Jump to content

• Moody • (MM B: 109061)


Ellie Moody
 Compartir

Publicaciones recomendadas

-Descuida, esto no es Winterfall. Esto... simplemente, olvida todo eso. Habrán otras oportunidades no lo dudes, pero además... no se trata de valor. Estamos aquí y eso es lo importante porque tenemos manos y piernas para protegernos.

 

Un alivio profundo invade su cuerpo mientras la figura se acerca. Por un instante, su orgullo herido se retrae ante la idea de haber sido escuchada, debido a la proximidad, a pesar de utilizar el amuleto de salvaguarda contra oídos indiscretos pero finalmente su cuerpo y mente se relajan ¿Qué puede importar, después de todo? Ella está allí, está bien. Habrán otras oportunidades de lucir distante y desapegada.

 

-Tomoe me informó que se fue sin decir nada -replica Catherine con el ceño fruncido, contestando su pregunta mientras bebe el té de naranja de una taza fina y pequeña, de las que a Freya le gusta utilizar para que no terminen pudriéndose en alguna caja-. No puedo evitar tener mis sospechas. Vino a buscarme para citarme pero el idi*** de Tomoe no la oyó -explicó contrariada-. Luego, cuando le pidió identificarse y decir el motivo de su visita, que ya lo había hecho, ella simplemente se retiró.

 

Había tenido que revisar las memorias de Tomoe en el pensadero para obtener la información que ahora comparte con Madeleine. De hecho, era la sensación de que había algo más en todo el asunto, que se le escapa, lo que la incomoda. Richard mientras tanto habla por primera vez, saludando a Madeleine con una noticia que ni siquiera se había molestado en dar a la propia Catherine.

 

-Entraron a la sala de elaboración de pociones y se llevaron varios cajones.

 

Catherine se queda lívida de repente. Era allí donde ella había estado investigando a la llamada "poción de resurrección" que tanta intriga le había causado al llegar a Ottery. Si los mortífagos ahora sabían eso, no quería pensar en las cosas horribles que podrían producir. Mira a Madeleine, sin poder evitar que sus ojos dejaran traslucir su desolación repentina. Ella, hasta ese momento, sólo se había encargado de limpiar los destrozos y de devolver las cosas a su sitio. No había revisado si faltaba algo allí, especialmente porque había creído que simplemente lo habían tirado todo, como siempre.

 

Sin siquiera pensar mucho en ello, se incorpora lentamente.

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

http://i.imgur.com/Ps9pcWH.jpg

La última vez que había visitado la residencia Moody no había sido recibida de la mejor forma, aquella muralla que le separaba del castillo no solo representaba un obstáculo sino más bien parecía simbolizar una clara barrera que impedía todo contacto con la familia. Los elfos ni tampoco ningún guardián le habían concedido el acceso, ni siquiera sabía si es que la aludida se había enterado de su visita, y aunque a la Black le gustaría poder simplemente obviar aquel asunto sabía que no podía hacerlo.

 

Se plantó una vez más ante aquellas silenciosas murallas y golpeó con fuerza en el pesado portón que custodiaba los terrenos de la propiedad, el clima al menos era mejor que la última vez siendo que una débil resolana asomaba por entre las nubes. La brisa era suave pero bastaba para agitar los bordes de su túnica azul, y mecía también con delicadeza los mechones de su cabello que se negaban a permanecer tras los oídos. Tras realizar su llamado retrocedió un par de pasos de tal forma que pudiera tener visibilidad hacia la parte superior de aquella muralla, esta vez no pensaba marcharse sin una respuesta.

 

- Aunque tenga que tirarles la puerta abajo… - pensó la Triviani.

 

@

Editado por Alyssa Black Triviani

uGSfO2w.gif

FufSH3S.png

bfqucW5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

A ella, que no es una bebedora con práctica, el alcohol le golpea rápida e inesperadamente. Si había comprado esa botella fue sólo porque eso se supone que hace la gente cuando está triste o enojada y no quiere desahogarse con nadie. Pronto no sólo se encuentra balanceándose ligeramente sobre la barra, aferrándose a los bordes para irse de boca, sino que también habla pausadamente para asegurarse de pronunciar correctamente cada palabra.

