un miembro de la familia con sus respectivos nombres bordados en hilos plateados. A lo largo de toda la habitación, hasta la sala de estar continua se observaban pequeñas esferas flotantes cuyo interior guardaban copos de nieve de tamaños amplificados para observar más de cerca sus hermosas formas.

 

El árbol de pino de más de dos metros yacía todo imponente entre ambas habitaciones resaltando sus adornos plateados y cintas brillantes. La mesa de comedor estaba lista para recibir a los comensales, la vajilla acomodada de manera elegante, candelabros de plata en el centro y lo más sobresaliente el banquete que se extendía a lo largo, consistiendo de sabrosas variedades de carnes, aderezos como patatas, ensaladas y salsas, deliciosos postres dulces yy bebidas, todo cocinado al gusto de cada persona.

 

Me quede observando una vez más el lugar para que no se me fuera ningún detalle, mientras cada miembro de la familia se aproximaba con sus mejores galas para conmemorar aquella fecha tan especial de amor y unión. –Bienvenidos sean a la navidad en el castillo Karlstejn!- dije emocionada recibiendo a todos. El banquete ya nos esperaba así que sin más preámbulos tomamos asiento para empezar con la fiesta.

[Syrius McGonagall]

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Era la primera navidad de Edward sin su familia y tan lejos de casa por lo que había un dejo de melancolía y tristeza en él aquella noche, pero por otra parte sería la primera que compartiría con Andrómeda y su familia y eso le provocaba una felicidad y expectativa enorme suficientes para mantener aquellos sentimientos no tan felices a raya.

 

El mago se encontraba concentrado en tratar de anudarse bien la corbata para acompañar el elegante traje oscuro que eligió para aquella noche de víspera de Navidad. Sabía que la familia de su novia había trabajado arduo y duro para dar un magnifica cena de Nochebuena y el pelinegro no podía aguardar más para ver como lucía el comedor.

 

La imagen de su rostro que le devolvía el espejo del armario era de esfuerzo y un poco de hastío, nunca por más que se hubiera vestido así en muchas ocasiones lograba quedarle en claro como terminar de ponerse la corbata. Andrómeda se encontraba en el baño privado que tenían en su habitación, aprontándose también para la cena. De vez en cuando sentía el sonido de la canilla y de los pasos de la bruja del otro lado de la puerta.

 

-Al fin – susurró aliviado al ver como el nudo lucía como se suponía que debía de serlo. Suspirando cerró con cuidado la puerta del armario y se sentó a los pies de la cama esperando que Andrómeda estuviera lista. Unos minutos después el sonido de la puerta del baño abriéndose le hizo levantar la cabeza y toparse con la bellísima imagen de ella.

 

Con una sonrisa en el rostro que solo ella le provocaba caminó en su dirección y tomó las manos de la bruja – Estas preciosa cariño – la piropeó, pues así era y jamás se cansaba de decirlo. Dándole un corto beso en los labios a la castaña se separó un poco lo suficiente para decirle que debían bajar pues la cena ya estaba lista.

Editado 26 de Diciembre del 2016 por Syrius McGonagall

[Andromedario]

http://i.imgur.com/UjoGd65.png

 

 

Engalanarse para las fiestas era de las actividades más difíciles para la joven. <<Creo que prefiero mil veces tener mil encuentros de duelo o con mortífagos antes que esto.>> pensaba para sus adentros refunfuñando mientras intentaba cerrarse debidamente los tacos.

 

A pesar que el exterior lucía extremadamente blanco y friolento, en los pasillos y habitaciones del castillo Lenteric todo se caracterizaba por ser cálido y acogedor. Incluso solía andar descalza por los diferentes pasadizos de la construcción; lo que le llevaba a pensar que aquel lugar tenía vida propia, y el día en que muriera seguramente todo se volvería helado.

 

Se miró sin ánimos hacia el espejo. No se veía mal, lo reconocía; sin embargo en su interior se notaba que no estaba bien. Los últimos meses pasaron de ser perfectos a catastróficos en cuanto a sus emociones. Pensó que podría reponerse de inmediato, pero ante la desaparición de dos personas de su círculo cercano y la actual lejanía de su padre provocaban que se sintiera perdida en medio de un mundo demasiado grande.

 

Alisó su vestido, el cual era suelto y largo hasta sus rodillas. Respiró hondo y abrió la puerta del baño con cuidado, y se encontró con la imagen de Edward. Estaba en un traje que no dejaba espacio a la imaginación, mientras que su postura y todo él gritaba sexi. No pudo evitar soltar una risa a la vez que se mordía el labio cuando su novio se acercó a ella.

 

—Vos tampoco lucís tan mal. — le devolvió el cumplido al tiempo que enroscaba sus brazos alrededor de su nuca. Se puso en puntitas de pie para besar lentamente sus labios, y luego de unos segundos saltó veloz para enroscar sus piernas alrededor de la cintura del mago. Sonriendo con picardía, dejó una pequeña mordida en su cuello.

 

—Tengo muchas ganas de darte tu regalo de navidad. Lástima que quieras esperar para mantener la tradición — comentó divertida mientras acariciaba el rostro de Edward. Sabiendo que los minutos corrían y que seguramente se estarían preguntando donde estaban, se deslizo hacia el suelo y tomó la mano de su novio para encaminarse por los largos pasillos del castillo hacia la sala donde se celebraría la cena. —Vamos, Revi debe estar impaciente. Hace un gran trabajo con la decoración siempre, seguro debe estar todo hermoso.

 

 

@@Syrius McGonagall