 

—Sí —asiente Madeleine, con los ojos cerrados. Cuando toma un sorbo más, su rostro se distorsiona momentáneamente en una mueca ante el gusto del fuego—. Yo... yo me voy a asegurar de ello. Mañana en la mañana vamos a reforzar las defensas —le dice, al abrir los ojos. Torpemente y con riesgo de caerse en cualquier momento, se acomoda hasta estar sentada de frente a Catherine y Richard, quiénes se le antojan un poco más pequeño desde esa perspectiva—. Y no sé, quizás alguien debería ir al Ministerio a exigir los hechizos anti-aparición —espeta con la mirada fija en su tío, quien generalmente se encarga de esos trámites, aunque su voz suavizada por el whisky hacen que la frase no tenga el efecto deseado.

 

Escucha atentamente lo que dice Catherine sobre la Inquisidora. Por supuesto, sólo por ostentar ese título a Madeleine de por sí no le da buena espina,

 

—Es decir, que la tipa se larga... ¿y al rato comienza el ataque? —se atreve a indagar, alzando las cejas— ¿No es una divertida y obviamente accidental coincidencia? —dice con fingidas carcajadas— ¡Maldita sea con esos Inquisidores! ¡Cada día me sorprenden más! —Y aún así, son intocables. ¿Por qué? Porque las propia cabezas del Ministerio tienen tatuada la Marca Tenebrosa, está segura. Unos Malfoy, por el amor al cielo... ella no es tan ingenua. El Ministerio está corrupto desde la cabeza, tanto que es un milagro que la Orden del Fénix pudiera mantener el control sobre el Cuartel de Aurores, asegurándose de ser los únicos que lo conformen.

 

Muy pronto, sin embargo, Richard corta bruscamente las risas amargas de Madeleine.

 

—¿Qué demonios...? —susurra, entrecerrando los ojos, esperando que aquella sea una mala broma. Pero el aspecto inmutable de Richard le hace ver que no es el caso— ¡¿Qué demonios le pasa a esa gente?! —exclama, como si exigiera de verdad saber la respuesta— ¡Son todos Malfoy, Black y, no sé, algún apellido tonto como Ivashkov! ¡Todos tienen malditos hogares lujosos basta decir basta, tienen los mejores empleos, tienen la bendición de los Ministros! ¡¿Y de verdad, además de destruir el maldito castillo, nos van a robar?! ¡Pues, malditos sean! —espeta, alzando el puño en dirección a la puerta de la torre, reconstruida recientemente— ¡Los maldigo a todos! ¡Desde su líderes hasta el aspirante más lerdo que han tenido jamás! Y no voy a maldecir a su querido Lord Voldemort porque deseo que no se retuerza de odio, sino de vergüenza por esa banda de "niños malos" que tiene por seguidores —suelta todo de sopetón. Todo lo que ha estado tratando de guardarse desde que un patronus llegó tarde a avisarle de lo sucedido. Y entonces, sintiéndose más ligera, se sirve otro trago de whisky.

 

Espera poder tener un poco de paz en lo que queda de la noche... pero no, no puede. En el repentino silencio, el golpe lejano llega a sus oídos. Una última visita antes de dormir. Y, seguramente, una amargura más. Sabe que no es la única que no está, precisamente, de humor.

 

—Vamos a acabar con ésto —dice, soltando el vaso para tomar la varita, y llevar su extremo a su cuello. Una vez que Catherine y Richard se tapan los oídos, susurra el hechizo amplificador—. ¡Tomoe! ¡Quién quiera que sea, que entre de una maldita vez! ¡Y si viene alguien más, no me importa quién rayos sea, dile que venga mañana!

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El arranque de Madeleine la coge por sorpresa. El alcohol parece haber tenido la particularidad de soltarle la lengua. Se queda escuchándola sin interrumpir. Siente la misma indignación pero no se atreve a moverse aún. Ni siquiera cae en cuenta de que la debilidad y exabrupto repentinos de Madeleine se debe no sólo a que el alcohol le ha soltado la lengua, si no que se le ha puesto algo pastosa y es evidente para ella ahora que no se encuentra bien. Debe estar teniendo un mareo terrible, intentando tan sólo mantener el equilibrio.

 

-Siéntate allí.

 

Ahora que Madeleine ha dado la orden, Catherine puede escuchar claramente las puertas abrirse. Incluso Tomoe debe haberse detenido, ante el ineludible sonido de la voz de Madeleine. Si bien es cierto, sólo la voz de Richard tiene el genuino poder de obligarle a hacer algo, también es cierto que su interés en defender el castillo es sólo meramente una orden de Richard y nada más por lo que no ha de importarle en lo más mínimo las repercusiones de la visita de la inquisidora, siempre que Richard se encuentre bien.

 

Catherine en cambio, ordena a Freya quitar el servicio de la mesa ratona y traer otro. También, detiene la música del gramófono con un movimiento de su varita, cortando en seco la voz de Geraldine Farrar en medio del aria "Addio, fiorito asil". Parecía tan poco atinado para el momento, llenándola de oscuras perspectivas, que casi prefiere haberlo hecho.

 

Vuelve entonces a los sillones junto al fuego pero el lugar de tomar asiento en la butaca individual en la que había estado sentada, toma el lugar al lado de Madeleine, obligándola a descansar su cabeza en ella. Richard, a su vez, al parecer movido por un repentino impulso, hace otro tanto, colocándose a su lado también. Qué cuadro más extraño deben formar ahora, los tres pero no le importa ¿qué puede importarle a la inquisidora? No, lo más probable es que simplemente de dedique a mirarlos con desprecio y darles un mensaje con esas voces moduladas que suelen utilizar, como si eso hiciera que uno los percibiera más mesurados, dando la falsa sensación de hablara con alguien razonable.

 

Se dedica simplemente a observar la entrada del salón con los ojos fijos. Freya vuelve con el servicio, así que Catherine adivina que debe haber sido la elfina de Madeleine la que ha de conducir a la inquisidora hacia donde se encuentran. Sí, espera simplemente, con las tazas humeantes de té ante ella y los ojos fijos en la puerta. Casi ha olvidado que estaba preocupada por las pociones luego de notar el malestar de Madeleine. Es curioso, porque sabe preparar una solución efervescente para ese tipo de casos pero no parece haber tiempo suficiente para eso.

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

http://i.imgur.com/Ps9pcWH.jpg

 

 

 

Esta vez para su sorpresa no le hicieron esperar, luego de golpear en aquella enorme y pesada puerta el mismo hombre que le había recibido antes se asomó por los bordes de la muralla, sin embargo esta vez no preguntó nada, se retiró sin más luego de observarla y ordenó que le dejaran entrar. Allí le abordó una elfina que con educadas palabras y movimientos le indicó que le siguiera, a la Black no le hizo falta ni responder pues simplemente se dedicó a caminar tras aquella criatura observando con atención el entorno que le rodeaba; el pedregoso camino, los espesos bosques y, finalmente, aquel antiguo castillo que por lo visto no reparaba en decoraciones sino más bien en practicidades. El interior era igual de austero y para los gustos de la Triviani dejaba mucho que desear, pero aun así se mantuvo imperturbable siguiendo al sirviente que la condujo finalmente hasta donde se encontraban las matriarcas.

 

- Buenas tardes – saludó la mortífaga al verse ante la presencia de Catherine y Madeleine – Mi nombre es Alyssa Black, para quienes no me conocen aún – agregó dirigiéndose más que nada a la segunda, pues a Catherine sí que la conocía – Inquisidora. Como tal vine aquí hoy para entregar una citación y orden de cateo, siendo que ambas se han declarado miembros confesos de la Orden del Fénix – agregó torciendo el gesto ligeramente – Pero mi visita va dirigida más bien a Catherine, puesto que Madeleine ya pasó por el interrogatorio pertinente…

 

Lo cierto es que quería poder terminar con aquel asunto cuanto antes, no deseaba perder tiempo con formalidades ni falsas muestras de educación, no le apetecía sentarse a tomar té con aquellas personas ni pretender más de lo que le exigía la situación. Rebuscó en uno de los bolsillos internos de su túnica y sacó de allí dos rollos de pergamino, uno era la citación y el otro la orden de cateo, e hizo entrega de ambos a la aludida. Su gesto era serio y severo, con el entrecejo ligeramente fruncido y sus rojos labios trasformados en una fina línea.

Orden de Cateo // Citación

uGSfO2w.gif

FufSH3S.png

bfqucW5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

¿Interrogatorio? Es divertido, aunque la sonrisa de Catherine no llega a sus labios o incluso a sus ojos. La recluye en un rincón de sí misma pues ¿quién es ella para contradecir a la inquisidora? Oh, pero Madeleine, no está segura de que ella sea capaz de contener la suya porque que recuerde, jamás fue sometida a ningún interrogatorio. Sin embargo, asiente y señala a Triviani la butaca libre sin decir nada. Después de todo, quizá es que Madeleine no se lo ha contado todo.

 

La bruja no parece tener intenciones de sentarse pero Catherine tampoco hace el ademán dos veces. Se limita a incorporarse mientras Richard aún sostiene a Madeleine y toma el pergamino, leyéndolo con un gesto casi aburrido. Coloca ambos sobre la repisa de la chimenea y se vuelve entonces hacia la bruja pelirroja.

 

De hecho no la conocía, o bueno más probablemente recordaba, pero ahora intenta grabar lo mejor posible su figura y rostro en su mente.

 

-De acuerdo -¿señora? ¿señorita? Decide arriesgarse un poco-, señorita Black ¿se supone que tengo que hacer algo más?

 

Su lenguaje corporal y sus palabras son más que claras "¿qué se supone que tengo que hacer para que se retire?" No es como si la bruja pareciese ansiosa por quedarse tampoco pero la mente de Catherine de pronto trabaja en asuntos más bien lejanos ¿Sería ella la misma inquisidora que había ido poco antes del ataque de los mortífagos? Sin duda era también pelirroja ¿Y qué hay del robo de las pociones? ¿Qué podía significar que el ataque llegase poco después de que el ministerio dispensase la orden de que ella fuese interrogada por ser un miembro de la Orden? Por supuesto nada que Catherine no supiese al momento de declararse abiertamente un miembro de dicho bando. Cualquiera pudo oírla. Aún así, hay algo que sigue incomodándola y el problema es que sigue sin dilucidar qué es.

 

-Ya sabe, una fecha en concreto o algo así, como se supone que deben tener las citaciones... formales.

 

Recordaba las épocas en las que se decía que el ministerio se había puesto en contra de Harry Potter. Oh, algo muy triste y evidente. Al menos a él le habían dado una fecha aunque luego se la cambiaran de último momento. Catherine ni siquiera tenía ese placer. Por una vez en que le hubiera sido de ayuda la maldita obsesión que tenían los ingleses con las programaciones y la puntualidad y ahora es inútil.

 

El cateo, por otro lado, es cosa distinta. Una revisión luego de un robo; de pronto, algo comienza a encajar en su cerebro pero aún no llega a conclusión concreta. Maldita sea, todo es culpa de Richard y el vino criado en barrica de roble...

Editado por Catherine Stark

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Debe ser el alcohol, que golpea sin piedad a una novata como lo es Madeleine. Sí, debe ser, pues aunque esté ligeramente exaltada y mareada, no ha perdido la consciencia. El interrogatorio es el día siguiente... ¿o fue esa misma mañana? No lo recuerda bien y, a sabiendas de que le dará dolor de cabeza si trata de hacerlo a la fuerza, decide dejar ese tema de lado. Después de todo, no es ella la que importa, sino Catherine, a quien una Inquisidora que no conoce trata de arrojarla en el mismo agujero en el que ella misma está.

 

—Citación formal mi trasero, Cath —masculla, refugiándose tras la taza llena de whisky de fuego. Bueno... pensaba que era whisky de fuego. Su rostro se arruga ante el inesperado sabor del té—. Puaj. ¿Qué demonios es esto? —susurra, pero por inercia sigue bebiendo de allí. Seguramente su madre o incluso su tío ordenaron a Freya cambiarle la taza. No le interesa si es para mantenerla a salvo o para guardar la apariencias; cualquiera de los motivos posibles la haría enojar por igual. Si tuviera fuerzas para buscar su botella y la cabeza no le diera vueltas, su taza ya no tendría esa insulsa bebida de viejas— Toda esta burocracia es una estupidez. ¡Una orden de cateo! ¿De verdad creen que encontrarán algo en los calzones de madre? —le pregunta a la Inquisidora, como si la mujer hubiera sugerido la mayor tontería del mundo. Aunque, para ella, así es— Tienen suerte de tratar con "terroristas, asesinos y vándalos" tan amables y educados como nosotros, señora Black —le dice con sarcasmo, aunque no duda que en algún momento del futuro saquen aquella frase fuera de contexto—. Y nosotros tenemos la mala suerte de no estar amparados bajo algún grupo de lacayos del Ministerio, a diferencia de los mortífagos —suspira, sin sacudir la cabeza para mostrar su desaprobación, pues de hacer seguramente vomitaría sobre la mesa ratón.

 

>>A decir verdad, pensé que venía por el ataque que sufrimos hace tan sólo un par de horas —comenta, con el tono poco amable que su rasposa voz adquiere por costumbre. Está en su naturaleza ser maleducada; ¿es eso malo?—. Porque, bueno, Catherine arregló un poco las cosas, pero ella tampoco es el Departamento de Accidentes y Catástrofes Mágicas... Pensé que fue la Marca Tenebrosa en el cielo la que los alertó. No se preocupe, señora Black. Mi error. Estamos bien, por cierto. Agitados, pero bueno, así es la vida para nosotros. Ah, claro, tenemos que reabastecer nuestras reservas de pociones e ingredientes. Ese grupo de "rebeldes sin causa" nos dejó un poco vacíos. Pero usted sólo vino a entregar ese maldito par de papelitos. Lo entiendo. Eso hacen todos en su cuartel —suspira, encogiéndose de hombros, con increíble sinceridad. Sabe muy bien que así son las cosas con los Inquisidores. Su guerra contra los grupos ilegales comienza y termina con la Orden del Fénix. ¿Mortífagos? Ellos mismos, probablemente. Muchos ni siquiera lo disimulan.

 

No tiene muchos ánimos para meterse con Alyssa. Sólo quiere que se vaya. Ya ella encontrará la manera de hacer que Catherine no vaya al interrogatorio.

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Ja ¿Es posible que esté en lo correcto? Casi cree percibir protección en la voz de Madeleine. No se refiere por supuesto a la forma de vituperar de su ahora hija, cosa más bien bastante común en "casa" si no más en las intenciones subyacientes ¿es posible realmente, acaso, que se hayan propuesto lo mismo? De pronto Catherine teme por sus planes. Porque obviamente es ella, Madeleine, la que no irá presa así haya confesado mil veces. Ya se encargaría de eso Catherine y a Richard más le valdría cooperar pero si ella realmente malgasta su tiempo intentando protegerla, tienen la desventaja del cargo de Madeleine y...

 

Por lo pronto, intenta concentrarse en lo que tiene entre manos. O más bien en quien tiene entre manos. Sigue sin entender si Madeleine ha sido interrogada o no, pero decide que eso es irrelevante. No dejaría que se la llevasen aun con una orden de arresto entre manos.

 

-No importa Madeleine, estoy segura que la inquisidora no desea ser importunada por tales inconvenientes -de pronto, es tan evidente que se está burlando de ella que intenta contenerse-. Además, dudo que siquiera por un momento, Black aquí presente haya dudado del hecho de que creo que su departamento y todo el maldito ministerio está plagado de mortífagos, empezando por el ministro. Aunque claro, me excusará la duda, debo hacer extensiva esta desconfianza a usted, aunque no me sobren precisamente motivos.

 

Y así era precisamente como solía echar a perder su fachada ¿contenerse? ¡Ja! ¿Qué podía importar? Ya tenían fama de paranoicos pero eso no tenía nada que ver con el hecho de que algo por fin acababa de encajar. El robo. El robo no había sido una casualidad, por supuesto ¿cómo había podido ser tan idi***? La visita mortífaga se había asegurado de revisar primero el material para saber si había forma de incriminarla y ahora, convenientemente, de pronto el escuadrón tiene curiosidad en echarle una ojeada a sus calzones. Es decir, maldita Madeleine, a sus pociones. O quizá incluso otras cosas. Catherine sabe también el por qué. Es bastante obvio que buscan arrestarla a como de lugar por la simple declaración de ser una miembro de la Orden del Fénix.

 

De hecho ¿quién le asegura que no le han sembrado cosas ya? Tendría que asegurarse de lo contrario y eso requiere hacerlo de verdad, por completo, cada recodo y no sólo semialerta por culpa del vino criado en barrica de roble.

 

Además, también está el hecho de que sus recientes conclusiones llevan a pensar que la sección de inquisidores del departamento de seguridad mágica está estrechamente coludida con La Marca Tenebrosa. Por supuesto, no está dispuesta a creerlo por entero y no hay forma de probarlo por lo que su palabra y descubrimiento es de escasa utilidad práctica pero las palabras de Madeleine han calado profundo en su mente. Sí, porque para ella, aunque sólo se trate de sí misma y de su familia, saberlo hace un mundo de diferencia ¿por qué entonces Madeleine no lo había mencionado antes y lo hace sólo ahora y encima delante de Triviani? Es el alcohol claro pero quizá también los últimos remanentes de su desconfianza para con ella, Catherine. No puede evitar pensar que tanto mejor que se vaya apurando a tirarlos porque así ella tiene tiempo de prepararse a diferencia de su ahora precaria situación con la bruja pelirroja. Mientras tanto, piensa en agregar algo para que aquella conversación sea llevada lo más rápido posible pero la realidad es que no tiene dudas ya ni tampoco nada más que decir.

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—Sí —musita Madeleine con dureza, ante el prolongado silencio de la Inquisidora. Es bien sabido que el que calla otorga—. Eso pensé.

 

No le sorprende. Siempre que abre la boca en contra de su cuartel, es lo mismo; recitan alguna de las acusaciones en su contra o de plano la ignoran. Hace mucho que aquella actitud predecible dejó de sacarla de sus casillas. Aunque, quizás, el malgastar saliva la haga sentir un poco tonta, como si alguno de ellos de verdad se atreviera a aceptar que le tienen manía a la Orden del Fénix, mientras que ignoran a los mortífagos. Un fragmento de lo sucedido en el interrogatorio (¿el interrogatorio no es al día siguiente? ¿De verdad, ya sucedió?) acude a ella. Es Jessie, casi jurando que atrapará a los magos oscuros. Ja, Catherine sí que se reiría de eso... No obstante, el recordar le deja una sensación extraña en el pecho que la obliga a enfocarse en otra cosa para no rememorar lo sucedido.

 

Apenas se vaya la mujer, buscará su botella en la cocina. De momento se limita a hacerle un gesto a Catherine con la cabeza, en dirección a la torre que usan de fábrica de pociones.

 

—Si la señora no tiene nada más que decir o hacer —musita, y aunque sabe que Alyssa la está escuchando, simplemente le habla a su madre como si fuera la única en el salón. Incluso ignora la presencia de Richard—, deberíamos ir a echar un ojo y ver qué demonios falta.

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

http://i.imgur.com/Ps9pcWH.jpg

 

 

Estaba pensando en responder a la pregunta de Catherine, su objetivo principal en aquella misión, pero se contuvo solo para poder escuchar las palabras de la niña que aparentemente era su hija. Alyssa esbozó una pequeña sonrisa que hacia perfecto juego con la taimada expresión de su rostro, al mismo tiempo introdujo discretamente su mano en uno de los pliegues de su túnica y activó la grabadora mágica que llevaba consigo para este tipo de ocasiones; luego sacó su mano llevando con ella una pluma como si aquello fuera lo que buscó desde un principio, y en su otra mano hizo aparecer un pergamino. Como quien no quiere la cosa comenzó a realizar una serie de anotaciones mientras que dejaba que sus anfitriones continuaran con la charla, hacía falta mucho más que eso para provocar a la Black.

 

- No tiene fecha específica porque esperamos que acuda a nuestro cuartel cuanto antes, señorita Stark – replicó la Triviani aun con la vista fija en sus anotaciones – El día de esta visita quedará registrado, no se preocupe por eso, y esperamos verla por nuestro departamento dentro de esta misma semana, de lo contrario mis compañeros Inquisidores vendrán nuevamente a recordarle su cita para con el Cuartel. –Mantenía su tono profesional, frívolo e impersonal, como si realmente fuera completamente ajena a la personificación de aquellas brujas – No me importuna en lo más mínimo, si quiere puedo hacerle llegar sus quejas al Cuartel Auror, pues al fin y al cabo es parte de su deber investigar los ataques perpetuados por el grupo delictivo conocido como La Marca Tenebrosa. Aunque eso ya podría habérselo dicho su... ¿hija? – agregó la Black girándose despectivamente a Madeleine – Tengo entendido que ella misma forma parte de dicho departamento ¿no es así? Me resulta confuso que siendo un miembro del mismo no tenga en claro aún cuales son las funciones pertinentes a cada uno de los cuarteles.

 

Sonrió con desdén al tiempo en que torcía ligeramente su cabeza, fingiendo una inocencia en sus palabras que nadie se creería, negó sutilmente aun luciendo aquella lacónica expresión y regresó su atención a las anotaciones que llevaba.

 

- Vaya, señorita Stark ¿acaba de realizar usted una acusación hacia el Ministro de Magia? – comentó la Triviani fingiendo una profunda sorpresa y consternación – Sin duda me encantaría poder ahondar en esto durante el interrogatorio, cualquier información que pueda tener al respecto nos será en extremo útil para poder erradicar a las organizaciones delictivas que profanan nuestra comunidad mágica. – Y en ese momento la sonrisa regresó a sus labios – Está usted excusada, Stark, aunque por lo visto tiene usted la paranoica idea de que todos quienes le rodean podrían ser miembros de tal organización, sin duda algo que yo le recomendaría evaluar con un profesional de la salud mental. De todos modos sus sospechas respecto a los miembros del ministerio, o sobre mi propia persona, no me son concernientes en estos momentos, aunque de todos modos le aliento a llevar dichas acusaciones ante los representantes de la justicia.

 

Ignoraba deliberadamente a la joven bruja que acompañaba a Catherine, pues después de todo no era de su interés en aquella ocasión; mantenía su vista fija en la Stark que había venido a citar sin borrar el taimado gesto que adornaba las finas facciones de la Triviani. Era casi como si estuviera burlándose de ellas, casi, pero siempre manteniendo la compostura necesaria como para que no fuera tan evidente.

 

- ¿Procedemos con el cateo entonces? – agregó alzando la vista de sus anotaciones.

uGSfO2w.gif

FufSH3S.png

bfqucW5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.